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Marxismo sin guiones

Manuel Muñoz Navarrete

No perdamos el tiempo en estériles letanías o en mimetismos nauseabun-



dos. Dejemos a esa Europa que no deja de hablar del hombre al mismo tiempo
que lo asesina dondequiera que lo encuentra, en todas las esquinas de sus
propias calles, en todos los rincones del mundo.
Los condenados de la tierra

I. Introducción
El movimiento comunista está en crisis. político, tal vez complejo pero que ofrece sin
Decir esto no es decir nada nuevo. Pero el duda mayores espacios para la intervención
aspecto teórico de esta crisis reviste sus propias política anticapitalista, se abre frente a estos
características. En determinados círculos, el librescos y endogámicos jóvenes, sin despertar
marxismo como campo teórico se ve reducido entre ellos el menor interés. ¿Tal vez esperaban
a una repetición necia de tópicos mal asimi- que el estallido social se articulara de manera
lados y peor expuestos. Jóvenes voluntariosos directa en soviets y las masas se convirtieran
(y, a juzgar por las fotos, bastante folklóricos) automáticamente al marxismo-leninismo? Lo
se han reunido en la I Escuela Unitaria Juvenil que está claro es que, mientras el mundo gira,
Comunista. Al parecer, hay entre ellos quien se nosotros seguimos parados. Movámonos.
cree inmunizado contra la inoperancia política Esa etiqueta, la del marxismo-leninismo,
por el mero hecho de incrementar el número es aquella bajo la que he desarrollado hasta
de hoces y martillos bordados en sus puristas ahora mi actividad política y, probablemente, es
banderas. también aquella con la que encuentro una mayor
Mientras tanto, el movimiento real de los convergencia. ¿Por qué? No se trata de una
explotados y víctimas de la crisis capitalista se cuestión identitaria. Simplemente, mi ideario y
articula y se desarrolla en las calles, con escasa mi manera de entender los procesos históricos y
influencia del marxismo como movimiento las luchas de clases me convierten en marxista
organizado. Tras el 15M, un nuevo contexto y en leninista.
laberinto nº 36 / 2012

Sin embargo, una serie de reflexiones me II. Guionismo como cierre episte-
surgen al leer el libro Tesis sobre la crisis del mológico
comunismo, del preso político del Estado
español Manuel Pérez Martínez «Arenas». Este Desde un punto de vista provocador, un
libro forma parte de una serie de debates (es des- compañero de luchas enunció la tesis con las si-
tacable el referido a la cuestión de «lo universal guientes palabras: «Soy marxista y soy leninista,
y lo particular») en los que se han producido pero no soy marxista-leninista». Incluso podría
aportaciones teóricas que pueden suscitar re- matizarse así: «soy marxista; por ello, leninista;
flexiones de gran importancia. Algunos de los y más leninista aún por no caer en el m-l».
participantes negaron terminantemente que Ya hemos adelantado la idea de que el
puedan existir varios desarrollos marxistas marxismo-leninismo, tal y como es traducido
diferentes y aplicables a las distintas épocas o políticamente por la mayoría de sus partidarios,
nacionalidades. La influencia de esta postura no es más que un dogma cerrado, fosilizado y
«universalista» tiene, en realidad, un alcance sin la menor posibilidad de avance. Esto se debe
más hondo y menos anecdótico de lo que se a que el guión intermedio es empleado como
piensa. un elemento subordinante o actualizador cuya
Trataré de exponer por qué, a mi entender, función es cerrar epistemológicamente la teoría
existe un problema en el guión intermedio de a fin de preservar su «pureza». Naturalmente, el
la fórmula «marxismo-leninismo» y en sus problema no es el guión como elemento formal
implicaciones teóricas (al menos tal y como en sí mismo. No es una cuestión nominalista,

 es concebido por los autodenominados repre-


sentantes políticos de esta doctrina ideológica,
sino teórica e interpretativa.
Hemos adelantado que la teoría m-l se niega
en particular la Conferencia Internacional de a admitir nuevos desarrollos teóricos; a lo sumo,
Partidos y Organizaciones Marxistas-Leninis- se presta a ser simplemente «aplicada» a las
tas). Desde un punto de vista teórico, y teniendo distintas realidades (que en realidad son una
en cuenta dicha traducción política por parte de sola: la de la época del imperialismo). Pero esa
los m-l, una fracción importante de los marxistas «pureza», esa cerrazón hermética, tan alabada
y leninistas han decidido que no pueden hacer por ciertos m-l, es en realidad la perfecta garantía
otra cosa sino combatir eso que han optado por de su inoperancia política y de su incompren-
denominar «guionismo». sión de la dialéctica. El propio marxismo (el
A ellos me sumo. Porque el guionismo, en mismo Lenin lo admite) es un híbrido impuro
su primera fase, conlleva una rusificación del de diversas fuentes, como la filosofía alemana,
marxismo, al presentar la fórmula «marxismo- el socialismo francés y la economía política
leninismo» como una unidad orgánica en la cual inglesa.
ninguno de los dos términos puede compren- Dadas la riqueza cultural y la diversidad
derse sin el otro, elevando uno de los desarrollos socioeconómica del mundo, para que la teoría
«laterales» del marxismo (el leninismo) a centro, marxista sirva a los objetivos revolucionarios
a canon; y, en su segunda fase («marxismo- es estrictamente necesario que permanezca
leninismo-maoísmo»), supone una chinización «abierta», que articule desarrollos creativos
del marxismo análoga; pero, tanto en un caso y que no se limite a reproducir «nuevas apli-
como en el otro (por no hablar de otros –ismos caciones» de lo mismo. Ya lo dijo Machado:
agregados posteriormente), dificulta la introduc- «caminante, no hay camino, se hace camino al
ción de desarrollos más realistas en pos de un andar». El marxismo ha de estar abierto por el
culto a «lo universal» que no atiende al desplie- sencillo motivo de que la historia también está
gue que de lo particular se da frente a nuestros abierta, es contingente, no cuenta con ningún
ojos. tranquilizador final escrito en ningún libro
Trataremos de argumentar todo esto. revelado y, en consecuencia, tampoco constitu-
ye ninguna sucesión de etapas preconcebidas y
obligatorias.
Marxismo sin guiones

