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Z.

Lothane

El caso Schreber: una revisión

Jacob Arlow (1992) sugirió que había buscó su explicación mediante el abuso
llegado el momento para una aproximación traumatogénico infantil por parte de un
fresca al estudio psicoanalítico de las psi­ padre sádico. Las propias dudas de Freud,
cosis en general y del Caso Schreber en ya expresadas en su trabajo sobre Schreber,
particular, especialmente sobre la base de pueden también reflejarse en el hecho de
su relevancia como un caso paradigmático que permaneció silencioso sobre Schreber
en los cursos teóricos de los institutos psi­ después de su ruptura con Jung (1914 a).
coanalíticos. Estas proposiciones fueron Niederland dudó de que sus puntos de vis­
también consideradas por Etchegoyen ta explicasen por completo la segunda
(1991). enfermedad de Schreber (Lothane, 1991).
Aunque Freud veía la conexión entre la Mi aproximación a Schreber es la de un
paranoia y los conflictos relacionados con caso clínico longitudinal, históricamente
la homosexualidad como de la máxima fundamentado y psicoanalíticamente inspi­
importancia para el psicoanalista clínico y rado. Esto me ha llevado a una diferente
teórico, él sólo publicó estudios clínicos de integración de los aspectos descriptivos,
homosexualidad en mujeres, pero ni un diagnósticos y dinámicos del caso. Freud y
solo caso clínico propio de homosexuali­ Niederland descuidaron factores tales
dad masculina. Puesto que Freud nunca vio como el diagnóstico diferencial de la
a Schreber, y por lo tanto sólo analizó sus enfermedad de Schreber, los conflictos
Memorias, su ensayo bien puede ser clasi­ maritales cotidianos de Schreber, la natura­
ficado como un ejercicio de psicoanálisis leza precisa de sus conflictos heterosexua­
aplicado, no clínico. En este texto propon­ les, el importante papel de la madre en su
go retomar el Caso Schreber y los puntos desarrollo, y el impacto yatrogénico sobre
de vista de los psicoanalistas que produ­ los síntomas y el curso de la enfermedad.
jeron las contribuciones más fecundas al He abordado estos temas en unos cuantos
estudio de Schreber: Freud (1911 a) y artículos y en un libro (Lothane, 1989 a, b;
Niederland (1974). En una palabra, Freud 1990; 1991; 1992 a, b; 1993 a, b, c).
rescató a Schreber del olvido y Niederland Aunque la literatura sobre Schreber aún
revolucionó toda la literatura sobre permanece escasa, hoy día se puede com­
Schreber. Sin embargo, sus tesis, tan valio­ prender más sobre el hombre que lo que ha
sas e influyentes desde el punto de vista sido posible hasta ahora, mediante una lec­
heurístico, bien pueden ser calificadas tura más atenta de las Memorias y nuevos
como reduccionistas: no toman a la perso­ datos biográficos y de archivo!.
na de Schreber en todos sus aspectos cono­
cidos, ni ofrecen una explicación de la
segunda enfermedad de Schreber. Freud Aunque nuevos datos habían sido también
explicó la enfermedad de Schreber como aportados por Devreese (1981, 1989), Schreiber
(1987), Israels (1989) y Busse (1991), estos autores
causada por su deseo erótico consciente no pusieron en cuestión las asunciones clínicas bási­
hacia Flechsig, una reproducción de la cas sobre el caso a nivel de descripción y diagnóstico,
constelación edípica negativa. Niederland ni consideraron el impacto de la hospitalización.

Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., vol. XV, n.º 53, 1995, pp. 255-273
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En su análisis sobre Schreber, Freud de la falacia genética es aún válida:


osciló ente los dos pilares de su método «Probablemente fue especialmente difícil
interpretativo, su psicología de los sueños y para Freud percatarse de que ocasional­
su psicología de las pulsiones, es decir, su mente el énfasis sobre el material infantil
teoría de la libido. Incluso aunque Freud puede ser utilizado con éxito como una
otorgó la parte del león a la dinámica y la defensa contra los conflictos recientes»
economía libidinales, la dinámica de los (p. 167; el subrayado es del original). Freud
sueños no fue totalmente olvidada. Por una escribió a C. G. Jung sobre su intención de
parte, Freud invoca la dinámica de la for­ entrevistar a Schreber, pero nunca lo inten­
mación de los sueños, de tal modo que la tó (en todo caso, era demasiado tarde); ni
estructura de un delirio (Wahnbildung), contactó con los psiquiatras Flechsig y
basada en el modelo del sueño (Traum­ Weber, ni solicitó ver la historia clínica.
bildung), refleja la transformación de una Más aún, podía haber obtenido de Weber
percepción real en una imagen alucinatoria una copia sin censurar de las Memorias,
realizadora del deseo. Por otra parte, sostie­ incluyendo el famoso Tercer Capítulo, tan
ne la formación del síntoma como una for­ sentidamente echado de menos por él y por
mación de compromiso entre el impulso cualquier otro desde entonces.
libidinal y la defensa contra el mismo, en Como Freud, Niederland lamentaba: «Si
este caso externalización, o proyección, existiese una perspectiva biográfica... sería
parejo con una regresión a puntos de fjja­ fácil ofrecer una relación anamnésica que
ción del desarrollo libidinal, implicando el condujera a sus hospitalizaciones ... Lo que
concepto genético de retorno de lo reprimi­ se conoce suma unos cuantos datos poco
do. fiables, aunque relevantes, sobre su infan­
Sin embargo, cualquier formulación cia» (p. 69); sin embargo, los pocos datos
sobre Schreber en términos de líneas y con­ sobre su infancia son también altamente
flictos del desarrollo debe ser vista como hipotéticos. En contra de la opinión más
hipotética, ya que no estamos en posesión extendida, Freud estuvo familiarizado con
de los datos histórico-biográficos requeri­ algunos de los escritos de Moritz Schreber
dos acerca de su infancia y adolescencia, la (Lothane, 1991) pero no extrajo de ellos las
relación con sus figuras parentales, con sus inferencias que fueron tan evidentes para
hermanos, o con los demás. Freud (1911 a) Niederland. Ambos, Freud y Niederland,
lamentó la falta de hechos sobre la vida de estaban predispuestos a hacer derivar los
Schreber que le habrían permitido «rastrear conflictos actuales del pasado remoto más
innumerables detalles de sus delirios hasta que de la situación conflictiva presente en
sus fuentes y descubrir sus significados», sí misma. De este modo, ambos tenían
conformándose con «el nebuloso bosquejo poco que decir sobre el significado adapta­
del material infantil [que] fue utilizado por tivo de los síntomas de Schreber, donde
el trastorno paranoico para perfilar el con­ cualquiera de las alucinaciones o delirios, o
flicto actual» (p. 57). Este nebuloso bos­ cualquier otra porción del curso de su
quejo era puramente hipotético, mientras se conciencia podía ser conectada con su vida
echaba en falta el material actual y su rela­ real en el asilo, una dinámica ilustrada por
ción con los conflictos actuales. La adver­ Freeman, Cameron y McGhie (1958,
tencia de Schur (1972) contra las trampas p.70).
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Biografía de Schreber Psiquiátrico de la Universidad de Leipzig,


