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LA PROPIEDAD INTELECTUAL

(Registro de propiedad intelectual, Ministerio de economía Guatemala, 2019) Es la


forma bajo la cual el Estado protege el resultado del esfuerzo creador del hombre
y algunas de las actividades que tienen por objeto la divulgación de esas
creaciones. El artículo 2 del Convenio por el que se crea la Organización Mundial
de la Propiedad Intelectual, al definirla, señala que la propiedad intelectual se
refiere a los derechos relativos a las creaciones y actividades enumeradas en
dicho artículo y todos los demás derechos relativos a la actividad intelectual en los
terrenos industrial, científico, literario y artístico.

Dentro de las creaciones y actividades que en dicho Convenio se considera que


forman parte de la propiedad intelectual se encuentran:

 Las obras literarias, artísticas y científicas


 Las interpretaciones y ejecuciones de los artistas
 Los fonogramas
 Las emisiones de radiodifusión
 Las invenciones en todos los campos de la actividad humana
 Los descubrimientos científicos
 Los dibujos y modelos industriales
 Las marcas de fábrica, de comercio y de servicio
 Los nombres y denominaciones comerciales
 La protección de la competencia desleal.

Sin embargo, las legislaciones centroamericanas no protegen todas las creaciones


del intelecto anteriormente enumeradas, y tampoco incluyen una disposición tan
amplia como para posibilitar la protección de todas las creaciones resultantes de la
actividad intelectual en los terrenos industrial, científico, literario y artístico. En el
sistema de patentes, por ejemplo, se excluyen de protección las teorías científicas,
los descubrimientos, los métodos matemáticos, de publicidad y de negocios, y los
métodos de diagnóstico, terapéuticos y quirúrgicos para el tratamiento de
personas o animales, que aunque son creaciones del intelecto no son objeto de
protección. Por tal razón, cuando hablamos de la propiedad intelectual, en un
sentido estricto, nos referimos a aquella parte del ordenamiento jurídico que define
las creaciones humanas protegidas en el campo literario y artístico, así como en el
campo de la industria y el comercio; el nivel de protección que se reconoce a cada
una de ellas; los requisitos que en cada caso permiten acceder a esa protección; y
las condiciones a que queda sujeto su ejercicio y su tutela legal. Dependiendo del
campo al que pertenezcan las creaciones protegidas, la propiedad intelectual se
clasifica en dos grandes ramas:

El derecho de autor, es el conjunto de disposiciones legales que permiten al


autor de una obra, a los artistas, a los productores de fonogramas y a los
organismos de radiodifusión, evitar que otros comercialicen, sin su autorización, su
expresión creativa, su interpretación o el trabajo de divulgación de sus
expresiones creativas e interpretaciones.

La propiedad industrial es el conjunto de disposiciones cuyo objeto es la


protección de las creaciones que tienen aplicación en el campo de la industria y el
comercio (invenciones, marcas, nombres comerciales, indicaciones geográficas,
dibujos y modelos industriales y esquemas de trazado de circuitos integrados) y la
protección contra la competencia desleal, incluyendo aquellos actos que infringen
los llamados secretos industriales o secretos empresariales.

La clasificación anterior obedece a que en el ámbito internacional, las creaciones


del intelecto fueron separadas de esa forma al aprobarse los primeros acuerdos
sobre propiedad intelectual: el Convenio de París para la Protección de la
Propiedad Industrial (Convenio de París), que contenía disposiciones para la
protección de las invenciones, las marcas, los dibujos y modelos industriales y la
protección contra la competencia desleal, y el Convenio de Berna para la
Protección de las Obras Literarias y Artísticas (Convenio de Berna).

Derecho de autor

(LEY DE DERECHO DE AUTOR Y DERECHOS , 1998) ARTÍCULO 18. El


derecho de autor comprende los derechos morales y patrimoniales, que protegen
la paternidad, la integridad y el aprovechamiento de la obra.

(Registro de propiedad intelectual, Ministerio de economía Guatemala, 2019)Se


puede definir el derecho de autor como el conjunto de facultades que la ley
reconoce a favor del creador de una obra literaria o artística original. El objeto de
la protección del derecho de autor es la creación resultante de la actividad
intelectual de una persona en los campos literario y artístico. Esta creación recibe
el nombre de obra. Habitualmente estas creaciones son enunciadas como obras
literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas y audiovisuales. Para que una
obra quede protegida por el derecho de autor, es necesario que sea una creación
formal, original y susceptible de ser divulgada o reproducida en cualquier forma.
En los países centroamericanos, el derecho de autor corresponde a la persona
individual que crea la obra. Las personas jurídicas no pueden ser consideradas
autoras de una obra pero sí pueden adquirir la titularidad originaria de los
derechos.

