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EL FISIOTERAPEUTA EN EL DEPORTE, UNA APROXIMACIÓN A SU PAPEL

EN ESTE CAMPO
Adriana Prieto Rodríguez
Universidad Nacional de Colombia
Universidad del Rosario

Resumen

Interesa acercarse a una comprensión del significado de la actuación del


profesional de la fisioterapia en el deporte, para ello inicia con la descripción de
ésta y luego relaciona su perfil profesional con las categorías principales de
estudio en deporte.

Palabras clave: fisioterapia, deporte, participación

La fisioterapia, proceso histórico


Desde el siglo XIX, la fisioterapia es reconocida como profesión de apoyo a la
salud especialmente ligada a la medicina, por la manera particular en que
establece desde sus inicios un vínculo estratégico con ésta, lo que le permitiría un
rápido desarrollo1. Sin embargo se pretende actualmente generar un espacio de
conocimiento e interacción más amplio, y en cierta forma vinculado a modelos
como el holístico y el social2.

El camino presenta etapas claras que podrían describirse en franjas cronológicas,


el modelo biomédico♣ ha sido uno de los más influyentes para el desarrollo de la
profesión, justificado en sus raíces y en la manera como éste logra un
reconocimiento muy evidente antes de la Primera Guerra Mundial, en donde se
identificó el carácter de conocimiento científico de la enfermedad, centrado en la
constitución como ciencia de estas tres versiones y su desarrollo es dirigido al
afianzamiento de los procedimientos allí enmarcados3.

CITAS BIBLIOGRÁFICAS

1
Prieto, A. Rodríguez. Naturaleza e identidad de la fisioterapia. En: Revista de la Universidad del Rosario. Vol. 93.
Nº 528, abril - junio de 2000.
2
Pots Jean. Phisiotherapy in the next century: oportunities and challenges. Phisiotherapy. March 1996, vol. 82. P
150-55

Su origen puede pensarse desde comienzos del siglo XX cuando las contradicciones que se presentaron entre las
versiones anatomo-etio-fisio-patológicas son resueltas a partir de la integración de sus ideas de manera ecléctica, en
la cual, según E. Quevedo, lesiones, alteraciones funcionales y etiologías internas o externas podían coexistir. Esta
condición favorece el máximo reconocimiento biologista de la medicina en su comprensión de la salud y la
enfermedad. Prieto R. Adriana. El proceso salud-enfermedad una revisión del concepto. 2000. Documento para
publicar.

3
Prieto R. Adriana. El proceso salud-enfermedad una revisión del concepto. 2000. Documento para publicar.
Esta validación del conocimiento científico de la enfermedad, desde la
conjugación ecléctica, es vigente hasta nuestros días; en parte se determina por la
misma formación tradicional y poco reflexiva en cuanto a los principios epistémicos
que soportan la concepción de conocimiento en salud, la forma como se entiende
el cuerpo y la relación sujeto-objeto. El aferramiento a este paradigma puede
explicarse por la persistencia del positivismo empírico (con su exagerada
confianza en el método experimental) en la producción de conocimiento y en la
dualidad, ya mencionada, entre salud-enfermedad, bienestar-no bienestar, vida-
muerte, avalada por el avance científico4.

De esta manera los planteamientos predominantes sobre la naturaleza de la


fisioterapia en los años 70-80 se enmarcan claramente en esta comprensión
biológica y funcionalista, además de encontrarse centrada en la recuperación de la
condición normal de la capacidad de movimiento, posición muy consecuente con
la manera en que desde las ciencias sociales♦, también se desarrolla en este
tiempo el concepto de salud, ya que los planteamientos funcionalistas
parsonianos, ajustan la comprensión biológica a una de organización jerárquica.
Según Parsons la enfermedad es “un estado de perturbación en el funcionamiento
normal del individuo total, comprendiendo el estado del organismo como sistema
biológico y el estado de su ajustamiento personal y social”5.

En los años 70, La profesión es claramente enmarcada en una concepción de


atención de estas desviaciones biológicas, atendiendo a las múltiples disfunciones
y enfermedades que pudieran afectar la capacidad de desplazamiento y la
conjugación de estrategias de tratamiento centradas en procedimientos físicos y
cinéticos para controlar dichas desviaciones y las discapacidades que ellas
generaran6,7,8,9,10,11.

En los años 80, aunque permanece la concepción biologista, se inicia una


búsqueda hacia el modelo biopsicosocial, un poco soportado en la comprensión
de Parsons y de Engels12. En esta década, se enfatiza en los procesos
4
Ibíd.

