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INFORME DEL DOCUMENTAL “ODISEA DE LA ESPECIE” Y EL LIBRO “DE

ANIMALES A DIOSES”

Introducción

La evolución del ser humano, exige un análisis de los comportamientos de

nuestros antepasados, un recorrido histórico y la documentación de momentos o

cambios que provocaron la “separación” de los demás animales, nuestra condicion

actual de unicidad y de cuestionamiento de nuestro pasado obliga a saber por qué

es que somos distintos, como es que llegó el momento en el que no eran necesarios

cambios en el ambiente o mutaciones en el ADN para hacer que nosotros

cambiásemos, en este informe se lleva un análisis de la lectura de los dos primeros

capítulos del libro de Yuval Noah Harari “De Animales a Dioses” (2011) y de la

primera parte de la serie documental de Jacques Malaterre “La Odisea de la

Especie”(2003).

El origen inicial del cambio que ocurrió en la forma de interactuar con el

ambiente y que desencadeno en nuestros antepasados hace aproximadamente 2.5

millones de años, el impulso de erguirse sobre sus patas traseras y poder ver sobre

la hierba de la sabana, este no es más que la consecuencia de un cambio climático

brusco en sus sus condiciones de existencia y obligó a que los pocos que lograsen

sobrevivir al cambio hayan sido los que encontrasen mejor el alimento que los

arboles ya no podían ofrecer; el nuevo ambiente era entonces la sabana, y erguirse

ocasionalmente para divisar mejor la carroña y los depredadores cercanos provoco


el inicio de un cambio en la fisionomía que hoy se ha estudiado y se puede apreciar

en el Homo Habilis y el Homo Erectus.

Tener que sobrevivir de la carroña, tener las extremidades superiores libres y

ver los depredadores, pudo haber sido suficiente para que el Homo Habilis pensase

en lanzar objetos y ahuyentarlos, y así alimentarse mejor; con el tiempo pudieron

abrir los huesos y alimentarse de la medula de los mismos. El punto principal es que

la exposición a experiencias alcanzadas por el ambiente cambiante de la sabana, y

que obligaran a sobrevivir de manera procedimental a la especie, harían con el

tiempo una costumbre marcada por la utilización de ciertos objetos para acceder a

mejor alimento, la repetición llevaba consigo un perfeccionamiento de la técnica que

se transmitía a todos los demás miembros del grupo.

La transmisión del conocimiento y esta forma nueva de pensar centrada en la

experimentación y la curiosidad, provocaban una interacción con el ambiente para

resolver problemas específicos, como afilar piedras y crear lanzas para una caza

más efectiva y una defensa contra los depredadores. Todo este panorama abriría

paso a un sentimiento de protección en el grupo, y a la creación de refugios para

protegerse más eficazmente.

La búsqueda de lugares para cazar y la supervivencia facilitada por las

herramientas hicieron que varias especies como el Homo Ergaster se aventuraran a

nuevos territorios y naciera así un espíritu de conquista que paulatinamente adaptó

al Homo Ergaster, hizo que consumiera menos energía y fuera más efectivo en sus

viajes.
El surgimiento del Homo Erectus, el hombre erguido, y la nueva actitud

exploradora hizo que nuevos lazos afectivos se crearan para favorecer la

permanencia del grupo pequeño de expedición, nuevos pensamientos con tendencia

a la conservación de los miembros nacían del sentimiento de pérdida, así

comenzamos a pensar y sentir de forma consciente en algo más allá de la vida, en la

muerte. Estos lazos afectivos más activos y presentes, alimentados por la

cooperación del grupo, hicieron que las relaciones sociales experimentaran un

cambio paulatino, que trajo consigo que el sentimiento de atracción se modificara y

cambiaran así los métodos de seducción de los machos.

El Homo Erectus, con la creación de nuevas herramientas, la unidad grupal

que provocaba la protección mutua entre los miembros, y el descubrimiento del

fuego hicieron que la caza de animales se volviera su prioridad, y que dejaran de

subsistir de forma casi completa de la carroña. Este aumento en la caza y el

descubrimiento del fuego comenzó a repartir naturalmente las tareas del grupo en

grupos especializados en cada actividad en la tribu, un grupo cazaba, otro realizaba

las herramientas, y otro manipulaba los animales cazados. La creación de grupos

especializados perfecciona los métodos e incrementa el tiempo para crear nuevas

herramientas, para lo cual la enseñanza se vuelve más importante para compensar

el aumento en la complejidad de las técnicas.

El descubrimiento y la domesticación del fuego se cree que fue el inicio del

salto inmenso del género Homo a la cima de la cadena alimenticia. El implemento de

este en la cocción de los alimentos disminuyó el tiempo y la energía necesaria para

comer, se hace entonces más sencillo masticar la comida, lo que provoca una
tendencia a que los dientes disminuyan su tamaño, mientras que el menor gasto

energético hace que el intestino se acorte por no necesitar digerir comida cruda, y

esta energía “sobrante” permitió el crecimiento del cerebro, el consumo energético

de un cerebro más grande se bastaba con esta energía sobrante. Ya que la unidad

grupal y las herramientas facilitaban la caza, esto hizo que los músculos necesarios

para la caza de animales grandes que ya no eran usados se atrofiasen, y la energía

que era utilizada para estos músculos pasasen a utilizarse en el cerebro, que llega a

consumir el 25% de la energía total. Este fue el inicio del dominio total del género

Homo, estos cambios provocaron la aparición del Homo sapiens (hace

aproximadamente 150 mil años) y otros grupos de Homo alrededor del mundo como

el Homo neanderthalensis (hace aproximadamente 240 mil años) o Neandertal,

como se le conoce comúnmente.

Hubo una gran brecha desde el surgimiento del Homo Sapiens hace 150 mil

años y las migraciones de África hacia Europa, hace 70 mil años, en este tiempo,

entre hace 70 mil años y 30 mil años, surgieron nuevas formas de pensar y

comunicarse, la llamada revolución cognitiva, en la que una de las teoría

respaldadas dice que el lenguaje se volvió más detallado, y permitía comunicar ideas

complejas a los miembros del grupo, quienes discutían sobre ello, esta ventaja

lingüística aumenta considerablemente la complejidad en las relaciones sociales,

que a su vez aumenta la confianza entre miembros del grupo, crea más unidad, una

jerarquía más marcada y así crecen las posibilidades de mantener un grupo más

numérico se incrementa.
Por otro lado, el aumento en la complejidad del lenguaje y el surgimiento de

mitos, leyendas, religiones y actividades de comercio documentadas por

arqueólogos e historiadores deja claro que hubo un cambio enorme en el

pensamiento intangible, en ideas que llevadas por la persuasión de un lenguaje más

complejo, convencían a los miembros del grupo a trabajar por una causa común en

objetivos específicos; se tiene ahora una noción de imaginario colectivo que une a

miembros extraños entre sí en un grupo cada vez más numeroso. Este aumento en

la proporción numérica y en la técnica especializada pudo haber permitido la

migración de lo Homo Sapiens fuera de África y el dominio total frente a otras

especies del género Homo, como el Neandertal, cuya relación en el momento de

compartir ambiente pudo haber sido tanto violenta, como cooperativa y pacífica.

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