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O

riginariamente asenta-
Rehabilitación da sobre la cima de una
colina próxima al río
urbana en Lisboa Tajo, Lisboa se desplie-
ga sobre la propia coli-
na expandiéndose y di-
luyéndose en múltiples
María Luisa Lourés Seoane direcciones. Pero, como
tantas otras ciudades,
alberga dentro de sí
múltiples espacios cuya
lectura resulta extremadamente compleja. Más allá
del poder evocador y el magnetismo que pueda ejer-
cer la imagen de su gran área central, profunda y de-
sigualmente deteriorada, y el deslumbramiento que
provocan las recientes grandes operaciones urbanas,
una mirada atenta y escrutadora nos permite recono-
cer signos muy claros de la reorganización socio-es-
pacial que desde hace unos años se viene producien-
do.

Si en el orden político la revolución de 1974


marca un antes y un después en Portugal, la entrada
en la Unión Europea en 1986 señala un cambio muy
significativo, no sólo en el orden político, sino tam-
bién en el económico. La inserción en una economía
globalizada, la especialización que la propia Unión
asigna a los diversos países que la integran, las inver-
siones destinadas a paliar las desigualdades sociales y
territoriales, etc., constituyen elementos que, de algún
modo, condicionan y dirigen el desarrollo urbano y
territorial.

En efecto, la ciudad de Lisboa1, en un proce-


so altamente contradictorio, ha experimentado una
transformación vertiginosa. La proliferación de gran-
des centros comerciales, la regeneración del área de la
Expo 98 (actual Parque de las Naciones), la creación
del Centro Cultural de Belem, la reconversión de los
antiguos muelles portuarios (Alcántara, Sto. Ama-
ro…) en espacios lúdico-recreativos, la edificación de

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nuevos barrios residenciales, la extensión de la red de Durante los años ochenta, en un contexto de
metro y de las infraestructuras de transporte por ca- crisis económica y ante el progresivo deterioro de sus
rretera, etc., representan apenas una mínima expre- barrios, los sectores populares de Alfama y Mouraria,
sión de cambios más profundos que venían perfilán- apoyados por técnicos del ayuntamiento e intelectua-
dose desde la década de los setenta. En un afán de ho- les que compartían sus preocupaciones, se organizaron
mologación con otros países europeos, parte de estas para reivindicar la mejora de sus condiciones habita-
intervenciones responden a un patrón común de in- cionales. Fue así como, para dar respuesta a estas de-
tervención en áreas urbanas donde la recuperación mandas, se crearon en 1985 los dos primeros Gabinetes
de espacios en desuso o las grandes intervenciones Técnicos Locales (GTLs)2. Por otro lado, la conmoción
urbanas asociadas a un evento particular, se confor- que provocó el incendio del Chiado, en agosto de 1988,
man como elementos aglutinadores de recursos desti- y el debate posterior que se generó en torno al dete-
nados a la preparación de estas ciudades para el nue- rioro y abandono de las zonas antiguas de la ciudad,
vo escenario político-económico. Simultáneamente a concitó un cierto consenso en torno a la necesidad de
este tipo de actuaciones, gran parte del área central volver la mirada hacia el centro de la ciudad, cuestión
histórica lisboeta sufre, valga la redundancia, un que de algún modo ya estaba madura y que el suceso
abandono histórico que la política de rehabilitación precipitó. En efecto, el continuo trasvase poblacional
urbana ha sido incapaz de revertir. desde el municipio de Lisboa hacia la periferia, que se
venía produciendo desde los años sesenta, se agudizó
notablemente en esta década, vaciándose el centro de
Barrios Históricos y Gabinetes su función residencial. Además, el deterioro del patri-
Técnicos Locales (GTLs) monio edilicio residencial, en parte provocado por el
abandono y en parte por la sucesiva congelación de los
El carácter legitimador de la política de re- alquileres, era alarmante. De algún modo, la necesidad
habilitación impulsada por el Estado Novo (1933- de revertir este proceso estuvo en la base de la política
1974) hizo que ésta se orientase a la búsqueda de de rehabilitación urbana dirigida por el gobierno de
una supuesta esencia histórica portuguesa. Así, en los coalición entre el Partido Socialista (PSP) y el Partido
años treinta el Castillo de San Jorge en Lisboa fue li- Comunista (PCP) resultante de las elecciones munici-
berado de elementos que no respondían a ese crite- pales de 1989.
rio de puridad, o pequeñas aldeas portuguesas se
mantuvieron como ejemplos representativos de lo El discurso sobre la rehabilitación se confi-
genuino en el mundo rural. Aunque desde 1974 se guró en torno a la vivienda y el derecho de los secto-
había ido produciendo legislación orientada a la re- res populares a residir en las áreas centrales de la ciu-
cuperación de los inmuebles degradados (Ley de dad, la lucha contra el despilfarro inmobiliario, la par-
Suelos de 1976, programas PRID, RECRIA y ticipación de la población en todo el proceso y la des-
PRAUD, etc.) y la experiencia de rehabilitación en centralización como la estructura más adecuada para
Oporto del área Porto-Barredo señaló un hito im- la participación. Fue bajo estas premisas que se orga-
portante en la intervención en áreas históricas, las nizaron el conjunto de medidas a desarrollar. La ex-
prácticas de renovación urbana todavía eran fre- periencia acumulada en los barrios de barracas por
cuentes. Finalmente, fue a partir de 1990 cuando se los técnicos que habían trabajado conjuntamente con
afrontó una política de rehabilitación urbana en el las poblaciones afectadas, se proyectó en el enfoque
sentido más amplio del término. adoptado para los Barrios Históricos.

