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LOS DERECHOS HUMANOS DE SEGUNDA GENERACIÓN

Fue el jurista checo Karel Vasak (1) el que propuso en 1977 la visión del desarrollo
de los derechos humanos en tres generaciones, que correspondían por su temática
a los tres objetivos de la Revolución francesa: Libertad, Igualdad, Fraternidad.

La primera generación surge con el Bill of Rights de los nuevos EE UU y la


Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de la Revolución francesa.
En el derecho internacional están recogidos en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos de 1948. La Constitución española de 1978 se inspira en ellos
y los recoge como derechos fundamentales de los ciudadanos españoles y son la
fundamentación de un estado de derecho democrático.

Los derechos de segunda generación surgen como resultado de la II Guerra Mundial


y la victoria de la coalición internacional antifascista. Parten de la idea de garantizar
la base material del ejercicio de los derechos fundamentales de la primera
generación y, por lo tanto, hacer posible el ejercicio en igualdad de derechos
fundamentales de la ciudadanía democrática. Aunque algunos de ellos aparecían
ya en la declaración de 1948 (art. 22-27), fueron desarrollados posteriormente en el
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966, que
entró en vigor en 1976 (ver Diez de Velasco, Parry and Grant (2)).

En 1944 el presidente Roosevelt propuso una segunda Bill of Rights. Los llamados
“ derechos rojos” imponen a los gobiernos la obligación de respetarlos,
promoverlos y aplicarlos, pero dependiendo de la disponibilidad de recursos
públicos de manera progresiva. Los derechos de segunda generación están
íntimamente ligados al desarrollo del estado del bienestar y a las reformas fiscales
progresistas que alentaron las constituciones antifascista de Francia, Italia y la
República Federal Alemana tras la II Guerra Mundial, inspirándose en las
malogradas de la Republica de Weimar y de la II República española.

La defensa de los derechos de segunda generación son la base del republicanismo


moderno como teoría política. Como lo resume el profesor Jeremy Waldron de la
Universidad de Nueva York: “ La diferencia entre los derechos de primera
generación y los de segunda nunca pretendió ser materia de un análisis conceptual.
Más bien: si de verdad existe la preocupación por garantizar las libertades políticas
y civiles de las personas, ese compromiso debe acompañarse de la preocupación
sobre las condiciones de vida de la persona que hacen posible el disfrute y el
ejercicio de la libertad. ¿Por qué razón merecería la pena luchar por la libertad de
las personas (es decir, su libertad para elegir entre A y B) si fuese abandonado a
una situación en la que la elección entre A y B no significara nada para él, o en la
que la elección entre una y la otra no tuviese la menor consecuencia en su vida?”
(3).

Karl Polanyi, en su libro La Gran Transformación, argumenta también en el mismo


sentido: el mercado por si mismo, al producir una concentración de la riqueza y la
polarización social, acaba por condicionar unilateralmente el gobierno democrático
y degrada los derechos civiles. Solo la acción positiva de un gobierno democrático,
desarrollando las condiciones materiales de la ciudadanía a través del estado del
bienestar, puede garantizar su ejercicio y el funcionamiento democrático del estado
(4).

¿Cuáles son en definitiva los derechos de segunda generación que aseguran las
condiciones materiales de la ciudadanía democrática?: la igualdad de genero; el
derecho al trabajo decente (según la definición de la OIT), el derecho a la seguridad
social y a la sanidad, el derecho a unos niveles de vida dignos, la libertad del
hambre, el derecho a la educación, a la salud en su nivel físico y psicológico más
alto, el derecho a la vivienda, a la cultura…

La falta de los derechos de segunda generación provocan en la práctica la violación


de los derechos humanos de primera generación.

