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Modelo de prevención
y detección de situaciones
de riesgo social
en la infancia
y la adolescencia
Colección_Documentos de Trabajo
6 Serie_Bienestar Social 6
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Modelo de prevención
y detección de situaciones
de riesgo social en la infancia
y la adolescencia
Colección_Documentos de Trabajo
Serie_Bienestar Social, 6
uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
Dirección técnica
Àngels Nogué, Ana Olmedo, Núria Fustier y Francesc Reverter
Área de Bienestar Social de la Diputación de Barcelona
Sònia Martínez, Paco Estellés y Antoni Dieste, FEDAIA.
© Diputación de Barcelona
Junio 2009
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Índice
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Marco legal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Marco internacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Normativa estatal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Normativa autonómica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
Normativa local. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Principios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Marco teórico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Conceptos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
Infancia en riesgo social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
Prevención. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Factores e indicadores de riesgo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Resiliencia y protección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Desamparo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Vulnerabilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Confidencialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Líneas estratégicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Protocolos y circuitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Evaluación de la red . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Puntos mínimos para la evaluación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Evaluación de efectos y/o del impacto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Recursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
Anexos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Anexo 1
Evaluación de la creación de la red . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Anexo 2
Cuestiones para la evaluación del impacto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Anexo 3
Ejemplos de espacios participativos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Anexo 4
Ficha de servicios y entidades de la red . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Anexo 5
Ficha de derivación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Anexo 6
Ficha de intervención, seguimiento y evaluación (grupo de detección) . . . . . . . . . . 83
Anexo 7
Indicadores y factores de riesgo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Anexo 8
Protocolo de actuación por tipología de malos tratos y servicio.
Ayuntamiento de Mataró . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
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Presentación
La Diputación de Barcelona, a través del Área de Bienestar Social, de acuerdo con su fun-
ción de apoyo a los ayuntamientos de la provincia, trabaja para mejorar la calidad y la efi-
ciencia de los servicios sociales básicos. En esta línea, hemos considerado esencial avan-
zar en la creación de un modelo de prevención y detección de situaciones de riesgo social
en la infancia y la adolescencia, y así dar prioridad a las necesidades que los municipios
tienen en esta materia.
Por último, este documento es fruto de un proceso de participación que permitirá adap-
tar el modelo a la realidad de cada municipio. Quiere poner de relieve la necesidad de impul-
sar la creación de redes de prevención y atención a la infancia y la adolescencia, ya que
se traducen en un ahorro de tiempo y de esfuerzos importante para todos los profesio-
nales implicados, además de una mejora en la prevención, la detección y la atención a la
infancia y la adolescencia.
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Marco legal
Marco internacional
A escala internacional, existió una primera Declaración de Ginebra redactada en el año 1923
por la inglesa Eglantyne Jebb. Era una carta que constituía el programa de acción a lar-
go plazo de una asociación internacional que ella misma había fundado tres años atrás,
la Unión Internacional de Socorro a los Niños. El documento recogía las necesidades más
elementales de la niñez. En 1924, la Sociedad de Naciones hizo suya esta carta, pero todo
acabó al estallar la Segunda Guerra Mundial.
Después de esta conflagración, y con sus dramáticas consecuencias aún muy recientes,
la ONU elaboró la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de Nueva York, en el
año 1948, cuyo artículo 25.2 establecía una necesidad de especial protección a la mater-
nidad y la infancia.
También tras la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas quisieron redactar su pro-
pia carta para la infancia, y el día 20 de noviembre de 1959 se aprobó la que se conoce
como Declaración Universal de los Derechos del Niño. En el fondo era una transforma-
ción, ampliada, de la Declaración de Ginebra.
Treinta años más tarde, concretamente el 20 de noviembre de 1989, fue aprobada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas la Convención sobre los Derechos del Niño,
texto internacional donde se recogían por escrito en un solo documento todos los dere-
chos del niño. Sus características más destacadas son las siguientes:
• También reconoce a los niños, por primera vez a lo largo de toda la historia, la titula-
ridad de «derechos civiles y políticos» (básicamente en los artículos 12 a 16).
• Introduce la idea del «interés superior del menor» (artículo 3).
• Contiene una «cláusula de difusión», para dar a conocer ampliamente sus principios
y sus disposiciones (artículo 42), y prevé un «mecanismo de control», el Comité de
los Derechos del Niño, sobre el grado de cumplimiento de sus preceptos en los dife-
rentes países que la han ratificado (artículo 43).
Aún dentro del ámbito internacional, y para continuar promoviendo la realización de los
derechos reconocidos en la Convención sobre los Derechos del Niño, la Asamblea Gene-
ral de las Naciones Unidas aprobó el 25 de mayo de 2000 dos protocolos facultativos. El
primero, relativo a la participación de los niños en los conflictos armados, aumenta de 15
a 18 años la edad en que se permite la participación en los conflictos armados y se pro-
híbe el reclutamiento de soldados menores de 18 años; y el segundo, relativo a la venta
de niños, la prostitución infantil y la utilización de los niños en la pornografía, en el cual se
otorga una especial importancia a la penalización de las infracciones graves y se promueve
la cooperación internacional como medio eficaz para combatir estas actividades más allá
de los territorios nacionales.
Marco legal | 13
referencia son: las «Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de la
justicia de menores» (Reglas de Beijing), las «Reglas de las Naciones Unidas para la pro-
tección de los menores privados de libertad» y las «Directrices de las Naciones Unidas para
la prevención de la delincuencia juvenil» (Directrices de Riad).
Normativa estatal
Fuera del ámbito civil también se aprecia una creciente inquietud por parte del legislador
español para adaptar la normativa existente a los principios emanados de la Convención
de 1989 y de otras disposiciones de carácter internacional. Más concretamente, en la juris-
dicción de menores, la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsa-
bilidad penal de los menores, ha significado un importante paso cualitativo en la atención
a la infancia infractora. No se puede olvidar que la norma anterior ha sufrido en el breve
período transcurrido desde el día de su aprobación (12 de enero de 2000) cuatro modifi-
caciones importantes.
Normativa autonómica
Marco legal | 15
rior a la aprobación y entrada en vigor de la Convención sobre los Derechos del Niño,
supone un cambio en cuanto al tratamiento de los niños y las niñas, por cuanto por
vez primera se nos ofrece una imagen global de la infancia, aspecto que no se había
producido ni en el ámbito normativo catalán ni en el Estado español hasta entonces.
De este modo, con la promulgación de esta ley se quiere dar respuesta a las nece-
sidades de todos los menores en general sólo por el hecho de serlo.
• La Ley 9/1998, de 15 de julio, del Código de familia. Una de las últimas novedades
normativas aprobadas por el Parlamento de Catalunya que afecta a la regulación de
la protección de menores es el Código de familia. En este texto han quedado incor-
porados los aspectos que hacen referencia a la adopción y, de forma breve, a la decla-
ración de desamparo. En cuanto al resto de disposiciones, el Código se limita a remi-
tirse a la Ley 37/1991, que queda como una normativa especial en el sentido técnico
de la expresión.
• La Ley 8/2002, de 27 de mayo, de modificación de la Ley 37/1991, de 30 de diciem-
bre, sobre medidas de protección de los menores desamparados y de la adopción,
y de regulación de la atención especial a los adolescentes con conductas de alto ries-
go social. Esta norma consiste en la adición de dos nuevos apartados al artículo 2,
de un artículo 5 bis, de un inciso al artículo 12.3 y de dos capítulos a la Ley 37/1991.
El primer apartado añadido dispone la creación de unidades de actuación urgente;
la segunda adición recoge nuevas medidas específicas acerca de la población ado-
lescente indocumentada que rechaza las medidas de protección de la Ley 37/1991,
y también la creación de los centros en los cuales se tienen que llevar a cabo; la ter-
cera adición regula la posibilidad de hacer adecuaciones constructivas en los cen-
tros que acojan adolescentes con la finalidad de favorecer la eficacia y la ejecución
plena de las programas educativos; el capítulo V regula la atención especial a la
población adolescente con conductas de alto riesgo social, y el capítulo VI regula el
estatuto de las personas menores de edad acogidas en centros. La ley también modi-
fica los artículos 3 y 6 de la Ley 37/1991 para sustituir la referencia a la «patria potes-
tad» por la «potestad del padre y de la madre», de conformidad con la terminología
utilizada por el Código de familia.
• La Ley 18/2003, de 4 de julio, de apoyo a las familias. Esta ley tiene como finalidad
establecer las bases y las medidas para una política de apoyo y protección de la fami-
lia. Con este objetivo, determina las prestaciones y los derechos destinados a dar apo-
yo a las familias.
• La Ley 12/2007, de 11 de octubre, de servicios sociales. Con la aprobación por par-
te del Parlamento catalán de la tan esperada Ley de servicios sociales, en vigor des-
de el 1 de enero de 2008, se pretende implantar en Catalunya un nuevo modelo de
atención en que los servicios sociales de la red pública se ofrezcan a toda la pobla-
ción. Se quiere pasar así de un «derecho de concurrencia», en virtud del cual, cuan-
do un ciudadano demandaba la prestación de un servicio, además de cumplir los requi-
sitos exigidos para tener acceso a él, hacía falta que existiera presupuesto para
asegurárselo, a un «derecho subjetivo», en el cual, si la persona usuaria cumple las
condiciones establecidas, la Administración está obligada a darle el servicio, sin
poder alegar en ningún caso la falta de recursos.
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La Ley de servicios sociales de Catalunya aborda otras muchas necesidades sociales, ade-
más de la dependencia: la infancia y la familia, la pobreza y la exclusión, entre otros. En lo
que concierne a la estructura del sistema de servicios sociales que plantea la Ley, su nota
más característica es la descentralización territorial de la gestión. Su objetivo consiste en
el intento de acercar los servicios a la ciudadanía para hacerlos más operativos y con mayo-
res garantías de una distribución territorial equitativa. La nueva red de servicios sociales,
mucho más local y cercana, tendrá que disponer de una cartera de servicios que, aparte
de asegurar el acceso a las prestaciones, garantice la financiación de los servicios socia-
les que sean prestados por los entes locales, a dos niveles:
• Son el primer nivel del sistema público de servicios sociales y tienen un carácter poli-
valente, comunitario y preventivo.
• Incluyen los equipos básicos (integrados por equipos multidisciplinarios), los servicios
de ayuda a domicilio y de teleasistencia y los servicios de intervención socio-educa-
tiva no residencial para niños y adolescentes.
