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La historia de Rodolfo el reno

A Rodolfo el reno nadie le quería por ser tan feo, o eso decía Renato
el reno viejo, que había acompañado durante muchos años a Santa
Claus por el mundo repartiendo regalos.

patrocinador

Cuando se dobló una de sus patas ya no pudo trabajar más y se volvió


un reno amargado, de mal humor, que maltrataba al rebaño e incluso
a los niños. Después de haber sido tan bueno con ellos, ahora le
molestaban y hasta se burlaba de los de su propia especie.

Por ejemplo cuando nació Rodolfo el reno lo primero que dijo fue:
¡Qué reno tan feo!, jaja tiene la nariz roja, jajaja, así nunca Santa
Claus lo elegirá, porque lo más probable es que espante a los niños,
jajaja y si un reno no trabaja con Santa Claus, ¿para que ha nacido?

Y todos los otros renos se burlaban también de Rodolfo cantándole


así:

Era Rodolfo un reno

que tenía la nariz

roja como la grana

y de un brillo singular

Lalalalalalala lalalalá

El viejo reno Renato, vivía en una cabaña en el polo norte, rodeado de


mucha nieve, era casi vecino con Santa Claus. Rodolfo que vivía cerca
también, cuando era pequeño, veía con admiración salir a Renato el
reno, que entonces era joven, junto con Santa Claus lleno de regalos.

Los padres de Rodolfo eran los renos favoritos de Santa Claus y cada
Navidad se iban felices a repartir regalos por el mundo. Rodolfo como
era pequeño no iba con ellos, además no lo dejaban salir como a los
otros renos pequeños, porque como tenía la nariz roja, sus padres se
avergonzaban de él y lo escondían.

Pero Rodolfo era travieso y se escapaba, lo malo era que cuando se


encontraba con el viejo reno, éste se burlaba de él, entonces Rodolfo
corría hacia el bosque para esconderse y fue allí donde conoció a
otros animales, los cuales se convirtieron en sus mejores amigos: Fofó
el caballo, Fifí la oveja y Fefé el búho que todo lo sabe y todo lo ve. El
búho le decía:

– Rodolfo, tienes que tener paciencia, los demás nos tienen que
valorar por lo que somos por dentro y no por lo que se ve hacia fuera.
Yo estoy seguro que ahora que ya creciste, Santa Claus te verá y te
elegirá sin dudarlo. En tus ojos se ve bondad, tu amor a los niños y tus
ganas de trabajar. Ya verás que ese día llegará.

– Ojalá llegue ese momento. Faltaba una semana para la navidad


cuando llegó un nuevo animal al bosque, venía de muy lejos, era
parecido a un caballo pero andaba lento, tenía orejas largas y
paradas, era un burro, un burro tiritando de frío en el polo norte.

– Hola, soy Paco, el burrito sabanero, estoy camino a Belén ¿Es por
aquí verdad?

– Uyy tú sí que te perdiste ¿De dónde vienes? , dijo Fifí la oveja.

– Vengo de la sabana venezolana, voy camino a Belén, a conocer la


tierra donde nació Jesús, ya que mi tátara tátara tátara abuelo era el
famoso Burrito sabanero, el que iba Belén al nacimiento del niño Jesús
y ahora yo, como su tátara tátara tátara nieto, he empezado el mismo
viaje pero creo que me he perdido.

– ¿Y estás solo? Preguntó Fofó el caballo.

– Sí, nadie me quiso acompañar, dijo con tristeza el burrito.

– No te preocupes, ya no estás solo, nadie puede estar solo en


navidad, te quedarás con nosotros hasta que logres encontrar el
camino correcto a Belén. Dijo entusiasmada Fifí la oveja.
Fue entonces cuando Rodolfo también conoció al burrito Paco.

Al día siguiente era la elección de los renos para Santa Claus, todos
estaba bien bañados, peinados, comidos y hasta el hocico se habían
lavado con hojas de menta que encontraron en el bosque.

Rodolfo miraba desde lejos, escondido, pero listo para salir en


cualquier momento. Sus amigos Fofó el caballo, Fifí la oveja, Fefé el
búho que todo lo sabe y todo lo ve y su nuevo amigo Paco, el nuevo
burrito sabanero, lo alentaban para que dé un paso adelante y se
presente ante Santa Claus.

Mientras tanto Santa se dirigía los renos:

– Como saben, todos los años celebramos el nacimiento del niño


Jesús, él vino a la tierra a darnos un mensaje de paz y amor, para vivir
en armonía, con respeto y cariño, así que para celebrar este
acontecimiento es que me encargaron que todos los años entregue
regalos a los niños del mundo que se hayan portado bien y como
necesito ayuda, tengo que elegir a los mejores renos del universo para
cada campaña navideña. Vamos a empezar con la selección, dijo
Santa Claus.

A ver, párense derechos que voy a pasar a revisar las patas, el cuello,
la cola, y los ojos, ya que un reno de navidad tiene que ser perfecto,
debe ser fuerte, estar bien alimentado ya que el viaje es largo y el
trabajo de entregar regalos es bastante duro, pero sobretodo tienen
que demostrar amor a los niños.