dirigido por Paul Flechsig (1847-1929),
Antes de proceder a discutir las inter­ anatomista del cerebro convertido en psi­
pretaciones de Freud y de Nierderland con quiatra organicista. La segunda enferme­
mayor detalle, permítanme presentar el dad de Schreber comenzó con un
esqueleto de la vida de Schreber (1842­ pródromo en el verano de 1893, en el des­
1911). Fue el tercero de cinco hermanos, pertar de una crisis en el matrimonio y en
nacidos de Paulina Haase (1815-1907) y el trabajo. Seis meses después de su toma
Moritz Schreber (1808-1861). Su padre de posesión de sus responsabilidades en
Moritz se ganó un nombre en la historia de Dresde la enfermedad hizo eclosión de for­
la gimnasia ortopédica y terapéutica (el ma abrupta, con insomnio, agitación e
pionero de la fisioterapia moderna y la intentos de suicidio. Primero fue reingresa­
medicina rehabilitadora), de la educación do como paciente voluntario en el Hospital
física en la escuela y de los niños con retra­ de Flechsig, con un diagnóstico de «insom­
so, y a título póstumo como el padre espiri­ nio», donde permaneció hasta el 14 de
tual del jardín de Schreber y los junio de 1894. Hacia abril de 1894 el esta­
movimientos de juventud de Schreber. do de Schreber empeoró, por lo que
Paul fue precedido por Gustav (1839­ Flechsig inició trámites de traslado al
1877) y Anna Jung (1840-1944), quien fue Hospital Estatal de Sonnenstein, cuyo
madre de cinco hijos que sobrevivieron director era el psiquiatra organicista y
como adultos, y fue seguido por dos her­ experto forense Guido Weber (1837-1914);
manas. Su brillante carrera legal fue coro­ fue ingresado el 2 de junio de 1894. En
nada con un nombramiento para el puesto 1895 la situación legal de Schreber fue
de juez presidente del Tercer Senado en la cambiada de voluntaria a involuntaria. El
Dresden Oberlandesgericht (el Tribunal diagnóstico inicial de Weber fue de psi­
Supremo del Reino de Sajonia) en el vera­ cosis alucinatoria, y más tarde lo cambió
no de 1893. Contrajo matrimonio con su por el de paranoia, que, en su opinión, era
esposa Sabine en 1878, un año después del un trastorno crónico e incurable de delirios
suicidio por tiro de pistola de su hermano sistematizados causado por patología cere­
mayor, que padecía de sífilis terciaria y una bral.
psicosis no especificada. En aquel tiempo La segunda enfermedad es el objeto
Schreber experimentó un brote moderado principal del ahora famoso libro de
de hipocondriasis. El matrimonio perma­ Schreber (1903), Memorias de mi enferme­
neció sin descendencia tras seis abortos y dad nerviosa (abreviado en este trabajo
partos malogrados, el último en 1892. como Memorias). Hacia marzo o abril de
En su vida tuvo tres hospitalizaciones 1894, aún en el Hospital de Flechsig, la
debidas a enfermedad depresiva. La prime­ depresión agitada, inicialmente caracteri­
ra enfermedad, una depresión moderada zada por importantes delirios y alucinacio­
sin rasgos psicóticos, sobrevino tras su nes de tipo hipocondríaco y nihilista, dio
derrota en unas elecciones; duró más de un paso a un exaltado síndrome persecutorio
año, desde el otoño de 1884 al final de esquizofreniforme, con alucinaciones y
1885, y fue tratado antes y después de su delirios de abuso sexual, influencias divi­
ingreso de seis meses en el Hospital nas milagrosas, e ideas sobre una cosmolo­
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gía fantástica que también sugerían hipo­ el Dr. Stegmann, un temprano seguidor del
manía. La depresión agitada, las aluci­ psicoanálisis en Dresde y un presentador de
naciones y delirios con sus mezclas Freud en las publicaciones psiquiátricas.
paranoides empezaron a mitigarse en 1895; Más tarde Freud negó el uso de datos aje­
hacia 1986 Schreber recobró su lucidez y nos, salvo la edad de Schreber al tiempo de
hacia 1897 él se sintió lo suficientemente la segunda enfermedad. Pero en una carta a
bien como para ser dado de alta. En esto Marie Bonaparte (Jones, 1957) admite
fue obstaculizado por la oposición de libremente que él había sabido que «des­
Weber, su estado de incapacitación y la pués de ser dado de alta [Schreber] vivió
resistencia de su esposa a aceptarle. satisfecho por un número de años hasta que
Durante los siguientes cinco años, estando su mujer cayó enferma de severa apople­
mental y socialmente compensado, aunque jía... se puede adivinar que el motivo de su
aún desplegando ataques de ira en la forma enfermedad [en 1893] fue el distanciamien­
de «milagros rugientes» y albergando fan­ to de su esposa y la insatisfacción por no
tasías residuales de transformación en haber engendrado ningún hijo. Con la apo­
mujer para redimir al mundo, fue capaz de plejía retornaron los sentimientos de culpa
escribir sus Memorias y de montar con y de pecado» (p. 447). Freud no mencionó
éxito una contraofensiva legal contra ideas de culpa y pecado en 1911, ni revisó
Weber, en la misma Dresden Oberlan­ jamás sus formulaciones.
desgericht donde él había estado empleado Freud no examinó la vida de Schreber en
años antes, con el resultado de que su inca­ su globalidad, sino que seleccionó ciertos
pacidad fue rescindida. A continuación de datos de las Memorias y colocó sus cons­
esta victoria retornó con su esposa. De trucciones sobre ellos para ilustrar su hipó­
1902 a 1907 Schreber funcionó normal­ tesis central: la ligazón causal entre
mente, se hizo una nueva casa en Dresde, y homosexualidad reprimida y proyectada y
adoptó como hija a una muchacha de 13 paranoia. De las distintas formas de para­
años. Dejó escritos poemas de ese período noia y homosexualidad conocidas por
en los que no hay trazas de trastornos del Freud, eligió «limitar esta afirmación a un
pensamiento. El episodio tercero y termi­ sólo tipo de paranoia» (p. 63): los deseos
nal, que comenzó en 1907 siguiendo a la homosexuales pasivos del varón conducen
muerte de su madre y a la apoplejía de su a delirios de persecución. Semejante sín­
mujer, le condujo al ingreso en el Leipzig­ drome puede indudablemente ser funda­
D6sen Asylum. Este brote fue también mento en la práctica clínica, pero su
caracterizado por patología depresiva psi­ universalidad y especificidad son cuestio­
cótica, creciendo el deterioro mental y psí­ nables (Rosenfeld 1949; Meissner, 1978).
quico hasta su muerte por enfermedad Es un error frecuentemente repetido que
cardiopulmonar. la comprensión de Freud de la paranoia
comenzó con Schreber. En realidad, empe­
zó a pensar sobre mecanismos paranoides
Freud sobre Schreber de defensa en las cartas a Fliess, descri­
biendo la paranoia en el Manuscrito H que
En su ensayo, Freud incluyó unos cuan­ siguió a su Manuscrito G sobre melancolía
tos detalles biográficos suministrados por (Freud, 1895). Antes aún, bajo la influencia
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de Meynert, su profesor vienés de psiquia­ cita de Schreber: «"Yo he sufrido dos veces
tría, y sus enseñanzas sobre paranoia agu­ trastornos nerviosos ... y cada vez como
da, apropiadamente llamada amencia de resultado de fatiga mental. En la primera
Meynert, en oposición a la psiquiatría ocasión se debió a mi campaña como can­
organicista alemana, que veía la paranoia didato a las elecciones al Reichstag... y en
como un trastorno crónico incurable, Freud la segunda ocasión a la muy pesada carga
había adelantado una concepción dinámica del trabajo que cayó sobre mis hombros
de la paranoia como una neuropsicosis de cuando entré en mis nuevas responsabili­
defensa, estructurada como la histeria trau­ dades como Senatsprasident en la Oberlan­
mática, es decir, una respuesta de adapta­ desgericht en Dresde" (34) [aquí y en
ción a la realidad traumática. De acuerdo adelante los números entre paréntesis den­
con el paradigma de la histeria, la paranoia tro de las citas de Freud se refieren a los
aguda era un producto de una idea incom­ números de página originales en las
patible que resultaba reprimida, producien­ Denkwürdigkeiten o Memorias]» (p. 12).
do el delirio manifiesto de persecución En el período prodrómico de la segunda
(Freud, 1894, 1896). La diferencia radica enfermedad, Freud hace notar, «El soñó
en la clase de defensa utilizada: no ya dos o tres veces que su antiguo trastorno
represión, como en la histeria, sino proyec­ nervioso retornaba; y esto le hizo tan infe­
ción de los reproches de la conciencia, de liz en el sueño como el descubrimiento de
ahí las voces alucinadas de persecución. El que sólo había sido un sueño le había
punto más importante aquí es que Freud no hecho feliz el despertar» (p. 13). El sueño
descubrió la proyección con Schreber. premonitorio es acorde con la percepción
Discutiendo las ideas paranoides de refe­ de Schreber de que la primera y segunda
rencia, Freud (1901) reconoció que «hay enfermedades nerviosas fueron semejan­
de hecho algo de verdad en ellas» (p. 256, tes, es decir, depresiones. Freud (1911 a)
el subrayado es de Freud), una idea a la también subrayó que «Una vez, en las
que volvería en 1937. horas tempranas de la mañana ... en un
A la luz de su teoría de la libido, Freud estado entre el sueño y la vigilia, se le ocu­
(1911 a) sostuvo que los delirios de rrió la idea de que "después de todo real­
Schreber, por ejemplo, «la proyección y la mente debe ser muy agradable ser una
representación concreta al exterior de las mujer entregándose al acto de la copula­
catexias libidinales» (p. 78), probaban las ción"(36)>> (p. 13). Freud (1911 a) utilizó
tesis sobre los deseos homosexuales este hecho para igualar «la fantasía femeni­
«como la base de nuestra explicación de la na [que] todo lo arrollaba» (p. 42) con la
paranoia... desarrollada antes de que me tesis de que «el núcleo del conflicto en
familiarizase con los contenidos del libro casos de paranoia entre varones es la fanta­
de Schreber» (p. 79). Puesto que Schreber sía desiderativa homosexual de amar a un
albergaba deseos homosexuales, que él hombre» (p. 62). Tal equivalencia exige un
quiso hallar en el caso, por utilizar la pro­ interrogante, ya que una fantasía femenina
pia expresión de Freud, más que extrayén­ no es prueba universal de deseos homose­
dolos de él, sin tener en cuenta las propias xuales. Ni tal fantasía es prima facie indi­
declaraciones de Schreber. cación de afeminamiento en el sentido de
Freud (1911 a) abrió su ensayo con una castración.
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Freud creyó haber reconstruido la 3.ª Fase: el deseo sexual de Schreber


