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CRÍTICAS AL PSICOANÁLISIS

Karl Popper controvirtió el carácter científico del psicoanálisis, alegando la infalsabilidad


de algunos de sus elementos.
El psicoanálisis ha sido cuestionado principalmente por su carácter heterodoxo frente a
las ciencias naturales.
Uno de sus primeros críticos fue el filósofo Karl Popper, quien en sus trabajos sobre la
filosofía de la ciencia estableció que varios de los postulados de Freud no cumplían con el
principio de falsabilidad (esto es, la capacidad de que un postulado se demuestre falso), lo
que podía llevar a una interpretación flexible de los mismos ante las evidencias de sus
resultados empíricos. Más adelante, otros filósofos, como Adolf Grünbaum, consideraron
si los presupuestos del psicoanálisis podían someterse o no al escrutinio de falsabilidad.
Grünbaum, aunque concuerda con la conclusión de Popper (el psicoanálisis no sería una
ciencia), disiente respecto de su argumentación y considera que sí es posible probar que
las predicciones, sobre las que el psicoanálisis sustenta sus postulados y justifica su
carácter científico, son simplemente falsas. Otras críticas filosóficas apuntan a la falta de
consistencia externa e interrelación entre el psicoanálisis y otras ramas de la ciencia
relativas a la mente humana. Sobre la base de este y otros argumentos, Mario Bunge
clasifica al psicoanálisis entre las pseudociencias.
Entre los elementos criticados al psicoanálisis puede contarse el Complejo de Edipo.
Bronislaw Malinowski cuestiona la idea de su aplicación universal tras haber estudiado a
tribus como las de las Islas Trobiand. Concluyó que el complejo no debía darse solamente
en la relación madre/hijo, sino en otros tipos, ajustándose a las peculiaridades de cada
sistema familiar. También se han cuestionado otros principios como el complejo de
castración o la pulsión de muerte, por no tener fundamento científico suficiente.
Algunos críticos han ido más allá y han investigado el resultado de tratamientos aplicados
con este sistema. Así, Hans Eysenck, tras estudiar una serie de casos, llegó a la
conclusión de que no había diferencias significativas entre el número de casos exitosos y
aquellos que mejoraron de manera espontánea. Sin embargo, los estudios de Eysenck,
en los que decía demostrar que solo la terapia conductista es efectiva, han sido
denunciados como fraudulentos y con datos fabricados. Esto llevó a que en 2020 revistas
científicas retractaran oficialmente numerosos artículos de Eysenck.
Autores como Karin Obholzer han señalado que casos emblemáticos, como el de Sergei
Pankeyev, fueron en realidad un fraude.