El modelo "biologiza" los aspectos sociales y culturales al considerarlos una parte mas del funcionamiento del ser
vivo en donde lo anormal, es decir, la enfermedad, se considera como las desviaciones del sistema; ya en 1984
Abbel, demostraría como la teoría de sistemas es la ampliación del concepto de relaciones de equilibrio,
desarrollado en el campo de la biología, a casi todos los ámbitos del conocimiento. HERNÁNDEZ Mario. Historia y
conceptualización en prevención. En: memorias del Congreso Internacional sobre Prevención en salud. Medellín,
Colombia, 1994.

5
Clark, Juanne. Un enfoque multiparadigmático de la sociología de la medicina, la salud y la enfermedad. En:
Salud y enfermedad. Lecturas básicas de la sociología en medicina. 1999. Medellín. Editorial Yuluka.p.8.
6
Vidarte, A. Toro, J. La fisioterapia en salud ocupacional. Revista Colombiana de fisioterapia. Vol. 41. 1997.
7
Sepulveda E. Legislación de fisioterapia en Colombia. Tesis. Universidad Nacional de Colombia. 1995.
8
Pinkston, D. Hochauser, S. Gardner, K. Standars for basic education in Physical therapy. Physical Therapy. Vol.
55 No 8. 1975.
9
Hislop, H. The not-so impossible dream. Physical therapy. Vol 55. No 10. 1975.
10
Harden, R. Program for physical therapy Assistants: Green Rivere Community College. Physical Therapy. Vol 50.
No 10. 1970.
11
Linderman K., Teirich H., Haipertz W. Tratado de rehabilitación Tomo I. Editorial labor. 1973.
12
Amaya C, Buitrago I, Rubiano D. El fisioterapeuta como facilitador del desarrollo humano a partir del ejercicio
administrativos y de planeación así como en la prestación de servicios con
calidad13,14,15,16,17,18.

En los años 90, se observa más claramente el énfasis que se quiere efectuar a la
comprensión de la fisioterapia desde un campo no sólo biológico, sino también
social, esta fusión en principio es parcelada y lo que hace es incorporar nuevas
categorías a la mirada biologista hegemónica, especialmente se observan ya con
claridad dos vertientes: la primera que acentúa la comprensión funcionalista del
movimiento y por tanto del papel de la fisioterapia en el cuidado de esa capacidad
y en la atención a la desviación del mismo19,20,21,22 ,23,24,25,26. Y la segunda centrada
en incorporar los elementos sociales y además de esto definir que la actuación
fisioterapéutica trasciende el control de la alteración funcional y biológica del
movimiento corporal27,28,29,30,31.

En la ley 528 de 1999, que reglamenta el ejercicio profesional de la fisioterapia en


Colombia, además de reconocerse que su campo de interacción va mas allá del
individuo y que llega a la comunidad. Plantea que el movimiento trasciende el
aspecto biológico funcional y afecta la dimensión social y cultural, puesto que es
además de potencializador de la adaptación al medio, un mecanismo de expresión
y socialización y que por tanto su estudio no puede seguir siendo enmarcado en el
aspecto estrictamente funcional adaptativo.

LA PARTICIPACIÓN DEL TERAPEUTA FÍSICO EN EL DEPORTE


COMPETITIVO32
físico. Trabajo de grado. Universidad del Rosario. 2000. Bogotá.
13
Shenck J. Quality Assurance experiences within a physical therapy curriculum. Physical therapy. Vol. 60. No 7.
1980.
14
Guccione A. Ethical issues in physical therapy practice. Physical therapy. Vol. 60 No. 5, 1980.
15
Darnell, R. Fitch, D. External review in quality assurance. Physical therapy. Vol. 60. No 7. 1980.
16
Mercer John. Physiotherapy as a profession. Physiotherapy. Vol. 66. No 6.
17
Kinston, W., Ovretveit J. Teager D. Levels of work in physiotherapy. Physiotherapy. Vol. 67. No 8. 1981.
18
Eccles, M. Some autobiographical thougts of a blind physiotherapist. Vol. 67. No 8. 1981.
19
Heine M.L. Qué es terapia física?. Revista ASCOFI. Vol XL. Bogotá, nov. 1995.
20
Arboleda R. El cuerpo una mirada desde la ciencia y la cultura. Memorias XVII Congreso Nacional de fisioterapia.
Vol. XLIII. Bogotá, Octubre 1998.
21
Maitland G. Physioterapy. Noviembre de 1997.
22
Guipe international. 1989.
23
Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Madrid. www.medicina.umh.es/programas/fisoiterapia/3978htm.
24
OMS. www.medicina.umh.es/programas/fisoiterapia/3978htm.
25
WCPT. www.medicina.umh.es/programas/fisoiterapia/3978htm.
26
WCPT. Descripción de fisioterapia adoptada en la 14 reunión general de la WCPT. Marzo de 1999.
27
Leal G., Kempowsky C., Cardona S. Desenvolvimiento y proyección futura de la fisioterapia en Colombia. XVI
Congreso nacional de fisioterapia. Volumen XXXVII. Colombia. Octubre 1992.
28
Op cit., Sepúlveda E. Legislación de fisioterapia en Colombia.
29
Prieto A. Rodríguez L. Riveros M. Aproximación a la formulación de la línea de investigación en ejercicio físico
como elemento de desarrollo humano, en la Facultad de Fisioterapia de la Universidad del Rosario. Revista
ASCOFI. Vol. XLIV, Bogotá, 1999.
30
Sarmiento M., Cruz I., Molina V., Martinez A. Fisioterapia en Colombia: Historia y perspectiva. Revista ASCOFI.
Vol 39. Bogotá. 1994.
31
Decreto 528 de 1999
32
Clavijo Ángela, Prieto Adriana. Participación del terapeuta físico en el campo deportivo de competencia del
En Colombia, los fisioterapeutas han tenido poco acceso al conocimiento o
investigación de los ambientes deportivos en los cuales entrenan y compiten los
deportistas, que muchas veces son remitidos a tratamiento; y mucho menos aún
de los elementos e implementos de trabajo específicos en su deporte, las
condiciones locativas y sanitarias en las cuales transcurre su jornada técnica
deportiva, donde el más mínimo detalle es importante.

