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II.

- EL JUICIO DE HACIENDA

Es aquél en que tiene interés el Fisco y cuyo conocimiento corresponde a los


tribunales ordinarios de justicia.

Requisitos:
1.- Que en el juicio tenga interés el Fisco; debe tratarse de un interés pecuniario y
aparecer de manifiesto en el juicio. Por ejemplo, cuando se ven comprometidos
bienes del Fisco.
2.- Que su conocimiento corresponda a los tribunales ordinarios de justicia; se exige
esto, ya que puede suceder que el Fisco tenga interés en un juicio, pero no por eso
el juicio va a adquirir el carácter de juicio de hacienda, como por ejemplo, cuando
se trata de reclamaciones ante el Servicio de Impuestos Internos, ante el Tribunal
de Aduanas, etc.

Tribunal competente:
Se debe distinguir si el Fisco es demandado o demandante.
1.- Si el Fisco es demandado, el tribunal competente es el juez de letras de
asiento de Corte de Apelaciones, cualquiera sea su cuantía.
2.- Si el Fisco es demandante, es competente el juez de letras de asiento de Corte
de Apelaciones, o bien el del domicilio del demandado cualquiera sea la
naturaleza de la acción deducida. Art. 48 COT.
3.- La segunda instancia corresponde a la Corte de Apelaciones respectiva, esto
es, al superior de aquel juzgado de letras que esté conociendo de la causa.

Representación judicial del Fisco:


El Fisco en Chile tiene la organización establecida por la Ley N° 19.202, de 1993,
cuyo texto refundido, coordinado y sistematizado se contiene en el D.F.L. N° 1 de
Hacienda, de 1993, actual Ley Orgánica del Consejo de Defensa del Estado.
De acuerdo con el artículo 3 N° 1 “La defensa del Fisco en todos los juicios y en los
actos no contenciosos de cualquier naturaleza la tiene el Consejo de Defensa del
Estado, sin perjuicio de la que corresponda de acuerdo con la ley, a los abogados
de otros servicios públicos.
Este Consejo de Defensa del Estado es colegiado, y se conforma de doce
abogados. Uno de ellos es designado Presidente del organismo y dura tres años en
el cargo. Tiene la representación judicial del Fisco en todos los negocios que se
ventilan ante los tribunales de justicia cualquiera sea su naturaleza. Art. 21. Además,
en cada ciudad asiento de Corte de Apelaciones, existe un Abogado Procurador
Fiscal. Estos últimos son designados por el Presidente del Consejo y duran en el
cargo mientras cuenten con la confianza del Consejo.
El territorio jurisdiccional de estos abogados será el de la Corte de Apelaciones
respectiva. Art. 22. Sin embargo, el Presidente del Consejo podrá encomendarle la
atención de asuntos determinados en otro territorio, para cuyo efecto tendrán
también la representación de que trata el artículo 24.
Tramitación del juicio de hacienda:
De acuerdo al art. 748 CPC, los juicios de hacienda se tramitan siempre por escrito
con arreglo a los trámites establecidos para los juicios del fuero ordinario de mayor
cuantía. Estos últimos son los que están sujetos al conocimiento de los tribunales
ordinarios de justicia. Ahora bien, entre los juicios de que conoce la justicia ordinaria,
se encuentran no solo los que se tramitan conforme al procedimiento ordinario, sino
también aquellos a que se aplica alguno de los procedimientos contenidos en el
Libro III del CPC.
Por lo tanto, debe tenerse presente que de acuerdo a lo anterior, el Fisco puede
entablar una acción posesoria, y el juicio tendrá el carácter de juicio de hacienda,
no obstante que su tramitación no es conforme al juicio ordinario.
El juicio de hacienda puede sufrir en su tramitación algunas alteraciones que pueden
referirse a:
a) Omisión de ciertos trámites en ciertos juicios;
b) Existencia del trámite de la consulta;
c) Ejecución del fallo;

a) Omisión de ciertos trámites: Según el art. 749 cuando el juicio de hacienda se


tramita de acuerdo a las reglas del juicio ordinario, se van a omitir los trámites de
réplica y dúplica, siempre que la cuantía del negocio no pase de 500 UTM.

b) La consulta: En este juicio procede este trámite establecido obedeciendo al


principio de velar por los intereses fiscales. Al respecto, cabe señalar que la consulta
es un trámite excepcional en materia civil y se trata de un trámite judicial en virtud
del cual la sentencia definitiva de primera instancia debe ser revisada por el tribunal
de alzada cuando no lo ha sido por la vía de la apelación. Se trata de un trámite
judicial y no de un recurso.

