En el laboratorio de una empresa prestigiosa de producción de alimentos, se
presentó a finales del año pasado un episodio de brote epidemiológico que fue manejado por una entidad externa, por tanto en este año la empresa quiere tener conocimientos sobre el tema y realizar una campaña para prevenir estos brotes. Por ello solicita su asesoría en este campo dado su amplio conocimiento.
Para tal fin realice lo siguiente:
Una búsqueda de cinco brotes epidemiológicos por intoxicación con
antinutrientes que se hayan presentado en el mundo. Un informe donde explique la situación y el manejo que las autoridades le dieron a cada uno de los casos.
1. La enfermedad de Chagas: constituye una zoonosis, producida por el
protozoario Trypanosoma cruzi, mayoritariamente transmitida por vectores, por vía transfusional y por vía congénita, que en la actualidad para determinadas situaciones epidemiológicas ha demostrado su capacidad de transmisión por vía oral mediante el consumo de alimentos contaminados, provocando brotes de intoxicación alimentaria por su agente hemoflagelado.
En Colombia, en los últimos meses se han presentado brotes de la
enfermedad en los departamentos de Santander y de Bolívar, eventos de importancia en salud pública. Los médicos de Bucaramanga informaron a las autoridades sanitarias del departamento sobre la presencia de tres (3) hombres jóvenes trabajadores de una empresa de transporte de equipajes que presta sus servicios a las empresas aéreas del Aeropuerto de Palonegro en Lebrija, Santander con enfermedad febril con compromiso cardiaco aparentemente de origen infeccioso de un mes de evolución. Los tres casos residentes en Lebrija presentaban cuadro clínico similar caracterizado por edema en cara, fiebre, dolor abdominal moderado- severo, diarrea, dolor precordial, aumento de transaminasas y alteraciones electrocardiográficas. El Ministerio de la Protección Social, a través de la Red de Epidemiólogos del Centro Nacional de Enlace, conoció la situación el mismo día en que la Secretaria de Salud de Santander fue informada de los eventos e inmediatamente activó las respuestas necesarias para acompañar a los funcionarios del departamento en la investigación de campo para estudiar a fondo la situación, con el desarrollo de las siguientes actividades: 1. Se construyó una definición caso probable de Chagas agudo, con base en el Protocolo Vigilancia. 2. Búsqueda activa de casos: Como producto de la búsqueda activa institucional en las instituciones prestadoras de servicios de salud (IPS) del municipio de Lebrija se identificaron tres (3) casos más, diagnosticados. 3. Investigación clínico-epidemiológica: se indagó por la sintomatología, conocimiento del vector, hábitos de alimentación, inspección de viviendas, y condiciones ambientales, estudio de hábitos dietéticos y alimentos: alimentos susceptibles de contaminación por plagas (carne oreada, chorizos, salchichas, chicha y guarapo) y de dieta con antecedentes de consumo de marsupiales (zarigüeyas, “chuchos”)
4. Análisis de muestras de alimentos por laboratorio.
5. Estudio Entomológico: se priorizaron las viviendas de los pacientes
con diagnostico confirmado y el aeropuerto.
2.BROTE POR STAPHYLOCOCCUS AUREUS: es un microorganismo que se
encuentra ampliamente diseminado en el ambiente ya que posee características particulares de virulencia y resistencia contra antibióticos, lo cual representa un grave problema de salud, esto es, gracias a que su distribución se extiende a nivel mundial y el impacto en la morbimortalidad es considerable a nivel comunitario e intrahospitalario. En los humanos, causa una amplia variedad de enfermedades infecciosas y su principal impacto es ocasionado por las cepas de S. aureus, que son sumamente resistentes a la meticilina (MRSA) y otros antibióticos que antes eran eficaces contra el tratamiento de las infecciones. Desde el punto de vista genómico, la resistencia se produce por selección natural a través de mutaciones producidas al azar; sin embargo, también se pueden inducir artificialmente mediante la aplicación de una presión selectiva a una población, como sería el abuso o la utilización de antibióticos; asimismo, S. aureus tiene características genéticas que le han permitido convertirse en una de las bacterias más importantes en la clínica y en las enfermedades transmitidas por alimentos.
¿Qué causa las infecciones por estafilococos?
