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legadas por sus antepasados, por parte de los músicos académicos. Durante las primeras décadas
gran parte de la música popular en América y Europa mantuvo el lenguaje cultural del siglo XIX. Los
músicos del siglo XX reaccionan de diferentes maneras ante el pasado en general y ante el pasado
inmediato, porque
- No desean ser sentimentales como los románticos, son al principio de ese siglo antirrománticos
y antimelancólicos.
- Buscan utilizar escalas no europeas, de origen oriental (China, India) o muy antiguas, quieren
innovar para manejar el lenguaje, se busca el infinito sonoro.
- En la segunda mitad del siglo se da la presencia de una tecnología que se aplica directamente
a la producción y transmisión de los sonidos.
ARGENTINA Y SU MÚSICA
El folklore argentino es de una riqueza extraordinaria y de una calidad musical que a veces
alcanza la de la música culta, sobre todo por su armonía y polifonía “europea”. Aunque se
ha popularizado por todo el mundo el TANGO, es este solo la expresión musical de un
determinado grupo social del puerto de Buenos Aires (lo mismo que el flamenco andaluz o
el rembétiko griego).
Pero, musicalmente, Argentina no es solo Buenos Aires, centro de la vida cultural del país.
Argentina está musicalmente dividida en varias regiones de influencia. Más allá del tango,
la música argentina más conocida en todo el orbe, que representa al mundo urbano de
ambas orillas del río de la Plata, existe un folclore de raíz rural que surgió de la amalgama
de las diversas culturas que se derramaron por el país a través de los años con las
tradiciones indígenas, sobre todo de la zona andina. Los inmigrantes del interior llevaron
esos viejos ritmos, estilos e instrumentos a Buenos Aires a partir de mediados del siglo XX,
desde donde fueron difundidos al resto del país. Fue así como aparecieron autores,
cantantes y músicos que se hicieron populares y recuperaron para la cultura nacional las
tradiciones que vienen en algunos casos de épocas prehispánicas.
Las radios y las compañías discográficas pronto descubrieron ese filón comercial. Surgió
así todo un movimiento de recuperación de las tradiciones reflejado por la aparición, hacia
fines de la década de 1940, de legendarios conjuntos folclóricos como Los Chalchaleros,
Los Cantores de Quilla Huasi o Los Fronterizos. En esta época también comenzó a
componer Atahualpa Yupanqui, el más renombrado y tal vez el más profundo de los
cantantes folclóricos. Las letras hacían referencia al paisaje de sus tierras natales con un
dejo de nostalgia, a las actividades rurales dejadas atrás y a la sociedad de origen. “Paisajes
de Catamarca”, “El mensú” (peón de los obrajes madereros de la provincia de Misiones),
“Kilómetro once”, “Luna tucumana”, etc. son algunas de las canciones más representativas
del período.
Pero fue durante los años sesenta cuando el folclore se expandió en el ámbito urbano de
modo definitivo. Los hijos de aquellos primeros inmigrantes tomaron con entusiasmo esta
música, la hicieron propia y la renovaron con componentes cisandinos. Aparecieron nuevas
agrupaciones, algunas totalmente vocales, y se incorporaron instrumentos no tradicionales,
mientras que se realizaban investigaciones tendentes a recuperar otras formas musicales
perdidas entre los repliegues culturales.
Las letras de las canciones reflejaban más sentimientos personales que situaciones; se le
cantaba más al amor que al paisaje, al trabajo urbano y a sus injusticias más que a las
tradiciones rurales. Poetas como Jaime Dávalos, Hamlet Lima Quintana y Manuel Castilla;
músicos como Gustavo “Cuchi” Leguizamón, Tarragó Ros, Ariel Ramírez y Eduardo Falú;
y grupos e intérpretes como Los Huanca-Hua, Jorge Cafrune y otros serán los nuevos
representantes de la música folclórica.
El norte
Esta región está muy influida por la música andina.
El este
Es una región influida por la música chilena.
El noreste
Esta región está muy influida por la música paraguaya (región de Corrientes).
El centro
La región central es la más “argentina” con la Pampa (extensa llanura del centro
argentino que no tiene vegetación arbórea).
El auge del folklore argentino comenzó en los años cuarenta, cuando llegaron a la capital
músicos de otras regiones y dieron a conocer las canciones populares de cada región. Estos
músicos eran autodidactas, pro muchos de ellos con categoría ya culta: Atahualpa
Yupanqui, Eduardo Falú (gran guitarrista y cantor) y Ariel Ramírez. Estos músicos
comenzaron dando conciertos en Francia. El éxito internacional de la Misa criolla con estos
intérpretes dio a conocer el folklore argentino, en los años sesenta del siglo pasado, en
ámbito alemán.
En los años setenta del siglo pasado el folklore argentino hizo furor en España, traído por
emigrados argentinos que había huido de la dictadura militar en su país. Gozó de gran
popularidad el gran bardo Jorge Cafrune, que con Larralda, Yupanqui, Montero, Horacio
Guarany, etc. inundaron el mercado musical español. Mercedes Sosa fue la gran intérprete
femenina de la musica argentina.