Requisitos para que proceda la consulta:


1.- Debe tratarse de una sentencia definitiva de primera instancia. Art 751 CPC;
2.- Esta sentencia debe recaer en un juicio de hacienda;
3.- Debe ser desfavorable al interés fiscal. Art. 751. Se entiende que es desfavorable
cuando se acoge en todas sus partes la demanda o reconvención deducida contra
el Fisco, o cuando se deseche totalmente la demanda o reconvención deducida por
el Fisco;
4.- Que esta sentencia definitiva no sea apelada. Si se interpone recurso de
apelación en contra de la sentencia definitiva, no procede el trámite de la consulta.
El propósito del legislador es que el fallo de primera instancia sea revisado cuando
no es apelado. Si habiéndose deducido recurso de apelación, la parte que lo hubiere
formulado se desiste de él en segunda instancia, no significa que la sentencia vaya
a carecer del trámite de la consulta, pues el desistimiento del recurso revive la
facultad del tribunal de alzada de revisar la sentencia por la vía de la consulta.
5.- Que se notifique a las partes la verificación de la consulta. Y las partes van a
quedar notificadas de la consulta cuando se les notifique la sentencia definitiva sin
considerar si apelan o no del fallo.
Tramitación de la consulta:
Art. 751 CPC.
Notificada la sentencia definitiva de primera instancia, quedan las partes
emplazadas para seguir el trámite ante el tribunal superior.
Recibidos los autos en el tribunal superior, revisará la sentencia en cuenta, y como
la consulta se tramita de oficio y sin necesidad de que las partes comparezcan o se
apersonen a esa instancia, es improcedente que el Fisco de desista de la consulta.
Por la misma razón es improcedente que al Fisco se le declare prescrita o desierta
la consulta, sanciones que sólo proceden en el recurso de apelación.
La revisión en cuenta de la sentencia puede concluir con que ella esté ajustada a
derecho, esto es, que no perjudica al interés fiscal por lo que el tribunal de alzada
la aprobará sin más trámite. A este respecto cabe precisar que no resultan
perjudicados los intereses del Fisco por el solo hecho de que haya perdido el juicio.
Los intereses fiscales van a sufrir perjuicio cuando el Fisco es condenado a una
prestación en virtud de un fallo injusto dado en contravención a las normas legales,
o cuando el fallo desecha la demanda del Fisco no obstante haber acreditado
legalmente su pretensión.
Si se considera que el fallo es contrario a derecho, el tribunal de alzada retendrá el
conocimiento del negocio y, en su resolución, deberá señalar los puntos que le
merecen duda, ordenando traer los autos en relación. La vista de la causa se limitará
a los puntos de derecho indicados en esta resolución.

d) Cumplimiento de la sentencia: La forma de cumplir esta sentencia constituye


una excepción a la regla general en esta materia. La ejecución de toda sentencia
que condena al Fisco, a cualquiera prestación, se lleva a efecto dictando el
Ministerio respectivo el correspondiente decreto dentro del plazo y en las
condiciones señaladas en el art. 752 del CPC.
De lo que dispone el art. 752 CPC se desprende que los tribunales carecen de una
facultad propia de ellos, cual es que carecen de imperio para poder hacer cumplir
una sentencia dictada por ellos en contra del Fisco.
III.- LOS JUICIOS ARBITRALES

Están contemplados en los arts. 628 al 644 del CPC.

Concepto:
Es aquel al que las partes concurren de común acuerdo o por mandato del legislador
y son juicios que se llevan a tribunales especiales, distintos a los ordinarios, elegidos
por los propios interesados, o por la autoridad judicial en subsidio, o por terceros en
algunos casos.