siguiente secuencia dinámica ... hacia Flechsig en el período prodrómico
1. ª Fase: la fantasía sobre el sentimiento fue más tarde revivido como un delirio per­
de la mujer durante el acto sexual, que secutorio de abuso sexual durante su estan­
sobreviene en el verano de 1893, era una cia en el Hospital de Flechsig: «[Uno
manifestación prima facie de un deseo puede] adivinar el hecho de que el paciente
homosexual. estuviera en pánico acerca del abuso sexual
2.ª Fase: esta fantasía fue igualada con a manos de su propio médico» (p. 43). Para
«la aparición [en Schreber] de una fantasía reforzar esta nueva hipótesis Freud aduce
desiderativa femenina (que es homosexual «el importante detalle de que el paciente
pasiva), que tomó como objeto la figura de tenía un nuevo "colapso nervioso", que
su médico [es decir, Flechsig]» (p. 47), pre­ ejerció un decisivo efecto en el curso de su
sumiblemente un deseo de penetración enfermedad, en un tiempo en que su esposa
anal. Freud (1911 a) podía «fácilmente estaba tomándose unas breves vacaciones
imaginar cuán dudosa hipótesis debe pare­ debido a su propia salud... [cuando él]
cer que un sentimiento masculino de amis­ "tuvo un número absolutamente extraordi­
tad hacia su médico pueda de repente nario de poluciones, como una buena
brotar en una forma intensificada tras el media docena, todas en aquella única
transcurso de ocho años y convertirse en la noche (44)"». Freud consideró esta última
ocasión de tal trastorno mental severo» experiencia como «asumiendo que fueron
(p. 46). Sin embargo, él estaba convencido acompañadas por fantasías homosexuales
de haber sido «capaz de inferir que la que permanecieron inconscientes» (p. 45).
segunda enfermedad [de Paul Schreber], Sin embargo, Freud era asimismo cons­
durante su período de incubación... (esto ciente de que los miedos de Schreber
es, entre junio de 1893, cuando estuvo asig­ incluían el de ser «"arrojado a los enferme­
nado a su nuevo puesto, y octubre siguiente, ros" con el propósito de abuso sexual (98)>>
cuando tomó posesión» (p. 42), no fue cau­ (p. 44), de manera que Flechsig no era el
sada por otra cosa que «un acceso de libido único «seductor» posible, y que «el alma de
homosexual. .. y su lucha contra el impulso Flechsig fue unida al alma del enfermero
libidinal produjo el conflicto que dio lugar jefe» (p. 39). No obstante Freud no consi­
a los síntomas» (p. 43). Más adelante Freud deró que la conducta de los enfermeros
explica que su brote de deseo homosexual pudiera haber causado los síntomas de
fue propiciado por el «sentimiento de Schreber.
dependencia afectiva de su médico, que se 4.ª Fase: no sólo son no plausibles las
había manifestado ahora, por alguna razón mencionadas inferencias, sino también la
desconocida, intensificado hasta el nivel de misma atribución de homosexualidad a
un deseo erótico» (p. 42; el subrayado es Schreber, pues, como Freud apunta, «mien­
añadido), es decir, un deseo consciente con tras estuvo sano, el Dr. Schreber... no
pleno afecto, que «tenía su raíz en un anhe­ había mostrado bajo ningún concepto signo
lo vehemente, intensificado hasta un nivel alguno de homosexualidad en el sentido
erótico, hacia su padre y hermano» (p. 50), ordinario de la palabra» (p. 60). Pero
en un tiempo previo a cualquier contacto Schreber no presentó signo alguno de
real entre Schreber y Flechsig. homosexualidad en el sentido ordinario a lo
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largo de su estancia entera en los asilos. De de la experiencia de Schreber llamada ase­


