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El camino hacia la Asertividad

LOS TIPOS DE COMPORTAMIENTO SOCIAL:


PASIVIDAD, AGRESIVIDAD Y ASERTIVIDAD

Las personas en nuestro contacto con los demás nos comportamos de diferentes
maneras, sin darnos cuenta de la importancia que tiene ese comportamiento para
nuestro bienestar emocional y también para el buen desarrollo de nuestras relaciones
y amistades.

Tenemos 3 grandes formas de comportarnos socialmente. El


comportamiento pasivo, el agresivo y el asertivo. Sólo éste último nos permite
enfrentar las situaciones sociales y especialmente las comprometidas de manera
eficaz. Aumenta la probabilidad de salir exitoso en muchas de estas situaciones
aunque no siempre. Cuando somos asertivos expresamos nuestros objetivos de
manera clara, pero sin agresividad. Firmes pero amables.
Mis deseos, pensamientos e Mis deseos, pensamientos e
Mis deseos, pensamientos e
intereses, son tan importantes intereses son más importantes
intereses no importan. Los de
como los de los que los que tienen los
los demás están por encima
demás. Emocionalmente demás. Emocionalmente
de los míos. Emocionalmente
sincero, directo, se valora a sí sincero, directo, se valora a sí
poco sincero, indirecto, se
mismo, expresivo. mismo humillando a los
niega a sí mismo.
demás.

Conducta no verbal Conducta no verbal Conducta no verbal

Ojos que miran hacia abajo Contacto ocular directo Mirada fija, desafiante
Voz baja, vacilaciones Nivel de voz conversacional Voz alta
Gestos que quitan Habla fluida, gesto firmes y Habla muy rápida
importancia a la sueltos Postura de enfrentamiento,
situación. Postura hundida Postura erecta posible ruptura del espacio
Puede evitar la situación Respuestas directas a la social
Se retuerce las manos situación Gestos de amenaza e
Risitas falsas Manos sueltas, acompañan a intimidatorios
nuestro discurso Deshonesto

Conducta verbal Conducta verbal Conducta verbal

“Quizás...”, “supongo...” “yo pienso...” “yo lo veo así... “harías mejor en hacer eso...”
“me pregunto si podríamos...” ¿y tú? “ten cuidado...” “si no haces
“te importaría mucho...” “hagamos esto así...” eso...”
“ehh... bueno como “¿cómo podemos resolver “debes estar bromeando...”
quieras...” esto...? “¿qué “no sabes” “deberías...”
“no me importa...” piensas?” “¿qué te parece? “no sabes hacer nada...”
“no te molestes ya lo hago Mensajes en primera persona, Mensajes irónicos.
yo...” verbalizaciones positivas.

Pensamientos Pensamientos Pensamientos

1. Es necesario ser querido y 1. Los demás merecen mi 1. Hay gente mala y


apreciado por todo el respeto y consideración, pero despreciable que debe de
mundo. si hay una situación que me recibir su merecido.
2. Uno tiene que ser muy siento herido o explotado, 2. Es horrible que las cosas no
competente y saber resolverlo tengo derecho a defenderme salgan de la misma forma que
todo, si quiero ser necesario y y exponer mi criterio. yo quiero.
útil.

Efectos Efectos Efectos

Conflictos interpersonales Resuelve los problemas Conflictos interpersonales


Depresión / Desamparo (aunque no es infalible) Sensación de culpa y
Imagen pobre de uno mismo Se siente satisfecho frustración
/ Autoestima baja Se siente a gusto consigo Imagen pobre de uno mismo /
Se hace daño a sí mismo mismo y con los demás Autoestima baja
Pierde oportunidades de Sensación de bienestar, Hace daño a los demás
acción relajación Pierde oportunidades
Se siente con mucha tensión, Se siente con control Sensación de tensión, estar
dolores difusos Crea y fabrica la mayoría de apunto de estallar
Sensación de soledad las oportunidades Se siente sin control
No se gusta a sí mismo, ni a los Se gusta a sí mismo y a los Sensación de soledad / No le
demás demás gustan los demás
Se siente enfadado, ignorado Es bueno para uno mismo y Sensación continuada de
y explotado para los demás enfado
Autoestima buena

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES

COMPORTAMIENTO PASIVO:
 No expresamos lo que estamos pensando o sintiendo.
 Se ignoran los derechos personales, los deseos y las preferencias a favor de los
demás.
 Aguantamos tratos que consideramos injustos sin reaccionar.
 En ocasiones hay estallidos de cólera, no proporcionales a la situación.
 Nos sentimos explotados por los demás y, al mismo tiempo culpables por no
saber cambiar esta situación.

COMPORTAMIENTO AGRESIVO:
 Imponemos siempre nuestros derechos sobre los demás.
 El objetivo en las relaciones es hacer prevalecer e imponer nuestras opiniones
a toda costa.
 Se consiguen los objetivos a expensas de la amistad y el afecto, y a favor de la
frialdad y la grosería.