Fue entonces cuando uno de los renos dijo:

– Bah, a mí sólo me gusta tirar del trineo, no me gustan los niños.

Santa se acercó a él y dijo: Entonces no tienes nada que hacer aquí,


vamos a darle oportunidad a los que sí están interesados, retírate por
favor…

Y en ese momento Rodolfo se armó de valor, gracias a sus amigos


que lo alentaban y se apareció ante Santa Claus diciendo:
– Santa Clauss, con todo el respeto que se merece, aquí estoy yo, mi
nombre es Rodolfo y me gustaría mucho trabajar con usted.

– ¿Asi?, hmm déjame verte, hmmm se te ve muy bien alimentado,


fuerte y de buen tamaño y ¡tu nariz! ¿Qué le pasó a tu nariz?

– Así nací Santa Claus, con la nariz roja como la grana, pregúntale a
mis papás, son ellos, tus renos favoritos.

Y Santa Claus dirigiéndose a ellos les dijo:

– ¿Y por qué lo ocultaron todo este tiempo?

– Perdón Santa, no queríamos que se burlen de él.

– Jamás se deben avergonzar de un hijo, un hijo es un tesoro que hay


que cuidar, es un regalo de Dios, miren, Rodolfo es único con esa
nariz roja jojojo estoy seguro que será la delicia de todos los niños del
mundo, jojojo.

Todos se quedaron el silencio sin saber que decir hasta que sus
padres dijeron:

– Si Santa es cierto, nuestro hijo es lo mejor que nos ha pasado, de


ahora en adelante será diferente, será nuestro orgullo ante todos y
jamás lo volveremos a esconder.

Los otros renos, se quedaron pensando y ya no se rieron más de la


nariz de Rodolfo.

– Me parece que eres un reno perfecto para mis viajes, además con
esa nariz roja, estoy seguro que los niños te adorarán, además tienes
una mirada limpia, bienvenido al viaje de los regalos de navidad, jojojo.

– Gracias Santa, no lo defraudaré, pero antes quiero pedirle un favor,


tengo un amigo que ha venido de muy lejos, es un burro que quiere
conocer Belén, y ha hecho el mismo recorrido que su tátara tátara
tátara abuelo el Burrito Sabanero, está aquí, pero muy perdido
¿Podremos dejarlo en Belén?
– Oh el famoso Burrito Sabanero, el que iba camino a Belén a ver el
nacimiento del niño Jesús, claro que sí, que venga, es navidad, jojojo
¿Lo dejaremos en Belén!

Enseguida, se acercó Paco el nuevo Burrito Sabanero y todos juntos


disfrutaron de una gran fiesta de despedida, allí estaban los renos y
los amigos de Rodolfo, Fofó el caballo, Fifí la oveja y Fefé el búho que
todo lo sabe y todo lo ve.

Los renos decidieron agregar unas estrofas a la canción que siempre


le cantaban a Rodolfo y fue así cómo nació la canción completa.

Así Santa Claus junto a los renos llegaron a cada rincón del mundo
buscando a los niños que se habían portado bien, dejándoles un
hermoso regalo y en cada hogar encontraron, leche, galletas y
sobretodo mucho amor, ya que veían a las familias reunidas, rezando,
agradeciendo por la cena navideña, agradeciendo a Dios por la vida y
la familia, celebrando que Jesús estaba de cumpleaños y que valió la
pena vivir entre todos nosotros para dejar su mensaje a toda la
humanidad, amar y respetar a Dios y a nuestro prójimo.

¡Feliz Navidad para todos!

El Gigante Egoísta de Oscar Wilde

Todas las tardes, a la salida de la escuela, los niños se habían


acostumbrado a ir a jugar al jardín del gigante. Era un jardín grande y
hermoso, cubierto de verde y suave césped. Dispersas sobre la hierba
brillaban bellas flores como estrellas, y había una docena de
melocotones que, en primavera, se cubrían de delicados capullos
rosados, y en otoño daban sabroso fruto.

Los pájaros se posaban en los árboles y cantaban tan deliciosamente


que los niños interrumpían sus juegos para escucharlos.

-¡Qué felices somos aquí!- se gritaban unos a otros.


Un día el gigante regresó. Había ido a visitar a su amigo, el ogro de
Cornualles, y permaneció con él durante siete años. Transcurridos los
siete años, había dicho todo lo que tenía que decir, pues su
conversación era limitada, y decidió volver a su castillo. Al llegar vio a
los niños jugando en el jardín.

-¿Qué estáis haciendo aquí?- les gritó con voz agria. Y los niños
salieron corriendo.

-Mi jardín es mi jardín- dijo el gigante. -Ya es hora de que lo entendáis,


y no voy a permitir que nadie mas que yo juegue en él.

Entonces construyó un alto muro alrededor y puso este cartel:


Prohibida la entrada.
Los transgresores serán
procesados judicialmente.

Era un gigante muy egoísta. Los pobres niños no tenían ahora donde
jugar. Trataron de hacerlo en la carretera, pero la carretera estaba
llena de polvo y agudas piedras, y no les gustó.

Se acostumbraron a vagar, una vez terminadas sus lecciones,


alrededor del alto muro, para hablar del hermoso jardín que había al
otro lado.

-¡Que felices éramos allí!- se decían unos a otros.

