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La Deriva Continental PDF
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La teoría de Wegener
En 1620, el filósofo inglés Francis Bacon se fijó en la similitud que presentan las
formas de la costa occidental de África y oriental de Sudamérica, aunque no sugirió que
los dos continentes hubiesen estado unidos antes. La propuesta de que los continentes
podrían moverse la hizo por primera vez en 1858 Antonio Snider, un estadounidense
que vivía en París. En 1915 el meteorólogo alemán Alfred Wegener publicó el libro "El
origen de los continentes y océanos", donde desarrollaba esta teoria, por lo que se le
suele considerar como autor de la teoría de la deriva continental.
Según esta teoría, los continentes de la Tierra habían estado unidos en algún momento
en un único ‘supercontinente’ al que llamó Pangea. Más tarde Pangea se había escindido
en fragmentos que fueran alejándose lentamente de sus posiciones de partida hasta
alcanzar las que ahora ocupan. Al principio, pocos le creyeron.
Lo que volvió aceptable esta idea fue un fenómeno llamado paleomagnetismo. Muchas
rocas adquieren en el momento de formarse una carga magnética cuya orientación
coincide con la que tenía el campo magnético terrestre en el momento de su formación.
A finales de la década de 1950 se logró medir este magnetismo antiguo y muy débil
(paleomagnetismo) con instrumentos muy sensibles; el análisis de estas mediciones
permitió determinar dónde se encontraban los continentes cuando se formaron las rocas.
Se demostró así que todos habían estado unidos en algún momento.
Por otra parte, desconcierta el hecho de que algunas especies botánicas y animales se
encuentren en varios continentes. Es impensable que estas especies puedan ir de un
continente a otro a través de los océanos, pero sí podían haberse dispersado fácilmente
en el momento en que todas las tierras estaban unidas. Además, en el oeste de África y
el este de Sudamérica se encuentran formaciones rocosas del mismo tipo y edad.
Sin embargo los nuevos geólogos eran partidiarios del «uniformisrmo» que
establecía que la historia de la corteza terrestre podía explicarse sencillamente por
la acción continua y sumamente prolongada de las fuerzas corrientes de la
naturaleza.
Aunque sólo fuera por las dificultades que planteaban los viajes, los primeros
geólogos solían restringir sus estudios a las pequeñas zonas que tenían a su
alcance, pero algunos estaban dispuestos a pensar a escala planetaria.
A partir de 1600, cuando los mapas del mundo comenzaron a ser más exactos, los
geógrafos advirtieron que la costa occidental de África podía encajar con la costa
oriental de América como dos piezas de un gigantesco rompecabezas. Este hecho
sugería, de manera muy general, que en una época muy remota los dos
continentes atlánticos habían estado unidos y que desde entonces se habían ido
separando. Esta hipótesis fue formulada de forma más concreta por el científico
francés A. Snider-Pellegrini en 1858; medio siglo más tarde, H.B. Baker presentó su
teoría según la cual hace 200 millones de años todos los continentes habían
ocupado el sitio de la Antártida y desde entonces se habían separado. F.B. Taylor,
un geólogo norteamericano especialmente interesado en la región de los Grandes
Lagos, formuló independientemente una teoría similar en 1910.
La teoría de la deriva continental fue formulada concretamente por primera vez por Alfred Wegener, que
aparece en la fotografía (abajo), en 1912. Su idea básica era que una masa continental original (Pangea) se
había fragmentado y que a lo largo de las eras geológicas se había Ido separando hasta formar los actuales
continentes.
Luego advirtió que había en realidad dos tipos de ondas P. A escasa distancia del
epicentro, la primera onda en llegar se desplaza a una velocidad de 5,5 a 6,5 km.
por segundo. A una distancia de unos 170 km., esta onda es superada por una
segunda onda, que se desplaza a 8,1 km/s. Más allá de este punto, hasta los 800
km., es posible detectar las dos ondas, pero luego las más lentas se desvanecen.
Mohorovicic interpretó este fenómeno como la prueba de que las ondas más lentas
se desplazan directamente hacia el sismógrafo, mientras que las más veloces son
refractadas a una profundidad de unos 50 km. En su honor, la capa refractora
recibió el nombre de discontinuidad de Mohorovicic, o Moho. Investigaciones
posteriores demostraron que la profundidad del Moho (el límite entre la corteza
terrestre y el manto superior) varía entre 30 y 50 km.