COMPORTAMIENTO ASERTIVO:
 Se mantiene un equilibrio entre los derechos propios y los de los demás.
 Expresamos libremente nuestros pensamientos, deseos y sentimientos,
respetando el criterio de los demás.
 Se da la sensación de seguridad de sí mismo, sinceridad,
amabilidad. Agradable en el trato, pero firme.

APUNTES SOBRE LA ASERTIVIDAD

La asertividad, agresividad o pasividad no es una característica innata de nuestro


comportamiento, tampoco nuestra personalidad o carácter es agresivo, pasivo o
asertivo. Con esto quiero decir que estos comportamientos son aprendidos y
que podemos volver a aprenderlos de manera diferente para actuar de manera más
eficaz.

También es importante tener en cuenta, que ninguna persona se comporta siempre


de manera asertiva, agresiva o pasiva, sino que tiene diferentes formas de
comportarse. Por ejemplo, una persona con su padre puede ser pasivo, con su pareja
agresivo y con los amigos de trabajo asertivo. El problema viene, cuando con la
mayoría de las relaciones tiende a aparecer siempre el estilo pasivo o el agresivo.
Durante algún tiempo la asertividad se confundió con agresividad, con la necesidad
de ganar siempre. Nada más lejos de la realidad, la persona que se siente asertiva,
no quiere, ni necesita ganar siempre, porque se siente segura de sí misma. Pero sí
quiere exponer su punto de vista y sus sentimientos casi siempre. Sólo en los asuntos
que la persona asertiva considera importantes para su bienestar emocional pide
claramente lo que desea y aplica las consecuencias oportunas para conseguir sus
objetivos, siempre desde el respeto hacia el otro, entendiendo que delante tenemos
una persona que tiene sus sentimientos y sus derechos como nosotros. En estas
ocasiones, en donde hay una confrontación importante, la persona asertiva se va a
poner un poco por encima del otro. Va a ser sanamente egoísta.

Pero la característica principal de las personas asertivas es la positividad. Al


contrario de lo que podamos pensar, no están continuamente diciéndonos todo lo
que no les gusta, lo que quieren y lo que piensan. No son precisamente de esas que
nos refriegan su sinceridad por cara. Las personas asertivas nos dicen lo bien que
vestimos, nos dan amablemente los buenos días, siempre tienen una sonrisa para
nosotros, se dan cuenta de nuestro nuevo corte de pelo, etc. Esta es la característica
más importante: desprenden positividad, nos encontramos bien junto a ellos,
sabemos que no se van a aprovechar de nosotros, que podemos contar con ellos, pero
que tampoco los vamos a poder aprovechar o manipularlos.

LOS DERECHOS ASERTIVOS

Los derechos asertivos, son una lista de derechos que muchas veces olvidamos
tenerlos. Los poseemos por el mero hecho de ser personas. No sirven para pisar ni
estar por encima del otro, sino para estar a la misma altura sin pisar a nadie,
proporcionándonos una buena autoestima.
TABLA DE DERECHOS ASERTIVOS

1. El derecho a ser tratado con respeto y dignidad

2. El derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones

3. El derecho a ser escuchado y tomado en serio

4. El derecho a juzgar mis necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones

5. El derecho a decir “NO” ante las peticiones de los demás y no sentir culpa

6. El derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta de que también el otro tiene derecho a decir
“NO”

7. El derecho a cambiar de opinión, sin tener que dar mil explicaciones

8. El derecho a cometer errores

9. El derecho a pedir información o aclaración sobre algún tema, derecho a no tener que saberlo todo

10. El derecho a obtener aquello por lo que pagué

11. El derecho a no comportarme de manera asertiva

12. El derecho a ser independiente en mi pensamiento y forma de ser

13. El derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, cuerpo, tiempo, etc. mientras no se violen los
derechos de otras personas

14. El derecho a tener éxito y superarme, aún superando a los demás

15. El derecho a gozar y disfrutar

16. El derecho a mi descanso, aislamiento y disfrute de mis actividades e intereses propios

LAS DIFERENTES CARAS DE LA ASERTIVIDAD

A continuación veremos una guía de cómo comportarnos asertivamente en diferentes


situaciones sociales. Principalmente la asertividad se puede dividir en 2 partes. La
primera: asertividad positiva que hace más hincapié en expresar a los demás
cosas agradables. La segunda: asertividad negativa, que se centra en defender
derechos propios y poner límite a la conducta agresiva o manipulativa de los demás.
ASERTIVIDAD POSITIVA

EXPRESAR SENTIMIENTOS POSITIVOS


Como has leído antes, la principal característica de la asertividad es la positividad. Y
la positividad se concreta en la expresión de positivo a los demás.