Entonces llegó la primavera y todo el país se llenó de capullos y


pajaritos. Solo en el jardín del gigante egoísta continuaba el invierno.

Los pájaros no se preocupaban de cantar en él desde que no había


niños, y los árboles se olvidaban de florecer. Solo una bonita flor
levantó su cabeza entre el césped, pero cuando vio el cartel se
entristeció tanto, pensando en los niños, que se dejó caer otra vez en
tierra y se echó a dormir. Los únicos complacidos eran la Nieve y el
Hielo.

-La primavera se ha olvidado de este jardín- gritaban. -Podremos vivir


aquí durante todo el año
La Nieve cubrió todo el césped con su manto blanco y el Hielo pintó de
plata todos los árboles. Entonces invitaron al viento del Norte a pasar
una temporada con ellos, y el Viento aceptó.

Llegó envuelto en pieles y aullaba todo el día por el jardín, derribando


los capuchones de la chimeneas.

-Este es un sitio delicioso- decía. -Tendremos que invitar al Granizo a


visitarnos.

Y llegó el Granizo. Cada día durante tres horas tocaba el tambor sobre
el tejado del castillo, hasta que rompió la mayoría de las pizarras, y
entonces se puso a dar vueltas alrededor del jardín corriendo lo más
veloz que pudo. Vestía de gris y su aliento era como el hielo.

-No puedo comprender como la primavera tarda tanto en llegar- decía


el gigante egoísta, al asomarse a la ventana y ver su jardín blanco y
frío. -¡Espero que este tiempo cambiará!

Pero la primavera no llegó, y el verano tampoco. El otoño dio dorados


frutos a todos los jardines, pero al jardín del gigante no le dio ninguno.

-Es demasiado egoísta- se dijo.

Así pues, siempre era invierno en casa del gigante, y el Viento del
Norte, el Hielo, el Granizo y la Nieve danzaban entre los árboles.

Una mañana el gigante yacía despierto en su cama, cuando oyó una


música deliciosa. Sonaba tan dulcemente en sus oídos que creyó
sería el rey de los músicos que pasaba por allí. En realidad solo era un
jilguerillo que cantaba ante su ventana, pero hacía tanto tiempo que no
oía cantar un pájaro en su jardín, que le pareció la música más bella
del mundo. Entonces el Granizo dejó de bailar sobre su cabeza, el
Viento del Norte dejó de rugir, y un delicado perfume llegó hasta él, a
través de la ventana abierta.

-Creo que, por fin, ha llegado la primavera- dijo el gigante; y saltando


de la cama miró el exterior. ¿Qué es lo que vio?
Vio un espectáculo maravilloso. Por una brecha abierta en el muro los
niños habían penetrado en el jardín, habían subido a los árboles y
estaban sentados en sus ramas. En todos los árboles que estaban al
alcance de su vista, había un niño. Y los árboles se sentían tan
dichosos de volver a tener consigo a los niños, que se habían cubierto
de capullos y agitaban suavemente sus brazos sobre las cabezas de
los pequeños.

Los pájaros revoloteaban y parloteaban con deleite, y las flores reían


irguiendo sus cabezas sobre el césped. Era una escena encantadora.
Sólo en un rincón continuaba siendo invierno. Era el rincón más
apartado del jardín, y allí se encontraba un niño muy pequeño. Tan
pequeño era, no podía alcanzar las ramas del árbol, y daba vueltas a
su alrededor llorando amargamente. El pobre árbol seguía aún
cubierto de hielo y nieve, y el Viento del Norte soplaba y rugía en torno
a él.

-¡Sube, pequeño!- decía el árbol, y le tendía sus ramas tan bajo como
podía; pero el niño era demasiado pequeño. El corazón del gigante se
enterneció al contemplar ese espectáculo.

-¡Qué egoísta he sido- se dijo. -Ahora comprendo por qué la primavera


no ha venido hasta aquí. Voy a colocar al pobre pequeño sobre la
copa del árbol, derribaré el muro y mi jardín será el parque de recreo
de los niños para siempre.

Estaba verdaderamente apenado por lo que había hecho. Se precipitó


escaleras abajo, abrió la puerta principal con toda suavidad y salió al
jardín. Pero los niños quedaron tan asustados cuando lo vieron, que
huyeron corriendo, y en el jardín volvió a ser invierno.

Sólo el niño pequeño no corrió, pues sus ojos estaban tan llenos de
lágrimas, que no vio acercarse al gigante. Y el gigante se deslizó por
su espalda, lo cogió cariñosamente en su mano y lo colocó sobre el
árbol. El árbol floreció inmediatamente, los pájaros fueron a cantar en
él, y el niño extendió sus bracitos, rodeó con ellos el cuello del gigante
y le besó.
Cuando los otros niños vieron que el gigante ya no era malo, volvieron
corriendo y la primavera volvió con ellos.

-Desde ahora, este es vuestro jardín, queridos niños- dijo el gigante, y


cogiendo una gran hacha derribó el muro. Y cuando al mediodía pasó
la gente, yendo al mercado, encontraron al gigante jugando con los
niños en el más hermoso de los jardines que jamás habían visto.

Durante todo el día estuvieron jugando y al atardecer fueron a


despedirse del gigante.