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De un mente diferen-
lado, existía una ciado e interna-
manifiesta volun- cionalizado y la
tad política de aparición de ser-
conjurar el peli- vicios asociados
gro que toda a los mismos
operación de re- (aparcamientos
habilitación com- subterráneos),
porta, tal es, la había signos evi-
expulsión del dentes de este
área de la pobla- proceso3. Este se
ción de menores produjo, en prin-
recursos y su sus- cipio, con cierta
titución por es- espontaneidad, si
tratos sociales su- bien se daban las
periores. Desde premisas necesa-
los años sesenta, rias para que así
y de acuerdo a la sucediese, es de-
terminología uti- cir, la existencia
lizada por Ruth de un patrimonio
Glass (1964) en su estudio sobre Londres, los fenóme- edilicio muy deteriorado, locales vacantes, fuerte de-
nos de gentrification habían ido salpicando la geografía sinversión, actividades comerciales en franca decaden-
de las ciudades. Con posterioridad, Neil Smith (1996), cia, centralidad y una cualidad arquitectónica y espa-
en una profundización del concepto, sostuvo que éste cial óptima para su recreación como escenario de re-
no debía entenderse como un mero recambio residen- presentación. La declaración en 1991 del Bairro Alto
cial, sino que debía incluir también las grandes opera- como Área Critica de Recuperación y Reconversión
ciones urbanas que durante la década de los ochenta y Urbanística, si bien potencialmente constituía un ins-
noventa se desarrollaron en muchas ciudades, tanto trumento valioso para frenar las tendencias especulati-
norteamericanas como europeas. En el área europea, vas, lo cierto es que no logró impedir el proceso en
el Reino Unido, Italia y Francia con honda experiencia marcha. Además, las expectativas creadas tras el incen-
en materia de rehabilitación urbana, confirmaban la dio del vecino Chiado y la gran operación especulativa
extensión de este fenómeno que, en el transcurso del de reconstrucción que se proyectaba, ahondó en el fe-
tiempo, había ido adquiriendo nuevos matices. nómeno de sustitución que se venía produciendo.

Ya en ámbito propio, en el Bairro Alto de Lis- Por otro lado, tras asumir la debilidad presu-
boa, desde los años setenta cuando se instalaron los puestaria, se optó por multiplicar las intervenciones
primeros anticuarios y restaurantes, y a ritmo crecien- de carácter sencillo que fuesen capaces de mejorar
te hasta la actualidad, donde, junto a los establecimien- sensiblemente las condiciones materiales de lo edifi-
tos de design, restaurantes y bares con cierto glamour, cado. En el conjunto de los barrios históricos, el régi-
etc., se percibe una cierta renovación residencial a car- men de tenencia de la vivienda se basaba, mayorita-
go de nuevos residentes con un estilo de vida clara- riamente, en el alquiler y desde un principio se imple-

