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U1.

2 - TECNOLOGÍAS PARA EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN


ATMOSFÉRICA

1. INTRODUCCIÓN
2. ACCIONES CORRECTORAS
PROCESOS DE ABSORCIÓN
PROCESOS DE ADSORCIÓN
PROCESOS DE COMBUSTIÓN
CAPTACIÓN DE PARTÍCULAS
3. TECNOLOGÍAS PARA LA DEPURACIÓN DE GASES CONTAMINANTES

1 INTRODUCCIÓN:

El principio básico de la política de protección del medio ambiente es el de prevención.


Este principio rector de la actuación medioambiental se traduce, respecto a la
salvaguarda de la calidad del aire, en minimizar las emisiones a la atmósfera de
sustancias contaminantes. También se conoce como la estrategia de reducción en
origen. Se trata de abandonar la actitud tradicional de reaccionar ante los problemas de
la contaminación después de que hayan salido y sustituirla por la de prevenir estos
problemas y evitar que se produzcan. Las ventajas de este enfoque son bastante
evidentes y comportan además de un ahorro de recursos, evitar los daños que, en
algunos supuestos, pueden tener incluso carácter irreversible. La adopción de medidas
preventivas y la racionalización del uso de los recursos puede hacer compatibles estas
dos aspiraciones de la sociedad humana. Las medidas de prevención de la
contaminación atmosférica se basan fundamentalmente en:

Un conocimiento científico y técnico correcto y exhaustivo de la problemática de


la contaminación atmosférica desde todos los puntos de vista: sustancias
contaminantes, focos emisores, procesos y técnicas industriales y efectos de los
contaminantes.

Un análisis correcto de las variables económicas que permita un desarrollo


adecuado de los factores implicados en los procesos de contaminación
atmosférica: industrias , zonas urbanas, etc.

Un conocimiento meteorológico exhaustivo, en especial de la capa fronteriza,


entre 0 y 100 metros aproximadamente.

Una tarea de sensibilización ciudadana y educación ambiental dirigida a todos


los estamentos sociales: escolares, adultos, técnicos, administradores,
empresarios, etc.

Una legislación adecuada que regule la problemática ambiental.

\Una estructura administrativa que coordine todos los aspectos implicados en la


gestión del medio ambiente.
Como acciones preventivas de la contaminación atmosférica, se pueden destacar los
mapas de vulnerabilidad y capacidad del territorio, la planificación urbanística, los
estudios de evaluación de impacto ambiental, las medidas preventivas urbanas y el
ahorro energético. También son importantes los sistemas de vigilancia y las medidas
derivadas de los principios básicos, como son los estudios económicos y unas
estructuras jurídicas y administrativas adecuadas.

La vigilancia de la contaminación atmosférica se lleva a cabo mediante las redes de


vigilancia y previsión de la contaminación atmosférica. La red es un conjunto de
aparatos de medida de los diferentes contaminantes que proporcionan los datos de los
niveles de emisión comunicados con unos centros de análisis y coordinación. La
comunicación de la red automática se realiza vía radio o teléfono y la gestión de los
datos está totalmente informatizada.

Esta red se extiende según las necesidades que se manifiesten en los diferentes
puntos o zonas que se encuentren sometidos a algún problema relacionado con la
contaminación atmosférica, ya sea de origen industrial, doméstico o proceda del
tránsito rodado. Como su nombre indica, el objetivo principal de esta red es vigilar la
contaminación atmosférica y mediante los resultados de las medidas que se obtienen,
realizar las actuaciones necesarias para solucionar los problemas originados por la
contaminación.

Para alcanzar unos niveles de calidad del aire conformes con las exigencias de la
calidad de vida de los ciudadanos, no es suficiente la actuación de los poderes
públicos. Los productores, usuarios y consumidores deben adoptar unas pautas de
comportamiento lo más ajustadas posibles a los requerimientos que reclama la
protección de un recurso natural tan básico como es el aire.