Características:
1.- Es un juicio, es decir una controversia actual jurídica sometida al conocimiento
de un tribunal.
2.- Tiene un origen generalmente contractual. Supone un acuerdo entre las partes
para sacar de la jurisdicción ordinaria un asunto y llevarla a un tribunal arbitral para
que resuelva, y que ellos designan. Este acuerdo en que las partes designan a este
tribunal arbitral es lo que se denomina compromiso. Es distinta de la cláusula
compromisoria, que es una convención por la cual las partes sustraen de los
tribunales ordinarios las controversias actuales o futuras y acuerdan llevarlas ante
un tribunal arbitral que será designado en un acto posterior.
No obstante, hay casos en que no se requiere convención alguna para someter un
asunto a arbitraje y esto ocurre cuando la ley determina que un asunto debe
obligatoriamente someterse a arbitraje, caso en el cual estamos frente a un arbitraje
forzoso.
3.- Supone la creación de un tribunal arbitral. La ley solo autoriza su existencia, pero
es preciso crear este tribunal en cada caso y ello se hace por el acuerdo de las
partes. Este acuerdo es un contrato que produce una relación jurídica de carácter
privado entre las partes y el árbitro, que hace a éste árbitro constituirlo en tribunal y
que lo obliga a cumplir la misión de juez. También produce efecto entre las partes y
uno de ellos es la obligación de pagar, remunerar los servicios del juez árbitro.
La voluntad de las partes en este contrato puede ser sustituida por la autoridad
judicial en caso de que no se coloquen de acuerdo acerca de la persona del árbitro.
Puede también la voluntad de las partes sustituirse por la de un tercero y así ocurre
por ejemplo en el caso del art. 1324 que se refiere al nombramiento de juez partidor
por el causante.

Arbitro o juez arbitral:


De acuerdo al art. 222 del COT los árbitros son jueces porque tienen jurisdicción,
es decir facultad para administrar justicia. Esta característica del árbitro es lo que lo
diferencia del perito por ejemplo, que no es llamado a resolver un litigio con fuerza
decisoria, sino que el perito debe dar su opinión acerca de un asunto técnico.
Atendiendo a la amplitud de sus facultades se clasifican en:
- Arbitros de Derecho
- Arbitros Arbitradores
- Arbitros Mixtos
Arbitros de Derecho:
Son los que deben emitir su fallo sujetándose estrictamente a las leyes y se someten
tanto en la tramitación como en el pronunciamiento de la sentencia definitiva a las
reglas establecidas para los jueces ordinarios según la naturaleza de la acción
deducida. Art. 223 inc. 2° COT.
Por lo tanto, estos árbitros en cuanto al fondo de la controversia están obligados a
resolverla de acuerdo a las normas sustantivas.
En cuanto al procedimiento están sujetos a las normas que se prescriben para los
jueces ordinarios, lo que no significa que vayan a aplicar siempre las reglas del juicio
ordinario, por cuanto deben emplear en cada caso el procedimiento que
corresponda según la naturaleza de la acción deducida.

Arbitros Arbitradores o Amigables Componedores:


Son los llamados a fallar de acuerdo a lo que su prudencia y equidad les dictare. Es
decir, no están sujetos en cuanto a la tramitación del asunto a los plazos y reglas
de los jueces ordinarios y tampoco en cuanto al fondo del asunto se sujetan a las
normas establecidas para los jueces ordinarios. Art 23 inc. 2° COT.
En el aspecto procesal no es tan efectivo que estos juices sustancien la causa en la
forma en que ellos lo deseen, por cuanto por el contrario el CPC y el COT se
encargan de fijarle un límite en este sentido al arbitrador. Así el art. 223 inc. 3° COT
le impone al árbitro arbitrador la obligación de observar las reglas que las partes
hayan expresado en el acto constitutivo del compromiso y en ausencia de éstas
debe sujetarse a las normas que para estos efectos establece el CPC en los arts.
636 al 643.
Se admite además que este árbitro estaría sujeto a las normas comunes a todo
procedimiento del Libro I del CPC, salvo en lo que fueren incompatibles con las
reglas dadas por las partes o las establecidas en el CPC para los arbitradores.
De acuerdo con el art. 224 inc. 1° del COT sólo las partes que sean mayores de
edad y que tengan la libre administración de sus bienes pueden dar el carácter de
arbitradores a los árbitros.

Arbitros Mixtos:
Son aquellos que tramitan conforme a las reglas que las partes les señalen o, en
subsidio, las que señala la ley para los arbitradores, pero que fallan conforme a
derecho, igual que los árbitros de Derecho, es decir igual que los jueces ordinarios.

El árbitro de Derecho constituye la regla general, de acuerdo al art. 235 del COT,
por tanto si nada se dice acerca de la calidad del árbitro se entiende que éste tiene
la calidad de arbitro de Derecho.

