Photojournal Puerto Rico

Sin haberme insertado bajo el amparo de cualquier empresa de noticias

con excepción de una entidad en Internet, he podido acercarme en
momentos a distintas áreas del quehacer noticioso del País.

Distintas circunstancias dentro del género del fotoperiodismo me han

enseñado a manejarme completamente solo y así establecer mi punto de
vista como fotógrafo.

A veces gente te ayuda y te da la mano, otras veces he recibido el

rechazo de muchos..., sin embargo gracias a Dios logro lo que busco; esa
imagen que entre un número cuantioso de fotos establece un parámetro
que se sale de lo común.

En eso he sido afortunado aunque no me considero fotógrafo

profesional. Tampoco fotógrafo de noticias, eventos dentro de mi País.
Sencillamente soy un artista. Cuyo instrumento son dos cámaras
fotográficas y el espíritu humano que me sobrecoge cada momento que
puedo salir y expresarme con el lente fotográfico.

Escoger y editar es otro cuento. Es un proceso arduo y sumamente

técnico. Pero así de complejo, ese esfuerzo me ha llevado a calcular
visualmente colores, edición, contrastes mejor se adaptan al mensaje
que quiero llevar.

En ese aspecto en particular he tenido la oportunidad de observar otros

fotógrafos desarrollando y alterando las imágenes de una manera, a mi
juicio exagerada.

Sobre eso creo en la naturalidad de las cosas. No significa que el

fotógrafo no debe tener la oportunidad de mejorar la imagen pero hay
alteraciones que convierten una fotografía en otra cosa. Por lo que el
producto final tiene colores irreales o su contraste no es suficiente.
Además del cuadre visual entre cada plano visual dejó de ser
interesante.
Pero esa es mi opinión. Hay numerosos fotoperiodistas en Puerto Rico
que me pueden dar cátedra, siendo ellos unos excelentes profesionales
en el campo.

Nunca he tratado de competir con ellos. Tampoco lo haría en el futuro.

Mi única intensión es mi expresión como artista, nada más.

En esta etapa de mi vida trato de hacer las cosas yo mismo y

atemperarme a la realidad con mis equipos que aunque no son nuevos y
carecen de la tecnología actual, mantienen una sintonía con mi estilo
que me mantiene en órbita cada vez que salgo a la calle.

Es un sentimiento incomparable, que no tiene que ver con centavos, con

dinero; tiene que ver la sensación plena de estar en una guagua pública,
conversar con la gente, estar en medio de una marcha y entender a mis
hermanos o comparecer en circunstancias sociales, políticas o culturales
que promulgan un cambio positivo o determinante ante un Puerto Rico
que cada día que pasa se aleja más y más de los objetivos de pueblo que
deberíamos tener.
Entendiendo eso, camino en las calles, a veces desoladas como en Río
Piedras, lo que me parte el alma y hiere mi corazón. O me convierto en
un simple espectador durante un cierre de campaña sin hablar de las
veces que me unido a procesiones religiosas, marchas o expresiones
públicas de rechazo al gobierno.

Precisamente de eso se trata este escrito. Como una respuesta visual y

circunstancial de ciertos aspectos de mi vida como artista.

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