• Se organizan territorialmente en áreas básicas de servicios sociales. Cada área bási-
ca toma como base el municipio y se organiza sobre una población mínima de
20.000 habitantes. El área básica ha de agrupar a los municipios de más de 20.000
habitantes. En este caso, la gestión del área básica corresponde a la comarca o al
ente asociativo creado con esta finalidad.
Marco legal | 17
La nueva ley introducirá muchos retos y muchas novedades, entre los cuales se pueden
destacar:
Sin lugar a dudas, los retos que plantea el anteproyecto son muchos y las posibilidades
que nos da para poder hacer políticas nuevas de infancia son muy grandes. En dicho pro-
ceso, algunos cambios serán coetáneos e inevitables. Por ello, desde el momento en que
entren en vigor (como, por ejemplo, la desaparición de la medida de atención en la pro-
pia familia), habrá que pensar en seguida en la creación de espacios de trabajo para ges-
tionarlos; otros cambios, sin embargo, requerirán más tiempo y más medios materiales y
personales.
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Normativa local
El actual marco jurídico que encuadra la organización y la actuación de los municipios está
articulado esencialmente en torno al artículo 140 de la Constitución española, que garan-
tiza la autonomía local, y a la Ley de bases de régimen local de 1985, que ha experimen-
tado pocas variaciones desde entonces, y que se complementa con la Ley orgánica del
régimen electoral general, del mismo año, y la Ley de haciendas locales de 1989, y ha sido
desplegado por el Decreto legislativo 2/2003, de 20 de abril, por el que se aprueba el tex-
to refundido de la Ley municipal y de régimen local de Catalunya (que viene a sustituir a
la Ley 8/1987, de 15 de abril, municipal y de régimen local de Catalunya, y sus sucesivas
modificaciones), y sus reglamentos.
Dos son los campos de actuación local que han destacado por su dinamismo y comple-
jidad: el sector de la asistencia y servicios sociales y el sector educativo y de enseñanza.
En lo que concierne al ámbito de la asistencia y servicios sociales, la normativa vigente en
esta materia otorga a los ayuntamientos mayores de 20.000 habitantes y a los consejos
comarcales que agrupen municipios de menos de 20.000 habitantes, principalmente, com-
petencia sobre los servicios sociales básicos, que incluyen la atención social polivalente
(la atención social individual y familiar, atención jurídica, detección y prevención del absen-
tismo escolar, atención a la infancia y la adolescencia en riesgo), así como la atención social
domiciliaria para el sector de ancianos y para las personas con disminuciones. La aten-
ción básica incluye, además, los programas de urgencias y emergencias sociales y los pro-
gramas de inserción para personas indigentes y sin techo.
Los servicios que dependen de este primer nivel de atención son: los equipos de servi-
cios sociales básicos (ESSB), los servicios de ayuda a domicilio y de teleasistencia, y los
servicios de intervención socio-educativa no residencial para niños y adolescentes. Ade-
más, una de las novedades más aplaudidas de la Ley 12/2007, de 3 de octubre, que ten-
drá su ámbito de actuación en este primer nivel del sistema, es la figura del profesional de
referencia, que velará por la coordinación de los servicios sociales que necesite la ciuda-
danía. Este profesional, preferentemente un trabajador social de los servicios sociales bási-
cos, orientará a las personas o familias que se dirijan a los servicios sociales en todas las
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gestiones que necesiten a lo largo de la vida y les avisará cuando tengan que hacer un
nuevo trámite o haya nuevas ayudas o servicios disponibles.
• Recepción de los casos de alto riesgo social que les sean derivados por los servicios
sociales básicos, las instancias judiciales o policiales o la propia Dirección General de
Atención a la Infancia y la Adolescencia.
• Diagnóstico y valoración de los menores y las familias en situación de riesgo social
desde la triple vertiente del trabajo social, la pedagogía y la psicología.
• Elaborar las propuestas técnicas y administrativas más beneficiosas para los meno-
res.
• Elaborar los planes de mejora para el menor y su familia.
• Hacer el seguimiento del menor y de su familia una vez aplicada la medida.
• Coordinación con otros equipos y servicios que intervengan.
• Asesorar a los servicios sociales básicos en materia de infancia.
Finalmente, y en lo que concierne a los entes comarcales, cabe destacar que el gobierno
y la administración corresponden al Consejo Comarcal, integrado por los consejeros
comarcales y el presidente del Consejo. Sus funciones principales son:
• Velar porque en los municipios de su ámbito territorial se lleven a cabo, con niveles
de calidad homogéneos, los servicios, las actividades y las prestaciones que son de
competencia local.
• Prestar asistencia técnica, jurídica y económica a los municipios.
• Garantizar, subsidiariamente, la prestación de los servicios municipales obligatorios
en los municipios que, por razón de su población, no están obligados a prestarlos.
• Cooperar con los municipios en el establecimiento de nuevos servicios.
• Establecer y coordinar, con el informe previo de los ayuntamientos afectados, las infra-
estructuras, los servicios y las actuaciones de ámbito supramunicipal.
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Principios
Los principios son conceptos recogidos en la legislación que nos sirven para interpretar
el marco legal y para guiar la implementación de medidas que desarrollen esta legislación.
Se destacan en este apartado los principios rectores del sistema público de servicios socia-
les (art. 5, Ley 12/2007, de 11 de octubre, de servicios sociales) a tener en cuenta a la
hora de desarrollar un modelo de prevención y detección de situaciones de riesgo en la
infancia y la adolescencia.
• Ciudadanía activa: los poderes públicos tienen que velar por el ejercicio efectivo de
los derechos de los niños, incluyendo la participación.
• Prevención: las políticas públicas deben orientarse sistemáticamente hacia la supe-
ración de las causas que provocan los problemas. La actuación profesional debe ser
proactiva en la previsión y detección de las situaciones de riesgo.
• Continuidad de los servicios: el sistema de servicios sociales debe garantizar la con-
tinuidad en el tiempo de las prestaciones.
• Desarrollo de las potencialidades personales en un contexto de bienestar social: se
debe garantizar el desarrollo personal libre, integral y armónico de los niños y ado-
lescentes.
• Protección ante los malos tratos: todo niño y adolescente debe ser protegido ante
cualquier tipo de malos tratos y los poderes públicos tienen el encargo de crear dis-
positivos para la prevención, detección y tratamiento de estas situaciones.
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Marco teórico
Se parte de la perspectiva de la pirámide de Maslow, que nos muestra una escala de nece-
sidades humanas. Cuanto más hacia la base de la pirámide esté la necesidad, más impor-
tante es que se cubra, porque así se podrá trabajar sobre las que están más arriba. Todas
las personas tendrían que poder acceder a la cúspide de la pirámide, la autorrealización,
que sólo se alcanza bajo la condición de tener cubiertas el resto de necesidades. Es impor-
tante que la cobertura de las necesidades se haga de forma equilibrada, o sea, que todos
los escalones de la pirámide estén cubiertos de un modo aceptable, porque el desequili-
brio no deja de ser síntoma de una situación de riesgo, más o menos grave.
Auto-
realización
Necesidades de Ego
Necesidades Sociales
Necesidades de Seguridad
Las situaciones de riesgo social se pueden enfocar desde diferentes puntos de vista:
• Las centradas en el entorno: son las que definen el riesgo social en entornos poco
favorables o, incluso, inhibidores de los factores de desarrollo necesarios para los niños
y sus derechos inalienables. También se pueden considerar aquí los que proporcio-
nan experiencias poco positivas o poco enriquecedoras para los menores.
• Las centradas en el rol parental y familiar: la óptica es la de la mala responsabilidad
ejercida por los padres o cuidadores en la privación de los derechos e, incluso, en la
violación de estos derechos por parte de los padres o cuidadores. Aquí también se
podrían incluir otros miembros del núcleo familiar o del entorno familiar cercano.
• Las centradas en el individuo: aparecen aquí problemáticas de salud mental, disca-
pacidades, potencialidades, capacidades, etc.
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Para situar este modelo, se han identificado (Bronfenbrenner) una serie de sistemas en los
cuales el niño y/o adolescente participa o se ve inmerso:
Conceptos
Para consensuar una definición de situación de riesgo social se parte de la definición con-
tenida en la Ley orgánica de protección jurídica del menor, que dice:
«Son situaciones de riesgo de cualquier tipo las que perjudiquen el desarrollo personal o
social del menor, que no requieran la asunción de la tutela por parte de los poderes públi-
cos, los cuales, en cualquier caso, deberán garantizar los derechos que tienen los meno-
res».
Por otra parte, en el borrador del anteproyecto de ley de los derechos y las oportunida-
des de la infancia y la adolescencia, se puede encontrar una definición con el contenido
siguiente:
«Es situación de riesgo toda aquella en la cual el desarrollo y bienestar de la persona niño
o adolescente se ve limitado o perjudicado por cualquier circunstancia personal, social o
familiar, siempre y cuando para su protección efectiva no sea necesaria la separación de
su núcleo familiar».
• La falta de atención física o psíquica por parte de los progenitores o de los titulares
de la tutela o de la guarda.
• La dificultad grave para dispensar la adecuada atención física y psíquica.
• La utilización del castigo físico o emocional.
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Marco teórico | 25
Prevención
La prevención se puede definir como «el conjunto de medidas que se toman para prote-
ger a la persona contra posibles alteraciones y trastornos de tipo físico o mental y que se
diseñan con la finalidad de evitar la aparición de una enfermedad o afección. Las accio-
nes son de carácter multidisciplinario».
De acuerdo con las definiciones incluidas en el borrador de la ley de los derechos y las
oportunidades de la infancia y la adolescencia, se podría identificar lo siguiente:
• La prevención del riesgo social tiene por objeto las situaciones que afectan a conjun-
tos de personas de forma global, sean situaciones de carácter territorial, cultural o social,
y en las cuales existen indicadores o factores de riesgo que pueden comportar un per-
juicio en el desarrollo o bienestar de los niños y adolescentes en el futuro.
• La prevención de la desprotección infantil se dirige a situaciones en las cuales con-
curren indicadores o factores de riesgo que muestran la probabilidad de que el niño
o adolescente pueda quedar en situación de desatención de sus necesidades bási-
cas en el futuro.