Se trata en este caso de una explicación consistente, en términos físicos, que aunque
difiere radicalmente acerca del mecanismo del desplazamiento continental, es
igualmente una teoría movilista, que permitió superar las viejas interpretaciones fijistas
de la orogénesis (geosinclinal y contraccionismo) y de la formación de los continentes y
océanos. Por esto, Wegener es considerado, con toda justicia, su precursor y por el
mismo motivo ambas teorías son erróneamente consideradas una sola con mucha
frecuencia
Atlántida (en griego antiguo Ατλαντίς νησος, Atlantis nesos, ‘isla de Atlantis’ ) es el
nombre de una legendaria isla desaparecida en el mar, mencionada y descrita por
primera vez en los diálogos Timeo y el Critias, textos del filósofo griego Platón.
Los textos de Platón sitúan la Atlántida frente a las Columnas de Hércules (lugar
tradicionalmente entendido como el estrecho de Gibraltar) y la describen como una isla
más grande que Libia y Asia juntas.3 Se señala su geografía como escarpada, a
excepción de una gran llanura de forma oblonga de 3000 por 2000 estadios, rodeada de
montañas hasta el mar.4 A mitad de la longitud de la llanura, el relato ubica una
montaña baja de todas partes, distante 50 estadios del mar, destacando que fue el hogar
de uno de los primeros habitantes de la isla, Evenor, nacido del suelo.5
Según el Critias, Evenor tuvo una hija llamada Clito. Cuenta este escrito que Poseidón
era el amo y señor de las tierras atlantes, puesto que, cuando los dioses se habían
repartido el mundo, la suerte había querido que a Poseidón le correspondiera, entre otros
lugares, la Atlántida. He aquí la razón de su gran influencia en esta isla. Este dios se
enamoró de Clito y para protegerla, o mantenerla cautiva, creó tres anillos de agua en
torno de la montaña que habitaba su amada.6 La pareja tuvo diez hijos, para los cuales el
dios dividió la isla en respectivos diez reinos. Al hijo mayor, Atlas o Atlante, le entregó
el reino que comprendía la montaña rodeada de círculos de agua, dándole, además,
autoridad sobre sus hermanos. En honor a Atlas, la isla entera fue llamada Atlántida y el
mar que la circundaba, Atlántico.7 Un segundo hijo se llamaba Eumelo en griego,
siendo su nombre original Gadiro, Gadeiron o Gadeirus, y gobernaba el extremo de la
isla que se extiende desde las Columnas de Heracles hasta la región que, posiblemente
por derivación de su nombre, se denominaba Gadírica, Gadeirikês o Gadeira en tiempos
de Platón.8
Favorecida por Poseidón, la tierra insular de Atlántida era abundante en recursos. Había
toda clase de minerales, destacando el oricalco, traducible como cobre de montaña, más
valioso que el oro para los atlantes y con usos religiosos (actualmente se piensa que
debía ser una aleación natural del cobre); grandes bosques que proporcionaban ilimitada
madera; numerosos animales, domésticos y salvajes, especialmente elefantes; copiosos
y variados alimentos provenientes de la tierra.9 Tal prosperidad dio a los atlantes el
impulso para construir grandes obras. Edificaron, sobre la montaña rodeada de círculos
de agua, una espléndida acrópolis10 plena de notables edificios, entre los que destacaban
el Palacio Real y el templo de Poseidón.11 Construyeron un gran canal, de 50 estadios
de longitud, para comunicar la costa con el anillo de agua exterior que rodeaba la
metrópolis; y otro menor y cubierto, para conectar el anillo exterior con la ciudadela.12
Cada viaje hacia la ciudad era vigilado desde puertas y torres, y cada anillo estaba
rodeado por un muro. Los muros estaban hechos de roca roja, blanca y negra sacada de
los fosos, y recubiertos de latón, estaño y oricalco. Finalmente, cavaron, alrededor de la
llanura oblonga, una gigantesca fosa a partir de la cual crearon una red de canales
rectos, que irrigaron todo el territorio de la planicie.13
Los reinos de la Atlántida formaban una confederación gobernada a través de leyes, las
cuales se encontraban escritas en una columna de oricalco, en el Templo de Poseidón.14
Las principales leyes eran aquellas que disponían que los distintos reyes debían
ayudarse mutuamente, no atacarse unos a otros y tomar las decisiones concernientes a la