hecho, en las Memorias Schreber se descri­ sinato del alma, que tuvo lugar meses des­
bió a sí mismo ocupado en mirar grabados pués de la admisión de Schreber en el
de desnudos femeninos en revistas ilustra­ hospital de Flechsig, que Freud de nuevo
das, en dibujar tales desnudos y en fanta­ ve como un deseo exclusivamente erótico
sías diurnas de formas femeninas. Además, hacia Flechsig, una transferencia desde el
como Freud advirtió, él tenía preocupacio­ padre, transformada en un delirio de perse­
nes más importantes en su mente: que «su cución por medio de la defensa de proyec­
árbol familiar amenazaba con extinguirse, ción 2 • Sin embargo, el asesinato del alma
y que «la actitud femenina ... también sería en la descripción de Paul Schreber incluía
designada para ofrecerle una evasión a su más que el miedo al abuso sexual, como se
falta de descendencia» (p. 58). Todo esto aprecia en el siguiente pasaje citado por el
clama por una cuestión metodológica bási­ propio Freud: «"De esta manera, una cons­
ca: además de tener significados diferentes piración contra mí alcanzó su punto álgido
que el exclusivo que Freud le infirió, la [hacia marzo o abril de 1894]. Su objeto
fantasía femenina y las fantasías de abuso era ingeniárselas para que, una vez que mi
sexual, más que ser sólo la causa de la dolencia nerviosa hubiera sido declarada
enfermedad, bien pudieran ser vistas como incurable, yo fuera entregado a una cierta
un resultado de la enfermedad y de las persona de un modo particular: mi alma
condiciones de la vida hospitalaria. Por había de ser entregada a él, pero mi cuer­
una parte, el proceso psicótico facilitó una po. .. iba a ser transformado en un cuerpo
anulación de represiones, en relación con de mujer, y como tal entregado a la persona
identificaciones dependientes femeninas, y en cuestión con fines de abuso sexual (p.
un retorno de lo reprimido, por ejemplo, la 56). .. Cada intento de asesinar mi alma, o
represión del lado femenino de Schreber y de mutilarme con propósitos contrarios al
conflictos sobre la búsqueda del placer y la orden de las cosas (es decir, para la gratifi­
sensualidad; por otra parte, el modo como cación de los apetitos sexuales de un sujeto
fue manejado por los enfermeros le esti­ humano), o, más tarde, de destruir mi
muló sexualmente. Freud despreció las entendimiento... cada uno de tales intentos
razones dadas por el propio Schreber para había terminado en fracaso (p. 61)"»
caer enfermo, esto es, su anticipación [Freud, 1991 a, p. 19].
pavorosa de las responsabilidades de su
nuevo cargo y la sobrecarga de trabajo una
vez que empezó a trabajar, porque los sue­
ños premonitorios y la idea de cómo se 2 Freud (1911 a) vio el asesinato del alma como
siente una mujer durante el coito sucedie­ «un delirio sexual de persecución» (p. 18) Yconcluye
que «"la persona en cuestión" que iba a practicar este
ron «antes de que hubiera podido verse abuso no era otra que Flechsig» (p. 19, nota al pie), y
afectado por el esfuerzo causado por su que en la mayor parte de los casos «Dios significaba
nuevo puesto, al que él atribuye su enfer­ Flechsig. Más aún, «el perseguidor Flechsig era origi­
medad» (Freud, 1911 a, p. 13, nota). nariamente una persona a quien Schreber amaba ...
esta otra persona tiene que haber sido su padre ... en
5.ª Fase: Freud encontró una nueva
modo alguno inadecuado transformarse en un Dios en
prueba para su argumento en otra interpre­ la memoria afectiva del hijo del que él había sido tan
tación retrospectiva, es decir, ex post ¡acto, tempranamente separado por la muerte» (pp. 50-51).
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Freud no tuvo en cuenta la fecha en que mo de Dresde, quien en la disputa que bro­
Schreber fija el comienzo del asesinato del tó entre los esposos recomendó que Paul
alma -un trauma dentro de un trauma, un Schreber fuera declarado mentalmente
drama dentro de un drama- en marzo o incapaz (Lothane, 1992 a, b).
abril de 1894, esto es, cuatro o cinco meses La primacía otorgada a la homosexuali­
después del ingreso en la clínica de dad y la castración como el mecanismo
Flechsig, lo que contradice la estimación patogénico fundamental del delirio de per­
más temprana de la fecha de comienzo y la secución llevó a Freud (1911 a) a contra­
causa del estallido de la enfermedad entre dicciones en la valoración de otra
junio y octubre de 1893. Tampoco hizo preocupación mayor de Schreber, «su ale­
caso de la calificación por Schreber del ase­ gada transformación en una mujer» (p. 32).
sinato del alma como un crimen espiritual El interpretar la fantasía hipnopómpica ori­
en primer lugar, es decir, como algo rela­ ginal de Schreber sobre lo que una mujer
cionado con el tema de la declaración de su pueda sentir durante la copulación, «fanta­
enfermedad como incurable, que implicaba sía que apareció durante la incubación de
la amenaza de ingreso forzoso en un mani­ su enfermedad» (p. 20) como una «fantasía
comio público, por lo tanto un duro golpe de mutilación», y el seguir la valoración de
para su carrera y su orgullo. El asesinato Weber de que la idea de ser transformado
del alma como abuso sexual fue menciona­ en una mujer fue el rasgo sobresaliente y el
do en segundo lugar. El tercer significado más temprano germen de su sistema deli­
del asesinato del alma era también espiri­ rante» (p. 21), le hizo a Freud olvidar el
tual: el resultado de ser abandonado por hecho de que la fantasía final de volverse
Dios y ser expuesto a la destrucción de su mujer completaba el arco de la identifica­
razón y a la muerte. Freud no consideró que ción profunda de Schreber con la mujer: la
Dios, como divina providencia y no como madre, la hermana y la esposa. Schreber
sustituto paterno, fue acusado por Schreber también lo llamó «el cultivo de la feminei­
de lamentarse de profundis, no de manera dad», en verdad, como el mismo Freud
distinta que Job o los sobrevivientes del dijo, «una concienciación del contenido de
Holocausto; que Schreber no nombró a su aquel sueño [de incubación] (p. 33); pero
presunto agresor sexual, aunque se quejó como tal era una fantasía que había desa­
amargamente de ser objeto de abuso por rrollado por derecho propio e independien­
parte de los enfermeros de Flechsig; que te de la castración o de las visiones
para Schreber la desvirilización no era lite­ terroríficas de abuso sexual. Esta identifica­
ralmente una castración, sino la transfor­ ción con una mujer dio a Schreber los
mación en una mujer y la transformación medios para dedicarse «al cultivo de la
simbólica de un paciente voluntario en una voluptuosidad», no solamente, como creyó
víctima realmente desamparada del poder Freud, para llegar a ser «la esposa de Dios»
legal y psiquiátrico. Esa realidad no incluía (p. 32), sino también para superar el «asce­
solamente a Flechsig y a Weber como los tismo sexual» y conseguir un permiso
principales dramatis personae, sino, de for­ moral para aceptar la sensualidad en sí mis­
ma más significativa, entre otros, a Sabine, ma y por consiguiente para alcanzar la
la esposa de Schreber, al padre de ésta, y al «voluptuosidad espiritual» como una cura
superior de Schreber en el Tribunal Supre- para su insomnio. En la propia visión de
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Freud, la fantasía de volverse mujer habría librado de la reivindicación de


demostró ser la parte... que fue capaz de Macalpine y Hunter (1953) de que ellos
retener un lugar en su comportamiento en hubieran introducido un nuevo paradigma
la vida real una vez que se hubiese recupe­ para interpretar a Schreber.
rado. "Lo único que pudiera no parecer Freud se dio cuenta de otros factores
razonable a los ojos de los demás es el también. Por ejemplo, él sabía (Freud,
hecho ... de que puedo ser encontrado a 1911 a) que «la libido viene a ser reforzada
menudo de pie ante el espejo o en otro colateralmente por medio de alguna decep­
lugar cualquiera con la parte superior de mi ción sobre una mujer, o es obstruida direc­
cuerpo desnuda y llevando puestos diver­ tamente por medio de un contratiempo en
sos adornos femeninos" (429). El señor las relaciones sociales con otros hombres,
Presidente del Senado confiesa su frivoli­ constituyendo ambos ejemplos de "frustra­
dad ... [pero él] nunca echó ningún paso ción"» (p. 62), «o de alguna privación en la
adelante para inducir a la gente a reconocer vida real» (p. 57). Freud (1911 a) recono­
su misión como Redentor, después de la ció sólo una frustración en la vida de
publicación de sus Denkwürdigkeiten Schreber, «"la a menudo repetida decep­
[p. 21]. Y las notas posteriores de Freud: ción de nuestra esperanza de que pudiéra­
«el sentido de la realidad del paciente ... se mos ser bendecidos con hijos"»( (p. 13).
había vuelto más fuerte mientras tanto ... De hecho en 1892, Sabine le ofreció un
[y él estuvo] obligado a posponer desde el segundo hijo muerto, un niño (Lothane,
presente hasta el futuro remoto, y conten­ 1992 a). La falta de descendencia perma­
tarse con lo que pudiera ser descrito como neció como el dolor profundo de Schreber
una realización de deseos asintomática» en años venideros, hasta que él adoptó una
(p. 48). niña después de 1902. Sin embargo, a
Al final Freud concedió que las ideas de Freud no se le ocurrió considerar la estan­
transformación en mujer y de convertirse cia involuntaria en Sonnenstein como una
en Redentor engendrando una nueva raza privación real de vida, aunque Schreber se
fueron fantasías lúdicas, no delirios incura­ quejó de ello amargamente y se enfureció
bles, como había pensado Weber. A Freud con ello en sus ataques de agitación hasta
sólo le faltó el nombre para ellas, transves­ el prefacio a sus Memorias en 1903. Ni se
tismo, puesto que esto no se había estable­ le ocurrió a Freud considerar la cuestión de
cido aún como entidad clínica, ni el la relación real y transferencial de
problema global de la identidad de género Schreber con Weber.
sexual. Ni sabía lo que hoy día sabemos
acerca de la psicodinámica de la vestimen­
ta cruzada: que es compatible con la hete­ Niederland sobre Schreber
rosexualidad y no ofrece prima Jacie
evidencia de pasión sexual por un hombre. La fecunda idea de Niederland, enlazar
Si Freud hubiera puesto su atención más los delirios y alucinaciones de Schreber
claramente sobre la identificación femeni­ con la relación traumática padre-hijo
na como un deseo de llegar a ser madre y durante la infancia de Paul Schreber, tam­
criar hijos -un deseo del que él fue sagaz­ bién fue una inferencia, no un hallazgo,
mente consciente en el caso de Juanito- se destilada de un libro: el libro de Moritz
(74) 264 Z. Lothane
COLABORACIONES

