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05/07/2015 El legado de Torre Nilsson 08.09.1998 lanacion.

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H oy, cuando se cumplen 20 años de su temprana muerte, la figura y la obra de Leopoldo Torre
Nilsson siguen provocando casi tanta polémica como admiración. Es que, para sus detractores,
este cineasta que filmó 30 largometrajes en apenas un cuarto de siglo (murió a los 54 años) no
es el mismo Torre Nilsson que muchos ubican en el altar del cine argentino. Pero, más allá de
los debates que aún hoy sigue generando su filmografía especialmente entre la nueva y la
vieja cinefilia, la reciente encuesta realizada por el semanario Trespuntos entre 100 artistas,
técnicos y críticos nacionales deja en claro la vigencia e importancia de varias de sus obras:
Torre Nilsson figuró sólo detrás de Leonardo Favio y Lucas Demare entre los directores más
votados. A la hora de revisitar su cine cabe preguntarse cuál es el verdadero Torre Nilsson: el
que adaptó a Borges y a Bioy Casares y el que logró junto con Beatriz Guido su compañera
durante 27 años joyas como "La casa del ángel", "El secuestrador" o "La mano en la trampa", o
el que rodó acartonadas películas históricas ("Martín Fierro", "Güemes, la tierra en armas", o la
fallida "El santo de la espada"), donde perdió el favor de la crítica, pero se ganó el apoyo
popular. Torre Nilsson, el único director argentino que figura en cuanta enciclopedia se haya
editado en el exterior, un invitado permanente a los principales festivales internacionales, un
cineasta cuya obra incluso ha llegado a ser vinculada con la de sus admirados Robert Bresson,
Luis Buñuel, Ingmar Bergman y Orson Welles, es el mismo que sobre el final de su carrera
intentó sin éxito retomar la Martes 08 de septiembre de 1998 | Publicado en edición impresa
El legado de Torre Nilsson El director, en el recuerdo. Foto: Archivo 05/07/2015 El legado de
Torre Nilsson 08.09.1998 lanacion.com http://www.lanacion.com.ar/109896ellegadodetorre-
nilsson 2/5 línea de las adaptaciones literarias. Lo que sí quedará para siempre son las
búsquedas expresivas de sus primeras películas, la profundidad psicológica de sus personajes,
las grandes interpretaciones que muchas veces consiguió de sus actores, el indudable
padrinazgo que ejerció sobre la "Generación del 60" de David José Kohon, Rodolfo Kuhn,
Manuel Antín, José Martínez Suárez, Simón Feldman, Eduardo Calcagno y también sobre el
cine de Leonardo Favio, quien lo consideró su gran maestro. El verdadero Torre Nilsson es el
hombre que mantuvo una desigual y encomiable batalla contra la censura en todas sus
expresiones, pero también aquel que hacía ampulosas declaraciones públicas en las que se
vanagloriaba de su condición de mujeriego, timbero y que terminó sus días sumergido por el
cáncer y las deudas financieras. Seguramente tanto el Torre Nilsson que cuestionó como pocos
la decadencia de las clases privilegiadas y las represiones y frustraciones de la sociedad en
general, como el que abandonó sobre el final de su carrera todo viso de riesgo y
experimentación en sus películas, sea producto, precisamente, de sus propias contradicciones,
de sus miedos y fantasmas personales. Quizá sea su propia visión del cine la que mejor alcance
a definir una obra y una personalidad tan apasionantes como complejas: "No quiero dijo
formar parte de un cinepíldora digestiva. No quiero hacer una película para que un indonesio
digiera su comida y otra para que rían los que habitan la zona norte de Avellaneda. Ni
transpirar por un film que congregará vastos auditorios de Cuba porque la protagonista tiene
un hermano que es propietario de la zapatería más importante de La Habana. Quiero hacer un
cine que tenga patria, sí, eso. Un cine que ande parásito entre las afligentes tinieblas de un
mundo en descomposición. Intuyendo, ganando pequeñas y tremendas batallas para el
espíritu, gritándonos que el hombre todavía no ha sido derrotado por el hombre. Ajeno a
superficiales modismos de presuntas minorías. Vital y sangrante. Vivo y necesario. Ni cine-
teatro, ni cinepintura, ni de vanguardia, ni de masas. Un cine cálido y auténtico, producto de
mi soledad, mi oficio y mi tristeza." CUATRO GENERACIONES Discípulo de su padre el gran
Leopoldo Torres Ríos, el realizador de "Un guapo del 900" y "Boquitas pintadas" logró que en
sus hijos Javier y Pablo 05/07/2015 El legado de Torre Nilsson 08.09.1998 lanacion.com
http://www.lanacion.com.ar/109896ellegadodetorrenilsson 3/5 perdurara su pasión por el
cine. Y parece que el legado fue tan fuerte que hoy son también sus nietos los que, formados
en la Escuela del Instituto de Cine, hacen sus primeras armas en el cortometraje y la escritura
de guiones. Este cineasta de sangre admitió que se enamoró de la cámara el día en que su
padre lo llevó a un rodaje y lo dejó mirar por primera vez el visor. "Dentro de unos años vas a
ser el mejor director", dice que Torres Ríos le decía cuando era apenas un niño que en realidad
soñaba con ser un habilidoso wing izquierdo. Y también aprendió de él a soportar las
vicisitudes de la realización cinematográfica. "No tenía 30 años recordó cuando me contrató
Argentina Sono Film. Me preguntaron qué era lo que quería hacer en cine, qué proyectos
tenía, y saqué de mi bolsillo un rollo de adaptaciones que había hecho hasta ese momento.