a) JUICIO ARBITRAL SEGUIDO ANTE UN ARBITRO DE DERECHO

Tramitación:
Estos árbitros de Derecho se someten en su tramitación a las mismas reglas que la
ley establece para los jueces ordinarios, según la naturaleza de la acción deducida.
Sin embargo esta identidad no es completa porque hay situaciones en que se dan
modificaciones en las disposiciones procedimentales establecidas en los arts. 628
y siguientes del CPC. que pasaremos a analizar:
1.- Emplazamiento y comparecencia de las partes:
El juicio arbitral no queda incoado por la celebración del compromiso o el
nombramiento del árbitro en los juicios arbitrales convencionales o legales.
Es menester que el actor comparezca ante el juez compromisario haciendo valer
sus pretensiones en forma legal (demanda con los requisitos del art. 254 y demás)
y si la naturaleza de la acción requiere que esa demanda contenga otros requisitos
debe darse cumplimiento a ellos.
Pero además es necesario que se ponga en conocimiento del demandado estas
pretensiones y para ello se le debe notificar y darle un emplazamiento para su
comparecencia, emplazamiento que variará según la naturaleza de la acción
deducida.

Comparecencia: Las partes están obligadas a comparecer por medio de un


mandatario judicial y un abogado patrocinante de acuerdo a la ley 18.120.
Este juicio arbitral puede seguirse en rebeldía del demandado cuando este no
comparezca a la litis.

Actuaciones judiciales: Al igual que sucede en los tribunales ordinarios deben


verificarse en días y horas hábiles. Es lugar hábil para la práctica de las actuaciones
del arbitraje el lugar que las partes indiquen en el acto constitutivo del arbitraje o en
la cláusula compromisoria. Si no indican el lugar, entra a suplir este silencio el art.
235 del COT.
Si las partes no indican ningún lugar se entiende que es hábil para celebrar estas
actuaciones el lugar en que se ha celebrado el compromiso. Se refiere al lugar
geográfico.

Tiempo hábil: Para las actuaciones del arbitraje: “Reglas comunes a todo
procedimiento a menos que las partes acuerden otra cosa”.
Las actuaciones del juez árbitro deben ser autorizadas por un ministro de fe que
aquí pueden serlo los receptores, los notarios y los secretarios de los tribunales
ordinarios de justicia. El actuario es designado por el árbitro sin perjuicio que ese
ministro de fe pueda ser inhabilitado por causas de implicancias o recusaciones de
las partes. Si no hay ministro de fe en el lugar en que se sigue el juicio la
sustanciación deberá hacerse ante una persona que en calidad de actuario es
nombrado por el juez arbitral. Art. 632 inc. 1º CPC.
Cuando el árbitro debe practicar diligencias fuera del lugar en que se sigue el juicio
podrá intervenir otro ministro de fe y si este no existe, se puede designar un actuario
y siempre que residan en el lugar donde deben practicarse esas diligencias. Art. 632
inc. 2º.
El art. 648 del CPC establece que tratándose de un juicio de partición de bienes
sólo pueden tener la calidad de ministro de fe un notario, un secretario de los
tribunales superiores de justicia o un secretario de un juzgado de letras.
Si falta la intervención de este ministro de fe en la sustanciación de este juicio
arbitral, esas actuaciones son nulas dando la posibilidad de plantear la nulidad
procesal en sus oportunidades o un recurso de casación en la forma.
Notificación: En el juicio arbitral deben hacerse las notificaciones personalmente o
por cédula, de acuerdo al art. 629 CPC, pero además se establece la regla general
que señala: “salvo que las partes unánimemente acuerden otra forma de
notificación”.
El empleo de estas notificaciones personal o por cédula va a tener que someterse
a las reglas generales sobre estas notificaciones, salvo que las partes acuerden una
cosa distinta.
En este juicio arbitral las partes son libres para adoptar cualquier forma de
notificación aun cuando no esté contemplado en la ley. Ejemplo, carta certificada,
correo electrónico. Pero, para que el acuerdo sea legítimo requiere de la unanimidad
de todas las partes.
Es obvio que esta notificación personal en el juicio arbitral pueda reemplazarse por
la del art. 44 CPC.
Frente a la notificación del art. 54, por avisos, la jurisprudencia está dividida, pues
algunas sentencias admiten la viabilidad de esa notificación por avisos y otras la
niegan.
En todo caso debe señalarse que una característica de estos juicios arbitrales es
que este tribunal de derecho carece de imperio. En general los jueces árbitros no
tienen imperio y ello se debe a que los árbitros ejercen jurisdicción porque tienen la
facultad de conocer y juzgar las controversias cuya decisión se les encomendó por
las partes interesadas; pero habiendo sido investidos privadamente del carácter de
juez y no públicamente por el Estado, no pueden ordenar por si mismos el empleo
de la fuerza pública para asegurar el cumplimiento de sus resoluciones.

