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FACULTAD DE INGENIERÍA
RESUMEN
CIUDADES PARA LA GENTE
ASIGNATURA:
AUTORES:
ESCOBEDO OLAZO BRAYAN MIGUEL
FERNÁNDEZ CAMPOS VÍCTOR ANDRÉ
CHRISTIAN HUGO PISFIL SALINAS
DOCENTE:
ARQ. MARÍA JESÚS ESTELA DÍAZ HERNÁNDEZ
SEPTIEMBRE DE 2019
NUEVO CHIMBOTE
Ciudades para la gente
Jan Gehl
En el trascurso del último ciclo, la dimensión humana ha sido minimizada como una
cuestión a atender dentro del planeamiento urbano, mientras que otros temas, como el
manejo del constante aumento del tráfico vehicular ha pasado a primer plano, esto le han
otorgado cada una vez una menor prioridad al espacio público y al rol de la ciudad como
lugar de encuentro para sus habitantes.
Frente a esto; a lo largo de las últimas décadas, numerosas ciudades del mundo vienen
trabajando en pos de revitalizar la vida urbana y mejorar las condiciones de circulación
para los peatones al no darle prioridad en su gestión al transporte automotor. No obstante,
otras ciudades simplemente ignoran el problema y paulatinamente empeora.
Ante el incremento acelerado de las urbes y la expansión urbana. Tanto las ciudades
nuevas como las existentes deberán realizar cambios cruciales, poner las necesidades de
la población que usa y vive en las ciudades por delante de todo, es una tarea primordial
de cara al futuro.
De esta manera los gobiernos deben urgir a sus arquitectos y urbanistas para que
incorporen la caminata en sus propuestas y así convertirlo en una política pública, capaz
de contribuir en el desarrollo de ciudades vitales, sostenibles, sanas y seguras. También
es necesario reforzar la función social del espacio público como un lugar de encuentro,
una herramienta vital en pos de lograr una sociedad sostenible y una comunidad abierta
y democrática.
Ahora al observar la historia de las ciudades, podemos ver claramente cómo las
estructuras urbanas y el planeamiento han influido sobre el comportamiento humano y el
modo como las ciudades funcionan. La construcción de más caminos y más playas de
estacionamiento, tratando de aliviar el congestionamiento, ha resultado exactamente lo
contrario: más vías y más espacio para estacionar resultan en más automóviles.
Ante esto surge la idea de la mejorar las condiciones y modificar el comportamiento vial
incentivando una nueva cultura que alienta la movilidad peatonal y la vida pública en
ciudades para que de esta manera el tránsito vehicular sea opacado por el pedestrismo o
el ciclismo.
Las ciudades se deben planificar y construir teniendo en cuenta que deben ser lugares de
encuentro, donde se puedan realizar actividades obligatorias, opcionales y sociales.
El prerrequisito para poder desarrollar una vida urbana es que existan oportunidades para
caminar. En las ciudades, caminar debe ser mucho más que solo circular, caminar debe
ser una forma especial de comunión entre personas que comparten el espacio público.
Además, se debe también planificar las ciudades a una escala humana, una escala que
permita al ciudadano apreciar detalladamente el entorno que lo rodea, una ciudad con
espacios cortos, pequeños carteles, numerosos detalles y mucha gente, lo que ofrece una
gran variedad y riqueza de experiencias sensoriales.
Actualmente los proyectos urbanos plantean nuevos problemas debido a pérdida del
conocimiento sobre la escala y proporción, dando como resultado un área urbana
incómoda y ajena para las personas. Por ello si se desea alentar la marcha y el ciclismo
se debe entender cómo es que funciona la escala humana. Trabajar con la escala humana
significa proveer buenos espacios urbanos que cuenten con las características dictadas
por el cuerpo humano.
El desafío es lograr que los principios fundamentales que guían a la escala humana se
acoplen naturalmente al entramado urbano para así alentar a la gente a que camine y se
transporte en bicicleta. El cuerpo humano, sus sentidos y su movilidad son la clave para
lograr una buena planificación urbana que le sirva a la gente.