Los grupos musicales que propagaron el folklore argentino, chileno y andino fueron Los
Fronterizos, los Chalchaleros, Los Cantores de Quilla Huasi, Los nocheros de Anta, Los
Tucu Tucu, Los Hermanos Avalo, etc. Algunos de estos intérpretes, como Eduardo Falú o
Jorge Cafrune, eran hijos de emigrantes procedentes del Medio Oriente (Siria, etc.).
Bombo
El bombo es el instrumento de percusión por excelencia. Por lo común se construye
con un tronco de árbol ahuecado y con dos o una sola membrana, de cuero de oveja,
guanaco u otro animal. Su zona de dispersión es el norte de Argentina, desde Jujuy a
Santiago del Estero, Tucumán y La Rioja. La denominación que en algunas
oportunidades se le da al bombo de “legüero”, es porque, según el tamaño, puede ser
oído a varias leguas del lugar de origen.
Caja
La caja está construida con madera de tala, nogal, cardón sauce, etc., y con dos
parches que pueden ser de oveja, cabra u otro animal. Con la madera se hace el "aro"
del instrumento, y los parches son las membranas que, puestas en tensión sobre el aro,
vibran. Se utiliza en La Rioja, San Juan y Santiago del Estero; también en Jujuy,
donde se denomina "uancara".
Charango
El charango es una guitarrilla criolla, muy difundida en el norte de Argentina,
especialmente en Salta y Jujuy. Para su construcción se utiliza, como caja de
resonancia, el caparazón de un armadillo disecado. El encordado consta de cinco pares
de cuerdas. Se usa para acompañar bailecitos, carnavalitos o huainos y, en algunas
oportunidades, actúa como instrumento solista.
Erke
El erke es un instrumento gigante, de entre tres y cinco metros de largo. Generalmente
se construye con varios trozos de caña ahuecados y unidos, a los cuales se añade, en
un extremo, el pabellón, hecho con un cuerno o con latón. En el otro extremo se
coloca una embocadura para el soplo. Se usa en Jujuy, Salta y, antiguamente, en
Tucumán y Santiago del Estero.
Guitarra
La guitarra es el más difundido de todos los instrumentos musicales con que se toca
folclore en Argentina, ya que su área de dispersión comprende prácticamente todo el
país. Indudablemente, no es un instrumento autóctono, y su fuerte arraigo habla del
intenso mestizaje cultural que se produjo en América a raíz de su descubrimiento por
parte de los europeos. Se utiliza este instrumento para marcar la melodía mientras
otros ejecutan la percusión, para acompañar el canto o como único instrumento en la
milonga. En los conjuntos folclóricos suele haber dos o tres guitarras; una de ellas
puntea y el resto acompaña.
Kultrún
Por último, el kultrún es el tambor de los araucanos del sur de Argentina y es el único
instrumento autóctono de esa región. Se construye con un tronco de madera o con la
mitad de una calabaza a la que se le adhiere el parche. Lo utilizan las hechiceras,
llamadas machis, especialmente en las ceremonias religiosas o en toda oportunidad en
la que desean invocar a los dioses para conjurar algún maleficio.
Quena
La quena, instrumento de viento construido con caña, hueso u otro material, tiene
generalmente seis o siete agujeros, uno en la parte inferior y los restantes en la parte
superior. Se usa junto con el tambor para acompañar bailecitos, carnavalitos o
huainos, y es el más difundido de los instrumentos aerófonos.
Siku
Otro aerófono es el siku o antara, nombre aymara de la flauta de pan; en quechua se
llama antara y, en español, zampoña. Tiene dos hileras de tubos; la primera, de doble
tamaño que la segunda. En realidad, podría decirse que el siku es "medio
instrumento", pues se necesitan dos para obtener una escala completa al alternar los
sonidos entre un siku y otro. La ejecución de este extraño instrumento, por lo dicho
anteriormente, requiere intérpretes expertos.
Provincias norteñas
Jujuy, Salta, Catamarca y parte de la Rioja. Gran influencia del folklore andino por la
cercanía con Bolivia. Los instrumentos son los mismos que los de la música andina.
Bailecito
Se suele bailar moviendo los pañuelos. Baile típico de la región occidental y central de
Bolivia.
Esta danza de influencia incaica tiene una historia algo confusa a causa de su nombre,
ya que a veces resulta difícil saber si, en los documentos, este vocablo se emplea de
forma específica para designar la danza en sí o de forma genérica para referirse a la
totalidad de los bailes populares de Perú, Bolivia y la región norte de Argentina.
Llegó a Argentina desde Bolivia, y penetró en el noroeste a mediados del siglo XIX;
luego se extendió por las provincias de Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero y
Córdoba. Su origen remoto, como el de muchas otras danzas argentinas, debe buscarse
en los bailes del Viejo Mundo que España trajo a los puertos americanos, y
especialmente a Lima, en la época colonial.
