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Altiplano y la zona de los Valles, donde se sitúa la cuenca del Valle Central de Cochabamba.

Este
área tiene clima árido a semiárido, precipitaciones moderadas y alta evapotranspiración, por lo
que es susceptible a problemas de escasez de agua.
3.4 Geología estructural de Cochabmba

Las estructuras geológicas siguen como dirección principal noroeste-sureste, al igual que los
lineamientos más importantes que se distinguen en la zona En la cuenca de Cochabamba se
distinguen dos sistemas de fallas consideradas como las más importantes y que todavía se
encuentran activas. Una falla inversa de carácter regional con dirección noroeste-sureste,
denominada

 falla de Sipe Sipe, que pasa por las cercanías de la población del mismo nombre. Esta
estructura pone en contacto rocas ordovícicas con rocas retácicas, terciarias y
cuaternarias.
 La otra es la falla Tunari, que se desarrolla en dirección este-oeste. Se encuentra en la
base de la Cordillera del Tunari y es el origen de la diferencia de altura que existe entre la
montaña y la llanura del Valle Central de Cochabamba.

De acuerdo a la reseña del mapa geológico, Hoja Cochabamba (SGB serie I-CGB-28, 1994), el
análisis de los depósitos ordovícicos de la zona indica condiciones distensivas hasta el Llanvirniano.
Posteriormente, en el Llandeiliano-Caradociano, por una fase compresiva se modificaron las áreas
de aporte y deposición. Posteriormente, las fases compresivas Incaica y Quechuana
(Eoceno/Oligoceno Sup.- Mioceno Sup.) impulsaron el ascenso de la Cordillera Oriental
ocasionando acortamientos y corrimientos. Durante la fase Andina se desarrollan fallas de tipo
inverso de gran extensión con buzamiento general hacia el nor-este, originando rechazos
importantes, tales así que rocas del Ordovícico Superior están en contacto con rocas meso-
cenozoicas.

Las cuencas del área de Cochabamba parecen ser el resultado de la deflección de la cadena
montañosa y la formación de fallas de desplazamiento de rumbo. Sin embargo existen diferentes
interpretaciones con respecto a la formación de estas excepcionales estructuras en la Cordillera
Oriental. Sheffels (1988) concluyó que las cuencas se formaron como resultado de un modelo de
tectónica epidérmica en la Cordillera Real. Según Kennan et al. (1995), estas cuencas fueron
formadas por un sistema de fallas de desplazamiento de rumbo, de tendencia ESE y fallas
normales.

Generalmente estas fallas forman los límites norte y nororiental de las cuencas

Determinaciones de edades radiométricas de niveles de tobas intercaladas en el relleno de la


cuenca sugieren que las mismas, aunque morfológicamente similares, se hayan formado en
tiempos diferentes durante el Mioceno y Plioceno. Las fallas de borde de cuenca probablemente
estuvieron activas desde el Mioceno temprano o incluso el cretácico con movimientos de
dirección de rumbo sinestral.

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