Esto lo comprendió el propio Marx mucho para los países subdesarrollados por parte de la
mejor que sus continuadores. En contraste con Komintern no modifican demasiado esta rigidez
la rígida sucesión teleológica de modos de pro- operativa, como veremos más adelante.
ducción con la que nos han deleitado tantos Por otro lado, sus epígonos (mejor dicho: los
«marxistas» (al feudalismo sigue necesariamen- epígonos de sus figuras idealizadas que jamás
te el capitalismo, y a este el socialismo), en el existieron) no hacen más que copiar acríti-
Prefacio a la segunda edición rusa del Manifies- camente el modelo bolchevique, generando
to Comunista leemos: importantes deformaciones. En La izquierda
En Rusia, al lado del florecimiento febril del en el umbral del siglo XXI, Marta Harnecker
fraude capitalista y de la propiedad territorial enumera algunas de ellas: vanguardismo, verti-
burguesa en vías de formación, más de la mitad calismo, copia de modelo foráneos, teoricismo,
de la tierra es posesión comunal de los campe- subjetivismo, concepción de la revolución como
sinos. Cabe, entonces, la pregunta: ¿podría la mero asalto al poder, insuficiente valoración de
comunidad rural rusa —forma por cierto ya la democracia, percepción de los movimientos
muy desnaturalizada de la primitiva propiedad sociales como meras correas de transmisión,
común de la tierra— pasar directamente a la desconocimiento del factor étnico-cultural…
forma superior de la propiedad colectiva, a la Ahora bien, detectar estos problemas es
forma comunista, o, por el contrario, deberá fácil: lo difícil será determinar si efectivamen-
pasar primero por el mismo proceso de diso- te contamos con una solución teórico-práctica
lución que constituye el desarrollo histórico
para los mismos.
de Occidente? La única respuesta que se puede
dar hoy a esta cuestión es la siguiente: si la re-
volución rusa da la señal para una revolución IV. Lo universal y lo particular

