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A lo hecho, pecho.
El verdadero valor consiste en saber sufrir.
Mientras el tímido reflexiona, el valiente va, triunfa y vuelve.
Las cosas no valen sino lo que se las hace valer.
Las cosas no valen sino lo que se las hace valer.
No puede uno ser valiente si le han ocurrido sólo cosas maravillosas.
Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo
que se requiere para sentarse y escuchar.
Valiente es aquel que no toma nota de su miedo.
Nada que se consiga sin pena y sin trabajo es verdaderamente valioso.
Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido
y hay que empezar de nuevo.
Me gustaría ser valiente. Mi dentista asegura que no lo soy.
Lo que le da su valor a una taza de barro es el espacio vacío que hay
entre sus paredes.
Hace falta más valor para sufrir que para morir.
El valor, la buena conducta y la perseverancia conquistan todas las cosas
y obstáculos que quieran destruirlas y se interpongan en su camino.
El valor es hijo de la prudencia, no de la temeridad.
El valiente tiene miedo del contrario; el cobarde, de su propio temor.
Donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión
valiente.
Es valiente el que teme lo que debe temerse, y no teme lo que no debe
temerse.
El verdadero valor consiste en hacer uno sin testigos lo que sería capaz
de hacer ante todo el mundo.
La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la
valorización del mundo de las cosas.
Los cobardes agonizan muchas veces antes de morir... Los valientes ni
se enteran de su muerte.
Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de
ser hombre.
Intenta no volverte un hombre de éxito, sino volverte un hombre de valor
El verdadero valor consiste en prever todos los peligros y despreciarlos
cuando llegan a hacerse inevitables.
El coraje no se puede simular: es una virtud que escapa a la hipocresía.
El valor es el resultado de un grandísimo miedo
A veces tenemos que perder las cosas para entender la importancia que
tienen.
El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor
para continuar.
No experimentamos las ventajas de un estado hasta que probamos los
sinsabores de otros. No conocemos el valor de las cosas hasta que nos vemos
privados de ellas.
Por encima de todo, sé la heroína de tu vida, no la víctima.
Felices los valientes, los que aceptan con ánimo parejo la derrota o las
palmas.