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HISTORIA DE LA HISTERIA

CARLOS ANDRÉS NEIRA CASTRO

PRESENTADO A:
VILMA ALVARADO

UNIVERSIDAD ANTONIO NARIÑO.


FACULTAD DE PSICOLOGIA.
MODELO ANALITICO
TUNJA
2016
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RESUMEN

El origen que posee la histeria trasciende a los primeros pensamientos que se tenían en
las culturas antiguas; tales como Grecia donde Hipócrates, en el año 460 antes de cristo
describía esta enfermedad como causa del desplazamiento que él creía el útero generaba a
través del cuerpo (problemas ginecológicos). Y a su vez el plateo esta diferencia de la
enfermedad nombrada epilepsia, que apenas estaba en sus inicios de concepción;
generando un antes y después en la medicina. Muchas personas que sufría el mal de la
histeria en la edad gregoriana se les otorgaba características de adivinos y profetas,
mostrando la falta de conocimiento que aún le faltaba a la joven humanidad por alcanzar.

Varios orientales creían de forma similar, que la matriz de la mujer podía desplazarse a
través del cuerpo bloqueando la respiración del mismo. Platón, nacido en 427 antes de
Cristo, de similar manera apoyo la idea de Hipócrates en la que describía a la matriz
como un animal que deseaba engredar niños; pero que en su madures al no ejercer su
función por vario tiempo pierde la noción, impulsándose por todo el cuerpo bloqueando
la respiración y generando más enfermedades en él. La cura para este mal, según él era el
amor de una familia al cual los deseos de la matriz cumpliesen su funcionalidad,
procreando y glorificando en compañía de su amado esposo. Que termino posándose en
boca del filósofo Sócrates.

Todo conllevo a producir la teoría (aforismo psicosomático) en la que da como definición


“una vida sexual insatisfecha puede provocar una neurosis”. Lo que da a entender que, si
la mujer no se casa, no se curara de la histeria. Y que si la mujer en el matrimonio da a
luz un hijo quedara curada de la enfermada que se está tratando en el texto.

Galeno, en el año 170 después de cristo, critico a los filósofos anteriormente ya


mencionados; puesto que en su exposición y estudio de la anatomía le hizo confirmar que
el útero no tenía la capacidad transportarse constantemente por la vagina al apéndice
xifoides, por lo que le atribuía la culpa a la retención de sangre menstrual en la mujer
(semen femenino).

En el siglo XI, El árabe, Serapión, corrigiendo la idea anterior postulo que la enfermedad
de la histeria no era por acumulación sino continencia sexual puesto que, según sus
investigaciones solo había podido encontrar casos de esta enfermedad en mujeres solteras
y viudas. Otros como Rhazes y Avicena, negaron que fuese así y describieron el causante
de la histeria por vapores tóxicos, ubicados en el bazo y hígado que atacaban el cerebro,
pero todos relacionados con el útero femenino.
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En la edad media, (476 a 1453), se le da la culpa de la histeria a demonios y creencias


religiosas. Pero también se presentaban síntomas en hombres, por lo cual demostraba que
también afectaban frecuentemente al género masculino. Aun se utilizaban términos
antiguos de la medicina como el desplazamiento de la matriz, la expulsión de tóxicos por
los genitales; pero siempre, en general, se les atribuía a los demonios.

A partir del renacimiento, en los años 1500, se vuelve a considerar el lado somático
olvidando lo teológico; retomando la teoría de Hipócrates y Platón. Las técnicas
terapéuticas que se emplearon fueron con base al movimiento de la matriz; haciendo que
inhalara olores desagradables para que supuestamente la matriz volviese a su lugar y
acercar a la zona vaginal olores agradables. En el siglo XVI usaban una técnica llamada
“La piedra de España” que se sujetaba con bandeletas sobre el ombligo de persona; esto
solo era un método preventivo. Cardan, en el año 1550 daba una receta de pesuña de
ciervo carbonizada, combinada con raíz de jengibre. Si esta no daba efecto se podía llevar
colgado en el cuello una bolsa de polvo de pesuña y jengibre; también se recomendaban
otros tipos de pociones o pomadas. El Maestre de Platea, daba como consejo terapéutico
la masturbación además de otros métodos que se usaron inclusive muchos siglos después
como alternativas dolorosas para la cura de la histeria.

