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SIMULACIÓN DE ACCIDENTE DE TRANSITO

COMENTARIOS GENERALES

Nuestras pistas y carreteras del Perú se han convertido –ya años atrás-, en un foco visible y permanente de
riesgos para los bienes jurídicos fundamentales de los ciudadanos; es casi a diario, que las familias peruanas se
ven enlutadas por el deceso de sus parientes, en mérito a los accidentes de tránsito, que hoy en día constituyen
la causa de mayor incidencia de las muertes que ocurren en nuestro país año a año.No cabe duda que la
conducción de vehículos automotores constituye una actividad riesgosa en la sociedad, mas permitida por la
utilidad y/o funcionalidad que reporta a la ciudadanía. Riesgo permitido y/o admitido, que puede ser a su vez,
en un riesgo jurídicamente desaprobado, cuando el conductor en su proceder conductivo, infringe, desobedece
y/o contraviene la normativa que regula esta conducta humana, generando un abanico de respuestas jurídicas
por parte de estado, entre estas el derecho penal, previniendo y sancionando con pena la lesión y/o la puesta en
peligro de bienes jurídicos personalísimos y, el derecho civil, determinando sumas indemnizatorios, por los
daños causados por el comportamiento antijurídico.

Así el artículo 1970 de CC, que dice a la letra lo siguiente: “aquel que mediante un bien riesgoso o peligroso, o
por el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa, cauda un daño a toro, está obligado a repararlo.”

El proceder negligente, temerario e imprudente de los conductores –tanto del transporte público como privado-,
pone de manifiesto una situación en realidad alarmante para la población, lo cual es analizado por los políticos,
para definir y proyectar políticas jurídicas orientadas a prevenir este tipo de situaciones , lo cual se ha puesto de
manifiesto con las reformas penales que se han producido en los últimos años, modificando sustantivamente los
tipos penales de homicidio culposo, lesiones culposas y conducción de vehículo automotor bajo la influencia de
alcohol y/o sustancias psicotrópicas mediándola sanción de las leyes Nos. 27533 y la 29439, que en sustancia,
intensifican los marcos penales de forma significativa. Empero, en cuestión es como personalizar /previniendo
y sancionando), las conductas de mayor contenido antijurídico, mediante el uso del derecho penal y, otra muy
distinta, reglando instrumentos y herramientas que permitan resarcir los daños causados por la conducta
humana, en este caso, aquellas que toman lugar en el tráfico rodado.En definitiva, actividades como la de
transporte –público y privado-, requieren estar cubiertas por una póliza de seguros, en vista de la alta incidencia
en la producción de daños y perjuicios en los derechos subjetivos de los comunitarios (el número de accidentes
de tránsito va año a año en alza, un incremento en realidad sustancial, tal como lo registran periódicamente las
autoridades competentes); el artículo 1988 del CC, dispone que: “la ley determina el tipo de daño sujeto el
régimen de seguro obligatorio, las personas que deben contratar las pólizas y la naturaleza, límites y demás
características de tal seguro). El Perú reconoce la experiencia de otros países de la región, sumado a la una
realidad social alarmante (gran cantidad de accidentes de tránsito, donde la mayoría de vehículos no contaban
con seguros), en tal merced sanciona dispositivos legales encaminados a regular la obligación de todos los
conductores de contar con un “seguro obligatorio de accidentes de tránsito” (SOAT), con arreglo a lo previsto
en la Ley General de Transporte y Tránsito Terrestre – Ley N 27181, en el cual se incluye el SOAT.

A tal efecto, se dicta El Reglamento Nacional De Responsabilidad Civil De Seguros Obligatorios Por
Accidentes De Tránsito – DS N 049-2000-MTC, en cuyos primeros articulados se establece lo siguiente:

“el Presente Reglamento establece las disposiciones relacionadas con la determinación de la responsabilidad
civil derivada de accidente de tránsito terrestre; así como, el régimen y características del seguro obligatorio
por accidentes de tránsito, en el marco de la Ley N 27181. Rige en todo el territorio de la República.La
responsabilidad civil derivada de los accidentes de tránsito causados por vehículos automotores se regula por
lo dispuesto en el Código Civil. El conductor, el propietario del vehículo y, de ser el caso, el prestador del
servicio de transporte terrestre son solidariamente responsables por los daños y perjuicios causados.