El objeto de la protección del derecho de autor es la creación resultante de la


actividad intelectual de una persona en los campos literario y artístico. Esta
creación recibe el nombre de obra. Habitualmente estas creaciones son
enunciadas como obras literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas y
audiovisuales. Para que una obra quede protegida por el derecho de autor, es
necesario que sea una creación formal, original y susceptible de ser divulgada o
reproducida en cualquier forma. Cuando decimos que debe tratarse de una
creación formal, significa que la protección no se concede a las ideas que se
manifiestan en la obra, sino que a su expresión formal, siendo indiferente el medio
que se emplee para hacerlo. La misma idea puede ser expresada de varias
formas, por diferentes personas, y cada una de ellas constituye una obra
protegida. Cuando decimos que debe tratarse de una creación original significa
que la obra debe ser la expresión individual de su autor. El concepto de
originalidad no es absoluto y no se requiere que la obra sea novedosa, es decir,
que sea la primera en su género o que no exista otra obra que se refiera al mismo
tema. Finalmente, cuando decimos que la obra debe ser susceptible de divulgarse
significa que la obra pueda comunicarse al público, sin importar el medio de
expresión que se utilice. Cabe aclarar, sin embargo, que de acuerdo con las
disposiciones del Convenio de Berna, es permitido que las leyes establezcan que
las obras o algunos de sus géneros.

Protección de una obra

(Registro de propiedad intelectual, Ministerio de economía Guatemala, 2019)Las


obras se protegen durante toda la vida del autor y un período de tiempo adicional
después de su fallecimiento. El plazo de protección de la obra con posterioridad a
la muerte del autor varía en cada uno de los países de la región. En El Salvador es
de cincuenta años, en Costa Rica y Nicaragua es de setenta años y en Guatemala
y Honduras es de setenta y cinco años. En el caso de El Salvador y Guatemala,
las leyes establecen que si los derechos sobre una obra hubieren sido cedidos al
Estado por disposición de un acto de última voluntad, la obra pasará al dominio
público si no se hace uso de los derechos de explotación económica dentro de los
cinco años siguientes a la transmisión.
Facultades comprende el derecho de autor

(Registro de propiedad intelectual, Ministerio de economía Guatemala, 2019)La


protección conferida por el derecho de autor comprende facultades de índole
personal, llamadas derechos morales, y facultades de contenido económico,
llamadas también derechos patrimoniales.

Los derechos reconocidos en las leyes de derecho de autor de Centroamérica


son independientes de la propiedad del objeto material en el cual se encuentra
incorporada la obra o la producción intelectual protegida y no están sujetos al
cumplimiento de ninguna formalidad para su existencia. Lo anterior significa que la
adquisición de los ejemplares o copias de una obra que se comercializa en el
mercado, no concede a la persona que los adquiere los derechos que las leyes
prevén a favor del autor, aunque se trate de la adquisición de obras artísticas
originales como una pintura o una escultura.

Normas que regulan el derecho de autor

(LEY DE DERECHO DE AUTOR Y DERECHOS , 1998) En los países


centroamericanos, el derecho de autor corresponde a la persona individual que
crea la obra (autor). Las personas jurídicas no pueden ser consideradas autoras
de una obra pero sí pueden adquirir la titularidad originaria de los derechos. Esta
situación se prevé en los casos en los que la obra haya sido creada bajo la
dirección o por encargo de otra persona, sea que haya sido elaborada en
cumplimiento de un contrato laboral o de prestación de servicios. La titularidad
originaria atribuida a una persona distinta del autor de la obra no afecta los
derechos morales del autor, especialmente los derechos a reclamar la paternidad
y la integridad de la obra. Sin embargo, en algunos casos no es posible mencionar
el nombre del autor porque la obra ha sido elaborada por numerosas personas y
no es posible determinar la participación de cada una de ellas. Este es el caso de
las llamadas obras colectivas, las cuales se publican generalmente bajo el nombre
de la persona que ha encargado o dirigido la obra, a quien se faculta también para
que pueda ejercer los derechos morales sobre la misma.

ARTÍCULO 5. Autor es la persona física que realiza la creación intelectual.