proletaria en Occidente, de modo que ambas
se completen, la actual propiedad común de Che Guevara trató de demostrar en el Congo
la tierra en Rusia podrá servir de punto de y Bolivia que las «condiciones de excepción»
partida para el desarrollo comunista. que hicieron posible la revolución cubana no
tenían tanto de excepcionales. Tal vez se equi-
vocara, pero una cosa está clara: cada coyuntura
III. La reconciliación entre Trotsky requiere su propia táctica, ya que el imperialis-
y Stalin mo no ha generado una realidad tan homogénea
a nivel internacional como pensaba el marxismo
En su artículo «Bolchevismo y estalinis- soviético, o como auguraban ya los propios Marx
mo», Trotsky decía que «para nuestra época, el y Engels, quienes, en el Manifiesto Comunista,
bolchevismo es la única forma del marxismo». analizaban cómo el capitalismo y el carácter
Stalin, por su parte, aseveraba en los Fundamen- mercantil de la producción estaban corroyen-
tos del leninismo que «el marxismo-leninismo do, aceleradamente pensaban ellos, las formas
es el marxismo de la época del imperialismo y de vida tradicionales de las diferentes naciones.
de la revolución proletaria». Todas las condiciones son, pues, condiciones de
Así, los dos enemigos se reconciliaban en este excepción.
aspecto, al convertir el modelo bolchevique en En su discurso Sobre diez grandes relacio-
un esquema táctico y organizativo de aplicación nes (1956), Mao declarará que «Nuestra teoría
universal válido para la época del imperialismo, es la integración de la verdad universal del
así, vista en su globalidad. Tanto Stalin como marxismo-leninismo con la práctica concreta
Trotsky subestimaban la amplitud (espacial y de la revolución china». ¿Era eso cierto? ¿En qué
temporal) de eso que llamaban «época del im- sentido? ¿En el sentido táctico u organizativo?
perialismo», así como (lo hemos adelantado) ¿Y la revolución cubana? ¿También esa revolu-
la diversidad de las estructuras, niveles de de- ción se basó en el leninismo? ¿En qué fase? ¿Era
sarrollo socioeconómico y pautas culturales acaso el Movimiento 26 de Julio una estructura
existentes en el mundo. La teoría del desarrollo similar a la del partido leninista expuesta en el
desigual y combinado o la táctica «diferenciada» Qué hacer?
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Realmente, hace falta una importante dosis Recurramos a Gramsci, quien, en Notas
de fe ciega para pensar eso. Tanto en sus tácticas sobre la política y el Estado moderno, afirmará:
como en su sujeto, así como en otros decisivos El concepto de hegemonía es aquel donde se
aspectos del proceso, la revolución rusa es muy anudan las exigencias de carácter nacional y
diferente de las revoluciones china y cubana. se comprende por qué determinadas tenden-
En realidad, no podía ser de otro modo: como cias no hablan de dicho concepto o apenas lo
analiza Mao, lo particular está ligado a lo rozan. Una clase de carácter internacional, en
universal; pero lo particular no es un mero la medida en que guía a capas sociales estric-
resumen o reflejo de lo universal; y menos aún tamente nacionales (intelectuales) y, con fre-
en la conciencia subjetiva de los hombres, pues, cuencia, más que nacionales, particularistas
como bien sabía Marx, hasta el más esforzado y municipalistas (los campesinos), debe en
intento de visión general tiene sus límites his- cierto sentido «nacionalizarse». (…) Que los
conceptos no-nacionales (es decir, no referi-
tóricos.
bles a ningún país en particular) son erróneos,
se demuestra reduciéndolos al absurdo. Ellos
V. Lenin dentro de sus límites condujeron a la pasividad y a la inercia en dos
fases muy diferentes: 1) en la primera fase,
Lenin comprendió bastante mejor que ninguno creía que debiera comenzar, o sea,
muchos «marxistas-leninistas» o trotskistas consideraba que comenzando se habría en-
la necesidad de un tratamiento específico de contrado aislado; y en la espera de que todos
lo particular, aun sin olvidar su relación con se moviesen en conjunto, nadie lo hacía ni or-

10 lo universal. Así, en los documentos del III


Congreso de la Internacional Comunista (1921),
ganizaba el movimiento; 2) la segunda fase es
quizás peor, ya que se espera una forma de «na-
poleonismo» anacrónico y antinatural (puesto
Lenin declara que
que no todas las fases históricas se repiten en
no puede haber una forma de organización
la misma forma). Las debilidades teóricas de
inmutable y absolutamente conveniente para
esta forma moderna del viejo mecanicismo
todos los partidos comunistas. (…) Las parti-
están enmascaradas por la teoría general de la
cularidades históricas de cada país determi-
revolución permanente que no es más que una
nan, a su vez, formas especiales de organiza-
previsión genérica presentada como dogma y
ción para los diferentes partidos» (Tesis sobre
que se destruye a sí misma al no manifestarse
la estructura, los métodos y la acción de los
en los hechos.
partidos comunistas).
Esto contrasta dramáticamente con la obce-
cación de gran parte de los actuales trotskistas VI. El guionismo como falsa
y m-l por reproducir, sin mayores consideracio- solución
nes, unas estructuras organizativas calcadas del
modelo bolchevique. Con todo, aunque gran Así pues, el maoísmo, el castrismo, el gue-
parte de la obra de Lenin fuera perecedera, no varismo o el mariateguismo son distintos desa-
estamos negando el carácter universal e im- rrollos del marxismo acaecidos en la época del
perecedero de otra importante fracción de los imperialismo, y son tan fértiles como el propio
estudios teóricos del autor. La aportación de leninismo (véanse si no experiencias como las
Lenin al conocimiento y estudio del imperialis- revoluciones china, cubana, vietnamita o nicara-
mo (o del Estado) es sencillamente imprescin- güense). Ahora bien, ¿son desarrollos legítimos?
dible; su audacia política (precisamente audaz Teniendo en cuenta (y no debería ser necesario
por enfrentarse a sus problemas, y no a «la vida aclararlo) que, desde una perspectiva emanci-
de los otros»), impresionante; pero de ahí a que padora, no existe mayor criterio de legitimidad
Lenin pudiera ser futurólogo hay un trecho; y que el de la fertilidad revolucionaria, indudable-
de ahí a pensar que, aun conociendo el futuro, mente sí.
habría podido idear fórmulas válidas para Ahora bien, ¿debemos añadir para cada
cualquier contexto de un mundo tan complejo coyuntura un nuevo guión (marxista-leninista-
como este, otro. maoísta; o marxista-leninista-mariateguista-
Marxismo sin guiones