Grupo 3.
LA CONSTITUCIÓN DEL 91 Y LOS DERECHOS HUMANOS
Un antecedente que es bueno recordar: durante el gobierno de Virgilio Barco (1986-
1990) cobró fuerza un clamor nacional por la reforma de la Constitución de 1886.
Atendiendo a él, el gobierno presentó un proyecto de Acto Legislativo que incluía
algunas modificaciones sustanciales al Congreso, blanco de muchas críticas
procedentes de diversos sectores de opinión.
Discutido en ambas cámaras, como era procedente, el proyecto de reforma no
obtuvo aprobación. El deseo colectivo de cambio se intensificó y un movimiento
estudiantil, en ese sentido, promovió la inclusión de la "séptima papeleta" en las
elecciones para corporaciones públicas de marzo del 90, en la cual los ciudadanos
debían expresar su voluntad de que la Constitución se reformara. Aunque todavía
se discute si el resultado del escrutinio fue inequívoco y contundente, el presidente
electo en las elecciones de mayo del mismo año, César Gaviria Trujillo, creyendo
interpretar el querer colectivo, dictó un decreto extraordinario, mediante el cual se
convocó a la elección de una Asamblea Constitucional, con el encargo de llevar a
feliz término la tarea que en el Congreso había fracasado. Como las facultades
invocadas por el mandatario eran las que le confería el artículo 121 de la
Constitución entonces vigente, la Corte Suprema de Justicia examinó la
constitucionalidad del decreto 1926 de septiembre 24 de 1990 y le dio su aprobación
mediante una decisión altamente polémica y dividida.

ANOMIA: SÍNTOMA PREOCUPANTE

¿Qué había llevado a los colombianos a solicitar con tanta vehemencia la reforma
de la Constitución? Una hipótesis plausible puede ser ésta: la violencia inclemente
que nos venía (y nos sigue) abrumando, originada en la insurgencia (guerrilla), en
la contrainsurgencia (paramilitarismo), en la delincuencia común organizada
(carteles de la droga, v.gr.) y en la inorgánica que se ha hecho habitual y, como las
anteriores, va desbordando la capacidad de las autoridades encargadas de
mantener el orden y proteger la seguridad de las personas.

El fenómeno descrito tiene un nombre: anomia, es decir, ausencia de normas


capaces de regular adecuadamente la conducta interferida. Y no hay que pensar
que esa ineficacia era sólo predicable de las normas jurídicas. Lo era (y lo es)
también de las normas morales y aun de los usos sociales o reglas del trato, que
regulan el comportamiento social a un nivel más superficial pero también necesario
para una convivencia civilizada.
¿CÓMO SUPERAR LA ANOMIA?
Coetáneo al clamor insistente por una reforma constitucional, se hizo notorio el uso
reiterado de una expresión hasta entonces poco común en el lenguaje corriente:
"tenemos que renovar el pacto social". Como quien dice: acordemos unas reglas
que sí sean capaces de controlar adecuadamente la conducta de la sociedad
colombiana, y que esas reglas operen desde el más alto nivel y permeen todos los
demás estratos normativos. La expresión tiene sin duda connotaciones
democráticas porque no invoca el advenimiento de un sabio legislador que nos
enseñe un código de impecable comportamiento, sino que nos convoca a todos a
que busquemos, mediante un consenso, pautas de conducta que permitan vivir
civilizadamente.
Así parece haber entendido la Asamblea Constitucional, elegida popularmente, el
mandato del pueblo elector, pues el rasgo distintivo más notable de la Constitución
del 91 es su prodigalidad en materia de libertades, derechos y garantías, y el diseño
de instrumentos adecuados para hacerlos efectivos, como la acción de tutela, la
acción de cumplimiento y las acciones populares (artículos 86,87 y 88).