Solamente las personas naturales pueden ser autoras de una obra; sin embargo,
el Estado, las entidades de derecho público y las personas jurídicas pueden ser
titulares de los derechos previstos en esta Ley para los autores, en los casos
mencionados en la misma.

ARTÍCULO 6. Se considera autor de una obra, salvo prueba en contrario, a la


persona natural cuyo nombre o seudónimo conocido esté indicado en ella, o se
enuncie en la declamación, ejecución, representación, interpretación o cualquier
otra forma de difusión pública de dicha obra.

ARTÍCULO 7. Los derechos sobre una obra creada en colaboración,


corresponden a todos los coautores, proindiviso, salvo convenio en contrario o que
se demuestre la titularidad de cada uno de ellos, en cuyo caso cada colaborador
es titular de los derechos sobre la parte de que es autor.

ARTÍCULO 15. Se consideran obras todas las producciones en el campo literario,


científico y artístico, cualquiera que sea el modo o forma de expresión, siempre
que constituyan una creación intelectual original. En particular, las siguientes: a)
Las expresadas por escrito, mediante letras, signos o marcas convencionales,
incluidos los programas de ordenador; b) Las conferencias, alocuciones, sermones
y otras obras expresadas oralmente; c) Las composiciones musicales, con letra o
sin ella; d) Las dramáticas y dramático-musicales; e) Las coreográficas y las
pantomimas; f) Las audiovisuales; g) Las de bellas artes como los dibujos,
pinturas, esculturas, grabados y litografías. h) Las de arquitectura; i) Las
fotográficas y las expresadas por procedimiento análogo a la fotografía; j) Las de
arte aplicado; k) Las ilustraciones, mapas, croquis, planos, bosquejos y las obras
plásticas relativas a la geografía, la topografía, la arquitectura o las ciencias. La
enumeración anterior es ilustrativa y no exhaustiva, por lo que gozan del amparo
de esta ley, tanto las obras conocidas como las que sean creadas en el futuro.

ARTÍCULO 18. El derecho de autor comprende los derechos morales y


patrimoniales, que protegen la paternidad, la integridad y el aprovechamiento de la
obra.

ARTÍCULO 20. Al fallecimiento del autor, únicamente se transmite a sus


herederos, sin límite de tiempo, el ejercicio de los derechos a que se refieren los
incisos a) y b) del artículo 19 de esta Ley. A falta de herederos, el ejercicio de esos
derechos corresponde al Estado.

ARTÍCULO 25. Las obras protegidas por el derecho de autor que aparezcan en
publicaciones o emisiones periódicas, no pierden por este hecho su protección
legal.

Regulación de la Propiedad Intelectual en la Relación Laboral

(Plataforma Iberoamericana sobre la propiedad intelectual dirgida a empresas,


2016) Tecnología, los Órganos de observancia (Ministerio Publico, Organismo
Judicial, Superintendencia de Administración Pública, y Policía), otros Ministerios;
así como las instituciones privadas, universidades, centros de investigación,
empresas, mipymes, usuarios del sistema de PI, asociaciones de propiedad
intelectual y cámaras de comercio (Cámara Americana) e industrial (recientemente
conformada la Cámara de Propiedad Intelectual). Todas estas instituciones
participan en la administración, educación y observancia de los derechos de
propiedad intelectual, en el país.

(Padilla, 2018) En países, especialmente en los cruel e injustamente llamados


“tercermundistas” −como el nuestro−, existen enormes brechas que dividen a los
que tienen más y mejores oportunidades de los que solo sueñan con alcanzar
alguna. En el caso que nos ocupa, una educación integral que conduzca al éxito
está al alcance de unos pocos. La mayoría, por el contrario, se debate al otro lado
de la brecha en lugares y circunstancias en los que no se ofrecen más que
precarios, retrógrados y alienantes procesos de aprendizaje y de enseñanza.
Frente a estas circunstancias, surgen las luchas por “democratizar la educación”.

Conforme este panorama, pareciera que los derechos de autor y la defensa de la


propiedad intelectual se convierten en una cortapisa que pone cuesta arriba el
acceso a la información para las grandes mayorías. Sin embargo, es preciso hacer
notar que los derechos de autor no son más que el conjunto de normas que
protegen a los autores y a sus creaciones con vistas a compensar su esfuerzo
intelectual y artístico, así como motivarlos a seguir produciendo, para que luego
todo ello esté de manera fácil y legalizada al alcance de más usuarios. Esta
normativa, no obstante, colisiona con el desarrollo digital tan en auge en la época
actual, por lo que se hace necesario que las instituciones educativas se conviertan
en entes que informen y asesoren sobre los derechos de autor para que tanto
docentes como discentes lleven a cabo sus actividades formativas sin perjudicar a
los autores ni transgredir la norma establecida.

