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INTRODUCCION AL DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

Facultad: Derecho y Ciencias Políticas Ciclo: II

Docente: Abg. Jenny Montoya Prada

Lectura N° 05

I. EL ESTADO Y EL DERECHO

Según MARX, el Estado constituye la expresión política, la forma de organización


política de la sociedad civil, pero no de cualquier tipo de sociedad civil, sino
precisamente de la sociedad en la que existe una desigualdad de poder entre la clase
dominante, la burguesía, y la clase dominada, el proletariado. El Estado constituye,
pues, la forma de organización política de la sociedad, acorde con los intereses de la
clase dominante.

El Estado es la organización política de un país, es decir, la estructura de poder que se


asienta sobre un determinado territorio y población. Poder, territorio y pueblo
o nación son, por consiguiente, los elementos que conforman el concepto de Estado, de
tal manera que éste se identifica indistintamente con cada uno de aquellos.

El derecho, como el Estado, debe responder a los cambios que impone el nuevo orden
mundial y sus relaciones; al cambiar la dinámica del Estado, necesariamente cambia la
dinámica del derecho que se aplica en el Estado. “El derecho, por regla general, ha sido
positivista, local, formal y controlado por los Estados; su naturaleza es convencional,
histórica y mutable, siendo su objetivo primordial la regulación de las actividades
humanas” (Cadena Afanador, 2001. p.104).
Cualquiera sea la concepción que se tenga de la forma organizada de vida en
comunidad, esta requiere, para su subsistencia, de un mínimo de regulación jurídica; la
cual deviene en indispensable para asegurar la vida coexistencial ordinaria.

Es evidente que no es imaginable concebir a la sociedad política sin la presencia del


derecho. Adamsen Houbel [Citado por Fernando silva santisteban. Introducción a
la antropología jurídica. Lima: universidad de lima, 2000] expone “que el derecho
puede existir sin gobierno, pero no puede haber gobierno sin derecho […] donde quiera
que haya derecho existe una organización política”. Ahora bien, a pesar de existir entre
Estado y derecho una amplia y mutua referencia y “envolvimiento”, sin embargo, no
llegan a ser expresiones homólogas.

Las relaciones entre el Estado y el derecho


Las relaciones entre el Estado y el derecho se pueden resumir en los cuatro aspectos
siguientes:
a) El Estado crea, reconoce y aplica el denominado derecho vigente: monopoliza su
sanción y centraliza bajo la hegemonía de las normas jurídicas, las diversas fuentes o
formas de manifestación del derecho.
En suma, el Estado es quien les otorga validez formal a sus distintas expresiones, en
razón de ser su declarante y el firme asegurador de su cumplimiento a través de sus
órganos jurisdiccionales y coactivos.
b) El derecho deviene en el medio más eficaz de expresión del poder estadual. Este
último actúa por medio del derecho.
c) El derecho permite la regulación de los fines, atribuciones, competencias y
funciones del Estado. El cuerpo político requiere de la presencia de este para
institucionalizarse.
Así, a través de la normatividad fija su organización político-administrativa, la relación
entre gobernantes y gobernados, etc.
d) El derecho cumple el papel de “legalizador” de una situación de poder, haciéndola
permanente y confiriéndole seguridad a sus determinaciones. Por su mediación pasa
de “poder desnudo” a “poder juridizado”; esto es, energía y potencia política reglada y
con vocación de acatamiento razonado y respetuoso por parte del pueblo.

La Preexistencia del Derecho y su Entroncamiento con el Estado


Al respecto, existen las teorías de la preexistencia del derecho al Estado y la
simultaneidad de la aparición del derecho y el Estado.

Al respecto, veamos lo siguiente:


a) La preexistencia del derecho al Estado Pitirim Sorokin [Sociedad, cultura y
personalidad. Nueva York, 1928] señala que la “existencia misma del Estado
presupone la del derecho […] y en la medida en que el Estado constituye una nación
organizada, su existencia se asienta en normas jurídicas que definen su territorio, su
régimen, su constitución. En unas palabras, su estructura y funciones”.

b) La simultaneidad de la aparición del derecho y el Estado Georg Jellinek [Teoría


general del estado. Buenos Aires: Albatros, 1954], glosando los puntos de vista de
Otto von Gierke y Ernst Seidler, comenta que “el Estado nace con el derecho y en el
derecho, y por consiguiente solo en él puede vivir”.

