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Guillermo González Quintana, S.J.

CONCORDATO Y MATRIMONIO

El 2 de julio pasado se ratificó el 1. El Concordato


nuevo Concordato qU!'l regulará las rela-
ciones entre la Santa Sede y el gobierno Los Concordatos pertenecen al
de Colombia. A raíz de este hecho, nos buen gobierno de la Iglesia, y sirven pri-
encontramos con un fenómeno de común mordialmente para asegurar la verdadera
ocurrencia cuando se trata de cuestiones libertad religiosa del católico en el ejerci-
que atañen a la Iglesia: las informaciones cio de su religión, y para evitar con los
que se dan en los diversos medios de co- gobiernos roces innecesarios en materias
municación, especialmente en los titula- que se llaman mixtas (educacion, matri-
res de los periódicos, revistas, noticias y monio, etc.) en las cuales tanto el Estado
comentarios radiales y televisivos son, por como la Iglesia, desde puntos diferentes
lo general, erróneas o medias verdades, o y por motivos diversos, tienen competen-
distorciones de la verdad. Tal proceder, cia. Los Concordatos son también ade-
de buena o mala fe, llena de perplejidad cuados para que la Iglesia, en la esfera
a los católicos e induce a una grave con- que le compete, colabore con el Estado
fusión de ideas, siempre nociva para la en el desarrollo integral de la nación y de
v ida cristiana. la persona humana. Por eso existe varie-
dad de Concordatos o convenios entre el
Aquí no intentamos referirnos a to- Estado y la Iglesia, según los diversos paí-
das las cuestiones sobre el Concordato, ses, tiempos y circunstancias.
sino que presentamos unas breves obser-
vaciones importantes sobre dos núcleos Solo aquellos que tienen una idea
de la problemática total. totalitaria de Estado se oponen a tales
convenios, como si fueran lesivos de la
soberanía del Estado. La mentalidad sub-
yacente es la de que el Estado es dueño
• Docto; en Teología Weston Col/ege; Pro- absoluto de la persona humana, incluso
fesor de Eclesiología en la Facultad de en su conciencia. En esta concepción, el
Teología, Universidad Javeriana, Bogotá. hombre es para el Estado, y no el Estado

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para el hombre. Pueden así establecerse vamos a ocupar ahora. No se trata de ha-
abominables tiranías, como las que basa- cer aquí una exposición de esta maravi-
das en estos principios han manchado la llosa institución creada por Dios como
historia contemporánea. célula social fundamental, ni de sus as-
De esta concepción totalitaria del pectos religioso, social, personal. Esclare·
Estado nace también la opinión de que el cemos simplemente lo que muchas false-
Concordato es una especie de favor que dades afirmadas han oscurecido y que ha
el Estado hace a los ciudadanos católi- incidido perturbadoramente en la con-
cos al reconocerles sus derechos de hom- ciencia de los católicos.
bre-s libres para profesar su religión. Fácil
es ver que los Concordatos no son ni un A. El Matrimonio Civil
favor ni un privilegio, sino un deber del
Es falsa la afirmación de que solo
Estado, si no quiere ser tiránico; así como
hasta ahora se haya instituído el matrimo-
es un derecho del católico luchar para no
ser esclavizado por el Éstado, con Con- nio civil en Colombia. Quien abra el Có-
cordato o sin él. digo Civil Colombiano halla refutada esta
falsa afirmación, en el libro 1, títulos
Por otra parte es harto curioso el 3-19; se legisla all í todo cuanto se refiere
comprobar en nuestros días, cómo quienes al matrimonio en el aspecto jurídico.
atacan tan acerbamente el Concordato con
la Iglesia católica, y quieren, por tanto" Por qué se ha intentado, pues, ha-
negar a sus miembros el derecho a regu- cer creer que solo ahora se ha establecido
lar y defender su inviolable libertad reli- en Colombia el matrimonio civil? La ra-
giosa, sí la demandan y la ejercen gene- zón hay que encontr'arl.a no solo en la
rosa y ampliamente para sus posturas lai- ignorancia de muchos, sino en la inten-
cas o antirreligiosas, arrogándose el dere- ción de hacer aparecer a la Iglesia como
cho de vilipendiar de todas las formas entidad que ha impedido ilegítimamente
posibles las conciencias de los que son tan al Estado y a los ciudadanos no-católicos
ciudadanos y hombres libres como ellos. sus derechos. Solo ahora con el nuevo
La libertad es una calle de dos vías, o no Concordato se habría logrado llegar a la
es libertad. meta liberadora.
El Concordato no viola, pues, la so- El católico sabe que nunca la Igle-
beranía del Estado, ni es una dádiva o sia se ha opuesto a la existencia del ma-
privilegio concedido a los ciudadanos que trimonio civil para los no-católicos. No
pertenecen a la Iglesia católica, sino que solamente porque la Iglesia respeta las
en él se consagra, de forma razonable, el conciencias, sino porque para quienes no
ejercicio imprescriptible de su libertad han llegado aún a conocer a Cristo y su
de seguir la religión de Cristo dentro de obra de elevación y ennoblecimiento de
la Iglesia fundada por El. Amargos días todo lo humano y concretamente de la
vivió Colombia en épocas en que esta li- institución familiar, el matrimonio natu-
bertad primordial fue conculcada, y to- ral, regulado civilmente, es querido por
davía no estamos seguros de no volverlos Dios y perfectamente legítimo.
a vivir, cuando todavía leemos tantas fal-
sas presentaciones y distorsiones de la
sencilla verdad. Más aún: la Iglesia desea para este
tipo de matrimonio vivido por los no-ca-
tólicos, que esté dotado de todas las con-
2. El Matrimonio diciones que lo hacen una verdadera ins-
titución matrimonial, a saber: amor, fi-
delidad, indisolubilidad. Solo estas condi-
Entre los muchos elementos con- ciones protegen debidamente los fines so-
cordatarios distorsionados, figura cuan- ciales, la dignidad de las personas, y la
to se refiere al matrimonio. De ello nos emergencia de las nuevas vidas humanas