Recuerdo que el representante de la empresa miraba con incredulidad y suficiencia cómo yo le
mostraba entusiasmado una versión modernizada del "Martín Fierro"; otra del "Hombre del
Jueves", de Chesterton; y otra de "El proceso", de Kafka. Entonces, me dijo: "Bueno, ahora que
sé cuáles son sus ideas le voy a confiar la dirección de "Para vestir santos", con Tita Merello.
Era un melodrama de época denso, lagrimeante, lo más ajeno posible a mis intenciones. Sin
embargo, lo filmé. Ya me enfrentaba por primera vez a la realidad y no tenía otra alternativa
que asumirla." UN ARTISTA CANSADO Torre Nilsson tuvo un triste final que, lamentablemente,
se asemeja al de otras glorias del arte, la política y el deporte nacionales. Murió amargado y
enfermo, asistiendo en sus últimos meses a los estragos que no sólo en el cine provocaba la
llegada de una nueva dictadura militar. Por eso, en el texto "Estoy cansado", publicado en
forma póstuma en el diario Convicción, escribió: "Yo ya no tengo ganas de pedir más. Tengo
ganas de que ahora me vengan a pedir a mí. Estimo que mi posición en el cine mundial es
importante. Podría trabajar fuera del país y no quiero hacerlo porque quiero trabajar en mi
país. Y necesito libertad. Sin libertad no se puede hacer cine". Toda una declaración de
principios. UN REENCUENTRO CON SUS FILMS Hoy, a las 22.30, se realizará en la sala Leopoldo
Lugones del Teatro San Martín (Corrientes 1530) un homenaje a Torre Nilsson a propósito del
vigésimo 05/07/2015 El legado de Torre Nilsson 08.09.1998 lanacion.com
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| Espectáculos aniversario de su muerte. Tras el acto se proyectará "Boquitas pintadas" (1974),
película basada en la novela de Manuel Puig que recibiera el premio especial del jurado en el
Festival de San Sebastián. Encabezaron el reparto Alfredo Alcón, Martha González y Luisina
Brando. Por su parte, el Museo del Cine continúa organizando un ciclo dedicado al realizador
en su nueva sede de San Juan 350, que comenzó con la exhibición de "La casa del ángel". El
miércoles 16, a las 18 y con entrada libre y gratuita, se proyectará "La caída" (1958), con Elsa
Daniel, Lautaro Murúa, Duilio Marzio y Lidia Lamaison. El miércoles 30 se presentará "La mano
en la trampa" (1959), con Elsa Daniel, Francisco Rabal, María Rosa Gallo y Leonardo Favio. LA
OPINIÓN DE SUS HIJOS "Mi hermano y yo íbamos a un colegio religioso y optábamos por no
decir que éramos hijos de Torre Nilsson, un hombre que era separado, que manifiesta
públicamente su defensa del amor libre, de Cuba y de cosas que nos daban una vergüenza
terrible." (Pablo Torre). "Mi padre era magnífico, mundano y generoso. Conoció la gloria y
también el fracaso. "En la mala hay que agrandarse", repetía. Luchó hasta el final y en los
últimos instantes se mordía los labios de dolor y ganas de filmar." (Javier Torre). "Hasta los 40
años no tenía la más remota idea de dirigir, pero algunas cosas me decidieron. La pregunta
"¿Ah, vos sos el hijo de Torre Nilsson, y no hacés cine?", y darme cuenta de que el maravilloso
mundo de mi viejo se lo habían quedado otros." (Pablo Torre). . Diego Batlle

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