guerra, y otras actividades comunes, por consenso y bajo la dirección de la estirpe de
Atlas.15 Alternadamente, cada cinco y seis años, los reyes se reunían para tomar
acuerdos y para juzgar y sancionar a quienes de entre ellos habían incumplido las
normas que los vinculaban.16
El Critias señala que los dioses decidieron castigar a los atlantes por su soberbia, pero el
relato se interrumpe en el momento en que Zeus y los demás dioses se reúnen para
determinar la sanción.19 Sin embargo, habitualmente se suele asumir que el castigo fue
un gran terremoto y una subsiguiente inundación que hizo desaparecer en el mar la isla
donde se encontraba el reino o ciudad principal, "en un día y una noche terribles", según
señala el Timeo.20
Se conservan algunos párrafos de escritores antiguos que aluden a los escritos de Platón
sobre la Atlántida; ciertamente se han perdido muchos otros. Estrabón, en el siglo
I a. C., cita, parece compartir, la opinión de Posidonio (c. 135-51 a. C.) acerca de que es
posible que el relato de Platón no sea ficción.21 Un siglo más tarde, Plinio el Viejo nos
señala en su Historia Natural que, de dar crédito a Platón, deberíamos asumir que el
océano Atlántico se llevó en el pasado extensas tierras.22 Por su parte, Plutarco, en el
siglo II, nos informa de los nombres de los sacerdotes egipcios que habrían relatado a
Solón la historia de la Atlántida: Sonkhis de Sais y Psenophis de Heliópolis.23
Finalmente, en el siglo V, comentando el Timeo, Proclo refiere que Crantor (aprox. 340-
290 a. C.), filósofo de la Academia platónica, viajó a Egipto y pudo ver las estelas en
que se hallaba escrito el relato que escuchó Solón.24
En el Renacimiento [editar]
No será hasta la segunda mitad del siglo XIX, que la historia de la Atlántida adquiera la
fascinación que provoca hasta hoy en día. En 1869, Julio Verne escribe Veinte mil
leguas de viaje submarino, novela que en su capítulo IX describe un alucinante
encuentro de los protagonistas con los restos de una sumergida Atlántida. Tiempo
después, en 1883, Ignatius Donnelly, congresista norteamericano, publica Atlántida: El
Mundo Antediluviano (Atlantis: The Antediluvian World). En dicha obra, Donnelly, a
partir de las semejanzas que aprecia entre las culturas egipcia y mesoamericana, hace
converger, de modo muchas veces caprichoso, una serie de antecedentes y
observaciones que lo llevan a concluir que hubo una región, desaparecida, que fue el
origen de toda civilización humana (véase difusionismo) y cuyo eco habría perdurado
en la leyenda de la Atlántida. El libro de Donnelly tuvo gran acogida de público (fue
reeditado hasta 1976), en una época en que el avance de la ciencia permitía a su
hipótesis aparecer seductoramente verosímil. Tanto fue así, que el gobierno británico
organizó una expedición a las islas Azores, lugar donde el escritor situaba la Atlántida.28
El éxito de Donnelly motivó a los autores más diversos a plantear sus propias teorías.
En 1888, la ocultista Madame Blavatsky publica La Doctrina Secreta, texto basado,
supuestamente, en un documento escrito en la Atlántida, El Libro de Dzian. Según
Blavatsky, los atlantes habrían sido una raza de humanos anterior a la nuestra, cuya
civilización habría alcanzado un notable desarrollo científico y espiritual. En 1938, el
jerarca nazi Heinrich Himmler organiza, en el contexto del misticismo
nacionalsocialista, una serie de expediciones a distintos lugares del mundo en busca de
los antepasados atlantes de la raza aria. En 1940, el medium norteamericano Edgar
Cayce predice que en 1968 la Atlántida volverá a la superficie frente a las costas de
Florida. Sorprendentemente, en 1969, en las aguas de la isla de Bimini, frente a la
península de Florida, será descubierta una formación rocosa a la que se dio el nombre de
Carretera de Bimini, y respecto de la cual aún se discute si se trata o no de una
construcción humana.
Por su parte, en 1922, el arqueólogo alemán Adolf Schulten retoma y populariza la idea
de que Tartessos fue la Atlántida.32 Tesis que cuenta con varios seguidores hasta el día
de hoy. Otras hipótesis sobre la Atlántida la sitúan en la isla de Malta, el mar de Azov,
Sudamérica, el Próximo Oriente, el norte de África, Irlanda, Indonesia y en la Antártida.