La expresión de sentimientos positivos puede realizarse mostrando sentimientos de


agrado, afecto, admiración, agradecimiento, respeto, cariño o cualquier otro
sentimiento positivo. Generalmente los hombres solemos ser más torpes en la
expresión de estos sentimientos, porque nos han enseñado que expresar
sentimientos positivos era algo poco viril. Pero evidentemente nada tiene que ver la
masculinidad con la expresión de estos sentimientos.

La gran importancia de la expresión de sentimientos positivos, es por la formación


de los círculos de relación positivos. Cada vez que yo me muestro positivo con
alguien, haciéndole un pequeño favor o diciendo algo positivo, tengo mayor
probabilidad de que esa persona se comporte así conmigo y viceversa.

La expresión de estos sentimientos también sirve de colchón amortiguador para


cuando haya que expresar sentimientos negativos. Será poco probable que una
persona se sienta atacada por una crítica si habitualmente recibe halagos o
expresiones afectivas.
Existen varios niveles en cuanto a la profundidad del sentimiento positivo expresado.

 1º Nivel (poco riesgo). Expresión de agrado o halagos ante cuestiones


materiales y pertenencias personales. Ejemplo: “Llevas un jersey muy bonito”
 2º Nivel (más complejo): Referirse a cuestiones de trabajo, desempeño o
ejecución. Ejemplo: “Has hecho un trabajo magnífico”
 3º Nivel (el más difícil de todos): Referido a aspectos íntimos o personales, a
relaciones afectivas, que incluye amigos, familiares y pareja. Ejemplo: “Siempre que
estoy contigo, me lo paso fenomenal”

RECIBIR SENTIMIENTOS POSITIVOS


Se trata de aceptar el reconocimiento de otra persona, sin negarlo ni rebajarlo de
ninguna manera. No debemos confundir esta manera de actuar con la prepotencia o
el orgullo desmesurado. Simplemente aceptamos los cumplidos de los demás
cuando nos los merecemos y de la misma manera reconocemos los errores cuando
así sean. De esta forma los demás nos ven como fiables y sinceros.

La manera de recibir estos sentimientos es muy sencilla, basta con un asentimiento


de cabeza y decir: “gracias”. No obstante, se puede ampliar con otras fórmulas más
complejas:

Me gusta mucho la camisa que llevas Gracias, a mí también, creo que tiene un color
muy bonito.

El trabajo que presentaste en clase fue magnífico Muchas gracias. Yo también estoy contento con
los resultados. La verdad es que he trabajado un
montón.

Esos dos kilos que te has quitado te sientan muy Me alegra que me lo digas, porque ha sido duro,
bien. aunque estoy contenta.

ASERTIVIDAD NEGATIVA

En la década de los 70, cuando el concepto de asertividad se empezó a desarrollar, se


hizo hincapié principalmente en la asertividad negativa. Y fue este aspecto el que
más transcendió al gran público. Se dio la visión de la persona asertiva como la que
ganaba siempre en sus conflictos, la que expresaba sus opiniones sin importar quien
estuviera delante, rozando muchas veces con lo que aquí he desarrollado como
personas agresivas. Sin embargo, el concepto ha ido evolucionando y la asertividad
tiene ahora una cara mucho más amable y humana, que es por otra parte la más
importante.
Pero además de ser positivos con los demás, en ocasiones va a ser irremediable y
también muy conveniente que les expresemos nuestros sentimientos negativos, que
les pidamos cambios de conducta o simplemente que les digamos no. Esto es lo que
llamamos asertividad negativa. De esta forma, las relaciones en vez de deteriorarse
como podemos temer, tienden a fortalecerse, a ser más sanas y sinceras.

EXPRESAR CRÍTICAS Y PEDIR CAMBIO DE CONDUCTA


Por hacer críticas entendemos expresar sentimientos negativos a otras perso-
nas. Por ejemplo, enfado, decepción o frustración. Normalmente el objetivo de
expresar un sentimiento negativo va acompañado de otro segundo, que es hacer una
petición de cambio. Es decir, pedirle a nuestro interlocutor que modifique el
comportamiento que nos produce malestar.

La expresión de críticas, no debe entenderse como algo para fastidiar a los


demás. Cuando nosotros expresamos este sentimiento negativo, lo hacemos para
que la relación mejore. Pero debemos también entender que a nadie le gusta que
constantemente le estén criticando las cosas que hace. Por lo tanto debemos elegir
aquellas conductas de los demás que verdaderamente nos están molestando y nos
hacen sentir mal emocionalmente.

Muchas veces evitamos hacer una crítica porque pensamos que tendrá un efecto muy
negativo para la relación con esa persona. Sin embargo está comprobado que una
crítica bien hecha, en muy pocas ocasiones deteriora una relación, es más, como decía
antes, tiende a hacerla más sincera y fuerte.

