Está en la página 1de 4

¿Cómo convertir la falta de respeto hacia el adulto en una habilidad de vida?

Por: Carolina Zapata Monsalve.

Mg. En neuropsicología y educación.

Facilitadora de disciplina positiva para padres.

Cuando un hijo falta al respeto a sus padres el primer sentimiento que lo puede embargar es
de impotencia… ¿Cómo es posible? O quizás también de rabia y enojo ¡¿Cómo es posible?!
Frente a estas situaciones, en vez de realzar esta pregunta, es pertinente pensar qué hacer
cuando esto pase.

¿Sabías que muchas veces la falta de respeto hacia los padres de familia tiene que ver con el
estilo parental que ejercen los padres?

En el caso del estilo autoritario, un niño puede irrespetar a sus padres porque ha entendido
que es válido lastimar y herir al otro.

Para el caso del estilo permisivo, el niño tiende a irrespetar puesto que en su hogar no se han
establecido normas y límites y, por ende, hay unos padres de familia que ceden fácilmente y
que como consecuencia pocas veces dicen que no a algunas de sus peticiones.

Es por esto que el principio de disciplina firme y amable, promueve un estilo de crianza en el
cual los niños desarrollan el sentimiento de pertenencia e importancia. Esto ayuda a disminuir
las situaciones de irrespeto hacia los padres.
A continuación, algunos tips prácticos para convertir el irrespeto en el valor del respeto:

1) Ser modelo de respeto: los niños son observadores por naturaleza, la


observación es la herramienta de aprendizaje más poderosa; así que no sólo
basta con que lo respetes a él, sino también demostrar respeto hacia las
personas que hay alrededor.

2) Establecer normas y rutinas: las normas y las rutinas brindan claridad y


secuencia, esto ayuda a que el niño tenga un norte y sepa que se espera de él.

3) Hablar evitando los gritos, los sermones y la humillación: utilizar un tono de


voz firme y amable es respetuoso, por medio del modelo estas enseñando la
manera de tratar respetuosamente a los demás.

4) Evitar frases como:


 Eres un niño malo.
 No haces más que molestar, estoy cansada de tu actitud.
 Eres un desastre.
 Es que como no aprendes.
 Pareces tonto.
 ¿Cómo tengo que hablarte para que me entiendas?

5) Utiliza frases empáticas como, por ejemplo:


 Noto que estás enojado.
 Creo que este no es un buen momento para hablar.
 ¿Qué tal si nos tomamos nuestro tiempo fuera positivo?
 ¿Y si mejor esperamos a calmarnos? ¡Podremos llegar más fácil a una
solución!
 Lamento lo que acaba de suceder.
 Ahora no es el momento de hacer eso, es el momento de hacer esto…
 Entiendo cómo te sientes, pero debemos asumir las consecuencias de
nuestras decisiones.

6) Ser consistente: es importante que nuestros hijos comprendan y vean


coherencia en nuestros actos. Cuando actuamos según nuestro estado de ánimo
generamos confusiones. Es pertinente actuar siempre de la misma manera.

7) Reparar, asumir las consecuencias: cuando un hijo falta al respeto a los


padres, es importante que él asuma la consecuencia de este irrespeto y repare
el daño causado
a) Recogerse: buscar la calma.
b) Reconocer: reconocer el error: “Cometí un error”
c) Reconciliación: ofrecer disculpas.
d) Resolución: crear acuerdos para cuando vuelva a suceder la situación.

8) Llegar a acuerdos: establecer las normas en familia, promueve la sensación de


pertenencia del niño. Cuando un niño siente que pertenece más fácil puede
cooperar.

9) Escucha activa: una escucha activa y efectiva sucede cuando el adulto evita
juzgar.
10) Evitar las luchas de poder: recordar que no somos más por ser los padres será
de gran ayuda. Somos los padres, pero para guiar y acompañar. Ambos
merecemos el mismo respeto.

Finalmente, la clave para que un niño aprenda a respetar, es que se sienta respetado. La
mejor forma de enseñar algo, es por medio del ejemplo.

También podría gustarte