Mapa del imperio atlante. De Atlantis: The Antediluvian World, de Ignatius Donnelly,
1882.
En julio de 2005 se celebró en la isla griega de Milos el primer congreso de las hipótesis
sobre la Atlántida,33 donde los participantes expusieron sus tesis sobre la base histórico-
geográfica del relato de la Atlántida reflejado en los diálogos de Platón. Como resultado
del congreso, se elaboró una lista de 24 criterios para la localización de la Atlántida. Se
convocó un segundo encuentro en Atenas en noviembre de 2008.34 También se convocó
un tercer congreso en Santorini para el año 2010.
¿Fueron erigidos por quienes sobrevivieron a un gran cataclismo o por sus descendientes?
Arriba
¿Qué pensar, por ejemplo, de los mitos universales que preservaron el remoto conocimiento de
la precesión de los equinoccios, un fenómeno astronómico supuestamente descubierto por
Hiparco en el 127 a.C.?.
El hecho de que este ciclo se complete cada 26.000
años sugiere que los humanos habrían estado
observando el cielo sistemáticamente durante
milenios, según expusieron con todo detalle Giorgio
de Santillana y Hertha Von Dechend.
La historia que estos últimos nos han contado es sin duda más fascinante que la ofrecida por
arqueólogos y exploradores. Con fragmentos reunidos por unos y otros, la investigadora
norteamericana Shirley Andrews, intentó esa reconstrucción en su obra "Atlantis, Insights from
a Lost Civilization" (Llewellyn, 1997).
En esta visión, la Atlántida se despliega ante nuestros ojos como un mundo muy parecido al
nuestro en algunos aspectos.
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Pese a sus errores, los psíquicos informan con frecuencia sobre sucesos a los que no tienen
acceso los historiadores, ya que se apoyan en vías de información que no están limitadas por
el tiempo ni por el espacio.
Por otra parte, el material Canalizado, encaja con algunas de las fuentes tradicionales relativas
a la civilización Atlante. Aunque ellos lo nieguen.
¿Basaron sus relatos en las fuentes escritas conocidas? ¿Acaso se influyeron unos a otros a
través de la percepción extrasensorial, como ha sugerido el investigador psíquico Alan
Vaughan?
Por ejemplo, el doctor C. N. Dougherty descubrió en 1971 en el Valle de los Gigantes (Texas)
numerosas huellas de Saurios de diversas especies, junto a otras de pies humanos de gran
tamaño, en el mismo estrato geológico. Éste y otros descubrimientos semejantes parecerían
dar la razón a Blavatsky, a los Vedas y a otras muchas antiguas tradiciones.
El mapa de la antigüedad de la Tierra y el esquema
de la evolución humana mediante diversas Razas
Raíz, divididas en Subrazas, trazados por esta
ocultista, resultan más que discutibles. Pero, a
medida que van aflorando fósiles humanos, cada
vez de mayor antigüedad, parecen ir confirmándose
algunos de sus datos.
Según los teósofos, las razas sexta y séptima que nos seguirán serán de nuevo más etéreas.
Arriba
¿Cómo obtuvo Blavatsky esta información? Según ella, lo hacía accediendo a los registros
Akásicos, mientras entraba en trance y consultaba antiguos manuscritos tibetanos, o bien
recibía los dictados de sus guías espirituales, los Mahatmas. En su obra fundamental, "La
Doctrina Secreta", recogía extractos de uno de esos manuscritos, Las Estancias de Dzyan (Ed.
Sirio), que Blavatsky afirmaba haber visto en un monasterio de los Himalayas. Un discípulo
suyo, W. Scott Elliot, también recopiló mucha información por esa vía.
Según él, la Atlántida se extendía desde la actual Groenlandia hasta la mitad de la actual
Sudamérica y durante su larga existencia estuvo habitada por Subrazas (Así llamadas para
distinguirlas de las siete razas raíces, a su vez divididas en siete). Los Lemurianos habrían
medido más de 3,5 metros de estatura y algunos de sus descendientes pervivirían en algunas
zonas del planeta, como Africa y Australia.
Según esta fuente, los Atlantes evolucionaron a partir de los Lemurianos. Entre sus Subrazas
se contaban los primeros Sernitas y mongoles, pero la principal Subraza regente de la Atlántida
habría sido la Tolteca, que conquistó el continente. Antes de la destrucción final, un grupo de
iniciados Toltecas emigró a América y Egipto.
