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Procesos de Frontera y Estados de Frontera
Procesos de Frontera y Estados de Frontera
John L. SWANSON
Corría 1987, Joe Wysong, editor del Gestalt Journal de New York, recibía
el artículo que vas a empezar a leer. Ante la apuesta de las preguntas
teóricas que suscitaba. Joe eligió utilizar este artículo para abrir un debate
teórico como lo había hecho unos años antes con el artículo de LATNER
sobre “La teoría del campo/teoría de los sistemas” o con el artículo de
CROCKER sobre “La profexión”. Esta vez, habiendo ocultado el nombre de
su autor, envió una copia de este estudio a diferentes terapeutas
gestálticos proponiéndoles responderle/reaccionar. En 1988, publicó el
artículo cuya traducción tienes entre las manos, seguido de un cierto
número de reacciones. Dos años después, otras reacciones continúan
llegando al Gestalt Journal y son publicadas regularmente.
Por mi parte, cuando leí este artículo, también tuve ganas de reaccionar
fuertemente... pero descubrí poco después y también con mucho interés la
respuesta de Douglas Davidove que expresaba digamos el 75% de lo que
yo hubiera dicho y de lo que enseñaba desde hacía años, en concreto
sobre la confusión frecuente en los neogestálticos entre “resistencias” y
“pérdida de la función-ego”. Pero esta respuesta de Douglas Davidove era
difícil de leer si no se había leído ya el artículo de Swanson. Le pedí
entonces a Douglas que reescribiera el contenido de su respuesta a
Swanson sin referirse a Swanson y de manera que pudiera funcionar con
independencia. Ese artículo ha sido publicado en esta colección de folletos
con el título “Conflit, résistances et pertes de fonction-ego” (Pérdida de las
funciones-ego, conflicto y resistencia” en Documentos del CTP de Madrid).
Pero el debate continuaba y levantaba otras pistas, me era necesario
empezar por “el caso del principio” si se quería seguir el hilo y, por lo tanto
publicar este artículo.
John L. SWANSON
Introducción
“Trabajar en la frontera-contacto” está en el centro de la teoría y
de la práctica de la Terapia Gestalt. Se han escrito muchas cosas desde
hace años sobre la naturaleza del contacto, de las fronteras y de las
perturbaciones de frontera.. La mayor parte de los terapeutas
gestálticos están muy atentos a la cualidad del contacto que ocurre en
la frontera entre el cliente y su entorno. Esta perspectiva teórica ha sido
central para describir y comprender como el enfoque gestáltico de la
terapia es fundamentalmente diferente del de los freudianos o de otros.
Esto nos ha ayudado guiando el movimiento de la Terapia Gestalt hacia
su estatus actual, en tanto que una de las terapias más validas y más
productivas de este período. Por lo tanto, estoy sorprendido de que este
núcleo importante y central de la teoría de la Gestalt permanezca
incompleto y que numerosas diferencias entre los teóricos permanezcan
sin resolver. En este artículo, examino el estatuto habitual de la teoría
de la Gestalt sobre las perturbaciones de frontera, miro los puntos de
acuerdo y desacuerdo y recomiendo algunas revisiones que espero,
contribuyan al desarrollo de la teoría de la Gestalt.
Confusión terminológica
Mi primer interés se dirige a la proliferación de la terminología
utilizada para hablar de las perturbaciones de frontera. Una rápida
ojeada a la literatura gestáltica revela una plétora terminológica a
considerar: los mecanismos neuróticos (PERLS y col, 1951, p.145), las
perturbaciones de frontera (PERLS, 1973, p.25-43), las vías principales
de resistencia a la interacción (POLSTER, 1974, p.71), los mecanismos
psicológicos (Van De REIT y col., 1982, p.64-65), y la inferencia
contacto/frontera (CROCKER y col., 1982, p.67). ¡Una investigación
más minuciosa de la literatura podría incluso revelar aún más términos
a considerar!
Esta proliferación de terminología a propósito de la frontera no es
en verdad una fuerza en la etapa actual del desarrollo de la teoría de la
Gestalt. En su libro “Theories of Counseling and Psychotherapy” (1980),
C. H. PATTERSON presenta los criterios de evaluación de la eficacia de
una teoría entre los cuales cita: la precisión y la claridad (no ambigua,
incoherente, no contradictoria), la parsimonia o la simplicidad
(minimizando la complejidad sin no obstante simplificarla demasiado).