Todo vehículo automotor que circule en el territorio de la República debe contar con una póliza de Seguro
Obligatorio de Accidente de Tránsito según los términos y montos establecidos en el presente Reglamento.

Los remolques acoplados, casas rodantes y otros similares que carezcan de propulsión propia, estarán
comprendidos en el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito del vehículo automotor que lo jala”.

De la normativa invocada se colige que el SOAT, es un seguro de carácter obligatorio, para todo vehículo
automotor que circule en el territorio nacional, que ha de cubrir los daños que puedan generarse como
consecuencia de un accidente de tránsito, cuya naturaleza jurídica es la de una Responsabilidad civil, dando
lugar a una especia de responsabilidad solidaria por los daños causados.

Conforme lo anotado para que se pueda utilizar legalmente la cobertura que otorga el SOAT, deben concurrir
dos presupuestos saber: -primero, que haya tomado lugar un accidente de tránsito y, segundo, que como
consecuencia de dicho accidente, se hayan ocasionado daños y/o afectaciones a los bienes jurídicos
personalísimos de los ocupantes del vehículo o teniendo a transeúntes como víctimas.

Cuestión importante a saber, es que no interesa que el accidente haya sido provocado mediando infracción de
una normal penal y/o civil, es decir, bajo la presencia de dolo o culpa, puede ser incluso producto de una
accidente fortuito; ello quiere decir, que la cobertura del SOAT, se encuentra al margen de las investigaciones
que deban iniciarse por parte de las autoridades competentes.

El reglamento se dice al respecto que: “Accidente de Tránsito.- Evento súbito, imprevisto y violento (incluyendo
incendio y acto terrorista) en el que participa un vehículo automotor en marcha o en reposo en la vía de uso
público, causando daño a las personas, sean ocupantes o terceros no ocupantes de vehículo automotor, que
pueda ser determinado de una manera cierta”, mientras que el artículo 28 dice que: “El seguro Obligatorio de
Accidentes de Tránsito actúa bajo la modalidad de un seguro de accidentes personales y cubre los riesgos de
muerte y lesiones corporales que sufran las personas, sean ocupantes o terceros no ocupantes de un vehículo
automotor, como consecuencia de un accidente de tránsito en el que dicho vehículo haya intervenido”.

Ahora bien, habiéndose descrito la situación que incidió en la creación del SOAT, así como su naturaleza y
disposiciones aplicables, tomando en cuenta que el delito –bajo examen-, no importa una norma penal en
blanco, hemos de analizar la descripción típica contenida en el artículo 431-A del CP (incorporado por el
artículo 3 de la Ley N 28839, publicada el 24 de julio del 2006), figura delictiva incluida en el marco de las
falsedades de gozar de los beneficios o coberturas del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito, incita a la
simulación o siula la ocurrencia de accidentes de tránsito o la intervención éstos de personas que no tienen la
condición de ocupantes o tercero no ocupantes del vehículo automotor interviniente en dichos accidentes o
simula lesiones corporales que no se han producido o que se han producido en grado manifiestamente menor al
indicado en la documentación policial o médica correspondiente.

Estamos frente a un típico caso de simulación de una situación que nunca ocurrió, es decir, lo que hace el
agente es demostrar ante las autoridades competentes, un presunto accidente de tránsito, en cuanto a la
generación de daños y/o lesiones en la salud de las personas, con el evidente propósito de beneficiarse con la
cobertura pecuniaria que otorga el SOAT.

En el caso de muerte: certificado de defunción de la víctima, Documento Nacional de Identidad del familiar que
lo representaba y, de ser el caso, certificado de matrimonio, certificado de nacimiento o declaratoria de
herederos u otros documentos que acrediten legalmente la calidad de beneficiario del seguro. Por consiguiente,
lo que hace el agente, por ejemplo, es mostrar un certificado de defunción (autentico), pero lo que simula es que
dicho deceso ha sido producido como consecuencia de una accidente de tránsito, cuando en realidad Se ha
ocasionado por una grave enfermedad.

