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Tilcara no existe

De Raquel Albéniz

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Personajes:
Angélica, 65 años
Amparo, 70 años

Una habitación en la que se han amontonado objetos de un departamento elegante.


Un espejo de pie tapado. Dos ventanales cerrados.

Amparo sentada en uno de los sillones, con camisón largo y tacos altos canta "Tristán
und Isolde" de Wagner con los ojos cerrados.
Angélica agachada en un rincón de la habitación se refriega frenéticamente la cabeza.

Amparo: (Canta) “West-Warts sheweift der blick ostewarts streicht schiff frisch”.

Silencio

Amparo: (Abre los ojos) ¡Qué hacès! ¡Cantá conmigo!


Angélica: No me hace efecto, no sirve …¡Yo te voy a dar, trenza maldita! ¡Te voy a
cortar! ¡Te voy a quemar! ¡Alcanzáme la tijera!
Amparo: No seas absurda, tené paciencia. Mirame a mí, ya hace casi un día que no
canto coplas ni bagualas ni …nada de eso.
Angélica: ¡A mi no me controla las trenzas Wagner! ,las alimenta …¡Mi pelo no es más
mi pelo! ¡Trenzas malditas!

Angélica se incorpora en camisón, despeinada, con tres trenzas intactas

Amparo: ( Cierra los ojos y sigue cantando) No te acerques .”West-Warts Sheweift der
blik….
Angélica: Dejá de cantar Amparo . Mirame, mirá mi pelo, mi lacio, mi hermoso pelo.
¡Por Dios! (Grita) ¡Qué más quieren de nosotras!
Amparo: ¡Eso, dales el gusto, descontrolate! ... ¡Estúpida! ¡Eso quieren, descontrol!
Angélica: (Llorando) No puedo respirar. ¡Voy a abrir la ventana!
Amparo: (Sale rápidamente del sillón) ¡Ni se te ocurra! . Olé … por las rendijas ,a frito,
a maíz quemado.

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Angélica: ¡Tan modositas que parecían, tan serviciales ¡. La culpa es tuya Amparo,
siempre tuviste debilidad por esas jujeñas abolivianadas.
Amparo: Nos servían bien.
Angélica: Nos encantaron , estamos encantadas
Amparo: Malditas! ¡Estamos malditas!
Angélica: ¡Eso, malditas!
Amparo: ¡Por tu culpa! ¡Las echaste!
Angélica: ¿Y qué querías que hiciera? el día que me desperté con la primera trenza se
miraron entre ellas y se rieron.
Amparo: ¡Y Las echaste! ¡Por eso sólo las echaste!
Angélica: ¡Me dio miedo! Me miraban de otra forma … la más bajita … ¿Cómo se
llamaba?
Amparo: Casilda.
Angélica: Esa. Cuando me derrumbé llorando porque no podía con la trenza, se acercó y
me olió.
Amparo: Te asustaste demasiado, eso se huele.
Angélica: No entiendo
Amparo: Se huele el temor, por eso se agrandaron.
Angélica: ¿Dónde están? ¡Háganse cargo! ¡Desmañadas! ¡Deshagan el conjuro porque
si no las voy a matar! ( Se acerca a la ventana.) ¿Olés? ... Dios mío, estamos rodeadas.
Amparo: Va a pasar, ya vas a ver que es sólo por…. (Comienza a cantar) “No me la vas
a quitar” (Desesperada) … “West-warts schweift der Blick”. (Canta) “No es que yo
siga a mi sombra! … ¡Cantá Wagner! … “Es que ella viene detrás” … ¡Estúpida!
“Agachadita y callada” …
Angélica: ¡No sé cantar! ¡Nunca supe! Pensás en vos, nada más.

Amparo se golpea la cara, se refriega, convulsiona. Después de un rato deja de cantar


y se desploma en el sillón.

Silencio

Amparo: Ya va a pasar , cuando te digo que tengas paciencia es porque sé que va a


pasar ¡Y aprendé a cantar!