guevarista, etc.)? ¿O tal vez debamos suprimir guerra de maniobra, aplicada victoriosamente
el estrato ‘leninista’ para hablar directamente en Oriente en 1917, a la guerra de posición, que
de marxismo-maoísmo, marxismo-guevaris- era la única forma posible en Occidente donde,
mo, etc.? No veo la necesidad de ninguna de como observó Krasnov, los ejércitos podían
las dos cosas, como no sea para añadir nuevas acumular rápidamente cantidades infinitas de
etiquetas divisoras del movimiento comunista. municiones, y donde las estructuras sociales
eran todavía capaces por sí mismas de trans-
Este movimiento siempre contará con fraccio-
formarse en fortificaciones con armamento
nes o tendencias internas, pero, frente a una pesado. (...) La tarea fundamental era nacional;
lógica que busca definiciones cada vez más her- es decir, exigía un reconocimiento del terreno y
méticas e identitarias (y casi siempre a causa la identificación de los elementos de trinchera y
de visiones demasiado sesgadas de polémicas fortaleza representados por los elementos de la
que ni siquiera incumben al siglo XXI, sino con sociedad civil, etc. En Oriente, el Estado lo era
suerte al XX), muchos partimos una lanza en todo, la sociedad civil era primitiva y gelatino-
pos de que volvamos a llamarnos, sencillamen- sa; en Occidente existía una relación apropiada
te, comunistas. No se trata de hacer tábula rasa entre Estado y sociedad civil, y cuando el Estado
o evitar la autocrítica: al contrario. Sencillamen- temblaba, la robusta estructura de la sociedad
te, podemos (es más: debemos) basarnos a la vez civil se manifestaba en el acto. El Estado sólo
en Guevara y Mao, y también en Lenin, Ho Chi era una trinchera avanzada, tras de la cual había
Minh y otros revolucionarios que emplearon un poderoso sistema de fortalezas y casamatas;
más o menos numerosas de un Estado al otro,
las más diversas tácticas para lo que realmente
no hace falta decirlo –pero precisamente esto
importa: vencer, hacer la revolución y alcanzar
el socialismo en diferentes países. Eso (¿qué si
exigía un reconocimiento exacto de cada país
individual.
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no?) es ser comunistas.
El leninismo no es más que un desarrollo Así pues, para Gramsci el verdadero interna-
del marxismo de acuerdo a las condiciones de cionalismo no sería la simplificadora imposición
la Rusia de los años previos y posteriores a 1917, de una sola táctica y un solo modelo organizati-
de igual modo que el maoísmo lo es a las con- vo únicos e independientes de las circunstancias
diciones de la China de los años previos y pos- concretas. Durante el proceso revolucionario
teriores a 1949. No ha de existir una única vía chino, por ejemplo, la forma en que han de relacio-
al socialismo, sino que puede haber multitud de narse las clases en los países atrasados y semi-colo-
vías nacionales. niales es una cuestión que tiene menos de universal
de lo que pensaban la Internacional Comunista
por un lado, y Trotsky por el otro (ya que, aunque
VII. Las vías nacionales al socialismo pensaran exactamente lo contrario, ambos coinci-
dían en defender la existencia de una única táctica
Así, en sus brillantes Cuadernos de la cárcel,
posible o adecuada para todas aquellas naciones
escritos desde las mazmorras de Mussolini,
que se encontraran en tal situación).
Gramsci escribió:
Mariátegui, en cambio, no tratará de imponer
Está por ver si la famosa teoría de Trotsky al resto del planeta su interpretación sobre la
sobre el carácter permanente del movimiento realidad peruana e indo-americana. En «Punto
no es el reflejo político de las condiciones econó- de vista antiimperialista» (1929), escribirá:
micas, culturales y sociales generales en un país
en el que las estructuras de la vida nacional son La colaboración con la burguesía, y aun con
embrionarias y laxas, e incapaces de convertirse muchos elementos feudales, en la lucha anti-im-
en «trincheras» o «fortalezas». En este caso se perialista china se explica por razones de raza,
puede decir que Trotsky, aparentemente «occi- de civilización nacional que entre nosotros no
dental», fue de hecho un cosmopolita –esto es, existen. El chino noble o burgués se siente en-
superficialmente occidental o europeo. Lenin, trañablemente chino. Al desprecio del blanco
por su parte, fue profundamente nacional y por su cultura estratificada y decrépita, co-
profundamente europeo. Me parece que Lenin rresponde con el desprecio y el orgullo de su
comprendió que era necesario un cambio de la tradición milenaria. El anti-imperialismo en la
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China puede, por tanto, descansar en el sen- [la experiencia histórica] «ha demostrado, y
timiento y en el factor nacionalista. En Indo- en condiciones que excluyen toda torcida in-
América las circunstancias no son las mismas. terpretación, que, por grande que sea el papel
La aristocracia y la burguesía criollas no se revolucionario de los campesinos, el campe-
sienten solidarizadas con el pueblo por el lazo sinado no puede ser nunca autónomo ni, con
de una historia y de una cultura comunes. En mayor motivo, dirigente. El campesino sigue al
el Perú, el aristócrata y el burgués blancos des- obrero o al burgués.
precian lo popular, lo nacional. Se sienten, ante
Naturalmente, tan extravagante tesis no
todo, blancos. El pequeño burgués mestizo
puede ser defendida por nadie mínimamen-
imita este ejemplo.
te serio en la actualidad, pues «la experiencia
histórica» ha demostrado (y «en condiciones
VIII. La determinación del sujeto que excluyen toda torcida interpretación»)
revolucionario que Trotsky se equivocaba. Por suerte, el
marxismo posterior superó estas limitacio-
La determinación del sujeto revolucionario nes. Che Guevara, siempre partidario de «los
