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19 Escrito en El Cuerpo PDF
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EN EL
CUERPO
ESCRITO
EN EL CUERPO
Marcas ancestrales
Los tatuajes, las pinturas corporales y las
múltiples formas de marcar la piel son
prácticas que se encuentran presentes en
todas las culturas, desde los orígenes de
la humanidad. Con distintos nes:
estéticos, expresivos, rituales, punitivos y
terapéuticos, varones y mujeres
intervinieron plásticamente sus cuerpos
usando instrumentos diversos y sustancias
naturales de todo tipo.
Primeros
testimonios
En 1991 unos alpinistas encontraron el cuerpo momi cado de un
hombre que murió congelado hace más de 5200 años. Su cuerpo
estaba cubierto con 61 tatuajes. Otzi, como lo llamaron, es la
evidencia más antigua de esta práctica.
En América:
Culturas milenarias
En la Polinesia, los varones comenzaban a tatuarse a los ocho años y
con el transcurrir del tiempo cubrían la totalidad del cuerpo,
asignando a cada gra smo un signi cado divino.
Culturas milenarias
En Japón la evidencia más antigua de tatuaje es del año 3.000 a.C. y fue hallada en
unas guras de barro cuyos rostros tenían dibujos de tatuajes. Éstas acompañaban a
los muertos en el viaje a lo desconocido, razón por la que se atribuye a los tatuajes un
signi cado mágico y religioso.
Las clases altas lo usaban como ornamento corporal. Sin embargo, también se utilizó
para “marcar” a delincuentes quienes, avergonzados, comenzaron a tapárselos con
otros diseños que cubrían todo su cuerpo. Esta práctica fue adoptada por la ma a
nipona, denominada Yakuza para de nir las jerarquías dentro de la organización.
Culturas milenarias
En China el tatuaje se consideró siempre una marca, un distintivo
social, señal inequívoca de pertenencia a alguna familia o casta, que
daba a conocer la relación del individuo con el entorno.
Horadar la piel
Además de los tatuajes, los grupos humanos han
creado formas de marcar la piel para comunicar
algo a alguien. A través de técnicas como la
punción, la sutura, la realización de cicatrices,
queloides o escariaciones, la piel ha sido recreada
como texto. Sobre ella, cual lienzo expresivo, se
indicaba la pertenencia grupal, se a rmaba la
identidad, la condición social de paria o subalterno,
se ostentaba la marca del poder, o se lucía un
atributo de belleza.
ESCRITO
EN EL
CUERPO
Multiplicidad de prácticas,
diversidad de tecnologías
En los connes:
distinción, protección y abrigo
La pintura corporal era muy importante para los Selk´nam, quienes
utilizaban distintos diseños para las diferentes ocasiones: caza,
competencias deportivas, combates, ritos de paz, chamánicos, de pasaje
hacia la pubertad femenina, para el casamiento, el duelo y el eclipse lunar.
El color más importante era el rojo, que hacían con ocre, además estaban
el blanco y el amarillo. El negro sólo en caso de luto. También se realizaban
tatuajes en el antebrazo quemándose la piel en forma de pequeñas líneas y
luego frotaban las heridas con carbón para que las cicatrices quedaran con
un color oscuro.
Elek, Angela Loij e Imshuta durante una danza llamada Kewánix en honor a Tanu.
Cada mujer tiene el cuerpo pintado con arcilla roja y motivos blancos.
Entre los abipones era habitual tatuarse el cuerpo y el rostro por diversos cenizas. Es necesario desgarrar la piel para obtener un buen
motivos. adorno (…) Si la niña se impacienta o gime de dolor, o retira la
cabeza, es insultada con burlescos oprobios y vituperios: (…) tú no
Uno de ellos era en el ritual de iniciación de las mujeres, que para pasar a la
eres grata a nuestra raza (…), acaso no sabes que tú eres progenie
pubertad debían dejarse tatuar el rostro sin quejarse.
de aquellos que tienen heridas y se cuentan entre los vencedores
Sobre el signi cado de los tatuajes sabemos que no sólo se hacían para (…). Avergüenzas a los tuyos imbécil mujerzuela (…). Los padres
adornar la cara de varones y mujeres, sino que eran indicadores de la sostienen que estas lastimaduras adornan a sus hijas, y que las
pertenencia del individuo a una familia de la nobleza indígena o del rango preparan y orientan para poder sobrellevar los dolores del parto”.
militar de los jefes.
Escena de tatuaje donde se utiliza una espina para tatuar. Acuarela de Florian Paucke.
ESCRITO
EN EL
CUERPO
Marcas de marginalidad
Hacia el siglo XIX y principios del XX el tatuaje cobró una gran importancia
entre los sectores marginales de la sociedad, que poblaban cárceles,
cuarteles y burdeles.
Siglo XIX:
la mirada de la ciencia decimónica
Durante el siglo XIX primaron las miradas moralizantes y patologizantes
sobre el tatuaje y los/las tatuados/as. El tratado antropológico experimental
El hombre delincuente (1876) de Cesare Lombroso, vinculó esta práctica
con conductas atávicas, antisociales, desviadas y enfermas, a la vez que
brindó elementos clasi catorios para la criminología y la psicología desde
una mirada punitiva y estigmatizante.
Cesare Lombroso.
Ilustraciones del libro El hombre delicuente de Cesare Lombroso.
ESCRITO
EN EL
CUERPO
Siglo XX:
masividad, profesionalización
y consumo
La práctica del tatuaje sufrió una gran transformación con la invención de la
máquina eléctrica, ya que revolucionó aspectos claves como el tiempo del
trabajo y la cuali cación del tatuador. Nuevos grupos sociales se incorporan
a una práctica que se hace cada vez más masiva, trascendiendo fronteras
de género, edad y condición social.
Siglo XXI:
claves de lectura
El tatuaje como texto semiótico puede entenderse desde dos perspectivas
dialécticas: por un lado, como una marca privada, invariante, estática e
indeleble. Por otro, como un signo dinámico, variable, polisémico e inserto
en el ámbito público.
Otras
miradas
A nales del siglo XX, el cine, la literatura, la estética y el psicoanálisis han
construido miradas particulares sobre los “cuerpos decorados”. El abanico
de re exiones incluye desde la connotación de la piel como texto, la
a rmación identitaria, el carácter inclusivo o excluyente de los sentidos que
se despliegan al mirar y ser mirado, el lugar del erotismo y el dolor, y hasta
un modo de “resolver” con ictos psíquicos.