El simple hecho de usar unos zapatos adecuados o no, las consecuencias


anatomofisiológicas de una excesiva carga o ritmo de trabajo cinético, la
aplicación de elementos físicos coadyuvantes para prevenir, mantener, mejorar y
potenciar el rendimiento físico, condiciones y riesgos ambientales, etc., son
aspectos que pueden producir problemas o lesiones posteriores. Vale la pena
mencionar entonces que la lesión deportiva difiere de aquellas que sufren los no
atletas; las fracturas de estrés, hipertrofias esqueléticas y fenómenos por
sobreuso, que sumados a factores personales, sociales y por último al factor
publicidad, llevan al deportista de competencia a mayores esfuerzos de
rendimiento para lograr un interés igualmente comercial.

A la vez, el instructor o entrenador puede carecer de conocimientos y habilidades


acerca de primeros auxilios vigentes, formas de transporte, procedimientos de
inmovilización o rehabilitación dentro de la misma actividad o disciplina deportiva;
factores que en realidad no le competen, ya que su labor se orienta hacia la
eficiencia técnica-táctica o estratégica de los competidores.

La fisioterapia como profesión del campo de la salud, puede y debe dar


respuestas conforme a la estrategia nacional en salud en el nivel de atención
primaria, al dirigir su acción a la población de deportistas que representan un reto,
no solo por las características especiales de movimiento de los individuos, sino al
igual que por la necesidad de trabajar dentro de un grupo interdisciplinario en el
que tanto el ‘éxito’ como el ‘fracaso’ deportivo no depende solo del deportista,
también, y con mayor razón, del grupo de apoyo integral deportivo (entrenadores,
psicólogos, nutricionistas, deportólogos, fisioterapeutas, entre otros).

En la cotidianidad de la interacción en salud, los médicos y fisioterapeutas


intervenían cuando se presentaba la sintomatología, restando la posibilidad de
hacer algo para evitar o prevenir la causa; aspectos que los relegó a ser agentes
de tratamiento. Estrategia cuestionada en los últimos años por los mismos
profesionales, otorgando mayor interés al actuar principalmente como agentes de
promoción y prevención, lo cual implica, no solo responder a un saber y hacer
técnico, sino es necesario ser un transformador de la cultura, es decir, un
profesional con capacidad de participación, cuya exigencia es responder a la
transformación de la realidad y enriquecimiento del ejercicio científico.

De acuerdo con lo anterior, es importante dimensionalizar la circunstancia socio-


laboral que da pie para la reconsideración de la actividad profesional del
sector publico de Santa Fe de Bogota.
Terapeuta Físico como un proceso participativo en constante construcción. Se
delimitan cuatro dimensiones de proyección con finalidades específicas, a saber:

La Dimensión Educativa
Entendida como proceso de comunicación, en el que tanto el emisor como el
receptor se afectan o involucran en un momento compartido33. Busca sensibilizar
para propiciar una toma de conciencia en las personas, en este caso, el círculo
deportivo, en la prevención y consejería de cambios o alteraciones en la calidad y
cantidad de sus movimientos, en la promoción de acciones en las que se
favorezca la generación de condiciones de movimiento óptimo, definición de
prioridades, formulación y negociación de propuestas en la perspectiva de
enfrentar los retos de esta realidad.