A la hora de hacer las críticas debemos tener muy presente las siguientes cuestiones:

 Controlar las emociones negativas, fundamentalmente el enfado. Si


estás muy enfadado o fuera de control, retrasa la crítica lo suficiente para recuperar
el equilibrio. Pero no dejes que transcurra demasiado tiempo, y sobre todo, no
sucumbas a la tentación de eludir la expresión de la crítica. Si ha sido importante y
no lo solucionas, te acabará pasando factura.
 Controlar lo que decimos es difícil, pero controlar lo que nuestro cuerpo
expresa, la comunicación no verbal, es mucho más complicado. Trata de
conseguir que tu cuerpo no adopte el patrón de agresividad: mirada fija, gestos
bruscos, postura envarada, rigidez facial o acercamiento excesivo al interlocutor. No
expreses tu crítica hasta que no notes que la agresividad interior no haya disminuido.

 Intenta también tener bajo control la forma de hablar como: volumen,


entonación y ritmo. Las personas fuertemente irritadas tienden a gritar, a hablar
rápido y a mantener una entonación con cambios bruscos. Baja el volumen, intenta
hablar lento y con entonación suave.

 Evita palabras descalificativas o insultos. Recuerda: tu objetivo nos es


fastidiar a la otra persona ni tener una bronca, (por muchas ganas que tengamos)
nuestro objetivo es mejorar una relación aclarando algunos aspectos.

 Sé concreto. Cíñete a la conducta que quieres que la otra persona


cambie. No saques “trapos sucios”. Si sacas un listado de todo lo que deberías haber
criticado en su momento y que tienes pendiente la cosa acabará muy mal. El otro no
entenderá nada y tú te quedarás insatisfecho de tu actuación.

Para empezar a expresar críticas de un modo asertivo, te propongo el siguiente


esquema. Aunque sería bueno que poco a poco, lo fueras haciendo más
personalizado para ti.

1. Delimitar la conducta molesta. Define muy concretamente la


conducta de la otra persona que nos molesta. No utilices términos generales
o globales que además tienden a ser descalificativos y que van a provocar
automáticamente la reacción negativa y el contraataque de la otra persona. Te
animo a que utilices la expresión: “cuando tú…” seguido de la conducta que
nos molesta. Por ejemplo: “cuando tú me gritas… en vez de, eres un gilipoyas…”

2. Expresar lo que sentimos. Expresar el efecto emocional que nos


provoca la conducta molesta. Ejemplo: “Yo me siento… enfadado, cabreado,
triste…”

3. Expresar empatía. Si se puede, o si la relación es más íntima, es una


buena idea ponerse en la piel del otro, es decir, intentar comprender por qué
esta persona está actuando de esta manera. Esto reduce las probabilidades
de reacción negativa. Ejemplo: “Entiendo que estés agobiado por el trabajo…
entiendo que no te des cuenta, que no le des importancia, que lo hagas sin
querer…”

4. Hacer petición de cambio clara y directa. Pedirle de la manera


más directa y concreta posible lo que queremos que cambie. Importante
evitar expresiones ambiguas, o de carácter moralista como: “quiero que
cambies de actitud, que recapacites, que te lo tomes en serio”. Un buen ejemplo
de lo que quiero sería lo siguiente: “Me gustaría pedirte que cuando hables
conmigo lo hagas sin gritar, hablando con normalidad”. Otro ejemplo: “Me
gustaría que no me critiques delante de otras personas”

5. Mostrar agrado por entendernos. Si la otra persona reacciona


positivamente entendiendo nuestra crítica y/o intentando cambiar su
conducta a partir de nuestra petición, debemos manifestar nuestro agrado por
el esfuerzo que está haciendo. Por ejemplo: “me siento muy bien porque lo
entiendas, gracias por atender mi petición”.

6. Aplicamos consecuencias. Sería maravilloso que sólo con


comunica-ción las personas cambiaran siempre de comportamiento, muchas
veces ocurre, pero otras veces hace falta algo más. Después de que hayamos
expresado una crítica con petición de cambio de conducta y la persona siga
sin hacernos caso, pasamos a aplicar consecuencias de la manera
siguiente. Por ejemplo: “Como te comenté el otro día, no quiero que me grites
cuando me hables, si crees que no puedes hacerlo, prefiero que no me dirijas más
la palabra”. Otro: “Como te dije el otro día, no quiero que me critiques delante de
gente, si crees que no puedes hacerlo, prefiero no tenerte como amigo”. Otro
más: “Como te dije el otro día, para mí es importante que retires las toallas
después de ducharte, si la vuelves a dejar, la dejaré allí hasta que quieras
recogerla…” Según el grado de cercanía de las relaciones, podremos poner
unas consecuencias más tajantes o menos, pero hay que tener presente que si
una situación es importante y no la modificamos, nos pasará factura
emocional.

RECIBIR CRÍTICAS
Aunque es difícil realizar críticas, más aún es recibirlas, porque cuando somos
nosotros los que tomamos la iniciativa tenemos más control sobre la situación, sin
embargo cuando es el otro el que inicia, la dificultad para actuar eficazmente
aumenta.