DERECHOS DE 1ª, 2ª y 3ª GENERACIÓN

La teoría constitucional suele clasificar los Derechos Humanos en derechos de


primera, segunda y tercera generación. Dicha tipología alude a una suerte de
itinerario histórico que muestra el incremento en el catálogo de los Derechos
Humanos, según las exigencias de cada época. Ahora bien: como el fundamento
filosófico de tales derechos radica en la dignidad humana, considero acertada y útil
la referencia hecha por el profesor Angelo Papacchini en su libro Los Derechos
Humanos, un desafío a la violencia, a cada una de esas categorías según el
paradigma de la dignidad humana vigente en el momento en que cada una de ellas
se formula.
Un buen ejemplo de los derechos de primera generación lo encontramos en la
Declaración de Derechos del Estado de Virginia de 1776 y en la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 proclamada por "los representantes
del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional", en el inicio de la revolución
(agosto 26 de 1789). Tales derechos, expuestos en diecisiete artículos, son
compendiados en el 2º, en estos cuatro: la libertad, la propiedad, la seguridad y la
resistencia a la opresión social. Pensando en los términos de Papacchini y tomando
el concepto de dignidad humana postulado por Kant (" Tratar al otro como un fin y
no como un medio") podemos afirmar que los ideólogos de las postrimerías del siglo
XVIII juzgaban que el tratamiento del hombre como sujeto digno exigía el
reconocimiento y la protección, por las autoridades estatales, de los derechos y las
libertades, resumidos en el artículo 2º de la declaración y explicitados en el resto de
esa misma declaración.
En términos generales, puede decirse que los derechos de primera generación
están recogidos y explayados en la Carta del 91 bajo el rubro "De los derechos
fundamentales", en el capítulo 1 del título II, comprendido entre los artículos 11 a
41, y su contenido se refiere a las llamadas libertad seguridad (protección de la
esfera de acción del individuo) y libertad participación (posibilidad de elegir y de
convertirse en órgano del poder).
Pero las necesidades, los anhelos y los propósitos humanos no se cristalizan en un
momento, sino que fluyen, se incrementan, se clarifican, y la reflexión rigurosa sobre
ellos ayuda a entender que sin condiciones materiales propicias, los derechos
"naturales" no pasan de ser vana retórica. Que es preciso que la persona tenga sus
necesidades básicas satisfechas para que pueda afirmarse como sujeto autónomo
y moral, capaz de optar y comportarse según sus opciones. Se construye entonces
un paradigma más exigente de la dignidad humana, y de él emergen los derechos
de la segunda generación. Pudiera caracterizarse esa transición como el paso de la
mera proclamación de la igualdad ante el derecho (formal) a la exigencia de
condiciones reales para que la igualdad sea efectiva.
En la Constitución colombiana tales derechos se hallan consignados en el capitulo
2 del mismo título II, denominado "De los derechos sociales, económicos y
culturales") y puede decirse que se infieren del artículo 13 (inciso 2º) del título
anterior. El capítulo va del artículo 42 al 77 aunque, como cabe también observar
con respecto al capítulo anterior, su contenido no es totalmente homogéneo, pues
en él se incluyen materias que alguna conexión guardan con los derechos de esa
categoría, pero no pueden subsumirse en ellos.
En el capítulo 3 del mismo título se consignan los "derechos colectivos y del medio
ambiente", que pueden considerarse de la 3ª generación, aunque no hay un
absoluto acuerdo teórico en la ubicación que a cada uno de los derechos
corresponde (artículos 78 a 82).

Grupo 2
JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL Y RELACION CON LOS DERECHOS DE
TERCERA GENERACION
En varias oportunidades la Honorable corte Constitucional se ha manifestado, con
respecto a los derechos colectivos así: A.T-415 de 1992: “el derecho al medio
ambiente y, en general los derechos de la llamada tercera generación, han sido
concebidos como un conjunto de condiciones básicas que rodean al hombre, que
circundan su vida como miembro de la comunidad y que le permiten su
supervivencia biológica e individual, además de su desempeño normal y desarrollo
integral en el medio social. De esta manera deben entenderse como fundamentales
para la supervivencia de la especie humana”
La sentencia T-235 de 1993, indica que: “…fruto del compromiso del Estado con la
denominada “cuestión social”; paralelamente el catálogo de los derechos
reconocidos al hombre, se amplia de manera notable, como que a más de los
derechos y libertades individuales se proclama en la constitución derechos sociales,
económicos y culturales, que en la mayoría de los casos involucran prestaciones a
cargo del Estado. A su vez se opera un cambio en la forma de considerar al hombre
y a su relación con la política; ya no se trata de un individuo aislado, volcado sobre
sí mismo … sino de la persona inmersa dentro de un contexto social”
De las anteriores sentencias de la Corte Constitucional se desprende que existe una
relación tangible con respecto al derecho colectivo al ambiente sano, ya que,
presenta tres características como son la subjetividad, colectividad y la
intergeneracionalidad.
Además, en la segunda sentencia, éstos derechos colectivos denotan principios
como la equidad, solidaridad y la prevalencia del interés general sobre el particular,
lo que nos permite deducir que hacen parte de Estado social de derecho como nos
lo manifiesta.
V. CONCLUSIONES A. El derecho a la protección del medio ambiente está
debidamente relacionado con los derechos de solidaridad, debido a que por el
principio de equidad, inter e intra generacional, las futuras generaciones dependen
del uso actual que demos a nuestros recursos naturales, para asegurar que las
generaciones venideras lleguen a gozar de un ambiente sano en donde se puedan
desarrollar en armonía con el equilibrio ecológico. B. El derecho a la protección del
medio ambiente la debe desarrollar el Estado, así como los individuos que lo
conforman, en el entendido de que el medio ambiente al tenor de la norma es
patrimonio común. C. Nadie puede ser privado de la vida como consecuencia de la
degradación ambiental. El Estado debe comprometerse a adoptar las medidas que
fueran necesarias para resguardar el derecho a la vida, incluyendo la protección y
conservación del medio ambiente. D. Dotar a los administrados de mecanismos de
defensa de los derechos colectivos o también llamados de tercera generación,
conlleva a que realmente los Colombianos asumamos responsablemente la
protección en primer término de los derechos fundamentales pero además en
conexidad con el derecho al disfrute del ambiente sano, logremos también la
protección de éste. a. La Corte Constitucional Colombiana ha sido pródiga en su
jurisprudencia con respecto a la protección de los derechos colectivos y ha
mantenido siempre su línea en los pronunciamientos hechos, en el sentido de no
tomar los derechos y garantías individuales como autónomos y separados de los
demás como los que hemos referido, sino que toma al ser humano como inmerso
dentro de un contexto social.
Grupo 4
LOS DERECHOS HUMANOS
¿Qué son los derechos humanos?
Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin
distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o
étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos
derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son
interrelacionados, interdependientes e indivisibles.
Los derechos humanos universales están a menudo contemplados en la ley y
garantizados por ella, a través de los tratados, el derecho internacional
consuetudinario, los principios generales y otras fuentes del derecho internacional.
El derecho internacional de los derechos humanos establece las obligaciones que
tienen los gobiernos de tomar medidas en determinadas situaciones, o de
abstenerse de actuar de determinada forma en otras, a fin de promover y proteger
los derechos humanos y las libertades fundamentales de los individuos o grupos.