Carnavalito
Baile colectivo, tradicional en las provincias del noroeste, cuya música es acompañada
por coplas.
Baile de pareja suelta, en el que se representa el asedio amoroso de una mujer por un
hombre. Los bailarines, que llevan un pañuelo en sus manos derechas, trazan figuras
circulares, con vueltas y medias vueltas, interrumpidas por diversos floreos. Bailado
en el oeste de América del Sur, desde Colombia hasta la Argentina y Bolivia, tiene
distintas variedades según las regiones y las épocas.
La zamacueca llegó a Chile en 1824 ó 1825; luego pasó a Mendoza y desde Bolivia
entró al norte del país. Desde entonces se bailó en todas las provincias, salvo en
Buenos Aires, y así dio lugar a la formación de sus descendientes: la zamba, la cueca,
la cuequita y la chilena.
La cueca ingresó a Argentina desde Chile por Cuyo, primero como «zamacueca» y
posteriormente como «cueca chilena», donde conservó el nombre de «cueca». En
Cuyo su presencia se documenta aproximadamente en 1840 y en la provincia de
Buenos Aires, en 1850. También existe la «cueca norteña», o «chilena» a secas para
los habitantes de las provincias del noroeste argentino y Bolivia, variante que ingresó
a la provincia de Jujuy a través de Bolivia directamente desde Perú. Ha sido
denominada marinera y en el último cuarto del siglo XIX alcanzó las provincias de
Salta y Tucumán.
Tiempo ternario, lento y rítmico. Se acompaña con tambor y guitarra. El texto es muy
importante: temas existenciales y sentimentales. Es un ritmo de gran emotividad,
parecido al cuplé español (canción corta y ligera, que se canta en teatros y otros
locales de espectáculo). Canción popular, por lo general amorosa y de carácter triste,
que se acompaña con la guitarra. Extendida por Argentina, Bolivia y Uruguay.
Se distinguen varios grupos de melodías, según sus determinadas escalas: los antiguos
modos de RE y FA, la escala bimodal, con cuarta aumentada, con cuarta justa o con
ambas alternadas, con la tetrafónica (cuatro notas diferentes) y la pentatónica (cinco
notas diferentes), o escalas híbridas con mezclas de estas últimas con europeas,
modernas y antiguas.
Se dice que la Vidala nace entre los montes santiagueños como música de rituales
desconocidos, es un ritmo que llena de vigor a los cuerpos que la rodeen, según la
mitología santiagueña. La vidala de una manera u otra narra la vida del monte. La
vidala no tiene danza.
Vidalita
La vidalita es un estilo musical no bailable característico del folklore de Sudamérica.
La vidalita está emparentada y a veces es confundida con la vidala. Ambas son de
origen colla (habitantes de las mesetas andinas) y se encuentran muy difundidas en el
noroeste argentino, especialmente en las provincias de Catamarca y Tucumán. Fue
introducida en Uruguay a comienzos del siglo XIX.
La vidala suele ser más lenta que la vidalita, a la vez que los versos suelen ser
amorosos y alegres, pero acompañados de una música triste. En sus versos, muchas
veces, la vidalita se caracteriza por intercalar la expresión "vidalita" acentuada en la
última sílaba (vidalitá), para producir el efecto de que el cantante le habla a la vidalita.
Región sureña
Malambo
Baile vivaz de zapateo que ejecutan solo los hombres (en Argentina, Chile y Uruguay)
y se acompaña con rasgueo de guitarra. Pueden intervenir uno o varios bailarines que,
sueltos y muchas veces en contrapunto, efectúan diversas mudanzas, sin otros
movimientos que los de las piernas y pies.
Con respecto a la guitarra, el rasgueo criollo puede utilizar el punto clásico por
instantes pero generalmente obtiene el sonido por su especial manera de punteo, el que
se alterna con rasgueos según el gusto del músico. Se utiliza también música de
zambas, chacareras, gatos, para otorgar mayor diversidad a la monótona música del
malambo.
Hay que aclarar que “quimbunda” era el lenguaje de los pueblos «bundas», con el que
se conocía a algunas tribus africanas de Angola, vieja colonia portuguesa de la costa
occidental del continente africano. Abundaron los esclavos traídos de esas tierras, y
que hablaban el quimbunda (lenguaje bantú), entre la población negra de Brasil, de
Argentina y de Uruguay.
Tanto Atahualpa Yupanqui como Alfredo Zitarrosa han utilizado la milonga como el
medio más adecuado para dejar aflorar sus más sentidas composiciones. Otro gran
cultor del género es José Larralde.
Para tocar la milonga: Se toca la 6ª. cuerda y luego las tres primeras de a una, como
punteado, dos veces. Luego se toca la 5ª. cuerda y nuevamente dos veces las tres
primeras.
El oeste
Comprende la región cuyana (de Cuyo): Provincias de Mendoza, San Juan, San Luis. Tiene
influencias de la música y de los ritmos chilenos.