Resiliencia y protección
Desamparo
El desamparo es uno de los términos que hace referencia al riesgo social y es utilizado
con asiduidad por la legislación. Una propuesta lo define como «una situación que pue-
de experimentar un niño cuando no recibe la atención necesaria, ya sea afectiva, pura-
mente material o educativa». De estas circunstancias, se desprende la necesidad de que
alguien se haga cargo de la situación, pero sin perder nunca el modelo familiar como situa-
ción óptima que es preciso mantener.
Vulnerabilidad
Confidencialidad
Marco teórico | 27
unas líneas en cuanto al derecho a la confidencialidad de las personas a las cuales van
dirigidas nuestras acciones, como la forma de actuar de los profesionales con esta infor-
mación.
Es habitual encontrarse con informaciones que sólo son suposiciones, o bien se suelen
emitir sugerencias ante una situación concreta. Siempre se ha de señalar la naturaleza de
suposición, sospecha o sugerencia, ya sea por escrito o en las verbalizaciones.
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Líneas estratégicas
Estas líneas, sin embargo, no se pueden concretar en una serie de objetivos específicos
para cada una, sino que, al contrario, constituyen ejes transversales que alcanzan, cada
una, todos los objetivos generales. Por lo tanto, en el punto de objetivos generales no se
especificará a qué línea pertenecen, por cuanto se considera que estas líneas están pre-
sentes en cada uno de los objetivos de un modo u otro. Las líneas que sigue el modelo
son las siguientes:
Participación y proximidad
Tal y como dice la Convención de los derechos de los niños, ratificada por la ONU en 1989,
los niños y, por extensión, los adolescentes, deben poder participar y dar su opinión en
todos aquellos ámbitos que les rodean, como también deben poder ser agentes activos
de su propio crecimiento y desarrollo como personas y como ciudadanos.
Por lo tanto, la participación ciudadana afecta a todos los niveles administrativos y de gobier-
no. Es necesario pensar en canales para que esta participación sea efectiva. Es un con-
cepto que el anteproyecto de ley de los derechos y las oportunidades de la infancia y la
adolescencia vincula con la ciudadanía activa y que se refiere al derecho a la participación
activa en la construcción de una sociedad más justa, solidaria y democrática.
Es responsabilidad de los poderes públicos que esta participación activa sea efectiva y,
más concretamente, se señala que las administraciones locales tienen que crear conse-
jos de participación de los niños y los adolescentes en el ámbito territorial. Esta partici-
pación podría venir dada, además, por otros espacios de participación que se definen más
adelante en este modelo, así como en aquellas entidades culturales, educativas, deporti-
vas, de ocio, políticas y sindicales, siempre teniendo presente la madurez del menor.
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Los servicios sociales básicos, puesto que constituyen el primer nivel del sistema público
de servicios sociales, son los servicios más próximos a los usuarios, al ámbito familiar y a
la realidad social del territorio. Y más concretamente, en el anteproyecto de ley de los dere-
chos y las oportunidades de la infancia y la adolescencia, estos servicios son el primer nivel
de información y asesoramiento a los niños y adolescentes.
Prevención e intervención/acción
Esta línea de prevención viene establecida en la Ley de servicios sociales vigente. Se pre-
tende poder realizar acciones que marquen cambios en las pautas familiares e, incluso,
sociales, para evitar actuaciones de protección que pueden resultar más complejas y trau-
máticas.
Continuando con la Ley de servicios sociales, en los principios rectores se explicita la pre-
vención en su dimensión comunitaria, por cuanto se tienen que priorizar las acciones pre-
ventivas y el enfoque comunitario de las intervenciones, con el objetivo de actuar sobre
las causas de los problemas sociales.
Las primeras, siguiendo el anteproyecto de ley, se basan en lograr que las «cosas vayan
mejor» (sic), en ver venir posibles situaciones que dificulten desarrollarse como persona y
como ciudadano de pleno derecho a los niños o adolescentes; constituyen acciones pro-
activas y son todo un desafío para las políticas sociales, por cuanto se actúa sobre pro-
babilidades, no sobre hechos tangibles. Estas intervenciones preventivas se han de efec-
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Líneas estratégicas | 31
tuar en todos los ámbitos del niño o adolescente: el personal, el familiar y el social, y las
relaciones que se establecen entre ellos. Las segundas son un conjunto de actuaciones
sociales que se ponen en marcha cuando las «cosas ya van mal» (sic) y, jurídicamente, la
consecuencia es una declaración de desamparo.
Trata también del concepto de atención, o aquella situación en la cual existe la posibilidad
de que el desarrollo de la persona pueda verse afectado, a pesar de que no implica una
situación de riesgo, y que facilitaría mucho la tarea de todos los implicados. Esta atención
implica la toma de decisiones sobre las acciones que es preciso llevar a cabo para cortar
de raíz los factores de riesgo que puedan aparecer. Tiene, como elemento muy positivo,
la casi inexistencia de sufrimiento por parte de los niños y adolescentes.
Coordinación y comunicación
El anteproyecto de ley de los derechos y las oportunidades de los niños y los adolescen-
tes dedica el capítulo III del título I a la planificación y la coordinación, estableciendo una
serie de bases para poder hacer efectiva su puesta en marcha. Es un tema recurrente a
lo largo de todo el anteproyecto.
«...Al mismo tiempo, esta ley organiza los servicios sociales desde una definición compe-
tencial basada en la descentralización y en la subsidiariedad, con más participación y con
más coordinación y cooperación dentro del sector. El sistema catalán de servicios socia-
les se configura así como uno de los pilares del estado del bienestar en Catalunya.» (Pre-
ámbulo IV).
Continuando con la comunicación, no hay que perder de vista que los niños y adolescentes,
así como sus familias, han de estar también informados de las acciones que entre todos
los agentes (profesionales, niños, adolescentes, familiares) se llevarán a cabo e, incluso,
han de poder ser partícipes en un momento u otro de la coordinación y el proceso. Esta
última idea enlaza muy estrechamente con la línea estratégica de participación y proximi-
dad.
«...Entre estos principios cabe destacar los referentes a la cohesión y el bienestar social,
en aplicación de los cuales los poderes públicos, entre otras medidas, tienen que promover
políticas públicas que fomenten la cohesión social y que garanticen un sistema de servi-
cios sociales, de titularidad pública y concertada, adecuado a los indicadores económi-
cos y sociales de Catalunya, tienen que promover políticas preventivas y comunitarias y
deben garantizar la calidad del servicio y la gratuidad de los servicios sociales que las leyes
determinen como básicos.»
Y establece, en el mismo preámbulo, que son los gobiernos locales los que tienen com-
petencias en los servicios de atención a las personas, en los servicios sociales básicos y
en el fomento de las políticas de acogida de los inmigrados. O sea, las políticas dirigidas
a la mejora de la calidad de vida de los niños y adolescentes se crean en el ámbito supra-
local y también en los territorios, a partir de aquellas otras más generales y que concre-
tan líneas, estrategias, proyectos, programas, servicios, ayudas y acciones en los territo-
rios, y que permiten adecuar las políticas generales a sus características.
Líneas estratégicas | 33
infancia y la adolescencia, sobre todo en los que están en una situación de riesgo o de
mayor vulnerabilidad.
| 35
Criterios
Las políticas sobre las cuales se deberían asentar las redes locales de infancia y adoles-
cencia serían las que apuesten por los aspectos siguientes:
sociales de un territorio de acuerdo con su legitimidad constituyente. En esta línea, los con-
sistorios tienen que diseñar, elaborar e implementar redes por diferentes motivos:
• Por necesidad: los procesos de cambio económico, social y cultural provocan la emer-
gencia de nuevas fracturas sociales entre personas y territorios cuando aún perviven
las desigualdades sociales clásicas.
• Por responsabilidad: a pesar de los déficits históricos de financiación que sufren los
entes locales, la provisión municipal de bienestar a las personas es una realidad que
sigue creciendo.
• Por oportunidad: son una oportunidad para fortalecer e innovar las políticas sociales
formuladas desde los ayuntamientos por cuanto permiten:
– Sensibilizar a la población en general y a los agentes relacionados.
– Extender el sentido de corresponsabilidad.
– Favorecer la coordinación entre los actores (instituciones públicas, privadas y ciu-
dadanas), permitiendo establecer sinergias y fomentar el trabajo en común, inclu-
so más allá de las áreas que tradicionalmente se han vinculado con el bienestar
poblacional.
El nuevo marco normativo establece que el sistema público de servicios sociales «se orga-
niza en forma de red para trabajar en coordinación, en colaboración y mediante el diálo-
go entre todos los actores que intervienen en el proceso de atención a las personas».
En cuanto al papel de los municipios, se pueden encontrar dos encargos que tienen rela-
ción directa con la constitución de redes; por una parte, se encomienda a los municipios
«la coordinación de los servicios sociales locales, los equipos profesionales locales de los
otros sistemas de bienestar, las entidades asociativas y las que actúan en el ámbito de
los servicios sociales locales», y por otra, se encarga a los municipios la constitución de
órganos de participación en el ámbito de los servicios sociales.
En este marco, el liderazgo a escala local para la elaboración y desarrollo de una red en
el ámbito de la infancia debe ser del área de servicios sociales. Es preciso hacer especial
hincapié en el hecho de que la red local de infancia y adolescencia se ha de enmarcar en
el Consejo de Participación de los Servicios Sociales y debe contar con todos los actores
que forman parte de la red social que trabajan en el territorio (otras áreas o departamen-
tos municipales, otros niveles de gobierno, entidades de expertos y profesionales, aso-
ciaciones que conforman el tejido social y entidades privadas).
En este apartado, se puede hablar indistintamente de estos dos espacios: la red local de
infancia y adolescencia, y el grupo de trabajo para la detección y atención de situaciones
de riesgo en la infancia y adolescencia. La red local de infancia y adolescencia es de carác-
ter generalista, con una visión amplia acerca de la situación de la infancia y la adolescen-
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cia en un determinado municipio y, por lo tanto, alcanzará los diversos ámbitos que afec-
tan a la vida de los niños y adolescentes. En cambio, el grupo de trabajo para la detec-
ción y atención de situaciones de riesgo en la infancia y adolescencia es un grupo esta-
ble de trabajo dentro la red local de infancia y adolescencia que a menudo también
utilizará la nomenclatura de red para su metodología.
En cualquier caso, se quiere hacer constar que ambos espacios son el objetivo de este
modelo, por cuanto representan dos niveles diferentes pero con un objetivo común: el tra-
bajo en red de todos los agentes en beneficio de los niños y adolescentes del municipio.