John A. West demostró que la erosión sufrida por la Esfinge de Giza, no se debía al viento del
desierto, sino a la acción de la lluvia. Tal hallazgo suponía datar la Esfinge en al menos 9.500
de antigüedad, en vez de 4.500 como se creía. Una obra de tal magnitud sólo pudo haberse
construido con unos conocimientos arquitectónicos, astronómicos y matemáticos de una cultura
muy anterior a la Egipcia. Algo semejante podría decirse de la arquitectura de Tiahuanaco,
construida supuestamente por los toltecas que emigraron a América. Pero la cuestión de las
razas Atlantes, propuestas por los Teósofos no termina aquí.
El ariosofista Jörg Lanz Von Liebenfels (1874-1954), uno de los que mayor influencia parece
haber ejercido en la primitiva ideología del Nacional Socialismo Alemán, compartía las
creencias de los Teósofos sobre Lemuria y la Atlántida, pero fue más allá que ellos en relación
con las razas y Subrazas Atlantes.
Engendraron monstruos, demonios malvados. Según Von Liebenfels, la cuarta raza raíz
Atlante, se había dividido en diversas subespecies puras y bestiales, correspondiéndose éstas
con los primeros antropoides y los monos antropomórficos: El error fatal de los descendientes
de los antropoides (Hombres Dioses), la quinta raza raíz de los Arios Homosapiens, habría sido
mezclarse repetidamente con los descendientes de los monos (Hombres Animales).
En relación con esto último, el investigador Nicholas Goodrick Clarke, señala en "Las raíces
ocultas del Nazismo" que la consecuencia fue la creación de varias razas mixtas, que según el
protonazi Liebenfels, amenazaban la autoridad sagrada de los Arios, en todo el mundo. Las
raíces de la eugenesia Nazi, se encuentran aquí, e ideas similares han persistido entre
aquellos visionarios de la Atlántida, que se han atrevido a hablar de sexo.
La perversión de las costumbres en la última etapa Atlante, no se limitó sólo a la práctica del
bestialismo, sino también a la de la magia. Ésta terminó por minar su sociedad, según asegura,
entre otros muchos, Daphine Vigers en "Atlantis Rising" (1952): hace unos 10.000 años, los
egoístas dirigentes de la Atlántida perdieron interés en el progreso científico y su respeto por el
antiguo conocimiento desapareció. A medida que éstos dedicaban sus energías a peligrosas
prácticas ocultas, la magia negra reemplazó gradualmente a la Religión.
Diversos autores han afirmado que la causa del desastre final, se debió precisamente a la
práctica de la magia, pero otros lo han atribuido a su avanzada tecnología, la cual les habría
permitido manejar poderosas energías cosmotelúricas, que acabaron escapando a su control y
provocaron un gran desequilibrio en la Naturaleza.
Según Scott Elliot, la tercera raza Atlante, los Toltecas, eran gigantes. Medían 2,5 metros y
vivían en la fabulosa Ciudad de las Puertas Doradas, una gran urbe circular con canales, la
misma que el sacerdote Egipcio Solón, describió a Platón. Era muy similar a la Khorsabad
amurallada del Rey Sargón II, en Sumeria, que estaba enterrada bajo las arenas en tiempos
del filósofo griego. También se parecía a la capital de los Aztecas en México y a la de los Incas
en Perú, que Platón desconocía.
Era, según la descripción de este último, una ciudad circular con palacios, puertos y dársenas.
Los recintos de tierra estaban amurallados y
recubiertos de metales: el primero de bronce a modo
de barniz, el segundo de estaño y la acrópolis de
Oricalco, un metal hoy desconocido que relumbraba
como el fuego.
Excepto por la citada ciudad, los Atlantes no solían construir grandes urbes debido a su
impacto medioambiental. Según expone Murry Hope en su obra "Practical Atlantean Magic"
(1991), sus comunidades eran pequeñas y las casas construidas hace unos 12.000 años eran
circulares. El psíquico Dale Walker, por su parte, indica que construyeron grandes torres como
faros cerca del mar... Templos de gran belleza llenaban la Tierra. En ellos, la combinación de
luz, color, sonido, magnetismo y energías de pensamiento se canalizaban mediante cristales
para hacer maravillas en el campo de la Sanación. Este no es el único dato que aporta Walker
sobre la forma en que los Atlantes ejercían la medicina.