Schreber (1858) sobre la crianza de los lo que hizo que tales recuerdos emergieran
niños y su posterior versión revisada y a la superficie en la forma distorsionada de
cambiada de título por otro médico (1891). delirios y alucinaciones en el momento en
Como ha declarado recientemente (1992) que esto ocurrió, o cómo estuvieron rela­
Niederland a Jackel, él nunca consideró cionados con los conflictos reales con su
ésta como una obra definitiva, sino más esposa, su profundamente enraizado maso­
bien como un estímulo para el ulterior pro­ quismo, o la vida en el asilo, por ejemplo,
greso científico. los malos tratos a manos de unos enferme­
Niederland (1974) buscó «rastrear. .. la ros sádicos, que Schreber describió.
historia temprana de las contribuciones Una vez que el descubrimiento de
paternas a la psicopatología de su hijo» Niederland acerca del sadismo del padre
(p. 70) Ycreyó que era «posible reconstruir como una premisa fundamental fue acepta­
la génesis infantil de aquellas bizarras pro­ do, queda abierto el camino para el razona­
ducciones de Schreber describió ... como miento circular: el sadismo paterno fue
milagros divinos [que] que se tornaron reflejado en los múltiples delirios y alu­
recuerdos distorsionados de experiencias cinaciones, que a su vez constituían la
reales en su vida temprana» (p. 27; el sub­ evidencia del sadismo del padre. Consi­
rayado es de Niederland)3. Verdade­ guientemente, los hallazgos fueron exa­
ramente, Moritz Schreber recomendaba gerados o distorsionados, datos con­
una educación temprana fundada en la obe­ tradictorios fueron pasados por alto e inter­
diencia; pero incluso si algo de esta educa­ pretaciones alternativas no fueron conside­
ción temprana parece áspera, tal como su radas 4 • En realidad, las invenciones de
consejo sobre «cómo combatir el llanto en Moritz Schreber eran una continuación de
los niños pequeños» (p. 71), ello no una tradición que le precedió, algunos eran
demuestra que él, Moritz Schreber, fuera remedios para deformidades existentes, sus
«un padre cuyo sadismo puede haber sido métodos eran más suaves que los de sus
sólo vagamente disfrazado bajo un barniz predecesores, y en su libro más famoso
de ideas médicas, reformadoras, religiosas sobre gimnasia en sala cubierta también se
y filantrópicas», que practicó «un terror dispensaban ayudas de todo tipo.
estudiadamente aplicado interrumpido por Por ejemplo, Niederland describió el
períodos compensatorios de benevolencia enderezador (Geradehalter), una barra en
seductora» (p. 70), es decir, la crueldad por forma de T sujeta al borde de la mesa para
la crueldad. Niederland no explicó qué fue prevenir las sacudidas hacia adelante por
medio de la presión sobre el pecho a nivel
3 Más adelante señaló que «el Dr. Schreber inven­ de las clavículas, como un artilugio tam­
tó mecánicos inusuales para forzar a sus hijos, presu­
miblemente más a sus hijos varones que a sus hijas, a
bién para prevenir movimientos «laterales,
la sumisión» (p. 70); «la interacción intensamente
exagerada entre padre e hijo -algo semejante a un dra­ 4 Por ejemplo Niederland (1974), aseguró que
ma compartido mutuamente entre una figura paterna «las múltiples formas de restricciones mecánicas ...
despótica y "divinizada"... y un hijo patéticamente obviamente surgían de su propia patología» (p. 57),
desamparado ... El concepto del padre de los hijos constituyendo la «experiencia mecánica», y que esos
como propiedad personal está claramente expresado mecanismos fueron presumiblemente aplicados
en sus escritos; él puso en acción sus ideas y sus técni­ «cuando Schreber estaba en su tercer o cuarto año de
cas sobre el cuerpo de su hijo» (p.llO). vida» (p. 72).
El caso Schreber: una revisión 265 (75)
COLABORACIONES

dejando sólo cierta libertad para moverse más bien reminiscente de torturas medie­
hacia atrás hasta una postura aún más rígi­ vales, y en los panfletos antipsiquiátricos
damente vertical... [lo que más tarde se fueron parodiados como modernas cáma­
convirtió en] la histórica verdad reconoci­ ras de tortura (Lothane, 1992 a). En línea
ble en el delirio de "compresión en el con la psicología del sueño de Freud, las
tórax"» (p. 77)5. En realidad, sigue siendo imágenes de tortura eran elaboraciones
una conjetura que el recuerdo de la alegada alucinatorio-delirantes de restos diurnos, o
compresión en el tórax fuera transferido a de traumas.
la corriente de pensamiento de Paul Mientras que la teoría interpretativa de
Schreber a la edad de 52 años, cuando se Freud era monádica, esto es, exclusiva­
convirtió en un interno del manicomio de mente intrapsíquica, derivada de «percep­
Sonnenstein, más bien la situación global ciones endopsíquicas de.. . procesos»
en que se encontraba fue retratada por él (p. 79), contenidos dentro de una persona,
como una tortura. El mecanismo descrito el modelo de Niederland de la patogenia
por Niederland como «sujeta-cabeza tipo era interpersonal, más a la manera de
yelmo (Kopfhalter)>> no era llamado sujeta­ Ferenczi que de Freud. Para explicar los
cabeza por Moritz Schreber, y no era usado sentimientos eróticos de Schreber hacia
para «asegurar un crecimiento apropiado Flechsig, y al mismo tiempo rescatar su
de la calavera» (p. 77). Era llamado banda concepción traumatogénica de un enfrenta­
para el mentón, aplicad por la noche para miento irreconciliable con la de Freud,
corregir el prognatismo de la mandíbula Niederland (1974) añadió después que
inferior y asegurar una apropiada alinea­ Paul Schreber fue una víctima de «las
ción dentaria. Dudo que fuera «el prece­ manipulaciones seductoras de su padre
dente histórico de la «delirante máquina de sobre el cuerpo de su hijo» (p. 60), desem­
atar completamente la cabeza», pues bocando en «una intensa sobre-estimula­
Schreber la describió como una «máquina ción,. .. en interferencias con necesidades
compresora del cráneo» manipulada por libidinales en general, ... y con la libido
pequeños demonios que «comprimían mi homosexual en particular» (p. 73). El agen­
cabeza como en un tono girando una espe­ te en estas interacciones, de acuerdo con
cie de tornillo ... Los tornillos eran afloja­ Niederland, fue exclusivamente el padre,
dos temporalmente pero sólo muy sin apenas mencionar a la madre, las amas
gradualmente, de modo que el estado de de cría ni otro personal doméstico.
compresión solía continuar por cierto tiem­ Niederland llamó la atención sobre la
po» (Memorias, p. original 159). Esto es carencia de teoría dinámica de la agresivi­
dad en Freud, pero no elaboró nada sobre
los posibles conflictos con la agresividad
5 En realidad, los movimientos laterales y hacia
adelante no estaban obstaculizados y la postura hacia en la vida adulta de Schreber y las corres­
atrás no tenía por qué ser rígida; el enderezador no era pondientes formaciones reactivas. Nieder­
un mecanismo compresor y fue recomendado para land retrata correctamente la atmósfera de
escolares y adultos. No hay evidencia sobre cuándo y renuncia en la familia, pero no se dio cuen­
con qué intensidad fue aplicado el enderezador a Paul
Schreber; Moritz Schreber sólo manifiesta que él
ta de la repulsa de Moritz Schreber al
ponía en práctica algunos ensayos de sus ingenios con hedonismo sexual en la edad adulta, su
algunos de sus hijos. insistencia en la continencia del varón y la
(76) 266 Z. Lothane
COLABORACIONES

