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Byung-Chul Han, un filósofo de nuestro tiempo

(Este nombre sigue la onomástica coreana, el apellido es Han.)

Byung-Chul Han (o Pyong-Chol Han) (Seúl, 1959) es un filósofo y ensayista


surcoreano experto en estudios culturales y profesor de la Universidad de
las Artes de Berlín. Escribe en idioma alemán y está considerado como uno
de los filósofos más destacados del pensamiento contemporáneo por su
crítica al capitalismo, la sociedad del trabajo, la tecnología y la
hipertransparencia.

Han es autor de dieciséis libros, de los cuales los más recientes son
tratados acerca de lo que él denomina la «sociedad del cansancio», y la
«sociedad de la transparencia», y sobre su concepto de shanzhai, neologismo que busca identificar los modos de la
deconstrucción en las prácticas contemporáneas del capitalismo chino.

El trabajo actual de Han se centra en la «transparencia» como norma cultural creada por las fuerzas del mercado
neoliberal, que él entiende como el insaciable impulso hacia la divulgación voluntaria de todo tipo de información
que raya en lo pornográfico. Según Han, los dictados de la transparencia imponen un sistema totalitario de apertura
a expensas de otros valores sociales como la vergüenza, el secreto y la confidencialidad.

Para rebelarse ante el capitalismo digital ha desarrollado una fórmula propia de resistencia política: no tiene
smartphone, no hace turismo, solo escucha música analógica, no trata a su alumnado como clientes y dedica tiempo
a cultivar su jardín.

Obra
La sociedad del cansancio

En su obra La sociedad del cansancio, Han caracteriza a la sociedad actual como un paisaje patológico de
trastornos neuronales, tales como depresión, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastorno
límite de la personalidad y agotamiento (burnout). Afirma que no se trata de «infecciones» sino de
«infartos», que no son causados por un fenómeno negativo de inmunología en las personas sino por un
«exceso de positividad».

La agonía del Eros

La agonía del Eros desarrolla el pensamiento del autor ya plasmado en el libro que se acaba de citar y en La
sociedad de la transparencia), dirigiendo también la atención a temas como las relaciones humanas, el
deseo y el amor. Basándose en un análisis esclarecedor de los personajes de la película Melancholia, de Lars
von Trier, en la que Han ve depresión y superación, desarrolla en su forma discursiva habitual la imagen de
una sociedad cada vez más dominada por el narcisismo y la autorreferencia. Este diagnóstico de Han se
extiende incluso hasta lo que él denomina «pérdida del deseo», la desaparición de la capacidad para
dedicarse al «otro», al extraño, al no-yo. Giramos alrededor de nosotros mismos, nos restringimos en nuestra
mismidad, incapaces de construir relaciones con los demás. Incluso el amor y la sexualidad se impregnan de
este cambio: socialmente, el sexo, la pornografía y el exhibicionismo están desplazando al amor, al erotismo
y al deseo en el ojo público. La abundancia de positividad y autorreferencia conducen a una pérdida de
interacción. El pensamiento, según Han, se basa en la «no oposición», en el deseo de algo que uno no
entiende todavía. Se conecta en alto grado al Eros, por lo que La agonía del Eros (título de su obra) es
también una «agonía del pensamiento». No todo debe ser comprendido y debe «gustar», no todo debe estar
disponible.
Topología de la violencia

En Topología de la violencia el autor continúa su análisis alarmante de una sociedad al borde del colapso
que comenzó con La sociedad del cansancio. Se centra en la relación entre la violencia y la individualidad,
demostrando que pese a la tesis generalizada de su desaparición, la violencia solo ha cambiado su forma de
mostrarse y opera de maneras más sutiles. La violencia en forma de guerra da paso a otra, anónima, «de-
subjetivada» y sistémica, que no se revela ya que se fusiona con su antagonista, la libertad.

A través de Sigmund Freud, Walter Benjamin, Carl Schmitt, Richard Sennett, René Girard, Giorgio
Agamben, Deleuze/Guattari, Michel Foucault, Michel Serres, Pierre Bourdieu y Martin Heidegger, Han
adopta su propio concepto de la violencia, que define funcionando en la individualidad libre. Impulsados por
la única exigencia de perseverar y no fallar, así como por la ambición de la eficiencia, nos convertimos en
renunciadores y sacrificadores al mismo tiempo, entrando en un remolino de limitación, autoexplotación y
colapso. Este lúcido estudio de Han de la violencia ofrece muchas ideas poco ortodoxas y no teme criticar el
sentido común sobre la concepción moderna de la sociedad en libertad, la individualidad y la realización
personal, sacando a la luz el lado sombrío del asunto.