Luis Gumplowics [Derecho político y constitucional. México: Fondo de Cultura


Económica, 1992], por su parte señala que: “Es solamente en el Estado donde el derecho
puede producirse; no se puede concebir que exista […] en otra parte más que en él. Fuera
del Estado no hay derecho, porque este último es una institución eminentemente política,
es decir, eminentemente propia del Estado”.

Desde nuestra perspectiva, queda claro que en el mundo moderno Estado y derecho
son conceptos inseparables, recíprocamente inherentes y hasta indivisibles, aun
cuando históricamente el derecho surgiera primero.
Es incuestionable que los hombres se relacionan entre sí conforme a tendencias
naturales de realización coexistencial. Estas tendencias necesitan, para desarrollarse,
de un orden jurídico que fije límites éticos y permita dicha realización coexistencial
dentro de marcos deontológicos y teleológicos como la moral social, la justicia, la
seguridad, el bienestar, etc.

La idea de sociedad humana implica una colaboración continua y permanente orientada


a la consecución de los valores y fines. Dicha unión e interrelación objetivizada tiene
irremediablemente que regularse, convirtiéndose el derecho en la expresión
reglamentada de la convivencia y la acción común.

Como bien afirma Nicolás Coviello, “para el nacimiento del derecho fue suficiente una
comunidad cualquiera, una sociedad sea cual fuere”. Así, existió derecho en los clanes,
tribus, confederaciones de tribus y cualquier otro tipo de agrupación humana, aunque
con una elaboración o aplicación rudimentaria o deficiente.

Elementos del Estado


1.- El Pueblo
Esta noción alude a un conjunto de personas que tienen en común su vinculación
político-jurídica con un cuerpo político soberano. Su génesis hace referencia a un grupo
humano coexistente en una determinada zona geográfica, luego de un proceso de
adaptación y una posterior presencia del fenómeno político.

Tal como infiere Lucio Moreno Quintana [Preliminares del derecho internacional.
Buenos Aires: Perrot, 1954]: “El Estado es en lo esencial una colectividad humana, en
donde se acredita la asociación permanente de individuos unidos por un vínculo político-
jurídico. Por ende, la condición de habitantes del territorio del Estado impone el
sometimiento a su autoridad”.

El pueblo de un Estado puede ser de composición étnica homogénea o heterogénea. En


el primer caso se acredita sociológicamente la unicidad étnica. Al respecto, es citable el
caso de Japón, Suecia, Portugal, Islandia, etc.
En el segundo caso se acredita sociológicamente la existencia de una pluralidad de
etnias. Al respecto, es citable el caso del Perú (quechuas, aimaras ashaninkas, etc.),
España, Canadá, Bélgica, etc. La pertenencia de un pueblo a un Estado determinado
puede ser consecuencia de un hecho casual o fortuito; nacer del propio interés o
voluntad del grupo, o incluso emanar de una acción compulsiva.

Como refiere Alberto Borea Odría [Los elementos del Estado moderno. Lima: centro
de estudios legislativos, Económicos y Sociales, 1994], el centro del poder político
puede comprender tanto a las personas que libre y espontáneamente deciden
vincularse entre sí a través de la organización estatal, o puede “atarse” como
consecuencia de una medida de fuerza (es el caso del pueblo kurdo con relación a
Turquía o de los tibetanos en relación a China).

2.- Poder Político


La expresión poder proviene de la voz latina potes que significa potente. Esta noción
alude a la capacidad de una persona o de un grupo de personas para determinar,
condicionar, dirigir o inducir la conducta de los demás. Expresa una combinación de
energía y capacidad al servicio de un ideal.

El poder político es el recurso de que dispone la autoridad para dirigir y hacerse


obedecer. Indica el atributo de disponer y limitar las acciones de los miembros del
estado. Se trata de un fenómeno que se encuentra presente en todas las relaciones
coexistenciales. Así, en cualquier núcleo humano siempre encontraremos a alguien que
conduce y a otros que obedecen y son guiados.