-Pero, ¿dónde está vuestro pequeño compañero, el niño que subí al


árbol?- preguntó.

El gigante era a este al que más quería, porque lo había besado.

-No sabemos contestaron los niños- se ha marchado.

-Debéis decirle que venga mañana sin falta- dijo el gigante.

Pero los niños dijeron que no sabían donde vivía y nunca antes lo
habían visto. El gigante se quedó muy triste.

Todas las tardes, cuando terminaba la escuela, los niños iban y


jugaban con el gigante. Pero al niño pequeño, que tanto quería el
gigante, no se le volvió a ver. El gigante era muy bondadoso con todos
los niños pero echaba de menos a su primer amiguito y a menudo
hablaba de él.

-¡Cuánto me gustaría verlo!- solía decir.

Los años transcurrieron y el gigante envejeció mucho y cada vez


estaba más débil. Ya no podía tomar parte en los juegos; sentado en
un gran sillón veía jugar a los niños y admiraba su jardín.

-Tengo muchas flores hermosas- decía, pero los niños son las flores
más bellas.
Una mañana invernal miró por la ventana, mientras se estaba
vistiendo. Ya no detestaba el invierno, pues sabía que no es sino la
primavera adormecida y el reposo de las flores.

De pronto se frotó los ojos atónito y miró y remiró. Verdaderamente


era una visión maravillosa. En el más alejado rincón del jardín había
un árbol completamente cubierto de hermosos capullos blancos. Sus
ramas eran doradas, frutos de plata colgaban de ellas y debajo, de pie,
estaba el pequeño al que tanto quiso.

El gigante corrió escaleras abajo con gran alegría y salió al jardín.


Corrió precipitadamente por el césped y llegó cerca del niño. Cuando
estuvo junto a él, su cara enrojeció de cólera y exclamó:

– ¿Quién se atrevió a herirte?- Pues en las palmas de sus manos se


veían las señales de dos clavos, y las mismas señales se veían en los
piececitos.

-¿Quién se ha atrevido a herirte?- gritó el gigante. -Dímelo para que


pueda coger mi espada y matarle.

-No- replicó el niño, pues estas son las heridas del amor.

-¿Quién eres?- dijo el gigante; y un extraño temor lo invadió,


haciéndole caer de rodillas ante el pequeño.

Y el niño sonrió al gigante y le dijo:

-Una vez me dejaste jugar en tu jardín, hoy vendrás conmigo a mi


jardín, que es el Paraíso.

Y cuando llegaron los niños aquella tarde, encontraron al gigante


tendido, muerto, bajo el árbol, todo cubierto de capullos blancos.

El conejito burlón

Vivía en el bosque verde un conejito dulce, tierno y esponjoso.


Siempre que veía algún animal del bosque, se burlaba de él. Un día
estabada sentado a la sombra de un árbol, cuando se le acercó una
ardilla.
– Hola señor conejo.

Y el conejo mirando hacia él le sacó la lengua y salió corriendo. Que


maleducado, pensó la ardilla. De camino a su madriguera, se encontró
con una cervatillo, que también quiso saludarle:
– Buenos días señor conejo; y de nuevo el conejo sacó su lengua al
cervatillo y se fue corriendo. Así una y otra vez a todos los animales
del bosque que se iba encontrando en su camino.

Un dia todos los animales decidieron darle un buena lección, y se


pusieron de acuerdo para que cuando alguno de ellos viera al conejo,
no le saludara. Harían como sino le vieran. Y así ocurrió. En los días
siguientes todo el mundo ignoró al conejo. Nadie hablaba con él ni le
saludaba. Un dia organizando una fiesta todos los animales del
bosque, el conejo pudo escuchar el lugar donde se iba a celebrar y
pensó en ir, aunque no le hubiesen invitado.

Aquella tarde cuando todos los animales se divertían, apareció el


conejo en medio de la fiesta. Todo hicieron como sino le veían. El
conejo abrumado ante la falta de atención de sus compañeros decidió
marcharse con las orejas bajas. Los animales, dandóles pena del
pobre conejo, decidieron irle a buscar a su madriguera e invitarle a la
fiesta. No sin antes hacerle prometer que nunca más haría burla a
ninguno de los animales del bosque.
El conejo muy contento, prometió no burlarse nunca más de sus
amigos del bosque, y todos se divirtieron mucho en la fiesta y vivieron
muy felices para siempre.
La profecía que iba a hacerme rico

Hace muchísimos años Orimón, un pícaro y rico comerciante,


descubrió extraños signos en el cielo. Uno de sus sirvientes le informó
de que seguramente se trataba de la profecía de los judíos, que
anunciaba el nacimiento de su nuevo rey. Así que, pensando que el
evento atraería a las personas más ricas e importantes, preparó una
enorme caravana con todas sus mercancías y se dirigió al lugar
designado por la profecía.

Como esperaba, fue el primero en llegar, y reservó todas las


habitaciones de la posada para él mismo y sus sirvientes. Luego
instaló un magnífico mercado y esperó a los poderosos clientes que le
harían aún más rico.

