Está en la página 1de 3

Una investigación sobre los chicos restituidos

En su tesis doctoral, realizó una investigación psicológica sobre los menores


secuestrados y apropiados por la dictadura. "Busqué saber qué hicieron los chicos
restituidos con lo que les ha impuesto la historia argentina", dice.
Por Oscar Ranzani

El texto de Widmer tiene un enfoque psicológico ya que hay distintos tipos de


trabajos científicos sobre las personas restituidas. El suyo surge de lo que puede
llamarse la antropología clínica. ¿Esto significa interrogar desde una postura
antropológica los procesos psíquicos de las personas restituidas? "Sí, y es la
cuestión de ir a tomar varias entrevistas y a buscar el material en la entrevista
respecto de lo que vivió cada persona, pero también tuve otras entrevistas para
poder hablar de algo más general", cuenta la psicóloga suiza. "No hablé de un caso
sino de varios. Yo vi a siete chicos restituidos y también me apoyé en notas de
prensa, libros biográficos de chicos restituidos. Y todo el material vino a
agregarse pero el fondo del trabajo fueron las siete entrevistas”.

--¿Buscó articular la identidad y la filiación desde distintos ejes?

--Sí, un eje es toda la cuestión del trauma. Hay varios traumas en la vida de los
chicos restituidos. Yo podría decir que hay tres momentos que marcan la vida (que
es más amplia que la restitución): el secuestro, la apropiación y la restitución.
El momento de la restitución también es algo traumático.

--¿Por qué?

--Depende de cada caso. Alguien que no está preparado para esa verdad, la descubre
en el momento en que es pasivo. Entonces, es como algo intrusivo. Y se tiene que
acomodar con eso. Y se puede decir que ese momento es también un trauma psíquico.
Podría agregar que es un trauma estructurante. El trauma en sí no es bueno, pero la
restitución va por la verdad. Es un momento que pasa, pero es para encaminarse en
la verdad. Y al final es estructurante. La otra parte es la repetición del trauma.
El restituido ha sido secuestrado. Ha vivido ya una separación traumática de la
madre y, a veces, un secuestro traumatizante. En ese sentido, la restitución hace
eco con el primer trauma.

--¿Eso es porque se vivencia el recuerdo?

--Exactamente. Vi personas que recuerdan muy poco porque hay algunas que eran
bebés. No recuerdan conscientemente, pero sí vivieron el secuestro y algunos
vivieron la tortura de la madre porque eran fetos. Lo vivieron en su carne pero la
gente que entrevisté no habla de eso. No fueron palabras que me hayan dicho. Pero
fue una vivencia.

--Este trabajo es la mirada de la psicología de un tema sociopolítico. ¿Fue difícil


que no se entrelazaran cuestiones políticas en la investigación o el suyo es
también una manera de hacer un trabajo político?

--Fue fácil, no fue complicado hacer ciencia con un tema sociopolítico sin que me
digan “Soy de tal partido” ni que eso sea una pregunta. Eso hablando de política
partidaria. Pero si hablamos más allá de lo partidario, sí es un proyecto político
y una militancia. Es una militancia en el sentido que es un trabajo
transgeneracional, una herencia. En mi familia, mi mamá, argentina, vivió ese
período de la dictadura e indirectamente fue tocada por el tema. Por eso, en mi
familia hay algo transgeneracional. Pero si vengo a la Argentina a presentar el
libro lo es más todavía. No es sólo mi familia, es una cuestión social.

--Señala que el trabajo parte de la oposición de lo que Hannah Arendt hizo de “lo
que soy” y “quien soy”. ¿Cómo se aplica esta oposición en el caso de los niños
restituidos?

--Lo que yo busqué con el trabajo fue saber qué hicieron los chicos restituidos con
lo que les ha impuesto la historia argentina. Hay algo que se impuso a ellos. ¿Cómo
hizo cada uno de ellos con esto? En ese sentido, no son pasivos. Son personas a las
que les pasaron cosas, pero hicieron algo con eso.

--¿Hay un recuerdo corporal de la separación precoz y tortuosa de la madre y el


niño? ¿El niño tiene un recuerdo corporal?

--Ellos no pusieron palabras en eso. No dijeron: “Me acuerdo el olor...” No me


hablaron de eso. No en todas en las entrevistas, pero en algunas hubo signos. Por
ejemplo, hay dos personas que usaron su nombre biológico que les dieron las madres
en los centros clandestinos de detención. Los usaron en juegos de niños antes de
conocer sus historias. Yo pienso que eso está relacionado con el trauma. A veces,
se quedaron dos semanas con la mamá. Nacieron en condiciones muy traumáticas, pero
estuvo la cuestión del cuerpo, del oído. Es como que se encapsula ese momento y
resurge sin que sea consciente.