Decimos esto porque los procesos educativos no están exentos de tener


vinculación con ciertas áreas jurídicas, como la ley de los derechos de autor. La
mayoría de actividades académicas implican el uso de obras protegidas por dicha
normativa legal, pues se tiene que recurrir a la reproducción, comunicación y
publicación de libros y toda clase de materiales escritos. A criterio de muchos
expertos en este tema, el primer problema al que se enfrentan las comunidades
educativas es la falta de conocimiento de la normativa, por cuanto que ignorantia
juris non excusat, esto es, la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento.

En el caso de Guatemala, está vigente, a partir del 21 de junio de 1998, el decreto


número 33-98, Ley de Derecho de Autor y Derechos Conexos y sus Reformas, y
cuyo objetivo primordial, expresado en su artículo 1 es velar por la “protección de
los derechos de los autores de obras literarias y artísticas, de los artistas
intérpretes o ejecutantes, de los productores de fonogramas y de los organismos
de radiodifusión”. Por último, me interesa recalcar que es posible utilizar las “obras
lícitamente publicadas, para la enseñanza o la realización de exámenes en
instituciones educativas, siempre que no haya fines de lucro y que tal utilización no
interfiera con la explotación normal de la obra ni cause perjuicio a los intereses
legítimos del autor”. No está de más hacer énfasis en que, por razones de ética
académica y para evitar que una producción sea tachada de plagio, es importante
que para el uso de materiales protegidos se recurra a la citación de la fuente, lo
cual, por otra parte, exime al usuario de toda exacción y de caer en ilegalidad.

Declaración Universal de los Derechos humanos. Artículo 27: 1) Toda persona


tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar
de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él
resulten. 2) Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y
materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias
o artísticas

(Padilla, 2018) Hoy en día, mediante la legislación nacional se puede limitar la


explotación de las obras bien sea por reproducción, por comunicación pública o
por trasformación. Pero esas limitaciones están sujetas a una regla general que
llamamos de los tres pasos o regla de oro: que se trate de un caso excepcional, no
moleste la normal explotación de la obra ni atente contra los derechos legítimos
del autor. La Decisión 351 permite, con el fin de ilustración para la enseñanza, la
reprografía de escritos, específicamente de obras breves y de compendios de
obras incluidas en publicaciones periódicas.

(Registro de propiedad intelectual, Ministerio de economía Guatemala, 2019)La


reproducción para fines educativos: Considerando el fin educativo que se
persigue, se permite reproducir: ¸ Por medio de la reprografía y para fines de
enseñanza, artículos aislados publicados en la prensa y extractos cortos de una
obra publicada, siempre que la reproducción se efectúe en los establecimientos de
enseñanza, no se persiga un fin comercial y la utilización se realice en la medida
justificada para el objetivo que se pretenda alcanzar, conforme a los usos
honrados; y Ejemplares de una obra que forme parte de la colección permanente
de una biblioteca o archivo cuando la reproducción tenga como objetivo conservar
los ejemplares auténticos o reemplazarlos en el caso de que se hubieren perdido,
destruido o inutilizado, siempre que no sea posible adquirir el ejemplar extraviado
o deteriorado en un tiempo y bajo condiciones razonables. El uso para fines
educativos: No se requiere la autorización del autor para la utilización de una obra,
cuando la comunicación se realice con fines exclusivamente didácticos, por
ejemplo, la representación de una obra de teatro o la ejecución de una obra
musical.

Estudiantes

(Padilla, 2018)Los estudiantes deben estar en capacidad de reflexionar sobre los


materiales que encuentran y no tiene ningún sentido que utilicen obras escritas por
otros, para anexarlas a sus trabajos. Lo realmente interesante es que los
estudiantes aprendan a utilizar el derecho de cita que es uno de los mecanismos
más complejos que hay. El derecho de cita entraña la capacidad para reflexionar
sobre una idea, elaborarla y presentarla. El estudiante debe conocer otros autores
que piensan igual que él o en contra de lo que él piensa.