Existen varias formas automáticas de reaccionar ante las críticas que no nos ayudan
en nada a mantener relaciones sociales satisfactorias:

 Contraatacar. Cuando oímos las más mínima frase que interpretamos


como crítica saltamos descalificando al interlocutor con mayor dureza. El resultado:
discusión y enfado.

 Negación. Negamos frontalmente cualquier crítica estemos o no de


acuerdo. El temor que subyace aquí, es la necesidad de aparecer siempre perfecto y
brillante ante los demás y no cometer errores. Esta reacción tampoco nos ayuda en
nuestras relaciones.

 Aceptación. Existe otra manera de enfrentar las críticas que es aceptar una
crítica sin analizar si estamos de acuerdo o no. Interpretamos el supuesto error como
una prueba más de nuestra falta de valía, lo que nos provoca culpabilidad, tristeza y
depresión.

Vamos a ver ahora las estrategias que mejor nos hacen enfrentar la recepción de
críticas.

 Interrogación negativa. Consiste en pedir una aclaración sobre el


contenido de la crítica. En un muy alto porcentaje de las críticas que recibas estarán
expresadas de manera muy ambigua, imprecisa o descalificativa, como por
ejemplo: “no me gusta nada tu trabajo, no hay quién te aguante últimamente”. La
interrogación negativa se realiza preguntando a nuestro interlocutor aclaración sobre
la crítica. Por ejemplo: “¿qué es lo que no te gustó de mi trabajo?”, o, “¿qué es lo te
disgusta de mi comportamiento últimamente?”, o, “¿me podrías precisar que parte de mi
trabajo no ves conveniente?” Esta respuesta tiene principalmente 2 efectos: Primero
hacernos ganar unos segundos para recomponernos y segundo clarificar la intención
de la persona que critica. Si el reproche tiene sentido y está fundamentado, la
persona concretará sin problemas el asunto. Sin embargo, si es una crítica
malintencionada, dejaremos a nuestro interlocutor sin palabras, metiéndolo en un
pequeño aprieto. Tan pronto como nuestro emisor concrete su crítica, nuestro
siguiente paso será aceptarla si estamos de acuerdo o rebatirla si es el caso contrario.

 Aserción negativa. Se utiliza cuando estamos de acuerdo con el contenido


de la crítica. Después de haber utilizado la interrogación negativa y haber entendido
bien el comentario, si estamos de acuerdo debemos aceptar sin más rodeos. Sin
actitudes defensivas, sin justificaciones, sin enfadarnos y por supuesto, sin
hundirnos o sentirnos excesivamente culpables. Implica que hemos cometido un
error y que somos responsables de ello. Por ejemplo, crítica: “últimamente estás
realizando con retraso tu trabajo”, respuesta: “sí es cierto, últimamente llevo retraso,
intentaré aplicarme más”

 Banco de niebla. Es otra estrategia para recibir críticas, especialmente las


malintencionadas. Consiste en que mediante expresiones ambiguas, reconozcamos
que algo de la crítica de la otra persona podría ser cierto. Por ejemplo: “te han dejado
un pelo horroroso”, nosotros contestamos: “comprendo que a ti no te guste”. Estamos
dejando un terreno muy resbaladizo para nuestro adversario, por un lado parece que
aceptamos su crítica pero por otro parece que decimos que es normal que no le guste
porque sus gustos son horribles.

Cuando utilizamos esta técnica es muy importante controlar la forma de hablar y la


expresión no verbal. La clave es la normalidad. Toda nuestra expresión debe ser
neutra.

El banco de niebla es la técnica menos asertiva de las técnicas de recepción de


críticas, recomendándose para el típico “graciosillo malapata” es decir el típico que
disfruta riéndose de los demás haciendo comentarios hirientes o despectivos. El
mensaje que subyace al banco de niebla es: no me afecta, ni siquiera me importa lo
que estás diciendo.

 Tiempo fuera. Hay situaciones especialmente duras, en las que nuestro


interlocutor o nosotros mismos, estamos viendo que la situación se está yendo de las
manos. Pueden aparecer insultos, agresividad, gritos… Nuestro objetivo prioritario
será cortar esta situación tan pronto como podamos. Hay situaciones más o menos
tontas, que pueden desembocar en una bronca en la cual llegan a decirse cosas que
no se sienten pero que a la persona a la que van dirigidas hacen mucho daño,
pudiéndose producir una ruptura emocional, por una tontería. Siempre es
conveniente que estas situaciones no se nos vayan de las manos. La mejor opción es
utilizar la estrategia “tiempo fuera”. Consiste en bloquear la discusión con la otra
persona con expresiones como esta: “estamos muy nerviosos, vamos a dejarlo y ya
continuaremos en otro momento”. En ocasiones nuestra estrategia de querer dejar
discutir hace que la persona se enfade más, entendiendo nuestra negativa a discutir
como parte de sus descalificaciones. En estas ocasiones, no nos queda otra elección,
solamente nos queda salir de la habitación, de la casa o de donde estemos.

