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- EL JUICIO DE HACIENDA
Requisitos:
1.- Que en el juicio tenga interés el Fisco; debe tratarse de un interés pecuniario y
aparecer de manifiesto en el juicio. Por ejemplo, cuando se ven comprometidos
bienes del Fisco.
2.- Que su conocimiento corresponda a los tribunales ordinarios de justicia; se exige
esto, ya que puede suceder que el Fisco tenga interés en un juicio, pero no por eso
el juicio va a adquirir el carácter de juicio de hacienda, como por ejemplo, cuando
se trata de reclamaciones ante el Servicio de Impuestos Internos, ante el Tribunal
de Aduanas, etc.
Tribunal competente:
Se debe distinguir si el Fisco es demandado o demandante.
1.- Si el Fisco es demandado, el tribunal competente es el juez de letras de
asiento de Corte de Apelaciones, cualquiera sea su cuantía.
2.- Si el Fisco es demandante, es competente el juez de letras de asiento de Corte
de Apelaciones, o bien el del domicilio del demandado cualquiera sea la
naturaleza de la acción deducida. Art. 48 COT.
3.- La segunda instancia corresponde a la Corte de Apelaciones respectiva, esto
es, al superior de aquel juzgado de letras que esté conociendo de la causa.
Concepto:
Es aquel al que las partes concurren de común acuerdo o por mandato del legislador
y son juicios que se llevan a tribunales especiales, distintos a los ordinarios, elegidos
por los propios interesados, o por la autoridad judicial en subsidio, o por terceros en
algunos casos.
Características:
1.- Es un juicio, es decir una controversia actual jurídica sometida al conocimiento
de un tribunal.
2.- Tiene un origen generalmente contractual. Supone un acuerdo entre las partes
para sacar de la jurisdicción ordinaria un asunto y llevarla a un tribunal arbitral para
que resuelva, y que ellos designan. Este acuerdo en que las partes designan a este
tribunal arbitral es lo que se denomina compromiso. Es distinta de la cláusula
compromisoria, que es una convención por la cual las partes sustraen de los
tribunales ordinarios las controversias actuales o futuras y acuerdan llevarlas ante
un tribunal arbitral que será designado en un acto posterior.
No obstante, hay casos en que no se requiere convención alguna para someter un
asunto a arbitraje y esto ocurre cuando la ley determina que un asunto debe
obligatoriamente someterse a arbitraje, caso en el cual estamos frente a un arbitraje
forzoso.
3.- Supone la creación de un tribunal arbitral. La ley solo autoriza su existencia, pero
es preciso crear este tribunal en cada caso y ello se hace por el acuerdo de las
partes. Este acuerdo es un contrato que produce una relación jurídica de carácter
privado entre las partes y el árbitro, que hace a éste árbitro constituirlo en tribunal y
que lo obliga a cumplir la misión de juez. También produce efecto entre las partes y
uno de ellos es la obligación de pagar, remunerar los servicios del juez árbitro.
La voluntad de las partes en este contrato puede ser sustituida por la autoridad
judicial en caso de que no se coloquen de acuerdo acerca de la persona del árbitro.
Puede también la voluntad de las partes sustituirse por la de un tercero y así ocurre
por ejemplo en el caso del art. 1324 que se refiere al nombramiento de juez partidor
por el causante.
Arbitros Mixtos:
Son aquellos que tramitan conforme a las reglas que las partes les señalen o, en
subsidio, las que señala la ley para los arbitradores, pero que fallan conforme a
derecho, igual que los árbitros de Derecho, es decir igual que los jueces ordinarios.
El árbitro de Derecho constituye la regla general, de acuerdo al art. 235 del COT,
por tanto si nada se dice acerca de la calidad del árbitro se entiende que éste tiene
la calidad de arbitro de Derecho.
Tramitación:
Estos árbitros de Derecho se someten en su tramitación a las mismas reglas que la
ley establece para los jueces ordinarios, según la naturaleza de la acción deducida.
Sin embargo esta identidad no es completa porque hay situaciones en que se dan
modificaciones en las disposiciones procedimentales establecidas en los arts. 628
y siguientes del CPC. que pasaremos a analizar:
1.- Emplazamiento y comparecencia de las partes:
El juicio arbitral no queda incoado por la celebración del compromiso o el
nombramiento del árbitro en los juicios arbitrales convencionales o legales.
