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Lectura 5
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Lectura N° 05
I. EL ESTADO Y EL DERECHO
El derecho, como el Estado, debe responder a los cambios que impone el nuevo orden
mundial y sus relaciones; al cambiar la dinámica del Estado, necesariamente cambia la
dinámica del derecho que se aplica en el Estado. “El derecho, por regla general, ha sido
positivista, local, formal y controlado por los Estados; su naturaleza es convencional,
histórica y mutable, siendo su objetivo primordial la regulación de las actividades
humanas” (Cadena Afanador, 2001. p.104).
Cualquiera sea la concepción que se tenga de la forma organizada de vida en
comunidad, esta requiere, para su subsistencia, de un mínimo de regulación jurídica; la
cual deviene en indispensable para asegurar la vida coexistencial ordinaria.
Desde nuestra perspectiva, queda claro que en el mundo moderno Estado y derecho
son conceptos inseparables, recíprocamente inherentes y hasta indivisibles, aun
cuando históricamente el derecho surgiera primero.
Es incuestionable que los hombres se relacionan entre sí conforme a tendencias
naturales de realización coexistencial. Estas tendencias necesitan, para desarrollarse,
de un orden jurídico que fije límites éticos y permita dicha realización coexistencial
dentro de marcos deontológicos y teleológicos como la moral social, la justicia, la
seguridad, el bienestar, etc.
Como bien afirma Nicolás Coviello, “para el nacimiento del derecho fue suficiente una
comunidad cualquiera, una sociedad sea cual fuere”. Así, existió derecho en los clanes,
tribus, confederaciones de tribus y cualquier otro tipo de agrupación humana, aunque
con una elaboración o aplicación rudimentaria o deficiente.
Tal como infiere Lucio Moreno Quintana [Preliminares del derecho internacional.
Buenos Aires: Perrot, 1954]: “El Estado es en lo esencial una colectividad humana, en
donde se acredita la asociación permanente de individuos unidos por un vínculo político-
jurídico. Por ende, la condición de habitantes del territorio del Estado impone el
sometimiento a su autoridad”.
Como refiere Alberto Borea Odría [Los elementos del Estado moderno. Lima: centro
de estudios legislativos, Económicos y Sociales, 1994], el centro del poder político
puede comprender tanto a las personas que libre y espontáneamente deciden
vincularse entre sí a través de la organización estatal, o puede “atarse” como
consecuencia de una medida de fuerza (es el caso del pueblo kurdo con relación a
Turquía o de los tibetanos en relación a China).
Como afirmara Santo Tomás de Aquino [Cfr. Ernest Fortín. Compendio de historia
de la filosofía política. México, 1999], el poder “es la acción de una voluntad sobre otra
voluntad”.
Luiz Pinto Ferreira [Curso de derecho constitucional. Sao Paulo: Saravia, 1991]
señala que “el poder es un proceso social, un hecho objetivo de la convivencia de los
hombres, un fenómeno específico de la sociedad”.
En realidad, no existe prácticamente relación humana en donde una persona no ejerza
algún grado de poder sobre otra. Esto puede percibirse desde la misma familia, que es
el núcleo básico de la organización social.
3.- El Territorio
Esta expresión proviene de la voz latina terra, que significa “tierra”. Dicha noción alude
a aquel espacio físico o porción geográfica sobre la cual el Estado ejerce soberanía.
• Sea homogéneo: lo que nos indica que el orden jurídico constituye un todo
sistemático y armónico, es decir, las disposiciones legales han de formar un sistema
guiado y fundamentado en el cuerpo principal, base y fundamento de todo el sistema
jurídico que es la Constitución, misma que regula la estructura y organización del
Estado, así como las facultades otorgadas al poder público y el conjunto de derechos
reconocidos a los individuos, llamadas garantías constitucionales.
Contenga un cuerpo institucional coherente: esto quiere decir que los órganos del
Estado guarden un orden jerárquico con competencias definidas.
