Está en la página 1de 4

LA CINEMATOGRAFÍA COMO FUENTE

Encarnadas en imágenes, sonidos y discursos, en el siglo XX las


problemáticas humanas más diversas y complejas han sido llevadas al cine. Al
igual que los relatos o Historias de vida, el cine nos pone frente a narraciones
que abordan contenidos sociales complejos -muchas veces, sumamente
abstractos- mediante la concreción de ideas en imágenes y sonidos,
estimulando nuestra capacidad de análisis y de crítica.
Una primera aproximación a sus productos, nos permite distinguir entre el
cine documental o no ficcional y el cine argumental o ficcional. El cine
documental propone, en principio, la exposición de hechos e imágenes que
han sido captados directamente de la realidad. Fahrenheit 9/11, La República
perdida, Deuda, La próxima estación son ejemplos de filmes que presentan
hechos reales con propósito informativo. En este grupo también podemos
incluir los videos documentales del tipo de los producidos por la National
Geographic, que abordan múltiples temas geográficos, económicos,
antropológicos, históricos y culturales.
Los documentales expresan, sin embargo, una suerte de memoria selectiva,
que no es neutra ni objetiva, porque obedece a un recorte particular que
intencionalmente ilumina unos aspectos de la realidad mientras oscurece otros.
Los documentales con fines propagandísticos elaborados en el marco de
gobiernos dictatoriales dan cuenta de las prevenciones que debemos tener
frente a la confianza que nos infunden los registros visuales directos.
El cine ficcional o argumental remite a la creación de relatos de ficción. En
términos de nuestro interés específico, es necesario destacar que en este
campo quedan incluidas las obras de ficción histórica, es decir, los filmes que
pretenden reconstruir la realidad pasada: el filme de época, la biografía
histórica, la adaptación literaria, la ficción documentada. En este rubro se
encuentran películas muy empleadas en la escuela como El nombre de la
Rosa, El regreso de Martin Guerre, Novecento, La noche de Varenne,
Germinal, Good Bye Lenin!, El jardinero fiel, Tocando el viento; en nuestro
medio, La Historia oficial, La Patagonia rebelde, Un muro de silencio, Made
in Lanús, Tiempo de revancha, Locos de la bandera, Iluminados por el fuego.
Muchas otras películas no han sido realizadas con una intención
reconstructiva, y sin embargo, con el paso del tiempo se transforman en
testimonios valiosos de la sociedad o la época en que fueron hechas, y por lo
tanto, resultan potentes como medio para la enseñanza.
Como sucede con las imágenes, a través de su apelación a múltiples sentidos y
de la seducción que ejerce sobre nosotros, el cine permite una captación
profunda y efectiva de aspectos de la realidad antes ocultos para nosotros, y
nos obliga a reflexionar acerca de nuestro entorno, de los modos en que
construimos los vínculos sociales, de nuestros valores. Pero, además, los
filmes suelen ofrecernos muy buenas intuiciones sociológicas o
historiográficas, aunque éste no sea su propósito último. La fuerza de sus
imágenes reside muchas veces en las hipótesis que enuncian sobre la sociedad
y que orientan la lectura de la realidad presente o pasada o estimulan el
análisis.
El cine logra, por otra parte, lo que no logra muchas veces el científico:
reconstruir una historia en su profunda diversidad y complejidad, y sobre todo,
provocar en el espectador un efecto de extrañamiento, de distanciamiento ante
la situación narrada, que rompe con la mirada egocéntrica y etnocéntrica con
la que los niños y adolescentes (pero también los adultos) se aproximan a una
realidad social exótica; obliga a mirar a las personas y a las relaciones sociales
en un sentido que va en contra de las propias percepciones. Como señala el
historiador italiano Carlo Ginzburg, el cine suele ser una fuente de
extrañamiento mucho más efectiva que la reconstrucción histórica, ya que
muchas veces “los historiadores nos representan la Historia del pasado, a la
gente del pasado como si fuesen nuestros contemporáneos, emparejándolo
todo, proyectando su presente y creando una serie de anacronismos
continuos” (Ginzburg, 1982; p 152).