Es menester que el actor comparezca ante el juez compromisario haciendo valer
sus pretensiones en forma legal (demanda con los requisitos del art. 254 y demás)
y si la naturaleza de la acción requiere que esa demanda contenga otros requisitos
debe darse cumplimiento a ellos.
Pero además es necesario que se ponga en conocimiento del demandado estas
pretensiones y para ello se le debe notificar y darle un emplazamiento para su
comparecencia, emplazamiento que variará según la naturaleza de la acción
deducida.
Tiempo hábil: Para las actuaciones del arbitraje: “Reglas comunes a todo
procedimiento a menos que las partes acuerden otra cosa”.
Las actuaciones del juez árbitro deben ser autorizadas por un ministro de fe que
aquí pueden serlo los receptores, los notarios y los secretarios de los tribunales
ordinarios de justicia. El actuario es designado por el árbitro sin perjuicio que ese
ministro de fe pueda ser inhabilitado por causas de implicancias o recusaciones de
las partes. Si no hay ministro de fe en el lugar en que se sigue el juicio la
sustanciación deberá hacerse ante una persona que en calidad de actuario es
nombrado por el juez arbitral. Art. 632 inc. 1º CPC.
Cuando el árbitro debe practicar diligencias fuera del lugar en que se sigue el juicio
podrá intervenir otro ministro de fe y si este no existe, se puede designar un actuario
y siempre que residan en el lugar donde deben practicarse esas diligencias. Art. 632
inc. 2º.
El art. 648 del CPC establece que tratándose de un juicio de partición de bienes
sólo pueden tener la calidad de ministro de fe un notario, un secretario de los
tribunales superiores de justicia o un secretario de un juzgado de letras.
Si falta la intervención de este ministro de fe en la sustanciación de este juicio
arbitral, esas actuaciones son nulas dando la posibilidad de plantear la nulidad
procesal en sus oportunidades o un recurso de casación en la forma.
Notificación: En el juicio arbitral deben hacerse las notificaciones personalmente o
por cédula, de acuerdo al art. 629 CPC, pero además se establece la regla general
que señala: “salvo que las partes unánimemente acuerden otra forma de
notificación”.
El empleo de estas notificaciones personal o por cédula va a tener que someterse
a las reglas generales sobre estas notificaciones, salvo que las partes acuerden una
cosa distinta.
En este juicio arbitral las partes son libres para adoptar cualquier forma de
notificación aun cuando no esté contemplado en la ley. Ejemplo, carta certificada,
correo electrónico. Pero, para que el acuerdo sea legítimo requiere de la unanimidad
de todas las partes.
Es obvio que esta notificación personal en el juicio arbitral pueda reemplazarse por
la del art. 44 CPC.
Frente a la notificación del art. 54, por avisos, la jurisprudencia está dividida, pues
algunas sentencias admiten la viabilidad de esa notificación por avisos y otras la
niegan.
En todo caso debe señalarse que una característica de estos juicios arbitrales es
que este tribunal de derecho carece de imperio. En general los jueces árbitros no
tienen imperio y ello se debe a que los árbitros ejercen jurisdicción porque tienen la
facultad de conocer y juzgar las controversias cuya decisión se les encomendó por
las partes interesadas; pero habiendo sido investidos privadamente del carácter de
juez y no públicamente por el Estado, no pueden ordenar por si mismos el empleo
de la fuerza pública para asegurar el cumplimiento de sus resoluciones.
Recursos que proceden en contra de las resoluciones que dictan los árbitros de
derecho:
Proceden todos los recursos ordinarios y extraordinarios según deriva del art. 239
del COT.
Algunos recursos:
1.- Apelación: Procede la apelación según la regla general a menos que las partes
capaces para hacerlo hayan renunciado expresamente a este recurso o
expresamente a todo recurso.
La apelación se interpone para ante el tribunal de alzada a quien correspondiera
conocer el asunto si este se hubiere interpuesto en un juicio ordinario ante el tribunal
ordinario de primera instancia competente, a menos que para conocer de él se
hubiere designado también un tribunal arbitral de derecho en el acto del compromiso
u otro posterior.
El tribunal competente para conocer este recurso de apelación será aquel en cuyo
territorio jurisdiccional el árbitro ejerce su jurisdicción y si en este lugar ejercen
jurisdicción varios tribunales de igual jerarquía, hay que considerar las reglas de
distribución de causa, teniendo en cuenta que las apelaciones de resoluciones
arbitrales se consideran siempre asuntos contenciosos.