En el gráfico siguiente puede verse una representación de los diferentes agentes que influ-
yen en la vida del niño, situándolo en el mismo centro, desde los niveles más cercanos (la
familia) hasta los más alejados (servicios especializados, de carácter supramunicipal y/o
de otros poderes públicos).
Los actores que intervienen en las políticas públicas que fomentan el bienestar son diver-
sos y responden a la realidad que rodea a los niños y adolescentes; en este ámbito se podrí-
an identificar cuatro redes que se interrelacionan: la red ciudadana, la red de servicios loca-
les, la red educativa y la red de salud.
Servicios sociales
lía
Familia extensa
ca
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Pe
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Vecinos/as
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Ed
DG
a
Maestros
La red de servicios locales incluye desde el propio gobierno municipal hasta los diferen-
tes servicios que el ente local puede proporcionar a la ciudad; se han destacado los ser-
vicios sociales locales por el papel de liderazgo que han de ejercer en este modelo.
La red ciudadana incluye todas las entidades y asociaciones, tanto de tipo general como
especializadas por temáticas o colectivos. A caballo entre la red de servicios locales y la
red ciudadana, se han identificado dos actores: los partidos políticos (formen parte o no
del gobierno municipal) y las entidades sociales prestadoras de servicios.
La red educativa está formada por las instituciones y entidades destinadas a la educación
y comparte con la red ciudadana algunas entidades que trabajan específicamente en el
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ámbito educativo: las asociaciones de madres y padres de alumnos y las entidades de ocio
y deportivas.
La red sanitaria incluye los servicios públicos del ámbito de la salud, en su significado más
amplio; así, con la red de servicios locales comparte actuaciones y servicios de carácter
preventivo y de salud comunitaria, y con la red educativa aquellos servicios y programas
relacionados con la salud escolar.
CEM
Servicios preventivos AMPA
y de salud comunitaria Entidades de tiempo libre
A partir de este reconocimiento de la realidad, y del acuerdo sobre los objetivos a lograr,
el área de servicios sociales o de bienestar del Ayuntamiento, como impulsora y líder del
proceso que se despliega para diseñar e implementar la red, debe ser capaz de motivar
y de integrar las necesidades de los diversos agentes para desarrollar la red. Es decir, tie-
ne que dinamizar diferentes espacios, coordinar las diversas actuaciones y los diferentes
actores, dar apoyo a las iniciativas y dar a conocer todo aquello que se hace en favor de
la infancia y la adolescencia en el municipio.
Objetivos generales
• Promover una red local de carácter preventivo que integre a los diversos agentes socia-
les de la infancia y la adolescencia.
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La sensibilización y la formación son unos pasos previos a la puesta en marcha del pro-
ceso de creación de la red. Esta sensibilización, además, tiene como condición importante
que, desde los representantes políticos, los responsables de las diferentes áreas, los pro-
fesionales y las diversas entidades susceptibles de pertenecer a la red hagan suyo el pro-
yecto y así se pueda dotar a la red de una voluntad de creación y puesta en marcha, ade-
más de una continuidad temporal, independientemente de los agentes que en un momento
dado puedan estar inmersos en ella.
Estructura organizativa
La estructura organizativa variará en función de las características del territorio, del muni-
cipio y de las propias capacidades y necesidades. A continuación, a través de un gráfico,
se hace una propuesta de lo que podría ser la estructura básica.
En cuanto a su creación efectiva, ante todo, la apuesta por desarrollar una red la tiene que
hacer el gobierno local, y a partir de aquí es la concejalía de servicios sociales quien debe
liderar el proceso, trabajando conjuntamente y estrechamente con otros departamentos
del mismo municipio.
Los diferentes niveles de trabajo identificados para la realización de la red son: comité direc-
tivo, comisión ejecutiva, equipo técnico, grupos de trabajo, espacios participativos y espa-
cio de transferencia.
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Comité directivo
El comité directivo integra los diferentes ámbitos del gobierno municipal, así como la
representación de otras administraciones y de la ciudadanía. Su objetivo principal es fijar
las estrategias de la red y conseguir la implicación de todos los participantes.
A
Comité directivo
Legitimación
Aprobación líneas estratégicas
Seguimiento
Comisión ejecutiva
Diseño
Red Local de Infancia y Adolescencia
Dinamización
Coordinación
Liderazgo
Equipo técnico
Desarrollo operativo
Diagnóstico
Evaluación
Grupos Espacios
de trabajo participativos
Espacio de transferencia
Información y difusión
A
El comité directivo recibe el apoyo de la dirección técnica del área de servicios sociales
para desarrollar sus actividades.
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Comité directivo
Composición
Alcalde
Responsables políticos de las áreas municipales
Responsables técnicos de las áreas municipales
Responsable de la red
Responsables de otras administraciones (delegado territorial de educación, jefe de zona de
sanidad, consejo comarcal, gobernación, mossos d’esquadra, etc.)
Funciones
Legitimar políticamente e institucionalmente la implementación de la red y apoyarla en todas
sus fases
Proporcionar y validar las líneas estratégicas de la red
Garantizar la transmisión de los compromisos a las organizaciones para asegurar su impli-
cación en todas las fases del desarrollo
Velar por la transversalidad de trabajo, de los valores y de las acciones propuestas
Realizar el seguimiento del proceso de implementación y desarrollo de la red
Comisión ejecutiva
Éste es el órgano que, a partir de los compromisos adquiridos por el comité directivo, debe
desempeñar las funciones de dinamización y coordinación. Es el encargado de poner en
marcha y garantizar operativamente el desarrollo de la red. Su composición debe ser hete-
rogénea, con técnicos y expertos procedentes de áreas de trabajo y concejalías diferen-
tes, y de los diversos equipamientos y servicios de la iniciativa social y empresarial. Debe
garantizar la participación de actores con capacidad de liderazgo en el proceso, que sean
capaces de fomentar corresponsabilidades y crear complicidades con las diversas áreas
implicadas.
Comisión ejecutiva
Composición
Concejal del área de servicios sociales
Responsable técnico del área de servicios sociales
Responsable de la red
Responsables técnicos de las áreas municipales implicadas y de otros organismos y empre-
sas municipales
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Funciones
Liderar e impulsar la red: toma de decisiones operativas
Diseñar y dinamizar la red
Validar la incorporación de nuevas entidades
Contrastar las diferentes fases
Coordinar y priorizar actuaciones
Composición
Responsable de la red
Asesor/a del ámbito de la infancia y adolescencia
Coordinador/a de los grupos de trabajo1
Secretario/a – secretarios/as
Funciones
Elaboración de la diagnosis territorial de la infancia y la adolescencia
Evaluación del proceso y el impacto de la red
Dinamización de la red
1. El/la responsable de un equipo de intervención puede ser convocado en caso de que se proceda al segui-
miento de un caso concreto.
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Grupos de trabajo
Los grupos de trabajo tienen las funciones de desarrollar las actuaciones en la línea que
se les ha asignado, hacer propuestas de adecuación de la programación en función de la
dinámica de la implementación de las acciones e informar periódicamente de sus accio-
nes al comité ejecutivo.
En este nivel es donde se tienen que crear el grupo de detección y atención a las situa-
ciones de riesgo en la infancia y adolescencia, y los equipos de intervención.
Grupos de trabajo
Composición
Se determinará en función del objetivo del grupo de acción
Funciones
Desarrollar la tarea que le ha encomendado el comité ejecutivo
Hacer propuestas de adaptación de la programación
Informar al equipo técnico del desarrollo de su acción
Programar y evaluar los proyectos que desarrollen
Aparte de los encargos que se puedan hacer a partir del equipo técnico, la comisión eje-
cutiva, el comité directivo o desde otras instancias, ya sea por la detección de necesida-
des de la red, como por ejemplo la diagnosis de la realidad territorial, la documentación,
la formación, la difusión, proyectos o programas de mejora, etc., que estarán dentro de
los grupos de trabajo y tendrán sus objetivos, participantes (integrantes de la red o agen-
tes externos en su caso), temporalización, evaluación, recursos, etc., este modelo sugie-
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El objetivo de este grupo es ofrecer una atención integral y de calidad a todos los niños y
adolescentes del municipio que se puedan encontrar en situación de riesgo social. En todo
momento es un grupo que hace una radiografía de la realidad muy cuidadosa y actuali-
zada, poniendo especial énfasis en posibles situaciones emergentes en el territorio y en
las personas más vulnerables. Además, fortalece los canales de coordinación y comuni-
cación de la red entre servicios y entidades, y consensúa cómo se lleva a cabo esta coor-
dinación y comunicación.
La creación del grupo de detección y atención, y la asunción de sus objetivos por parte
del equipo técnico, dependerá de las peculiaridades de cada territorio. Por lo tanto, se da
la posibilidad que este grupo pueda existir o no atendiendo a las posibilidades territoria-
les. Es un grupo de trabajo que en ningún caso atiende casos concretos, por cuanto es
una función del equipo de intervención que se define más adelante.
Composición
Representantes de los servicios públicos dirigidos a la infancia y la adolescencia.
Representantes de las entidades de iniciativa social y empresarial dirigidas a la infancia y la
adolescencia.
Responsable de la red.
Funciones
Identificar las situaciones de riesgo de los niños y adolescentes en el territorio.
Canalizar sinergias: abordaje integral de las situaciones de riesgo de los niños.
Emitir el informe anual sobre las intervenciones y las sugerencias recogidas a los propios usua-
rios y profesionales de los equipos de intervención.
Aprobar la inclusión de los casos en la red, según los criterios de inclusión y las posibilidades
de la red en un momento dado.
Ofrecer apoyo a los equipos de intervención.
Consensuar y aplicar protocolos y circuitos de coordinación, comunicación, acción y deriva-
ción a servicios y recursos y a la propia red.
Legitimar las demandas de los profesionales del territorio.
Equipo de intervención
Gracias a este plan y al establecimiento de unos objetivos que se traducirán en unas estra-
tegias y acciones, conocidas por todos los profesionales que intervienen en un determi-
nado caso, se aprovechan las sinergias, lo que provoca un trabajo mucho más efectivo y
eficaz.
El niño o el adolescente y su familia gozarán de una atención que evitará, entre otras cosas,
una sensación de vigilancia, reiteración de entrevistas e, incluso, mensajes contradicto-
rios entre servicios.
La segunda definición viene dada por el número de servicios y entidades que hacen algún
tipo de intervención con el niño o el adolescente y/o sus familias. Se trata del equipo de
seguimiento.