(que a su vez condiciona sensiblemente la inter- guajiros» contra «el llano», escribirá acerca de
vención política) es otro claro ejemplo de todo «el ejemplo que nuestra revolución ha significa-
esto. Mao escribe en «Sobre la nueva democra- do para la América Latina y las enseñanzas que
cia» (1939): implican haber destruido todas las teorías de
cualquier escolar sabe que el 80 por ciento de salón», añadiendo, muy en la línea de Mao, que
la población de China es campesina. Por eso, el
12 problema campesino es el problema básico de
la revolución china, y la fuerza de los campesi-
una de esas enseñanzas que debían extraerse
del proceso cubano era «que hay que hacer re-
voluciones agrarias, luchar en los campos, en
nos constituye la fuerza principal de ésta. las montañas y de aquí llevar la revolución a las
Más tarde, además, en «La situación actual y ciudades» («Proyecciones sociales del ejército
nuestras tareas» (1947) describirá su táctica re- rebelde», 1959). En otro texto del mismo año,
volucionaria en los siguientes términos: («¿Qué es un guerrillero?»), el Che escribirá
tomar primero las ciudades pequeñas y literalmente: «el guerrillero es, fundamen-
medianas y las vastas zonas rurales, y luego las talmente y antes que nada, un revolucionario
grandes ciudades. agrario».
Más allá de las valoraciones del Che, la
Esta alegría creadora resultaba desconcer-
historia misma del siglo XX ha dejado meridia-
tante para el marxismo anterior, mucho más
namente clara una idea: que el sujeto revolucio-
anquilosado, que consideraba al proletariado
nario está constituido, sencillamente, por los
industrial como el único sujeto revolucionario
explotados en sus múltiples formas (incluidos
posible y despreciaba al campesinado en su glo-
los campesinos pobres). ¿Habrá que recordarle a
balidad. Trotsky, en el Congreso de Londres de
alguien cuál es el significado de que en nuestro
1907, declaró que
símbolo la hoz aparezca junto al martillo? La
sería indigno de un marxista pensar que el revolución rusa fue comandada por obreros
partido de los campesinos es capaz de ponerse industriales, en alianza con el campesinado
a la cabeza de la revolución. pobre. La revolución cubana (o la china, o la
añadiendo que vietnamita, o la nicaragüense), por el campesi-
es la ciudad la que posee la hegemonía en la nado guerrillero, en alianza con los trabajado-
sociedad moderna, y sólo la ciudad es capaz de res de las ciudades. Una revolución actual en el
desempeñar un papel importante. (El partido Estado español podría ser encabezada por una
del proletariado y los partidos burgueses en la alianza de los trabajadores del llamado «sector
revolución) terciario», los obreros industriales y los parados,
En La revolución permanente (1930), Trotsky por ejemplo (algo que, al parecer, no produci-
universalizaría su vulgata haciéndola extensible ría sino espanto al «monoazulismo vulgaris»).
a cualquier nación del mundo: Es decir, por la clase asalariada capitalista (que,
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recordemos, puede producir objetos o servicios) herejes. Pero, en realidad, sólo fueron herejes
realmente existente en el Estado español actual, en un sentido superficial o sintomático, ya que,
por los proletarios, por los que, al no poseer en un sentido profundo o analítico, no se trata
medios de producción, sólo pueden vender su tanto de que Lenin fuera «hereje» de Marx como
fuerza de trabajo (y, en demasiadas ocasiones, ni de que lo comprendió mejor que nadie. Mao fue
eso consiguen). también un gran «comprendedor» de Marx. En
Pese a ello, una parte sustancial del pen- sentido estricto, con lo que Lenin fue hereje es
samiento comunista se niega a subsanar este con las interpretaciones limitadas y reformistas
problema de un modo constructivo. Más bien se de Marx y del marxismo divulgadas en su época
limita a generar una nueva escolástica. Si, por (véanse por ejemplo a Plejanov o Kautsky).
ejemplo, el marxismo tradicional subestimaba Sin embargo, añadir nuevos guiones no
el rol del campesinado en determinadas forma- soluciona nada, y además supone una radical
ciones sociales, esto se subsanaba creando la incomprensión de lo que es la dialéctica. Lenin
teoría del marxismo-leninismo-maoísmo. y Mao no rechazaron (ni aceptaron) las aporta-
Como algunos de los participantes en el ciones teóricas previas en bloque (ni tampoco
debate sobre «lo universal y lo particular» Marx, cuya teoría laboral del valor se basaba
señalaron, a cada nueva etapa, nuevo problema en autores como Adam Smith). Lo que hicieron
teórico o nuevo conjunto de problemas teóricos fue, como diría Hegel, «superar conservan-
se añade, guión mediante, una nueva etiqueta a do» (aufhebung). Pero superar al fin y al cabo
la fórmula (o se funda una nueva «Internacio- (y también desechar). Lo que hicieron con el
nal», en el caso del trotskismo) y el problema
se considera solucionado. Sin embargo, la
marxismo anterior no fue matarlo, sino, como
diría Carlo Frabetti, tragárselo vivo. El marxismo 13
teoría marxista, al no constituir un listado se va enriqueciendo y puliendo progresivamen-
de consignas, sino un método o programa de te, pues no realiza meras «adaptaciones» a dife-
estudio, lleva implícitos sus propios desarro- rentes circunstancias, sino auténticos desarro-
llos sin necesidad de añadir subordinaciones o llos nuevos en función de la cambiante realidad
«pensamientos principales». El conocimiento es de un mundo «ancho y ajeno».
infinito, no sólo porque sea acumulativo, sino En Historia y conciencia de clase, Lukács
porque su objeto de estudio (la realidad física y afirmó que «marxismo ortodoxo no significa
social) es infinito y cambiante. reconocimiento acrítico de los resultados de la
Si al enfrentarme a mi proceso particu- investigación marxiana, ni fe en tal o cual tesis,