EXPLICACIONES FALLIDAS
Si en algunos ámbitos el psicoanálisis se ha mostrado fructífero, tampoco faltan casos en
los que la aplicación indiscriminada o no contrastada de sus tesis ha tenido
consecuencias negativas, cuando no contraproducentes.
El caso más llamativo es el del autismo. El psicoanálisis, al aplicar sus tesis sobre el
desarrollo infantil, partía de la idea de que el trastorno autista era provocado por el estilo
de crianza de los padres, lo que llevó a la creación del mito de la «madre nevera». De
esta manera, trataba de dar por demostrada una hipótesis que, sin embargo, Leo Kanner
(descubridor del trastorno) había descartado en su artículo de 1943:
«No es fácil evaluar el hecho de que todas nuestras pacientes procedan de padres muy
inteligentes. (…) Otro hecho destaca prominentemente: en todo el grupo hay muy pocos
padres y madres realmente cálidos (…). Surge la pregunta de si, o hasta qué punto, este
hecho ha contribuido a la condición de sus hijos. La soledad de los niños desde el
nacimiento hace difícil atribuir el cuadro general exclusivamente al tipo de relaciones
parentales tempranas con nuestros pacientes. Por tanto, debemos asumir que estos niños
han llegado al mundo con una incapacidad innata para formar el contacto afectivo normal
con las personas biológicamente proporcionado, al igual que otros nacen con deficiencias
intelectuales o físicas innatas.» Kanner, L. (1943): 'Autistic disturbances of affective
contact.' Nervous Child, 2.
En contra de esta tesis, la interpretación psicoanalista se impuso, dando lugar a la
práctica de crear centros para recluir a los niños y apartarlos de sus padres, aplicando
terapias de muy dudosa eficacia, y creando serios problemas de autoinculpación en
padres y madres.
Las investigaciones científicas posteriores evidenciaron la falsedad de las tesis
psicoanalíticas al demostrar la base neurológica y hereditaria del autismo. Actualmente,
las guías de buena praxis en el tratamiento del autismo desaconsejan las terapias
psicodinámicas.
A pesar de esto, los psicoanalistas lacanianos siguen defendiendo el papel del
psicoanálisis en el debate sobre autismo.
PSICOANÁLISIS Y NEUROCIENCIA
El psicoanálisis se ha ido integrando con el desarrollo actual de las neurociencias, en lo
que se ha venido a denominar neuropsicoanálisis.
Científicos como Eric Kandel, Premio Nobel de Medicina y Fisiología (2000), o António
Damásio, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (2005),
reclaman un diálogo entre las neurociencias y el psicoanálisis. Damásio cita: "Creo que
podemos decir que los discernimientos de Freud sobre la naturaleza de la conciencia
concuerdan con los puntos de vista más avanzados de la neurociencia contemporánea". A
su vez, Kandel: "Acerca de la mente, no hay todavía concepción más coherente e
intelectualmente satisfactoria que el psicoanálisis". Aunque también Kandel afirma que las
bases del "inconsciente neuronal" no tienen similitud con el "inconsciente freudiano" y no
está relacionado con fuerzas instintivas o conflictos sexuales ya que la información nunca
entra en la "conciencia".
El neurólogo y neurocientífico argentino Facundo Manes, incluye a Freud en su historia
de las neurociencias. Manes sostiene, en su libro "Usar el cerebro", que "durante las
décadas de 1880 y 1890 el trabajo de Sigmund Freud evolucionó del método anátomo-
clínico (después de los estudios histológicos experimentales) a la neurología teórica
(histeria y modelos de afasia) y a la psicología, proceso que dio origen al nacimiento del
psicoanálisis".
CINE Y PSICOANÁLISIS
La relación entre el cine y el psicoanálisis ha sido en las últimas décadas cada vez más
estrecha. Una muestra de ello es el hecho de que prácticamente todos los congresos y
conferencias internacionales de psicoanálisis cuentan con participaciones de destacados
psicoanalistas especializados en el análisis del cine. Por otra parte, la apreciable cantidad
de largometrajes de calidad cuyo tema central es el psicoanálisis, sus principales autores
o hasta sus pacientes famosos da cuenta de una relación recíproca.
Aunque el cine y el psicoanálisis nacen juntos (Sigmund Freud publicó junto a Josef
Breuer los Estudios sobre la histeria en el mismo año en que los hermanos Lumière
presentaron su primera película), Freud se mostró muy escéptico respecto de las
posibilidades, significación y alcance de este nuevo medio para el psicoanálisis. Según
consta en su correspondencia con Sándor Ferenczi, sabía, sin embargo, que nada podría
evitar que se filmara sobre la técnica y la teoría psicoanalítica, pero mantuvo su posición
crítica y llegó a negarse a ser vinculado personalmente con alguna representación fílmica.
Pensaba que no existía una posibilidad seria y respetable de mostrar de manera plástica
las abstracciones a las que había arribado la teoría psicoanalítica. En 1925, a pesar de
ello y en medio de una polémica al respecto con Freud, Karl Abraham y Hanns Sachs
entregaron su apoyo técnico y asesoría científica para la primera película psicoanalítica
Misterios de un alma (Geheimnisse einer Seele), del director Georg Wilhelm Pabst.
En las décadas que siguen y hasta la fecha, el psicoanálisis, la vida de Freud o el
contexto histórico de sus desarrollos han sido temas que han aparecido con cierta
frecuencia en el cine:

Alfred Hitchcock realiza en 1945 una visita a la temática psiquiátrica y psicoanalítica en su


filme Spellbound (Recuerda en España, Cuéntame tu vida en Argentina), protagonizado
por Gregory Peck e Ingrid Bergman. Esta película relaciona psicoanálisis y surrealismo,
debido a la secuencia diseñada por Salvador Dalí para ilustrar los sueños del
protagonista.
John Huston lleva al cine la vida de un joven Freud en el biopic Freud, pasión secreta
(Freud, también Freud: The Secret Passion, 1962), interpretado por Montgomery Clift.
En las películas de Woody Allen, el psicoanálisis es un tema recurrente.
Richard Gere encarnó a un psicoanalista vulnerable, el doctor Isaac Barr, en Análisis final
(1992), dirigida por Phil Joanou, un psiquiatra atrapado en la fascinación por dos
atractivas hermanas (Uma Thurman y Kim Basinger) y envuelto en una laberíntica trama
criminal. En él se alude al sueño de las flores incluido en La interpretación de los sueños
de Freud.
La historia de la relación entre Sigmund Freud y la princesa Marie Bonaparte, incluida la
ayuda que ella prestó para la huida de la familia de Freud al exilio, se llevó a la pequeña
pantalla y se estrenó en 2004. Princesse Marie fue dirigida por Benoît Jacquot y
protagonizada por Catherine Deneuve como la princesa Marie Bonaparte, y por Heinz
Bennent como Freud.
La película Mahler auf der Couch (Mahler sobre el diván, 2010), de los cineastas Percy y
Félix Adlon, aborda la conflictiva vida sentimental de Gustav Mahler y evoca con humor
los encuentros con su contemporáneo, el explorador del alma Sigmund Freud.
El director de cine David Cronenberg estrenó en 2011 A Dangerous Method (Un método
peligroso, en español), la adaptación al cine (con ayuda del libro A Most Dangerous
Method, de John Kerr) de la obra de teatro de 2002 The Talking Cure, de Christopher
Hampton. Sigmund Freud es interpretado por el actor Viggo Mortensen, quien comparte
reparto con Keira Knightley (Sabina Spielrein) y Michael Fassbender (Carl Gustav Jung).
En Freud, serie de televisión alemana de 2020 de Netflix, se narra en ocho capítulos una
biografía ficticia de la juventud del padre del psicoanálisis.

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