En un artículo sobre este autor del diario El País se recogen algunas de sus afirmaciones:

No hay, sin embargo, que confundir la seducción con la compra. «Creo que no solo Grecia, también España,
se encuentran en un estado de shock tras la crisis financiera. En Corea ocurrió lo mismo, tras la crisis de Asia.
El régimen neoliberal instrumentaliza radicalmente este estado de shock. Y ahí viene el diablo, que se llama
liberalismo o Fondo Monetario Internacional, y da dinero o crédito a cambio de almas humanas. Mientras
uno se encuentra aún en estado de shock, se produce una neoliberalización más dura de la sociedad
caracterizada por la flexibilización laboral, la competencia descarnada, la desregularización, los despidos».
Todo queda sometido al criterio de una supuesta eficiencia, al rendimiento. Y, al final, explica, «estamos
todos agotados y deprimidos. Ahora la sociedad del cansancio de Corea del Sur se encuentra en un estadio
final mortal». En realidad, el conjunto de la vida social se convierte en mercancía, en espectáculo. La
existencia de cualquier cosa depende de que sea previamente "expuesta", de "su valor de exposición" en el
mercado. Y con ello «la sociedad expuesta se convierte también en pornográfica. La exposición hasta el
exceso lo convierte a todo en mercancía. Lo invisible no existe, de modo que todo es entregado desnudo, sin
secreto, para ser devorado de inmediato, como decía Baudrillard». Y lo más grave: «La pornografía aniquila
al eros y al propio sexo». La transparencia exigida a todo es enemiga directa del placer que exige un cierto
ocultamiento, al menos un tenue velo. La mercantilización es un proceso inherente al capitalismo que solo
conoce un uso de la sexualidad: su valor de exposición como mercancía.10

En relación con el estado de malestar permanente del hombre moderno:

"La forma de curar esa depresión es dejar atrás el narcisismo. Mirar al otro, darse cuenta de su dimensión,
de su presencia", sostiene. «Porque frente al enemigo exterior se pueden buscar anticuerpos, pero no cabe
el uso de anticuerpos contra nosotros mismos». Para precisar lo que sugiere recurre a Jean Baudrillard: el
enemigo exterior adoptó primero la forma de lobo, luego fue una rata, se convirtió más tarde en un
escarabajo y acabó siendo un virus. Hoy, sin embargo, «la violencia, que es inmanente al sistema neoliberal,
ya no destruye desde fuera del propio individuo. Lo hace desde dentro y provoca depresión o cáncer». La
interiorización del mal es consecuencia del sistema neoliberal que ha logrado algo muy importante: ya no
necesita ejercer la represión porque esta ha sido interiorizada. El hombre moderno es él mismo su propio
explotador, lanzado solo a la búsqueda del éxito. Siendo así, ¿cómo hacer frente a los nuevos males? No es
fácil, dice. "La decisión de superar el sistema que nos induce a la depresión no es cosa que solo afecte al
individuo. El individuo no es libre para decidir si quiere o no dejar de estar deprimido. El sistema neoliberal
obliga al hombre a actuar como si fuera un empresario, un competidor del otro, al que solo le une la relación
de competencia".
La sociedad de trabajo y rendimiento

Han critica la generalización de presiones sobre el individuo, al que se le exige y él se autoexige una
actividad constante, una obligación que acaba por sumirlo en la depresión. La sociedad que acoge al ser
humano deja entonces de existir y se convierte en una sociedad de la obligación. La siguiente cita de su obra
Psicopolítica: neoliberalismo y nuevas técnicas de poder ejemplifica muy bien su pensamiento:

Quien fracasa en la sociedad neoliberal del rendimiento se hace a sí mismo responsable y se avergüenza, en
lugar de poner en duda a la sociedad o al sistema. En esto consiste la especial inteligencia del régimen
neoliberal. (…) En el régimen neoliberal de la autoexplotación uno dirige la agresión hacia sí mismo. Esta
autoagresividad no convierte al explotado en revolucionario, sino en depresivo.