HACER PETICIONES
Consiste en expresar clara y directamente lo que deseamos de otra
persona. Tenemos derecho a pedir cualquier cosa, desde algo material, a un pequeño
favor o un cambio de conducta en la otra persona como hemos visto antes. Pero
nuestras peticiones también deben tener un límite, no debemos convertirnos ahora
en personas manipuladoras, tampoco debemos ser deshonestos en nuestras
peticiones, por ejemplo pedir a alguien que haga algo en contra de su
moral. También debemos ser conscientes que igual que tenemos derecho a pedir
algo, la otra persona también posee el derecho a decir no. Pero decir no, es algo muy
difícil y a lo que las personas no estamos acostumbrados, por lo tanto siempre que
pidamos algo, intentar ser lo más razonables y prudentes posibles. Si pedimos
muchas cosas y nuestros interlocutores les cuesta decirnos no, al final dejarán de
tener contacto con nosotros para no sentirse explotados.

En otras ocasiones, nos enfadamos con el otro por no concedernos una petición ¡QUE
NI SI QUIERA HEMOS HECHO!. Esto sucede especialmente en relaciones
íntimas. Creemos que la otra persona va a adelantarse a nuestros deseos y
necesidades, pensamos que va a saber lo que queremos sin que se lo digamos, porque
está “clarísimo”. Sin embargo entre las cualidades que tenemos las personas no se
encuentra (a menos que esté yo mal informado) “la lectura de mentes”, aunque en
muchas ocasiones lo hagamos. Nuestra pareja o amigo no tiene telepatía, sino le
decimos claramente lo que queremos, no actuará como deseamos. Incluso
diciéndolo claramente a veces tenemos dificultad para que entienda lo que decimos,
pues ya no os digo sino se lo decimos. Y por supuesto, luego tampoco tenemos
derecho a enfadarnos porque no se hagan cosas que nosotros no hemos pedido.

Podemos hacer peticiones de tres formas:

 Modo interrogativo: “¿Puedes tenderme la ropa cuando haya acabado la


lavadora?” “¿vamos al cine esta noche?”

 Modo imperativo. Para esta forma es conveniente utilizar fórmulas de


cortesía como por favor y gracias. “Cierra esa puerta, por favor”

 Modo condicional. El menos habitual. “Me gustaría que cerrases la ventana”,


o, “querría que vinieras al supermercado conmigo”

Normalmente cuando hagamos una petición, no debemos enrollarnos mucho dando


mil y una explicaciones, simplemente hacemos la petición. Si damos muchas
explicaciones o excusas, transmitimos la sensación de inseguridad.

DECIR “NO”
Decir “no” significa rechazar una petición que no queremos aceptar. Es la situación
asertiva más dura, la más difícil de manejar. No nos han enseñado a decir “no” de
una manera directa y honesta. Casi siempre sentimos la necesidad de justificarnos o
de poner una excusa. El miedo básico es que el otro piense algo negativo, que actúe
en nuestra contra o que se enfade.

Tenemos derecho a decir no ante cualquier tipo de petición. No es necesario tener


importantes razones para decir no. Podemos rechazar peticiones que nos hagan
sentir incómodos: “¿me acompañas a…?” Peticiones sobre objetos o
pertenencias: “¿me prestas este libro…?” Por supuesto en situaciones donde nos
sentimos explotados o manipulados: “ve tu a clase y me prestas los apuntes”, o, “quédate
hasta que acabes el trabajo”. En general cualquier petición que no queramos aceptar,
es importante este matiz: que no queramos aceptar.

Cuando aceptamos una petición que nos gustaría rechazar, estamos violando nuestra
propia integridad, estamos decidiendo que la otra persona es más importante que
nosotros, y que nuestras necesidades y deseos están en un segundo plano. Por otra
parte, cuando decimos no, nos autoafirmamos, y si lo hacemos bien, las
probabilidades de que la otra persona se enfade son mínimas.

Habrá ocasiones en que nos pidan algo, o que esa petición sea de gran calado,
personal o profesional y no sepamos qué contestar. Lo que tenemos que hacer es no
responder de manera instantánea, darnos un tiempo. Una vez meditado tomaremos
la respuesta asertiva más conveniente.

También es importante romper el hábito de decir no poniendo excusas. Dar excusas,


aunque a corto plazo nos parece que hace más suave el decir no, a largo plazo nos
mete en algún que otro apuro y además no estamos siendo sinceros con la otra
persona ni con nosotros mismos. Si nuestro interlocutor es hábil, repetirá la petición
varias veces para desmontar nuestra excusa. Por ejemplo, petición: “¿me prestas el
coche?” Respuesta: “No, es que, lo tengo en el garaje”. Nueva petición: “no te
preocupes, yo lo voy a buscar”. Nueva excusa: “es que lo tengo sin gasolina”. Nueva
petición: “tranquilo, que le pongo gasolina”. Respuesta: “bueno vale…” Como vemos
dar una excusa no es decir no. Decir no, realmente significa: podría aceptar tu
petición, pero lo cierto es que prefiero no hacerlo.