Dicho lo anterior, el contenido de la normativa que regula el SOAT, indica que lo que debe hacer el beneficiario
para ser cubierto por la prima del seguro que lo debe hacer el beneficiario para ser cubierto por la prima del
seguro, es declarar ante la autoridad competente la ocurrencia del accidente, mediante los testigos de la
ocurrencia, con los certificados médicos de haber sido atendidos en una posta médica u hospital, etc., cuyo sólo
mérito da lugar a la procedencia de su cobertura. No obstante, podría decirse que el denominado “Certificado
Policial”, es un documento público, incidiendo en la posibilidad de admitir de hacer insertar datos falsos en lo
cual no resulta del todo claro, pues para ellos debe reconocerse que la policía actúa como una especia de
fedatario, lo cual no parece advertirse según la normativa en análisis.
En palabras de QUINTERO OLIVARES, las falsedades documentales –es- especialmente las que versan sobre
documentos de comercio o documentos privados –deben perder su autonomía de valoración penal cuando no
tengan sentido separado del hecho principal al que sirven. Toda vez que no hay un bien jurídico “verdad del
tráfico” separable como objeto especifico de ataque, sino que ese ataque ha sido materialmente tan solo de
carácter patrimonial.Conforme lo anotado, queda más que claro, que el proceder conductivo del agente,
adquiere sustantividad material, con el engaño que pretende generar y/o engendrar, para así verse beneficiado
con una ventaja patrimonial; consecuentemente, o debería ser cubierto por entero por el delito de estafa o, en su
defecto, trasladar a la solución dogmática del concurso delictivo con el tipo penal de Falsedad genérica.

Por lo demás debe decirse que la figura, la finalidad del agente, es exclusivamente la de lucrar ilícitamente,
intencionalidad que se asimila plenamente al injusto típico de Estafa.En análisis dogmático, sin dejar de lado el
político criminal, debe identificar razones valederas de que determinada conducta sea objeto de penalización,
siempre que no exista otra que la pueda recoger por entero, lo que parece ser la situación de la presente
modalidad del injusto penal.

ARTICULO Nro. 431-A: SIMULACIÓN DE ACCIDENTE DE TRANSITO

TIPO PENAL

La figura delictiva conocida como simulación de accidente de tránsito se encuentra recogida en el tipo
penal del artículo 431-A del Código Penal, literalmente prescribe:

“El que, con el propósito de gozar de los beneficios o coberturas del Seguro Obligatorio de Accidentes de
Tránsito, incita a la simulación o simula la ocurrencia de accidentes de tránsito o la intervención en éstos de
personas que no tienen la condición de ocupantes o terceros no ocupantes del vehículo automotor interviniente
en dichos accidentes o simula lesiones corporales que no se han producido o que se han producido en grado
manifiestamente menor al indicado en la documentación policial o médica correspondiente, será reprimido con
pena privativa de la libertad no menor de tres (3) ni mayor de seis (6) años.

Si el agente es efectivo de la Policía Nacional del Perú o del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del
Perú, agente o intermediario de seguros, profesional médico o funcionario de un establecimiento de salud
público o privado, la pena privativa de la libertad será no menor de tres (3) ni mayor de seis (6) años,
imponiéndosele además la pena accesoria de inhabilitación para el ejercicio del cargo por un periodo similar
a la pena principal.”

TIPICIDAD OBJETIVA

Sujeto Activo
Puede ser cualquier persona, por lo que es un delito común, revelando esferas libres de organización individual;
cuando el agente o intermediario público o privado, se configura la circunstancia de agravación contemplada en
el segundo párrafo del articulado.

Los servidores públicos, como los miembros de la PNP o profesionales de la salud, si es que intervienen en este
proceder típico, lo harían generalmente como partícipes, por ejemplo, el agente policial que hace constar en la
certificación, un accidente de tránsito que nunca ocurrió, que ha sido objeto de un soborno o, aquel médico
tratante, que en su certificado médico, consigna un grado de lesión más grave a la efectivamente ocurrida, lo
que en este caso particular, da lugar a un concurso con la conducta prevista en el artículo 431 de CP.

