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Anexión de Albania

Todo el año 1939 fue un período de tensión en Europa con la ocupación de Checoslovaquia
por parte de Alemania o las amenazas posteriores del Tercer Reich contra Polonia que
abrirían de manera inexorable el camino hacia la Segunda Guerra Mundial. Al mismo
tiempo, también algo más al sur, concretamente en torno a las fronteras meridionales del
continente con el Mar Mediterráneo, la Italia Fascista procedería a la anexión de Albania.

Preludio
A inicios del siglo XX el Reino de Albania obtuvo la independencia como consecuencia de
la descomposición del Imperio Otomano a partir de 1912. A pesar de que durante la Primera
Guerra Mundial la nación se declaró neutral, la intervención de los dos bandos implicados
sobre su territorio desde 1915 mantuvo al país en un estatus de colaboración con los
Imperios Centrales, motivo por el cual los Aliados terminaron cediendo a las exigencias de
Italia para llevar a cabo una anexión en el futuro. Sin embargo y después de finalizada la
Gran Guerra con la victoria de la Entente en 1918, el Reino de Italia fracasó a la hora de
invadir Albania porque durante la Guerra de Vlorë de 1920 el Ejército Italiano fue
derrotado y expulsado de los Balcanes, salvo por la excepción de la Isla de Saseno en el
Mar Adriático.

Hasta 1939 la Italia Fascista de Benito Mussolini no volvió a interesarse por Albania
después de que el Tercer Reich iniciase su expansión territorial sobre Europa ocupando
Checoslovaquia y Memel a costa de Lituania. Sería dentro de este contexto cuando el Rey
Zog I de Albania, sabiendo que por aquel entonces la mayoría de sus habitantes eran
italianófilos, cometió la arriesgada torpeza de emitir una serie de propuestas para
convertirse en protectorado de varias naciones entre las que figuraban Gran Bretaña,
Yugoslavia y la misma Alemania Nacionalsocialista. La oferta a esta última alertó de
sobremanera a Italia porque significaría tener al Tercer Reich a las puertas del mismo Mar
Mediterráneo y por tanto una amenaza para sus intereses geoestratégicos. Fue así como un
indignado Ministro de Asuntos Exteriores, Galeazzo Ciano, envió el 6 de Abril un
ultimátum al Rey Zog I para que procediese al paso de las tropas del Ejército Italiano sin
oponer resistencia. Como no hubo respuesta por parte del monarca, al día siguiente, el 7 de
Abril de 1939, Italia declaró la guerra a Albania.

Fuerzas Enfrentadas
La Guerra ítalo-Albanesa se desarrollaría de forma muy desequilibrada entre los bandos
implicados. Mientras que la Italia Fascista desplegó casi diez veces más de efectivos en
hombres, sin contar con la superioridad en medios blindados, aéreos y navales; el Reino de
Albania contó con unas fuerzas armadas no sólo muy reducidas, sino en parte italianófilas y
propensas a la rebelión y cooperación con el invasor, lo que decidió la campaña mucho
antes de comenzar.

El Ejército Real Italiano (Regio Esercito) del general Alfredo Guzzoni reunió a un total de
100.000 soldados, 600 aviones y 137 navíos entre 2 acorazados , 6 cruceros, 9 destructores,
1 dragaminas, 14 lanchas torpederas y 105 embarcaciones de otros tipos como cargueros,
transportes, barcos auxiliares, etcétera

El Ejército Real Albanés (Ushtria Mbretërore Shqiptare) del general Xhemal Aranitasi
reunió a 13.980 efectivos entre 780 oficiales y 13.200 soldados, con un material de 26
baterías de artillería, 8 tanques, 8 vehículos blindados, 204 ametralladoras, 26.986 fusiles y
1.104 pistolas; más los 5 aviones de la Fuerza Aérea Real Albanesa y los 6 buques de la
Marina Real Albanesa entre los que estaban los 2 cañoneros Skandenberg y Shqipnja y las 4
lanchas torpederas Tiranna, Saranda, Durres y Shengjin.

