Está en la página 1de 2

FORMACION CIUDADANA EN VALORES

Koizumi (2006) establece que la neuroeducación es tanto interdisciplinaria como

transdiciplinaria.

Neuroeducación: diversas disciplinas que convergen en el aprendizaje.

Transdiciplina: busca romper la división y segmentación del conocimiento.

Quizás, desde que el ser humano tiene la facultad de razonar podemos evidenciar que tan

importante son los vínculos familiares, puesto que estos son los que en últimas están

definiendo con gran medida como es la formación de un pequeño que está siendo educado en

el núcleo familiar.

Es desde la familia donde podemos empezar a moldear el cerebro del niño, puesto que el

cerebro de los niños trabaja más duro que el de los adultos, es decir, se debe inculcar con

mayor frecuencia la formación en sus aspectos ciudadanos y del mismo modo los valores que

a este lo han de regir durante su vida.

Es en el núcleo familiar donde el cerebro empieza a interrelacionarse de una forma más

amplia, gracias a las diversas interacciones que este experimenta en su desarrollo (cognitivo,

social, emocional,…). Esto puede ser relacionado con la plasticidad que posee el cerebro, es

decir, se va construyendo día a día.

Entendiendo entonces, que la educación empieza en la familia, es desde ahí que debemos

centrarnos en formar excelentes ciudadanos. Si esta formación no fuese interrumpida por la

gran variedad de culturas e inconvenientes sociales, estaríamos hablado de una sociedad ideal

desde todo punto de vista.

Mencionando la dificultad que en ocasiones se presenta en la formación familiar, ya sea por

ausencia de esta u otro factor, es aquí donde la escuela puede entra a intervenir, entendiendo

que la función de la escuela no es enseñar, si no educar.


Educar para la vida es el punto de inicio donde se interseca la familia y la escuela, por un

lado la familia en su ir y venir debe proponerse lleva al educando con buena formación en

valores, y la escuela por otro lado se encarga de fortalecerlos, puesto que es ahí donde el

educando empieza a interactuar en un ámbito diferente que a lo mejor le pueda llevar a

encontrar dificultades, que la familia y la escuela deben ayudar a resolver. Además de la

dualidad que conforma la familia y la escuela también se exige el conocimiento del medio en

el que viven los alumnos, tengamos presente que no todos nuestros niños tiene las mismas

posibilidades de acceso a la educación de calidad.

Independientemente de la familia, la escuela, el medio, etc. donde el estudiante se ve evocado

a un aprendizaje en particular a la formación ciudadana y valores, durante épocas pasadas no

se discutía sobre que otros factores más podían incidir en dicho aprendizaje. Con el avance de

la tecnología y la ciencia se empezó a estudiar con más detalle las funcionalidades del cerebro

y las conexiones que este presenta en su interior. Ojeda Catherine (2015) menciona “En la

neurociencia se ha identificado que algunas redes cerebrales como la amígdala son cruciales

para la comunicación social y que en caso de disfunciones en estas regiones del encéfalo se

presentan deficiencias en la atención, lo afectivo y lo mental”. Partiendo de que no todos los

aprendices puedan desarrollar un ambiente adecuado en su formación se puede entrar a

intervenir desde la ciencia y buscar las posibles soluciones que esta pueda tener, es muy

diferente mencionar que hay niños que no aprenden, a mencionar que dichas situaciones,

pueden ser corregidas a tiempo, recordando que el cerebro es un órgano que posee plasticidad.

Como conclusión final detengamos a pensar que la sociedad en la que vivimos es cambiante,

y debido a eso nosotros como docentes también debemos estar sujetos a dichos cambios. Por

tanto hagamos de nuestras prácticas la mejor herramienta para formar sujetos en este mundo

lleno de cambios y retos.

También podría gustarte