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Cuando Dios Llama Charles Stanley
Cuando Dios Llama Charles Stanley
Lo cierto es que cada creyente aquí presente lo ha oído de Dios, hemos oído el
llamamiento de Dios, por eso estamos aquí. Casi todos sin duda han escuchado el
llamamiento de Dios.
Quisiera hablar de los aspectos del llamamiento de Dios porque no conozco nada
que sea más serio en la vida que darse cuenta de que el Dios soberano del
universo nos ha enviado a usted y a mí un mensaje o mensajes personales y
específicos con la intensión de que tomemos decisiones o cumplamos un
propósito o su voluntad para nuestras vidas o que actuemos de manera que
armonice con su propósito para ellas.
El primer llamamiento es para la salvación. Eso quiere decir que ¿ya paso una
vez? No, puede llamar muchas veces pero su primer llamamiento es para
salvación.
En Mateo 11:28 dice “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo
os haré descansar” También en Lucas 5:32 dice “No he venido a llamar a justos,
sino a pecadores al arrepentimiento” Cuando el apóstol Pablo predico en Atenas
dijo “Dios manda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan” Y por
ejemplo si vemos en la biblia en 1 Timoteo 6:12 dice “Pelea la buena batalla de la
fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado” Dios llama y
envía un mensaje especifico a la gente para ayudarles a entender que son
pecadores, separados de él, perdidos eternamente sin él y ese es un llamamiento
para recibirle por medio de Jesucristo como su salvador personal.
Pero Dios no está satisfecho solo por la salvación, quiere una vida santificada, una
vida piadosa, quiere que andemos en presencia del poder y reconocimiento del
Espíritu Santo en nuestras vidas, a fin de que Dios pueda expresar su naturaleza
divina por medio de nosotros.
¿En qué consiste la gracia de Dios? La declaración de Dios es, yo sé que no serás
perfecto, sé que no puedes ser perfecto, mi gracia se hace cargo de tu
pecaminosidad.
Eso no nos da licencia para pecar, sino motivación, para andar piadosamente
delante de él, a contemplar la cruz y reconocer el precio que Jesucristo pago por
el perdón de mi pecado. ¿Cómo podría estar satisfecho viviendo en
desobediencia? Y puesto a que nuestro salvador y dueño como podría estar
satisfecho entregándole el 40%, el 50%, permítame preguntarle ¿Quién nos creó?
Dios todopoderoso, ¿con que propósito nos creó? ¿Alguna vez se ha contestado
esa pregunta? ¿Alguna vez se ha contestado esa pregunta en lo personal, Dios
mío porque me creaste? Algunos después de esa pregunta dirían, porque me
creaste, ¿Quién soy yo? ¿Dios mío porque me creaste? No soy importante, no
puedo hacer nada, no puedes usarme. Todas esas añadiduras secundarias que
hacemos a las preguntas van en detrimento de nuestro pensamiento.
Dios nos ha llamado a cada uno porque se propuso hacerlo, porque nos ama. Dios
no necesita ninguna otra razón además de su amor por nosotros, con eso basta. Y
su primer llamamiento es para salvación, su segundo llamamiento es sobre una
vida santa, hay un tercer llamamiento, el llamamiento al servicio.
En Efesios 2:8-10 dice “Porque por gracia sois salvo por medio de la fe; y esto no
de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque
somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Nuestro estilo de vida en
sí, es que usted y yo somos siervos de Dios; yo no soy más siervo de Dios que
usted, lo único es que yo tengo este rol y usted tiene el suyo, no hay tal cosa como
rol sin importancia.
La gente dice “con tal que logre entrar” (al cielo), mire esa es una frase diabólica,
es un engaño del diablo decir “con tal que logre entrar” es todo lo que importa,
pero es que no han puesto atención al concepto bíblico del cielo ni del juicio si
opinan así.
Él nos ha dado a cada quien un don espiritual, somos hijos de Dios tenemos un
don espiritual con el cual Dios nos ha equipado con el fin de que hagamos bien lo
que él nos ha ordenado. No importa lo que nos ha llamado a hacer, lo haremos
bien si dependemos del Espíritu Santo y si actuamos basado en nuestro don
espiritual, haremos bien lo que Dios nos ha ordenado.
Invertimos la vida o la desperdiciamos. El llamamiento de Dios es triple.
Primero el llamamiento a la salvación y vida eterna, el llamamiento a la vida santa,
el llamamiento al servicio fiel, ¿usted ha respondido al llamamiento? Quizás digas
“estoy pensándolo”, ¡Esa no es la respuesta! Pensar en ella no basta.