Ocupación de Albania
El 7 de Abril de 1939 la Marina Real Italiana (Regia Marina) se presentó ante las costas de
Albania con 137 embarcaciones que transportaban a 20.000 soldados escoltados en
vanguardia por los dos acorazados Giulio Caesare y Conte di Cavour. Cubiertos por el
vuelo de centenares de aviones, las tropas italianas desembarcaron en los puertos de Vlorë,
Durazzo, Saranda, Shëngjin, Bishti y Pallës. Salvo por el caso de Durazzo en que la
resistencia de la guarnición albanesa compuesta por 360 efectivos dirigidos por el oficial
Abaz Kupi se prolongó unas 5 horas tras un saldo de 160 defensores muertos y 25 italianos,
en el resto de las ciudades costeras la cooperación de las autoridades con los latinos fue de
colaboración absoluta.

Tropas italianas ciclistas de élite “Bersaglieri” ocupando Durazzo en Albania.

Durante las 24 horas del inicio de la invasión de Italia, el Gobierno de Tiranna sabía que la
Guerra Ítalo-Albanesa estaba perdida y por eso tanto el Rey Zog I como la Reina Geraldi,
dejaron el país y se exiliaron en Grecia, no sin antes llevarse todas las reservas de oro del
Banco Central Albanés. Ante esta actitud por parte del monarca, las tropas que
supuestamente debían haber defendido la capital de Tiranna, desertaron y regresaron a sus
hogares con sus familias, lo mismo que la Guardia del Palacio Real que abandonó el
edificio, lo que permitió que oleadas de gitanos y vagabundos entrasen en el edificio y
saquearan todas sus riquezas.
A las 9:30 horas del 8 de Abril de 1939, una columna del Ejército Real Italiano al frente del
general Giovanni Messe entró victoriosa en la capital de Tiranna. A esta agrupación que
viajaba a bordo de camiones, le siguieron el resto de fuerzas militares que fueron recibidas
entusiásticamente por la población civil y simpatizantes del Partido Fascista Albanés,
incluyendo el Ministro de Asuntos Exteriores Galeazzo Ciano que presidió la izada de la
bandera nacional de Italia sobre el Palacio Real.

Tras la caída de Tiranna todavía se produjeron algunos combates esporádicos en el resto de


Albania. Por ejemplo las tropas italianas silenciaron la resistencia albanesa en el Castillo de
Rozafa el 9 de Abril, además de tener que emplear la fuerza bruta para tomar las localidades
de Fier, Elbasan y Shköder, liberando en esta última a 200 prisioneros fascistas albaneses.
De hecho para las guarniciones aisladas de las montañas la aviación italiana jugó un papel
fundamental arrojando pasquines que incitaron a la capitulación de la mayoría de puestos
defensivos. Fue así como finalmente el 12 de Abril de 1939, coincidiendo con la rendición
de 10.000 soldados del Ejército Real Albanés, la Italia Fascista completó la conquista de
Albania.

Consecuencias
Oficialmente el Reino de Albania fue anexionado por la Italia Fascista el 16 de Abril de
1939, cuando el Rey Víctor Manuel III de Saboya fue coronado en el Monte Quirinal de
Roma con el título de Emperador de Italia, Albania y Etiopía. Simultáneamente el Gobierno
de Tiranna pasó a estar dirigido por el Partido Fascista Albanés y el Primer Ministro Xhafer
Ypi, cuyos seguidores alinearían a su patria del lado de las potencias del Eje durante la
Segunda Guerra Mundial.

Albania sufrió 1.000 bajas entre muertos, heridos y desaparecidos.

Italia sufrió 700 muertos.

A nivel internacional, la anexión de Albania efectuada por Italia apenas modificó en nada la
hecatombe a la que se dirigía Europa porque Alemania no cambió su política expansionista,
mientras que Gran Bretaña intentó conformar un “Bloque Balcánico” con Grecia,
Yugoslavia, Rumanía y Turquía que no se materializó. Así pues, salvo por la ampliación
territorial del Imperio Italiano, la situación diplomática europea seguiría su curso hasta
desembocar en la Segunda Guerra Mundial.

Bibliografía:
-Editores de S.A.R.P.E., Crónica Política y Militar de la Segunda Guerra Mundial. “Italia
conquista Albania” S.A.R.P.E. (1978), p.22-23
-Mario Toscano, Así fue la Segunda Guerra Mundial. Volumen 4. “Italia invade Albania”,
Noguer (1972), p.74
-http://en.wikipedia.org/wiki/Italian_invasion_of_Albania

https://www.eurasia1945.com/acontecimientos/causas-1918-1939/anexion-de-albania/

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