¿Cómo usar el cine o el video en la clase de Ciencias Sociales?


En la escuela, el cine suele ser usado de distintos modos. Como señala Litwin,
el uso más simple refiere a entenderlo como fuente de contenido: “Se trata de
recrear o reconstruir simplemente la Historia que contempla, entendiendo la
pertinencia curricular del contenido inserto en la narrativa del film” (Litwin,
2004; p.1). En este sentido, un filme permite contextualizar e ilustrar hechos
históricos, ofrece información sobre lugares o culturas distintas, sobre
problemas sociales, etc. Algunos temas, como el holocausto judío, ofrecen
numerosos materiales fílmicos: El juicio de Nüremberg, La lista Shindler, El
diario de Ana Frank, El pianista, La vida es bella, La caída.
Este uso del cine como fuente supone que muchas películas ofrecen un núcleo
factual que puede ser de interés para el análisis. Sin embargo, ese mismo filme
puede ser objeto de otro análisis en la clase, en tanto es en sí mismo un
producto cultural sujeto a condicionamientos históricos y está inserto en el
horizonte ideológico de la época en que se realizó. Como señala Ginzburg,
hay películas que aun con un marcado contenido histórico, nos dicen mucho
más sobre el momento y la sociedad en la cual han nacido que de la época de
la que nos hablan. El carácter de fuente histórica de un filme remite, entonces,
a dos aspectos para tomar en cuenta en la enseñanza: la reconstrucción de su
núcleo fáctico y el análisis de su envoltura ideológica.
Los filmes pueden sernos útiles para generar la comprensión de un problema
social particular a partir del análisis y la crítica. Jaquinot (citado en Litwin,
2004) llama a esta perspectiva “pedagogía del transporte”, porque el filme es
valioso por las posibilidades que ofrece para la reflexión ulterior. Películas
como Como un espejo, La naranja mecánica, The Truman Show o Cuarto
poder, por ejemplo, nos permiten abordar el problema de los valores, la
violencia, el lugar del individuo y los medios de comunicación masiva en la
sociedad contemporánea, respectivamente.

Trabajar con películas en el aula puede, además, sernos de utilidad para otros
propósitos como:
 introducir un tema en la clase, ofreciendo una atractiva puerta de entrada
narrativa y estética,
 recuperar para la clase las representaciones sociales que portan los niños y
adolescentes,
 integrar contenidos,
 evaluar la apreciación global de un tema.
En todos los casos, son los profesores quienes deciden los propósitos que un
filme puede tener en el aula: si trabajarán sobre el carácter moral de sus
personajes, si buscarán centrarse en el conflicto que propone, si se detendrán
en la paradoja o en la situación dilemática que la narración plantea a los
actores. Es el profesor quien asigna el valor específico del filme para ese
grupo de alumnos, a partir del impacto que la película ha provocado primero
en él. “Es en esa emoción que se comparte con los estudiantes donde la
enseñanza cobra fuerza y es dotada de humanidad” (Litwin, 2004; p.3).

¿Cómo trabajar con películas en el aula?


En principio, es necesario volver a señalar que la exposición sistemática a los
medios, tal como ocurre en nuestra sociedad, no produce automáticamente
personas que puedan decodificar los mensajes en forma crítica. La lectura que
hace quien no está alfabetizado en imágenes es de carácter más emotivo que
cognitivo. Esta advertencia remite a la necesidad de enseñar a usar
críticamente los medios audiovisuales, de comprender los modos en que un
filme reconstruye una realidad y de develar los rasgos de esa reconstrucción
particular que cada obra ofrece. Este uso se orienta a que los alumnos
distingan la estructura narrativa, contextualicen los hechos narrados, realicen
un estudio visual y sonoro de la obra.

PARA PENSAR…

1- ¿Cuáles son las ventajas y las dificultades que genera esa particular
utilización del recurso?
2. Si incorporan este tipo de recursos en la enseñanza, ¿cuáles son las razones
por las que lo hacen? ¿Con qué propósitos?
3- ¿Consideran que existe resistencia por parte de los docentes para incorporar
films o cortometrajes? ¿Por qué?

También podría gustarte