Cuando las medidas preventivas no se pueden llevar a cabo o su aplicación no es


posible desde el punto de vista económico se recurre, para limitar la descarga de
contaminantes a la atmósfera, a acciones correctivas que pueden ser de dos tipos:

Concentrar y retener los contaminantes con equipos adecuados de


depuración que producen residuos sólidos o líquidos que contaminarán
los suelos y el agua si no se planifica un tratamiento adecuado de estos
residuos y, además, con el inconveniente de que estos equipos
depuradores consumen recursos naturales y energía.
Expulsar los contaminantes por medio de chimeneas suficientemente
altas para que la dilución evite concentraciones elevadas a nivel del suelo.
Este procedimiento, si bien atenúa los problemas de contaminación desde
el punto de vista local, puede producir problemas en lugares alejados de
las fuentes de emisión.

Para conseguir grados de protección ambiental adecuados a costes razonables, el


sistema de depuración será, por lo general, una combinación de tales medidas. En
cualquier caso, es necesario, tener en cuenta a la hora de abordar el problema de
control de contaminantes dos aspectos principales: los condicionamientos ambientales
y las consideraciones económicas.
2 METODOS DE DEPURACION:

2.1. Proceso de absorción

Basan su funcionamiento en el hecho de que los gases residuales están


compuestos de mezclas de sustancias en fase gaseosa, algunas de las cuales
son solubles en fase líquida. En el proceso de absorción de un gas, el efluente
gaseoso que contiene el contaminante a eliminar se pone en contacto con un
líquido en el que el contaminante se disuelve. La transferencia de materia se
realiza por el contacto del gas con el líquido en lavadores húmedos o en sistemas
de absorción en seco.

2.2. Proceso de adsorción

Una alternativa a los sistemas de absorción por líquido lo constituye la adsorción


de los contaminantes sobre sólidos. En los procesos de adsorción los gases,
vapores y líquidos se retienen sobre una superficie sólida como consecuencia de
reacciones químicas y/o fuerzas superficiales. Se produce una difusión desde la
masa gaseosa hasta la superficie externa del sólido y de las moléculas del gas
dentro de los poros de sólido seguida de la adsorción propiamente dicha de las
moléculas del gas en la superficie del sólido. Los sólidos más adecuados para la
adsorción son los que presentan grandes relaciones superficie-volumen, es decir,
aquellos que tienen una elevada porosidad y área superficial para facilitar el
contacto sólido-gas: tierra de Fuller, bauxita, carbón activado, alúmina activada,
tamices moleculares, etc. Periódicamente, es necesaria la sustitución o
regeneración del adsorbente para que su actividad no descienda de
determinados niveles.

2.3. Proceso de combustion

La combustión constituye un proceso apropiado par la eliminación de


compuestos orgánicos transformándolos en dióxido de carbono y vapor de agua y
también es válido para determinadas sustancias inorgánicas.
2.1.1. Tipos de combustión:

 Espontánea: Cuando se trata de eliminar gran parte de los gases


que son tóxicos que tienen olores fétidos, la combustión ha de
realizarse a alta temperatura y con tiempo de retención controlado,
por lo que el coste de combustible puede ser elevado.
 Procesos catalíticos: Con el fin de realizar la combustión a
temperaturas más bajas, suele utilizarse la combustión en presencia
de un catalizador, por lo general un metal de transición depositado
en una matriz de alúmina. Este tipo de combustión suele emplearse
en la eliminación de trazas de compuestos que contienen fenoles,
formaldehído, azufre, etc. Un problema que presenta la combustión
catalítica es la del envenenamiento del catalizador por algunas
sustancias en forma de partículas.
3. CAPTACIÓN DE PARTÍCULAS

Según el principio en que se basa el proceso de separación de las partículas,


pueden establecerse los siguientes tipos de equipos de depuración:

3.1. Colectores inerciales o ciclones

Los ciclones son colectores centrífugos en los que la entrada de aire es


tangencial al cuerpo del cilindro, de esta manera se fuerza a las partículas a
dirigirse hacia las paredes, donde perderán su energía y caerán a un colector
o tolva situado en la parte inferior del cuerpo.

Están formados básicamente por un recipiente cilíndrico vertical donde se


introduce tangencialmente el gas portador, cargado de partículas de polvo. La
corriente se desvía en círculo y por efecto de la fuerza centrífuga, las partículas
se lanzan al exterior al formar la mezcla gaseosa un remolino vertical
descendente. Esta corriente en espiral del gas cambia de dirección al llegar al
fondo del recipiente y sale por el conducto situado en el eje. Los ciclones son
dispositivos útiles y baratos para la captación en seco de polvo ligero o grueso.
Sin embargo, la eficiencia de captación de estos equipos es muy baja, sobre
todo, en la eliminación de partículas pequeñas, por lo que su utilización se
reduce, por lo general, a desempolvado previo al paso de los gases por un
sistema más eficaz.