Como afirmara Santo Tomás de Aquino [Cfr. Ernest Fortín. Compendio de historia
de la filosofía política. México, 1999], el poder “es la acción de una voluntad sobre otra
voluntad”.
Luiz Pinto Ferreira [Curso de derecho constitucional. Sao Paulo: Saravia, 1991]
señala que “el poder es un proceso social, un hecho objetivo de la convivencia de los
hombres, un fenómeno específico de la sociedad”.
En realidad, no existe prácticamente relación humana en donde una persona no ejerza
algún grado de poder sobre otra. Esto puede percibirse desde la misma familia, que es
el núcleo básico de la organización social.

El poder político es una fuerza social destinada a imponer comportamientos humanos


en la dirección que fija quien la ejerce. Se trata de una acción vigorosa que expresa una
cualidad dominante de la voluntad personal o de la de un conjunto de hombres. La
dimensión de esta acción no es cuantitativa, sino cualitativa: implica una preeminencia
ético-política que mueve a la obediencia por consentimiento voluntario. Su núcleo
característico es su fundamento moral. Este atributo de la preeminencia o superioridad
de la energía de la voluntad hace que se diferencie claramente de la mera fuerza bruta.

El poder es inherente a la naturaleza humana; es una acción innata del hombre de


anteponer justificadamente una voluntad. Al poder se le considera socialmente algo tan
natural como el agua, el fuego o la lluvia; la idea de que se pueda vivir sin jefes parece
absurda.

Como afirma Maurice Duverger [Sociología de la política. Barcelona: Ariel, 1975], se


trata de un “dato inmediato de la conciencia reforzado por la educación”.
Desde su primera infancia el niño es orientado a plegarse a la voluntad de sus padres;
posteriormente, la escuela con sus profesores, vigilantes, directores, régimen de
sanciones, etc. acrecentará ese sentido de la autoridad y la obediencia (el propio infante,
a través del llanto o la sonrisa, descubre rápidamente su capacidad de inducción sobre
sus padres).
A través del poder se distingue la existencia de un grupo gobernante y de una
comunidad gobernada, en la irreductible distinción lógico-práctica del mando y la
obediencia.
Al respecto, no debe obviarse la afirmación expuesta por Luis Sánchez Agesta
[Principios de teoría política. Madrid: Nacional, 1983], sobre que “no hay poder sin
obediencia; y que el poder es la capacidad de encontrar obediencia”.
En ese orden de ideas, el poder político es aquel que ejerce el Estado. Como tal, implica
el conjunto de competencias que asume el cuerpo político en aras de orientar y dirigir
las actividades de sus integrantes.

3.- El Territorio
Esta expresión proviene de la voz latina terra, que significa “tierra”. Dicha noción alude
a aquel espacio físico o porción geográfica sobre la cual el Estado ejerce soberanía.

El territorio es la base geográfica de un cuerpo político soberano comprendido dentro


de sus fronteras y en el cual el poder estatal manifiesta su presencia de manera
incontrastable. Es decir, un área sobre la cual se asienta el pueblo y en donde el cuerpo
político proyecta su soberanía y, por ende, expone su dominio y jurisdicción.

El territorio es un elemento esencial para la existencia del Estado, ya que la


organización político-jurídica solo se configura sobre una superficie que une y
caracteriza al pueblo, la misma que con el influjo de los factores orográficos, viales, etc.,
ayuda a forjar el carácter de lo nacional al mezclarse la voluntad humana con el factor
físico.
Es a aquella conjunción a lo que se refiere Alberto Borea Odría, cuando manifiesta que
la “vinculación de ese territorio con un específico grupo humano que habita en él y que se
organiza según un centro de poder, es lo que constituye el Estado”.

En la actualidad no existe área geográfica que no sea elemento constitutivo de un


Estado, con excepción de la Antártida; la cual se encuentra excluida de su adscripción a
un cuerpo político determinado por el Tratado Antártico de 1959.

4.- Orden Jurídico


Es inimaginable la existencia del Estado sin el orden jurídico. Si esto llegase a suceder,
reinaría el caos, la vida en común se volvería imposible, los fines comunitarios serían
inalcanzables; ¿qué sería de los pueblos sin la existencia de la ley?, sería volver al
primitivismo, equivaldría a tomar la justicia por propia mano. Justamente para
abandonar ese estado primitivo la sociedad humana funda el Estado; pero para que este
Estado sea verdaderamente legítimo, se sujeta al orden jurídico.