Si es que de la agravante nos referimos, debe acreditarse que el agente, haya sido realizado la conducta descrita
en esta figura delictiva, esto es, de simular un accidente de tránsito, con el propósito personal de verse
beneficiado de gozar de los beneficios o cobertura del SOAT, es decir, como autor de delito y no como una
variante de complicidad.

El Sujeto pasivo:

Sería en principio la colectividad, al tratarse de un bien jurídico supra individual, más en la presente hipótesis se
identifica de forma clara un ofendido directo, que es la compañía de seguros.

Modalidad típica

La primera modalidad típica hace alusión a lo siguiente: “simular la ocurrencia de accidentes de tránsito o la
intervención en estos de personas que no tienen la condición de ocupantes o terceros no ocupados del vehículo
automotor interviniente en dichos accidentes”.

Vemos, que estamos ante una modalidad de fraude, pues se muestra como cierto un evento que nunca ocurrió,
en el sentido, de que se presentan ante la comisaría del sector, personas que alegan haber sido víctima de un
accidente de tránsito, presentando lesiones que no aquejan o que han sido producidas como consecuencias de
otros factores (auto-lesiones), para ello requieren de la constancia de un médico, que expide una certificación
falsa o presenta una certificación no auténtica (falsedad material).

También puede tomar lugar esta materialidad típica, cuando habiéndose producido el accidente se hacen pasar
como ocupantes, ciertas personas que nunca estuvieron presentes, esto quiere decir que habrá ocupantes reales
y lesiones reales así como ocupantes ficticios con lesiones ficticias o reales, ocasionadas por otros factores.

La segunda modalidad típica, implica la: “simulación de lesiones corporales que no se han producido o que se
han producido en grado manifiestamente menor al indicado en la documentación policial o médica
correspondiente”.
Conforme a lo descrito, puede que la declaración del agente, conste o no en un documento policial o médico,
dependiendo de la variante típica, si es que la simulación es total, no hará falta su constancia en una
certificación policial o médica, pero, si la simulación es parcial, en cuanto a la gravedad de la lesión, deberá
cotejarse con lo indicado en la certificación policial y/o médica.

La “simulación , para que sea idónea y efectiva – para convencer a la autoridad competente-, debe ir aparejada
de ciertos actos objetivos, que pueden avizorar dicha situación física, de no ser así, actos inocuos ingresarían al
ámbito de protección de la norma, lo cual no se ajusta a los parámetros, que se somete todo comportamiento
para poder ser revestido de relevancia jurídico-penal; acercarse a la comisaria con un vendaje o con un yeso que
cubre toda su pierna, alegando una fractura de consideración. No sería correcto pensar, que basta que el agente
se presente ante la autoridad, y alegue haber sufrido una lesión grave, cuando en los hechos ello no tiene
sustento visible.

TIPICIDAD SUBJETIVA

En sus modalidades típicas, exige la presencia del dolo en la esfera anímica del agente, conocimiento y
voluntad de realización típica; el autor simular la ocurrencia de un accidente de tránsito o de haber sido víctima
de aquel (haber sufrido lesiones), pese a saber que ello no se corresponde con la realidad fáctica.

El legislador incluye un elemento subjetivo aparte del dolo, de que el agente tenga como propósito de gozar de
los beneficios o coberturas del SOAT; presupuesto subjetivo que debe ser verificado mediando las evidencias
y/o indicios pertinentes, ello se verá claramente cuando presenta ante la compañía de seguros, su solicitud de
indemnización.

LA AGRAVANTE:

Implica que el agente tenga la calidad de: efectivo de la policía nacional del Perú o del cuerpo general de
bomberos voluntarios del Perú, agente o intermediario de seguros, profesional médico o funcionario de
un establecimiento de salud público o privado; siendo que este funcionario ha de actuar como autor del
injusto y no a título de participación delictiva, lo que supone que su intervención no es la de un sujeto
coadyuvante, sino la de un protagonista principal del evento delictivo, pues si aquel colabora en la
simulación del ocupante del vehículo, su participación debe ser reputada como complicidad y no como
autoría. Para que se de este último, el efectivo policial del SOAT, a tal efecto debe mostrarse como
ocupante del vehículo y que ha sufrido una lesión de meridiana magnitud.

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