Algunas personas tienen estafilococos en la piel o en la nariz, pero no contraen una infección. Pero si se cortan o hieren, las bacterias pueden entrar al cuerpo y causarla.
Los estafilococos pueden propagarse de una persona a otra. También pueden
encontrarse en objetos, como toallas, ropa, manijas de puertas, equipo deportivo y el control remoto. Si tiene estafilococos y no manipula adecuadamente los alimentos cuando los está preparando, también puede contagiar a otros.
Cualquier persona puede desarrollar una infección por estafilococos, pero
algunas corren un mayor riesgo, incluyendo aquellos que: Tienen una afección crónica como diabetes, cáncer, enfermedad vascular, eccema y enfermedad pulmonar Tienen un sistema inmunitario debilitado, como por VIH y sida, medicamentos para prevenir el rechazo de órganos o quimioterapia Se han sometido a una cirugía Usan un catéter, tubo de respiración o de alimentación Están en diálisis Se inyectan drogas ilegales Practican deportes de contacto, ya que pueden tener contacto piel a piel con otras personas o compartir equipo deportivo ¿Cuáles son los síntomas de las infecciones por estafilococos? Los síntomas de una infección por estafilococos dependen del tipo de infección:
Las infecciones de la piel pueden verse como granos o forúnculos. Pueden
estar enrojecidos, inflamados y causar dolor. En ocasiones hay pus u otro líquido y pueden desarrollar una costra en la piel, o celulitis, un área inflamada y roja de la piel que se siente caliente Las infecciones de los huesos pueden causar dolor, hinchazón, calor y enrojecimiento en el área infectada. También puede tener escalofríos y fiebre La endocarditis causa algunos síntomas parecidos a la gripe, como fiebre, escalofríos y fatiga. También causa síntomas como latidos rápidos del corazón, dificultad para respirar y acumulación de líquido en sus brazos o piernas La intoxicación por alimentos generalmente causa náusea y vómitos, diarrea y fiebre. Si pierde demasiados líquidos, también puede deshidratarse Los síntomas de la neumonía incluyen fiebre alta, escalofríos y tos que no mejoran. También puede tener dolor de pecho y dificultad para respirar El síndrome de shock tóxico causa fiebre alta, presión arterial baja repentina, vómitos, diarrea y confusión. Es posible que tenga una erupción similar a una quemadura solar en algún lugar de su cuerpo. Este síndrome puede conducir a fallo orgánico ¿Cómo se diagnostican las infecciones por estafilococos? Su profesional de la salud le hará un examen físico y le preguntará sobre sus síntomas. A menudo, los médicos pueden establecer si tiene una infección de la piel por estafilococos al observarla. Para verificar otros tipos de infecciones por estafilococos, se puede hacer un cultivo con un raspado de la piel, una muestra de tejido, una muestra de heces, o muestra de garganta o nariz con hisopo. Otras pruebas como las de imagen se pueden realizar según el tipo de infección. ¿Cuáles son los tratamientos para las infecciones por estafilococos? Se usan antibióticos para tratar las infecciones por estafilococos. Según el tipo de infección, puede recibir una crema, ungüento, medicamentos (para tragar) o intravenosos. Si tiene una herida infectada, su profesional médico puede drenarla. A veces es posible que necesite una cirugía para las infecciones óseas. Algunas infecciones por estafilococos, como el SARM (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina), son resistentes a muchos antibióticos. Pero hay ciertos antibióticos que pueden tratar estas infecciones. ¿Se pueden prevenir las infecciones por estafilococos? Ciertos pasos pueden ayudar a prevenir las infecciones por estafilococos:
Use buena higiene, incluyendo lavarse las manos frecuentemente
No comparta toallas, sábanas o ropa con alguien que tenga una infección por estafilococos Es mejor no compartir equipo deportivo. Si necesita compartirlo, asegúrese de que se limpie y seque correctamente antes de usarlo por otra persona Practique la seguridad de los alimentos, incluyendo no preparar alimentos para otras personas cuando tiene una infección por estafilococos Si tiene un corte o herida, manténgala cubierta.