--¿Y qué diferencia establece entre ruptura y separación?

--La ruptura habla del trauma. Es una separación traumática. Esa es la diferencia.
En el momento en que se saca el niño de la madre sin que la madre se despida, sin
que el niño sea preparado y en condiciones como lo que significa un secuestro, se
puede hablar de ruptura.

--¿Cómo afecta en la conformación psíquica aquello que denomina “el descubrimiento


de las raíces fraudulentas”?

--He visto en cada entrevista signos del secreto. O sea, el punto de felicidad del
niño en familias apropiadas es el secreto. Para que él pueda crecer y la familia
apropiadora pueda decir: “Somos un familia, y qué lindo, qué lindo...”, no hay que
decirle al niño: “Sos apropiado”. Es el secreto. Pero lo que yo vi fue que el
secreto siempre transpira. Siempre, en todas las entrevistas. A veces, los chicos
no lo tenían consciente, pero muchos me dijeron: “Ya me parecía raro. Yo no tengo
nada que ver, soy alto, rubio y mis padres eran chicos y morochos”. No había fotos
del nacimiento. Eran cosas a la vista, pero tenían que hacer como que no lo veían.
Todo eso de manera inconsciente. No es que ellos dijeran: “No tengo que...”. No lo
hacían directamente, pero sí percibían.

--¿Por qué se produce la denegación parcial, cuando la persona restituida no evoca


las responsabilidades de los apropiadores? ¿Esto sucede porque está idealizada la
relación?

--Yo creo que es porque resulta insoportable. Es una manera de sobrevivir. Ellos
sufrieron abandono, sin la apropiación se morían. Hay algo perverso en la
apropiación, una paradoja: es salvar la vida de alguien a través de un robo. Le
denegación parcial se produce para soportar esa paradoja.

--La restitución permite darle sentido y palabras a una vivencia precoz de


separación, ¿no?

--Exactamente. La restitución posibilita eso. Es muy importante. Para todos: para


el restituido, para la familia. Yo digo que es complicado, pero la verdad ayuda. Y
es necesario.

--¿Qué puede hacer una persona con lo que le transmitieron sus apropiadores?

--Yo me pregunté lo mismo cuando empecé el trabajo. No pude tener una respuesta a
eso, pero me parece pertinente. Y pensé en las familias biológicas que reencuentran
al hijo cómo es para ellos cuando ven que es diferente porque creyó en otra
familia. También me pregunté cómo hacen ellos para aceptar, qué interpretación
tienen.

--¿Cómo cree que es recibir la clasificación de “restituidos” que la sociedad les


otorga? ¿Cómo se reconstruye la identidad?

--Yo creo que hay dos maneras que no se excluyen. A la vez, tener la etiqueta de
“restituido” es una posibilidad de envoltura y de dar un apoyo a la reconstrucción.
Es muy importante. Por otro lado, varios chicos han dicho que no quieren ser
encerrados en esto. Ellos superan esta categoría. Ellos no son sólo víctimas ni
solamente restituidos.

--¿Qué se consideran?

--Es amplio. Hay algunos que son psicólogos, otros que son políticos, son madres,
son padres. Superan esa categoría.

--¿Cómo recuperan las personas restituidas la capacidad simbólica que les ayude a
atravesar la restitución?

--Hay mucha variedad. Los caminos son múltiples. Tiene que ver con la militancia. Y
tener otros grupos de pertenencia ayuda mucho. Lo otro es el marco social, que no
sea alienado, que se diga la verdad. La sociedad les da el apellido; es decir, los
coloca en la verdad.

--¿Cuáles son los factores de resiliencia en el atravesamiento de la restitución de


las personas?

--El concepto de resiliencia hay que entenderlo como algo amplio. Hay
características individuales, familiares y sociales. Tiene que ver con sentirse
protagonistas. Algunos son pasivos al principio, pero retoman la actividad en su
historia. Tiene que ver con el insertarse. Pude ver en las entrevistas que tienen
mucha facilidad de adaptarse a la vida, cómo hacen con lo nuevo. Son gente
plástica. No es negativo sino positivo. Después se ve en los discursos la
intelectualización; es decir, cómo pueden hablar de sí y de sus historias de una
manera un poco distanciada.

También podría gustarte