Puede ser que la comunidad gestáltica pudiera hacer a partir de ahora
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Inclusión en la lista
Me gustaría compartir con vosotros mi malestar en relación a la
“lista” de los procesos de frontera. Hay tres fuentes de malestar: (1) no
hay definiciones claras, ni criterios sobre qué constituye un proceso de
frontera; (2) no creo que la lista contenga miembros de una misma
clase; (3) no hay organización clara, ni descripción de las interrelaciones
entre estos fenómenos.
La historia de la “lista”: ¡La primera lista comprendía 22
miembros! Frederick PERLS, en un capítulo titulado “Neurosis”, en “Yo,
Hambre y Agresión”, creó una lista de “medios de evitación” dividida en
tres categorías. La proyección y la retroflexión están puestas en la
tercera categoría (1947, pp. 65-66). La introyección no forma parte de la
lista, pero es objeto de discusión en otra parte del libro llamada
“Metabolismo mental” (pp. 128-134). En el libro siguiente, a menudo
citado como el trabajo principal sobre la Gestalt y llamado “Terapia
Gestalt: novedad, excitación y crecimiento” están presentadas en la
segunda parte, y está comprendida allí la retroflexión, la introyección y
la proyección (1951, p. 145). No obstante, en la tercera parte, está
presentada una lista de las cinco “interrupciones” incluyendo la
confluencia, la introyección, la proyección, la retroflexión y el egotismo
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ESTADOS DE FRONTERA
CONFLUENCIA AISLAMIENTO
Introyección y proyección
La introyección y la proyección son procesos de frontera distintos
y son considerados como opuestos polares. Cuando las personas
introyectan, se vuelven ellos mismos responsables de lo que han hecho,
forman parte del entorno. Cuando las personas proyectan, hacen
responsables al entorno de lo que proviene de su self. Cuando
introyectan, las personas dicen “yo” cuando quieren decir “ellos”.
Cuando proyectan, dicen “ellos” cuando quieren decir “yo”. Introyectar
implica un acto de hacer entrar, es una dirección hacia el interior.
Proyectar implica un acto de salir, es una dirección hacia el exterior.
La retroflexión y la proflexión
Son también procesos de frontera distintos y son considerados
como opuestos polares. Según las palabras de CROCKER, “la proflexión
es una especie de opuesto a la retroflexión en el sentido de que el
‘proflector’ hace algo a otro en lugar de hacerlo, como en la retroflexión,
algo a o para sí mismo” (1981, p.19). Cuando las personas
retroflexionan, se tratan a sí mismos de la manera como les gustaría
tratar a los demás o ser tratados por los demás. Cuando proflexionan,
las personas hacen a alguien lo que les gustaría que les hicieran. Con la
proflexión, hay una corriente de energía que sale (p. 13). Con la
retroflexión, hay una corriente de energía hacia el interior.
Incluyo la proflexión en la lista de procesos de frontera, aunque
reconozco que su inclusión puede ser prematura. La incluyo por las
siguientes razones: 1. describe un fenómeno que ocurre en la frontera
entre uno mismo y los otros. 2. Tiene a la vez formas sanas (modelar) y
formas disfuncionales; 3. Parece ser un acontecimiento bastante
corriente para que sea considerado como primario -modelar no es en
verdad un acontecimiento raro-; 4. CROCKER describe las
intervenciones terapéuticas utilizables para la destrucción de las
proflexiones.
La proflexión necesita resistir la prueba del tiempo. Aunque sé
que la introducción hecha por CROCKER de la proflexión no estimulaba
demasiado una implicación productiva por parte de los demás.
¿Cuantos entre vosotros habéis encontrado útil este concepto?