3. Listeriosis: La Listería monocytogenes es un patógeno facultativo intracelular
que puede crecer en los macrófagos, las células epiteliales y los fibroblastos en cultivo. Los estudios con modelos animales han puesto de manifiesto que esta infección se inicia en los enterocitos o en las células M de las placas de Peyer. Su entrada en las células no fagocíticas está mediada por seis o más proteínas ricas en leucina, las internalinas (p. ej., InlA, InlB, InlC), que interaccionan con los receptores glucoproteicos de la superficie de las células del organismo anfitrión. Después de penetrar en las células, el pH ácido del fagolisosoma que rodea a las bacterias activa una toxina bacteriana (Iisteriolisina O) y dos enzimas diferentes de fosfolipasa C, lo que conlleva la liberación de las bacterias en el citosol de la célula. Las bacterias se replican y posteriormente se mueven a través de la célula hasta la membrana celular. Este movimiento está mediado por una proteína bacteriana, ActA, la cual se localiza en la superficie celular en un extremo de la bacteria y coordina el ensamblaje de la actina. Los extremos distales de la parte final de la actina permanecen fijos mientras el ensamblaje ocurre en la zona adyacente al extremo de la bacteria. Por tanto, la bacteria es empujada hacia la membrana celular, donde se forma una protrusión (filópodo) que obliga a la bacteria a pasar a la célula adyacente. Una vez que la bacteria es ingerida por la célula adyacente, se repite el proceso de lisis fagolisosómica, replicación bacteriana y movimiento direccional. La entrada en los macrófagos después haber atravesado las células que recubren el intestino conduce a las bacterias hasta el hígado y el bazo, lo que produce la diseminación de la enfermedad. La inmunidad humoral es relativamente poco importante en el desarrollo de las infecciones por L. monocytogenes. Estas bacterias se pueden replicar en los macrófagos y moverse en el interior de las células, evitando así la eliminación mediada por anticuerpos. Por este motivo, los pacientes con deficiencias de la inmunidad celular, pero no de la humoral, son especialmente susceptibles a las infecciones graves. L. monocytogenes se aisla de diversas fuentes ambientales y de las heces de mamíferos, aves, peces, insectos y otros animales. Se cree que el microorganismo procede del suelo y de la materia vegetal en descomposición. Se estima que una proporción comprendida entre el 1% y el 5% de los individuos sanos son portadores fecales. Debido a que estos microorganismos son ubicuos, es probable que la exposición y la colonización transitoria ocurran en la mayoría de individuos.
La Listeria en alimentos listos para el consumo se identificó como una prioridad
para la evaluación de riesgos por el Comité del Codex sobre Higiene de los Alimentos (CCFH) con el fin de desarrollar una estrategia internacional para la reducción de la enfermedad a partir de esta fuente. En respuesta, la OMS y la FAO están llevando a cabo evaluaciones de los riesgos para la L. monocytogenes en alimentos listos para el consumo. En octubre de 2000, el informe preliminar de una consulta conjunta FAO / OMS sobre evaluación de riesgos microbiológicos se entregó al CCFH y un informe final entregado en 2001. Actualmente, la administración de penicilina o ampicilina, en monoterapia o combinadas con gentamicina, es el tratamiento de elección frente a las infecciones por L. monocytogenes. Listeria posee una resistencia natural a las cefalosporinas. Se puede utilizar eritromicina en pacientes alérgicos a penicilina, pero se han observado resistencias a trimetoprim y las tetraciclinas. La resistencia a las tetraciclinas se observó por primera vez en 1988 y parece ir en aumento debido, en parte, al uso de antibióticos en el ganado. También se ha descrito resistencia a aminoglucósidos. Se han identificado algunos genes que codifican la resistencia a tetraciclinas y aminoglucósidos en los plásmidos conjugados y en los transposones procedentes de enterococos. El aumento de la resistencia a antibióticos es un motivo de preocupación y se debe seguir estrechamente. Debido a que Listeria es ubicua y a que la mayoría de las infecciones son esporádicas, la prevención y el control son difíciles. Las personas con riesgo alto de infección deben evitar comer alimentos crudos o parcialmente cocinados de origen animal, quesos no curados y vegetales crudos sin lavar. No se dispone de vacuna y no se ha estudiado la profilaxis antibiótica en pacientes de alto riesgo.