Sus informes van mucho más allá: cuando era preciso, los sacerdotes Sanadores conectaban
con las mentes de los pacientes para conseguir que las células del cuerpo se separaran,
dejando al descubierto el órgano enfermo. Las células a su alrededor se soltaban y forzaban al
órgano hacia la superficie del cuerpo, donde el Sanador lo tomaba y lo introducía en una
cámara de rejuvenecimiento. Las células rejuvenecían solas... No había dolor ni sangre ni
traumas. Esta información no es la única capaz de despertar escepticismo respecto a lo que
nos cuentan sobre la civilización Atlante.
Sin embargo, existen otras aportaciones mucho más interesantes, como la de Cayce, el
vidente que nos ha dejado el mayor legado psíquico sobre la Atlántida.
Arriba
Edgar Cayce no sólo propuso una interesante cronología en relación con los cataclismos
Atlantes, mucho más cercana a la posible realidad que la de Scott Elbot, sino que informó
ampliamente sobre el avance técnico de nuestros ancestros. Nos habló, por ejemplo, del poder
de los cristales y de rayos super cósmicos. ¿Tecnología avanzada como la nuestra?
Si las catástrofes geológicas a las que se refería Cayce, ya suponían un gran desafío para las
nociones científicas de su época, mucho más lo era describir las fuentes energéticas que
activaban los barcos, submarinos y aviones de la civilización Atlante. Sin embargo, no pareció
equivocarse demasiado. Los hombres con características anatómicas modernas ya estaban
dispersos por el planeta hace unos 50.000 años, fecha próxima a la que indicó Cayce para la
primera destrucción de la Atlántida.
Las demás, en las que Cayce sitúa los cataclismos
posteriores, concuerdan con las de los geólogos
sobre las inversiones de los polos magnéticos,
cambios climáticos, terremotos, períodos de
actividad volcánica y extinciones, de forma que sus
visiones que anticiparon muchos de éstos y de otros
descubrimientos científicos, no parecen puramente
imaginarias.
Más detallado aún es el relato ofrecido por el psíquico Michael Gary Smith, según el cual
éstos disponían de pantallas mágicas, en las que podían ver cuanto sucedía en cualquier punto
de la Tierra. Asimismo poseían bolas de luz que se encendían y apagaban con un simple
movimiento de la mano. Otro de los maravillosos inventos de esta civilización era un carro sin
caballos que lanzaba un rayo de fuego, blanco por delante y rojo por detrás. Esta civilización
creció hasta tal punto que disponían de barcos para llegar a casi cualquier punto de la tierra.
Tampoco hay que olvidar los mágicos pájaros de plata donde la gente viajaba a través del
cielo, a velocidades altísimas. Y más aún, existen indicios de que en la Atlántida había naves
espaciales capaces de abandonar la atmósfera terrestre y llegar a la Luna y a otros planetas.
Otro campo de la ciencia de la antigua Atlántida, era la posibilidad de crear seres humanos
iguales a nosotros y el uso de máquinas mentales subatómicas.
Una tecnología tan puntera tenía que ir inevitablemente acompañada de una medicina muy
avanzada. Según él, tenían un pequeño instrumento que cabía en la palma de la mano del
paciente y consistía en un cristal con una capucha de cobre en cada extremo: El médico podía
leer el color del aura o del campo biomagnético del paciente mediante este cristal y
diagnosticar la dolencia, explica Smith.
Arriba
En este sentido, los informes de J. Z. Knight, convertida en canal del espíritu Atlante Ramtha,
son muy elocuentes:
Los Atlantes sabían como transformar la luz en energía pura mediante láser. Incluso tenían
naves espaciales que funcionaban con luz, una ciencia que obtuvieron gracias a la
intercomunicación con entidades de otros sistemas estelares... En sus experimentos con la luz,
perforaron la capa de nubes que entonces rodeaba a vuestro planeta, como la que hoy
circunda a Venus. Al perforarla, se produjeron grandes diluvios, quedando Lemuria y el norte
de la Atlántida bajo un gran océano de hielo.
Nuestros científicos trabajan hoy con energía nuclear, con partículas subatómicas y rayos
láser. Hemos desarrollado máquinas a imagen de nuestro cerebro, desvelado los secretos de
la genética y viajado a otros planetas... pero estamos destruyendo nuestro hábitat natural.