Cueca
Baile de pareja suelta, en el que se representa el asedio amoroso de una mujer por un
hombre. Los bailarines, que llevan un pañuelo en sus manos derechas, trazan figuras
circulares, con vueltas y medias vueltas, interrumpidas por diversos floreos. Bailado
en el oeste de América del Sur, desde Colombia hasta la Argentina y Bolivia, tiene
distintas variedades según las regiones y las épocas.
Es una versión más ágil de la zamba argentina. Es un ritmo ternario. Es el ritmo
nacional de Chile (cueca chilena). Imita las torsiones de la gallina clueca en su baile,
de ahí el nombre. Hay dos variantes de la cueca: la del Norte y la Cueca cuyana (de
Cuyo), más parecida a la cueca chilena.
Tonada
De la región de Cuyo. Es una forma de ESTILO. Es un ritmo de cueca en tiempo más
lento y con texto narrativo. Junto con la cueca es el ritmo más extendido en Chile.
Noreste
Región conocida como El Litoral, está cercana al Paraguay y comprende las provincias de
Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco y parte de Santa Fe y Entre Ríos. Influencia de la
música guaraní del Paraguay. Instrumento: acordeón.
Chamamé
Especie de polca, acompañada de acordeón. Ritmo muy paraguayo aún. Canta a la
tierra en formas descriptivas.
Data del siglo XVI, y existe controversia sobre su origen. De todas las hipótesis sobre
su origen, la tesis más extendida es la del origen guaraní.
El objetivo es fortalecer los vínculos entre los seres divinos y los miembros de la
comunidad, es un momento de síntesis de todos los aspectos de la cultura avá guaraní.
Los chamanes, transmiten los valores culturales y los relatos míticos. Es la
oportunidad para recordar la memoria colectiva, y a la vez rito, celebración, fiesta y
alegría.
Busca fortalecer el contacto de los hombres con el mundo de los animales y los dioses,
desterrar las fuerzas malignas, y lograr salud y calma al espíritu.
Chamarrita
La chamarrita es un estilo musical folclórico de la música litoraleña, particularmente
popular en las provincias de Entre Ríos y parte de Corrientes, en Argentina, en
Uruguay, en Río Grande del Sur y algunos pueblos en el sur de Brasil.
En Río Grande del Sur es más conocida como chimarrita, en su doble condición de
danza y canto, siendo muy apreciada en los Centros de Tradiciones Gauchas.
Jesús López Flores anota el antecedente de la zamarra, danza de baile enlazado,
semejante a la milonga.
Centro
Baguala
La baguala es un género musical folklórico originario del noroeste de Argentina que
desciende de las comunidades diaguitas que habitaban los Valles Calchaquíes; se la
considera dentro de las formas musicales no bailables. Se difundió principalmente
entre la población indígena de esa región. Algunos autores afirman que la versión
pampera deriva mayormente de antiguas tonadas españolas.
La baguala es la música más representativa del sentir del habitante del norte argentino
y es uno de los pocos estilos no bailables del folclore de este país. En algunos sitios se
llama joy-joy. Sus letras, inventadas en el momento de ser cantadas, muestran por lo
general las fibras más íntimas del ocasional intérprete. La vidala se le asemeja, pero
tiene una riqueza musical y poética más notoria.
La baguala, tanto por su música como por su letra, es una de las expresiones musicales
más primigenias en los países hispanoamericanos. La guitarra repite de forma
monótona dos o tres acordes solamente. Su música es mezcla de temas andinos con
quizás sones religiosos de música española.
Las letras de la baguala suelen ser improvisadas y comienzan con un recitado de tema
filosófico: “Voy a cantar una copla por si acaso muera yo, porque nosotros los
hombres hoy somos, mañana no”.
Pertenece al folclore vivo, pues aún se baila al natural en los ambientes populares de
algunas provincias. Es posible encontrarla en Santiago del Estero, Catamarca, Salta,
Tucumán, sur de Jujuy, La Rioja, Cuyo y parte de Córdoba, aunque es de la primera
de esas provincias de donde provienen las chacareras más conocidas.
Se baila por parejas que danzan libremente (pero en grupo) con rondas y vueltas. El
ritmo, variable según la región de procedencia, es de tres por cuatro, alternando con
seis por ocho.
Su origen es muy difícil de determinar pues son pocos los documentos de referencia.
Sin embargo, y según la tradición oral se cree que nació en Santiago del Estero, más
precisamente en Salavina. El hecho de existir en esta provincia chacarera con letrillas
en quechua santiagueño, resulta un factor no desestimable a la hora de atender a esta
teoría. A su vez, esta danza tiene una clara influencia indígena.
Su nombre proviene del quechua antiguo chacra, mod. chajra, ‘alquería’, ‘granja’,
‘pequeña hacienda’. El “chacarero” era el trabajador, una “chacra” o “chakra”
significa ‘maizal’ en quichua santiagueño, porque generalmente se bailaba en el
campo, aunque lentamente hizo avance a las ciudades.