Algunas funciones del Orden Jurídico


La existencia del orden jurídico:
• Legitima la existencia del propio Estado.
• Acota y limita la actuación del Estado, convirtiéndolo de un Estado en términos
genéricos, a un Estado de derecho.
• Expresa el comportamiento de los gobernados.
• Expresa la actuación del propio Estado.

Características del Orden Jurídico


Es indispensable que el orden jurídico, como elemento del Estado:

• Sea homogéneo: lo que nos indica que el orden jurídico constituye un todo
sistemático y armónico, es decir, las disposiciones legales han de formar un sistema
guiado y fundamentado en el cuerpo principal, base y fundamento de todo el sistema
jurídico que es la Constitución, misma que regula la estructura y organización del
Estado, así como las facultades otorgadas al poder público y el conjunto de derechos
reconocidos a los individuos, llamadas garantías constitucionales.
 Contenga un cuerpo institucional coherente: esto quiere decir que los órganos del
Estado guarden un orden jerárquico con competencias definidas.
 Contemple la existencia de procedimientos definidos que permitan a gobernantes
y gobernados el cumplimiento de la ley.

II. LAS FUENTES DEL DERECHO


Según Jorge Basadre Grohmann la fuente del derecho es: “Todo aquello que es invocado
como norma con fundamento jurídico, al sentido manifestante de su origen y al factor real
de producción normativa y de la posterior evolución de ésta.” (alzamora valdez, mario.
“introducción a la ciencia del derecho”)
El concepto “fuentes del derecho” es tal vez uno de los más difundidos y populares de
las ciencias jurídicas contemporáneas. Sin embargo, es de reciente data.

Se considera que el creador del término fue el ilustre jurista alemán Karl Von Savigny,
quien lo utilizó por primera vez a mediados del siglo XIX.( Savigny, Karl von. “De la
Vocación de nuestro Siglo”. Editorial La España Moderna. Madrid)

Savigny fue tal vez uno de los juristas más integrales de todos los tiempos. La historia
del derecho le reconoce múltiples contribuciones, además de una erudición y un
apasionamiento en la defensa de sus ideas que fueron a la par los unos de los otros.
Savigny acuñó la metáfora hidráulica de que el derecho se origina en una fuente, para
proponer que el espíritu del pueblo era el que le daba legitimidad a la ciencia jurídica.
Para él, la “fuente del derecho”, era el espíritu del pueblo.

Para Savigny: “El derecho tiene el carácter esencialmente popular, nacional, humano. El
derecho es obra, no de la voluntad arbitraria, según pretendía Rousseau, sino de la
conciencia del espíritu del pueblo. Afirmó la importancia de la costumbre como fuente del
derecho positivo, acentúo la necesidad de estudiar la historia íntima de los pueblos, como
medio de penetrar en su espíritu y de comprender, así como en él se elabora el derecho, su
derecho; por último, determinó que el papel del legislador no debe ser crear el derecho,
inventarlo, sino más bien, depurarlo y ordenarlo en vista de las corrientes dominantes en
el seno mismo de las sociedades o mejor de los pueblos”. (Prólogo de A. Posada. Savigny
Ob.Cit. Editorial La España Moderna. Madrid. Pp. 13-14)

El derecho, según lo que ya conocemos, es una creación humana; pero no es una


creación arbitraria, sino un sistema racional de leyes para cuya creación el hombre ha
de considerar muchos factores. Ahora bien, esos factores que el hombre toma en cuenta
para crear el derecho se denominan fuentes del derecho.

Es obvio que se emplea la palabra fuente en sentido metafórico, tú sabes lo que es una
fuente y que de ella brota agua como si naciese de dentro de sí misma; algo similar
sucede si aplicamos la metáfora al derecho; hay que buscar y encontrar el origen o el
lugar de donde brotan o surgen las normas jurídicas, esto es, sus fuentes.

FUENTES DEL DERECHO:


 Reales
 Formales
 Históricas

FUENTES FORMALES:
 Legislación
 Jurisprudencia
 Doctrina
 costumbre

1.- Fuentes Reales


Si bien es cierto que la mayoría de los autores de derecho dedican en sus tratados
jurídicos poco espacio a las fuentes reales, no porque éstas carezcan de importancia,
sino que dejan ese estudio a expertos de otras disciplinas, como los sociólogos del
derecho o a la sociología jurídica.
Para efectos de nuestro curso, haremos unas reflexiones breves en torno a las fuentes
reales.