Quizá la intención, inconsciente o no, de quienes nos hablan sobre la Atlántida y las causas
que provocaron su destrucción, sea la de avisarnos del peligro de que a nuestra civilización le
suceda lo mismo, por efecto del uso de la Ciencia sin el sentimiento del AMOR.
"Al término de su reino, cuando los pecadores lleguen al colmo, surgirá un rey insolente
y hábil de engaños (el Anticristo). Su fuerza crecerá tanto que proyectará cosas
inauditas. Sus empresas prosperarán; destruirá a poderosos y al propio pueblo de los
santos. Llevará a cabo sus engaños, se creerá mucho y, en plena paz, destruirá a
muchos…"
(Daniel 8:24-25)
Hoy vamos a analizar los pasos políticos, económicos y sociales que se han
dado en Europa en los últimos años.
625 años antes de que naciera Jesucristo, el Pueblo de Israel fue llevado como
esclavo a Babilonia. El rey de Babilonia, Nabucodonosor, tuvo un sueño, pero
al despertar no podía recordar lo que había soñado. "Hizo llamar el rey a
magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus
sueños..." (Daniel 2:2) El rey prometió que si ellos no eran capaces de
interpretar su sueño los iba a matar. Pero como era de esperarse ese grupo de
BRUJOS no pudo interpretar el sueño. ¡El rey no tuvo alternativa! "Por esto el
rey con ira y con gran enojo mandó que matasen a todos los sabios de
Babilonia…" (Daniel 2:12). Ahora bien, dentro de los convocados, había un
grupo de israelitas, y dentro de ellos estaba Daniel, que era un siervo de
Jehová. Dios le reveló a Daniel el sueño del rey y esto lo salvó de la muerte.
Veamos lo que dice Daniel al rey Nabucodonosor:
"Tú, oh rey, veías, y he aquí una imagen. Esta imagen, que era muy grande y
cuya gloria era sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.
La cabeza de esta imagen era de oro fino (Nabucodonosor); su pecho y sus
brazos, de plata (el Imperio Medo-Persa); su vientre y sus muslos, de bronce
(el Imperio Griego-Macedonio); sus piernas, de hierro (el Imperio Romano); sus
pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido (de donde saldrá el Anticristo
en los tiempos finales, ¡o sea en nuestra era!). Estabas mirando, hasta que una
piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de
barro cocido, y los desmenuzó. (¡El juicio de Jehová contra los reinos para
mostrar que él es el Dios Todopoderoso!)" (Daniel 2:31-34). - Todos los
paréntesis míos.
Y ahora viene la parte más importante, porque de los despojos del cuarto reino
es de donde se levantará el Anticristo. Y Daniel continua relatando al rey:
"Su Majestad vio también que una parte de los pies y de los dedos era de
barro, y la otra, de hierro; esto quiere decir que será un reino dividido, aunque
con algo de la fortaleza del hierro, pues Su Majestad vio que el hierro estaba
mezclado con el barro. Los dedos de los pies eran en parte de hierro y en parte
de barro, y esto significa que el reino será fuerte y débil al mismo tiempo. Y así
como Su Majestad vio el hierro mezclado con el barro, así los gobernantes de
este reino se unirán por medio de alianzas humanas, pero no podrán formar un
solo cuerpo entre sí… Durante el gobierno de estos reyes, el Dios del cielo
establecerá un reino que jamas será destruido ni dominado por ninguna otra
nación, sino que acabará por completo con todos los demás reinos, y durará
para siempre. Eso es lo que significa la piedra que Su Majestad vio
desprenderse del monte, sin que nadie la hubiera empujado; piedra que
convirtió en polvo el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha
revelado a Su Majestad lo que va a pasar en el futuro. El sueño es verdadero, y
su interpretación, cierta". (Daniel 36-45).
Ahora vamos a aplicar esta interpretación de parte de Daniel a la historia
secular a partir de Nabucodonosor. Primeramente, Daniel le dijo al rey que la
cabeza de oro era él, Nabucodonosor. Por lo tanto ahí no hay ninguna duda. El
segundo metal de la estatua, la plata, fue el Imperio de los Medos y Persas. La
enciclopedia Grolier nos dice:
"Entre los años 549 y 530 antes de Cristo, reinó el Rey Ciro el Grande, el cual
conquistó gran parte del mundo conocido de la época antigua. La conquista de
la antigua y gran ciudad de Babilonia en el 539 antes de Cristo, hizo de Ciro el
gobernador de un reino vasto que iba desde el Mar Mediterráneo hasta la
frontera de la India". Enciclopédia Grolier Interactiva. 1998.
Este fue el rey que liberó a los israelitas de la esclavitud en Babilonia, una vez
conquistada la ciudad por sus tropas. Los reyes que se sucedieron el poder en
este imperio lo mantuvieron a flote por muchos años, pero al fin
desaparecieron.
"El hijo de Filipo, Alejandro Magno, conquistó un vasto imperio; pero después
de la muerte de Alejandro (323 a. C) el imperio comenzó a separarse en cuatro
reinados o distritos, de los cuales macedonia fue uno. Siempre manteniéndose
en competencia con los reinados rivales…Macedonia permaneció siendo el
poder dominante en Grecia hasta la conquista de Roma. El reinado fue
destruido en la batalla de Pidna en el 168 a. C. y se dividió en cuatro distritos.
En el 146 antes de Cristo se convirtió en una provincia de Imperio Romano".
(Enciclopedia Grolier, 1998).
Nótese que esta interpretación del sueño del rey Nabucodonosor por parte de
Daniel ocurrió más de 600 años antes de que naciera Jesucristo (¡hace más de
2600 años!) y todos los reinos que Daniel predijo se convirtieron en realidad.
Pero aún nos falta analizar los pies y dedos de la estatua. Esta es la parte más
importante, ya que esos diez dedos de los pies, que también se presentan
como 10 cuernos, han de jugar un papel protagónico en los años que han de
venir.
Como vemos, no obstante a que este imperio era representado por el bronce,
el cual es un metal duro, le llegó su fin cuando el último de los reinos
representados en el sueño del rey Nabucodonosor, el Imperio Romano, lo
conquistó.
EL IMPERIO ROMANO
El anticristo no pudo haberse presentado 50, 20, ó 5 años atrás, porque era
necesario que todos esos 10 reinos del antiguo Imperio Romano se
reorganizaran, (de hecho, por lo menos 13 reinos).
En la Enciclopedia Britátina del 1999 leemos: "La Unión Europea (UE), creada
bajo el Acuerdo de Maastricht en dic. 11, 1991, es una organización
intergubernamental de 12 naciones del Oeste de Europa …creada con la
aspiración de construir 'una unión duradera entre la gente de Europa'. Este
Acuerdo entró en vigencia el 1ro. de nov. de 1993."
"Los dedos de los pies eran en parte de hierro y en parte de barro, y esto
significa que el reino será fuerte y débil al mismo tiempo… así los
gobernantes de este reino se unirán por medio de alianzas humanas,
pero no podrán formar un solo cuerpo entre sí" (Daniel 2:42-43)
"Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía,
y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo (del fin) está
cerca" Apocalipsis 1:3 (Paréntesis mío)
EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
Notas:
1) El león es el símbolo nacional que identifica a Inglaterra (Diccionario
Internacional Webster III, busque bajo LEON).
2) Las alas de un águila representan a los Estados Unidos (ver la parte trasera de
los billetes de un dólar).
3) El Oso es el símbolo que representa a Rusia (Revista TIME del 21 de mayo de
1984.
4) El símbolo nacional de Alemania es un leopardo.
Hebreos 10:31
Mira, la cosa es que si Dios nos hubiese dicho cuando regresaría, todos
hubiésemos esperado hasta el último segundo para arrepentirnos, pero
resulta que la cosa no es así. Además recuerda que para el que muere
hoy, ahí mismo se acaba toda esperanza para esa persona. El Señor te
promete lo siguiente: "Cree en el Señor, y serás salvo tú y tu casa.Si
quieres entregar tu vida a Jesús di esta oración en voz alta, ¡Sí, lo
puedes hacer solo, en tu habitación, en el baño, donde sea!
Dios Padre, me he dado cuenta que he pecado contra ti. Ahora creo que la
Biblia es la Palabra de Dios, que Jesús es ciertamente el Hijo tuyo. Yo creo con
todo mi corazón que Jesús murió en mi lugar, por mis pecados, en la cruz y que
después de tres días resucitó. De ahora en adelante dejaré de hacer lo malo y
caminaré el camino que Jesús me ofrece. Ahora te pido que me des vida eterna
y entendimiento. Que escribas mi nombre en el Libro de la Vida. De ahora en
adelante te seguiré todos los días de mi vida. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!