monogamia estricta, que han jugado un Pero, ¿dónde estaban los signos primarios
papel significativo en la formación del de Bleuler?
carácter y la vida posterior de Schreber. La confianza de Freud en Weber para la
descripción de los acontecimientos y el
curso de la enfermedad, como si Weber
El diagnóstico de Schreber fuera un cronista más fiable que Schreber,
fue una elección desafortunada. Pero
Hay también buenas razones para dudar Weber estuvo lleno de prejuicios contra
sobre el diagnóstico de paranoia de Schreber y redujo algunos de los hechos a
Schreber. El autodiagnóstico de Schreber algo sin importancia: a los ojos de
era el de enfermedad afectiva y melancolía, Schreber, Weber sólo conocía la corteza de
lo que se corrobora tras una lectura cuida­ su patología, pero no a la persona real y
dosa de las Memorias y de la historia clíni­ sufriente. De este modo Weber no mostró
ca del hospital. Freud se fió de Weber en ninguna explicación de sus traumas y con­
cuanto a los datos descriptivos y el diag­ flictos personales, ni empatía alguna hacia
nóstico. Las ideas delirantes de persecu­ sus deseos de recobrar su libertad, se opuso
ción, la esencia del asesinato del alma, duramente a la publicación de las
salvo en esporádicas referencias a un tal Memorias, y actuó como un dolido perde­
W., estaban exclusivamente centradas en dor cuando Schreber ganó su libertad en los
Flechsig como el principal asesino del tribunales (Lothane, 1992 a). El mal diag­
alma, o perseguidor. La idea de persecu­ nóstico de Weber le causó a Schreber un
ción no era en sí misma sistematizada, ni sufrimiento innecesario y evitable y desvió
había una red de perseguidores que pudiera las subsiguientes lecturas de la historia
ser descrita como una pseudocomunidad entera. Pues hacia 1897 Schreber tuvo ple­
paranoide (Cameron, 1959), en contra de na conciencia de su antigua psicosis, mien­
las afirmaciones de Niederland (1974). En tras continuó con la idea de ser
la historia clínica de Sonnenstein Flechsig transformado en mujer, lo que fue el único
sólo es mencionado una vez, mientras en hecho clínico en el diagnóstico de paranoia
las Memorias la idea de ser perseguido por de Weber y el horrendo pronóstico adjunto
Flechsig desaparece espontáneamente en de incurabilidad. Esto le llevó a Schreber al
un momento en que, como señaló Freud, estado de incapacidad temporal, cambiado
Schreber se había hecho «consciente de a permanente en 1900 con la negativa a su
que las personas que he visto acechándome petición de ser dado de alta de Sonnenstein
no son "simplemente hombres improvisa­ durante dos años más. Durante el debate
dos", sino gente real ante la que por consi­ jurídico el tema de Flechsig como perse­
guiente yo debo comportarme como un guidor, o las ideas de persecución como
hombre razonable acostumbra a comportar­ tales, nunca se consideraron, sólo los resi­
se ante sus semejantes... (409)>> (p. 21). Y duos de la religión fantástica de Schreber y
sin embargo, Freud (1911 a) aún endosó el la transformación del género sexual.
diagnóstico de paranoia de Weber, que en Si hubiera seguido Freud escuchando al
el título del ensayo enmienda con el de propio Schreber, podía no haber tomado
«dementia paranoides», término de como paranoide la amarga queja de
Kraepelin para la esquizofrenia paranoide. Schreber contra Flechsig en el prefacio de
El caso Schreber: una revisión 267 (77)
COLABORACIONES

1903, escrito tras su liberación y añadido a esto, las alucinaciones eran vistas casi
su ya completo texto de las Memorias. En como trastornos neurológicos de la percep­
ese prefacio, Schreber condenaba a ción, o percepciones sin objeto, y no como
Flechsig por haberle enviado a Sonnens­ una especie sui generis de sueños diurnos
tein, un acto de mala práctica que las gen­ (Lothane, 1982), con todas las emociones
tes llamaban asesinato del alma, un acto y conflictos incluidos, como es formulado
que le costó la pérdida de la libertad. En en la psicología freudiana de los sueños y
este punto, la queja de Schreber difícil­ de las neuropsicosis de defensa.
mente podía ser construida como un delirio Freud fue verdaderamente abriendo un
permanente de persecución; más aún, si camino cuando se interesó tempranamente
Schreber era aún clínicamente paranoide, por las formulaciones dinámicas de la
¿por qué no fue contado nunca Weber entre angustia, un interés permanente. Sin
los perseguidores? Freud observó debida­ embargo, su interés por la depresión como
mente que «la segunda enfermedad emoción y como enfermedad, discutida
comenzó a finales de octubre de 1893 con muy tempranamente en sus cartas a Fliess
un torturante brote de insomnio» (p. 13), y fugazmente observado en 1911, sólo
que como una manifestación cardinal de retornó con Duelo y Melancolía (Freud,
depresión e hipocondría se había presenta­ 1917). Freud (1911 a) aludió brevemente al
do en ambos episodios. Si Freud hubiera odio y la agresividad en Schreber, pero fue
puesto menos su foco de atención en el más explícito en el pasaje de su carta a
contenido de los delirios y más en el estado Ferenczi del 6 de octubre de 1910 suprimi­
de ánimo de Schreber, se había encontrado do por Jones (1955, pp. 83-84): «¿Qué
con una diferente valoración del cuadro diría usted al Dr. S. [chreber] senior de sus
global. ¿Cuándo fue Freud consciente de la escenas de "milagros" como médico? Pero
considerable distimia suicida? ¿O el diag­ que era en realidad un déspota en su hogar,
nóstico diferencial del estupor de Schreber, que rugía [es decir, vociferaba y reprendía]
que Weber vio como un catatónico más que a su hijo y le comprendió tan poco como el
depresivo? "Dios inferior" comprendía nuestros para­
noicos» (Lothane, 1989 b, p. 215). Freud
había reconocido también previamente, y
El eslabón perdido: luego, despreció los puntos de vista de
las emociones de Schreber Adler sobre el papel de la agresividad en
la patogénesis y opiniones similares
El texto de Schreber fue casi exclusiva­ de Maeder (Etchegoyen, 1981; Lothane,
mente leído por sus ideas, pero a costa de 1989 a).
las emociones, de acuerdo con una conven­ Pero, en 1911, Freud también sabía que
ción de la psiquiatría germana, no compar­ «la intensidad de la emoción es proyectada
tida por el Kraepelin de 1895, de ver las en forma de fuerza exterior, mientras su
psicosis como un trastorno de la percep­ cualidad es convertida en su opuesto. Un
ción, de tal manera que los sentimientos de perseguidor es a la vez amado y honrado.
displacer, como la angustia y la depresión, El principal fin de la persecución afirmada
eran simplemente vistas como signos por el delirio del enfermo es justificar el
acompañantes de las ideas. De acuerdo con cambio en esta actitud emocional» (p. 41).
(78) 268 Z. Lothane
COLABORACIONES