El primer cuestionamiento que nos podemos hacer se reduce a:


“¿Qué son las fuentes reales y cuál es su importancia?”
En respuesta a estas preguntas afirmamos que las fuentes reales del derecho son muy
amplias porque implican las condiciones de vida social de los pueblos.
De acuerdo con esto se considera que: Las fuentes reales son todos los factores,
condiciones de vida y elementos sociales que determinan el contenido de las normas
jurídicas.
Pero ¿qué significan las fuentes reales?
Si piensas un poco, significan un todo tan vasto que, como afirmamos renglones arriba,
la sociología jurídica se tiene que ocupar de su estudio. Sin embargo, podemos afirmar
que comprenden todas las condiciones de vida que vive una sociedad, como su
problemática económica, política y social; su religión, sus costumbres, sus
tradiciones, su moral, su cultura, su idioma, su idiosincracia, su grado de
desarrollo, su historia, hasta su clima y su ubicación geográfica, entre muchas
otras cosas.

Es evidente que todos estos aspectos son los que a la postre van a determinar el
contenido de la normatividad de un país.
Es por ello que las legislaciones de las diversas naciones, si bien tienen ciertas
coincidencias, también tienen profundas discrepancias, como diferencias tienen sus
condiciones reales de vida.

Según lo anterior, podemos concluir que la importancia de las fuentes reales se


encuentra en que quienes hacen la legislación deben tomar en cuenta la realidad de la
sociedad, pues en la medida que tal hecho ocurra es como la legislación va a probar su
eficacia, solucionando los problemas para los cuales es creada. A mayor abundamiento,
las fuentes reales son las que hacen que el derecho sea algo dinámico, pues la misma
evolución de la sociedad reclama del derecho mayor atención y más rápida adaptación
a las condiciones de vida.

2.- Fuentes Formales


Las fuentes más importantes estudiadas por los abogados son las formales, que
comprenden los procedimientos, métodos o modos de carácter formal por medio de los
cuales se producen las normas jurídicas.
Las fuentes formales generalmente se apegan a procesos rigurosos que se encuentran
plasmados en la Constitución, de ahí su importancia y su carácter de formales. Según
esto entendemos por fuentes formales: El conjunto de procesos de creación de las
normas jurídicas.
Las fuentes formales del derecho son:
• La legislación.
• La jurisprudencia.
• La doctrina.
• La costumbre.

 La Legislación.
Como todas las fuentes formales, la legislación es un procedimiento de creación de
normas jurídicas, pero, sin embargo, tiene particularidades propias que la
distinguen de las otras fuentes formales y que es preciso explicar brevemente
dentro de la definición dada.

En primer lugar, la legislación crea normas jurídicas mediante formalidades


escritas, lo que la diferencia de la costumbre y, en muchos casos, de la expresión de
voluntad (porque, por ejemplo, muchos contratos pueden ser verbales de acuerdo
a Derecho).

En segundo lugar, la Legislación adopta diversas formalidades y procedimientos, no


todos los cuales tienen el mismo: valor. Los procedimientos legislativos producen
normas de diverso rango, estando jerarquizadas mediante un conjunto de
principios: la Constitución, por ejemplo, prima sobre cualquier otra norma
legislativa; la ley prima sobre las resoluciones, y así sucesivamente. No ocurre
necesariamente igual con las otras fuentes del Derecho por su propia naturaleza.

En tercer lugar, es rasgo característico de la Legislación el producir normas jurídicas


de carácter general, a diferencia de otras fuentes como por ejemplo la
jurisprudencia y la expresión de voluntad, que suelen producir normas jurídicas
restringidas a uno o pocos sujetos. Finalmente, el contenido de la Legislación es
producido por expresión de voluntad de los Poderes del Estado, lo que la diferencia
de la costumbre, la doctrina y la expresión de voluntad de las personas naturales y
jurídicas.
García Máynez, al referirse a la Ley, expresa que no es fuente de derecho, sino
producto de la Legislación, pero es indiscutible que, apartándose de toda clase de
sutilezas jurídicas, la Ley es jerárquicamente superior a las demás fuentes formales
generales del derecho.
Modernamente, la legislación ha sido reconocida como la fuente formal más
importante del Derecho. Ello se debe a que el Estado tal como lo conocemos ahora,
ha desarrollado su hegemonía y ha perfilado claramente sus rasgos jurídicos. Sin
embargo, no siempre fue la legislación la fuente principal del Derecho.