lar, argumentó un camarada, niego los princi- ni interpretación de una escritura sagrada. En
pios desarrollados históricamente (dejando de cuestiones de marxismo la ortodoxia se refiere
aprender de ellos y sustituyéndolos por otros), exclusivamente al método». Imre Lakatos,
puedo cometer revisionismo; pero si ante un por su parte, afirmaba con toda razón que el
problema nuevo que todavía no se conoce marxismo es un programa de investigación
demasiado (o cuyo conocimiento es general e cuyo núcleo duro es irrefutable y cuyas teorías
impreciso) no me esfuerzo por extraer enseñan- laterales (el cinturón protector) pueden ser
zas nuevas, tengo el riesgo de incurrir en el más alteradas sin que dicho núcleo duro se vea
burdo y paralizador dogmatismo, y entonces el afectado. Tenemos una «verdad universal capi-
pensamiento marxista se estanca y no sirve para talista», que es la fórmula D-M-D’ (donde D’>D).
absolutamente nada. El capitalista vuelca una cantidad de dinero a
la esfera mercantil, valorizándolo y recuperan-
do una cantidad mayor: el dinero inicial más
IX. Aufhebung: la clave del marxismo la plusvalía. Los mecanismos de explotación
hereje y extracción de la plusvalía pueden ser más
Por supuesto, el marxismo vulgar se olvida complejos y diversos que en tiempos de Marx;
de algo: Lenin fue un hereje de Marx, y Mao en algunos países puede predominar el sector
un hereje de Lenin. Es más: si pudieron ser re- terciario o la explotación capitalista del campo
volucionarios fue precisamente porque fueron (muy distinta, naturalmente, al feudalismo);
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pero, en toda sociedad capitalista, la plusvalía Qué decir del modelo de partido del Qué
sigue apareciendo como ganancia empresarial, hacer (adaptado a las durísimas condiciones de
comercial (y bancaria), a interés o como renta clandestinidad bajo la autocracia zarista, pero
del suelo o la tierra. repetido en coyunturas muy diferentes, llegando
Lo que el guionismo ha hecho es elevar incluso al ridículo); o de la boba creencia de
algunos de esos desarrollos teóricos laterales de que las opresiones nacional o de género no
los que hablábamos (por ejemplo el leninismo) a requieren un tratamiento específico (pues,
nuevo núcleo duro o centro principal. según cierto cafre economicismo, serán subsa-
nadas de manera automática por la implemen-
tación de una economía de corte socialista); o
X. La esterilidad del marxismo del eterno mito que ya hemos comentado según
analógico el cual el campesinado explotado no puede ser
Sin embargo, fuera de ese centro irrefutable revolucionario (refutado hasta la extenuación
que hemos señalado, el marxismo está abierto por la «insignificante» realidad histórica de
a nuevas aportaciones. El marxismo vulgar todo el siglo XX); o del burdo productivismo
y dogmático, que funciona simplemente por (que ignora los límites ecológicos del planeta
analogía, no es funcional a los intereses trans- por el sencillo motivo de que Marx, que vivió
formadores, ya que en demasiadas ocasiones en el siglo XIX, no pudo conocerlos); o del in-
termina por llevar a la inoperancia. movilismo purista (que se niega a participar
No se analiza debidamente algo que la lin- en los movimientos sociales debido al carácter
14 güística pragmática actual conoce a la per-
fección: que el contexto en el cual se produce
impuro de los mismos desde un punto de vista
clasista, obviando las drásticas transformacio-
un mensaje forma parte del mensaje mismo, nes sufridas en la estructura de la clase obrera
transmitiendo tanta información como el desde los tiempos, ya superados, en los que el
propio contenido lingüísticamente codifica- fordismo dominaba Europa); o del empeño en
do. Ignorando esto, se razona de la siguiente seguir empleando jerga teórica incomprensible
manera: aquello mismo que Lenin hizo, de para las masas (como aquello de la «dictadura
ser repetido, ha de dar idénticos resultados en del proletariado», como si lo que hubiera que
cualquier momento o lugar del mundo o de la preservar no fuera dicho concepto político, sino
historia. Dicha asunción vergonzante del «mito su expresión terminológica, aunque resulte ana-
del eterno retorno» tiene más de circularidad crónica); o incluso del mito mesiánico según el
metafísica que de espiral dialéctica; de pensa- cual el Estado, al ser definido ­–en análisis clara-
miento mágico que de pensamiento racional; de mente insuficientes­– como mero «instrumento
repetición idealista de los hechos históricos que clasista», se «disolverá» progresivamente bajo
de «repetición como farsa». el socialismo (mito defendido por puro nomi-
Desgraciadamente, los errores teóricos nalismo o para ser más coherente con Lenin
tienen sus consecuencias en el nivel de la que con la realidad misma, pero que, en el
práctica política, y esta analógica y antimarxis- fondo, nadie se toma demasiado en serio, dada
ta ignorancia del contexto conduce a posiciones la obvia necesidad, en sociedades complejas, de
sencillamente surrealistas. Véase por ejemplo leyes y mecanismos coercitivos que las hagan
la posición de aquellos «comunistas» que, por cumplir).
analogía, siguen obcecados en constituirse en
la excepción dentro de CC OO, a pesar de la XI. La fertilidad del marxismo real
innegable constancia de que dicho «sindicato»
sólo sirve a los intereses de la burguesía y es cada Como fondo oculto de estas concepcio-
vez más odiado por el conjunto de la clase traba- nes «analógicas» encontramos una aplicación
jadora (obcecación para ellos justificada merced rígida y abusiva del esquema base/superestruc-
a la burda repetición de una cita descontextua- tura, tras la estela de unos breves párrafos del
lizada en la que Lenin llamaba a «participar en célebre Prefacio a la Contribución a la crítica de
los sindicatos reaccionarios»). la economía política de Marx (1859):
Marxismo sin guiones