Pero por allí no apareció nadie en días. Solo una noche se acercó un
hombre buscando sitio en la posada para él y su familia; tenía un
aspecto tan pobre que Orimón pensó que su presencia ahuyentaría a
gente importante, así que se las arregló para que lo echaran del
pueblo sobornando al posadero para que lo enviara a un establo
abandonado que estaba bastante lejos.

La noche siguiente oyó cantar y vio luces a las afueras. Seguro de que
sería alguien importante, preparó un carro con sus más ricos
productos y fue a su encuentro. Pero llenó tanto el carro que, para
cuando llegaron, ya solo quedaban unos pocos pastores; la fiesta
debió ser magnífica, porque hasta los pastores estaban borrachos, y
hablaban de ángeles, de coros celestiales y de seguir celebrándolo
cerca de allí… Aunque le insistieron para que fuese con ellos, él solo
pensaba en vender sus mercancías, y marchó rápidamente para
buscar al señor que había celebrado tan lujosa fiesta. Pero, tras pasar
toda la noche buscando, regresó sin encontrarlo.

Días después, viendo que su plan no había funcionado, decidió irse.


Mientras hacía los preparativos, reconoció a aquel pobre hombre al
que había enviado al establo. Llegaba con su mujer y su hijo, y se
acercó a la posada, pidiendo hablar con el rico comerciante que la
ocupaba. Pero Orimón, avergonzado por lo que había hecho, mandó
decir que no estaba y, tras insistir un rato, el hombre desapareció con
su familia.

Y así volvió Orimón a su hogar, renegando de aquella estúpida


profecía, sin saber que su obsesión por el dinero y la grandeza le
había hecho rechazar con insistencia, nada menos que tres veces, la
invitación a participar en aquella primera Navidad que cambió el
mundo. Como muchos seguimos haciendo cada año, tan preocupados
por regalos y banquetes que somos incapaces de ver la verdadera
Navidad que pasa constantemente a nuestro lado.

Las arañas de Navidad

La Navidad había llegado a Alemania y cómo no, también a un


pueblecito escondido entre las nevadas montañas. Como cada año,
todos sus habitantes se disponían a celebrar las fiestas en familia.
Eran días especiales y las casas tenían que estar relucientes, así que
se preocupaban por limpiar sus hogares y alegrarlos con la preciosa
decoración navideña.
Sucedió que en una de esas casas habitaba un grupo de arañas de
patas largas y cuerpo delgado, de esas feúchas pero totalmente
inofensivas. Siempre permanecían escondidas en una esquina del
comedor, ocultas tras un aparador de madera con tiradores de bronce.
Llevaban allí varias semanas y el sitio escogido parecía seguro.
Habían tejido sus resistentes telarañas y hasta el momento habían
permanecido intactas.

No contaban con que la dueña, dispuesta a que su casa fuera la más


limpia de todas, aparecería con la escoba de un momento a otro.
Desgraciadamente, eso fue lo que sucedió. La mujer corrió las mesas
y las sillas, las estanterías y los muebles, para barrer hasta la última
mota de polvo. Las arañas, por suerte, se dieron cuenta a tiempo de
que se acercaba a su esquinita y salieron despavoridas antes de ser
arrasadas por el implacable cepillo de la escoba. Se ocultaron en una
viga del techo y vieron cómo la señora hacía desaparecer las
telarañas que tanto trabajo les había costado fabricar.

Llegó el día 24 de diciembre y desde su escondite, vieron a la familia


reunida en el salón para montar un precioso árbol de Navidad, lleno de
lazos y muñequitos de madera. Cuando terminaron, padres e hijos
disfrutaron de una opípara cena y cantaron villancicos hasta bien
entrada la noche. Sobre las dos de la mañana, todos se fueron a
dormir.

Las arañitas estaban deseando ver ese precioso árbol más de cerca,
así que cuando en toda la casa reinó el silencio, bajaron por la pared y
treparon ágilmente por las ramas del abeto. Disfrutaron muchísimo
recorriendo el arbolito navideño, deslizándose por sus adornos y
sintiendo las cosquillas de las piñas en sus tripas. Iban de aquí para
allá soltando hilos de seda y al final, tanto se movieron, que el árbol
quedó cubierto por una enorme telaraña.

Ni se enteraron de que por la chimenea apareció Santa Claus, que


venía a dejar los regalos a los niños. Al acercarse al árbol, vio que
estaba lleno de arañitas y que no se veían los adornos porque estaban
cubiertos por una grande y tupida tela de araña gris. Sintió ternura por
esos bichitos que tan bien se lo estaban pasando ¡Al fin y al cabo,
para ellas también era Navidad!

Sonriendo les preguntó si querían quedarse para siempre viviendo en


ese árbol. Las arañitas contestaron que sí, entusiasmadas. Santa
Claus tocó el árbol y se hizo la magia: las arañitas se convirtieron en
preciosos adornos dorados y las telarañas, en brillantes guirnaldas e
hilos de plata que embellecieron y dieron luz al árbol de Navidad.

Desde entonces muchos alemanes decoran con largas cintas sus


árboles y no se olvidan de comprar un adorno con forma de arañita, en
recuerdo a esta hermosa leyenda.
Ya está cerca la Navidad, y la última semana antes de las vacaciones
lo ideal es hacer un proyecto de Navidad para educación infantil. Aquí
damos las claves.

