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Fernando Alegría
Fernando Alegría
El conquistador y su paje
La insurrección
Colo-colo, el supremo Toqui de la Paz, convoco a todos los caciques de Arauco para
discutir la rebelión contra Valdivia. Los espías del Toqui recorrieron todo el país para
avisar a todos los indios de la rebelión. La noche de la reunión los caciques comenzaron a
llegar poco a poco y se sentaron alrededor de Colo-colo, pero Caupolicán, el mejor
cacique, no llego, así que Colo-colo dejo que comieran y bebieran hasta que tuvo que
hablar porque si no la reunión seria una perdida de tiempo y dijo que les aconsejaba que
debían atacar a los españoles en vez de pelear entre ellos mismos. Como el Toqui no
quería decir quien seria el elegido, por respeto a Caupolicán, dijo que el que pudiera
sostener un tronco en su espalda por más tiempo, seria el capitán. Mas tarde, por fin
apareció Caupolicán, y venció Lincoyán.
Caupolicán, para dar inicio a la rebelión contra los españoles, junto con su ejército, tomó
el fuerte de Arauco y como Caupolicán no se había dormido en los laureles, al otro día se
dirigió con su ejército al fuerte de Tucapel.
A la conquista de Arauco
Valdivia nombro a Lautaro jefe de los yanaconas y este tuvo que seguir a Valdivia todo el
viaje hacia el sur. En concepción, el cacique de Arauco apareció ante Valdivia y le ofreció
3000 arqueros para su ejército. Lautaro miraba al cacique despreciativamente, pero luego
se dio cuenta de que esos arqueros son los que el debería usar para liberar a su pueblo.
A la mañana siguiente Valdivia mando una avanzada para que avisara si había algo
anormal, pero como tardaron tanto, decidieron seguir. Mas adelante, quedaron helados de
miedo al encontrar todos los descuartizados restos de sus compañeros esparcidos por
todas partes. Cuando el conquistador llego al fuerte de Tucapel se dio cuenta de que eran
solo las ruinas del fuerte y de pronto una masa de indios furiosa salía gritando y ataco a
los españoles.
El conquistador y el héroe
Los indios mataron a muchos españoles, pero no fue suficiente porque los españoles
resistían más gracias a sus armaduras y escudos. Cuando los indios pensaban que
habían perdido, Lautaro y su ejército de arqueros atacaron a los españoles, quienes se
sorprendieron y no supieron que hacer porque Lautaro paso como un ave de rapiña sin
detenerse, hasta que se encontró frente a frente con Valdivia. Comenzaron un duelo y
Lautaro, con un certero golpe derroto a Valdivia, quien malherido y cansado, fue sometido
al juicio de los indios. Uno de los indios le dio un golpe con un bastón en la cabeza que
hizo que Valdivia cayera muerto instantáneamente, luego siguieron hablando de las
estrategias para la batalla. De pronto un mensajero llego para avisar a Caupolicán de que
sus defensas y centinelas habían sido muertos por 14 soldados españoles. Lautaro dijo a
Caupolicán que el iría puesto que y sabia como derrotarlos.
La cabalgata sorprendida
Los 14 soldados salieron del fuerte Puren para ir a Tucapel, sin saber lo que había
pasado con Valdivia. El capitán Gómez de Almagro estaba muy asustado, por el echo de
que los indios no los atacaban al pasar y solo les gritaban que Valdivia había muerto. Más
adelante, los indios saltaron desde los árboles y los atacaron con sus masas y lanzas y
rápidamente los españoles fueron derrotados. Cuando Lautaro regreso al centro de
Arauco, recibió noticias de que Villagra y su ejercito vendrían para vengarse, se sintió muy
feliz porque tendría la oportunidad para liberar a la joven que curo su herida aquella
noche.
La victoria de Marihuenu
Lautaro enseño a los araucanos todo lo que había aprendido de los españoles, sus
estrategias y a cosechar, aunque esto último no fue tomado en cuenta por los araucanos.
Lautaro conocía todo lo que hacían los españoles, quienes cruzaron el Bio-bio y siguieron
hasta llegar a un valle formado por el río Chivilingo, donde formaron su campamento.
Cuando los españoles recorrían una planicie, de pronto salieron indios de todas partes,
quienes los atacaron mandando filas y filas de soldados, que pronto derrotaron a los
conquistadores. Villagra y algunos sobrevivientes lograron llegar a Concepción e hicieron
evacuar la ciudad e ir a Santiago. Cuando Lautaro y sus hombres llegaron, pudieron ver
como 2 barcos con mujeres, niños y la servidumbre se marchaba. Lautaro se sintió muy
frustrado porque en esos barcos estaba Guacolda, hizo saquear e incendiar la ciudad.
Lautaro y sus hombres iban a atacar el fuerte Imperial, pero cuando faltaban unas pocas
leguas para llegar se desato una terrible tormenta que hizo que todo el ejercito de Lautaro
huyera asustado a esconderse en cuevas y hoyos. Miraban fijamente las nubes, que
según ellos eran espíritus de su pueblo que peleaban contra los enemigos. Cuando las
nubes “amigas” arrancaron de las “enemigas” los araucanos decidieron que no tenían que
pelear otra batalla, cuando ya habían perdido la aérea. Los araucanos creían que cada
cosa que pasaba era una manifestación de los dioses, que podía ser para bien o para
mal. Cuando alguien moría, era enterrado con sus armas, ropas y víveres y un año
después los familiares iban y renovaban los víveres para después contarle todo lo que
había ocurrido desde su muerte y aunque el muerto no respondería, si caía una hoja o
cantaba un grillo, los familiares sabrían que el espíritu estaba presente. Lautaro se interno
el la selva pensando en como derrotar a un enemigo tanto más temible que los españoles:
la superstición de sus compañeros.
La voluntad de vivir
, y al ver que eran 99 tomo a un esclavo de otro español y lo tiro dentro, para que fueran
100. Esto hizo que se formaran más ejércitos araucanos. Lautaro estaba a cargo de todos
los araucanos, y nuevamente decidió que como debía luchar contra Villagra, podría
rescatar a Guacolda para que fuera suya por siempre.
A la conquista de Santiago
Lautaro fue de pueblo en pueblo matando españoles y liberando indios. Cuando cruzo el
Maule, construyo una fortaleza para que se convirtiera en el centro araucano. Una
pequeña cantidad de soldados fue hacia la fortaleza y cayo en una emboscada. Lautaro
alcanzo a uno de los hombres y los demás huyeron. El rehén fue desollado y llenado su
cuerpo con paja, lo colgaron de un árbol a modo de espantapájaros.
El campamento español estaba a una corta distancia del campamento indio. Esa noche,
mientras los españoles dormían, escucharon unos ruidos y salieron alarmados, pero al ver
que era un caballo se asustaron aun más, al darse cuenta que ese era un caballo indio,
mientras en el campamento indio Lautaro se reía por el susto que hizo pasar a los
españoles.
Contra la corriente
Lautaro y sus hombres huyeron del fuerte y cuando los españoles llegaron, comenzaron a
seguirlos. Los araucanos, al verse atrapados saltaron al río, que era torrentoso debido a
las lluvias. Lautaro y sus hombres llegaron a una orilla y continuaron su camino por la
selva y al llegar al río Itata se reunió con su mujer y decidió llevarla con el a Santiago.
Esta vez, aunque Lautaro tenía millares de hombres, separo a su gente en 2 grupos y el
que estaba más adelante fue destruido por los españoles, así que Lautaro se fue y volvió
después de 2 meses con todavía más hombres que la vez anterior.
El que antes hubiera sido un joven romántico y feliz ahora era un hombre violento,
consumido por la rabia y el deseo de venganza.
La ultima alborada
Guacolda y Lautaro soñaron que este último moriría. Guacolda dijo que deberían
marcharse pero Lautaro no le hizo caso. Más tarde, los españoles atacaron y mataron a
todos los araucanos, incluido Lautaro, quien murió de un flechazo. Algunos historiadores
dicen que Guacolda huyo hacia los adentros de la selva y otros dicen que busco su fin en
manos de los enemigos.
La sombra de Lautaro
Después de que Lautaro murió, el ejército fue entregado a Caupolicán, quien, después de
ganar o perder muchas batallas, fue empalado, pero los araucanos siguieron luchando y
300 años después lograron finalizar la libertad que Lautaro un día comenzó.
Galería de personajes
Villagra: capitán del ejercito español, que tenia como sirvienta a Guacolda.
Pedro de Valdivia: conquistador que tuvo a Lautaro como paje y que más tarde murió a
manos del mismo.
Diego Cano: jefe de un pequeño ejercito que fue destrozado por Lautaro.