Esta transformación «"Yo no le amo - yo le considerables poderes investidos por su


odio", esta contradicción... en el incons­ posición y por la ley. Por consiguiente,
ciente. .. requiere que las percepciones mientras que Freud pensaba que Dios había
internas ... los sentimientos sean reempla­ sido una representación de Moritz
zados por percepciones externas» (p. 63; Schreber, «un doctor del máximo relieve, y
añadido el último subrayado). Pero esas que fue sin duda respetado por sus enfer­
«percepciones externas» eran estrictamente mos» (p. 52), hacia el que el niño Schreber
acontecimientos «como-si», como fanta­ habría dado señales como hijo de «una
sías diurnas: si Freud hubiese permanecido mezcla de sumisión reverente e insubordi­
fiel a su propio descubrimiento, habría nación amotinadora» (p. 52), es más impor­
abandonado la visión errónea de la para­ tante darse cuenta de que estos senti­
noia como trastorno de la percepción en mientos, cuando eran dirigidos a Flechsig,
favor de un trastorno emocional y defensi­ no eran sólo transferencia, sino también
vo de amor frustrado, de amor a sí mismo y realidad. Es hacia Flechsig, no hacia su
de enfurecimiento. padre, a quien Schreber dirigió «el amargo
El valor agresivo de la ira como rebelión desprecio mostrado hacia semejante médi­
fue claramente invocado por Freud en el ca... declarando que él no entiende nada
contexto de «el Dios de Schreber y sus rela­ sobre hombres vivos y sólo sabe cómo tra­
ciones con él .. , [mostrando] la más extraña tar con cadáveres» (Freud, 1911 a, p. 53),
muestra de reproches blasfemos... insubor­ como alguien que «era incapaz de aprender
dinación amotinadora ... y devoción reve­ nada de la experiencia» (p. 51)6. La para­
rente» (p. 51). Para Freud, esto era todavía noia de Schreber en relación a Flechsig
una «"transferencia", por medio de la cual sobrevino después de que Schreber comen­
una catexis emocional se veía traspuesta ... zase a tener con él trato como paciente, no
sobre el médico, que era en realidad indife­ antes, en el verano de 1893. La irrisión que
rente para él» (p. 47), es decir, una repeti­ Schreber acumuló sobre Flechsig resultó de
ción transferencial de la rebelión edípica. la promesa rota de una cura "milagrosa"
Pero Flechsig no fue una indiferente panta­ con las más modernas drogas inductoras
lla analítica en el blanco, y Freud se dio
perfectamente cuenta de que «después de Ó Moritz Schreber no tenía nada que ver con
cadáveres, excepto cuando estudió anatomía en la
su [primera] recuperación [Schreber] tuvo
Facultad de Medicina, mientras que Flechsig conser­
sentimientos cordiales hacia su médico». vaba cerebros en formaldehido en el museo de cere­
Finalmente estaba curado ... y... [sentí] la bros anejo a su despacho en el Hospital, y construyó
más viva gratitud hacia el Profesor un sistema de psiquiatría biologicista basado en la
Flechsig. Di cumplida expresión a este sen­ patología cerebral. Fue más bien Flechsig que Moritz
Schreber a quien Freud debiera haberse percatado que
timiento mediante una visita personal y...
estaba describiendo como «un médico (que] hace
lo que yo intuía que eran unos honorarios milagros ... [pero] cuando vemos que estos mismos
apropiados" (35-36)>> (p. 41). No sólo tie­ milagros (el material que fue suministrado por la hipo­
ne, Flechsig una signifación primordial no condría del enfermo) vienen a ser increíbles, absurdos
erótica para Schreber, como una persona y hasta cierto punto necios, nos viene al recuerdo la
afirmación en mi «Interpretación de los Sueños» de
real en quien él y su esposa habían deposi­ que lo absurdo en un sueño expresa ridículo e irrisión.
tado su confianza, sino también un psiquia­ Evidentemente, por lo tanto, es utilizado con el mismo
tra eminente en quien contluían fin en la paranoia» (p. 52).
El caso Schreber: una revisión 269 (79)
COLABORACIONES

del sueño y la traición de haber ordenado el sía de procreación? Sin embargo, en el


traslado de Schreber a Sonnestein. Ni con­ nivel de los sentimientos depresivos conse­
sideró Freud la oposición y la rabia en el cutivos a una pérdida, real y simbólica a la
Schreber adulto en relación con su esposa, vez, el convertirse en mujer contaría como
como figura de transferencia para senti­ un deseo compensatorio para curar su
mientos de dependencia hacia un ser depresión, y a su vez un derivado por sí
maternal y alguien sobre quien dependía mismo de sus conflictos sobre la identidad
como socio responsable en el matrimonio. masculina y la agresividad asertiva en el
Los sentimientos de ira, especialmente nuevo cargo como corresponde a un hom­
los de tipo impotente, como por ejemplo, bre. La paradoja de la promoción como
la ira suprimida y reprimida, yacen en el una pérdida y un trauma simbólicos, reco­
corazón de la estructura psicológica de nocidos por Freud (1916), podría explicar­
Schreber desde muy temprana edad. De se como la pérdida de seguridad y cercanía
hecho, él fue desarticulado casi hasta la respecto de su nativa ciudad, Leipzig, y de
obscenidad por las normas de Weber, dis­ su madre, quien aún vivía allí rodeada de
cutiendo sus emociones sexuales, y cues­ sus hijas y nietos. Ello a su vez despertaría
tiones tales como la defecación y la la envidia de la aceptada dependencia
excreción de orina; sin embargo, él no social de la mujer de un hombre, y la envi­
pudo reconocer su ira directamente, sino dia de sus poderes procreadores. Podría
sólo indirectamente, en «lenguaje básico», también reavivar recuerdos de las fracasa­
por ejemplo, como causada por milagros das ambiciones de su padre, sus depresio­
divinos, permaneciendo ampliamente mix­ nes y su muerte repentina cuando Schreber
tificados por sus «milagros rugientes». El tenía sólo 19 años. Y si la depresión estaba
fue igualmente abrumado y desarticulado allí, ¿podría la ira estar muy por detrás??
en sus demás sentimientos complejos, Freud fue precedido en la exploración
como la aflicción y la tristeza, el desprecio, psicoanalítica de la melancolía por su
y la ironía. Sin embargo, debieran ser des­ seguidor suizo Maeder (1910) y por
cifradas sus muchas y repetidas manifesta­
ciones, como dijo Freud que debe hacerse
con un sueño, a través de las emociones La exclusiva focalización de Freud sobre «lo
característicamente paranoico ... lcomo I defensa con­
implícitas generadas en la frustración de su
tra la fantasía desiderativa homosexual (p. 59), tam­
relación real con su esposa y sus médicos. bién le condujo a descuidar la fantasía de Schreber
Así, Schreber no dijo en sus Memorias que sobre el fin del mundo. Para Freud (1911 a), «el fin del
su candidatura terminase en una aplastante mundo era la consecuencia del conflicto que había
derrota, que esto fue una pérdida dolorosa, estallado entre él y Flechsig; ... era, de hecho, el resul­
tado inevitable de su enfermedad» (p. 69), era también
y que se deprimió a consecuencia de ello.
la causa de que Schreber retirase su libido del mundo.
La depresión está, sin embargo, claramente «Pero», como Freud se daba cuenta preconsciente­
documentada en la historia clínica y en las mente, «es cierto que en la vida psíquica normal (no
Memorias (Lothane, 1992 a). sólo durante períodos de duelo) estamos constante­
Solamente a nivel de las ideas, ¿qué cri­ mente retirando nuestra libido de esta forma de las
personas o de otros objetos sin caer enfermo ... Debe
terios decidirían en favor de interpretar la haber una característica especial que distingue una
fantasía de volverse mujer más como una retirada paranoica de la libido de otras formas ... en la
fantasía de castración que como una fanta­ paranoia la libido liberada queda ligada al ego y es
(80) 270 Z. Lothane
COLABORACIONES

