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ALUMNO: JUAN EDMUNDO SILVA VALDEZ

C-415125583

MAESTRA: MONTENEGRO NUÑEZ MARIA

DEL CARMEN

MATERIA: EL DELITO UNA

CONSTRUCCION SOCIAL

UNIDAD 2 “ESCUELA CLÁSICA”

“VIGILAR Y REFORMAR A UN
DELINCUENTE”
(Panoptico de Jeremías Bentham)
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DEL ITER CRIMINIS A LA READAPTACIÓN SOCIAL

Pueblo quieto es una colonia popular parte de la delegación Tlalpan en La Ciudad de

México, oriundos del lugar la describen como muy conflictiva, 13% de su población cuenta con

antecedentes penales; de éstos, muchos son menores infractores, con esto datos podemos inquirir

que en cierta medida los vecinos de la comunidad se convierten en sensores permanentes de los

potenciales actos delictivos de quienes ya tienen experiencia en ellos, contimás por la experiencia

funesta y adoctrinante de la cárcel o centro preventivo del que salieron los ex delincuentes.

Surgen preguntas básicas cuya respuesta podría formular mecanismos que minimicen la

zozobra no solo de la comunidad anterior, sino que de toda la estructura social al tener que lidiar

en el presente y futuro con población de ex presidiarios pueda contar la certeza de que se

integraran a ella para aportar constructivamente.

La ideas es crear una analogía con transversalidad de entre los paradigmas de la

criminología de la escuela positivista, específicamente con el panóptico de Jeremy Bentham y

nuestro moderno sistema de readaptación social, cuyo objetivo es reincorporar en lo posible a los

delincuentes presidiarios a la estructura social y vida cotidiana devolviéndoles la capacidad de

libre albedrío ciudadano.

La escuela positivista se centra en el acto del delito, si el individuo rompe el pacto social

que establece la ley (haciendo uso de su derecho de libre albedrío) violenta el equilibrio, acepta el

hecho de que todos podemos tener un comportamiento desviado, acción que de presentarse nos

vuelve delincuentes. Su precepto fundamental se resume en que “Todo delito debe seguir un

castigo que será proporcional, con un juicio claro y expedito y en el marco de la legalidad”

(Barritas 1996).
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Con la analogía intimada, podremos arrojar luz a las siguientes cuestiones base: ¿cuál es

la manera más eficaz para vigilar al delincuente?, ¿cuál el correctivo adecuado según el delito

cometido?, y para quien en el caso de merecerlo, ¿qué tipo de medidas le harán reformarse y esto

le facilite su reinserción social?.

La dirección de las prisiones en México. Los administradores de los Centros

Penitenciarios confrontan la encrucijada del poder y la muerte, “le entras o te entramos”. En

Puente Grande Jalisco (Centro Penitenciario) considerado por el DNSP1 como el más seguro, el

hacinamiento y la influencia de sus personajes (los propios prisioneros), la tortura de los presos

es la más demandada. Una presencia general del gobernador de la cárcel que vigile en todo

momento la conducta, necesidades y la vida misma del recluso, impregna en éste último algo

parecido al ojo que todo lo ve y juzga.

La idea de proveer un sistema de vigilancia como el propuesto por Jeremías Betham2

(1748-1832), establecimiento que guarda a los presos con más seguridad y economía,

reformándolos moralmente, proveerles de subsistencia al momento de soltarlos. El ojo que los

inspecciona es una idea subliminal del dominio de uno solo que moldea día con día su

reformación.

“El Mallolo”, joven de 22 años nativo de pueblo quieto, salió del Reclusorio Sur hará

cinco meses atrás, a la pregunta de cómo te trataron allá adentro contesta, primo, yo ya pague lo

que hice, su mirada se dilata de forma abrupta al igual que las gesticulaciones (se asume que

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Diagnóstico Nacional de supervisión Penitenciaria
Jeremy Bentham fue un filósofo, economista, pensador y escritor inglés, padre del utilitarismo .
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retrae su pensamiento a los recuerdos). Nuestra inolvidable Elba Esther Gordillo estuvo en el

Reclusorio Sur, lugar con espacios privilegiados, tele de cable y otros lujos; dato antagónico pues

es el penal con más sobrecupo; ¿qué pasa dentro del recinto?, ¿se documenta el día a día en cada

celda y pasillo?.

En el centro de readaptación social No. 1, de Almoloya (considerado el más seguro del

país), cuyos huéspedes como: “El Mocha Orejas”, “La Barbie” y “Mario Aburto” entre otros, dan

ya señal de porque es considerado el más seguro de México con guardias de seguridad y cámaras

de video. El panóptico cuya estructura circular pone en el centro al inspector, favorece las

revisiones son obstáculos de visibilidad, las celosías crean puntos ciegos pero para los

prisioneros, sus muros crean ángulos que reducen los caminos de fuga, las paredes están

empalizadas para servir de escarmiento para quien ose escapar, además de contar con un

protocolo de seguridad para la gente externa.