La dimensión de interacción Terapéutica


Se identifica en ella el actuar profesional que involucra servicios de diagnóstico,
evaluación y orientación o asesoría de la mecánica corporal cinética, de la
seguridad de los procedimientos de práctica y de los dispositivos de juego dentro
del mismo enfoque de entrenamiento, coordinado igualmente en un equipo inter-
transdisciplinario* de medicina deportiva que brinde al deportista atención
oportuna y temprana para eliminar, reducir, controlar y manejar sus lesiones o
desventajas cinéticas, así como la recuperación de los niveles funcionales óptimos
de realización motora en un tiempo más corto para propiciar un retorno más rápido
a la competición. De esta manera apoya al deportista, no sólo desde el campo
rehabilitador o clínico, sino dentro del entrenamiento y por ende en el área
competitiva.

La dimensión psicosocial
Al asumir el fenómeno del movimiento corporal como expresión esencial de la
naturaleza humana, el fisioterapeuta es capaz de extractar el significado de la
expresión del movimiento individual como: “Indicador positivo de la salud de la
persona en un momento determinado de su historia.

Como referente para evidencia las variaciones que producen en él los


instrumentos fisioterapéuticos.

Como modalidad terapéutica dosificable para influir en condiciones somáticas y


psíquicas de la persona”34.

Estar atento a estos signos, admite efectuar o enfocar una mejor interacción
terapéutica, que permitirán al deportista redefinir su propio “yo” en función de su
integralidad.

La dimensión Investigativa
33
DEL BOSQUE, M. Mercadotecnia, comunicación y publicidad: herramientas aplicadas a la promoción de la
salud. México. CIESS. 1997. p. 241.
34
BUNGE, M. Seudociencia e ideología. Citado por Marie Luise de Alvarado. En: Revista de la Facultad de
Medicina, Universidad Nacional de Colombia. Vol. 43. Santafé de Bogotá, 1995. p. 202.
Al compartir con otras disciplinas el mismo centro de interés de estudio, el
movimiento corporal humano, esta dimensión se identifica como el instrumento por
el cual dicha disciplina aporta al campo del conocimiento científico, cuyo acontecer
determina una sistematización; es decir, una interconexción sistemática de
hechos, que en acuerdo con lo expresado por MURCIA, J.35; “es como se justifica
la interdisciplinariedad o concurso de varias disciplinas conexas entre sí y con
relaciones definidas a fin de que sus actividades no se produzcan en forma
aislada, dispersa y fraccionada, y en consecuencia, lleguen a un enriquecimiento
pleno de la ciencia y de la actividad científica. El profesional consciente del gran
contexto social no puede aislarse de la inserción de su disciplina en el inmenso
esfuerzo de la ciencia para comprender mejor al hombre.

Dimensionalizar previamente la proyección profesional permite clarificar, enfrentar


y actuar adecuadamente en el medio, respetando los campos del saber paralelos,
así como el inherente desarrollo del espacio disciplinar propio; aspecto que sólo es
posible mediante una dinámica de participación, en la que cada uno adquiere la
conciencia de grupo y la convicción de su producción y crecimiento. El grupo
como realidad psicosocial autónomo es un organismo que nace, crece, alcanza
madurez y muere; esta última dependerá de los miembros, es decir, que éstos
serán siempre el interrogante.

Teniendo en cuenta lo anterior, y a manera de conclusión, es posible seguir


planteando cuál sería la participación del terapeuta físico en el campo deportivo,
destacando inicialmente su carácter ético, para retomar en últimas el concepto que
se ha desglosado en el presente trabajo, definiéndola como un proceso, cuyo
ciclo: comunicación, ejecución, decisión, permite que el fisioterapeuta sea un
gestor de procesos que lo identifican como agente de cambio en un entorno social.

COMUNICACION
EJECUCION

DECISION

El carácter ético de la participación en deporte, como en cualquier otro campo de


acción terapéutico, se revela en que debe ser: Intencionada, propositiva y
responsable.

Intencionada significa que debe estar dirigida y planificada a una población, en


este caso a los deportistas (con características específicas y diferentes en cada
35
MURCIA, J.; TAMAYO, M. Investigación e interdisciplinariedad. Bogotá, 1982. p. 13.
especialidad deportiva), así como a los profesionales afines con los cuales
emprende un trabajo mancomunado.

Propositiva se refiere al establecimiento de metas a corto, mediano y largo plazo,


tanto a nivel individual (profesional y deportista) como grupal (equipo
interdisciplinario de salud y técnico-táctico deportivo).

Responsable implica que dicha labor sea organizada y previsiva con adecuado
seguimiento para propiciar un carácter evaluativo que marque las pautas de un
subsiguiente actuar.

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