Un formar de decir no, ante peticiones que queremos rechazar, es así: “no, prefiero
no…” Siguiendo el ejemplo de antes: Petición: “¿Me prestas el coche?” Respuesta
asertiva: “No, prefiero no dejártelo. No lo presto a nadie, lo siento”. Otro
ejemplo. Petición: “¿Vamos al cine esta noche?” Respuesta: “No, prefiero no ir al cine
esta noche”

Cuando digas “no” es importante que no sonrías. La sonrisa puede dar un efecto de
ironía, que no nos convendría en ese momento o también de inseguridad, lo que haría
que la persona insistiese poniéndonos en un apuro. Notarás que al decir “no”, suena
muy duro a nuestros oídos, pero sorprendentemente si lo hacemos de forma correcta
como hemos visto, la gente acepta la negativa con pocos o ningún problema.

Decir “no” es muy importante. Hay muchas relaciones que lastimosamente se


rompen porque una de las partes nunca se atreve a decir “no” y acaba sintiéndose
explotado o manipulado. Y lo que es más triste, la otra persona no se da cuenta,
porque está viendo que el otro acepta con una sonrisa sus peticiones, pero por dentro
le están corroyendo las entrañas. Decir “no” ante las peticiones que no queremos
realizar es fundamental para nuestro bienestar emocional y solamente hay que
hacerlo, decirlo, atreverse. Sólo hay que decir “no”, con todo el cariño del mundo,
pero hay que decirlo.

DERECHOS DE CONSUMIDOR
Cuando pagamos por un servicio, ya sea directamente o través de nuestros
impuestos, tenemos derecho a recibir un servicio eficiente, rápido y cortés.

 Eficaz. Recibir lo que hemos pagado. Si pagamos el 100% de un producto o


servicio, tenemos derecho al 100% de recibir ese producto o servicio en perfectas
condiciones.
 Rápido. Cada servicio tiene su tiempo, que debemos respetar. No todos los
servicios tardan el mismo tiempo. Pero no sólo pagamos por el producto, sino
también porque ese producto esté en un tiempo razonable.

 Cortés. Nuestro dinero y nuestra cortesía exige también un trato humano


como mínimo amable. No debemos esperar que nuestro interlocutor desborde
simpatía, pero sí al menos, cortesía profesional.

Cuando el trato que recibimos no es en alguna manera correcto, tendemos a actuar o


bien enfadándonos y montando “el pollo” o bien marchándonos y no volviendo
más. Sin embargo hay una manera más eficaz: ser asertivo.

Dos cuestiones importantes. Primera no ser agresivos, pues suscitaremos la reacción


defensiva de la persona a la que reclamamos, y no conseguiremos nada. Segunda ser
persistentes. Cuando reclamemos algo relacionado con un servicio, es
imprescindible ser paciente e insistir una y otra vez hasta conseguir el objetivo que
nos hemos marcado.

La estrategia de ser persistente en nuestra petición, técnicamente se denomina “disco


rayado”. Más específicamente esta técnica consiste en repetir nuestra petición o
reclamación insistentemente, de una manera relajada pero firme, hasta que nuestro
interlocutor acceda a satisfacernos. Por ejemplo Gema ha comprado unas caras
zapatillas y después de 3 veces que se las ha puesto se ha despegado la
suela. Gema: “Compré estas zapatillas hace unas semanas y se me han despegado las
suelas. Me gustaría que me las cambiase por otras”. Vendedor: “Esto es muy raro, ¿las ha
lavado? Gema: No, simplemente las he usado 3 veces, y dado que están defectuosas, le
ruego me las cambie por otras”. Vendedor: “Pero imagínese que todo el mundo hiciera
lo mismo, señora”. Gema: “Sí supongo que sería un problema para ustedes, pero a mí me
gustaría que me las cambiase por otras”.

APUNTES FINALES

EMPATIZAR
Ponte en lugar del otro, intenta comprender su forma de actuar aunque no lo
entiendas o te repulse. Ver los problemas desde su punto de vista nos hace actuar
mucho mejor.

LOS DEMÁS NO CONOCEN NUESTROS SENTIMIENTOS, NI


PENSAMIENTOS

Si no se los decimos jamás los conocerán y tampoco luego tenemos derecho a exigir
que obren como si los conocieran. Acuérdate, los demás no son capaces de leer tu
mente, no son capaces de saber lo que quieres o dejas de querer sino se lo dices
claramente y tú tampoco puedes saber lo que los demás quieren si no preguntas.
ES MÁS APROPIADO HACER UNA PETICIÓN QUE UNA DEMANDA
Demuestra un mayor respeto por el otro. Al fin y al cabo comunicamos lo mismo,
pero el otro se siente mejor tratado. Demanda: “Tráeme un vaso de agua”. Petición:
“Podrías traerme un vaso de agua, por favor”.

