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Cuando se produce un enlace, los átomos no cambian. Por ejemplo, al formar el agua (H2O), los
hidrógenos H siguen siendo hidrógenos y el oxígeno O es siempre oxígeno. Son los electrones de
los hidrógenos los que se comparten con el oxígeno.
La tendencia de los elementos por tener una capa de energía de valencia completa es la fuerza
que promueve la formación de los enlaces químicos.
Los elementos pueden aceptar, ceder o compartir electrones de forma tal que su última capa
energética tenga 8 electrones. A esto se conoce como la regla del octeto
Los enlaces químicos ocurren en la naturaleza y forman parte tanto de sustancias inorgánicas
como de formas de vida, ya que sin ellos no podrían construirse las proteínas y aminoácidos
complejos que conforman nuestros cuerpos.
De manera semejante, los enlaces químicos pueden romperse bajo ciertas y determinadas
condiciones, como al ser sometidos a cantidades de calor, a la acción de la electricidad, o a la de
sustancias que rompan la unión existente y propicien otras nuevas junturas.
Así, por ejemplo, es posible someter al agua a electricidad para separar las uniones químicas entre
el hidrógeno y el oxígeno que la conforman, en un proceso denominado electrólisis; o añadir
grandes cantidades de energía calórica a una proteína para romper sus enlaces y desnaturalizarla,
es decir, romperla en trozos más pequeños.
Enlace iónico
El enlace iónico consiste en la atracción electrostática entre átomos con cargas eléctricas de signo
contrario. Es necesario que uno de los elementos pueda ganar electrones y el otro perderlo, y
como se ha dicho anteriormente este tipo de enlace se suele producir entre un no metal
(electronegativo) y un metal (electropositivo).
Enlace covalente
Ocurre cuando dos átomos se enlazan para formar una molécula, compartiendo electrones
pertenecientes de su capa más superficial, alcanzando gracias a ello el conocido “octeto estable” .
Existen los siguientes tipos de enlace covalente, a partir de la cantidad de electrones compartidos
por los átomos enlazados:
Simple. Los átomos enlazados comparten un par de electrones de su última capa (un electrón cada
uno).
Doble. Los átomos enlazados aportan dos electrones cada uno, formando un enlace de dos pares
de electrones.
Triple. En este caso los átomos enlazados aportan tres pares de electrones, es decir, seis en total.
Dativo. Un tipo de enlace covalente en que uno solo de los dos átomos enlazados aporta dos
electrones y el otro, en cambio, ninguno.
Por otro lado, conforme a la presencia o no de polaridad, se puede distinguir entre enlaces
covalentes polares (que forman moléculas polares) y enlaces covalentes no polares (que forman
moléculas no polares):
Entendemos por reacción química toda aquella interacción entre sustancias en la que se generan
o rompen enlaces químicos, generándose nuevos compuestos. Los compuestos iniciales son los
llamados reactivos, mientras que el resultado de la reacción son los productos.
En este tipo de reacciones químicas se combinan dos o más sustancias para formar un único
compuesto.
Reacciones de descomposición
Las reacciones de descomposición son aquellas en las que un compuesto concreto se descompone
y divide en dos o más sustancias. Es lo que ocurre por ejemplo cuando se produce la electrólisis
del agua, separándose
Reacciones de neutralización o ácido-base. Cuando reacciona un ácido con una base para formar
agua más un compuesto iónico llamado sal.
Anabolismo y catabolismo son las partes en las que se divide el metabolismo. El anabolismo es
una reacción de síntesis donde se consume energía. El catabolismo es una reacción degradativa
donde se libera energía. Aunque son dos procesos distintos, funcionan de manera coordinada.
Mientras el anabolismo construye moléculas grandes a partir de otras más pequeñas, el
catabolismo es una reacción de reducción donde se convierte una molécula compleja en otra más
simple.
La molécula de agua está compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno unidos por
un enlace covalente. Es decir, los dos átomos de hidrógeno y el de oxígeno se unen compartiendo
electrones.
Como el oxígeno es más electronegativo que el hidrógeno, es más probable que los electrones,
que poseen carga negativa, estén más cerca del átomo de oxígeno que del de hidrógeno, lo cual
provoca que cada átomo de hidrógeno tenga una cierta carga positiva que se denomina carga
parcial positiva, y el de oxígeno, una negativa, ya que tiene los electrones más cerca. Esto significa
que el agua es una molécula polar, pues tiene una parte o polo negativa y otra positiva, aunque el
conjunto de la molécula es neutro.
Cuando dos moléculas de agua están muy cerca entre sí se establece una atracción entre el
oxígeno de una de las moléculas, que tiene carga parcial negativa, y uno de los hidrógenos de la
otra molécula, que tiene carga parcial positiva. Una interacción de este tipo se denomina enlace o
puente de hidrógeno, y las moléculas de agua se ordenan de tal modo que cada molécula puede
asociarse con otras cuatro.
Estos enlaces de hidrógeno se forman entre un átomo con carga parcial negativa y un hidrógeno
con carga parcial positiva, por lo que no son exclusivos del agua. Se da también entre el nitrógeno,
o el flúor, y el hidrógeno en otras moléculas como proteínas o el ADN.