Personalmente, no soy a menudo consciente de que la proflexión entra
en mi trabajo terapéutico. Me pregunto si es porque no estoy
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Deflexión
La deflexión hace alusión a un debilitamiento del contacto debido
al hecho de que está “fuera de blanco”. En la deflexión según los
POLSTER, “la vivacidad se retira por la utilización de perífrasis, de un
lenguaje excesivo, por el hecho de descartar algo que alguien dice
riéndose, de no mirar a la persona a la que se habla, de ser más
abstracto que específico, de no centrarse en los hechos, de no encontrar
más que malos ejemplos o ninguno, de ser diplomático en lugar de ser
directo, de emplear un lenguaje estereotipado en lugar de un lenguaje
original, de sustituir las emociones suaves por emociones fuertes, de
hablar del pasado mientras que el presente es más pertinente, de
hablar de en lugar de hablar a, y de no conceder importancia a lo que
se acaba de decir” (1974, p.89). En la deflexión, la persona compromete
el entorno en base a un tiro mal pretendido, dispersándose, cambiando
a menudo rápidamente y de manera abrupta de tema sin focalización ni
continuidad. No tiene suficiente energía investida en ningún lugar para
conseguir más de vuelta.
La deflexión tiene su lado sano como los otros procesos de
frontera. Los POLSTER indican las situaciones (como la utilización del
lenguaje diplomático en las relaciones internacionales) en las que es
importante y habitual quitar la vivacidad, las situaciones en las que la
deflexión de la rabia destructiva puede ser sabia y necesaria (pp. 89-
90). Y como lo señala Robert HARMAN, hay situaciones en donde el
hecho de quitar la vivacidad puede permitirnos mantener el contacto
más que retirarnos o atacar. Puede también habilitarnos para tener una
respuesta a todos los estímulos que nos invaden.
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aferramiento al contacto a todo precio que entraña una pérdida del self.
El proceso de frontera de fijación está embrollado en este aferramiento
al contacto. El miedo al aislamiento y al abandono es tan fuerte que la
persona es engullida y poseída por los otros con el objetivo de mantener
una relación. Esto se da en primer lugar durante el proceso de frontera
de la introyección. La frontera rígidamente entraña el hecho de hacer
entrar de manera no discriminativa al entorno, de engullir por entero.
La unión pasiva y la conformidad a las estructuras existentes pueden
también entrañar la retroflexión de impulsos espontáneos que se
expondrían a las diferencias y harían correr el riesgo del conflicto y de
la separación. Mientras que la necesidad sea expresada, la agresividad
es retroflexionada. La persona, en consecuencia, es exigente consigo
misma, mientras que es tolerante e indulgente con los demás. Cuando
la persona que es fóbica al aislamiento dice “nosotros”, esto puede
querer decir “tú”.
Aislamiento. En este estado aislado (fobia a la confluencia), el
miedo de ser engullido por lo demás o que ellos tomen posesión de él, se
extiende. El aislamiento, más que ser experimentado como un
abandono terrorífico, es vivido como un refugio seguro contra la
invasión. El proceso de frontera de la deflexión puede ser utilizado para
mantener esta seguridad contra una invasión. La frontera-contacto está
rígidamente cerrada e impermeable como una pared. Más que ser
dirigido hacia los demás, la persona fóbica a la confluencia es el punto
de mira de sí misma, en su fuero interno. El estado de aislamiento
entraña en primer lugar el proceso de frontera de la proyección. La
frontera impermeable rígida bloquea “el acto de dejar entrar” al entorno.
La persona entonces proyecta su self sobre el entorno más que coger de
él y hacerle entrar. Cuando la persona fóbica a la confluencia dice
“nosotros”, hay que traducirlo por “yo”. Más que en conformidad pasiva
con las estructuras existentes y con los otros, la persona en estado
fóbico a la confluencia es más dominante y agresiva para decidir las
estructuras externas y los demás se conforman con sus necesidades.
Mientras que la agresión con la que rechaza a la gente es expresada, la
necesidad (impulso hacia los otros para el contacto que lleva a los otros
hacia sí mismo) está bloqueada. La necesidad es entonces a menudo
proyectada sobre los otros y denigrada en tanto que debilidad. El miedo
a ser engullido entraña una hiperevaluación y un esfuerzo constante de
autonomía y de autosuficiencia. Las tentativas retroflexionadas de
autosuficiencia, ofreciéndose a sí mismo la ayuda que le gustaría que le
ofreciera alguien, pueden, con sus efectos aislantes, también tener un
proceso de frontera activo en la creación del estado de aislamiento.
Resumen y conclusiones
En este artículo, he pasado revista a la proliferación actual de la
terminología y los desacuerdos sobre la teoría de la Gestalt que atañen
a las perturbaciones de frontera. He propuesto también algunas
revisiones de la teoría existente de las perturbaciones de frontera que,
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Referencias