AL CRITICAR A LA OTRA PERSONA, HABLAR DE LO QUE HACE, NO DE LO QUE


ES

Como hemos visto antes, cuando hablábamos de la realización de críticas, es muy


importante ser concretos y hablar de conductas no de aspectos generales de la
persona que no nos llevan a ningún lado, porque la persona se ofende y no entiende
lo que le queremos decir. Por ejemplo, crítica general: “Eres un desastre, lo dejas todo
siempre patas arriba” Observación concreta: “Cuando dejas la toalla en el suelo después
de ducharte…”

NO IR ACUMULANDO EMOCIONES NEGATIVAS SIN COMUNICARLAS


Aspecto este de gran importancia. Cada vez que las personas acumulamos una
emoción negativa a la que no damos salida, esta energía mental que no se libera de
manera correcta, se libera de manera indirecta produciendo síntomas
psicosomáticos como dolores difusos musculares, cefaleas, estado de ánimo
deprimido, ansiedad difusa, mayor vulnerabilidad a enfermedades, etc. Otra
consecuencia muy típica que se produce cuando las personas tendemos a evitar la
expresión de sentimientos negativos son los estallidos de ira. Nuestro estado
emocional es como un vaso, si lo vamos cargando y cargando llega un momento que
se desborda, quizás ante la situación más insignificante, y en ese momento decimos
todo lo que no hemos dicho anteriormente, y sin venir a cuento. Las consecuencias
son que el otro no entiende nada y que nosotros después nos sentimos culpables
volviendo a la estrategia de callar ante las situaciones que consideramos injustas.

DISCUTIR LOS TEMAS DE UNO EN UNO


No sirve de nada en una discusión reprochar un montón de aspectos, pues la persona
se siente ofendida y se pone a la defensiva. Cuando veamos un asunto importante lo
tratamos y en otro momento otro, siempre recordando que tenemos que ser lo más
concreto posibles, sino no servirá de nada.

EVITAR GENERALIZACIONES
Las generalizaciones son formas de expresión que todos utilizamos
habitualmente. El problema es cuando las utilizamos en una situación tensa en la
que estamos criticando el comportamiento de una persona. Como decíamos antes,
hay que ser siempre lo más concreto posible, ceñirse a conductas o situaciones
concretas. Además las críticas generales rara vez suelen ser ciertas. Por ejemplo,
crítica general: “Siempre llegas tarde a trabajar…” Observación concreta: “Durante
esta semana has llegado 10 minutos tarde el martes, miércoles y viernes…”

DAR GRATIFICACIONES
Como ya sabes la característica principal de las personas asertivas es la
positividad. Es muy importante expresar cosas positivas a los demás, les harás sentir
mejor y formarás un círculo de relación positiva con esa persona. Hay cosas
generales que a todos nos agrada que nos digan, pero si queremos ser más eficaces,
debemos explorar lo que realmente le gusta a la otra persona, cada uno tiene su estilo
particular. Búscalo y díselo.

AGRADECER LAS GRATIFICACIONES


Si mostramos alegría por el cumplido y lo agradecemos, tendremos más
probabilidades que la persona lo vuelva a repetir. Si nos quedamos callados o le
restamos importancia, quizás no nos lo vuelvan a repetir.

PEDIR GRATIFICACIONES
Si la montaña no va a Maoma, Maoma va a la montaña. Si la otra persona no nos lo
dice pues le tendremos que pedir que nos lo diga. Ya sé que estás pensado, que eso
lo tiene hacer sin que yo le diga nada, que tiene que ser espontáneo, pero a veces esa
espontaneidad está un poco mermada en algunas personas, y tenemos que empujarla
un poco. Si vemos que mi pareja es olvidadiza para los cumpleaños o fechas
señaladas, no le pongamos en la trampa de esperar que se acuerde. Coge el toro por
los cuernos y pídele lo que quieres que te regale. Por ejemplo: “Para este cumpleaños
he visto un perfume maravilloso que me gustaría que me regalases…” Otros ejemplos de
petición de gratificaciones: “Quiero que me digas lo guapa/o que estoy…” “Quiero que
beses cuando llegues a casa…” El otro no siempre puede adivinar lo que deseamos.

INTERCAMBIAR AFECTO FÍSICO


Este aspecto es tan importante como delicado. El que nosotros besemos o demos una
pequeña caricia en algún momento nos puede dar mucha cercanía a la otra
persona. Sin embargo este acercamiento, también puede ser malinterpretado. Lo
debemos utilizar siempre con cuidado, pensado objetivamente cómo lo puede
interpretar el otro. Siempre es importante ser cauto en este aspecto, sobretodo con
personas a las cuales no tenemos mucha confianza.

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