El gasto público está representado por la sumatorio del monto de todas las

operaciones de compra de bienes y servicios que realiza el Estado para su

funcionamiento, durante un periodo productivo. En lo que se refiere al gasto público,
dentro de la evolución del pensamiento financiero, se presentan dos concepciones que
definen las características que definen que como son manejados estos gastos por parte
del aparato gubernamental. Estas concepciones son: la clásica o tradicional y la
moderna.

En la concepción tradicional, el manejo financiero del gasto público se caracteriza

por: se oculta la información, el Estado actúa como espectador, los gastos públicos
son mínimos, se calculan los ingresos de acuerdo al gasto, es eminentemente
cuantitativo, el origen del gasto importa poco, el gasto público es obligatorio y
mandatario, el déficit no es aceptado, en general es un Estado pasivo.

De acuerdo a la concepción clásica, el gobierno en materia del gasto público oculta

información por considerarse que no es necesario hacer público los detalles de los
gastos realizados, ni en su monto ni uso de los fondos producto de los ingresos
públicos. Adicionalmente, se considera un Estado espectador de las actividades
sociales y económicas de su sociedad, evita actuar directamente sobre ellas. Cuando
se trata del margen de gasto permitido, se considera que el mismo debe ser mínimo
para que no afecte la economía privada, además de calcularse de acuerdo al a lo que
se gasta. Es principalmente cuantitativa por ser importante el monto total del gasto en
lugar de su composición. No se le da importancia de donde viene o que produce el
gasto, solo que debe existir para que el Estado opere. Al realizarse el presupuesto en
base a los ingresos públicos y a los gastos público el déficit que puede darse durante
un periodo productivo debe ser mínimo, todo está contado. En resumen en la
concepción tradicional o clásica el Estado actúa más como un espectador de la escena
macroeconomía del país, interfiriendo lo menos posible para no originar distorsiones
que la afecten.

En la concepción moderna del pensamiento financiero en lo referente al gasto

público se caracteriza por, la importancia que se le da al gasto es menor que en la
concepción clásica, el Estado se vuelve participante dentro de las actividades
macroeconomías de la nación, es cualitativa, no se acepta que el Estado utilice como
el gasto anterior para calcular los ingresos y se considera que es un Estado activo.

Dentro de la concepción moderna al gasto público se la da menos importancia al

gasto por negarse a considerarlos obligatorios. El Estado es participe en las
actividades macroeconómicas de debido a que considera al gasto público como un
medio para actuar financieramente y tener control sobre estas. El Estado estudia al
gasto público desde un aspecto cualitativo, en el cual le da importancia al contenido y
no al monto que ellos representen, no es lo mismo el pago de la deuda externa que
usar ese dinero para el pago de los diferentes subsidios que tiene en la economía
productiva, ya que con esta medida se considera que está fomentando el desarrollo de
su nación y es un mecanismo de control. Es un Estado activo por su constante
intervención en la economía al usar el gasto público para tal fin y controlar el
desarrollo, tranquilidad y distribución de las riquezas.