4. Hepatitis E: La hepatitis E es una enfermedad hepática causada por el virus
de la hepatitis E, un virus de ARN monocatenario positivo y sin cubierta. El virus se transmite principalmente a través del agua de bebida contaminada. El resultado es por lo general una infección autolimitada que se resuelve en 4-6 semanas, pero a veces se transforma en una forma fulminante de hepatitis (insuficiencia hepática aguda) que puede conducir a la muerte. A nivel mundial, cada año se registran aproximadamente 20 millones de nuevas infecciones por hepatitis E. El virus de la hepatitis E se transmite principalmente por vía fecal- oral, como consecuencia de la contaminación fecal del agua de bebida. Otras vías de transmisión que también se han observado son: • la transmisión alimentaria por ingestión de productos derivados de animales infectados; • la transmisión zoonótica de animales al ser humano; • la transfusión de productos sanguíneos infectados; • la transmisión vertical de una embarazada al feto. Aunque se considera que el huésped natural del virus de la hepatitis E es el hombre, se han detectado anticuerpos contra ese virus u otros estrechamente relacionados en primates y en varias otras especies animales. La hepatitis E es una enfermedad transmitida por el agua, de ahí que haya habido brotes importantes atribuidos a alimentos o agua contaminados. La ingestión de marisco crudo o poco cocido es otra vía de infección en algunos casos esporádicos registrados en zonas endémicas. Los factores de riesgo de la hepatitis E están relacionados con las deficiencias de los sistemas de saneamiento en amplias zonas del mundo y con la diseminación del virus causante a través de las heces. El periodo de incubación tras la exposición al virus de la hepatitis E varía entre tres y ocho semanas, con una media de 40 días. El periodo de contagio se desconoce. Hepatitis E El virus de la hepatitis E causa tanto casos agudos esporádicos como casos epidémicos. La infección sintomática se da sobre todo en adultos jóvenes de 15 a 40 años. En los niños, la infección, aunque frecuente, es generalmente asintomática o causa trastornos muy leves sin ictericia (hepatitis anictérica), y no llega a diagnosticarse. Los signos y síntomas característicos de la hepatitis son: • ictericia (coloración amarillenta de la piel y la esclerótica de los ojos, orina oscura y heces pálidas); • anorexia (pérdida de apetito); • hígado agrandado y con dolor a la palpación (hepatomegalia); • dolor y dolorimiento abdominal; • náuseas y vómitos; • fiebre. Estos síntomas son prácticamente indistinguibles de los sufridos en la fase aguda de cualquier enfermedad hepática y suelen durar entre una y dos semanas. En raras ocasiones la hepatitis E aguda se convierte en una hepatitis fulminante (insuficiencia hepática aguda) que conduce a la muerte. Las tasas de mortalidad por hepatitis E en la población general son de 0,5% - 4%. La hepatitis fulminante es más frecuente durante el embarazo. Las embarazadas presentan un mayor riesgo de complicaciones obstétricas y mortalidad por hepatitis E, que puede dar lugar a una tasa de mortalidad del 20% en esa población en el tercer trimestre de la gestación. Se han notificado casos de hepatitis E crónica en personas inmunodeprimidas. También se han observado casos de reactivación de la enfermedad en pacientes inmunodeprimidos. Los casos de hepatitis E son clínicamente indistinguibles de otros tipos de hepatitis viral aguda. El diagnóstico de la infección por el virus de la hepatitis E se basa por tanto en general en la detección de anticuerpos específicos contra el virus en la sangre. Otras dos pruebas diagnósticas exigen instalaciones especializadas de laboratorio y se utilizan solo en estudios de investigación. Se trata de: • la reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa (RT–RCP), para detectar el ARN vírico; • la microscopia inmunoelectrónica, para detectar el virus. Se debe sospechar hepatitis E en los brotes epidémicos de hepatitis transmitidas por el agua que se declaran en los países en desarrollo, especialmente cuando la enfermedad es más grave en las mujeres embarazadas, o si se ha descartado la hepatitis A. No existe ningún tratamiento que pueda alterar el curso de la hepatitis aguda. La prevención es la medida más eficaz contra la enfermedad. Como la enfermedad suele