En su obra La sociedad del cansancio, señala el autor:

La sociedad de trabajo y rendimiento no es ninguna sociedad libre. Produce nuevas obligaciones. La


dialéctica del amo y el esclavo no conduce finalmente a aquella sociedad en la que todo aquel que sea apto
para el ocio es un ser libre, sino más bien a una sociedad del trabajo, en la que el amo mismo se ha
convertido en esclavo del trabajo. En esta sociedad de obligación, cada cual lleva consigo su campo de
trabajos forzados. Y lo particular de este último consiste en que allí se es prisionero y celador, víctima y
verdugo, a la vez. Así, uno se explota a sí mismo, haciendo posible la explotación sin dominio.

En relación con este tema, en su artículo "¿Por qué hoy no es posible la revolución?" (07/10/2014), escribió:

No es posible explicar el neoliberalismo de un modo marxista. En el neoliberalismo no tiene lugar ni siquiera


la "enajenación" respecto del trabajo. Hoy nos volcamos con euforia en el trabajo hasta el síndrome de
Burnout [fatiga crónica, ineficacia]. El primer nivel del síndrome es la euforia. Síndrome de Burnout y
revolución se excluyen mutuamente. Así, es un error pensar que la multitud derroca al empire parasitario e
instaura la sociedad comunista. [...] ¿Y qué pasa hoy con el comunismo? Constantemente se evocan el
sharing (compartir) y la comunidad. La economía del sharing ha de suceder a la economía de la propiedad y
la posesión. Sharing is caring, (compartir es cuidar), dice la máxima de la empresa Circler en la nueva novela
de Dave Eggers, The Circle. [...] También en la economía basada en la colaboración predomina la dura lógica
del capitalismo. De forma paradójica, en este bello "compartir" nadie da nada voluntariamente. El
capitalismo llega a su plenitud en el momento en que el comunismo se vende como mercancía. El
comunismo como mercancía: esto es el fin de la revolución.

El aroma del tiempo: Un ensayo filosófico sobre el arte de demorarse

En esta obra Byung reflexiona sobre la crisis temporal contemporánea. Plantea la atomización del tiempo
como la problemática posmoderna, ya no nos enfrentamos a la aceleración del tiempo, sino a la
fragmentación del mismo, a la que el autor nombra disincronía: cada momento es idéntico, monótono; no
existe sentido y/o significado. El tiempo huye debido a que nada concluye, todo es efímero y fugaz. Ni
siquiera la muerte concluye, simplemente se concibe como un instante más. Así, invalida la visión de
Nietzsche y Heidegger de la muerte como consumación de una unidad con sentido.

Sin embargo, también propone que la posibilidad de recuperación de esta disincronía da lugar a la
posibilidad de una vida carente de teología y teleología, que aun así mantiene su propio «aroma». La crisis
sobre el tiempo en la posmodernidad no tiene porqué traer consigo un vacío temporal, pero para ello se
necesita un cambio, es decir que la vida activa acoja nuevamente a la vida contemplativa.

En el enjambre

En esta obra, Byung analiza la forma en la que la revolución digital, internet y las redes sociales han
transformado la esencia misma de la sociedad. Se ha formado una nueva masa: «el enjambre digital»: una
masa de individuos aislados, sin alma, sin acción colectiva, sin sentido y sin expresión. La
hipercomunicación digital destruye el silencio y únicamente percibe ruido carente de coherencia, aturdidor.
Bajo este contexto se impide el cuestionamiento al orden establecido, tomando así el sistema rasgos de
totalitarismo de forma poco visible.

Sobre el poder

En esta obra, Han enfrenta el caos teórico que existe en torno al concepto de poder buscando una «forma
fundamental» que permita comprender sus diversas manifestaciones. Diferencia el poder coactivo —
inestable y de baja intermediación respecto al otro sometido— y el poder que opera desde la libertad del otro
—mucho más estable y de alta intermediación. Sin embargo, en ambos casos reconoce una forma única de
poder que se caracteriza por el intento de continuarse a sí-mismo en el otro.

El rasgo fundamental del poder es «ir más allá de sí». Pero yendo más allá de sí, el sujeto del poder no se
abandona ni se pierde. Ir más allá de sí —y este es el modo en que marcha del poder— es al mismo tiempo ir
consigo.