Fuente: pixabay

De nuevo se acerca la Navidad, y , por eso, es clave desarrollar


un proyecto de Navidad para educación infantil, con diferentes
actividades relacionadas con estas fechas tan señaladas. Por eso, hoy
vamos a dar algunas ideas sobre los temas y actividades a tratar con
los más pequeños antes de las vacaciones de Navidad, y sobre
algunos recursos interesantes.

También te puede interesar: 5 ideas originales para el festival de

Navidad

Índice del artículo [mostrar]

Proyecto de Navidad para educación infantil

¿Qué cosas se pueden hacer en el aula para tratar la Navidad?:

 Hablar sobre los conocimientos y las experiencias que tienen


los alumnos sobre la Navidad
 Hablar sobre el significado de la Navidad
 Aprender villancicos y diferentes canciones navideñas
 Hablar sobre las diferentes formas en las que se celebra la
Navidad en los distintos países
 Hacer carteles o trípticos sobre las diferentes tradiciones y
costumbres de la Navidad
 Invitar a los abuelos para que cuenten cómo era la Navidad
cuando ellos eran pequeños, lo que hacían, las canciones
que cantaban, etc.
 Hacer dibujos, collage, sobre la Navidad, con pesebres,
árboles, campanas, etc.
 Narrar cuentos típicos de Navidad
 Hacer diferentes manualidades con material reciclable
 Escenificar el nacimiento de Jesús
 Integrar a las familias en las actividades

Recursos

En Dictalia ofrecen diferentes recursos interesantes para el proyecto


de Navidad para educación infantil, entre otros:

Juegos

 La Navidad: jugando con palabras. Se trata de un contenido


educativo del Proyecto Medusa para Educación Infantil.
Consiste en diversas actividades interactivas para trabajar el
vocabulario relacionado con la Navidad con los niños de
educación infantil. Al comenzar el juego, aparece una
pantalla en la que podemos decidir el tipo de letra (mayúscula
o minúscula), y el nivel en el que queremos jugar.
 Juegos para enseñarles a ahorrar en Navidad

Unidades didácticas

 Ya llegó la Navidad: una unidad didáctica creada por cuatro


profesoras de Las Islas Canarias, y dirigida a los niños de
educación infantil y al primer ciclo de educación primaria.
Según ellas: «hemos querido enfocar el centro de interés de
la Navidad como un hecho histórico, cultural y una fiesta
tradicional de nuestro entorno, partiendo de contenidos del
área de Educación Artística de Primaria, y del área
de Comunicación y Representación, en el caso de E. Infantil,
ya que este centro de interés nos invita al aprendizaje de
canciones, de villancicos, de danzas, a la manipulación y
exploración de instrumentos musicales de percusión, a la
elaboración de elementos plásticos y, en definitiva, a disfrutar
con el lenguaje musical, plástico y dramático, y al mismo
tiempo nos ofrece la posibilidad de observar el entorno físico
y social, ya que tanto el entorno familiar como el escolar y el
de la calle cambian considerablemente con la llegada de las
fiestas.«
Lecturas

 5 cuentos de Navidad cortos: hace poco propusimos algunos


cuentos de Navidad cortos que se pueden leer en el aula
para luego explicar el aprendizaje sobre ellos.
 Lorca y la Navidad: se trata de un libro virtual de Remedios
Torres Fernández, profesora del C.E.I.P. Capitulaciones de
Santa Fe, de Granada, dirigido a educación infantil y primero
de primaria. Aquí se trabaja la Navidad desde el «Romancero
Gitano» de Federico García Lorca, e incluye dibujos,
canciones, e incluso un pequeño teatro.
 Cuento – Un ángel en Navidad
 Poesía – Árbol de Navidad

Fichas para imprimir

 Colorea la Navidad, de dibujalia.com: con casi 500 dibujos


relacionados con la Navidad y listos para descargar, imprimir
y colorear.
 Libro de actividades de Navidad de Pocoyó: aquí los niños
pueden colorear plantillas de dibujos, recortar adornos para el
árbol, jugar a buscar las siete diferencias entre las diferentes
ilustraciones, etc.
 Colorea la Navidad, de pekegifs.com: con cerca de 50 dibujos
para colorear.
 Dibujos para colorear en Navidad: nuestra propuesta de
dibujos para colorear.

Manualidades, recetas, postales

 Manualidades de decoración para niños, de guiainfantil.com:


una selección de manualidades interesantes para los más
pequeños.
 Crear un muñeco de nieve con vasos de plástico: una
propuesta de Raúl Álvarez Arejo, en Inevery Crea.
 Manualidades: postales de Navidad. Para hacer tarjetas de
Navidad personalizadas.