Este equipo surge directamente de los miembros del equipo de intervención, y se crea para
hacerlo más operativo si el número de profesionales es superior a cinco. Entonces, el encar-
go que tiene es llevar a cabo el seguimiento del caso de manera más intensiva y de for-
ma periódica. Además, es quien cumplimenta los protocolos dirigidos al grupo de detec-
ción y atención o al equipo técnico. Siempre, sin embargo, está supeditado por los
acuerdos tomados en la reunión del equipo de intervención, que se reúne en unos plazos
de tiempo superiores a los del equipo de seguimiento. El criterio para la formación del equi-
po de seguimiento, aparte del número de servicios y entidades, es la importancia o asi-
duidad de la intervención o servicio. Cuanto más profunda y asidua sea la intervención de
un servicio o entidad, más necesaria es su presencia en el equipo de seguimiento.
En la primera diferencia, de recursos y tamaño del territorio, puede que sólo exista un equi-
po de intervención o que exista más de uno.
En la segunda diferencia, es necesario anotar que pueden existir casos coincidentes por
lo que se refiere a servicios y entidades que hacen actuaciones con ellos, y, por lo tanto,
un equipo de intervención puede tener más de un caso abierto. Es preciso, sin embargo,
tener presente que la incorporación de casos, como también la temporalización de las revi-
siones y, evidentemente, los objetivos y estrategias marcados para cada uno serán dife-
rentes y, como consecuencia, también lo será la documentación que se genere.
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Por último, existen unas acciones previas a la inserción de un caso en la red. Estas accio-
nes previas vienen dadas por la coordinación y comunicación entre servicios y entidades hacia
aquel caso en concreto. Ante el cumplimiento de criterios para esa inserción y, gracias a aque-
lla coordinación y comunicación, se puede iniciar el proceso de inclusión en la red.
Equipo de intervención
Composición
Profesionales de los servicios públicos y entidades que intervienen.
Responsable de la red (o técnico del equipo técnico).
Funciones
Analizar conjuntamente las intervenciones en relación con un usuario y familia.
Priorizar, diseñar, desarrollar y evaluar el plan de intervención individual o familiar.
Proponer medidas externas al ámbito local (fiscalía, DGAIA, etc.) que son responsabilidad de
otras administraciones.
Entregar la documentación necesaria al grupo de detección y atención, y al equipo técni-
co/responsable de red.
Funcionamiento
Propuesta de inclusión del caso (hecha por los derivandos iniciales).
Convocatoria reunión equipo de intervención:
– compartir el análisis del caso
– definir líneas de actuación
– definir equipo de seguimiento, si fuese necesario
Primera reunión del equipo de intervención o el de seguimiento
– redactar plan de trabajo
– asignar referente del equipo
– acordar la frecuencia de seguimiento
– acordar coordinación con otros servicios
– llenar la ficha de intervención / seguimiento / evaluación hasta el apartado de objetivos / estra-
tegias y temporalización
Reuniones del equipo de intervención o el de seguimiento
– revisar acuerdos
– compartir informaciones de otros servicios
– rellenar ficha de intervención / seguimiento / evaluación
– recibir informaciones del grupo de detección y atención, y enviar la ficha de reuniones al equi-
po de intervención, en su caso
– en la situación en que se haya creado un equipo de seguimiento, ha de cumplir todos los
puntos expuestos anteriormente, y también habrá unas reuniones del equipo de interven-
ción con una temporalización superior
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Destinatarios
Situaciones individuales, familiares o sociales que supongan la acumulación de factores de
riesgo
Familias en situación de riesgo o riesgo de desamparo
Espacios participativos
Estos espacios pueden tener una definición muy flexible, por cuanto, de forma inherente,
todos los órganos de la red y la red en sí misma constituyen espacios participativos. Ade-
más, se encuentran aquellos que ya están creados o que se crearán y no están vincula-
dos directamente a la red, pero sí que pueden estarlo de manera indirecta por los servi-
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cios y las entidades que la integran. Constituyen, en realidad, todo un árbol de espacios
participativos que responden a muchos intereses, tradiciones y formas. Se ha intentado
recogerlos y agruparlos al máximo, pero dependen del nombre que pueden recibir y de
su alcance en el territorio. Están anotados a modo de ejemplo también en el anexo 3.
Además, se definen dos tipos de espacios participativos dentro de la red: unos de carác-
ter más estable y otros de carácter más puntual de transferencia. El objetivo de estos últi-
mos espacios es ofrecer la posibilidad a los agentes que no participan directamente en
los grupos de trabajo de hacer un seguimiento de las acciones que se desarrollan y de
participar en momentos clave, como por ejemplo: validación del diagnóstico, aprobación
de planes de actuación, evaluación... Los espacios más estables ofrecen la posibilidad de
adquirir conocimiento, compartir experiencias, saber cómo está funcionando la red, las nue-
vas líneas que se establecerán, las innovaciones, los nuevos servicios, etc., tanto a los agen-
tes que participan en algún órgano colegiado de la red, como a los que no. Se anotan, a
modo de ejemplo, en el anexo 3.
Composición
Responsable de la red
Representantes de los participantes (niños, adolescentes y jóvenes) o entidades
Grupos de trabajo específicos
Equipo de apoyo administrativo
Funciones
Crear espacios de encuentro y trabajo dirigidos a formarse, reciclarse, debatir, reflexionar y
compartir las acciones en relación con: la infancia, la adolescencia y sus familias y las bue-
nas prácticas profesionales entre los agentes implicados, utilizando para ello las metodolo-
gías de formación más pertinentes e impulsando la formación a través de Internet.
Potenciar la participación activa y responsable de los niños y adolescentes, y sus familias, en
los servicios y entidades.
Proponer líneas estratégicas y de acción a la comisión ejecutiva y al comité directivo.
Establecer y mantener vínculos con otros espacios participativos (Consejo de la Infancia, otros
planes, plataformas y coordinaciones, etc.).
Fomentar el conocimiento mutuo entre servicios y profesionales.
La creación de la red
El proceso de creación de redes comporta la realización de una serie de acciones que pue-
den agruparse en cuatro grandes fases:
Se debe tener en cuenta que las acciones identificadas para cada una de las fases son,
en muchos casos, acciones que tienen continuidad durante toda la vida de la red. En este
sentido se podrían identificar las siguientes:
Necesidades sociales
Compromiso político
de infancia y adolescencia
Indicadores
Protocolos
Circuito
Primer Plan de Acción
Acuerdo formal
de colaboración
3.a fase
Seguimiento
Evaluación
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• Decisión del gobierno local de creación de la red y encargo de inicio de los trabajos.
• Sensibilización sobre la motivación, las funciones y los beneficios del trabajo en red.
• Formación de los profesionales y agentes que iniciarán el proceso en metodología de
trabajo en red y en el ámbito de la infancia y adolescencia en riesgo social.
• Participantes: serán los mismos de la fase previa (grupo motor), con la incorporación
de aquellos agentes con los cuales se haya hecho la tarea previa de sensibilización
y que hayan respondido positivamente.
• Creación del equipo técnico y nombramiento de un técnico responsable.
• Constitución de la estructura organizativa: comité directivo y comisión ejecutiva.
• Creación de grupos de trabajo sobre temas de acuerdo con las líneas estratégicas y
los objetivos generales.
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• Grupo de documentación
– Investigación y conocimiento de experiencias
– Elaboración documento marco
– Elaboración de protocolos y herramientas de funcionamiento y evaluación
Criterios de pertenencia
Proceso de integración
• ¿Hay actores que no formen parte de la red y que se considera importante que estén?
• Las relaciones que se dan entre los diferentes actores, ¿ya son las más adecuadas
o habría necesidad de intentar modificar su intensidad, naturaleza o tipo?
• ¿Hay actores que tengan más representación dentro la red de la que convendría que
tuviesen?
El sociograma es una herramienta con dos finalidades: descriptiva y reflexiva. Como herra-
mienta descriptiva, permite observar los recursos de diferentes niveles y ámbitos, así
como el grado de relación entre los agentes clave del territorio. Resume mucha informa-
ción escrita, sobre todo del espacio relacional y de los vínculos, gracias a la capacidad
explicativa de la imagen. El sociograma, no obstante, presenta limitaciones, especialmente
Nivel político
Nivel técnico
Nivel ciudadano
X
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en municipios de más tamaño, por cuanto no deja de ser una síntesis en la cual, a menu-
do, no se pueden representar todos los actores y todas las relaciones, sino sólo los más
significativos. Al mismo tiempo, es preciso tener presente que refleja la fotografía de una
realidad dinámica y, en consecuencia, a veces efímera. Si se puede ir actualizando, sin
embargo, puede servir para evaluar la evolución de los diferentes actores y relaciones con
respecto a su trabajo.
Herramientas
Protocolos y circuitos
El trabajo en red implica toda una serie de conexiones e interconexiones entre los diferentes
órganos colegiados que la integran. Todos, de un modo u otro, están ligados por algún
tipo de circuito de conexión. A nivel formal, estos circuitos puede que tengan que pasar
por algún otro órgano o nudo antes de llegar de un órgano a otro.
Hay que pensar, sin embargo, en los circuitos informales o fuera de la red. Estos circuitos
se producen, en gran medida, como una de las consecuencias del conocimiento y parti-
cipación en la red. Serían las comunicaciones y coordinaciones puntuales y fluidas que se
pueden establecer entre servicios y profesionales sin tener que convocar reuniones extra-
RIESGO SOCIAL.qxt:Guia A4.qxd 19/6/09 11:36 Página 54
ordinarias del órgano o tener que esperar a esa convocatoria. Esta consecuencia es muy
positiva y constituye la integración de la mentalidad de red a otros niveles.
Comité directivo
Comisión ejecutiva
Equipo técnico
Equipos de intervención
Grupos de trabajo
En este punto se tendrán presentes las entradas y salidas de información de cada órga-
no, separadas por cada uno de ellos. También se hará referencia a la documentación que
se usará. Estos circuitos son flexibles, ya que dependen de la realidad del territorio y la
necesaria adaptación a él.
Todos los órganos tienen una entrada de líneas estratégicas, políticas, documentación, for-
mación, etc., que provienen de agentes externos y que ya no se indicará como entrada.
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Comité directivo
• Entradas:
– Evaluación de la red y evaluación de impacto de la red (a los tres años) proceden-
te de la comisión ejecutiva.
Documentación: actas, ficha de evaluación de la red, evaluación de impacto.
– Propuestas de mejora procedentes de la comisión ejecutiva.
Documentación: la propia.
• Salidas:
– Líneas políticas, planes, estrategias... a escala municipal y supramunicipal dirigidas
a la comisión ejecutiva.
Documentación: la propia.
Comisión ejecutiva
• Entradas:
– Evaluación de la red y evaluación del funcionamiento de la red (anual) procedente
del equipo técnico.
Documentación: ficha de evaluación de la red, evaluación de impacto.
– Propuestas de mejora procedentes del equipo técnico.
Documentación: la propia, ficha de evaluación de la red, evaluación de impacto.
• Salidas:
– Líneas políticas, planes, estrategias... a escala municipal y supramunicipal adapta-
das a la red y dirigidas al equipo técnico.
Documentación: la propia.
Equipo técnico
• Entradas:
– Líneas estratégicas y políticas procedentes de la comisión ejecutiva.
Documentación: la propia.
– Inclusión de casos, seguimientos y sus evaluaciones, procedentes del grupo de
detección y atención.
Documentación: ficha de derivación a la red o notificación, ficha de intervención /
seguimiento / evaluación.
– Iniciativas de participación y formación, y la consiguiente evaluación, procedentes
de los espacios de participación.
Documentación: proyectos y programas de participación y formación, ficha de
seguimiento o evaluación.
– Propuestas de mejora procedentes de los grupos de trabajo y de los espacios par-
ticipativos.
Documentación: la propia; ficha de evaluación de la red; evaluación de impacto.
– Propone la incorporación de nuevas entidades a la red.
Documentación: ficha de servicios y entidades.
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• Salidas:
– Elevar las propuestas de innovación y mejora a la comisión ejecutiva.
Documentación: evaluación final; memoria anual.
– Evaluación de la red dirigida a la comisión ejecutiva.
Documentación: ficha de evaluación de la red.
– Apoyo técnico y administrativo. El equipo técnico tiene como cometido principal este
apoyo técnico al resto de órganos técnicos de la red (grupos de trabajo y espacios
participativos).
Grupos de trabajo
• Entradas:
– Inclusión de casos, intervención, seguimiento y evaluación procedentes de los
equipos de intervención.
Documentación: ficha de derivación a la red o notificación; ficha de intervención /
seguimiento / evaluación.
– Propuestas de mejora y detección de cambios en el territorio, así como de necesi-
dades emergentes procedentes de los equipos de intervención.
– Apoyo técnico y administrativo. El equipo técnico tiene como cometido principal este
apoyo técnico al resto de órganos técnicos de la red (grupos de trabajo y espacios
participativos).
• Salidas:
– Apoyo a los equipos de intervención.
– Propuestas de mejora, protocolos, circuitos y herramientas dirigidas a los equipos
de intervención.
– Evaluación del funcionamiento de los equipos de intervención y del propio grupo
de detección y atención dirigida al equipo técnico.
Equipos de intervención
• Entradas:
– Apoyo y asesoramiento procedente del grupo de detección y atención a las situa-
ciones de riesgo.
– Apoyo técnico y administrativo procedente del equipo técnico.
• Salidas:
– Inclusión de casos, seguimiento y evaluación elevados al grupo de detección y aten-
ción.
Documentación: ficha de derivación a la red o notificación; ficha de intervención /
seguimiento / evaluación.
– Propuestas de mejora y detección de cambios en el territorio, así como de necesi-
dades emergentes.
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• Entradas:
– Apoyo y asesoramiento procedente del equipo técnico.
• Salidas:
– Planteamiento, preparación, realización y evaluación de las iniciativas y tareas de
los grupos dirigidas al equipo técnico.
Documentación: formatos proyecto o programa o, en su caso, unidad de progra-
mación; fichas de seguimiento y evaluación.
– Propuestas de cambio o mejora a partir de los proyectos y programas propuestos
por los grupos de trabajo.
Documentación: la misma.
Espacios participativos
• Entradas:
– Apoyo técnico y administrativo procedente del equipo técnico. El equipo técnico
tiene como cometido principal este apoyo técnico al resto de órganos técnicos de
la red.
– Asesoramiento, formación, comunicación, etc. externo.
• Salidas:
– Planteamiento, preparación, realización y evaluación de las iniciativas y tareas de
los espacios y grupos dirigidas al equipo técnico.
Documentación: formatos proyecto o programa o, en su caso, unidad de progra-
mación; fichas de seguimiento y evaluación.
Evaluación de la red
La evaluación no es un producto acabado que tenga sentido por sí mismo, sino que,
siguiendo las finalidades de esta evaluación, la continuada durante el proceso de imple-
mentación del modelo, debe servir para sacar conclusiones con el objetivo de redefinir algu-
nas actuaciones, programas, servicios o, incluso, procesos del mismo modelo.
En este sentido, el equipo técnico o responsable de la red y los grupos de trabajo reali-
zarán informes de evaluación del proceso para analizar las acciones desarrolladas, si se
han cumplido los objetivos y poder marcar nuevas líneas de acción y mejora de la red. Las
tres fases de la evaluación que se proponen son las siguientes:
1. Evaluar la creación de redes (un año después) a partir de indicadores (anexo 1).
2. Evaluar el funcionamiento de la red (acciones, coordinaciones, proyectos, etc.) al aca-
bar cada acción, y una vez al año la implementación de ésta. Cada seis meses se podría
hacer una evaluación de seguimiento.
3. Evaluar el impacto de la red a los tres años (anexo 2).
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Finalidad de la evaluación
Agentes evaluadores
Son los integrantes del grupo, el equipo o la red en su totalidad (a través de los espacios
participativos y los diferentes órganos que la componen), dependiendo de lo que se esté
evaluando.
Temporalización
Viene marcada desde la constitución de cada órgano o de la red. Es muy importante que
se siga al pie de la letra. Los grupos de trabajo y los equipos de intervención tendrán un
calendario que dependerá del plan de trabajo que se hayan propuesto.
Metodología
A pesar de que variará para cada proyecto, cada programa, para la red o si es inicial, for-
mativa o final, tienen puntos metodológicos en común:
Instrumentos de evaluación
Estos instrumentos tienen que cumplir con todos los requisitos antes mencionados. En el
anexo 1 se detalla la propuesta de instrumento de evaluación de la red en el primer año.
Definición
La evaluación del impacto tiene por objeto determinar, del modo más general posible, si
la intervención ha producido los efectos deseados en las personas, los hogares, el terri-
torio y las instituciones, y si estos efectos se pueden atribuir a la intervención efectuada.
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Finalidades
Ejemplos de indicadores
| 61
Recursos
Tal y como se menciona en el artículo 102 del anteproyecto de ley de las oportunidades
de los niños y adolescentes:
«Los servicios sociales básicos tienen que designar un referente, para cada caso, del niño
o el adolescente, al cual corresponde hacer la evaluación de su situación y el seguimien-
to posterior.»
«2. Los entes locales, con el apoyo de la Generalitat de Catalunya, tienen que promover
el establecimiento de centros abiertos u otros recursos o servicios preventivos para la infan-
cia y la adolescencia.»
• Centros abiertos
• Servicios básicos de atención social
• Maternoinfantiles y espacios familiares
• Centros de atención a la pequeña infancia
• Guarderías
• Centros escolares infantiles y de primaria
• Institutos de educación secundaria
• Centros de educación especial
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Aparte, existen otros recursos que serían óptimos para la red, a pesar de que son para la
población en general o no son territoriales, pero juegan un papel importante en la aten-
ción a la infancia, la adolescencia y la familia:
Recursos | 63
Se hace mención de servicios que están desbordados, como por ejemplo los CSMIJ y que,
por lo tanto, no pueden ofrecer una atención adecuada por la falta de disponibilidad de
tiempo (poco personal) o de recursos. Sería necesario crear más servicios en los territo-
rios que sufren este desbordamiento o dotarlos de más recursos humanos y materiales
adecuados para superar la situación. Además, hay servicios que, a pesar de que existen,
sería necesario potenciar. Esta temática enlaza directamente con toda una serie de retos
de futuro, entre los cuales se señalan:
| 65
Bibliografía
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http://mataro.cat/ajuntament/publidoc/altres/plajove0408.pdf
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GÓMEZ, C.; GARCIA MILÀ, M.; RIPOL, A.; PANCHÓN, C. Infancia y familias: realidades y ten-
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JOLONCH, Anna. «Educació i infància en risc. Acció i reflexió en l’àmbit social» Quaderns
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Naciones Unidas de 20 de noviembre de 1989.
PANÉ, Francesc. «Infància i educació social i acció política» Quaderns d’Educació Social.
[Barcelona: CEESC], número 3 (2003), L’Educació Social i la Infància «Acompanyant cap
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TOLEDANO, Lluís. «Infants en situació de risc social... De qui parlem?» Quaderns d’Educa-
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cia, Conselleria de Familia, Xuventude, Deporte e Voluntariado, 2003.
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Anexos
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| 69
Anexo 1
Finalidad de la evaluación
Esta primera evaluación tiene como finalidad perfilar los procesos de creación de la red,
con un objetivo claro de optimizarlos y agilizarlos, en su caso.
Los criterios de eficacia y eficiencia han de estar presentes, sobre todo en cuanto a la cre-
ación de sinergias para acabar de implementar la red y poder alcanzar la segunda fase y,
más adelante, la tercera.
Por lo tanto, tiene sentido si se mira siempre la propuesta de mejora y no tanto aquello
que no se ha hecho, o que se ha hecho mal. A pesar de todo, tanto los puntos positivos
como los negativos del proceso tienen que quedar explicitados para poderlos transferir,
si procede, a otros territorios para que puedan tener una referencia y los puedan tener pre-
sentes, aunque cada territorio tiene unas peculiaridades y unas realidades diferentes.