Contemple la existencia de procedimientos definidos que permitan a gobernantes
y gobernados el cumplimiento de la ley.
Se considera que el creador del término fue el ilustre jurista alemán Karl Von Savigny,
quien lo utilizó por primera vez a mediados del siglo XIX.( Savigny, Karl von. “De la
Vocación de nuestro Siglo”. Editorial La España Moderna. Madrid)
Savigny fue tal vez uno de los juristas más integrales de todos los tiempos. La historia
del derecho le reconoce múltiples contribuciones, además de una erudición y un
apasionamiento en la defensa de sus ideas que fueron a la par los unos de los otros.
Savigny acuñó la metáfora hidráulica de que el derecho se origina en una fuente, para
proponer que el espíritu del pueblo era el que le daba legitimidad a la ciencia jurídica.
Para él, la “fuente del derecho”, era el espíritu del pueblo.
Para Savigny: “El derecho tiene el carácter esencialmente popular, nacional, humano. El
derecho es obra, no de la voluntad arbitraria, según pretendía Rousseau, sino de la
conciencia del espíritu del pueblo. Afirmó la importancia de la costumbre como fuente del
derecho positivo, acentúo la necesidad de estudiar la historia íntima de los pueblos, como
medio de penetrar en su espíritu y de comprender, así como en él se elabora el derecho, su
derecho; por último, determinó que el papel del legislador no debe ser crear el derecho,
inventarlo, sino más bien, depurarlo y ordenarlo en vista de las corrientes dominantes en
el seno mismo de las sociedades o mejor de los pueblos”. (Prólogo de A. Posada. Savigny
Ob.Cit. Editorial La España Moderna. Madrid. Pp. 13-14)
Es obvio que se emplea la palabra fuente en sentido metafórico, tú sabes lo que es una
fuente y que de ella brota agua como si naciese de dentro de sí misma; algo similar
sucede si aplicamos la metáfora al derecho; hay que buscar y encontrar el origen o el
lugar de donde brotan o surgen las normas jurídicas, esto es, sus fuentes.
FUENTES FORMALES:
Legislación
Jurisprudencia
Doctrina
costumbre
Es evidente que todos estos aspectos son los que a la postre van a determinar el
contenido de la normatividad de un país.
Es por ello que las legislaciones de las diversas naciones, si bien tienen ciertas
coincidencias, también tienen profundas discrepancias, como diferencias tienen sus
condiciones reales de vida.
La Legislación.
Como todas las fuentes formales, la legislación es un procedimiento de creación de
normas jurídicas, pero, sin embargo, tiene particularidades propias que la
distinguen de las otras fuentes formales y que es preciso explicar brevemente
dentro de la definición dada.
Jurisprudencia
Otra de las fuentes formales del derecho es la jurisprudencia, pero además es una
de las fuentes, junto con la legislación, de más uso para los abogados. Así que
debemos explicarla con exactitud.
La jurisprudencia es el conjunto de principios y doctrinas contenidas en las
decisiones de los tribunales. La jurisprudencia es necesario crearla porque las
disposiciones legislativas o leyes, si bien tratan de comprender las posibles
conductas de los individuos, no contemplan algunas de éstas, por lo cual se
presentan las que se denominan lagunas del derecho. Cuando se presenta una
laguna del derecho, los juristas se encuentran ante lo que denominan un problema
de integración de la ley que el juzgador tiene que resolver.
Costumbre
La costumbre es, tal vez, la fuente formal del derecho más antigua, ya que en las
primeras comunidades prácticamente el derecho se iba formando por la costumbre,
porque al no existir la organización estatal los primitivos sistemas del derecho
revestían precisamente la forma de la costumbre.
Según Víctor García Tomás, son aquellos elementos que permiten reconstruir el
proceso de formación del derecho a través de las distintas épocas. Desde esta óptica,
fuente es todo aquello que es capaz de brindar información de esa naturaleza.