Escuche, debo decirles cuan serio son los llamamientos de Dios, pensemos en la
naturaleza en sí de los llamamientos de Dios, por ejemplo nuestro pasaje dice
“Que Dios nos llamó con llamamiento santo”. El llamamiento de Dios es asunto
serio. Recuerdo por ejemplo que siendo niño jugábamos, mama nos decía que la
comida seria a cierta hora y no llegábamos, entonces nos llamaba, estábamos a
una cuadra y oímos su voz llamándonos por nombre. Si teníamos reloj lo veíamos
aunque éramos tan pobres que no teníamos, pero podíamos verla sabiendo que si
nos llamaba era hora de comer y no éramos muy tontos, dejábamos todo y
regresábamos a casa por dos razones; quizás una fuera porque teníamos hambre
pero la segunda era más importante “¡Ella nos llamaba!” ¿Sabe que sucedía si no
le hacíamos caso? Para nosotros como niños ese era un llamamiento importante,
el llamamiento más importante en nuestra vida no es el de nuestra madre, sino el
de Dios.
Es posible que usted y yo podamos darnos el lujo de llegar tarde a comer, pero no
podemos llegar tarde a este llamamiento; el llamamiento divino es un llamado con
propósito.
Y pensemos en esto, hoy en día usted es salvo porque Dios le escogió, le escogió
con un propósito, él le ama, desea lo mejor para usted, a planeado lo mejor para
usted, espera que usted responda estos llamamientos de salvación, de santidad y
de servicio.
No solo afectará esta vida, sino en la vida venidera, nos afecta aquí ahora y afecta
nuestra recompensa en el cielo. Si una persona dice “basta que solo sea salvo, es
todo lo que me importa”, al leer sobre la recompensa en 1 Corintios 3 y
comparecer en el juicio, lo pensaremos dos veces antes de conformarnos con eso.
También debo decir que su llamamiento es irrevocable, Dios no dice -te llame
tiempo atrás, pero tú no hiciste lo que dije así que cambie de parecer-. Los
llamamientos de Dios son irrevocables, es imposible irrevocarlo, Dios no me llama
y luego cuando surgen problemas y hay complicaciones, sufrimos persecución,
alguien no nos acepta, nos desalentamos, nos decepcionamos y decimos bueno
Señor, esto no funciona así que regresare a lo que antes hacía. Quizás decidamos
regresar, pero Dios no anula el llamamiento santo que nos hizo, no importa lo que
nos haya ordenado hacer. El llamamiento de Dios es irreversible y ¿Cómo Dios
nos llama? Primordialmente nos llama por medio de su palabra, quizás por un
mensaje, un pasaje que leemos, el testimonio de otra persona, Dios usa todo tipo
de circunstancias para enviar un mensaje poderoso a nuestra vida de que él nos
habla, de que quiere que hagamos algo, nos habla por medio de su Espíritu Santo,
y creo que de todas las maneras en que Dios nos llama, si juntamos esas dos, si
hemos creído en él como nuestro salvador personal y dentro de nosotros vive el
Espíritu Santo, si una de las personas de la deidad vive dentro de nosotros ¿Qué
está haciendo? Recibiendo el mensaje del padre, interpretándolo a nuestro
corazón, interpretando la palabra de Dios a nuestro corazón.
Así que a veces me llama y usted dirá ¿Acaso Dios grita? No verbalmente, pero
tiene maneras de gritar y a veces es puro dolor, el dolor puede ser tan fuerte, que
es más fuerte que la voz humana de cualquiera porque penetra hasta lo más
profundo del corazón de una persona. ¿Por qué esforzar a Dios a enviarnos
dificultad, dolor, para captar nuestra atención? ¿Cómo nos llama Dios? Él siempre
nos llama con amor, con perdón, siempre nos llama por medio de su Espíritu, por
su preciosa palabra. ¿Y cómo respondemos usted y yo a eso? Algunos dirán Dios
me ha llamado y quisiera aplazarlo, eso no es posible.
Cada día que vivimos lejos de la voluntad de Dios, perdemos mucho, por ahora
perdemos bendiciones y más tarde recompensas.
Si está presente aquí ya sabe que Dios le ha llamado a alguna área de servicio,
podrá recordar cuando él llamó y que usted dijo que no, podría haber sido algo
bastante muy importante desde su punto de vista o quizás lo fue, pero usted sabe
que Dios le llamó y usted dijo no; le dijo que estaba ocupado, lo cierto es que
quizás tenga temor, lo que haya sido. Pero en esta ocasión está dispuesto a decir
al Dios vivo: “Padre lo que quieras, a donde quieras enviarme, lo que quieras
hacer en mi vida, o lo que quieras hacer por medio de mí; la respuesta desde este
momento Dios mío es ¡sí!”.