ser autolimitada, por lo general no se requiere hospitalización. Sí se requiere hospitalización, en cambio, en los casos de hepatitis fulminante, y se debe considerar también esa posibilidad en el caso de las embarazadas infectadas. El riesgo de infección y transmisión se puede reducir: • garantizando la calidad de los sistemas públicos de suministro de agua; • estableciendo sistemas adecuados de eliminación de los residuos sanitarios. A nivel individual, el riesgo de infección se puede reducir: • adoptando prácticas higiénicas como lavarse las manos con agua salubre, sobre todo antes de manipular alimentos; • evitando beber agua o consumir hielo de pureza desconocida; • evitando el consumo de marisco crudo y de frutas o verduras crudas que no estén peladas o que hayan sido preparadas por personas que vivan en países de alta endemicidad o hayan viajado por ellos. En 2011 se registró en China la primera vacuna concebida para prevenir la infección por el virus de la hepatitis E. Aunque no está disponible a nivel mundial, se podría llegar a suministrar en varios otros países. En caso de epidemia, la OMS recomienda: • determinar el modo de transmisión; • identificar la población especialmente expuesta a la infección; • eliminar una fuente corriente de infección; • mejorar las prácticas en materia de saneamiento e higiene para eliminar la contaminación fecal de los alimentos y el agua. La OMS está trabajando en los siguientes ámbitos para prevenir y controlar las hepatitis virales: • sensibilización, promoción de alianzas y movilización de recursos; • políticas basadas en la evidencia y datos para la acción; • prevención de la transmisión; y • pruebas, atención y tratamiento. La OMS organiza además el 28 de julio de cada año el Día Mundial contra la Hepatitis, para fomentar el conocimiento y comprensión de las hepatitis virales.
Botulismo: Clostridium botulinum, el agente etiológico del botulismo, engloba
un grupo heterogéneo de bacilos anaerobios formadores de esporas, de tamaño grande (0,6 a 1,4 x 3 a 20,2 µm) y necesidades nutricionales exigentes. Al igual que sucede en el caso de la toxina del tétanos, la toxina fabricada por C. botulinum es una proteína precursora de 150.000 Ka formada por una pequeña subunidad (cadena ligera o cadena A) con actividad de endopeptidasa de cinc y una subunidad no toxigénica de gran tamaño (cadena pesada o cadena B). A diferencia de la neurotoxina del tétanos, la toxina de C. botulinum forma complejos con proteínas no tóxicas que protegen a la neurotoxina durante su estancia en el tubo digestivo (lo cual resulta innecesario para la toxina del tétanos). La porción carboxiloterminal de la cadena pesada de la toxina botulínica se une a receptores específicos para el ácido siálico y para glucoproteínas (distintos de los ocupados por la tetanoespasmina) de la superficie de neuronas motoras y estimula la endocitosis de la molécula de la toxina. Asimismo, a diferencia de la tetanoespasmina, la neurotoxina de C. botulinum permanece en la zona de unión neuromuscular. La acidificación del endosoma estimula la liberación de la cadena ligera medida por la cadena pesada N-terminal. A continuación, la endopeptidasa de la toxina inactiva las proteínas que intervienen en la regulación de la acetilcolina, inhibiendo la neurotransmisión en las sinapsis colinérgicas periféricas. Puesto que la excitación del músculo precisa de la presencia de acetilcolina, la presentación clínica del botulismo es una parálisis flaccida. Como en el caso del tétanos, la recuperación de la función tras un episodio de botulismo exige la regeneración de las terminales neuronales. C. botulinum se suele aislar a partir del suelo y de las muestras de agua en todo el mundo (cuadro 40-5). En EE.UU., las cepas del tipo A se encuentran fundamentalmente en los terrenos neutros o alcalinos del oeste del río Misisipí; las cepas del tipo B se localizan principalmente en los suelos orgánicos ricos de la región oriental del país; y las cepas del tipo E se detectan solamente en los suelos húmedos. A pesar del frecuente aislamiento de C. botulinum a partir de muestras edáficas, la entidad es infrecuente en EE.UU. Se han identificado las cuatro formas siguientes de botulismo: 1) la forma clásica o botulismo transmitido por los alimentos; Botulismo 2) el botulismo del lactante; 3) el botulismo