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Angélica llora parada en el medio de la habitación

Angélica: Decís que va a pasar. No sabés, no sabés nada.


Amparo: Sé algunas cosas, las detuve por un día con Wagner.
Angélica: Se sorprendieron, no se detuvieron. Siguieron con mis trenzas.
Amparo: Se sorprendieron…eso las detuvo.
Angélica: No sabés nada, estás improvisando.
Amparo: Algo sé … desparraman olores.
Angélica : Olores nauseabundos y tienen un lenguaje de mal gusto. ¡Se agarran a las
esessss, te las refriegan en la cara! ¡Y además violentan con los colores que usan! A la
tierra, adoran a la tierra. La Pachamama es una bruja deslenguada … y ellos le hablan,
le agradecen . No tienen Dios. Y vos insistías en tenerlas en casa.
Amparo: Bueno tal vez me equivoqué. En esta casa usaban uniformes, nunca sus
polleras, nada de colores. Las traté bien, me equivoqué. ¡Pero nunca se me hubiera
ocurrido echarlas! Cuando se van porque quieren, está bien … si las echás no podés
controlarlas … ya ves.
Angélica: ¡Yo las eché cuando apareció la trenza!
Amparo: Ya sé, y no lo tendrías que haber hecho, ellas nos servían bien. Adentro
siempre las neutralizamos, afuera … afuera no sé.
Angélica: ¿Y entonces porqué decís que es circunstancial?
Amparo : ¿Circunstancial? Eso no dije, dije “Esto va a pasar”… Si nos tranquilizamos
y armamos alguna estrategia puede que sea pasajero. ¡Si gritás como una loca estamos
perdidas!
Angélica: Voy a hacer el esfuerzo de mantener la calma . ¿Por qué me mirás raro?
Amparo: Ya tenés cuatro.
Angélica: (Angélica se toca la cabeza) “Angel de la guarda, dulce compañía, no me
desampares, ni de noche ni de día”.
Amparo: Shhhhh …ya, ya, ya , tranquila … lo huelen, al miedo, lo huelen.
Angélica: Hagamos algo…. No sé si lo voy a soportar más.
Amparo: (La abraza) Estamos juntas, no nos va a pasar nada.
Angélica: Prometeme algo.
Amparo: ¿Qué?
Angélica: Si todo mi pelo se trenza, si mi cabeza se pierde enmarañada de trenzas, si no
podés reconocerme … matame.

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Amparo: Mirá que sos . Está bien, sólo si vos me prometés que vas a matarme si de mi
boca solo salen coplas, vidalas o esas palabras rellenas de eses.
Angélica: Te lo prometo.

Silencio

Amparo: ¿Cómo lo harías?


Angélica: ¿Qué?
Amparo: Matarme.
Angélica: No sé, qué se yo … Tal vez trataría de ahorcarte.
Amparo: ¿Con qué?
Angélica: ¡Ay Amparo!¡ No sé! ¿Tiene importancia eso?
Amparo: Claro que la tiene. Quiero que se me reconozca. No morada, con la lengua
hinchada.
Angélica: Entonces elegí.
Amparo. No ahorcada , ni ahogada…. no con fuego, no con tierra…¡ inventá algo!
Angélica: Muy bien, cuando llegue el momento algo se me va a ocurrir.
Amparo: ¿ Y cómo sé que te vas a dar cuenta que ya no tengo retorno y tenés que
matarme?
Angélica: Sos pesada, a ver, … pongamos pautas. Si sólo cantás coplas y bagualas, si
decís “cebolia” en lugar de cebolla, o “dosh peshos”, en lugar de dos pesos.¡ Ahí!
Amparo: ¿Ahí que?
Angélica: Ahí te mato.

Silencio

Amparo: Rapidito ¿no? ¡Qué poquita tolerancia!