Chaya proviene de la voz quechua que significa ‘rociar’ o ‘mojar’. Pujllay, significa
en lengua quechua ‘jugar, retozar, divertirse’. Pujllay es el Dios que preside la
ceremonia de la Chaya.
El ritual de la Chaya se relaciona con el culto agrario que los diaguitas, al igual que
los incas, realizaban en honor y agradecimiento a la Pachamama (madre tierra) que
todo lo brinda y protege. Diaguita se dice del individuo del pueblo amerindio que
habitó en la región montañosa del noroeste de la Argentina, cuya lengua era el cacán o
cacana.
Gato
El gato es una música y danza folclórica típica de Argentina, Bolivia, Paraguay y
Uruguay, que tendría como influencia los ritmos picarescos que se irradiaban desde
Perú a casi toda el área de América del Sur bajo influencia española.
Esta movida danza criolla se bailó en todas las provincias argentinas, posiblemente
desde antes de 1820, y perduró en la mayoría de ellas hasta los primeros años del siglo
XX. Actualmente aún se baila "al natural" en algunas regiones del norte, centro y
oeste, por lo que pertenece al llamado "folclore vivo". El gato se bailó en varias
naciones americanas, como Perú, Chile, Uruguay y Paraguay, pero fue en Argentina
en donde arraigó con mayor fuerza.
Baile de movimientos rápidos, de pareja suelta que suele acompañarse de coplas cuya
letra coincide con las distintas figuras. Se baila a continuación de la cueca como
respuesta afirmativa. Es una danza criolla extendida por todo el país. Los versos se
dicen en forma dialogada. Este baile no falta nunca en toda fiesta criolla. Por su
dispersión casi total por el territorio nacional, debería haber sido consagrada como la
danza tradicional argentina.
Esta danza también se conoció con otros nombres, siendo el más antiguo y completo
«gato mis mis» y también «la perdiz». En el Noroeste argentino recibió también el
nombre de «bailecito» por su corta duración (comparada con otras danzas de la
época). Esto llevaba a confusiones con otra danza que hasta en la actualidad se
denomina bailecito (ritmo típico del noroeste argentino), y por esta razón perduró el
nombre con el que lo conocemos hoy.
Zamba
Derivada de la zamacueca peruana, se bailó en el siglo pasado en todas las provincias
argentinas, y actualmente aún conserva alguna vigencia en las occidentales y norteñas.
Es, junto con la chacarera, el género más difundido de música autóctona.
Parece que la zamba fue introducida a través de los Andes. A finales del siglo XIX,
era conocida en Perú y Chile. Tiene una música de ritmo ternario: lenta en el Norte y
vivaz en el Este. Se canta en coro de tres voces con acompañamiento de guitarra y
bombo. Consta de dos versos y una estrofa; la última estrofa se inicia con el
característico grito de: “y se va la segunda”. Es una música muy armoniosa que marca
el final con el grito: “y se acaba”. Las letras suelen ser muy líricas y muy cultas.
Requiere gran perfección en el canto y en el toque del ritmo, en compás de 6/8.
Tocar el ritmo de zamba: Se tocan las cuerdas hacia abajo con el pulgar, luego con la
mano también hacia abajo las tres primeras. Nuevamente con el pulgar y otra vez con
la mano las tres primeras siempre hacia abajo y otra vez con el pulgar. Pausa. Se tocan
las cuerdas con el pulgar hacia abajo, etc.
Son ritmos que no pertenecen a región alguna y que están extendidos por todas las regiones.
Chamarrita
Canción de origen uruguayo. La chamarrita es un estilo musical folclórico de la
música litoraleña, particularmente popular en las provincias de Entre Ríos y parte de
Corrientes, en Argentina, en Uruguay, en Río Grande del Sur y algunos pueblos en el
sur de Brasil.
En Río Grande del Sur es más conocida como chimarrita, en su doble condición de
danza y canto, siendo muy apreciada en los Centros de Tradiciones Gauchas.
Se bailó en todas las provincias, en los ambientes rurales, desde antes de mediados del
siglo XIX hasta el fin del mismo siglo; también tuvo aceptación en los salones, pero
sólo durante ciertas épocas. En la campaña de algunas provincias perduró hasta las
primeras décadas de nuestro siglo, y en algunas regiones apartadas aún suele bailarse.
En algunas regiones se llama "Gato escondido", de donde puede inferirse que quizá
sea una variante del antiguo gato de cuatro esquinas.
Estilo
Ritmo de origen colonial. Composición musical de origen popular, para guitarra y
canto, de carácter evocativo y espíritu melancólico. Baile popular que la acompaña. Se
canta en versos de 10. Sus letras reflejan la solidad de la Pampa: el hombre habla de
sí, del amor perdido, de la ausencia, de la soledad.