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mentaron normas de protección de los inquilinos, así relativos a vivienda, equipamientos y espacios públi-
como medidas coercitivas dirigidas a aquellos propie- cos, sino también de atención a los grupos social-
tarios que, de algún modo, forzaban la situación con mente vulnerables, de actividad económica en los
ánimo de negocio4. Sin embargo, los fondos para la re- barrios, etc. Como señalaba Filipe Lopes (1991), di-
habilitación eran fundamentalmente públicos y dado rector municipal de Rehabilitación Urbana de la Cá-
el número de intervenciones necesarias éstos tenían mara Municipal de Lisboa, los GTLs van a tener
un techo. competencias totales en cuatro de las doce direccio-
nes municipales, y ello significa una gestión integra-
Si bien el perfil sociodemográfico y de activi- da en esas áreas y no sectorializada como en el res-
dad económica de los diferentes Bairros Históricos to de la ciudad. Sin embargo, desde un primer mo-
ofrecía un cuadro heterogéneo, lo cierto es que, en ge- mento, se vieron desbordados por las urgencias que
neral, se trataba de áreas donde existía una cierta la propia realidad imponía. Más allá de las numero-
concentración de población de escasos recursos y un sas intervenciones realizadas en estos barrios, mu-
parque edilicio notablemente deteriorado. No obs- chas de ellas discutibles por la calidad de las mismas,
tante, el proceso aleatorio de selección y delimitación lo cierto es que el proceso, en su conjunto, adoleció
de los Bairros Históricos mostró sus claras limitacio- de una cierta parálisis burocrática que hizo que al-
nes ya que no fue capaz de situar claramente las ne- gunos proyectos se demorasen excesivamente en el
cesidades concretas de cada área en relación con el tiempo6. Esto contribuyó a la visualización de la re-
conjunto, llegándose a producir, incluso, una cierta in- habilitación urbana de forma negativa y en cierta
coherencia a la hora de afrontar la rehabilitación de medida provocó un cambio de orientación en la es-
estas áreas y contribuyendo a crear una visión frag- trategia rehabilitadora. Fue entonces, a partir de
mentada de la ciudad. La ya mencionada, y al día de 1994, que se pusieron en marcha los llamados Pro-
hoy incompleta, reconstrucción del Chiado, con fi- yectos Integrados de Rehabilitación.
nanciación propia y desarrollo autónomo, junto a la
deteriorada Baixa Pombalina, por mencionar única-
mente dos ejemplos claros, revelan sin duda un modo Los Proyectos Integrados
de proceder proyecto a proyecto donde se pierde en
cierto modo una visión de conjunto que se hace nece- Estos proyectos surgieron como un nuevo
saria. modelo de gestión donde la participación del sector
privado pasaba a ocupar un papel relevante7. En
El discurso de la descentralización, ligado a Lisboa, se denominó de este modo a proyectos de
la participación ciudadana y el poder local, llevó a la carácter muy diverso: recuperación de un edificio
creación de nuevos Gabinetes Técnicos Locales para equipamientos barriales (antiguo Teatro Ta-
(GTLs) y la ampliación de los límites de los anterio- borda), regeneración de un área urbana completa
res5 con el fin de involucrar a la población en el pro- (freguesia do Castelo), rehabilitación de un edificio
ceso. Dado que no se contaba con información por- histórico protegido para usos mixtos de vivienda,
menorizada sobre las características de los barrios, a comercio, equipamientos (antiguo Convento das
los GTLs les fue encomendada la tarea de hacer re- Bernardas), etc.8 Se perseguía con ello otorgarles un
levamientos exhaustivos de los mismos y en base a cierto carácter de muestra y contagio del entorno
ellos redactar Planes de Urbanización individualiza- circundante. Sin embargo, más allá de los enuncia-
dos. Planes que debían contemplar no sólo aspectos dos sobre la mezcla y equilibrio de funciones y la vi-

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sibilidad del proyecto, la integración más clara vie-
ne dada por la inclusión del binomio público/priva-
do y por el allanamiento de los procedimientos le-
gales con el fin de dar agilidad a todo el proceso.
Habría que resaltar que, este tipo de intervención,
surgió en un momento de crecimiento económico
notable y donde se multiplicaron los proyectos-hito
en la ciudad constituyendo la rehabilitación de edi-
ficios revestidos de algún valor simbólico referen-
cias urbanas, no sólo en el sentido físico material del
término, sino también como modelo de apropiación
del espacio.