Música

 El tamborilero
 Ballet el Cascanueces
 Mi burrito sabanero
 Noche de Paz
 ¡Ay! del chiquirritín
 Little Bells

PROYECTO DE NAVIDAD EN LA ESCUELA. Actividades LLEGÓ DE


NUEVO LA NAVIDAD…CUANTOS RECUERDOS, CUANTAS
HERMOSAS VIVENCIAS PASAN POR MI MENTE COMO UNA
PELÍCULA… LA NAVIDAD ES UN TIEMPO HERMOSO EN EL QUE
DEBEMOS TRATAR DE RETOMAR SU VERDADERO SENTIDO…
HOY LES TRAIGO UNA PROPUESTA DE ACTIVIDADES, QUE LAS
PUEDES ADAPTAR A TU GRUPO…ESPERO DE CORAZÓN, QUE
TE GUSTEN, PORQUE VAN CON TODO MI CARIÑO! Dialogar sobre
los conocimientos y experiencias, que, tienen los niños y las niñas
sobre la navidad. Conversar sobre el significado de la navidad.
Aprender aguinaldos, villancicos, parrandas navideñas… Conversar
sobre la forma, en que, se celebra la navidad en diferentes estados del
país y hasta en otros países. Por grupos, equipos… elaborar carteles,
afiches, trípticos sobre las diferentes costumbres/ tradiciones de la
navidad. Invitar a los abuelitos y abuelitas para que narren como eran
las navidades cuando ellos eran niños, que hacían, que cantaban, que
les pedían al niño Jesús… Elaboración de dibujos, collages…sobre la
navidad (pesebres, hallacas…arbolitos, campanas…) Narrar cuentos
de navidad. Elaborar diferentes manualidades en lo posible con
material reciclable . Escenificar el nacimiento de Jesús. Si fuera
posible, salir por la comunidad para visitar pesebres de hogares
vecinos de la escuela. Llevar aguinaldos, villancicos por la comunidad.
Integrar a las familias a las actividades. Sería bonito y un gesto de
Buena Voluntad, que los niños acompañados de sus maestras /
maestros y hasta familias, visitaran personas de la comunidad que,
vivan solas, para llevarles cánticos y hasta una tarjeta elaborada en la
escuela.

Manualidades navideñas para niños: ideas y propuestas

Árboles de navidad

En fieltro

Esta manualidad es bastante simple, ya que solo hay que contar con
un molde navideño o si el niño de anima, hasta podrá dibujarlo él
mismo para luego marcar el contorno en la tela de fieltro. Finalmente
se corta la figura, se le realiza un agujero en la punta del árbol para
poder colgarlo y se lo decora pegándole botones, lentejuelas o
estrellitas brillantes.
Con palitos de helados

Esta idea es más sencilla que la anterior, puesto que solo necesitamos
pintar tres palitos de helado de color verde o de algún otro tono que
nos guste, luego pegarlos entre sí formando un triángulo y, por último,
decorarlo con lentejuelas o lo que deseemos. Además, añadiremos un
hilo o cinta en la punta para poder colgarlo.
En porcelana fría o masa de sal
Una excelente y divertida propuesta para los más pequeños.
Necesitaremos cortantes con forma de arbolitos o diseños navideños,
porcelana fría y témperas de colores. Se tiñe la porcelana, se amasa,
se estira y se colocan los cortantes. Para terminar se puede decorar
con pelotitas de porcelana, pintar con pincel o pegarle brillantina.

Con platos de papel

Esta propuesta es ideal para hacer con los niños en la escuela, jardín
o en el hogar. Solo tendremos que contar con un plato de papel, cola
vinílica, cintas para decorar y marcadores.
Para comenzar, lo primero que se debe hacer es pintar el plato de
color verde --con marcadores, témpera o con la técnica que más se
desee--, luego se corta el plato en tres partes (triangulares y de mayor
a menor) y se pegan formando el árbol. También se puede decorar
con cintas, bolitas de fieltro, goma eva, etc.

Renos de navidad

Con bolsas de papel madera

Una manualidad rápida de hacer. Necesitarás una bolsa, ojos móviles


o hechos con cartulina, un círculo rojo para hacer la nariz, y papel
marrón para hacer la parte de los cuernos del reno. ¡Y listo!
Con palitos de helado

¡Guarda cada helado que comas! No solo te servirán para poder hacer
estrellas, arbolitos navideños o pesebres, también puedes hacer un
reno. Toma tres palitos, píntalos de color marrón y pega dos entre sí
formando una V. Luego finaliza colocando el último palito
horizontalmente sobre la mitad de la "V". Decora dibujando los ojos y
la nariz y listo, ¡manualidad terminada!

Hecho con tubos de cartón

Con tubos de cartón de papel higiénico o rollos de cocina podrás crear


manualidades realmente muy orginales para colgar en el árbol. Solo
tendrás que cortar el tubo, pintarlo de color marrón, pegarle los ojos
(que pueden ser movibles o dibujados en papel), pintarle una nariz roja
y colocarle los cuernitos (que pueden estar hechos con lana, alambre,
ramitas o lo que gustes).
Papá Noel

Con huellas

¡Fácil y rápido! Deberás marcar la mano del niño o la tuya en una


cartulina de color rojo y repasar con un lápiz o marcador. Luego cortar
por el borde, y decorar la parte de la barba --que será la zona donde
están los dedos de la mano-- con pintura blanca, algodón o fieltro.
Finalmente pegar los ojos o dibujarlos y colocar un pompón en la
punta del gorro (que se forma con el dedo pulgar de la mano).
Barba de Papa Noel