Acabando el siglo XVI e iniciando el siglo XVII se empezó a tener más en cuenta los
factores emocionales, pero solo como detonador de los males que supuestamente
desencadenaban gases tóxicos o desplazamientos originados en el útero. A consecuencia
de la difamación de la histeria el medico Rodríguez da Fonseca explica que las mujeres
en momentos instantes al paroxismo son consecuentes a pasiones histéricas como el dar
abrazos a los hombres más cercanos. Investigadores de la época daban señal de la
conexión entre el orgasmo y el estado de histeria. Los médicos ya caracterizaban los
síntomas en una sola enfermedad.

En su explicación fisiológica se le atribuía a una bola enfermiza que subía por todo el
abdomen debido a una irritación de los plexos mesentéricos que a su vez causaba
contracciones que, hacia retirar las partes inferiores del hipocondrio, dando la sensación
de separación y movimientos en el paciente. Los dolores y contracciones que sentían se
debían calambres y convulsiones devastadores de los intestinos. Poco a poco el misterio
de la histeria fue desmesurándose. En el año 1616, Charles Lepois, declaro radicalmente
en contra de todas las ideas anteriormente mencionadas explicando que el problema no
radicaba en el útero sino en los nervios que lo controlaban ya que la menstruación en
relación a la histeria no poseía conexión; ya que el padecimiento de esta enfermedad se
ubicaba en niñas, mujeres mayores e inclusive hombres.
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Se lo designaba al trastorno de las serosidades, que extenderían el origen de los nervios,


sobre todo los medulares y del sexto y séptimo par, acertando en la descripción de las
alteraciones sensoriales premonitorias de ataques en el paciente. Se manifestaban
obstrucciones sintomatológicas tales como la obnubilación de vista y oído; pérdida de la
voz y presión de las sienes; detallando que se incluida la parálisis de las partes superiores
e inferiores y también advirtió que el temblor era un fenómeno ocasionado de la parálisis.

Thomas Sydenham (1624-1689) apoyo que esta teoría proveía de la psiquis, y la


patogenia descendía de un desorden de los espíritus animales, fluidos o sustancias muy
leves y sutiles que el deducía servían para determinar los movimientos de las partes del
cuerpo. Señalando que la histeria podía ser padecida por hombres y mujeres,
especialmente pacientes hipocondriacos, eliminando la idea de matriz. Informa que la
histeria podría producir casi cualquier enfermedad; ya que el lugar del cuerpo donde el
paciente decía padecer dichosa enfermedad, usualmente se presentaban síntomas con
relación al área señalada. Así es como enfermedades asociadas como la epilepsia y sus
convulsiones pueden parecer similar, decía Sydenham. Sus estudios que el realizo
agruparon la clave de la raíz del histérico, la manifestación como la tos, los vómitos,
dolores molares, dolores en la columna vertebral y dolores en la espalda o en la zona del
lumbar.

Desde el siglo XVII hasta la revolución francesa, e inicios de la edad contemporánea se


mantenía la teoría de que la causa era entonces por vapores tóxicos producto de la sangre
menstrual y el semen femenino. Francisco Antonio Mesmer, en el año 1768 llego a la
ciudad de parís (descubridor de magnetismo animal); el en sus estudios indirectamente
tenia pacientes con este mal “histeria” quien, por medio de la hipnosis, formo un gran
aporte para los cimientos del psicoanálisis.

Memer en su trabajo, de forma alusiva, sin conocer interactuaba por medio de la


sugestión inclusivamente hacia transferencia que más tarde solo el psicoanálisis pondría
en forma más racional, se entendería para su compresión. Mientras él disputapa con los
integrantes de la Academia de Francia, un discípulo suyo, el conde Máximo de Puysegur,
daba apoyo en 1784, y de una manera definitiva hacia la existencia de la herramienta
hipnótica. La hipnosis como base, ya llevaba siglos en utilización, pero solo de forma
empírica por monjes y otros para sumir a los enfermos en sueños profundos.
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El resultado a favor de los análisis de Puysegur es: haber adecuado una primera
diferencia entre la definición del psiquismo y dar la comprensión de que los fenómenos
psíquicos, aunque sean las sencillos y espontáneos, acatan a causas predeterminadas en el
individuo. En el año 1816 (Siglo XIX) Loyer-Villermay publica una investigación que
título "Tratado de las enfermedades nerviosas y vaporosas y particularmente de la histeria
y de la hipocondría".