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que son los hijos, quienes solo en el san- lubilidad" (no. 48,1). Así, la enseñanza de
tuario de un hogar presidido por el amor los Papas y de los obispos, sucesores de
fiel y perpetuo pueden lograr su plenitud los Apóstoles, ha sido constante a este
humana a que tienen derecho. respecto. Citemos como ejemplo la ense-
ñanza de Pío XI en su Encíclica "Casti
Por esto la doctrina católica sostie- C;:onnubii" sobre el matrimonio cristiano
ne que este matrimonio natural, civil- (Dz. 2231), y la que en estos días nos ha
mente regulado, contraído entre no-cató- (Jada todo el episcopado colombiano so-
licos, no admite el divorcio vincular, que bre este tema. Y es que en verdad, no se
destruye la benéfica institución familiar construye una hermosa casa como es el
querida por Dios. matrimonio sacramental de la Iglesia, y al
mismo tiempo se le pone en sus cimien-
La palabra evangélica es clara en tos una carga explosiva que pueda esta-
este punto, y muestra la voluntad del llar en cualquier momento reduciéndola
Creador. Respondiendo Jesús sobre el li- a escombros. Fuera gran insensatez!
belo de repudio, les dijo: "No habéis leí-
do que el Creador, desde el principio los Por lo demás, se sabe que el divor-
hizo varón y mujer, y que dijo: por eso cio -trátese del matrimonio sacramental
dejará el hombre a su padre y a su ma- o del civil- mina desde sus principios la
dre, y se unirá a su mujer, y los dos ya verdad del amor conyugal que es entrega
no son sino una sola carne? Pues bien, total, personal, libre, generosa y perpe-
lo que Dios unió no lo separe el hom- tua. Esta es la auténtica verdad del amor
bre" (Mt 19, 4-6). San Pablo recuerda humano en la institución matrimonial.
esta misma verdad enseñada por Cristo: Un matrimonio con perspectiva de divor-
"En cuanto a los casados les ordeno, no cio supone otra cosa que un verdadero
yo sino el Señor, que la mujer no se sepa- amor, y tiene otro nombre. Es un beso
re del marido; pero en el caso de separar- que debería significar amor, pero es un
se, que no vuelva a casarse, o que se re- beso traidor.
concilie con su marido, y que el marido
no despida tampoco a su mujer" (1 Cor 7, Claro está que el Estado puede es-
10-11). tablecer razonables condiciones de nuli-
dad para el matrimonio civil entre no-ca-
Cuantas veces ha sido necesario, la tólicos. Pero estas condiciones no deben
Iglesia ha recordado esta enseñanza del confundirse con el divorcio. Una senten-
Señor Jesús, respecto a la indisolubilidad cia de nulidad declara que se ha compro-
de todo matrimonio legítimo, que adquie- bado que en determinado caso la institu-
re su perfección y una nueva motivación ción matrimonial no ha quedado consti-
en el matrimonio sacramental de la Igle- tuída; una sentencia de divorcio, en cam-
sia. bio, destruye la unidad matrimonial exis-
tente. Así que cuando se dan senténcias
y para citar, por vía de ejemplo, de nulidad sea por parte del Estado para
algunas de estas enseñanzas de la Igle- matrimonios civiles o por parte de la Igle-
sia, mencionemos al Concilio de Trento sia para matrimonios sacramentales, no
en su sesión XXIV (Dz. 969), al Concilio se está concediendo el divorcio, como al-
Vaticano II en su Constitución Pastoral gunos quieren hacer creer a los ignoran-
Gaudium et Spes en donde se llama al di- tes, sino que se está declarando que en
vorcio "epidemia" o "peste" (lues) (no. determinado caso no hubo verdadero ma-
47,2); enseña este mismo Concilio que el trimonio, porque se hizo en condiciones
matrimonio natural es de institución divi- que no pod ían dar como resultado la cons-
na y que como tal "no depende del ar- titución verdadera de la sociedad fami-
bitrio humalllo", y que por los bienes que liar.
tiene misión de conseguir para la socie-
dad y la persona humana "urge su indiso- Los católicos vemos con satisfac-