El conjunto de estas relaciones de produc- su teoría, y el comunismo, como movimien-


ción forma la estructura económica de la to político, ha sido mucho más antidogmático
sociedad, la base real sobre la que se levanta de lo que muchos querrían reconocer. Porque
la superestructura jurídica y política y a la que los «marxistas reales», en su praxis, han sido
corresponden determinadas formas de con- capaces de articular las tácticas políticas más
ciencia social. dispares (y fructíferas) en función de los diferen-
Si toda superestructura, obra de arte, institu- tes medios a los que se han enfrentado: desde los
ción política o ideología no es más que el reflejo soviets obreros rusos, hasta las guerrillas cam-
fijo y unívoco de determinadas relaciones de pro- pesinas cubanas, pasando por el Frente Popular
ducción o de propiedad, entonces es lógico que antifascista o el empleo táctico de las institucio-
a toda intervención política igual correspondan nes parlamentarias en Chile o Venezuela, entre
resultados iguales y análogos también. El de- otras innumerables eventualidades.
terminismo unidireccional, aislante, que corta Lo mismo cabría decir al nivel de la «superes-
artificialmente el flujo dialéctico y recíproco de tructura»: los artistas marxistas han compren-
influencias entre estas esferas, lleva en no pocas dido mejor que muchos «teóricos» (o estadistas)
ocasiones al culto de las estructuras formales en que no hay una única tendencia artística válida
sí mismas. o revolucionaria, cultivando las más diversas
Así, se razona de la siguiente manera: si el formas estéticas: desde el realismo socialista de
KKE griego ha sido capaz de generar el tejido Máximo Gorki, hasta el surrealismo vanguar-
social que ha generado (y, de hecho, si la propia dista de César Vallejo, pasando por el teatro
revolución rusa fue posible), esto es debido a
la implementación de una estructura política
épico de Bertolt Brecht o Alfonso Sastre y mil
ejemplos más. 15
férreamente leninista. Pero decir esto es decir
sólo una parte de la verdad, o, en otras palabras,
media mentira. Efectivamente, el KKE ha
XII. Conclusiones
generado un gran tejido social. Pero también lo Como dijo Mariátegui en su «Aniversario y
ha hecho el MLNV (con una estructura orga- balance» de la revista Amauta
nizativa completamente diferente). También lo el socialismo, aunque haya nacido en Europa
hizo la revolución cubana (con otra estructu- como el capitalismo, no es tampoco específica
ra diferente, a su vez, de las dos anteriores). Y ni particularmente europeo. Es un movimiento
etcétera. mundial […] No queremos, ciertamente, que el
Si la implementación de «estructuras de socialismo sea en América calco y copia. Debe
PC» tuviera efectos tan milagrosos, multitud de ser creación heroica. Tenemos que dar vida,
hechos históricos pasarían a ser imposibles de con nuestra propia realidad, en nuestro propio
comprender: véase el apoyo a Violeta Chamorro lenguaje, al socialismo indo-americano».
por parte del PC de Nicaragua, para expulsar Esa es la cuestión: jamás el calco y la copia
del gobierno a los sandinistas. O la bochornosa dieron los frutos que a muchos m-l les gustaría.
actitud de Mario Monje, fundador y secretario Insistamos en algo: gracias a la revolución
general del PC de Bolivia, frente al foco guerri- cubana, que no la hizo un partido sino un movi-
llero organizado por el Che Guevara en dicho miento, sabemos que dar culto a determinadas
país. ¿No ha sido, de hecho, el PC chino quien ha estructuras organizativas no deja de ser puro
reinstaurado el capitalismo en su nación? folklore, pues lo determinante, como compren-
Con todo, por más que un regimiento de ter- dió el citado MLNV, es el grado de inserción y
tulianos, «todólogos» y profesores universita- tejido social que logremos crear. Por lo demás,
rios anticomunistas se empeñen en lo contrario, aunque nos cojamos de los brazos en las ma-
el marxismo purista y dogmático no es más nifestaciones como hace el KKE griego, eso no
que una rama, y además minoritaria, dentro de nos convertirá en el KKE griego (pues lo que
la teoría marxista. Además, puede decirse que efectivamente es referencial para los revolu-
la práctica política de las organizaciones co- cionarios de toda Europa no es «lo externo»,
munistas ha ido siempre muy por delante de la forma, sino «lo interno», el contenido: por
laberinto nº 36 / 2012