Finalizando esta obra concluye que la única intermediación con el otro radicalmente diferente al poder está
dada por la amabilidad. La amabilidad tiene la capacidad de una "etización del poder" en cuanto permite que
el sí mismo no tenga necesidad de recuperarse a sí mismo en lo otro:

(...) la etización del poder exige que el lugar trascienda su tendencia ipsocéntrica, que brinde espacios no
solo a lo uno, sino también a lo múltiple y a lo marginal, que conceda estancias, que se vea conmovido por
una amabilidad original que detenga esta tendencia, esta voluntad de sí mismo (…) De la amabilidad emana
un movimiento distinto que del poder. Al poder en cuanto tal le falta la apertura para la alteridad. (p.
106).18

Temas
Han ha escrito, entre otros temas, sobre depresión nerviosa, trastorno por déficit de atención con
hiperactividad, trastorno límite de la personalidad, burnout, Internet, amor, cultura pop, poder, racionalidad,
religión, medios de comunicación de masas, subjetividad, cansancio, astenia, transparencia desde el punto de
vista social y de la conducta, y sobre violencia.

Dataísmo

En 2014 Byung manifestó en su libro Psicopolítica al respecto del dataísmo:

El Big Data debe liberar el conocimiento del arbitrio subjetivo. Así pues, la intuición no representa una forma
superior del conocimiento. Se trata de algo meramente subjetivo, de un auxilio necesario que suple la falta
de datos objetivos. En una situación compleja, siguiendo esta argumentación, la intuición es ciega. Incluso la
teoría cae bajo la sospecha de ser una ideología. Cuando hay suficientes datos, la teoría sobra. La segunda
Ilustración es el tiempo del saber puramente movido por datos. [...] El dataísmo se muestra como un
dadaísmo digital. También el dadaísmo renuncia a un entramado de sentido. Se vacía a la lengua totalmente
de su sentido: «Los sucesos de la vida no tienen ni comienzo ni fin. Todo transcurre de manera idiota. Por
eso todo es igual. La simplicidad se llama dadá». El dataísmo es nihilismo. Renuncia totalmente al sentido.
Los datos y los números no son narrativos, sino aditivos. El sentido, por el contrario, radica en una narración.
Los datos colman el vacío de sentido.[...] En general, el dataísmo adquiere rasgos libidinosos, incluso
pornográficos. Los dataístas copulan con datos. Así, se habla de «datasexuales». Son «inexorablemente
digitales» y encuentran los datos «sexys». El dígito se aproxima al falo.

Byung-Chul Han. Psicopolítica, Barcelona, Herder Editorial, 2014


Han es hoy considerado una estrella en el campo de la filosofía y sucesor aventajado de pensadores como
Roland Barthes, Giorgio Agamben y Peter Sloterdijk.

Su obra La sociedad del cansancio (Müdigkeitsgesellschaft) está disponible en más de una decena de
lenguas

Bibliografía selecta

o - Muerte y Alteridad. Barcelona, Herder, 2018


o Filosofía del budismo Zen. Barcelona, Herder, 2015
o Sobre el poder. Barcelona, Herder, 2016
o Hiperculturalidad. Barcelona, Herder, 2018
o Buen entretenimiento. Barcelona, Herder, 2018
o El aroma del tiempo: un ensayo filosófico sobre el arte de demorarse. Barcelona, Herder, 2015
o La sociedad del cansancio. Barcelona, Herder, 2012
o El arte de la falsificación y la deconstrucción en China. Buenos Aires, Caja Negra Editora, 2016
o Topología de la violencia. Barcelona, Herder Editorial, 2016
o La sociedad de la transparencia. Barcelona, Herder Editorial, 2013
o La agonía del Eros. Barcelona, Herder Editorial, 2014
o Por favor, cierra los ojos. Barcelona, Herder, 2016, ebook
o En el enjambre. Barcelona, Herder Editorial, 2014
o Psicopolítica. Barcelona, Herder Editorial, 2014
o La expulsión de lo distinto. Herder Editorial, 2017

Documental

La sociedad del cansancio – Byung-Chul Han en Seúl / Berlín». (2015)

Documental rodado por la artista visual Isabella Gresser, que acompañó al filósofo durante sus visitas en
Seúl entre 2012 y 2014. Gresser entreteje las observaciones cinematográficas, fotográficas y dibujadas que
ha hecho en Corea con texto hablado de Byung-Chul Han, fragmentos de conferencias y otros materiales,
tales como una entrevista con el director y productor coreano Park Chan-Wook o grabaciones de monjes de
un templo budista. Un tema central del documental es el del caminante, y la parte de Berlín está conectada
con la película Der Himmel über Berlin (El cielo sobre Berlín), escrita por Wim Wenders y Peter Handke,
en que Byung-Chul Han guía al espectador por las intimidades de su barrio y sus nostálgicas peculiaridades
autóctonas.

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