Nuestro personaje de pueblo quieto con frecuencia talonea a los transeúntes, tienen un

hábito de tomar más que de drogarse, muestra costumbres arraigadas de su reclusión, su higiene

es intermedia de entre un joven de su edad y un limpia parabrisas. Betham acota al respecto de

los mecanismos de limpieza de que se vale el gobernador del recinto de castigo: El gobernador de

la prisión siente inmanente la responsabilidad de las enfermedades y/o muertes de los reclusos, el

Panóptico cuneta con un sistema de ventilación suficiente, depósitos de agua, pisos duros que

impidan se esconda la inmundicia; trabajo al aire libre, pelo corto y prohibición de alcohol y

tabaco. Las “Islas Marías” es un penal que estandariza las notas de los renglones anteriores

sugeridos por Betham, población de gente sana, y nivel socio económico medio-alto, se trabaja la

tierra, el ganado y las artesanías.


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El supuesto de lo que le cuesta al estado la manutención de cada presidiario es de $140.00

diarios (en teoría, costo suficiente para readaptación del sujeto). El sistema panóptico indexa

vinculaciones laborales negociadas con empresarios, evitando las grietas de necesidades

económicas para sus necesidades por parte de los internos, en los Penales de Sta. Martha y Topo

Chico se da un negocio pero ilícito de tratantes de blancas y exactamente para bienestar

económico de las reclusas…

De vuelta al caso Mallolo, es su tercera vuelta, no hay proceso optimizado de reinserción

en su persona, en sus palabras: “Mi familia me manda baro cuando estoy guardado”, billetes de a

$20.00, mínimo la libro de recoger la mierda y tener una cobija…”. Cruzamos en éste apartado la

importancia de la limpieza moral influenciada por la física del sistema panóptico, los reclusorios

en México están sobre poblados, ni hablar de aire acondicionado (recordando las vicisitudes de

Chucho el Roto en el metafórico infierno de San Juan De Ulúa).

El sistema panóptico con el ideal de crear un vigilante moral fuera y dentro del

delincuente cual fábula de Esopo, que corrija y permita la soltura del infractor, parece un

utopismo en nuestra realidad, Mallolo de a poco lava uno que otro carro, pinta alguna pared y

hace algunos mandados, entre las huellas del hacinamiento y el perfil laboral que domina, no

tienen oportunidades reales (y quizá ni las busque) de un trabajo formal.

A manera de conclusión. La vigilancia del panóptico requiere de una reestructuración

del vigilante mismo, elementos de moralidad y ética en su preparación, la dirección que siguen

las modificaciones penitenciarias son capitalistas, prisiones privadas que cuestan cantidades

enfermas al estado (ya están en operación), los correctivos deberán estar ligados al delito
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tipificado, exacto, corregir; una reinserción efectiva implica sumar miembros al sistema social,

político y económico de manera productiva, motivar a los sistemas empresariales con paquetes

favorables (sea hacendariamente o vinculación con beneficios mercantiles), con la finalidad de

crear espacios laborales para ex presidiarios.

Las prisiones mexicanas incumplen con protocolos mínimos de sentido común, se

amontonan a todos independientemente de la tipología del delincuente, el delincuente pasa por

una etapa de escuela del crimen, formación que crea un círculo de victimario-víctima-victimario,

una alternativa efectiva (hablando del caso Mallolo), es la que la comunidad misma sirva de

panóptico, ¿a quién más importa si no a ella misma la adaptación de un miembro corrompido?.

Referencias.

ESPINOZA, A. (20 de 07 de 2015). MUNDO EJECUTIVO espress. Recuperado el 23 de 05 de 2017, de


mundoejecutivoexpress.mx/nacional/2015/07/.../las-10-carceles-mas-famosas-mexico

Julia varela; Fernando Álvarez Uría. (2012). JEREMIAS BENTHAM EL PANOPTICO. Madrid: La
Piqueta.

Llamas, M. (10 de 09 de 2012). sinembargo.mx. Recuperado el 23 de 05 de 2017, de


www.sinembargo.mx/opinion/10-09-2012/9421

Vázquez, J. D. (07 de 2011). Estudios de Historia moderna y Contemporánea de méxico. Recuperado el


23 de 05 de 2017, de www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/moderna/vols/ehmc42/471.pdf

Barrita L. F. (1996). Manual de Criminología, México: Edit. Porrúa.

Cid M., J. y Larrauri P. E. (2001). Teorías Criminológicas: explicación y prevención de la delincuencia.

Barcelona: Bosch.

García-Pablos de Molina A. (1996). Criminología, una introducción a sus fundamentos teóricos para

juristas. 3ª Edición. Valencia. Tirant lo Blanch.

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