Angélica: No te entiendo.
Amparo: ¡Qué poquito margen me dás!
Angélica: Está bien, poné las pautas vos.
Amparo: Si sólo canto bagualas, si digo “ceboia, ajos, dosh peshos”, y me agacho
cuando lo digo, si me visto de muchos colores y se me dá por ponerme enaguas, si me
cubro la cabeza con un sombrero, si mi piel se torna aceitunada, si mis ojos se achinan,

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si creo que tengo un niño colgado en mis espaldas, si agradezco a la tierra lo que me ha
dado. Ahí me matás.
Angélica: No voy a tolerar ver semejante degradación. No soy tan fuerte.
Amparo: No puedo confiar en vos, me vas a matar antes de tiempo.
Angélica: Mis límtes, no son los tuyos.
Amparo: ¿Y cuáles son?
Angélica: ¿Con respecto a mí? A la octava trenza prefiero cerrar los ojos. Aunque mi
piel siga blanca, y mi color sea el beige, matame en la octava. Y como sea, con agua,
con tierra, ahorcame.
Amparo: Tan distintas … mirá … Tan distintas.
Angélica: Siempre fuiste menos arraigada a tu raíces, por eso las metiste en casa.
Amparo: ¡Por arraigo a mis raíces, las metí en mi casa! Te retiro el compromiso de
matarme!
Angélica: ¡Qué valiente! Yo no te lo retiro a vos.
Amparo: Muy bien. Cuando tu cabeza se transforme en una enamorada del muro, te la
corto.
Angélica: ¡Por supuesto!

Silencio

Angélica: ¿Así que por arraigo a tus raíces?


Amparo: ¡Por supuesto! Pero vos nunca entendiste.
Angélica: ¿Qué no entendí?
Amparo: El orgullo del abuelo sentado en su caballo rebenqueando al pardito que lo
miraba asustado mientras apretaba la cincha que había dejado floja. En mi cabeza tengo,
en mi memoria tengo al abuelo arrastrando a ése pardo que había recogido, al que
alimentó y al que salvó de la ignorancia. Mil veces resuena en mi cabeza la ira del
abuelo cuando le gritaba que aprendiera a hablar. “¡Aprendé a hablar indio de mierda!”
Nobleza, gestos de grandeza, no cualquiera se hace cargo de semejante empresa. Esas
son mis raíces. La mirada agradecida de los que no tienen nada … eso quiero … eso
espero … Cuando hablo de raíces, hablo de eso.
Angélica: ¿Esas son tus raíces? ¿La mirada de un indio agradecido?
Amparo:¡ Si estúpida! Porque eso siempre alimenta la nobleza de los que son mirados
con agradecimiento .

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Angélica: ¿Por eso les abriste la puerta?
Amparo. Si señora, en sus ojos están mis raíces, y las fuimos perdiendo. Por si no te
diste cuenta las estamos perdiendo.
Angélica: Solo sé que me desperté y tenía una trenza… y se rieron.
Amparo: Siempre fuiste gruesa, atropellada, insensible. Siempre me encargué de las
domésticas, nunca preguntaste de dónde venían.
Angélica: ¡Confié en tu criterio!
Amparo: Hasta ahora mi criterio nos proveyó siempre de buenas empleadas.

Silencio

Angélica: ¿Cómo fue? … ¿Las tocaste?

Silencio

Amparo: No necesariamente … Algún roce.


Angélica: ¿Cómo empezó entonces?. ¿Qué pregunto? ¿Qué pregunto? ¡Las sábanas
tienen sus huellas, las cacerolas tienen sus huellas, el plumero tiene … ¡Tanto roce,
tanto roce! Te agradecían con los ojos y marcaban territorio, como perros. Nos meaban
y vos las dejabas, porque la señora recordaba a nuestro abuelo .¡El abuelo los marcaba
a rebencazos, no los tocaba!
Amparo: ¡Ya basta!

Silencio

Amparo: Suponiendo que el contacto físico sea la causa de éstos cambios compulsivos,
debe haber algún modo de neutralizarlo.
Angélica: Sí, quemando la casa con nosotros adentro.
Amparo: No puedo confiar en vos .
Angélica: Siempre supe que lo blanco es blanco y lo negro, negro.
Amparo: ¿Y?
Angélica: No se mezclan, no deben mezclarse.
Amparo: ¿Y quién los mezcló?
Angélica: Vos, cuando empezaste a llenar ésta casa de ésa gente marrón.