La histeria se volvió a retomar desde la parte medica como una afección vergonzante
hacia las mujeres víctimas de este mal; generándolo como un objeto de clemencia o
incomodidad, negando y combatiendo al mismo tiempo la enfermedad histérica en los
hombres. Siguiendo la ruta que se llevaba como era la matriz (supuesta causa de la
enfermedad de la histeria). doctor E. J. Georget en el artículo que publico, juzgaba los
conceptos de Villermay, haciendo un análisis clínico del ataque histérico que se considera
hoy, como el primer autor que señalo el (sonambulismo histérico). También añadía la
idea del histero-epilepsia, diciendo que la epilepsia es un grado más desarrollado de la
histeria.

En el año 1830, en Inglaterra, el doctor Brodie divulgo un libro sobre las Afecciones
nerviosas locales y en las hojas que consagra a la histeria; citando conocimientos que sus
colegas relacionados con el estudio de histeria en gran mayoría desconocían. También
admitió con Sydenham la histeria en el hombre, sino que al referirse a la coxalgia
histérica declaro: No son los músculos el origen de no obedecen a la voluntad, sino que la
voluntad misma es la que no entra en operación. Receto (la terapéutica de las contracturas
y parálisis), que radicaba en establecer un tratamiento inofensivo, manifestando que esas
afecciones se curaban usualmente "bajo la intervención de una viva sensación moral".

En el año 1862 en que Charcot se posesiono de la sección de histeria en la Salpetriére.


Merced a sus trabajos el histerismo empezó a ser tomado veridicamente como una
afección nerviosa, y rellenando las exactas descripciones de Briquet, Charcot desmesuro
el gran ataque de la histeria convulsiva, diferenciándolo en ella cuatro fases: la inicial,
epileptoidea; la segunda, de las convulsiones y los grandes movimientos; la tercera, de
actitudes pasionales; y la última, del período delirante.

Las más destacadas pruebas realizadas por el cirujano británico James Braid (1795-1860),
quien incluyo las terminologias hipnotismo, hipnotizador e hipnótico y desapareció luego
de una vida de 65 años de muchos acontecimientos. Braid lograba sumir en sueño
hipnótico a sus pacientes, induciéndolos a mirar firmemente el cuello de una botella hasta
lograr el cansancio.
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Al apoderarse del estudio de las parálisis manifestadas después de los traumas, Charcot
pretendió imitarlas artificialmente. Aplico para ello a pacientes histéricos a los que les
hacía transferencia, a través de la hipnosis, al adaptarlos en estado sonambulismo, y logró
de esta forma aclarar, por un severo desarrollo de deducción, que estas parálisis eran el
resultado de una exhibición opresora, en el psiquismo del enfermo en instantes en el cual
éste se daba en una alteración de especial disposición; de esta manera quedó detallado,
por primera estancia, cuál era el mecanismo histérico en su transformación. Charcot
realizo un aporte verdaderamente invalorable al entendimiento del ser como un absoluto
entero.

Janet (1859-1942), Breuer (1842-1925) y Preud (1856-1939) plantearon sus teorías de la


neurosis, que se asemejaban en una cierta característica con la definición medieval de
estas afecciones, remplazando a la denominación "demonio" por una regla psicológica,
que Melanie Klein denominada, es el "objeto malo, perseguidor". Lo que causo que al
pasar el tiempo; las definiciones de Charcot se fuesen perdiendo en la historia dando
hasta hoy en la medicina un olvido que para muchos médicos no se les relacionada para
nada en su ámbito profesional.

En el año 1893 Breuer y Freud dieron a conocer un trabajo inicial sobre "El mecanismo
psíquico de los fenómenos histéricos", y en 1805 se muestra el libro Estudios sobre la
Histeria, y con ayuda de estos estudios, da las bases de la procreación psicoanalítica. En
el mismo periodo Janet, realizando estudios sobre el hipnotismo, llegó a exaltar los
recuerdos traumáticos del inconsciente. Las acumulaciones de imágenes restantes en un
diario vivir van agrupándose en el inconsciente, de tal forma que van sobrepasando al
lado consciente, quedando que forma de idea. Charcot había hablado ya del valor de estas
memorias olvidadas, y en una conferencia que dio sobre las neurosis en los accidentes
ferroviarios, persistió sobre la importancia ulterior de las alteraciones de la memoria, que
mermaban, y la imaginación fantasiosa o irreal que se ocupaba de llenar los espacios que
se generaban en el subconsciente.