Universales e inalienables
El principio de la universalidad de los derechos humanos es la piedra angular del
derecho internacional de los derechos humanos. Este principio, tal como se
destacara inicialmente en la Declaración Universal de Derechos Humanos, se ha
reiterado en numerosos convenios, declaraciones y resoluciones internacionales de
derechos humanos. En la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada
en Viena en 1993, por ejemplo, se dispuso que todos los Estados tenían el deber,
independientemente de sus sistemas políticos, económicos y culturales, de
promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Todos los Estados han ratificado al menos uno, y el 80 por ciento de ellos cuatro o
más, de los principales tratados de derechos humanos, reflejando así el
consentimiento de los Estados para establecer obligaciones jurídicas que se
comprometen a cumplir, y confiriéndole al concepto de la universalidad una
expresión concreta. Algunas normas fundamentales de derechos humanos gozan
de protección universal en virtud del derecho internacional consuetudinario a través
de todas las fronteras y civilizaciones.

Los derechos humanos son inalienables. No deben suprimirse, salvo en


determinadas situaciones y según las debidas garantías procesales. Por ejemplo,
se puede restringir el derecho a la libertad si un tribunal de justicia dictamina que
una persona es culpable de haber cometido un delito.
Interdependientes e indivisibles
Todos los derechos humanos, sean éstos los derechos civiles y políticos, como el
derecho a la vida, la igualdad ante la ley y la libertad de expresión; los derechos
económicos, sociales y culturales, como el derecho al trabajo, la seguridad social y
la educación; o los derechos colectivos, como los derechos al desarrollo y la libre
determinación, todos son derechos indivisibles, interrelacionados e
interdependientes. El avance de uno facilita el avance de los demás. De la misma
manera, la privación de un derecho afecta negativamente a los demás.
Iguales y no discriminatorios
La no discriminación es un principio transversal en el derecho internacional de
derechos humanos. Está presente en todos los principales tratados de derechos
humanos y constituye el tema central de algunas convenciones internacionales
como la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer.
El principio se aplica a toda persona en relación con todos los derechos humanos y
las libertades, y prohíbe la discriminación sobre la base de una lista no exhaustiva
de categorías tales como sexo, raza, color, y así sucesivamente. El principio de la
no discriminación se complementa con el principio de igualdad, como lo estipula el
artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “Todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