3.2. Precipitadores electrostáticos

El precipitador electrostático es un dispositivo utilizado para la


descontaminación del aire que utiliza las fuerzas eléctricas para la remonición
de la fracción sólida de un efluente, dirigiéndo las particulas hacia las placas del
colector. Las partículas se cargan mediante el choque con iones gaseosos
creados por la ionización del aire creado entre los electrodos, tras la carga las
partículas siguen las líneas de campo producidas por el alto voltaje hasta la
superficie del electrodo colector. Las partículas deben ser eliminadas de las
placas y recolectadas en una tolva, evitando que se reencaucen en la corriente
gaseosa
Los precipitadores electrostáticos basan su principio de funcionamiento en el
hecho de cargar eléctricamente las partículas, para una vez cargadas
someterlas a la acción de un campo eléctrico que las atrae hacia los electrodos
que crean el campo, depositándose sobre ellos. Los precipitadores más
utilizados a escala industrial son los de diseño de etapa única, por su gran
capacidad de tratar gases con concentraciones de polvo muy altas. Estos
precipitadores pueden separar cualquier tipo de sustancia en forma de
partículas, alcanzando eficacias superiores al 99%, siempre que la resistividad
eléctrica de las partículas no sea demasiado alta, en este caso será necesario
acondicionar la corriente gaseosa con la adición de determinados productos.

3.3. Filtros industriales

Los filtros son materiales porosos a través de los cuales se hace pasar una
corriente gaseosa cargada de partículas, que quedarán retenidas en el filtro.
La mayoría de los filtros de tela tienen un tamaño de poro bastante grande
en relación con las partículas que se quieren eliminar, pero el poder de
filtración radica en la acumulación de partículas en la superficie del filtro, que
forma una torta que colabora fuertemente en el poder de retención de
partículas.

El sistema de filtros consiste en hacer pasar una corriente de gases cargados


con partículas de polvo a través de un medio poroso donde queda atrapado el
polvo. El filtro de mangas ha sido uno de los más utilizados durante los últimos
años, ya que pueden tratar grandes volúmenes de gases con altas
concentraciones de polvo. Con este tipo de equipos pueden conseguirse
rendimientos mayores del 99%, independientemente de las características de
gas, haciendo posible la separación de partículas de un tamaño del orden de
0.01 micras. Conforme pasa el gas, la capa de polvo depositado sobre el
material filtrante, que colabora en el proceso de interceptación y retención de
partículas de polvo, se va haciendo mayor, aumentando la resistencia al flujo y la
pérdida de carga, lo que obliga a disponer de mecanismos para la limpieza
automática y periódica del filtro. Hoy en día, el filtro cerámico ha adquirido una
mayor importancia en los procesos de depuración de gases. La eficacia filtrante
de este tipo de filtros es muy cercana al 100%, excepto si las partículas son de
tamaño submicrónico en su mayor parte, o el tamaño del gránulo o fibra que
forman el filtro cerámico es grande.

3.4. Lavadores y absorbedores húmedos

Una torre de lavadora o de limpieza húmeda es un dispositivo de control de la


contaminación del aire que remueve material particulado y gases ácidos de las
corrientes de gases residuales de fuentes fijas. Se centra en la eliminación de
partículas sólidas La separación se realiza por medio de una corriente liquida
pulverizada (gotas), que es inyectada dentro de una cámara por donde circulan
el gas contaminado. Las partículas se ven arrastradas por la corriente líquida
hacia la parte inferior del equipo, que será posteriormente recogido y tratado.
El contacto de las partículas con el medio líquido puede efectuarse de diversos
modos, el equipo más común es el equipo tipo Venturi. La eficacia depende del
grado de contacto e interacción que tengan las partículas con el líquido; es por
ello que es muy importante la atomización del líquido y un adecuado tiempo de
contacto. Los lavadores logran buenas eficiencias de captura