Al interior de cada Bairro Histórico se va a


seleccionar un Proyecto Integrado para cuya ejecu-
ción y gestión existirá una vía paralela a la actuación
ordinaria del propio Gabinete Técnico Local que in-
terviene en el barrio. El GTL gestionará, únicamen-
te, las ayudas sociales a la población afectada por ca-
da uno de estos proyectos. Sin duda, este funciona-
miento desconectado de cualquier referente que no
sea el propio proyecto, con su gestión autónoma, le-
jos de representar una filosofía integradora, refuer- residencial predominante con anterioridad queda
za sus tendencias disgregadoras y acaba convirtien- seriamente comprometida.
do la recuperación de estos elementos en reclamos
destinados a una clase social que puede sostener Si bien todavía predominan los sectores po-
ciertos consumos. La integración se entiende de este pulares residiendo en el centro de Lisboa, lo cierto
modo referida, no única pero sí fundamentalmente, es que poco a poco éstos están siendo desplazados
a los usos. Así, en el antiguo Convento das Bernar- del mismo. Las operaciones en marcha, junto a una
das, de propiedad municipal, la mezcla de funciones legislación sobre alquileres que recientemente ha si-
está garantizada por la ubicación en el edificio de vi- do modificada y que permite repercutir sobre las
viendas, comercios, sala polivalente, museo, centro rentas de alquiler los gastos de manutención de las
para la tercera edad, etc. Sin embargo, pese al man- viviendas9, puede conducir inexorablemente a la ex-
tenimiento de la actividad comercial, los comercian- pulsión definitiva de los sectores sociales más débi-
tes que desarrollaban su actividad en el edificio an- les.
tes de la rehabilitación del mismo tras su recupera-
ción no retornarán. Además, el número de viviendas
Notas
existentes en el momento del relevamiento sociode-
mográfico y habitacional, 121 en 1995, han sido drás- 1. Según estimaciones del INE, en 1997, el municipio de
ticamente reducidas a 35, de las que doce se destinan Lisboa albergaba 554.050 habitantes y su área metropoli-
a centro para la tercera edad, con lo que la función tana 2.565.440.

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2. Se trata de estructuras municipales multidisciplinares y 2, del conjunto de edificios identificados para rehabilita-
descentralizadas, con competencias importantes para in- ción en 1990 se calcula que en 10 años se habrá rehabi-
tervenir en los llamados Bairros Históricos. En el momento litado un 25%, lo que da una muestra de la lentitud del
de su creación dependían directamente del ejecutivo de la proceso.
Cámara Municipal.
7. En 1995 se crea la empresa municipal EBAHL, cuya fun-
3. Como signo elocuente de todo ello, en noviembre de ción consiste en gestionar los equipamientos de los ba-
1999 fueron vendidos sobre plano en el Bairro Alto (Páteo rrios históricos de Lisboa.
Bairro Alto), 41 apartamentos con unos precios que osci-
laban entre 25 y 53 millones de escudos. Cuando el edifi- 8. Cuando se inició el programa de Proyectos Integrados
cio, de propietario único, fue puesto a la venta hace cinco algunos se habían ejecutado con anterioridad, otros se en-
años, la Cámara Municipal no ejerció su derecho de pre- contraban en una fase de estancamiento, como el PIC del
ferencia del que en otras ocasiones se había valido para Castillo y otros se diseñaron específicamente y correspon-
impedir operaciones especulativas (Jornal O Público, 17- diendo al nuevo modelo de gestión.
09-2000). Muy próximo a este proyecto inmobiliario se en-
cuentra el Palácio de Marim Olhao, elegido como Proyec- 9. En la actualidad conviven dos tipos de rentas, una
to Integrado en el área. protegida que afecta en gran parte al área central de
Lisboa, donde se concentran los alquileres más anti-
4. Estas consistían en la posibilidad por parte del ayunta- guos, y otra liberalizada, en la que el arrendador y el
miento de ejercer la expropiación forzosa y/o el derecho arrendatario pactan el alquiler por un período determi-
preferente de compra. Ambas medidas fueron utilizadas li- nado de años.
mitadamente, más como un poder disuasorio que como
una práctica generalizada. También se fijaron medidas de
control de alquiler tras la reforma de los inmuebles.
Bibliografía
5. En la actualidad son: Madragoa, Mouraria, Colina do
Castelo e Alfama, Bairro Alto e Bica, Núcleos Dispersos y Glass, Ruth, (1964): London:aspects of change, London:
Patios e Vilas, estos últimos antiguos pueblos periféricos Centre for urban studies and MacGibbon and Kee.
que han sido absorbidos por el crecimiento urbano y vi-
viendas obreras que se encuentran diseminadas por la Lopes, Filipe, (1991): “Reabilitaçao urbana em Lisboa”, en:
ciudad, respectivamente. Sociedade e Territorio, Porto, nº 14-15, pp. 73-78.

6. Según declaraciones de António Abreu , vereador de Smith, Neil, (1996): The new urban frontier. Gentrification
la Cámara Municipal de Lisboa, en Pedra&Cal, 1999, nº and the revanchist city, N. York: Routledge.

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