Prueba en el juicio arbitral:


Se rige por las mismas reglas que establece la ley para los jueces ordinarios. Sin
embargo, existen algunas modificaciones:
a) Cuando los jueces árbitros son dos o más tienen la obligación de concurrir todos
ellos a los actos de sustanciación del juicio, a menos que las partes acuerden otra
cosa.
b) En relación a la falta de imperio, el art. 633 CPC establece que árbitro no puede
compeler a ningún testigo a declarar ante él y sólo puede tomar declaración a los
testigos que voluntariamente acepten declarar.
Sin embargo, la ley otorga un camino para hacer declarar al testigo rebelde y
consiste en que el árbitro puede solicitar al tribunal ordinario que corresponda que
practique la diligencia y además debe acompañar los antecedentes necesarios para
que cumpla la diligencia.
Para esto el tribunal arbitral debe dirigir la comunicación que corresponda al tribunal
ordinario del lugar del juicio, o del lugar donde el testigo debe prestar declaración.
La ley faculta al tribunal ordinario para cometer esta diligencia al árbitro mismo,
asistido por un ministro de fe que será un receptor.
De acuerdo al art. 634 CPC para el examen de los testigos y para la práctica de
cualquier otra diligencia fuera del lugar del juicio, se procederá en la forma dispuesta
por el inc. 2º de la referida norma, dirigiéndose por el árbitro la comunicación que
corresponda al tribunal que deba entender en dichas diligencias.
Pluralidad de árbitros:
Si el juez arbitral es unipersonal: el pronunciamiento de sus resoluciones no tiene
ningún problema.
Si el tribunal es colegiado: debe haber acuerdo entre sus miembros. Art. 630 y 631.
Si los árbitros son dos o más, todos ellos deberán concurrir al pronunciamiento de
la sentencia y a cualquier otro acto de sustanciación del juicio, a menos que las
partes acuerden otra cosa.
Si no se ponen de acuerdo, se reunirá con ellos el tercero en discordia, si lo hay, y
la mayoría pronunciará la resolución.

Artículo 233 del COT:


El art. 233 del COT estableció que en caso de desacuerdo las partes pueden
nombrar a un tercero para que dirima esa discordia y el nombramiento de ese
tercero puede ser designado por las partes en el compromiso, o facultar a los
árbitros para que designen a este tercero dilucidador.
Producida esta discordia entre estos árbitros es necesario que se reúnan con este
tercero y la mayoría va a hacer acuerdo.

Efectos de la discordia si no hay tercero en discordia:


Hay que distinguir:
1.- Si la resolución es inapelable: Hay que subdistinguir:
a) Si el compromiso es voluntario, al no producirse acuerdo queda sin efecto
el arbitraje.
b) Si el arbitraje es forzoso, se debe proceder a nombrar nuevos árbitros para
solucionar la discordia y se designarán aun cuando las partes no estén de
acuerdo, por parte del tribunal.
2.- Si la resolución es apelable: en este caso deben elevarse los autos al tribunal de
alzada para que resuelva el punto que ha motivado el desacuerdo de los árbitros y
para estos efectos las opiniones de cada uno de los árbitros se consideran como
resoluciones distintas y apeladas. Art. 631 inc. 2°.

