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SOCIAL HUMANÍSTICA 2
LA REVOLUCIÓN DE 1944
NOMBRE CARNÉ
WILLIAM ALLANGUMER OROZCO MIRANDA 201630940
La revolución de 1944
El foco militar del alzamiento estuvo en el cuartel Guardia de Honor, bajo el comando del
Mayor Francisco Javier Arana. Aún cuando se venía gestando desde antes, comenzó a
materializarse en los meses de mayo y junio del año citado, con acciones de rebeldía,
desobediencia civil y manifestaciones populares contra el régimen de Jorge Ubico, quien
gobernaba Guatemala desde 1931. Los principales actores fueron profesionales, estudiantes
universitarios y maestros, a los que pronto apoyaron otros sectores ciudadanos,
principalmente de extracción urbana. Después de la renuncia del dictador Jorge Ubico, una
junta militar se hizo cargo del poder ejecutivo, la cual se disolvió el 4 de julio de 1944 para
instaurar el mando en el General Federico Ponce Vaides, en calidad de presidente
provisional. De julio a septiembre del mismo año, Ponce comenzó a dictar medidas
coercitivas contra la ciudadanía, apoyado por el Partido Liberal Progresista, con el objeto
de perpetuarse en el poder. Varios oficiales militares de rango intermedio de alta en el
batallón de la Guardia de Honor, comenzaron a cambiar impresiones y a proponer
soluciones para evitar el entrenamiento de una nueva dictadura en el país.
Entre los militares estaban Manuel J. Pérez, Mayor Carlos Aldana Sandoval y Francisco
Javier Arana, a quienes se sumó prácticamente toda la oficialidad de aquel cuerpo militar.
Algunos se encargaron de mantener contactos con diversos activistas civiles que
colaborarían durante la lucha armada. Los enlaces principales que mantuvieron fueron los
militares de baja Jacobo Arbenz Guzmán y Enrique de León Aragón. Además, el hombre
de negocios Jorge Garrido Toriello, el dirigente obrero Silverio Ortiz, el político Julio
Bianchi y un grupo de estudiantes encabezados por Julio Méndez Montenegro, Oscar de
León Aragón y Julio Valladares Castillo, entre otros. En la noche anterior al 20 de octubre
de 1944, después de coordinar las unidades que estarían en combate, de comprobar las
comunicaciones, adjudicar misiones y objetivos de establecer un puesto de mando, los
mayores decidieron iniciar las operaciones de acuerdo con el plan estratégico establecido,
sin la asistencia del mayor Aldana Sandoval y del coronel Humberto Díaz, quienes por
diversas razones no estuvieron presentes en la hora convenida. Dos piezas de artillería
fueron situadas en la zona 5 para cañonear el Castillo de Matamoros mientras que dos
tanques cubrían el frente del cuartel para evitar fugas.
Desde los altos del Cerrito del Carmen, otras dos unidades bombardearon el Castillo de San
José, también sitiado por otro par de tanques. Fue neutralizado el campo de aviación. Luego
fueron ubicados cuatro cañones más contra Matamoros y el Castillo de San José
produciendo, en ambos, estragos materiales en los edificios y una considerable cantidad de
bajas entre muertos y heridos. Además, fueron colocados cuatro tanques frente al Palacio
Nacional con la orden de atacar en caso de encontrar resistencia. Pronto se reunieron con
Arbenz, Jorge Toriello y el teniente Enrique de León Aragón, quienes estuvieron
repartiendo armas a los civiles que las solicitaban para unirse a la lucha. Los primeros
civiles que se incorporaron a la lucha armada fueron quince estudiantes universitarios que
llegaron a la Guardia de Honor a las dos de la la mañana, quienes fueron armadas
inmediatamente. Otro contingente civil muy valioso fue el constituido por obreros armados
liderados por el legendario dirigente Silverio Ortiz, miembro prominente de los artesanos y
obreros que combatieron en 1920 contra el tirano Manuel Estrada Cabrera. Entre todos
ellos lograron reunir ochocientos hombres que pelearon en diversos barrios de la ciudad,
entre otros, La Palmita, La Reformita, Santa Cecilia y en las calles céntricas, enfrentándose
a la policía nacional y a los francotiradores que cobraron muchas vidas humanas. El
contingente obrero estuvo integrado por albañiles, carreteros, maestros, tipógrafos,
ferrocarrileros, jornaleros y toda una amplia gama de oficios.
El 28 de octubre de 1946, el Congreso aprobó el Decreto No. 295, que contiene la Ley
Orgánica del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. El doctor Augusto Cazali Ávila
dice que la protección al trabajador era un acto de justicia “para los hombres y mujeres que
con su trabajo diario en las fábricas, talleres, servicios, fincas y otros centros de labores
cotidianas en el país, contribuían al progreso de la Nación”. En cuanto a la educación, el
ministro de Educación, Enrique Muñoz Meany, modernizó los niveles primario y
secundario. En el universitario, el Gobierno de Arévalo aprobó la autonomía de la
Universidad de San Carlos, que anteriormente había estado subordinada al Ejecutivo.
Además, se fundó la Facultad de Humanidades, cuyo primer Decano fue el doctor José
Rölz Bennet. El mismo presidente de la República, doctor Juan José Arévalo, pronunció un
discurso en esa ocasión, el 17 de septiembre de 1945, en el Paraninfo Universitario, en
presencia del Rector Magnífico de la Universidad de San Carlos, el doctor Carlos Martínez
Durán.
En 1945, el Gobierno del presidente Arévalo establece la autonomía del deporte, y en mayo
del mismo año se funda la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG), de
acuerdo con Richard V. McGehee, investigador del Instituto Teresa Lozano, de Estudios
Latinoamericanos de la Universidad de Texas.
McGehee, quien trabaja en el área de historia y literatura deportiva, dijo que en enero de
1950, en la hondonada de La Barranquilla, zona 5, fue construida la ciudad olímpica, en
donde el 25 de febrero de 1950 el presidente Arévalo inauguró los VI Juegos
Centroamericanos y del Caribe, que se realizaron exitosamente.