 Jurisprudencia
Otra de las fuentes formales del derecho es la jurisprudencia, pero además es una
de las fuentes, junto con la legislación, de más uso para los abogados. Así que
debemos explicarla con exactitud.
La jurisprudencia es el conjunto de principios y doctrinas contenidas en las
decisiones de los tribunales. La jurisprudencia es necesario crearla porque las
disposiciones legislativas o leyes, si bien tratan de comprender las posibles
conductas de los individuos, no contemplan algunas de éstas, por lo cual se
presentan las que se denominan lagunas del derecho. Cuando se presenta una
laguna del derecho, los juristas se encuentran ante lo que denominan un problema
de integración de la ley que el juzgador tiene que resolver.

Se puede presentar también el caso de que, habiendo disposición legal o ley


aplicable a un caso concreto, resulta que ella es confusa o ambigua; por lo que puede
prestarse a más de un sentido. Cuando tenemos un problema de esta naturaleza nos
encontramos ante lo que se denomina un problema de interpretación de la ley.

En conclusión, tenemos dos problemas que son: problemas de integración y


problemas de interpretación, mismos que han de ser resueltos por los órganos
judiciales mediante la creación de la jurisprudencia.
 Doctrina
La doctrina es el conjunto de estudios de carácter particular que realizan los juristas
acerca del derecho con finalidades eminentemente teóricas sistemáticas o bien para
ofrecer puntos de vista sobre la interpretación de las normas.

Los estudios y opiniones de los juristas, lo mismo que la jurisprudencia, no se


consideran regularmente fuentes en sentido original, sino un criterio auxiliar o una
fuente aclaratoria, porque la doctrina para un sector de juristas no es una modalidad
del Derecho Positivo, es decir, no es fuente formal, sino fuente material. En tal
carácter puede, por ejemplo, inspirar el fallo de un juez, una ley del congreso, etc.,
pero nunca crear Derecho, pues “su influencia dice Latorre es persuasiva, deriva del
valor intrínseco de los argumentos que cada jurista emplee y no de ninguna
disposición legal.

 Costumbre
La costumbre es, tal vez, la fuente formal del derecho más antigua, ya que en las
primeras comunidades prácticamente el derecho se iba formando por la costumbre,
porque al no existir la organización estatal los primitivos sistemas del derecho
revestían precisamente la forma de la costumbre.

En el derecho moderno la costumbre ha perdido importancia; la costumbre es el uso


reiterado de una conducta que es considerada por la comunidad jurídicamente
obligatoria; podemos afirmar que la costumbre da origen al derecho
consuetudinario.

En España la costumbre es considerada una fuente complementaria de Derecho, de


rango constitucional, mientras que en Colombia no aparece siquiera en la
enumeración de los criterios auxiliares.
3. Fuentes Históricas
Bajo el rubro de fuentes históricas del derecho quedan comprendidas las legislaciones
antiguas que nos muestran la forma en que los pueblos y civilizaciones anteriores se
rigieron y cómo, dentro de la evolución del derecho, se fueron creando las distintas
figuras y diversas instituciones jurídicas, muchas de las cuales son recogidas por
nuestras legislaciones actuales. Ejemplo de lo anterior se puede considerar El digesto,
las institutas, las novelas, el Código de Napoleón, etcétera.

Según Víctor García Tomás, son aquellos elementos que permiten reconstruir el
proceso de formación del derecho a través de las distintas épocas. Desde esta óptica,
fuente es todo aquello que es capaz de brindar información de esa naturaleza.

Son dos los elementos históricos:


a.- Elementos directos: éstos permiten obtener dicha información de modo inmediato:
normas escritas, costumbres jurídicas, jurisprudencia, etc.
b.- Elementos indirectos: Éstos permiten complementar o ampliar la información
obtenida de los elementos directos: crónicas, testimonios, restos arqueológicos,
expresiones folklóricas, literatura, informes administrativos, documentos, memorias,
cuantas, estadísticas.

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