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Amparo: ¡Bruta! , mezclar es otra cosa, mezclar es nivelar .¡Jamás dejé que ésta gente
se nivelara con nosotras!
Angélica: Sí, yo seré bruta, pero vos no las viste venir, les abriste la puerta las dejaste
tocar nuestras cosas, aprendiste sus nombres ... ¿Cómo no te detuviste? (Asustada mira
hacia las ventanas) Escuchá … escuchá … están cantando ¿Qué canción es ésa?

Angélica se agacha debajo de las ventanas, se tapa los oídos.


Amparo agarra una de las ollas y una cuchara, golpea queriendo tapar la música que
llega, de a poco se mimetiza con ella y acompaña la baguala. Baila.

Angélica: ¡Estás bailando!


Amparo: (Sin dejar de moverse mientras golpea la olla) ¡Ayudame! ¡Parame!
Angélica: ¡No puedo! ¡No puedo! ¡Quieta!
Amparo: (Sin dejar de bailar) ¡Parame te digo!
Angélica: ¡No puedo! ¡Me da miedo! (Se tapa los ojos)

La música se aleja, las piernas de Amparo comienzan a aquietarse, de las manos se le


caen la olla y la cuchara. Exhausta se sienta en el sillón.
.
Amparo: Ya casi no la controlo, esa música me está pudiendo …. ¡No servís para nada
Angélica! ¡Si te digo que me pares, ¡parame!
Angélica.: ¿Cómo? ¿Cómo lo hago?
Amparo: : No sé ,¡tirate encima mío, atáme, algo, hacé algo, por Dios! Tengo la boca
seca, me cansa bailar , tengo la boca seca dame agua.
Angélica: No hay más
Amparo: ¿Ya no hay más agua? ¿Por qué no me lo dijiste?
Angélica: ¿Porqué te tengo que decir todo ?. ¿No viste que estábamos quedándonos sin
agua?.
Amparo: Hubiéramos hablado menos, gritás como una loca. Nos deshidratamos …
Angélica: No claro, si yo voy a tener la culpa de que nos muramos de sed. La señora
baila, canta y yo tengo la culpa de su deshidratación.
Amparo: ¡Por eso te pido que me agarres cuando empiezo a moverme!.Lo único que te
preocupa son tus trenzas.
Angélica: No te atrevas a llamarlas “mis trenzas”. No son mías.

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Amparo: Por algo te crecen.
Angélica: Me crecieron porque vos no dejabas de mimarlas.
Amparo: ¿Mimarlas?
Angélica: Mimarlas, si mimarlas . Les hablabas, les contabas cosas de tu vida Amparo.
Yo ví cuando le mostraste fotos de la familia. Les hiciste creer que podían mirar
nuestras cosas.. Te excediste.
Amparo: Seguís sin entender, miraban pero no igual que nosotras, miraban …
Angélica: Sí, ya sé que vas a decir miraban de abajo hacia arriba . No mi querida,
cuando me creció la trenza me miraron a los ojos y se rieron …. Cruzaste una línea
peligrosa Amparo.
Amparo: Suficiente …. Suficiente …. tengo sed.

Silencio
Amparo:¿ Cuando bailo , que se ve?
Angélica: Cuando bailás no te miro.
Amparo: Si me viene esas coplas y me muevo, mirame.
Angélica: ¿Para que´?
Amparo.: No me voy a resistir… si me dejo… …Estrategias, podemos alejarlas si
cantamos como ellas. Podemos confundirlas, podemos confundirnos con ellas. Mirame
Angélica: Ay por Dios no es en serio.
Amparo: Y a tus trenzas las encintamos con colores maíz, tierra y rojo, fuerte bien
fuerte.
Angélica: No voy a poder.
Amparo: Sí lo vas a hacer. Mirame. Por el abuelo …
Va hacia la ventana y saca uno de los trapos que tapan las hendijas.
Angélica voltea la cabeza
Amparo le toma la cabeza y la obliga a poner su cara cerca de la ventana
Amparo: No te muevas, olé, hondo hasta el fondo de tus pulmones…
Angélica: Ay por Dios.