Recursos que proceden en contra de las resoluciones que dictan los árbitros de
derecho:
Proceden todos los recursos ordinarios y extraordinarios según deriva del art. 239
del COT.
Algunos recursos:
1.- Apelación: Procede la apelación según la regla general a menos que las partes
capaces para hacerlo hayan renunciado expresamente a este recurso o
expresamente a todo recurso.
La apelación se interpone para ante el tribunal de alzada a quien correspondiera
conocer el asunto si este se hubiere interpuesto en un juicio ordinario ante el tribunal
ordinario de primera instancia competente, a menos que para conocer de él se
hubiere designado también un tribunal arbitral de derecho en el acto del compromiso
u otro posterior.
El tribunal competente para conocer este recurso de apelación será aquel en cuyo
territorio jurisdiccional el árbitro ejerce su jurisdicción y si en este lugar ejercen
jurisdicción varios tribunales de igual jerarquía, hay que considerar las reglas de
distribución de causa, teniendo en cuenta que las apelaciones de resoluciones
arbitrales se consideran siempre asuntos contenciosos.
2.- Casación: Procede en contra de las resoluciones de los árbitros de derecho,
según las reglas de este recurso con la misma salvedad del caso anterior, esto es,
a menos que se haya renunciado expresamente al recurso por las partes.
En lo que respecta a la renuncia entre estos recursos hay diferencias: El recurso de
casación en la forma va a proceder siempre por los vicios de incompetencia y de
ultrapetita, y la razón es porque los árbitros no pueden extender su competencia a
materias que quedan fuera de los límites de su competencia o más allá de lo pedido
por las partes.
Es tribunal competente para conocer del recurso de casación en la forma el de
jueces árbitros o compromisarios que las partes hayan estipulado. Si no han
estipulado ninguno, será competente el tribunal que habría conocido de la casación
si se hubiese interpuesto ante tribunal ordinario, o sea ante el tribunal superior
jerárquico de aquél a quien hubiere correspondido pronunciar la sentencia recurrida.
Surge en la casación el problema de la falta de subrogación, dado que el árbitro
queda inhabilitado y para solucionar esto hay que distinguir:
a) Si se trata de un arbitraje voluntario, designan las partes un nuevo árbitro y
si no logran acuerdo sobre ese árbitro el arbitraje fracasa.
b) Si se trata de un arbitraje forzoso, las partes deben nombrar otro árbitro y si
no hay acuerdo lo nombra la justicia ordinaria.
3.- Recurso de casación en el fondo: Procede contra las sentencias dictadas por
tribunales arbitrales de segunda instancia, constituidos por árbitros de derecho en
los casos en que estos árbitros hayan conocido de materias correspondientes o de
la competencia de las Cortes de Apelaciones. Art. 767 CPC.
El tribunal competente es la Corte Suprema a menos que las partes instituyan un
tribunal de compromisarios para que conozca y falle este recurso. Art. 239 COT.
4.- Recurso de queja: También es procedente contra las resoluciones abusivas que
pueda dictar un árbitro de derecho.
El tribunal competente es la Corte Suprema porque a ella se le concede la tuición
de todos los tribunales del país, ordinarios y especiales y éste es un tribunal
especial.

Cumplimiento de las resoluciones arbitrales:


Los efectos que ellas producen son similares a las de los tribunales ordinarios y por
eso es que las resoluciones arbitrales una vez firmes y ejecutoriadas tienen mérito
ejecutivo.
Conoce del cumplimiento de estas resoluciones el mismo árbitro que las dictó, por
regla general.
Excepciones:
1.- De acuerdo con el art. 635 CPC puede ocurrirse ante el árbitro que la dictó, si no
está vencido el plazo por el cual fue nombrado, o ante el tribunal ordinario que
corresponda, a elección del que pida su cumplimiento.
2.- Cuando el cumplimiento de la resolución judicial exija procedimientos de apremio
o el cumplimiento de otras medidas compulsivas, o cuando haya de afectar a
terceros que no son parte del compromiso, debe ocurrirse ante los tribunales
ordinarios para la ejecución de lo resuelto.
En lo que respecta al proceso de ejecución de las resoluciones, se aplican las
normas del art. 231 y siguientes, siempre que no sea necesario un juicio para
realizar el cumplimiento de estas resoluciones. Si se solicita el cumplimiento de una
sentencia ante un tribunal ordinario, es competente para ello el tribunal que le
hubiese correspondido conocer del asunto de acuerdo a la regla general.
Como cuestión de orden práctico cuando se recurre a un tribunal ordinario pidiendo
el cumplimiento de una sentencia arbitral, debe acompañarse el fallo y el certificado
de que está ejecutoriado y una copia autorizada del nombramiento del árbitro.

Alcance de las expresiones procedimiento de apremio y medidas compulsivas del


art. 635 CPC.
No lo define la ley.
De acuerdo con la historia fidedigna del establecimiento de la ley, se entiende a toda
medida coactiva con que se compele a una persona al cumplimiento de una
resolución.
Puede considerarse dentro de ellos a los embargos, el lanzamiento, etc. y, en
general, toda diligencia que por su naturaleza requiera el empleo de la fuerza o la
intervención de la autoridad pública o de sus agentes. Tienen también este carácter
de medidas compulsivas o procedimiento de apremio, los allanamientos y las
multas.
Siempre que el juez arbitral requiera usar estas medidas coactivas va a necesitar
del juez ordinario.

b) JUICIO ARBITRAL SEGUIDO ANTE ARBITRADORES

Arts. 636 a 643 CPC.