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clan que en la celebración de los matri- te civil contraído por católicos. La abju-
monios civiles entre no-católicos, se haga ración ha sido suprimida porque la Igle-
una amonestación que está tomada de la sia con el sentido que tiene de su mater-
doctrina catól ica, de la cual la amones- nidad espiritual, cree que hoyes más con-
tación recibe su verdad y su nobleza. La veniente que sus hijos infieles al compro-
estructura de esa amonestación pone de miso bautismal con Cristo, no graven aún
presente que para decir algo verdadero y más su conciencia con una apostasia pú-
profundo sobre el hombre y sus institu- blica de su fe, que los alejaría aún más
ciones fundamentales hay que acudir -re- del camino de la salvación.
conociéndolo expl ícitamente o no- a la
fuente pura del evangel io, conservado por Pero es evidente que la apostasía
la Iglesia. La amonestación es una prepara- práctica que hacen los católicos que
ción evangélica que puede conducir, con contraen el simple matrimonio civil, en
la gracia de Dios, a la apertura al sentido contra de su dignidad de hijos de Dios, los
profundo y a la real idad superior del ma- priva de la caridad santificante y los cons-
trimonio sacramental de la Iglesia, que tituye pecadores, de tal manera que a
eleva a la institución familiar y a las per- ellos puede aplicarse la grave advertencia
sonas que la constituyen, por virtud del del Concilio Vaticano II en su Constitu-
sacramento, al orden divino, que expande ción Lumen Gentium: "Sinembargo no
hasta el máximo todo lo humano, pero alcanza la salvación, aunque esté incor-
que lo proyecta perfeccionándolo hacia porado a la Iglesia, quien no perseveran-
un horizonte de significación y misión do en la caridad, permanece en el seno
trascendente. de la Iglesia con el cuerpo pero no con
el corazón" (no. 14,2).
Está, pues, muy lejos de la mente De lo expuesto anteriormente, apa-
de la Iglesia el ir contra el matrimonio rece la falsedad de otra afirmación. y que
civil de los no-católicos. Ni el antiguo ni es, sin duda, la más grave de todas: que
el nuevo Concordato recortaron nunca después del nuevo Concordato lo mismo
ilegítimamente ningún derecho ni al Esta- es para el católico contraer el matrimonio
do ni a los no-católicos. civil q:Je el matrimonio sacramental.
B. El Matrimonio Civil para los Cató- Todo católico sabe que para él, co-
licos? mo miembro del Pueblo de Dios, el úni-
co matrimonio válido ante Dios y ante la
Una segunda distorsión de la ver- Iglesia es el matrimonio sacramental. Es
dad presenta las cosas como si antes de esta la razón por la que un matrimonio
la ratificación del nuevo Concordato no civil entre católicos es tenido por la Igle-
hubiera posibilidad en Colombia de con- sia como unión ilegítima e inválida, que
traer matrimonio civil por parte de aque- lo priva de la caridad santificante e impi-
llos que deciden apartarse de la enseñan- de su salvación; juzga, además, la Iglesia
za y de la práctica de la Iglesia fundada que tales católicos que se aparten del sa-
por Cristo. Esta posibilidad consta clara- cramento del matrimonio, se apartan
mente en el Código Civil, en el libro 1, también de los restantes sacramentos de
título 4, artículo 139. En este caso, se Cristo; que los hijos han de ser tenidos
exigía, antes de contraer matrimonio ci- ante la Iglesia por. ilegítimos; que se ha
vil, la abjuración pública de la fe católica. despreciado la elevación de la institución
matrimonial cristiana y se han recortado
Tal exigencia ha sido suprimida en los horizontes transtemporales del amor
el nuevo Concordato, no porque sea me- conyugal a nivel de la pareja y a nivel de
nos grave el pecado de los católicos que los hijos.
recurren al matrimonio civil en contra de
la voluntad de Dios, o porque sea válido y ni siquiera podría alegarse que
ante la Iglesia un matrimonio simplemen- una pareja católica contrae matrimonio