Silencio
Amparo: Ya me sube, ya me sube …. “Vidalitay pinta, pintita”. (canta ,comienza bailar
Abrí los ojos , mirame.
Angélica:¡ Ay por Dios!

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Amparo: Qué se vé?
Angélica: Amparo pará!.
Amparo: “Tu padre será mi suegro tu madre será mi suegra y tu la prenda más
queridá” ¿¡Que se ve?!
Angélica llega a la ventana y tapa la hendija… Amparo decae en el baile y deja de
cantar.
Amparo: (agitada) ¿Qué pasó? ¿Qué viste?
Angélica: Nada, nada que pueda contarte.
Amparo: ¿Me parezco? ¿ Puedo mezclarme sin que me reconozcan?.
Angélica : No me obligues a decirte lo que ví… soy tu hermana…
Amparo: ¡ Angélica, no me saques de quicio! Soy o no una norteña terrosa.
Angélica: Recién eras más que eso . Disfrutabas. ¡No lo vuelvas a hacer o te tengo que
matar!
Amparo: Tranquila. ¿Dsifrutaba?, lo puedo manejar yo sola , si, yo sola puedo,… me
mezclo y volvemos a empezar con las puertas abiertas, olor a jazmines, rosarios, el
beige, el rosa, Wagner, las fotos . De nuevo nosotras,
Angélica: Mezclada y disfrutando no sé… no te voy a reconocer. Recién…
Amparo: Me meto y me salgo, cuando quiero me salgo.
Angélica: No vas a poder.
Silencio
Amparo: Te creció una más.
Angélica: ¿Tengo cinco?
Amparo: Una, dos, tres…sí, cinco.
Angélica: Faltan tres , me voy a vestir , no quiero estar en camisón cuando llegue el
momento.

Angélica desaparece detrás del biombo.

Silencio
Amparo: Mientras vos te vestís para morir, yo voy a hacer lo que se debe hacer.
Angélica: (Desde atrás del biombo) ¿Qué es lo que vas a hacer?
Amparo: Buscar agua. Resistir.
Angélica: (Se asoma sobresaltada). No irás a salir.
Amparo: Voy a atravesar el living y me voy a meter en la cocina.

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Angélica sale de atrás del biombo todavía en camisón, y con guantes.

Angélica: ¡Estás loca, estás reloca!, si acá hay olor a maíz que tenemos todo cerrado te
imaginás lo que debe ser la cocina. Vas a bailar hasta morir.
Amparo: ¿Porqué te pusiste guantes?
Angélica: Por si es por el contacto…

Silencio

Angélica.: Digo, porque si ellas tocaron todo.


Amparo: ¡Ya entendí! Necesito ponerme algo en la cara, taparme bien la nariz.
Angélica: No lo vas a lograr.
Ampar:. No me subestimes Angélica, no tengo tu debilidad.
Angélica: Estás mala Amparo, estás mala.
Amparo: Estoy preocupada. No sé si voy a poder contenerte . No sabés nada ,nunca
miraste nada.
Angélica: Tampoco nunca las busqué. Vos las trajiste.
Amparo: Mmm …
Angélica: ¡No murmures!
Amparo: ¡Dejáme pensar entonces!

Angélica llora.

Amparo: Hacé algo útil, poné más trapos en las rendijas de las ventanas.
Angélica: ¿Por qué?
Amparo: El olor es cada vez más fuerte.
Angélica: (Olfatea) ¡Mi Dios!

Angélica obedece, busca ropa y comienza a tapar las hendijas.

Amparo: Buscame un pañuelo grande.