Huella
La huella es una danza folclórica argentina, nacida hacia 1820, característica de la
llamada música surera o sureña. Esta danza fue bailada principalmente en Argentina,
aunque también su práctica se extendió a Bolivia, Chile y Uruguay. Se caracteriza por
ser picaresca por sus giros y zapateos, señorial por el leve contacto de las manos,
aparecida durante la etapa de las guerras civiles. Los temas coreográficos de las
danzas picarescas pertenecen al ciclo de los minués y gavotas del siglo XVIII;
añadiéndosele a las transformaciones un fuerte cambio de estilo puesto que se han
adoptado las maneras de las picarescas.
Esta hermosa danza, de música tan sentida, delicada y melancólica, se bailó en todas
las provincias, aproximadamente desde 1830, y en algunas de ellas se conservó hasta
los primeros años del siglo XX. En la actualidad no se baila espontáneamente, por lo
que pertenece al folclore histórico.
Loncomeo
Ritmo de la Patagonia, danza típica del pueblo tehuelche-mapuche.
El loncomeo o lonkomeo es una rogativa, un estilo musical y una danza del folklore
tehuelche, adoptada por la cultura mapuche. Se trata de una "danza pantomímica e
imitativa de carácter exclusivamente masculino", que se baila al son del kultrún. Suele
asociarse al ngillatún, principal ceremonia espiritual mapuche, siendo una de las
danzas que se realizan en su decurso.
Fue impulsado por el músico correntino Mario Millán Medina, al componer el éxito
"El rancho 'e la Cambicha", en la década de 1940. Para su creación Millán Medina se
inspiró en la forma de interpretar (y de bailar) el chamamé en el centro y sur de Entre
Ríos, asimilándolo al tango y a la milonga, dos ritmos de raíz afro-argentina; a su vez
el rasguido doble posee influencias de otros ritmos afro-argentinos.
Es considerado como un típico estilo correntino, a la vez que la influencia del tango,
ha llevado a que se dijera que es un tango mal tocado.
SU MAJESTAD EL TANGO
El Diccionario de la Real Academia defina el tango como “Fiesta y baile de gente de origen
africano o popular en algunos países de América”. En Honduras, tango es un tronco
ahuecado de un árbol que sirve de instrumento de percusión.
El nombre de tango aparece hacia 1836 en la isla de Hierro y en otras partes de América, en
el sentido de reunión de gente de origen africano para bailar al son del tambor llamado
“tango” (quizás derivado del verbo “tañer”: ‘Tocar un instrumento musical de percusión o
de cuerda, en especial una campana’.
“De los ritmos que dieron la vuelta al mundo es el tango la única música popular de este
siglo (XX) que no es de origen negro.” (L. de Paola)
“El tango es la épica de los arrabales de Buenos Aires de principios de siglo XX”. (J. L.
Borges)
«Los primeros tangos tenían mucho que ver con el ambiente lupanario. Desde sus títulos
hasta sus letras, recogidas por la tradición oral, eran muy vitalistas. Muchas de aquellas
letras recogen coplas populares de larga tradición, a veces de origen español, como el
famoso Bartolo. La mala vida que configuraba el escenario social del tango explica la
prohibición que soportó hasta que pudo flanquear las puertas de ambientes dignos. Existen
tangos con varias letras, de varios autores o anónimos, que fueron muchas veces
adecentadas; títulos primitivos son Sacudime la persiana, Concha pelada, concha sucia o
La concha de la lora, (transformada en Cara pelada, cara sucia y La cara de la luna),
Sacale la nicotina, Golpeá que te van a abrir, Dame la lata, etc. Algunas letras, en las que
no falta el humor, son bastante diferentes de la letra clásica del tango de los años 20.
A mediados de los años sesenta del siglo XIX, se comenzaron a oír los primeros compases
de una música que parecía mezclar las habaneras con tanguillos andaluces, una cierta
reminiscencia del fado y el nostálgico dejo de la canzonetta napolitana. No se sabía cuál era
su procedencia, pero lentamente se fue convirtiendo en un algo diferente, atractivo y
sugerente. Un sonido que invitaba a bailar. Pero, ¿bailar, qué? La danza aún no estaba
definida. Y el baile, si es que lo había, se limitaba apenas a ser una burda imitación de los
movimientos de los negros y las mulatas, cuando se extasiaban moviéndose al compás del
“tambó”, durante las fiestas de carnaval. El tango necesitaba adquirir una forma definitiva,
aunque la situación del país, en aquellos momentos, no era la mejor para ayudarle.
Las guerras civiles que enfrentaron a caudillos federales como Felipe Varela, Ángel
Vicente Peñaloza, Pancho Ramírez o Ricardo López Jordán contra Buenos Aires, aún no
habían terminado. La república, como el tango, todavía no había adquirido su verdadera
identidad. Tuvieron que pasar más de dos lustros para que algo de la esperada pacificación
se pudiera vislumbrar en el horizonte de la Argentina.
