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Sarah Robert - Dios o Nada Entrevista Sobre La Fe Con Nicolas Diat PDF
Sarah Robert - Dios o Nada Entrevista Sobre La Fe Con Nicolas Diat PDF
Entrevista sobre la fe
(Fayard, Paris 2015, 418 p.)
Es, en primer lugar y sobre todo, la vida de Robert Sarah la que sorprende, la fe, la
pobreza, la valentía, la providencia que guía a este guineano metido en Dios. Tanto
en la persecución, casi en la miseria, como en el honor de la púrpura cardenalicia.
Gratitud y admiración vibran al unísono al recuerdo de los misionarios franceses y
del don de su vida. Al igual que su único maestro, Cristo, el cardenal Robert Sarah
primero actuó antes de enseñar (cf. Hch 1,1). No es ni un bufón ni uno de esos ge-
nerales del Estado Mayor que envían sus tropas al frente para recibir luego las me-
dallas. Está ahí, en primera línea, frente a la dictadura, al marxismo que condensa
todas las herejías, a la condena a una muerte segura, veredicto del que no descu-
brirá su existencia y plan de ejecución hasta más tarde. Hay, en las palabras de este
gran africano, empapado por el fervor de la fe, la intuición, la quietud del sabio,
una memoria visual, el sentido agudo de las relaciones interpersonales, también la
dignidad, el desprendimiento de todo, una cierta grandeza paradójicamente unida a
lo que acaba siendo una sonrisa de niño. «Te basta mi gracia»: las palabras de Cris-
to a san Pablo son su lema episcopal.
El discurso de Robert Sarah, en resumen, sin duda bellamente cincelado por su in-
terlocutor, trata de la oración, la familia, la Iglesia, su caridad y del sentido profun-
do de esa caridad que Dios da primero… Las largas citas del magisterio, demasia-
das tal vez, no dejan de estar bien escogidas. El cardenal aborda algunas cuestiones
doctrinales (como, por ejemplo, la de las conferencias episcopales y sus prerrogati-
vas) como pastor, según su experiencia de la Iglesia madurada en la oración, y no
mediante un discurso teológico. Se nota que es el biblista quien habla, y de cosas de
la eternidad, pues Dios sigue estando allí, y es la última palabra del libro, como un
atisbo de esperanza, como para enseñar quien dirá la última palabra.
G. Derville (2016)