Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En el reino de Persia vive Ester, la nueva esposa del rey Asuero. La muchacha se
encuentra hablando con Mardoqueo, su padre adoptivo y uno de los siervos más leales
de su marido.
Mardoqueo: Ester, ahora que eres reina de Persia tienes que saber algo.
Mardoqueo: Yo me negué, pues tú sabes bien que no adoro a nadie más que a Dios.
Mardoqueo: Hamán no se detendrá hasta destruir a nuestro pueblo. Hija mía, tienes
que interceder ante tu esposo para salvarnos.
SEGUNDO ACTO
Hamán: Así es, mi señor. No te respetan y desobedecen tus órdenes. Y a mí, que soy el
hombre más importante de Persia después de ti, me faltan también al respeto cada
vez que les hago un reclamo. Tú no mereces esto, oh gran rey.
Asuero (enojado): ¡De ninguna manera lo consentiré! ¡Debo hacer algo pronto!
Hamán: Si me lo permites, tengo una propuesta que quizá funcione. Debes expedir una
ley que ordene matar a todos los israelitas de inmediato. Así, todos ellos darán
ejemplo de sumisión ante ti.
Hamán (molesto): ¡Pero que osadía! ¿Cómo se atreve su esposa a entrar sin invitación?
¡Esto va contra las leyes!
Asuero: Déjenla. (Extiende su cetro de oro). Querida, ven aquí. ¿Qué sucede?
Ester: He venido a ti porque mi vida corre peligro. Hay un hombre que prometió
matarme a mí y a mi pueblo.
Asuero: Eso nunca, ¿dime quién es? ¿Quién se ha atrevido a hacer tal amenaza?
Ester: Así es, soy israelita. Y este hombre quiere matarme. ¿Va a permitirlo, Su
Majestad?
Asuero: Por supuesto que no. (Se levanta). Hamán, ¡cometiste la osadía de
engañarme!
Hamán (desesperado): Pero Majestad, ¡es ella quien le engaña! ¡No le crea!
Ester (sonriendo): Gracias por creer en mí, esposo. Dios no se equivocó al darme un
marido justo como tú.
FIN