Una vez que las guerras acabaron, y a partir de la derrota de López Jordán en los campos de
Don Gonzalo en diciembre de 1873, el país comenzó a sentir que la paz, finalmente había
llegado. Los conatos de alzamiento que se repitieron en los años sucesivos, no hicieron sino
adelantar una necesidad que la nación alentaba, y que era de urgente satisfacción: había que
poblar el territorio. Llenarlo con gentes que, venidas de donde fuese, buscaran paz, trabajo
y prosperidad. De ese modo, nadie discutiría la capitalidad de Buenos Aires ni pretendería
fragmentar el país en varios estados federales. Con la “campaña del desierto”, organizada
por el general Julio A. Roca, futuro presidente de la nación, se terminó de aniquilar al indio
y se estableció la supremacía blanca, y preponderantemente portuaria, en la Argentina.
De 1865-1895
Etapa de formación
De 1895-1917
Comienza la verdadera historia del tango: “La Vieja Guardia”.
De 1924-1948
La “Guardia Nueva”
A partir de 1948
Comienza la “Tercera Guardia”
A partir de 1955
Se forman algunos conjuntos de tango que vuelven al estilo de la Vieja Guardia
La internacionalización del tango comienza con la orquestación y el empleo del tango como
baile de salón.
Después de la I Guerra Mundial, las clases altas argentinas siguieron despreciando el tango
como “danza primitiva de las casas de mala fama y de los bodegones de peor especie. El
tango dice la tristeza de un pueblo con mala salud moral, refleja la encanallada alma del
hombre de suburbio, su instinto perverso, su sensualidad patológica” (el escritor Barletta).
Estas afirmaciones de Barleta se pueden aplicar más bien a las falsas relaciones entre
hombre y mujer en la clase alta que al tango en sí. Los intelectuales de derechas e
izquierdas veían en el tango un producto de la barbarie contra la civilización. Mucho de los
grandes compositores de tangos de la época clásica (hasta 1920): Discépolo, J. de Dios,
Filiberto, etc., militaron en las filas anarco-sindicalistas.
A partir de 1930, el tango fue combatido. De 1946-1955, bajo el gobierno del general
Perón, tuvo un nuevo esplendor renovador. Caído Perón, comenzaron a desaparecer las
orquestas tangueras y fueron siendo sustituidas por virtuosos. El tango fue prescrito como
expresión de la barbarie peronista.
De los clásicos compositores Aduardo Arolas, Pedro Laurenz, Pedro Maffia, Aníbal Troilo
el tango evolucionó hasta la vanguardia con Astor Piazolla o Eduardo Rovira. Lo que antes
era espontaneidad, frescura, improvisación y autenticidad de sentimiento (como las letras
de Pascual Contursi) lo pierden las letras de los literatos posteriores como J. L. Boirges,
Ernesto Sábato o César Tiempo. El tango ha cambiado tanto como la gran ciudad de
Buenos Aires. Ahora ya no hay callecitas, sino vértigo.
Se comienza llorando la mala suerte del héroe: “pobre tigre que una noche en Puente
Alsina dos cobardes lo mataron a traición”. Luego se describe la figura del héroe:
“picao de viruela, encrespao el pelo”. Luego se evocan sus hazañas: "repartiendo
hachazos era una tormenta”. Es una especie de samurái que se rebela contra el clan.
Otros temas tangueros son la fidelidad a la amistad entre amigos. El amor ya perdido.
Diálogo con la mujer perdida. La pobreza, el descontento con el orden social establecido, el
resentimiento, la epopeya de algún cuchillero, la loa al triunfador que del “barrio de las
latas” llegó al centro de Buenos Aires, la historia de la muchacha pobre que se dio a la mala
vida, la estampa de algunas calles de la ciudad, el afecto por la madre, la visión filosófica
del mundo y de la vida: “que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé”.
A veces el lirismo alcanza altura literaria:
[Manzi]
La fuerte sensualidad del tango es una reacción a la deserotizada sexualidad del burdel de
arrabal de emigrantes donde escaseaban las mujeres.
Dos grandes ensayistas del tango (Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato) resumen sus
estudios sobre el origen del tango:
El tango es una mezcla espiritual de habanera cubana llevada por la colonia española a
la Argentina y de moda a finales siglo XIX. Era una melodía que no se bailaba, se
tocaba solo con guitarra, flauta y organillo. Luego empieza a bailarse, pero solamente
entre hombres en ambiente de bar tras la visita al prostíbulo. Estaba absolutamente
prohibido bailar el tango con una mujer; resultaba obsceno. Más tarde entran las
mujeres creando pasos de baile muy femeninos.
El suburbio no dio una canción de gesta como la dio el campo con su Martín Fierro. Pero
sabemos que muchas de las epopeyas anónimas eran canciones sueltas que los juglares
cantaban por los caminos.