El árbitro arbitrador no está obligado a guardar en el proceso otras reglas que
aquellas que las partes le han señalado en el acto constitutivo del compromiso.
Si las partes nada han dicho, se aplican las normas enunciadas de los arts. 636 a
643 del CPC.
Si bien las partes pueden señalar libremente el proceso a los arbitradores, éstos
deben aplicar las normas del 636 y siguientes en algunos casos:
1.- Cuando las partes han señalado un proceso, pero éste no es completo, no cubre
todas las situaciones y ante esta carencia entran a regir los arts. 636 y siguientes.
2.- Por otra parte, el arbitrador se sujeta también a las reglas comunes a todo
procedimiento siempre que no sean contrarias a estas normas del 636 y siguientes
del CPC y tampoco contrarias a las señaladas por las partes en el instrumento
constitutivo del arbitraje.
Por lo tanto, se aplican:
- Normas determinadas por las partes;
- Normas del CPC; y
- Normas comunes a todo procedimiento.
Normas del CPC que deben aplicarse ante la carencia de otras normas de
procedimiento:

1.- Comparecencia y emplazamiento:


El arbitrador debe emplazar a las partes.
El art. 637 CPC dispone que “El arbitrador oirá a los interesados”. Esto significa que
una vez requerido el arbitrador por una de las partes debe comunicar a la otra parte
la pretensión de su contraparte.
De acuerdo al art. 796 del CPC se establece que el emplazamiento de las partes en
la forma prescrita por la ley es un trámite esencial. Sin embargo este arbitrador no
está obligado a oír a todas las partes conjuntamente y puede hacerlo en forma
separada, si no es posible reunirlos. Art. 637 inc. 2° CPC.
A diferencia de lo que sucede en el arbitraje de derecho, las partes en este tipo de
juicio arbitral pueden comparecer por sí mismas. Art. 2 Ley N° 18.120.

2.- Actuaciones judiciales:


Se aplican en esta material las mismas reglas señaladas en los árbitros de Derecho,
tanto para el lugar como para el tiempo hábil en que deben practicarse. Pero el
principio general de que de toda actuación debe dejarse testimonio escrito en el
proceso sufre excepciones tratándose del arbitrador, ya que de acuerdo al art. 639
CPC el arbitrador dejará constancia de los hechos que pasen entre él y cuyo
testimonio le exijan los interesados, “siempre que el arbitrador los estime necesarios
para el fallo”.

3.- Autorización de las resoluciones:


Tratándose de los arbitradores no se les aplican las exigencias para que sus
resoluciones sean autorizadas por un ministro de fe. Art. 639 CPC.
Estos árbitros pueden llevar por si solos la sustanciación del proceso si las partes
nada dicen, y realizar cualquier tipo de actuaciones.
Esta regla tiene excepciones:
a) Art. 640 inc. final CPC. La sentencia definitive del arbitrador debe ser
autorizada por un ministro de fe o en su defecto por dos testigos.
b) Las diligencias probatorias relativas al arbitraje que por encargo del
arbitrador se practiquen ante los tribunales ordinarios, deben someterse a
las reglas establecidas para estos tribunales ordinarios. Art. 639 inc.2°.
c) Cuando el tribunal ordinario comete al arbitrador la práctica de alguna
diligencia probatoria, este arbitrador debe actuar asistido por un ministro de
fe .
d) Las actuaciones en el juicio de partición de bienes, aun cuando el juez
partidor tenga el carácter de amigable componedor, deben ser siempre
autorizadas por un notario o por un secretario de un juzgado de letras o por
un secretario de los tribunales superiores de justicia.

4.- Notificaciones:
La ley no señala como deben efectuarse las notificaciones.
Se ha resuelto que las notificaciones deben efectuarse de acuerdo a las reglas
generales del Libro I del CPC.

5.- Prueba:
De acuerdo con el art. 637 CPC el arbitrador debe recibir y agregar al proceso los
instrumentos que le presenten y debe practicar las diligencias que considere
necesarias para el conocimiento de los hechos. Art. 637 CPC.
De lo anterior se desprende que los arbitradores gozan de cierta libertad para el
conocimiento de los hechos y en virtud de esta libertad pueden practicar de oficio
las actuaciones y diligencias que estimen necesarias y denegar las que consideren
inútiles.
El art. 795 N° 4 establece la obligación de agregar los instrumentos presentados por
las partes y la citación de aquella contra quien se presentan, por cuanto éste es un
trámite esencial.
El art. 638 CPC prescribe que si el arbitrador lo cree conveniente recibirá la causa
a prueba. Le es aplicable lo dispuesto en los arts. 633 y 634 CPC.

6.- Acuerdos:
Cuando existieren dos o más arbitradores todos ellos deben concurrir al
pronunciamiento de la sentencia definitiva y a cualquier otro acto de sustanciación,
salvo que las partes acuerden otra cosa.
Si se produce discordia entre los arbitradores y las partes han nombrado un tercero
en discordia, este tercero debe integrar el tribunal y la mayoría formará resolución.
Art. 641 inc. 2°.
Si no hay tercero en discordia hay que distinguir:
a) Si la sentencia es apelable deben elevarse los antecedentes a los
arbitradores de segunda instancia para que ellos resuelvan. Esto significa
que existe un tribunal arbitral de segunda instancia que ha sido designado
por las partes.
b) Si la sentencia es inapelable queda sin efecto el compromiso. Sin embargo
en esta segunda posibilidad cuando los interesados han convenido la
amigable composición en una cláusula compromisoria la discordia que se
produzca entre los arbitradores y se trata de una resolución inapelable y no
hay tercero en discordia, las partes deberán nombrar nuevos árbitros y si
no hay acuerdo para la designación, cualquiera de las partes puede recurrir
a los tribunales para que designen nuevos árbitros.

7.- Sentencia que dicta el árbitro arbitrador:


No se ajusta al art. 170 CPC, es decir el arbitrador no se ciñe a los requisitos que el
170 exige para la sentencia definitiva.
Los requisitos de esta sentencia del arbitrador están en el art. 640 del CPC.
Nada ha dicho el legislador sobre las otras resoluciones, por lo que se estima deben
cumplir las normas comunes de todo procedimiento, con la excepción de que no
deben ser autorizadas por un ministro de fe.
8.- Recursos:
Las resoluciones pueden ser objeto de los recursos ordinarios de aclaración,
reposición y apelación y de los extraordinarios de casación y revisión.
a) En cuanto a la apelación ella está sujeta a normas especiales de acuerdo al art.
642 CPC, que señala “solo habrá lugar a la apelación de la sentencia del arbitrador
siempre que las partes en el instrumento en que constituyan el compromiso
expresen que se reservan este recurso para ante otros árbitros del mismo carácter
de segunda instancia y designen a las personas que han de desempeñar ese
cargo”.
Por tanto, el compromiso requerirá de una cláusula especial.
b) En cuanto al recurso de casación en la forma este procede contra las
resoluciones dictadas por los arbitradores en igual forma que contra las resoluciones
dictadas por los árbitros de Derecho. Pero las causales son distintas. Se van a
aplicar las reglas generales y en forma particular el art. 796 CPC conforme al cual
en los juicios de mayor cuantía seguidos ante arbitradores son trámites esenciales
los que las partes designen en el acto constitutivo del compromiso y si las partes
nada dicen van a tener este carácter las causales 1 y 5 del art. 795 por la referencia
que hace el art. 796 CPC. La expresión mayor cuantía que hace el art. 796 CPC no
tiene razón de ser en atención a que la distinción de procedimiento en relación a la
cuantía no se aplica en los juicios seguidos ante los arbitradores dado que estos
deben ceñirse a las reglas que las partes les han señalado.
No es aplicable en la especie la causal del artículo 768 N° 5 en atención a que esta
sentencia del arbitrador se sujeta al art. 640 CPC y no al art. 170 CPC.
c) En cuanto al recurso de casación en el fondo, no procede porque el arbitrador no
aplica normas de Derecho, sino que razones de prudencia y equidad.
El cumplimiento de la sentencia de estos arbitradores se sujeta a las mismas reglas
ya vistas para los árbitros de Derecho.

c) PROCEDIMIENTO ANTE LOS ARBITROS MIXTOS

Son los que tienen facultad de arbitradores en cuanto al procedimiento, pero en la


dictación de la sentencia deben aplicar estrictamente el Derecho. Art. 628 inc. 2°
CPC.
Atendida la naturaleza mixta de este tipo de juicios, hay ciertas excepciones a
algunos aspectos:
1) En los juicios que se siguen ante los árbitros mixtos rigen las normas sobre
comparecencia.
2) La sentencia definitiva que dicta este árbitro mixto debe atenerse a los
requisitos del art. 170 CPC dado que el fallo debe ceñirse a las
disposiciones que en el CPC se contienen.
3) En contra de la sentencia que dicta este árbitro van a proceder los mismos
recursos que la ley otorga en contra de los fallos de los árbitros de Derecho.
El art. 644 CPC cierra el párrafo relativo al juicio arbitral señalando que los
expedientes fallados por árbitros o arbitradores se archivarán en la comuna o
agrupación de comunas donde se haya constituido el compromiso, en el oficio del
funcionario a quien correspondería su custodia si se hubiera seguido el juicio ante
los tribunales ordinarios.

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