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avergonzaban.”
(Génesis 2: 25)
Todos los que hemos nacidos dentro del encuadre mental llamado
cristianismo, hemos crecido con el firme paradigma de que la primera
pareja humana, Adán y Eva, en el principio de la creación, andaban
corriendo en “pelotas” por los distintos ámbitos del Edén como si este
fuera el campo de algún club naturista cinco estrellas de la prehistoria.
Al menos, así es como el dogma lo enseña desde los distintos
catecismos de las denominaciones (abominaciones diría yo) de la
cristiandad, y así es como la mayoría de sus adeptos aceptan
interpretarlo.
Cuentan las Sagradas Escrituras que Adam e Ishá (el primer nombre que
recibió Javá – Eva-) comenzaron sus vidas “desnudos y sin
avergonzarse” (Génesis 2:25), pero después de comer del Árbol del
Conocimiento del Bien y el Mal “se hicieron conscientes de su desnudez
y se fabricaron ropas” (Génesis 3:7).
Por eso, debemos comprender que antes de comer del Árbol del
Conocimiento del Bien y el Mal, Adam y Javá se veían principalmente
como almas. Ellos sabían que el alma es la vestimenta de la esencia de
un ser humano (el espíritu) y que el cuerpo simplemente sirve
meramente como una cubierta protectora, que permite al binomio
apostólico espíritu-alma accionar en el plano físico para transformarlo
(tikun). Como Adam y Javá estaban enfocados en el aspecto espiritual,
no tenían consciencia de sus cuerpos.
Sin embargo, después del comer del Árbol del Conocimiento, cambió la
percepción humana del mundo físico. El manto de Luz se fue y ahora se
dieron cuenta que estaban desnudos. Es decir, descubrieron que el
pecado de desobediencia los desvistió del Manto de Luz ( jashmal). El
apóstol Pablo lo explica a los romanos de este modo:
“…por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de
Dios.
(Romanos 3:23)
Esto explica la razón de por qué los animales, que no tienen alma divina,
nunca sienten la necesidad de vestirse. En contraste, para Adam y Javá
el cuerpo necesitaba ser cubierto, para disminuir el énfasis en lo
exterior y permitir que emanase el brillo del alma.
luz.
Cuando Jesús fue transfigurado en Mateo 17:2 la Biblia nos revela que el
vestido que tenía Jesús era blanco como la luz. En pocas palabras, eran
vestiduras de luz la que tenía puesta Jesús. De igual manera, Adán y Eva
estaban cubiertos con la gloria de Dios, en su estado de perfección y
santidad antes de pecar.
EL DÍA QUE PECARON
La historia del Génesis nos muestra que cuando ellos pecan, la Gloria de
Dios se va y ellos AHORA SÍ SE DAN CUENTA QUE ESTABAN
DESNUDOS.
El manto de luz se fue y ahora se dieron cuenta que estaban ¿qué? Que
estaban desnudos. Es decir el pecado los desvistió del manto de luz.
El manto de luz representa la justicia, la perfección y la santidad de
Dios. Ahora habían perdido eso porque habían pecado.
Mira conmigo este pasaje de la Biblia en Romanos 3:23:
“…por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de
Dios”
Es por eso que cuando Adán y Eva pecaron la Gloria de Dios que los
cubría se fue, y ese es el patrón que rige a todos los seres humanos.
En realidad, sin Cristo, todos los seres humanos están desnudos delante
de Dios, están sin las vestiduras de Su Gloria, a pesar de que tengan
puestos vestidos humanos.
La historia no termina así. Dice la Biblia que Adán y Eva al conocer su
estado de pecaminosidad, decidieron hacer un vestido con hojas de
higuera, es decir, trataron de vestirse nuevamente pero con medios
terrenales. Dios interviene y les hace túnica de pieles, es decir, Dios los
viste nuevamente.
Aquí es donde viene lo interesante. Analicemos algunas preguntas:
¿Quién hizo las túnicas?JEHOVÁ DIOS.
¿Quién los vistió?Dios.
¿De qué eran las túnicas?De pieles.
¿Qué necesitamos hacer para conseguir la piel de un animal?Para
adquirir la piel de un animal el animal tiene que morir, es decir, se debe
matar al animal, que posiblemente haya sido un cordero.
Cuando Adán y Eva pecaron, Dios por lo menos mató a un animal,
derramó su sangre a través de la muerte.Ese día murió alguien por la
culpa de otros.
Ese animal que vistió a Adán y Eva representa a Jesucristo, el Cordero
de Dios que quita el pecado de mundo.
De manera que en el principio Adán y Eva NO ESTABAN DESNUDOS,ellos
estaban cubiertos de la Gloria de Dios. Fue el pecado el que hizo que la
Gloria se fuera, y es ahí donde ellos se dan cuenta que estaban
desprovistos, desnudos.
Dicho de otra forma: ellos estaban desnudos físicamente, pero vestidos
de la Gloria de Dios espiritualmente.
Yo también estaba desnudo, hasta el día que Dios me vistió nuevamente
con su Gloria a través del perfecto sacrificio de Jesucristo en la cruz. Su
sangre me limpió de todos mis pecados, y ahora se me ha puesto una
túnica especial.
Y tú, ¿estás desnudo o estás vestido en Cristo?