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civil para obtener los efectos civiles de ::ivil para los católicos y el anhelado divor-
gJ matrimonio. Porque en Colombia el :io es algo lícito, honorable y bueno y el
E.stado ha respetado siempre la fe religio- último signo de progreso y libertad y ci-
sa de los contrayentes católicos y ha da- vilización? Por qué el exaltar hasta la
do al matrimonio sacramental plenos más tropical hipérbole la admonición con
efectos civiles (cfr. Código Civil Colom- que el gobierno ha estimado conveniente
biano, Libro 1, título 4. artículo 139). reglamentar la ceremonia del matrimonio
civil?
Se sigue, pues, que la!: razones que
pueden llevar a los católicos a contraer Si para los no-catól icos estas ideas
matrimonio civil son: Porque en realidad de la admonición en el matrimonio civil
han perdido en su corazón la fe en Cristo, pueden servir de preparación evangélica,
aunque la profesen con los labios. O por- como dijimos antes, hacia el gran sacra-
que esperan disolver algún día el matri- mento del matrimonio, para los católicos
monio que contraen, caso de que llegara que abandonan la fe viva y práctica y el
a establecerse en Colombia la disolución compromiso con Cristo esta admonición
del vínculo para el matrimonio civil. Pero puede no ser más que una noble fachada
como ya dijimos, un matrimonio así con- que oculta un edificio en ruinas, o el
traído estriba en un amor falso, porque blanqueamiento de los sepulcros según
trama desde el principio la traición en la la severa palabra evangél ica contra la fal-
ocasión propicia, que muy pronto la pro- sedad rel igiosa de algunos fariseos (cfr.
porcionará el egoísmo. En realidad no se Mt 23,27).
persigue la fundación de un hogar d'igno
de la persona humana, y menos aún de En este punto de la admonición
acuerdo con la voluntad de Dios. que han de recitar los jueces en la cere-
monia del matrimonio civil se ha llegado
y es por demás evidente que una por adulación o intenciones falaces, a ex-
simple unión civil no podrá evitar los con- tremos penosos para todo hombre honra-
flictos y escollos que suelen surgir aun en do y culto. Esa admonición ha querido
los matrimonios sacramentales en los que ser equiparada con la Palabra Divina, cu-
los cónyuges reciben abundante gracia de ya enseñanza nos transmite San Pablo en
Dios y auxilios del todo especiales para un pasaje. de su Epístola a los Efesios S,
vivir en santidad la vida matrimonial. To- 21-31 y que se lee con veneración, entre
do lo contrario. Puede esperarse que p.n otros muchos pasajes de la Escritura, en
estas uniones nada hay que detenga la la celebración del sacramento del rnatri-
marejada del egoísmo y de las malas monio.
pasiones, ni nada que pueda sanar he-
ridas ni resucitar el amor verdadero que
nunca quizás existió. Seguirá así el roda- En este gran pasaje de San Pablo
je de amargas experiencias destrozando confluye y culmina de manera impresio-
'a su paso otras vidas y corrompiendo nante la manifestación maravillosa del
a fondo la sociedad. amor de Dios hacia su pueblo elegido, y
en él y por él hacia toda la humanidad.
Nada vale, pues, que los católicos Este amor empapade manera fundamental
de nombre que contraen matrimonio civil toda la revelación biblica. La unión de
traten de esconderse tras la fachada de Dios con su pueblo y de Cristo con su
respetabilidad que parece darles el efec- Iglesia es la realidad misteriosa y divina
to civil de ese matrimonio. Y esa fachada que se revela. Y este amor que constitu-
ye una comunión vital es el prototipo,
de respetabilidad es la que se ha querido el ejemplar y la fuente de donde dimana
exaltar ahora desmesuradamente. de manera sacramental la grandeza del
matrimonio cristiano, su realidad y su
Por qué ese afán de los católicos misión. El expresa en su realidad sacra-
de nombre en propalar que el matrimonio mental esa comunición de amor. Un amor