Leyes y Artículos

 Ley de Propiedad Industrial de Guatemala


 Ley de Derecho de Autor y Derechos Conexos de Guatemala

ARTÍCULO 10. En las obras creadas para una persona natural o jurídica, por
encargo, en cumplimiento de una relación laboral o en ejercicio de una función
pública, el titular originario de los derechos morales y patrimoniales es la persona
natural que ha creado la obra o ha participado en su creación. Sin embargo se
presume, salvo prueba en contrario, que los derechos pecuniarios sobre la obra
han sido cedidos en favor de quien encarga la obra o del patrono, según el caso,
en los términos y con los límites previstos en el artículo 75 de esta ley, lo que
implica además la autorización para el concesionario de divulgarla y ejercer los
derechos morales necesarios para la explotación de la obra, siempre que no
cause perjuicio a la integridad de la misma o a la paternidad del autor. En caso de
conflicto entre las disposiciones de esta ley y las del Código de Trabajo,
prevalecerá la primera cuando el conflicto se derive o relacione con el derecho de
autor.

ARTÍCULO 11 bis. Cuando un trabajador que no estuviese obligado por su


contrato de trabajo a ejercer una actividad que tenga por objeto producir
programas de ordenador, produjere un programa de ordenador relacionado con el
campo de actividades de su patrono, o mediante la utilización de datos o medios a
los que tuviere acceso por razón de su empleo, deberá comunicar inmediatamente
este hecho a su patrono por escrito y, a pedido de éste, le proporcionará por
escrito la información necesaria sobre la utilidad de su creación. Si dentro de un
plazo de un mes contado a partir de la fecha en la que hubiese entregado dicha
comunicación, o de que hubiese tomado conocimiento por cualquier otro medio de
la creación del programa de ordenador, aplicándose el plazo que venciere antes,
el patrono notifica por escrito al trabajador su interés por obtener los derechos
patrimoniales sobre la obra, tendrá derecho preferente para adquirirlos. En caso
que el patrono notificare su interés por la obra, el trabajador tendrá derecho a una
remuneración equitativa, o bien a una participación en las ganancias, regalías o
rentas producto de la comercialización del programa de ordenador, según se
establezca contractualmente entre las partes. En defecto de acuerdo entre las
partes, la remuneración será fijada por un juez, por el procedimiento que establece
el Código de Trabajo.

ARTÍCULO 42 bis. Salvo pacto en contrario, la autorización para el uso de


artículos en periódicos, revistas u otros medios de comunicación social, otorgada
por un autor sin relación de dependencia con la empresa periodística, sólo
confiere al editor o propietario de la publicación el derecho de insertarlo por una
vez, sin perjuicio de los demás derechos patrimoniales del autor o del titular de los
mismos. Si se trata de un autor contratado bajo relación laboral, no podrá éste
reservarse el derecho de reproducción del artículo periodístico, que se presumirá
cedido a la empresa o medio de comunicación, salvo pacto en contrario. Sin
embargo, el autor conservará sus derechos respecto a la edición independiente de
sus producciones en forma de colección. Lo establecido en este artículo se aplica
en forma similar a los dibujos, historietas, gráficos, caricaturas, fotografías y
demás obras susceptibles de ser publicadas en periódicos, revistas u otros medios
de comunicación social.

ARTÍCULO 75. La cesión de los derechos de explotación de la obra creada en


virtud de una relación laboral o por encargo, se regirá por lo pactado en el
contrato. A falta de pacto escrito, se presumirá que los derechos de explotación
han sido cedidos en exclusiva y con el alcance necesario para el ejercicio de la
actividad habitual del cesionario en el momento de la entrega de la obra realizada.

ARTÍCULO 100. Invenciones efectuadas en ejecución de un contrato. Cuando una


invención haya sido realizada en ejecución de un contrato cuyo objeto fuere la
realización de una actividad de investigación, el derecho a patentarla pertenece a
la persona que contrato la realización de la investigación, salvo pacto en contrario.
Esta disposición también es aplicable a los contratos de trabajo que tengan por
objeto la realización de una investigación.

ARTÍCULO 101. Invenciones efectuadas por un trabajador no contratado para


inventar. Cuando un trabajador que no estuviese obligado por su contrato de
trabajo a ejercer una actividad inventiva, realizare una invención en el campo de
actividades de su patrono, o mediante la utilización de datos o medios a los que
tuviera acceso por razón de su empleo, comunicará inmediatamente este hecho a
su patrono por escrito y, a pedido de éste, le proporcionará la información
necesaria para comprender la invención. Si dentro de un plazo de dos meses a
partir de la fecha en la que hubiese recibido dicha comunicación, o hubiese
tomado conocimiento de la invención por cualquier otro medio, aplicándose el
plazo que venciera antes, el patrono notifica por escrito al trabajador su interés por
la invención, tendrá derecho preferente para adquirir el derecho a patentarla. En
caso que el patrono notificara su interés por la invención, el trabajador tendrá
derecho a una remuneración equitativa teniendo en cuenta el valor económico
estimado de la invención o bien a una participación en las ganancias, regalías o
rentas producto de la comercialización de la invención según se establezca
contractualmente entre las partes. En defecto de acuerdo entre las partes, la
remuneración será fijada por un juez competente de trabajo por la vía de los
incidentes.