Temporalización
Agentes evaluadores
Metodología evaluadora
Representación
Indicador cuantitativo de representación Número
Representantes técnicos de los servicios municipales de la primera reunión
del grupo motor
Representantes técnicos de los servicios municipales de la última reunión
del grupo motor
Representantes de entidades de iniciativa social de la primera reunión
del grupo motor
Representantes de entidades de iniciativa social de la última reunión
del grupo motor
Representantes de entidades comunitarias de la primera reunión
del grupo motor
Representantes de entidades comunitarias de la última reunión
del grupo motor
Representantes de empresas prestadoras de servicios de la primera reunión
del grupo motor
Representantes de empresas prestadoras de servicios de la última reunión
del grupo motor
Altas de representantes técnicos municipales
Bajas de representantes técnicos municipales
Altas de representantes de entidades de iniciativa social
Bajas de representantes de entidades de iniciativa social
Altas de entidades comunitarias
Bajas de entidades comunitarias
Altas de representantes de empresas prestadoras de servicios
Bajas de representantes de empresas prestadoras de servicios
Cantidad total de altas
Cantidad total de bajas
Cantidad final de asistentes a las sesiones del grupo motor amplio
Anexo 1 | 71
Encuentros y reuniones
Indicador cuantitativo encuentros y reuniones Número
Encuentros del grupo motor amplio
Reuniones del grupo de diagnosis
Reuniones del grupo de documentación
Reuniones del grupo de comunicación y catálogo
Indicadores valorativos encuentros y reuniones
Mucho Satisfactorio Poco
(para cada grupo)
Temáticas planteadas
Moderación del grupo
Aprovechamiento
Formación final
Documentación y recursos adecuados
| 73
Anexo 2
¿Da lugar a la participación de las propias personas afectadas (expresión de lo que les pasa,
tener presentes sus opiniones, dar salida a sus capacidades, respeto a sus derechos...)?
¿Aprovecha eficazmente los recursos existentes? Eficacia: ¿se consiguen los mejores resul-
tados respecto a los objetivos en plazo y forma? Eficiencia: ¿sacamos el máximo prove-
cho a los recursos disponibles?
¿La acción, iniciativa o proyecto, o algunos de sus elementos, sirven como modelo para
otros territorios?
| 75
Anexo 3
(sigue)
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Jornadas Abrir los servicios CEIP, IES, A la población en Campaña En la Una vez
de puertas y las entidades a entidades de general y, en concreto, publicitaria sede de al año
abiertas la población y, en iniciativa social, a los que participan o cada
concreto, a los que servicios de la pueden participar del servicio
participan en ellos. Administración... servicio o la entidad o entidad
Plataformas o Crear sinergias en Órgano directivo Entidades y servicios Reuniones con En la Lo determina
coordinaciones ámbitos comunes. o coordinador que actúan en algún unas finalidades sede de la propia
entre Fomentar el ámbito común y objetivos bien cualquier plataforma o
entidades conocimiento definidos servicio o coordinación
mutuo. entidad
o en
espacios
públicos
| 77
Anexo 4
Datos identificativos
Responsable de la entidad
Referente en la red
Dirección
Teléfono
Dirección electrónica
Página web
Horario de atención
䊐 Administración local
䊐 Administración autonómica
䊐 Fundación
䊐 Federación
䊐 Asociación
䊐 Coordinadora
䊐 Entidad confesional. ¿Cuál?
䊐 Agrupación
䊐 Otros (especifíquelos):
Franja de edad
Características principales
Canales de entrada
Organigrama funcional
Categoría
Puesto de trabajo
Titulación
Organigrama profesional
Voluntariado
Número
Funciones
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Anexo 4 | 79
Difusión
䊐 Boletín
䊐 Publicaciones (carteles, trípticos, etc.)
䊐 Cartas
䊐 Paneles informativos
䊐 Web
䊐 Otras
Colaboraciones externas
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| 81
Anexo 5
Ficha de derivación
Fecha Familia
Nombre
Apellidos
Fecha de nacimiento
Servicios derivandos
Servicio Referente
Servicio Referente
Genograma
Intervención de cada servicio o entidad (llegada del caso, demanda, objetivos, proce-
so, respuesta familia / menor...)
Servicios sociales
Educación
Propuesta de trabajo
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| 83
Anexo 6
Inicio de la intervención
Fecha:
Temporalización de revisión
Objetivos
Estrategias / Acciones
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Quién lo hace
Seguimiento
Propuestas de mejora
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| 85
Anexo 7
Indicador
Factor de riesgo
Aspectos conductuales
Violencia familiar/de género
Conductas autolesivas o intento de suicidio
Padres o tutores / historia personal
Antecedentes de haber sido agresor en abusos sexuales
Aislamiento social
Existencia de malos tratos a otros hermanos
Anexo 7 | 87
Aspectos personales
Mendicidad N.o 1
Anexo 7 | 89
Corrupción N.o 9
Anexo 7 | 91
Aspectos conductuales
Aspectos físicos
Anexo 7 | 93
Aspectos conductuales
Anexo 7 | 95
Aspectos emocionales
Agresividad N.o 9
Anexo 7 | 97
Anexo 7 | 99
Anexo 7 | 101
Anexo 7 | 103
Relativo a: entorno
Tipo: factor de riesgo Ámbito: situación económica y social
Definición
Entorno poco desarrollado a nivel sanitario, educativo, social, cultural, escolar, etc.
Elementos de detección:
– Entorno con pocos recursos y equipamientos sociales
– Dificultades para ir a otro lugar a buscar el recurso
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Anexo 7 | 105
| 107
Anexo 8
Forma parte del protocolo de actuación la descripción de cuatro situaciones tipo de casos
que nos podemos encontrar y la correspondiente actuación de los diferentes servicios.
El mismo protocolo define estas situaciones como aquellas en las cuales, «a pesar de los
indicadores detectados, el diagnóstico no permite confirmar en esta primera valoración la
certeza de malos tratos y en las cuales, sin perjuicio de la eventual intervención penal, se
convierte en necesaria la protección inmediata del menor.»
Podemos entender por situación de alto riesgo social aquellas situaciones en que exis-
ten factores que inciden gravemente y de forma negativa en la personalidad del niño o ado-
lescente, dificultando seriamente su desarrollo físico y/o emocional.
Para concluir que una situación es de alto riesgo social es preciso basarse en metodo-
logías rigurosas, contando con la participación de las diversas instancias implicadas y des-
de diferentes disciplinas.
La detección y estimación del alto riesgo social puede ayudarse de procedimientos basa-
dos en indicadores, teniendo en cuenta que estos indicadores no se tienen que contemplar
de forma aislada, sino que se deben contextualizar y valorar según una serie de variables
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Cuando se valora que un niño se puede encontrar en situación de alto riesgo social será
necesaria la intervención de un equipo especializado (EAIA) para determinar si es preciso
proteger al niño o adolescente, y en tal caso proponer las medidas de protección más ade-
cuadas a la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia.
Se trata de todas aquellas situaciones en las cuales se observan factores de riesgo en las
familias, o indicadores en el niño o adolescente, de poca gravedad, y en las cuales no se
prevé que sea necesaria una medida de protección del niño o adolescente, pero sí que
es precisa la intervención de servicios sociales, y también la dotación de recursos para mejo-
rar la situación del niño o adolescente o para prevenir un deterioro de la situación.
Los casos más frecuentes son casos en los que el niño o adolescente sufre una situación
de negligencia en relación con la cobertura de necesidades básicas como la alimentación,
la higiene, la salud y la educación.
– Centros educativos
– Servicios sanitarios, hospital, ABS y CSMIJ
– Cuerpos de seguridad, Policía Local y Mossos d’Esquadra
– Centros abiertos
– Servicios sociales
– Otros
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Anexo 8 | 109
Centros educativos
Situación Actuaciones
A 1. Llevar al niño o adolescente al hospital siempre que presente señales físi-
Certeza de cas de malos tratos o que manifieste haber sido maltratado.
diagnóstico 2. Contactar con la familia para informarles de la situación y dirigirlos al hos-
de malos pital (recomendable hacerlo cuando el niño o adolescente ya se encuentre
tratos de camino hacia el hospital).
3. Informar a servicios sociales (los cuales aclararán el circuito a seguir). En hora-
rio no cubierto por los SSB se contactará con DGAIA (UDEPMI) y se emiti-
rá un informe por escrito.
4. Informar a DGAIA (UDEPMI-Teléfono de la infancia) mediante llamada tele-
fónica y por escrito si así se solicita. O bien informar al EAIA si se trata de
un caso abierto en este equipo.
5. Informar a la Fiscalía de Menores (tal y como establece el protocolo marco
del Síndic de Greuges).
6. Cumplimentar la hoja de notificación haciendo constar que se ha activado
el protocolo por una situación del tipo A y cuál ha sido el resultado de las
actuaciones realizadas. Hacerlo llegar a SSB.
7. Comunicació a Inspecció.
Servicios sanitarios – ABS (Área Básica de Salud) y CSMIJ (Centro de Salud Mental
Infantil y Juvenil)
Situación Actuaciones
A 1. Derivación al hospital de referencia. (Se garantizará el traslado al hospital
Certeza de cuando sea necesario.)
diagnóstico 2. Informar a la familia.
de malos 3. El hospital y el ABS harán, mediante informe médico (informe de lesiones o
tratos informe social) la denuncia al juzgado y la comunicación a DGAIA.
4. En casos de agresión sexual: indispensable reconocimiento conjunto por el
médico del servicio de urgencias del hospital y el médico forense.
5. Comunicación a SSB mediante la hoja de notificación.
Anexo 8 | 111
D 1. Comunicación a SSB.
Situación
de riesgo
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(sigue)
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Anexo 8 | 113
Servicios sociales
Situación Actuaciones
A 1. Contactar con el EAIA para aclarar si se trata de un caso abierto por este
Certeza de equipo y para informarse sobre el circuito a seguir (EAIA / DGAIA).
diagnóstico 2. Recogida de información de los servicios que están en relación con el niño
de malos o adolescente mediante la hoja de notificación o coordinación telefónica para
tratos dar apoyo a los servicios en las actuaciones en realizar.
3. Si el niño o adolescente viene directamente al servicio, se valorarán las actua-
ciones a realizar (si es preciso llevar al menor al hospital, hablar con su fami-
lia, llevarlo a DGAIA).
4. Si la situación es comunicada por un ciudadano (vecino, familiar…) que no
tiene la guarda, hacerle firmar comparecencia, y se valorarán las actuacio-
nes a realizar.
5. Contactar con la Unidad de Trabajo Social del hospital en el supuesto de
que el menor tenga que ser llevado al hospital.
6. Coordinación telefónica con DGAIA o EAIA y derivación por escrito de la infor-
mación de los servicios conocedores de la situación, así como de todas las
actuaciones realizadas.
7. La DGAIA valorará si el entorno familiar garantiza la protección del niño o
adolescente y, si es preciso, asumirá la tutela y dispondrá el recurso más
apropiado a las necesidades y la situación del niño o adolescente.
En el supuesto de que el adolescente vuelva al domicilio familiar y no quiera ir
al hospital ni interponer denuncia se notificará a los Mossos d’Esquadra o a la
Fiscalía. Conjuntamente con todos los servicios de la red seguiremos hacien-
do la exploración o tratamiento.
(sigue)
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C 1. Recogida de información, por parte de los SSB, de los servicios que están
Situación en relación con el niño o adolescente mediante la hoja de notificación.
de alto 2. Citación a la familia para hacer devolución de la situación detectada y ela-
riesgo boración del plan de trabajo.
a) En el supuesto de que «haya buena evolución» del caso: se irá hacien-
do seguimiento conjunto con todos los servicios de la red.
b) En el supuesto de que «no haya buena evolución» y las posibilidades de
trabajo con la familia sean mínimas: derivación a EAIA.
Se recomienda que cuando las familias no asistan a las citas se haga una visi-
ta a domicilio, y si es preciso, acompañados de los cuerpos de seguridad.
Anexo 8 | 115
(sigue)
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CDIAP (continuación)
Situación Actuaciones
B 1. El trabajador social del CDIAP contactará con SSB de referencia.
Sospecha 2. Cumplimentar la hoja de notificación.
fundamentada 3. Informar a la familia.
de malos tratos 4. Llevar al niño al hospital (si procede).
Abstract
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| 119
This document is a summary of the Model for Prevention and Detection of Situations of
Social Risk to Children and Adolescents. It corresponds to a proposal from the Federation
of Organisations for Child and Adolescent Assistance and Education (FEDAIA) part of the
Social Welfare Area of Barcelona Provincial Council. This model was developed jointly in
2008 and 45 professionals from the municipal social services and from social initiative orga-
nisations took part in its design.
It is an example of knowledge management for the creation of models and instruments ser-
ving as reference material for the work of professionals, allowing priority to be given in this
way to the social needs arising in the municipalities.
The model begins with a compendium of the basic rules on children and adolescents in the
international, state, autonomous regional and local spheres. It then points out the main guid-
ing principles of the public system of social services (Section 5, Act 12/2007, of 11th Octo-
ber, on social services) which should be taken into consideration on developing a model for
prevention and detection of situations of risk to children and adolescents, and then goes right
on to present the theoretical frame which includes the definition of the concepts consensu-
ated among the professionals, such as children at social risk, prevention, risk factors and indi-
cators, resilience and protection, absence of protection, vulnerability and confidentiality.
Next come the strategic lines which frame the model, such as participation and proximi-
ty, prevention and intervention/action, coordination and communication, and the promo-
tion of improvement policies and criteria of quality and good practices.
Subsequently, a description is given of the criteria behind the reason for creating a local
childhood and adolescence network, and of the actors involved, the objectives of the net-
work, the development process, the organisational structure, the creation and implemen-
tation process, the work tools and instruments, the protocols and circuits to be followed,
and a proposal for the assessment of the network.
The concluding part includes a series of annexes which are useful tools for implementing
the model which is presented. For example, there are annexes on the assessment of the
creation of the network, examples of participative areas, files on services and organisations
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The role of the municipalities includes two missions which are related directly to the for-
mation of networks: on the one hand, the municipalities are charged with the «coordina-
tion of the local social services, the local professional teams of the other welfare systems,
the associative organisations and the organisations acting within the sphere of the local
social services» and, on the other hand, they are charged with the formation of partici-
pative bodies in the sphere of the social services. Within this framework, the leadership
at local level in the preparation and development of a childhood network should be car-
ried out by the social services area and it should have the collaboration of all the actors
which work in the territory and form part of the social network (other municipal areas or
departments, other levels of government, organisations of experts and professionals, asso-
ciations forming the social fabric and private organisations).
Within the frame of the Local Childhood and Adolescence Network, the area for detec-
tion of and assistance in situations of risk to children and adolescents should be artic-
ulated in the form of a permanent working commission or group.
With respect to this task, one may speak indistinctly of these two spaces: the Local Child-
hood and Adolescence Network, and the working group for detection of and assistance
in situations of risk to children and adolescents. The main difference between the two is
their respective scope.
General objectives
• To promote a local network of preventive character which will integrate the various social
agents of childhood and adolescence.
• To lead, from the local sphere, the promotion of social welfare policies addressed to
children and adolescents.
• To offer support to families in the exercise of their responsibilities for the upbringing,
care and promotion of the personal development of children.
RIESGO SOCIAL.qxt:Guia A4.qxd 19/6/09 11:36 Página 121
Model for prevention and detection of situations of social risk to children and adolescents | 121
• To provide spaces of exchange, study and assessment with the aim to share knowl-
edge within the local sphere.
• To strengthen the active responsible participation of children, adolescents and their
families in any decision which affects them within the social services sphere.
• To spread the knowledge of the laws in force in matters of rights and duties with respect
to prevention and protection of the family, children and adolescents.
The organisational structure in all new networks, above all in their development process,
should have in common the task of sensitisation to the new possibilities provided by a net-
work with respect to coordination and knowledge among services, organisations and pro-
fessionals in order to offer assistance appropriate to the demands and needs of minors
and their families. Evidently, this sensitisation entails the task of making known the reason
for the network and its functioning.
Sensitisation and training are prior conditions to the start-up of the process of creating the
network.
Moreover, an important condition for this sensitisation is that the political representatives,
the managers of the various areas, the professionals of these areas and the various organ-
isations apt to belong to the network should engage in the project, endowing the network
in this way with a will of creation and implementation in addition to a continuity in time, inde-
pendently of the agents which may be involved at any given moment.
Another point in common is the need of training of the network’s members in the network
per se, in the protocols, tools and indicators which the network will use, and in the situa-
tion of children and adolescents.
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Organisational structure
Steering committee
Executive commission
Technical team
Working teams
The network creation process entails the performance of a series of actions which may be
grouped in four main phases:
Model for prevention and detection of situations of social risk to children and adolescents | 123
Preliminary
phase Local Social Services
Initiative aimed to create
a networking group
Indicators
Protocols
Circuit
First plan of action
Formal collaboration
agreement
Third phase
Monitoring
Assessment
It should be kept in mind that the actions identified for each of the phases are, in many
cases, actions which have continuity throughout the whole life of the Network. The following
actions of this type could be identified:
• Institutional support: this lies in the selfsame origin of the creation of the Network but
it is necessary that this support should be maintained so that the Network may con-
tinue its operation.
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Assessment is not a finished product which makes sense in itself, but rather, pursuing its
purposes, the continued assessment throughout the process of implementation of the Mod-
el should serve to draw conclusions aimed to redefine specific actions, programmes, serv-
ices or even processes of the Model itself.
In this respect, the Technical Team / Network Manager and the Working Groups should
develop assessment reports and carry out an assessment of the process for the purpose
of analysing the actions which are unfolded and determining whether the objectives have
been achieved in order to establish new lines of action and improvement of the Network.
Ámbito municipal
Carolina Sánchez Ayuntamiento de Badia del Vallès
Inmaculada López Ayuntamiento de Badia del Vallès
Noemí Blanco Ayuntamiento de Barberà del Vallès
Paqui Urbano Ayuntamiento de Berga
David Borja Blanco Ayuntamiento de Castellar del Vallès
Alicia Benito Consejo Comarcal del Bages
Teresa Ruiz Consejo Comarcal del Baix Llobregat
Xavier Farré Consejo Comarcal del Baix Llobregat
Núria López Consejo Comarcal del Alt Penedès
Cristina Martí Consejo Comarcal del Baix Camp
Anna Bellostes Consejo Comarcal del Vallès Oriental
Montse Sanllehí Ayuntamiento de Cornellà de Llobregat
Dúnia Olmedo Ayuntamiento del Prat de Llobregat
Àfrica Parra Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat
Lourdes Bolívar Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat
Bàrbara Prados Ayuntamiento de Gavà
Mònica Lloreda Ayuntamiento de Granollers
Núria Maestro Ayuntamiento de Granollers
Imma Vidal Ayuntamiento de Igualada
Lidia Callejo Ayuntamiento de la Llagosta
Núria Rius Ayuntamiento de les Franqueses del Vallès
Isabel Prats Ayuntamiento de Lleida
Eva Casas Ayuntamientos de Sant Antoni de Vilamajor, Sant Pere de Vilamajor y Cànoves i Samalús
Joan Cedó Mancomunidad la Plana
Montserrat Tantiñà Ayuntamiento de Manresa
Xavier Tort Ayuntamiento de Martorell
Lola Ruiz Ayuntamiento de Mataró
Montserrat López Ayuntamiento de Mollet del Vallès
Antonio Corpas Ayuntamiento de Molins de Rei
Anna Vidal Ayuntamiento de Montgat
Daniel Hernández Ayuntamiento de Olesa de Montserrat
Gisela Dresbach Ayuntamiento de Polinyà
Xavier González Ayuntamiento de Premià de Dalt
Elisabeth Pérez Ayuntamiento de Sabadell
Àngela Martínez Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs
Laura Marín Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat
Júlia Romero Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat
Francesc Cabra Ayuntamiento de Sant Celoni
Amapola Pàmies Ayuntamiento de Sant Feliu de Llobregat
Robert Hernàndez Ayuntamiento de Sant Quirze del Vallès
Carmen Grancelli Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet
Mª Antònia Japon Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet
Laura Iborra Ayuntamiento de Santa Perpètua de Mogoda
François Pedregosa Ayuntamiento de Santa Perpètua de Mogoda
Lorena Madero Ayuntamiento de Sant Sadurní d’Anoia
Maria Correa Ayuntamiento de Terrassa
Estrella Rodríguez Ayuntamiento de Terrassa
Susanna Alonso Ayuntamiento de Tiana
Diputación de Barcelona
Arantxa Uranga Área de Bienestar Social
Josefa Aldeguer Área de Bienestar Social
Maite Patino Área de Bienestar Social
Natàlia Navarro Área de Bienestar Social
Rosario Torres Área de Bienestar Social
Colaboradores externos
José Ramon Ubieto Ayuntamiento de Barcelona
Cinta Vizcarro Generalitat de Catalunya
Cap. 2 Marco Legal CIIMU (Consorci Institut d’Infància i Món Urbà)
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Modelo de prevención y detección de situaciones de riesgo social en la infancia y la adolescencia
La Diputación de Barcelona es una institución de gobierno
local que trabaja conjuntamente con los ayuntamientos para
impulsar el progreso y el bienestar de la ciudadanía.
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