ejemplo, su línea política y sindical), de igual su intransigente deseo de destruir por la vía re-
modo que tampoco el dejarnos barba y ador- volucionaria y ­ –valga la redundancia– armada
narnos con un gorro de estrella roja incremen- un sistema imposible de reformar como es el
tará nuestras posibilidades hasta equipararlas a capitalismo, edificando sobre sus cenizas una
las que tuvo el M-26. sociedad socialista (objetivo que los tres alcan-
El folklore, la lógica identitaria o de ghetto y zaron en diversas naciones y de las más diversas
el culto a estructuras inadaptadas son algunas maneras). Ese era su «universal».
de las manifestaciones prácticas del fenómeno El guionismo es una falsa salida para la crisis
teórico guionista. Pero las estructuras organi- del movimiento comunista, una huida hacia
zativas no las escogemos nosotros: las escoge adelante que, como un bucle, no lleva sino a re-
el enemigo. Y aunque el enemigo sea la clase troceder; un modelo de comunismo acompleja-
dominante internacional, ésta tiene siempre do que intenta huir de sus defectos añadiendo
expresión a otro nivel: en un marco de relaciones guiones identitarios en una sucesión intermi-
nacional (a su vez interrelacionado con el resto nable; pero que, lejos de abrir las posibilidades
de marcos nacionales existentes). Los distintos del marxismo, efectúa un cierre epistemológi-
marcos jurídicos, políticos o históricos nacio- co que lo esteriliza. Superar el guionismo (no,
nales imponen muy diferentes formas de orga- por supuesto, el guión como elemento formal,
nización, que, en función de las circunstancias sino la lógica guionista que hemos tratado de
y avatares de la lucha de clases, pueden tener rebatir) se nos antoja un requisito imprescindi-
igual contenido o eficacia revolucionaria: desde ble para superar la crisis que sufre la producción
16 frentes amplios, hasta clandestinidad, pasando
por partidos, movimientos, organizaciones
teórica ligada a las organizaciones marxistas (y,
en consecuencia, la intervención política de las
armadas, sindicatos… Además, las culturas de mismas). Cada vez son más los marxistas que
los pueblos oprimidos son mucho más ricas de comienzan a comprender esto. Sin embargo,
lo que el culto a la «forma universal de partido mientras la historia sigue pasando por delante
leninista» se presta a aceptar. de sus ojos, los guionistas se empeñan en seguir
También dijo Machado que «al volver la vista añadiendo guiones (o, peor aún, tratan de fijar
atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a la historia atrincherándose frente a cualquier
pisar». Si hay diferentes formas de hacer valer herejía).
los contenidos revolucionarios, no se trata de Así, nos encontramos con anécdotas sig-
defender uno u otro modelo, sino uno y otro nificativas, como esos comunistas que, con
modelo como referentes parciales en la búsqueda orgullo, se declaran seguidores del «marxismo-
de nuestro propio modelo, de nuestra propia leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo-
vía hacia la emancipación. No en vano, aquello principalmente Gonzalo». Una cosa está clara:
que un chino como Mao, un argentino-cubano como sigamos añadiendo guiones, dentro de un
como el Che y un ruso como Lenin compartían siglo necesitaremos tres folios enteros nada más
y tenían en común no era un corpus teórico in- que para escribir el nombre de la ideología. Pero,
abarcablemente pormenorizado por la lógica por desgracia, la narración de nuestros éxitos
de los guiones, ni tampoco un modelo organi- revolucionarios seguirá requiriendo en cambio
zativo válido para tan dispares contextos, sino bastantes menos líneas.

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