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que es entrega total hasta el sacrificio de su Iglesia, y haciéndolo su radiosa procla-
Crísto por su IgleSia. Un amor purifican· mación ante el mundo.
te y enriquecedor. Un amor definitivo e Por esto el Concilio Vaticano II lIa·
irrompible como es el de la Nueva Alian· ma al hogar cristiano "Iglesia doméstica"
za. Un amor que es comunicación de los (Lumen Gentium no. 11,2), al que como
bienes divinos. Un amor fecundo, crea- pete una misión insustituíble humana y
dor, que multiplica los hijos de Dios. Un religiosa para con la sociedad y la perso-
amor de intimidad y ternura indecible na humana, que en ella aparece y debe
que funda una comunión tan estrecha y desarrollarse hasta la plenitud de Cristo.
viviente que hace a la Iglesia Cuerpo de
Cristo. El matrimonio cristiano es símbo· La única dolorosa ventaja que pue·
lo vivo e histórico y manifestación parti· de derivarse de la defección de los católi-
cipada de este gran misterio de comunión cos que contraen matrimonio civil, con-
de amor de Cristo y de la Iglesia. Así queda tra la voluntad de Dios, la revelación de
elevada la institución familiar al orden de Cristo, y sus compromisos bautismales,
la redención y a la novedad absoluta que es la de hacer apreciar por los verdade-
trajo Cristo. El creó un mundo nuevo, ros católicos el glorioso don que tienen
y en El la institución familiar, fuente de en el matrimonio sacramental, y de ha·
la vida humana y participación asombro- cer, por eso, más profunda y pura su op·
sa del poder creador de Dios, es purifi- ción de amor en la fe de Cristo Señor.
cada, ennoblecida, enriquecida por la ac· Los hace más conscientes de su pertenen·
ción del Espíritu Santo, para manifestar cia a un nuevo mundo que El creó, y que
y realizar en su nivel la multiforme opu- contrasta de manera palmaria con ese po-
lencia del amor de Cristo por su Iglesia, bre mundo alejado de Dios y de su Cris-
y en ella y por ella, para con la huma- to, que destila desesperanza profunda y
nidad. se resquebraja con fracaso irremediable,
y desgarradora amargura.
Ninguna admonición humana aun-
que exprese ideas que reflejan las cristia- Al terminar estas observaciones so-
nas puede tener ni la autoridad de la Pa· lo inquieta una pregunta de orden pas-
labra de Dios, ni la verdad profunda de toral: Podrá la unión civil de los católi-
contenido que ella expresa y realiza al cos de nombre dar seguridad a la Iglesia
crear un nuevo orden divino para ·el ma- de que los hijos que de ahí nazcan serán
trimonio cristiano, elevándolo hasta la educados en la fe práctica, y que ésta será
participación de este amor de Cristo por protegida y desarrollada como conviene?

Concordat and Marriage


On the occasion of the ratification of the new concordat between
the Holy See and the government of Colombia on July 2, 1975,
Father González synthetically analyzes the meaning, possibility and
convenience of concordats, both for the Church, the State and Catho-
Jics in general.
The author answers the misinterpretations and false information
which appeared in the country, especially with respect to marriage
in the new concordato It is not true that civil marriage did not exist in
Colombia befare. It is false that the new concordat empowers Catholics
to marry under civil law. It is false that people can get married under
civil law without renouncing to their faith and to sacraments. The
judge's admonishment in civil marriage cannot and should not be com-
pared to the word of the Scriptures proclaimed by the Church in the
celebration of the sacramental ritual of marriage.

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