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3.2.4.

REQUERIMIENTOS PARA LA IMPLEMENTACIÓN

Las organizaciones son tan eficientes como lo son sus procesos. La mayor parte de
las organizaciones han tomado conciencia de esto y se han planteado cual es la forma
de mejorar dichos procesos para así evitar algunos males habituales. Estos pueden
ser el bajo rendimiento, el poco enfoque al cliente, las barreras departamentales o los
subprocesos ineficientes debido a la falta de visión global del proceso.
La conocida gestión de procesos coexiste con la administración funcional,
asignando «propietarios» a los procesos clave, haciendo posible una gestión
interfuncional generadora de valor para el cliente. Establece qué procesos
necesitan ser mejorados o rediseñados, determina prioridades y provee de un contexto
para iniciar y mantener planes de mejora que permitan alcanzar objetivos establecidos.
Es decir, permite la comprensión del modo en que están configurados los procesos de
negocio, de sus fortalezas y debilidades.

Si deseas conocer más acerca de los procesos y de la gestión de los mismos

puedes visitar los distintos artículos de nuestro blog, como por ejemplo “La

importancia de la mejora de los procesos”

Definición de los procesos según tipologías

Generalmente, los procesos de una empresa pueden clasificarse en tres


categorías. Estas categorías principales son las siguientes:

 Procesos estratégicos. Son aquellos procesos de gran calado estratégico que


condicionan la definición del mapa de procesos. Así como el resto de procesos y
actividades cuyo objetivo es proporcionar un soporte para la toma de decisiones
acertadas.

 Procesos clave. Estos procesos aportan valor a la relación de la compañía con los
clientes y usuarios. El objetivo que se persigue es la satisfacción de las necesidades.
Dentro de esta categoría de procesos podemos encontrar aquellos procesos
implicados en el diseño, la planificación y la supervisión de la estrategia comercial, de
las cadenas de suministros y de los proyectos logísticos, entre otros.

 Procesos complementarios. Estos procesos también son conocidos como procesos


de apoyo y sirven de complemento a los dos anteriores. Dentro de esta categoría de
procesos podemos encontrar aquellos procesos relacionados con el abastecimiento de
materias primas, con las herramientas, las aplicaciones y los equipos informáticos o
con la formación del personal.
Procesos

Las organizaciones son tan eficientes como lo son sus procesos. La mayor parte de
las organizaciones han tomado conciencia de esto y se han planteado cual es la forma
de mejorar dichos procesos para así evitar algunos males habituales. Estos pueden
ser el bajo rendimiento, el poco enfoque al cliente, las barreras departamentales o los
subprocesos ineficientes debido a la falta de visión global del proceso.

Podemos definir a los procesos como aquel conjunto de actividades interrelacionadas


entre sí que, a partir de una o varias entradas de materiales o información, dan lugar a
una o varias salidas también de materiales o información con valor añadido. Es decir,
los procesos son la manera en la que se hacen las cosas en la organización.

La incorporación de las nuevas tecnologías de la información ha permitido dar una


redefinición a los procesos alcanzando grados de eficacia y eficiencia inimaginables
hace algunos años. Aquellas organizaciones que son capaces de descubrir estas
posibilidades e implantarlas correctamente, pueden conseguir grandes ventajas
competitivas debido a la minimización de costes y el incremento de flexibilidad frente a
los requerimientos de los clientes.

La conocida gestión de procesos coexiste con la administración funcional, asignando


«propietarios» a los procesos clave, haciendo posible una gestión interfuncional
generadora de valor para el cliente. Establece qué procesos necesitan ser mejorados
o rediseñados, determina prioridades y provee de un contexto para iniciar y mantener
planes de mejora que permitan alcanzar objetivos establecidos. Es decir, permite la
comprensión del modo en que están configurados los procesos de negocio, de sus
fortalezas y debilidades.

Si deseas conocer más acerca de los procesos y de la gestión de los mismos puedes
visitar los distintos artículos de nuestro blog, como por ejemplo “La importancia de la
mejora de los procesos”.

Definición de los procesos según tipologías

Generalmente, los procesos de una empresa pueden clasificarse en tres


categorías. Estas categorías principales son las siguientes:

 Procesos estratégicos. Son aquellos procesos de gran calado estratégico que


condicionan la definición del mapa de procesos. Así como el resto de procesos y
actividades cuyo objetivo es proporcionar un soporte para la toma de decisiones
acertadas.
 Procesos clave. Estos procesos aportan valor a la relación de la compañía con los
clientes y usuarios. El objetivo que se persigue es la satisfacción de las necesidades.
Dentro de esta categoría de procesos podemos encontrar aquellos procesos
implicados en el diseño, la planificación y la supervisión de la estrategia comercial, de
las cadenas de suministros y de los proyectos logísticos, entre otros.

 Procesos complementarios. Estos procesos también son conocidos como procesos


de apoyo y sirven de complemento a los dos anteriores. Dentro de esta categoría de
procesos podemos encontrar aquellos procesos relacionados con el abastecimiento de
materias primas, con las herramientas, las aplicaciones y los equipos informáticos o
con la formación del personal.
Las organizaciones son tan eficientes como lo son sus procesos.

Requisitos básicos de los procesos

Como hemos visto, podemos clasificar los distintos procesos en diferentes categorías
atendiendo a la naturaleza de los mismos o los objetivos para los que han sido
creados. Entre los requisitos principales de los procesos debemos considerar los
siguientes:

 Deben tener un responsable designado que asegure su cumplimiento y eficacia


continuados.

 Los procesos tienen que ser capaces de satisfacer los ciclos PHVA (Planear, Hacer,
Verificar, Actuar).

 Tienen que tener indicadores que permitan visualizar de forma gráfica la evolución de
los mismos. Tienen que ser planificados en la fase “Planear”, deben de asegurar su
cumplimiento en la fase “Hacer”, tienen que servir para realizar el seguimiento en la
fase “Verificar” y deben utilizarse en la fase “Actuar” para ajustar y/o establecer
objetivos.

 Todos los procesos deben de ser auditados para verificar el grado de cumplimiento y
eficacia de los mismos. Para esto es necesario documentarlos a través de distintos
procedimientos.

Es recomendable planificar y realizar periódicamente, aproximadamente cada tres


años, una reingeniería de los procesos de gestión, claves y relevantes para alcanzar
mejoras en determinados parámetros como costes, calidad, servicio y rapidez de
respuesta.

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