Angélica.: Un pañuelo grande … no te lo irás a poner en la cabeza como …
Amparo:¡ Me lo voy a poner en la nariz, en la nariz! ¡Ponele perfume!

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Angélica: ¿De cual?
Amparo: Cualquiera , el más fuerte. Si logro llegar a la cocina sin que me toque el olor
puedo volver con algo de la alacena.
Angélica : ¿Vos estás diciendo entonces que es el olor el que nos hace …?
Amparo: Entre otras cosas, ya lo viste … sí, puede ser que el olor a afrecho, a maíz
afritangado … Salgo. No le abras la puerta a nadie, no toques las ventanas no estás
preparada.
Angélica : Tengo miedo.
Amparo: Vuelvo con agua, esperame.
Angélica: (la agarra del brazo) Dame alguna señal antes de entrar. Yo abro la puerta si
vos….
Amparo: Si yo …. ¿qué? ¿Si yo que? ¿Qué querés que haga?
Angélica : Una palabra, que sea una palabra que sólo nosotras conozcamos.
Amparo: Ehhh … no, una palabra no, una frase (Tiempo) …” Tilcara no existe”
Angélica: ¿Qué?
Amparo: Lo que escuchaste …” Tilcara no existe” ,esa es la frase.
Angélica: Esperá , esperá … si no volvés… .
Amparo: Voy a volver.
Angélica: Digo, pero si volvés mezclada para siempre.
Angélica aferra a Amparo de un brazo
Amparo ¡Ya está bien, voy a correr hasta la cocina! ¡Necesitamos agua! ¡Soltame!
Amparo se suelta
Angélica: ¡No! ¡No vas a volver ,están esperando que salgas. ¡Te vas a volver marrón
como ellas! …. ¡Por Dios Amparo! ¡No bailes, aunque te mueras de ganas no bailes!
¡Y no respires! (Grita) ¿Quién me va a matar a mí si vos no estás? ¡Amparooo!

Amparo abre la puerta y desaparece. Angélica va hacia la puerta y cierra con llave. Se
queda parada llorando.
Silencio. Tiempo.
Angélica en cuclillas en el piso rezando.
Golpean la puerta.

Angélica: (Temerosa) ¿Quién es?


Amparo: Soy yo.

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Angélica: La contraseña.
Silencio
Angélica: Amparo ¡La contraseña!
Se oyen murmullos.
Angélica: (Aterrada) ¿Con quién hablas? Amparo ¿con quién hablás?
Silencio
Amparo: Con nadie.
Angélica: Estabas hablando.
Amparo: Estaba pensando en vos alta.
Silencio
Amparo: … Tilcara …
Angélica: Tilcara …¿Qué?
Amparo: Mmmmm.
Angélica: ¿Con quien hablás?
Amparo: Tilcara …ayyy ¡nnnnno nonooo nonoooo puedo!
Angélica: (Retrocede) ¡Por Dios! Virgencita Santa es el fin . ¡Decila! ¡Decila!
Amparo: ¡Ay Angélica ! Estoy casi sin respirar, dame una ayudita … no puedo …
nonoo … ¡ Tilcara no existe!
Angélica: (Llorando) ¡Tilcara no existe, eso es! ¡repetila!
Amparo: ¡Tilcara no existe!

Angélica se abalanza sobe la puerta y la abre, entra Amparo con una jarra en la mano.
Se quita el pañuelo de la nariz. La mira a Angélica.

Angélica: ¿Trajiste? (la mira desconfiada) Me asustaste .¿Cómo no te acordabas de la


contraseña? … ¿Qué? ¿Había mucho olor?
Amparo: No lo sentí.
Angélica: Ah … ¿y cómo está la casa?.
Amparo: La casa está bien.
Angélica: ¿Mucho olor?
Amparo: Te dije que no, que no sentí ningún olor.
Angélica: Raro, porque dejamos las ventanas de la cocina abiertas.