Para hacer la barba es bien simple y los niños se divertirán


muchísimo. Solo hay que dibujar el cortorno de la barba en una
cartulina o papel blanco (puedes sacar el molde de cualquier papa
noel de Internet) y luego cortar por los bordes.
Ahora resta cortar la zona de la boca --para que se le vea a los niños y
puedan hablar por allí, dar vuelta el molde y pegar un palito de helado
por detrás (esto es par que los niños puedan sostenerlo). Finalmente
se decora con algodón o bellón ¡y listo!
Más manualidades de navidad para niños
Recursos escolares para Navidad

En estos últimos días de clases, la navidad es un buen tema para


trabajar con los niños ya que nos da la posibilidad de poner en
práctica normas de convivencia básicas, de iniciarlos en la adquisición
valores como la generosidad o solidaridad, desarrollar actitudes de
trabajo en grupo, de afecto y colaboración, y de participación en las
actividades escolares y familiares.
Además de enseñarles el verdadero significado de ésta fiesta , una
propuesta interesante sería realizar artesanías en donde también
podrían participar las familias para organizar una feria o exposición,
para adornar el Jardín ,o para llevar de regalo a un hogar de niños o
abuelos.

Objetivos

-Conocer algunas manifestaciones culturales de su entorno,


desarrollando actitudes de respeto, interés y participación hacia ellas.

-Representar y evocar aspectos diversos de la realidad vividos,


conocidos o imaginados y expresarlos mediante las posibilidades
simbólicas que ofrecen el juego y otras formas de representación y
expresión.

-Establecer vínculos fluidos de relación con los adultos y con sus


iguales, respondiendo a los sentimientos de afecto, respetando la
diversidad y desarrollando actitudes de ayuda y colaboración.

-Enriquecer y diversificar sus posibilidades expresivas mediante la


utilización de los recursos y medios a su alcance.

Posibles actividades

-Dialogar sobre los conocimientos y experiencias que tienen los niños


sobre la Navidad.
¿Qué se celebra en Navidad? ¿Qué le ocurrió a José y María? ¿Cómo
cambia el entorno en estas fechas? ¿Quiénes son los reyes magos?
-Contarles la historia del nacimiento de Jesús y la adoración de los
Reyes Magos y después realizar diálogos comprensivos sobre lo
escuchado.
En estos vídeos pueden escuchar la historia:

Historia de la Navidad para niños

-Dadas unas escenas colocarlas en orden según ocurrieron en la


historia del nacimiento de Jesús.
En este álbum encontrarán imágenes para secuenciar:

-Dramatizar la historia del nacimiento de Jesús y la adoración de los


Magos.

-Aprender una canción navideña y acompañarla con instrumentos


como pandereta, triángulo, cascabeles, chin chines.
Por ejemplo:

Los ángeles del cielo del grupo Mazapán.

Rodolfo,el reno

Lo que sueñas de Juventudes Musicales de Alcalá

Fichas para trabajar instrumentos típicos de Navidad con el villancico


Lo que sueñas:

Blanca en su blog Actividades para Educación Infantil dedica una


entrada con muchos enlaces a villancicos navideños, merece la pena
visitarla.
-Hacer un mural donde aparezca las diferentes figuras del portal,
utilizando para ello recortes de revistas y sus dibujos.

En este álbum encontrarán muchas imágenes de pesebres en color y


blanco y negro:

- Construir un pesebre con botellas plásticas

La Navidad ya está aquí, ya comenzaron los preparativos, las


decoraciones, los adornos, las luces y ¿por qué no? los juegos y
actividades para niños.

La navidad es magia para los niños, y es importante que, desde


nuestro lugar, permitamos la diversión, el disfrute y emoción.

Un buen momento para enseñar valores


Esta navidad es ideal para compartir experiencias con los niños,
contarles historias de cuando eran chicos, transmitirles valores y, por
sobre todo, brindarles todo su amor.
Podemos transmitir el valor de dar y no sólo recibir, el valor de la
unión, del compartir. Además será importante pasar momentos juntos
y realizar actividades familiares que ayudarán a los niños a crecer y a
fortalecer su autoestima.

Actividades para realizar en Navidad

* Leer cuentos e historias de navidad.


* Representar y dramatizar un cuento navideño.
* Construir adornos navideños con los niños.
* Escribir y decorar la carta a Papá Noel- Santa Claus-.
* Cantar canciones de navidad, como villancicos.
* Cocinar con los niños. Se podrá cocinar galletas, turrones, helados y
tartas decoradas con colores navideños.
* Construir tarjetas de felicitación para los familiares y/o amigos. Se
pueden utilizar diferentes materiales como cartulinas, brillantina,
papeles de colores, témperas, etc.
* Armar rompecabezas y realizar juegos de memoria relacionados con
la navidad.
* Conocer acerca de las diferentes costumbres navideñas del mundo.
* Colorear libros con imágenes navideñas.
* Jugar juegos de navidad online. Desde pintar dibujos navideños,
realizar puzzles, hasta maquillar o realizar muñecos de nieve.
* Buscar información acerca del significado del árbol de navidad, los
adornos y las luces de colores.
* Realizar manualidades de Navidad con materiales reciclables.
* Conocer la historia de Papá Noel y sus ayudantes.
* Aprender poesías y poemas de navidad

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