Grupo 1.
LOS DERECHOS HUMANOS DE TERCERA Y CUARTA GENERACIÓN

Basándose en la teoría de la evolución histórica de los derechos humanos así


como en su protección y reconocimiento por parte del Estado, se han creado
diversas formas para su clasificación siendo el sistema de las generaciones de
derechos el más conocido y aceptado. Dicho sistema clasifica los derechos
humanos en tres generaciones y una cuarta generación se encuentra en debate
doctrinario.
Los derechos de tercera generación
“Los derechos de tercera generación suponen una mayor participación por parte del
gobierno para lograr que efectivamente sean respetados, en muchos de los casos
implican una intervención positiva a diferencia de los de primera generación, que
generalmente exigen del gobierno una abstención, es decir que se limite a
respetarlos”2.
Esta generación también conocida como derechos de los pueblos o los derechos
de solidaridad aparecieron durante la Segunda Guerra Mundial. Las reflexiones
sobre las atrocidades de esta guerra propiciaron la firma de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos para impedir que los horribles sucesos acaecidos no se
repitieran en el futuro y así lograr la unidad, la integración, el respeto y la
colaboración mutua entre las naciones del mundo con el objetivo de alcanzar niveles
de vida más altos para todos.
En el contenido de los derechos humanos de tercera generación encontramos los
siguientes derechos:
 La autodeterminación.
 La independencia económica y política.
 La identidad nacional y cultural.
 La paz.
 La coexistencia pacífica.
 El entendimiento y confianza.
 La cooperación internacional y regional.
 La justicia internacional.
 El uso de los avances de las ciencias y la tecnología.
 La solución de los problemas alimenticios, demográficos, educativos y
ecológicos.
 El medio ambiente.
 El patrimonio común de la humanidad.
 El desarrollo que permita una vida digna.

Como el derecho no es algo inmutable sino que evoluciona a lo largo del tiempo, es
decir que evoluciona junto con la historia de quienes lo crean, y debido a que
paralelamente a esa evolución se van trasformando las relaciones sociales que el
derecho regula suscitando problemas que hasta ese momento no se habían
presentado y a los cuales el derecho debe dar respuestas, se genera la urgencia de
adaptar los derechos humanos a las nuevas realidades sociales, económicas,
jurídicas y tecnológicas de los pueblos.
Actualmente se encuentra en debate nacional e internacional la configuración de
una cuarta generación de derechos humanos, en el entendido de que los derechos
han evolucionado junto con el hombre para cubrir otras necesidades que han
surgido con el tiempo y que no han sido cubiertas por los derechos de primera,
segunda o tercera generación.
Los derechos de cuarta generación
La humanidad se encuentra viviendo una verdadera revolución tecnológica, el
hombre ha creado cantidades de herramientas y aparatos que han alterado de
manera significativa su desarrollo en el paso por la historia, o sea que se
han transmitido y mejorado de generaciones a generación nuestra condición de
vida, dando como resultado el desarrollo de la tecnología actual.
Con la revolución tecnológica de finales del siglo XX y principios del siglo XXI y la
consecuente aparición de lo que se denomina Sociedad del Conocimiento, ha
resultado necesaria la creación de una nueva generación dederechos humanos
relacionados directamente a las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación (TICs) y su incidencia en la vida de las personas4.
En esta nueva etapa de la humanidad, las libertades y derechos se han introducido
en el espacio digital lo que ha provocado que su reconocimiento y protección por
parte del Estado constituya un verdadero reto por parte del sistema jurídico.
Dentro de la gama de derechos de cuarta generación se pueden citar5:
 El derecho de acceso a la informática.
 El derecho a acceder al espacio quesupone la nueva sociedad de la
información en condiciones de igualdad y deno discriminación.
 Al uso del espectro radioeléctrico y de la infraestructura paralos servicios en
línea sean satelitales o por vía de cable.
 El derecho a formarseen las nuevas tecnologías.
 El derecho a la autodeterminación informativa.
 El derecho al Habeas Data y a la seguridad digital.

Conjuntamente con los nuevos avances tecnológicos se ha introducido en el mundo


de los derechos humanos diversas formas de vulnerarlos que obligan a la
ampliación de la protección de los derechos del ser humano. Esta transición de la
humanidad desde la revolución industrial hasta nuestros tiempos ha generado
cambios en el plano jurídico, social y político que exigen nuevas formas de
protección.
Los derechos de cuarta generación están basados en la necesidad de asegurar a
todos los individuos el acceso a las tecnologías de la información y la
comunicación. La tecnología surge por una necesidad y su fin no es otro que hacer
más eficiente los recursos y hacer más fácil y practica nuestra vida cotidiana.

GRUPO 5

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