Sujetos que sufrían accidentes relataban el suceso de forma fantasiosa que pareciese algo
muy real. Los verdaderos acontecimientos son penosos, de tal manera que van
formándose imágenes en lo más profundo de la ciencia y aunque parecen olvidados
evocan angustias, temores o parálisis; dependiendo la emoción generada. Janet las llamo
(recuerdos traumáticos). Para Grasset (1849-1918) su definición de histeria no es una
alteración mental sino psíquica.
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Llega a determinar esta definición partiendo de la disociación de la actividad psíquica


que la divide en superior o consciente, e inferior, poligonal o automático; marcando la
diferencia entre las alteraciones psíquicas, de las mentales. Es psíquico toda acción
cortical que relacione pensamiento, intelectualidad. Toda la corteza es psíquica. En
resonancia, para él, mentales tan sólo las alteraciones o trastornos ubicados en los núcleos
del psiquismo superior. en argumentación de su teoría, dice que todo lo que es psíquico
no es indispensablemente mental. En la histeria hay eternamente trastornos del psiquismo
inferior poligonal; si al preciso instante hay trastornos del psiquismo superior se genera
una dificultad grave y el histérico se transforma en alienado.

Berheim cree que todas las alteraciones o fenómenos histéricos son sencillos
acontecimientos normales exagerados, por "autosugestión" del individuo. Bernheim llega
muy lejos en su interpretación psicológica; ya que llega negar la existencia de la histeria.
Babinsky (18571932), incluyen al mecanismo de naturaleza psíquica —que él prefiere
denominar sugestión otro orgánico y reflejo. El 1 de noviembre de 1901 define a la
histeria como un estado de sugestión psíquico que influye sobre el sujeto; como la
expresión de trastornos primordialmente primitivos, dando la probabilidad de repetirlos
por sugestión con precisión severa en definidos sujetos y hacerlos desvanecer
propiamente por la inducción.

Babinsky eligió esta característica, creando un término nuevo, pithiatismo, que deriva de
dos raíces griegas que deriva como: persuasión y curable. Acepta dos mecanismos: uno,
únicamente psíquico, y el otro, netamente reflejo. Sollier es fisiólogo; e intenta dar razón
de que éste deja a los enfermos en un aparente estado de vigilia para estudiarlos, propuso
llamarle a esta técnica vigilambulismo. Explicaba que el cerebro se veía afectado por los
diversos centros funcionales. Cada centro cerebral, al estar dormido dejaba de funcionar,
produciendo alteraciones en la esfera orgánica correlacionada como lo son las anestesias,
parálisis, etcétera. Este sueño o aletargamiento cerebral otorgaría entender los matices y
las combinaciones indeterminadas que muestran los síntomas histéricos.

La teoría de Sollier se podría equiparar en mayor medida a la creación psicoanalítica de


las clases intrapsíquicas de los representantes de los órganos, y se hace más entendible al
reemplazar "sueño parcial" en cambio de la "carga libidinosa" y "centros cerebrales" por
"representaciones de órganos".
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la histeria y Krasnogorsky (acuñado por Gavrilov) pudo establecer la parte fisiologíca de


la histeria en la siguiente manera: La naturaleza esencial de esta psiconeurosis es la
fragilidad funcional de la corteza cerebral, que ejemplifica una excitabilidad diferente y
un rápido decaimientos, continuado de un reestructura- miento muy leve de la
excitabilidad un potencial normal.

la histeria es una neurosis cortical con las siguientes señales analíticas: primero, es el
cansancio notable de las células corticales; segundo, es el despide de la labilidad normal
del equilibrio dinámico y tercero, es la regenerativa paradojal y el descenso al desarrollo
de los desarrollos estáticos y las expulsiones prolongadas del cortex."

Breuer y Freud, como generadores de una época de represión, se apegan a la histeria


desde la vía de lo psicológico (ideas, estados oniroides), pero la temática sexual no se
asume en aquel tiempo por situaciones preponderantes. finalizando renace en forma
representativa la problemática sexual unificado a la idea de psíquico de la histeria, y es
cuando Breuer lo abandona y Freud prosigue solo.
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REFERENCIAS

1. Histeria. Volumen 1 obras completas Freud


Talaferro, Alberto. (2005) Curso básico de Psicoanálisis. Editorial Paidos,
Buenos Aires, Cap. 1 (pág. 24-37)

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