PROTECCION DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL

(Registro de propiedad intelectual, Ministerio de economía Guatemala, 2019)Las


acciones para la defensa de los derechos de propiedad intelectual, en caso de
infracción o amenaza de infracción, deben ventilarse ante los Tribunales de la
República por medio de los procedimientos regulados en la legislación procesal
aplicable de cada país. Los mecanismos previstos tienen por objeto, tanto
remediar la transgresión, violación e inejecución del precepto jurídico (acciones
sobre el fondo del asunto), como prevenir la infracción del derecho o evitar que el
daño producido por la violación de la norma resulte agravado por la llegada tardía
del remedio jurisdiccional (acciones cautelares).

En el caso que el titular desee promover la actuación jurisdiccional para remediar


la violación a su derecho, podrá iniciar una acción civil, a través de la cual puede:

 Obtener la reparación o resarcimiento de los daños ocasionados


 Obtener el pago de una indemnización por la infracción cometida
 Hacer cesar la actividad ilícita
 Impedir que la infracción se continúe cometiendo.

Dentro de las acciones civiles, el afectado también puede iniciar una acción de
reivindicación, a fin de que le sea transferida una solicitud en trámite o un título o
registro concedido, cuando el mismo haya sido solicitado u obtenido por una
persona que no tenía derecho a ello. Si la infracción se encuentra tipificada como
delito, el titular puede reclamar ante el Ministerio Público una acción penal, entidad
a la que corresponde ejercerla frente a los supuestos responsables. El ejercicio de
la acción penal es independiente del ejercicio de la acción civil.

Las acciones cautelares o provisionales tienen por objeto evitar que se produzca
la infracción de cualquier derecho de propiedad intelectual y especialmente, evitar
que las mercancías infractoras ingresen a los circuitos comerciales. Dichas
acciones también pueden solicitarse para impedir la continuación de la infracción,
prevenir futuras infracciones o preservar un medio de prueba relacionado con las
mismas. Las legislaciones nacionales incluyen, a título ilustrativo, los recursos o
medios que tiene el titular para prevenir los riesgos que puedan lesionar su
derecho o para prevenir las consecuencias de esa violación, ya que la gama de
recursos es ilimitado. Por ejemplo, en el caso de falsificación de marcas o de
reproducción ilícita de un producto protegido por el derecho de autor (productos
“pirata”), el titular del derecho puede gestionar la suspensión en aduanas de la
importación o exportación de esas mercancías.

Las acciones cautelares o provisionales pueden pedirse antes de iniciar la acción


principal, conjuntamente con ella o con posterioridad a su inicio. El titular puede
ser requerido para que constituya una fianza para garantizar al afectado por la
medida el pago de los daños y perjuicios que se le pudieren causar en el caso de
que la acción resultara infundada.

Trabajos citados
LEY DE DERECHO DE AUTOR Y DERECHOS . (19 de 05 de 1998). Recuperado el 11 de 06 de 19, de
LEY DE DERECHO DE AUTOR Y DERECHOS :
https://rpi.gob.gt/PortalRPI/sites/default/files/LEY%20DERECHO%20DE%20AUTOR%2033-
98%28Version%20SIECA%29.pdf

Plataforma Iberoamericana sobre la propiedad intelectual dirgida a empresas. (25 de 08 de 2016).


Obtenido de Plataforma Iberoamericana sobre la propiedad intelectual dirgida a
empresas: http://www.cibepyme.com/minisites/guatemala/es/noticias-y-
eventos/noticias/Sistema-nacional-de-Propiedad-Intelectual-en-Guatemala/

Registro de propiedad intelectual, Ministerio de economía Guatemala. (2019). Recuperado el 11 de


6 de 2019, de Registro de propiedad intelectual, Ministerio de economía Guatemala:
https://rpi.gob.gt/PortalRPI/sites/default/files/Prop.%20Intelectual.pdf

Padilla, J. M. (2018). Educacion propiedad intelectual y derechos de autor. Sumplemento Cultural.

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