Silencio

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Angélica: ¿Por qué me mirás? ¿Tengo más trenzas?
Amparo: Cinco preciosas trenzas.
Angélica: Amparo , no son preciosas … todavía estás parada.
Amparo: ¿Qué?
Angélica: Entraste y te quedaste parada.
Amparo: Gracias, no estoy cansada, no me voy a sentar.
Angélica: ¿Qué te pasa Amparo? ¿Qué pasó en la cocina? ¿Qué trajiste?.
Amparo: (Apoya la jarra en el piso) Harina, humita de chala, quesillos de cabra y aguita
de cardón.
Angélica: ¿Porqué decís humita de chala? (Levanta la jarra) la jarra vacía.. ¿y el agua?
… Pan … por lo menos pan … ¡No trajiste nada! ¿Qué hacemos ahora, qué hacemos?

Amparo no contesta. Camina hacia el espejo que permanece tapado en el medio de la


habitación, tira de la sábana que lo cubre.

Angélica: ¡No! ¡No lo destapes! Mi cabeza … las trenzas …¡ No Amparo, no quiero


verme! …
Amparo se queda parada frente al espejo. Angélica se arrodilla tapándose la cara.
Amparo mira extrañada a Angélica, la levanta, la toma del brazo y comienza a bailar
con ella, la arrastra y canta.
Amparo: ¡Despierta niña despierta! No sigas ése camino. ¡Mira mi cara, mirá mi niño!
Angélica: ¡Basta! ¡Basta! … ¿Qué te pasa? (Se suelta de Amparo) ¡No deberías haber
salido! ¡Pará de bailar!
Amparo queda paralizada, mira extrañada a su alrededor.
Amparo: Nunca salí.
Angélica: Fuiste a la cocina.
Amparo: Yo estuve esperando acá.
Angélica: (Llorando): ¡Ay, Dios mío! .¡Estás perdida … estás perdida!
¡Tilcara no existe … Amparo. ¡ Tilcara no existe!
Amparo: (Despertando) Tilcara no existe.
Angélica: Eso… repetí: Tilcara no existe.
Amparo: Ya, ya está bien, ya entré. ¡Estoy acá! ... Mi casa … el sillón … Tilcara no
existe … ya lo dije. (Se sienta) Me duelen las piernas.

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Angélica: ¡Bailás!
Amparo: Me duelen como si hubiera bailado… Traje agua, humita de chala , estoy
cansada.
Angélica.: No, Amparo, nada de eso, no trajiste nada de eso

Silencio

Amparo: Te creció otra trenza.


Angélica: Nos queda poco tiempo.
Angélica va hacia el biombo y desaparece detrás de él.
Amparo: Estás murmurando.
Angélica: No, yo no dije nada.
Amparo: Escuché como de atrás del biombo ….
Angélica: ¿Qué escuchaste?
Amparo: Algo como si… el viento caliente (tararea)… no … no … no fue nada …
escuchá el silencio.

Tiempo

Angélica sale de atrás del biombo. Tiene puesto un vestido elegante, tacos altos,
guantes y una cartera que hace juego con sus zapatos.

Amparo: ¿Te vas?


Angélica. De alguna manera se puede decir que me voy.
Amparo: Mirame a mí, todavía en camisón … (Se para) El pecho se me mueve (Se ríe)
La diablada sube y sube … (Comienza a danzar, se ríe) ¡Aquí estás mi niña endiablada
… mírate un poquito, la cara marcada … (Corre por la habitación) Abuelo, tus indios .
Mírame, la cara quemada … Marrones, marrones, los pardos las pardas … te miran, me
miran … abuelo ayudame! ¡Sácalos de encima!

Amparo comienza a refregarse frenéticamente y cae al piso desmayada.


Angélica que ha presenciado la escena inmóvil se acerca a Amparo, se sienta en el
piso, toma su cabeza y la pone sobre su regazo.