El candombe
Es un ritmo negro extendido hoy en los ambientes negros del Uruguay. Es una danza
cultual en forma de pantomima con elementos de la liturgia bantú y la devoción católica a
San Benito; es toda una mezcolanza. Era un ritual secreto para iniciados, pero a finales del
siglo XVIII, perdió este carácter y comenzó a ser bailado en las procesiones entre Navidad
y los Reyes Magos; luego al perder su carácter cultual, pasó a formar parte del cortejo y
desfiles de carnaval a partir de 1870.
En los desfiles se realizaba esta danza en forma colectiva con cinco escenas coreográficas
fijas:
Instrumentos del candombe: Percusión, como las mazacalles, las marimbas, membráfonos
de diferentes tamaños, cordófonos simples, y cítara africana.
La habanera
En España tenía mucha popularidad hacia el 1850. Poco después de hacerse popular en
España, la habanera pasó a París y a otros países hispanoamericanos. Es famosa la habanera
de la ópera Carmen de Bizet. Cuando en 1866 se edita en Argentina la primera partitura de
una habanera, ya se habían extendido mucho las zarzuelas-habaneras.
El ritmo de habanera, de 2/4 con un sincopado característico, no se diferencia del ritmo del
tango andaluz y de la milonga, por eso en un principio se confundió mucho con ellos. El
hecho de que haya llegado la habanera a Argentina a través de París y España hace pensar
en un baile de las clases más bien altas.
El tango andaluz
Parece que nació en Cádiz en 1850 y su ritmo demuestra su origen de la habanera. Era tanto
canto acompañado a la guitarra como danza, que al principio solo la bailaba una mujer.
Llegó a Argentina con la zarzuela española en forma de cuplé.
La milonga
Hacia 1870, milonga significaba en Buenos ‘fiesta’, ‘bailoteo’ o ‘barullo’. Más tarde
significó una forma de canción, pero se conservaron los significados anteriores también:
“milonguera” era una bailarina de lugar de diversión; “milonguita” era una mujer de la
vida, marcada por el alcohol, la droga y sus servicios personales.
Algunos autores de la época definen la milonga como “mofa de los bailes de negros y con
ritmo como el candombe (baile de ritmo muy vivo y de procedencia africana), parecido al
“cantar por cifra” de los gauchos. La diferencia radica en que el “cantar por cifra”
gauchesco tenía un sentido filosófico profundo, mientras que la milonga era “sandunguera”
(que tiene gracia, picardía y donaire). El “cantar por cifra” o “payada de contrapunto” de
los gauchos era un canto en el que se improvisaban verbos alternando con preguntas.
En el año 1889 se baila la milonga en una representación teatral, Juan Moreira, que marca
el surgimiento del teatro argentino. Luego desaparece este ritmo, volviendo a resucitar en
los años veinte del siglo XX con composiciones de Sebastián Pianas y texto de Homero
Manzis. Este renacimiento alcanza hasta finales del siglo XX.
Blanca Estrella de Méscoli, yaracuyana nacida en San Felipe en la antigua casona donde funcionó un
establecimiento mercantil y de ebanistería del Sr. Juan Ramón Célis, hoy Edificio “Laufer”, en la 5ta
Avenida cruce con la calle 12va de esta ciudad, hija del distinguido caballero Dn. Rafael María
Estrella y de la honorable matrona Doña Virginia Veroes Lucambio de Estrella, descendiente esta
del héroe sanfelipeño Coronel José Joaquín Veroes.
Inicia sus estudios elementales de música en esta, su ciudad natal, bajo la dirección de su primo Dn.
Rafael Limardo y de Doña Doralisa Jiménez Liscano. Posteriormente en la ciudad de Barquisimeto
bajo la dirección de los profesores Franco Medina y Delgado Pardo. En el año 1942 viaja a Caracas y
fija su residencia y bajo la dirección del también laureado maestro Vicente Emilio Sojo, de quien
tuvo siempre el estímulo entusiasta y el aliento efectivo, alcanza el título de Maestro Compositor
en el año 1948, en la Escuela Superior de Música de la Capital de la Republica, con altas, excelentes
y esplendidas calificaciones en todas las asignaturas correspondientes al pensum de estudios.
Bueno es decir aquí, que cuando Blanca Estrella de Méscoli llegó a Caracas, llevaba, dentro de su
repertorio numerosísimas canciones, boleros, joropos y valses que inmediatamente le hicieron
conocida dentro del ambiente musical como compositora popular. Para aquel entonces fueron sus
principales intérpretes los cantantes: Rosario Lozada, Eduardo Lanz, Alberto Gonzáles Lira, Héctor
Monteverde, Loreto Mata y Ana Mercedes Barroeta. De esta última musicalizo algunos de sus
poemas que fueron presentados en conciertos cantados por la misma Ana Mercedes. Casada con
Dn. Mario Méscoli, uno de los primeros violines de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, quien ha
ejercido sobre ella una decidida y amplia influencia. A él debe nuestra compositora su apoyo moral
para continuar su perfeccionamiento y estudios de alta composición bajo la experta dirección del
Maestro Primo Casale.
Obras (selección):
Ciclo de Canciones: