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Índice
1 El druidismo
2 Tras la introducción del cristianismo
3 Samhain en la cultura celta
o 3.1 Samhain (Samaín) en la cultura española
o 3.2 Samhain en la leyenda celta irlandesa
o 3.3 Renovación de Samhain que evita la influencia de Estados Unidos
4 Véase también
5 Notas
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
El druidismo
Artículo principal: Druida
Sobre la religión de los druidas, no se sabe mucho, pues no hay escritos sobre ella; todo
se transmitía oralmente de generación en generación. Sin embargo, sí se sabe que las
festividades del Samhain se celebraban muy posiblemente entre el 5 de noviembre y el 7
de noviembre (a la mitad del equinoccio de otoño y el solsticio de invierno) con una
serie de festividades que duraban una semana y finalizaban con la fiesta de «los
espíritus», y así se iniciaba el año nuevo celta. Esta fiesta de los espíritus era una de sus
fiestas principales, pues celebraban lo que para los cristianos sería el «cielo y la tierra»
(conceptos que llegaron solo con el cristianismo). Para ellos, el lugar de los espíritus era
un lugar de felicidad perfecta en la que no había hambre ni dolor. Los celtas celebraban
esta fiesta con ritos en los cuales los sacerdotes druidas, sirviendo como «médiums», se
comunicaban con sus antepasados, en espera de ser guiados en esta vida hacia la
inmortal. Se dice que los «espíritus» de los ancestros llegaban en esa fecha a visitar sus
antiguos hogares.
Desde el siglo IV, la Iglesia de Siria consagraba un día a festejar a «Todos los
Mártires». Tres siglos más tarde, el Papa Bonifacio IV (615) transformó un templo
grecorromano dedicado a todos los dioses (panteón) en un templo cristiano, dedicado al
«Día de todos los Santos», a todos aquellos que los habían precedido en la fe. La fiesta
en honor de Todos los Santos inicialmente se celebraba el 13 de mayo, pero fue el Papa
Gregorio III (741) quien la cambió de fecha al 1 de noviembre, que era el día de la
«Dedicación» de la Capilla de Todos los Santos en la Basílica de San Pedro, en Roma.
Más tarde, en el año 840, el Papa Gregorio IV ordenó que la Fiesta de «Todos los
Santos» se celebrara universalmente. Como fiesta mayor, ésta también tuvo su
celebración vespertina en la «vigilia» para preparar la fiesta (31 de octubre). Esta vigilia
vespertina del día anterior a la fiesta de Todos los Santos, dentro de la cultura inglesa se
denominaba «All Hallow's Eve», vigilia de Todos los Santos, término que con el tiempo
devino en «Halloween».
El calendario celta dividía el año en dos partes, la mitad oscura comenzaba en el mes de
Samonios (lunación octubre-noviembre), y la mitad clara, a partir del mes de Giamonios
(lunación abril-mayo). Se consideraba que el año empezaba con la mitad oscura; así,
Samonios se convertía en el año nuevo celta. Todos los meses comenzaban con la luna
llena, y la celebración del año nuevo tomaba lugar durante las «tres noches de
Samonios», la luna llena más cercana entre el equinoccio de otoño y el solsticio de
invierno. Las lunas llenas marcaban el punto medio de cada mitad del año durante las
cuales se celebraban festivales. El calendario de Coligny marca la luna de pleno verano;
sin embargo, omite la de pleno invierno. El calendario fue diseñado para alinear las
lunaciones con el ciclo agrícola, y la posición astronómica exacta del Sol se consideraba
menos importante.
Después de que los romanos conquistaran gran parte de los territorios celtas, estos
influyeron en el mundo céltico con sus festivales a la diosa romana de la cosecha,
Pomona. Más tarde, los cristianos calificaron las celebraciones celtas como una práctica
herética, y con este pretexto destruyeron gran cantidad de la cultura, monumentos y
tradiciones celtas, para afianzar su dominio político y social del viejo continente. Fue la
época de sometimiento de los pueblos libres paganos, que eran convertidos al
cristianismo demonizando sus creencias y adoptando sus festivales. Así, el de Samain se
convirtió en el día de Todos los Santos, de donde deriva el nombre inglés de Halloween.
Por el Samhain era costumbre vaciar nabos (posteriormente calabazas, debido a una
tradición irlandesa) para ponerles dentro velas. Varios siglos después, esta tradición
(que renace en la actualidad gracias al movimiento neopagano) tiene continuidad en el
actual Halloween, exportación de los irlandeses a Estados Unidos en el siglo XIX y
principios del XX.
Rafael López Loureiro, maestro de escuela de Cedeira (La Coruña), fue el responsable
de redescubrir esta tradición y comprobar que existía por toda Galicia hasta hace menos
de treinta años. Además, también comprobó su pervivencia en el norte de Cáceres,
alrededor de la zona en la que están situadas las aldeas de habla gallega, y en zonas de
Zamora y de León cercanas a Galicia y donde la lengua y las tradiciones gallegas están
muy arraigadas. Además, este estudioso analizó la relación de la costumbre de las
calabazas con el culto a la muerte y a semejanza con las tradiciones hermanas de las
islas británicas. Hasta llegó a detectar peculiaridades como la de Quiroga (Lugo), donde
la calabaza tallada se seca y se conserva para usarla como máscara en el Entroido. Su
trabajo sobre esta tradición, recogido en el libro Caliveras de melón (calaveras de
melón) y en otra de posterior aparición, empezó a llamar la atención de los
antropólogos. Lo que no tuvo en cuenta López Loureiro es la relación entre el Samain y
Magosto.2
Hoy en día se celebra con gran arraigo el Samhain o Samaín (adaptación al gallego de la
palabra gaélica) en algunas de las ciudades y pueblos de Galicia, como La Coruña,
Ferrol, Cedeira, etc.
En la villa de Ribadavia se celebra cada 31 de octubre la fiesta "a noite meiga" (la noche
bruja), en la que la ciudad "se llena" de fantasmas, brujas, vampiros. El castillo es lugar
de un gran pasaje del terror, entre otras actividades.
Un texto teatral, Indo para o Samaín, de Carlos Labraña, enseña a los más pequeños
esta tradición gallega. Un cuento de Celia de Sáa, del programa Plis Plas de la Radio
Galega, recoge también esta tradición, y la revista que publicaba el programa le dedicó
artículos durante varios años. El semanario A Nosa Terra recogía también en sus
páginas esta tradición, y a medida que se va acercando el Día de Difuntos son cada vez
más las páginas que recogen la existencia de esta costumbre. Poco a poco, el Samaín
está ganado popularidad dentro de las tradiciones gallegas.
Véase también
Halloween
sincretismo
solsticio de invierno
Notas
1.