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Angélica: Soy tu hermana, despertate, soy tu hermana. (Amparo abre los ojos)
Amparo: (La mira). Tengo la boca llena de hojitas, Kusiya Kusiya, para vos este
acullico (Escupe).
Angélica: ¡No escupas, asquerosa! Mirame!
Amparo: (Se acurruca en la falda de su hermana) El abuelo rebenqueaba, desde arriba
del caballo … lo miraban.
Angélica: Eso es (La hamaca) Lo miraban desde abajo … Estás perdida … shhhh …
Amparo: Si , desde abajo. De los pelos … y aprendían
Angélica (Sigue hamacándola) Aprendían …..
Amparo: Miráme Angélica.
Angélica: Te estoy mirando
Amparo: Sí, pero como al abuelo.
Angélica: Shhhh, tranquila … Te estoy mirando …
Amparo: (Olfatea) Todavía hay olor . No lo estás haciendo bien …
Angélica: Me duelen las rodillas .
Amparo: (Olfatea) No sabés mirar Angélica.
Angélica: ¡Qué se yo como mira esa gente!
Amparo: ¡Estoy sola! Estoy ... tengo sed.
Angélica: ¡ Quietita!¡Calladita! (La sostiene con fuerza)
Amparo: (Se mira en el espejo) Esos son ellos . Nosotros no somos … son ellos ¡No me
dejes! Tengo sed. No me pierdas de vista , tengo sed. (Se abraza a Angélica)

Silencio

Amparo: Tus trenzas bonitas, son ocho.


Angélica: (Se toma la cabeza) Está bien … está bien…
Amparo: (Canta).Cuidá las vicuñas me dijo Coquena., seré un buen pastor….Dame
aguita…
Angélica : No hay, no trajiste.
Amparo: Dejá que te peine.

Angélica la empuja la aparta de ella.

Amparo: No me dejes.¡Abuelo! ¡Abuelo!

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Angélica: ¡Mirate Amparo!
Amparo: Mis manos son blancas , los ojos rasgados , si voy me los pierdo, mi casa …
¡La gente que es blanca que tiene raices tan claras! Sin esessss . Un Dios verdadero …
bendita esta tierra que los puso lejos … Tapálo Angélica ...Tapá ése espejo
Angélica: ¡Mirate te digo! (La toma de la cabeza y la obliga a mirarse) ¡Mirate ,los ojos
rasgados … ya es tarde Amparo estás mezclada. No volviste ¡Mirate!
Amparo : Un cambio … te cambio por esto, mirame … mi piel sigue clara, mi culpa, mi
culpa … ¡Correte maldita! ¡Negrita terrosa! ¡Mierdita, maldita! ¡Correte!
Angélica: ¡No grites Amparo! Mirate…
Amparo: ¡No quiero! ¡No quiero! Yo vuelvo!
Angélica: ¡Mirate!, polleras bien anchas, el poncho … cruzado , tus manos miralas, ya
no son blancas … son …
Amparo: Del color de las aceitunas.
Angélica: Si, eso … (Las huele) Olor a …
Amparo: A tierra, cosecha de choclos …
Angélica: ¡Eso Amparo! Y el niño que llevás colgado.
Amparo: Mi niño, es mi niño.
Angélica: Es tuyo…
Amparo: (Canta) En mis pechos grandes lo llevo escondido, para devolverlo ,
corriendo , corriendo a mi propio pueblo. No llores mi niño…
Angélica: (Levantándola) Caminá Amparo, abrí la ventana. Si volvés, que sea de
blanco con jazmines y rosarios.
Amparo: Ya … ya voy … (Camina hacia la ventana)
Angélica: ¡Abrila Amparo! ¡Abrila!
Amparo. El viento caliente.

Amparo la abre y se arroja. Angélica corre y cierra la ventana.

Tiempo

Angélica agarra la cartera, un porta retrato, se pone un collar de perlas, coloca una
silla frente al espejo, se sienta.

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Angélica: Ahí estás, mugrosa con trenzas te la llevaste a Amparo…¡Vamos a ver si
conmigo también podés!

Se escuchan voces, música, rezos, risas. Angélica se aferra a sus cosas y se queda
mirando fijamente el espejo.
FIN

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