2.- Casación: Procede en contra de las resoluciones de los árbitros de derecho,
según las reglas de este recurso con la misma salvedad del caso anterior, esto es,
a menos que se haya renunciado expresamente al recurso por las partes.
En lo que respecta a la renuncia entre estos recursos hay diferencias: El recurso de
casación en la forma va a proceder siempre por los vicios de incompetencia y de
ultrapetita, y la razón es porque los árbitros no pueden extender su competencia a
materias que quedan fuera de los límites de su competencia o más allá de lo pedido
por las partes.
Es tribunal competente para conocer del recurso de casación en la forma el de
jueces árbitros o compromisarios que las partes hayan estipulado. Si no han
estipulado ninguno, será competente el tribunal que habría conocido de la casación
si se hubiese interpuesto ante tribunal ordinario, o sea ante el tribunal superior
jerárquico de aquél a quien hubiere correspondido pronunciar la sentencia recurrida.
Surge en la casación el problema de la falta de subrogación, dado que el árbitro
queda inhabilitado y para solucionar esto hay que distinguir:
a) Si se trata de un arbitraje voluntario, designan las partes un nuevo árbitro y
si no logran acuerdo sobre ese árbitro el arbitraje fracasa.
b) Si se trata de un arbitraje forzoso, las partes deben nombrar otro árbitro y si
no hay acuerdo lo nombra la justicia ordinaria.
3.- Recurso de casación en el fondo: Procede contra las sentencias dictadas por
tribunales arbitrales de segunda instancia, constituidos por árbitros de derecho en
los casos en que estos árbitros hayan conocido de materias correspondientes o de
la competencia de las Cortes de Apelaciones. Art. 767 CPC.
El tribunal competente es la Corte Suprema a menos que las partes instituyan un
tribunal de compromisarios para que conozca y falle este recurso. Art. 239 COT.
4.- Recurso de queja: También es procedente contra las resoluciones abusivas que
pueda dictar un árbitro de derecho.
El tribunal competente es la Corte Suprema porque a ella se le concede la tuición
de todos los tribunales del país, ordinarios y especiales y éste es un tribunal
especial.
4.- Notificaciones:
La ley no señala como deben efectuarse las notificaciones.
Se ha resuelto que las notificaciones deben efectuarse de acuerdo a las reglas
generales del Libro I del CPC.
5.- Prueba:
De acuerdo con el art. 637 CPC el arbitrador debe recibir y agregar al proceso los
instrumentos que le presenten y debe practicar las diligencias que considere
necesarias para el conocimiento de los hechos. Art. 637 CPC.
De lo anterior se desprende que los arbitradores gozan de cierta libertad para el
conocimiento de los hechos y en virtud de esta libertad pueden practicar de oficio
las actuaciones y diligencias que estimen necesarias y denegar las que consideren
inútiles.
El art. 795 N° 4 establece la obligación de agregar los instrumentos presentados por
las partes y la citación de aquella contra quien se presentan, por cuanto éste es un
trámite esencial.
El art. 638 CPC prescribe que si el arbitrador lo cree conveniente recibirá la causa
a prueba. Le es aplicable lo dispuesto en los arts. 633 y 634 CPC.
6.- Acuerdos:
Cuando existieren dos o más arbitradores todos ellos deben concurrir al
pronunciamiento de la sentencia definitiva y a cualquier otro acto de sustanciación,
salvo que las partes acuerden otra cosa.
Si se produce discordia entre los arbitradores y las partes han nombrado un tercero
en discordia, este tercero debe integrar el tribunal y la mayoría formará resolución.
Art. 641 inc. 2°.
Si no hay tercero en discordia hay que distinguir:
a) Si la sentencia es apelable deben elevarse los antecedentes a los
arbitradores de segunda instancia para que ellos resuelvan. Esto significa
que existe un tribunal arbitral de segunda instancia que ha sido designado
por las partes.
b) Si la sentencia es inapelable queda sin efecto el compromiso. Sin embargo
en esta segunda posibilidad cuando los interesados han convenido la
amigable composición en una cláusula compromisoria la discordia que se
produzca entre los arbitradores y se trata de una resolución inapelable y no
hay tercero en discordia, las partes deberán nombrar nuevos árbitros y si
no hay acuerdo para la designación, cualquiera de las partes puede recurrir
a los tribunales para que designen nuevos árbitros.