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Brecha histórica al futuro de la especie

En los acuerdos de parís en el año 2015 el presidente Juan Manuel santos se vinculaba a la causa

ecológica de disminuir emisión de gases carbono y ayudar a la protección de las especies que

habitan los ecosistemas del país. Por otro lado, de acuerdo al El Ideam el aumento de la

deforestación es del 16 % en el año 2016 en Colombia (pág. 1), una postura bastante doble

moralista la del mandatario que espera que la deforestación disminuya 20 % para 2030 y recibir

US$100 millones. Debido a esta deforestación, especies que habitan nuestro territorio se ven en

gran riesgo de llegar a su extinción y es necesario estudiar medidas para su protección. En pro de

asegurar la existencia, las libertades y el buen vivir del oso de anteojos llamado “chucho”, se

concentran grandes debates acerca de cómo ser un individuo de derechos y que roll debe jugar el

hombre en la conservación de las especies en este caso “chucho”. De esta forma se da un golpe

de poder que asegura la conservación de los animales en nuestro país, y aporta un fallo judicial

histórico que desencadena una serie de cuestionamientos acerca de la conservación de las

especies y sus derechos.

Para entender el derecho de las especies es necesario categorizar el lenguaje y dejar la dicotomía

para tener la relación clara entre hombre y animal. De acuerdo al análisis del tratado “El nuevo

análisis de nuestra racionalidad y autoconciencia y del desarrollo humano debe partir, de no

ignorar nuestra condición de seres vivos y animales” (pág. 11, Tolosa, 2017). De esta forma se

concibe al ser humano como una especie animal que debe dar lugar al derecho de todos los seres

vivos. Esta nueva visión atenta a la teoría kantiana según la cual se obtiene libertad e igualdad

debido al poder que da la razón y la teoría de Hegel donde se da el derecho del hombre sobre la

propiedad, siendo los seres vivos una propiedad también, esta visión individualista e
irresponsable con las especies semejantes ha provocado una merma en las especies y ha

reforzado la idea del hombre como ser superior sobre las especies. Por otro lado nuevas visiones

abarcan un lenguaje más categorizado para defender los derechos de las especies como la

propuesta por Jorge Riechmann,autor de ‘todos los animales somos hermanos-ensayos Sobre

el lugar delos animales en las sociedades industrializadas” (pág. 12, Tolosa, 2017 como cita

Tolosa luis). De esta forma es posible dar una mirada legal más amplia a los derechos de los

seres vivos, donde no existe dicotomía entre animales hablantes y no hablantes, sino que todos

tienen los mismos derechos en pro de la ley que proteja las especies y su supervivencia en la

tierra por muchos años.

De acuerdo al planteamiento jurídico, visto desde el ámbito ético, se fundan nuevas

concepciones acerca del respeto y la solidaridad para superar un ámbito antropocéntrico. De

acuerdo al habeas corpus promovido por Luis Domingo Gómez Maldonado (2017), se debe

concebir un mundo donde no solo el hombre es centro de todo sino donde se piensa y se actúa

desde la comprensión del otro, de la tierra, de la naturaleza y del planetario en pro de la

supervivencia humana.( pág. 10, ). De esta forma, se plantea un debate donde la construcción del

hombre debe partir desde su ecosistema y todo aquello que lo provea de herramientas para su

supervivencia y su buen vivir; por ello se hace prioridad salvaguardar la especie “chucho” y

ponerlo a vivir en un hábitat sostenible, que sea saludable para su vida mental y física. De esta

forma el fallo promueve la visión no del Hombre como “único sujeto VS la naturaleza objeto

ideal y materia de utilidad” sino que enfatiza en crear una relación “hombre-naturaleza…

naturaleza-hombre” (pág. 10 Tolosa, 2017). En plena conciencia de la importancia de tener

ecosistemas sanos y donde se de respeto y solidaridad, el hombre entiende el valor de proteger al

oso y recuperarlo para que de esta forma se pueda pensar en el futuro de la humanidad.
Como conclusión, el fallo histórico para el país abre brechas para la construcción de un nuevo

pensamiento más amigable con la ecología y con los seres. A partir de la conciencia y el estudio

teórico acerca del hombre y su roll, se puede inferir que todo animal tiene los mismos derechos y

se debe construir una hermandad entre ellos, dando las libertades correspondientes a cada

especie. Además, se debe ver a el futuro con una mirada no antropocéntrica si no una mirada

multidimensional donde los seres vivos tienen un lugar garantizado en el ecosistema y existe una

relación directa entre hombre-Naturaleza. De esta forma, el manifiesto del oso “chucho” no debe

ser visto como una batalla ganada, sino como un golpe que sienta las bases para pensar en las

especies y su papel en el mundo futuro que debe construir el ser humano desde la conciencia

ambiental.

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