de las heridas, y 4) el botulismo por inhalación. En EE.UU. se observan anualmente menos de 30 casos de botulismo alimentario; la mayoría de los casos se asocia al consumo de conservas preparadas en casa (toxinas de los tipos A y B), y alguna vez lo hacen con el consumo de pescado en conserva (toxina tipo E). El alimento puede no parecer en mal estado, pero incluso sólo con probarlo puede producirse un cuadro clínico completo. El botulismo del lactante es más frecuente (aunque se describen menos de 100 casos cada año), y se ha asociado al consumo de alimentos (fundamentalmente de miel) contaminados por esporas de C. botulinum. La incidencia del botulismo de las heridas no se conoce, pero la enfermedad es muy rara. El botulismo por inhalación supone un destacado motivo de preocupación como consecuencia de la amenaza bioterrorista. La toxina del botulismo se ha concentrado para su diseminación en forma de partículas transportadas por el aire como arma biológica. Cuando se administra por esta vía, la enfermedad por inhalación se caracteriza por su rápido comienzo y su alta mortalidad. Los pacientes con botulismo transmitido por los alimentos suelen presentar un cuadro de debilidad y de mareo 1 o 2 días después del consumo del alimento contaminado. Los signos iniciales de la enfermedad incluyen visión borrosa y pupilas fijas y dilatadas, xerostomía (indicador de los efectos anticolinérgicos de la toxina), estreñimiento y dolor abdominal. No se observa fiebre. La debilidad bilateral descendente de los músculos periféricos se desarrolla en pacientes con enfermedad progresiva (parálisis flaccida), y la muerte se suele atribuir a la parálisis respiratoria. Los pacientes conservan la sensibilidad durante toda la enfermedad. A pesar del tratamiento agresivo, la enfermedad continúa su evolución como consecuencia de la unión irreversible de la neurotoxina, lo cual inhibe la liberación de los neurotransmisores excitatorios durante un período prolongado de tiempo. La recuperación completa de los afectados necesita muchas veces meses o años, o bien la regeneración de las terminaciones nerviosas afectadas vuelva a crecer. La mortalidad de los pacientes con botulismo transmitido por los alimentos, que anteriormente se acercaba al 70%, se ha reducido al 10% debido al perfeccionamiento del tratamiento complementario, fundamentalmente en el abordaje de las complicaciones respiratorias. Los pacientes con botulismo necesitan las siguientes medidas terapéuticas: 1) tratamiento ventilatorio de soporte adecuado; 2) eliminación del microorganismo del aparato digestivo mediante el uso de lavados gástricos y tratamiento con metronidazol o penicilina, y 3) la administración de la antitoxina botulínica trivalente frente a las toxinas A, B y E, la cual se une a las moléculas de toxina presentes en el torrente circulatorio. La ventilación adecuada es muy importante para disminuir la mortalidad. No se desarrollan concentraciones protectoras de anticuerpos después de la enfermedad, por lo que los pacientes son vulnerables a nuevas infecciones. La enfermedad se previene mediante la destrucción de las esporas de los alimentos (casi imposible por razones prácticas), al evitar la germinación de las esporas (al mantener los alimentos en un pH ácido o almacenados a una temperatura de 4 °C o menos), o la destrucción de la toxina preformada (todas las toxinas del botulismo se inactivan al ser calentadas a una temperatura comprendida entre 60 °C y 100 °C durante 10 minutos). El botulismo infantil se ha asociado al consumo de miel contaminada por esporas de C. botulinum, por lo que los niños menores de 1 año no deberían consumir este producto. Cibergrafía: Murray P. R., Rosenthal K. S. y Pfaüer M. A. Microbiología Médica. 5a edición. España. Editorial Elsevier Imprint. 2006. 5. Llop Hernández A., Valdes-Dapena Vivanco M.M y Zuazo Silva J.L. Microbiología y Parasitología Médica. Tomo II. Cuba. Editorial Ciencias médicas. 2001. Pag. 333- 338. Rodríguez Lanza Manuel A., Sutil Rosas Aniuska., Cólera. URL: http://cyberpediatria.com/colera.htm 6. Herrera F. C., Montserrat Esteve M Sc. Vibrios patógenos no coléricos. Review. Venezuela. 2001.
Sintésis y Caracterización de Electrodos de Titanio Modificados A Base de Ir02 y Ta205 Construidos Por Déposito Electroquímico para La Generación de Radicales Hidroxilo - Reest