Los lavadores y absorbedores húmedos son equipos en los que se transfiere la


materia suspendida en un gas portador a un líquido absorbedor en la fase
mezcla gas-líquido, debido a la colisión entre las partículas de polvo y las gotas
de líquido en suspensión en el gas.
4. TECNOLOGÍAS PARA LA DEPURACIÓN DE GASES CONTAMINANTES:

4.1. Combustión en lecho fluidizado


La energía eléctrica se produce en centrales térmicas y la mayoría de ellas
queman carbón como combustible, lo cual genera muchos problemas
ambientales, por lo que se han desarrollado ‘Tecnologías de uso limpio del
carbón’. De esta forma se ha llegado a la tecnología de combustión en lecho
fluido que además de lograr buenos parámetros medioambientales, se
consigue un incremento en el rendimiento del proceso de producción de energía
eléctrica. Este rendimiento se consigue por la expansión de los gases de
combustión en una turbina de gas que se integra en un ciclo combinado con la
turbina de vapor. La principal ventaja de esta nueva tecnología es la posibilidad
de reducir en el propio proceso de combustión el dióxido de azufre formado a
partir del contenido de azufre del combustible. Es posible quemar carbones con
alto contenido en azufre consiguiendo niveles de emisión de SO2 por debajo de
los límites impuestos por la legislación ambiental, sin la necesidad de utilizar
equipos adicionales de desulfuración. Debido a las bajas temperaturas de
combustión (860ºC) se puede añadir al lecho un material absorbente barato,
como caliza o dolomía, que permite fijar el azufre del combustible en el proceso
de combustión.

4.2. Depuración de los gases de chimenea

La producción de energía eléctrica por combustión a altas temperaturas de


combustibles fósiles, utilizando aire como comburente, produce gases que
contienen óxidos de nitrógeno (NOx) y óxidos de azufre (SO 2). Estos gases,
emitidos a la atmósfera, pueden ocasionar daños al ecosistema y son muy
agresivos por su carácter ácido, por ello es necesario controlar las emisiones de
estos gases a partir de una serie de tratamiento para la eliminación tanto de los
NOx, como del SO2.

Desulfuración de los gases de combustión:

La legislación medioambiental ha endurecido los límites de emisión de SO2 de las grandes


instalaciones de combustión en la Unión Europea, lo que afecta sobre todo a las centrales
térmicas. Por ello, la elección de la tecnología de desulfuración de los gases de combustión
es de la máxima importancia en una central térmica.

La eliminación de SOx de los gases de combustión puede llevarse a cabo mediante la


utilización de absorbedores húmedos (columnas de relleno o de platos) en los que se
transfiere el contaminante de la fase gas a la fase acuosa. En estos equipos, debido a
la alta superficie de contacto entre gas y líquido, se consigue una alta eficiencia.
Otro tipo de proceso de desulfuración de los gases de chimenea es la tecnología de la
caliza húmeda, en el que se convierte el SO2 de los gases de chimenea en yeso. Se
consigue un alto grado de desulfuración.

Otra nueva tecnología sería un proceso biológico de desulfuración de gas de chimenea,


mediante el cual al final del proceso, el SO2 de los gases de chimenea se convierten en
azufre puro. Se consiguen rendimientos de hasta un 98%.

Reducción de los NOX con NH3:

La creciente contaminación por los NOx (NO y NO2) ha decidido a las naciones más
avanzadas industrialmente a limitar las emisiones por focos emisores fijos. Para el control
de las emisiones de NOx se utilizan técnicas que pueden agruparse en dos tipos
principales:
Técnicas de control de la combustión, denominadas “primarias” por las que se actúa
sobre el quemador o sobre la cámara de combustión, para reducir la formación de NOx
en caldera, mediante la disminución de la temperatura de combustión.

Técnicas de tratamiento de los gases de combustión o también denominadas


“secundarias” que, a su vez, pueden efectuarse en húmedo o en seco. Entre las
técnicas de tratamiento en seco de los gases de combustión, la más utilizada, por su
elevada eficacia y selectividad, es la reducción selectiva de los NOx, utilizando como
agente reductor amoníaco o urea, en presencia de un catalizador apropiado. Este
método se basa en reducir los NOx para la obtención de nitrógeno y agua como
productos finales.

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