Abraham (1911), pero ignoró a ambos. actitud hostil hacia el mundo exterior es tan
Como Schreber, un paciente de Maeder grande que su capacidad para amar se redu­
cayó enfermo a los 42 años con síntomas ce a un mínimo. Al mismo tiempo es debi­
que recuerdan los de Schreber: una mezcla litado y deprivado de su energía mediante
de neurastenia, dolores angoroides en el la represión de su odio o, para ser más
pecho, trastornos del sueño y sueños per­ correcto, mediante la represión del exage­
turbadores próximos a la mañana, y un rado componente sádico de su libido.
penetrante sentimiento de fracaso. Como Existe una similar inseguridad en su elec­
con Schreber, había una historia de depre­ ción de objeto en lo que atañe a su sexo. Su
sión en la madre. De muchacho fue tirani­ incapacidad para establecer su libido en
zado por el padre y el hermano mayor. Este una posición definida le lleva a un senti­
hombre se casó y tuvo hijos. No fue hospi­ miento general de inseguridad y a una
talizado, y el afecto depresivo y el de culpa manía de duda. Tampoco es capaz de tomar
fueron más acusados que en Schreber; tenía una decisión o de establecer un juicio claro,
grandes precauciones sobre pérdida de en cada situación sufre de sentimientos de
dinero y de propiedades. Su identidad inadecuación y se encuentra desamparado
sexual era algo ambigua, aunque nunca fue frente a los problemas de la vida». (p. 139).
abiertamente homosexual. Sufría un cierto Excepto en lo que respecta a la elección
grado de impotencia, sentía odio hacia su de objeto, esta caracterización se ajusta a la
esposa, mostraba en su conducta signos de de Schreber. Abraham también apuntó la
identificación femenina y en sus sueños tendencia del depresivo, como la del obse­
húmedos los hombres eran más frecuentes sivo, a «aislarse del mundo [autoerótica­
que las mujeres. Maeder dejó anotado la mente]» (p. 42), la «inadecuación sexual»
insuficiencia del material infantil, y que el (p. 143), pues «la eclosión de la enferme­
análisis tuvo éxito. dad real sobreviene cuando el enfermo
Abraham (1911), quien cita el trabajo de tenía que tomar una decisión final sobre su
Maeder y otros dos, uno de Brill y el otro actitud hacia el mundo externo y la aplica­
de Jones, quedó impresionado por «la sor­ ción futura de su libido» (p. 142), «una
prendente similaridad estructural entre la inseguridad en cuanto a su rol sexual ... un
enfermedad maníaco-depresiva y la neuro­ conflicto de esta naturaleza entre una acti­
sis obsesiva... [en las que] dos diferentes tud de hombre o de mujer» (p. 144). La
tendencias -amor y odio- están en continua diferencia era que «en las psicosis depresi­
interferencia recíproca. La tendencia que vas ... la represión es seguida de un proceso
una de estas personas tiene a adoptar una de "proyección" ... [aquí] un conflicto dife­
rente subyace camuflado... predomina el
usada para el engrandecimiento del ego» (p. 27). Tal
odio. Esta actitud es primero dirigida con­
engrandecimiento del ego ocurre de hecho en la fase tra los parientes más cercanos del paciente,
maníaca del ciclo que siguió al duelo causado por la y se generaliza después ... [de acuerdo con]
pérdida de enlaces con el mundo. Más aún, no es sólo la siguiente fórmula. "No puedo amar a la
la economía libidinal la que causa la megalomanía, gente; tengo que odiarles"» (pp. 144-145).
como han argumentado Arlow y Brenner (1964;
1969), sino también su conexión con la pérdida de
Los rasgos obsesivos eran muy prominen­
autoestima y la consiguiente necesidad de compensar­ tes en Schreber, y hay evidencia para suge­
la, como en la melancolía. rir que tenía problemas de impotencia con
El caso Schreber: una revisión 271 (81)
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COLABORACIONES

su esposa, quien puede haber tenido la mujer y su hija adoptiva hasta la recurren­
correspondiente frigidez. cia en 1907 de la depresión agitada. Que
Las Memorias no fueron escritas en un duró hasta su día de la muerte en 1911.
vacío emocional. Schreber tenía fuertes
sentimientos sobre su traslado al Hospital
Balance
Estatal de Sonnenstein, siendo declarado
mentalmente incapaz de por vida, y mante­ Una aproximación clínica psicoanalíti­
nido allí contra su voluntad después de camente orientada al Caso Schreber plan­
haberse recobrado de su depresión, y gran­ tea cuestionamientos sobre las formula­
des angustias sobre su caso judicial para ciones de Freud (paranoia del adulto cau­
recuperar su libertad. Al fin Freud alcanza sada por la homosexualidad actual reprimi­
alguna conciencia de estos hechos, perdida da) y de Niederland (síntomas del adulto
en la traducción de Strachey 8, mientras que causados por la emergencia de recuerdos
Niederland se refiere eufemísticamente al del sadismo paterno). La discusión prece­
Sonnenstein como al «Sanatorium», un dente sobre las opiniones de Freud y
nombre correspondiente a casas de reposo. Niederland demuestra que ellos ponen la
Durante años, Schreber se enfureció contra teoría delante de la observación. Aban­
su pérdida de derechos civiles, sintiéndose donaron el más tradicional método clínico
abandonado por la familia y por Dios. Esto de psiquiatría descriptiva, dinámica y bio­
le llevó a «rugir como un animal. .. particu­ gráfica. No consideraron todos los datos
larmente por la noche, cuando otras medi­ disponibles concernientes a la historia de
das defensivas como hablar en voz alta, Schreber, el contexto adulto sociofamiliar,
tocar el piano, etc. son difícilmente practi­ y los conflictos presentes, las cualidades
cables... rugir tiene la ventaja de ahogar del cuerpo del paciente, de su carácter y su
con su ruido todo cuanto las voces me mente, sus propias manifestaciones, segui­
hablan en la cabeza... Esto me permite do de un análisis de causas, diagnóstico
dormir de nuevo» (p. 314). Esto muestra la diferencial y posibles explicaciones teóri­
capacidad de la ira para enfermar y para cas y dinámicas. Una revisión clínica
curar. Tras su liberación, la rabia de sugiere un diagnóstico de enfermedad
Schreber cesó, y él vivió en paz con su bipolar o enfermedad maníaco-depresiva
con añadidos maníacos y paranoides. No
B ASÍ, en el original Freud manifiesta que el hay evidencia de homosexualidad, compa­
paciente dio los pasos adecuados para rescindir su rado con la relevancia fenomenológica y
Kuratel (Freud, 1911 b, p. 246), el término utilizado dinámica de conflictos de transvestismo y
en Austria para designar a la vez la incapacidad civil y de identificación de género (transexualis­
la necesidad de custodia, que Strachey convierte en
mo). Combinando la concepción original
«control de sus propios asuntos» (Freud, 1911 a, p.
15). Freud estaba lleno de admiración por «la perspi­ de Freud de las neuropsicosis de defensa
cacia y la fuerza de convicción de su lógica» y el con el concepto de conflicto intrapsíquico
«Triumph» (1911 b, p. 248), más enfático que el «éxi­ (la pasividad de Schreber, su dependencia,
to» de Strachey (Freud 1911 a, p. 16), que siguió a la problemas de autoestima, e identificación
rescisión de su «verhiingte Entmündigung» (=la inca­
pacidad impuesta, Freud 1911 b, p. 248), que Strachey
femenina compensatoria) se hace posible
blandamente traduce como «los derechos civiles del una explicación adaptativa de síntomas tan
Dr. Schreber fueron restaurados» (p. 16). famosos como el asesinato del alma y la
(82) 272 Z. Lothane
COLABORACIONES

fantasía del final del mundo, una transfor­ (10) ETCHEGOYEN, R. H., «On Narcissism,
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* Zvi Lothane. Psiquiatra. Psicoanalista.


Corre!:>]Jondencia: 1435 LexingtonAvenue, Nueva York, NY 10128.
** Fecha de recepción: ll-V-1994.

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