pobremente enseñados. Lamentablemente, esto ha hecho que el cuerpo de Cristo viva muy por debajo de la voluntad de Dios. Aunque puedo hablar de muchas áreas en las que esto aplica, una de ellas es el bienes- tar financiero del creyente. En el pasado, se enseñaba, en un extremo, que la pobreza equivale a santidad. Otro extremo era que Dios hará a todos multimillo- narios. Mientras que ninguno de estos es correcto, la Escritura nos enseña que Dios quiere que Su pueblo prospere. Así que, ¿cuáles son los obstáculos para recibir las bendiciones financieras de Dios?
1) Pensamiento Equivocado
3 Juan 2 dice: “Amado, yo deseo que tú seas
prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” Así como es la voluntad de Dios que usted prospere espiritualmente, también tiene exactamente la misma voluntad de que usted tenga buena salud y sea próspero. La palabra próspero significa ser exitoso en la vida, incluyendo los asuntos de negocios. Repita conmigo: “¡Dios quiere que yo prospere!” Ahora hágalo todos los días y cuántas veces sea necesario hasta que pueda deshacerse de la manera equivocada de pensar.
Podría darle muchos versos sobre el deseo de Dios
de prosperarnos financieramente, pero hagamos simplemente una prueba rápida de juicio. ¿A cuántos aquí les gustaría que sus hijos vivan en la pobreza? ¿A nadie, verdad? Entonces cómo nos atrevemos a pensar que Dios quiere lo mismo para nosotros? Con eso ya hecho dicho suficiente.
2) Maldiciones Generacionales
Sí, las maldiciones son reales. Las personas niegan
esta verdad todo el tiempo, pero sus vidas son un testimonio de que están viviendo bajo una maldición. La buena noticia es que: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero” (Gal 3:13) Existe tal cosa como la maldición de pobreza y escasez. Su manifestación se caracteriza porque no importa cuánto usted trabaje o estudie, pareciera como si nunca hubiera suficiente. Tales maldiciones vienen muchas veces cuando las personas o sus antepasados estuvieron involucrados en idolatría, hechicería o lo oculto. Jesús ya pagó por esto, así que usted necesita orar a Dios y decir: “Te pido perdón por cualquier pecado que mis ancestros puedan haber cometido para causar que una maldición de pobreza entrara y opere en mi vida.” Después diga: “Yo rompo toda maldición de pobreza en mi vida y le ordeno a cualquier espíritu demoníaco asociado con ella que se vaya en el nombre de Jesús!” Rompa ya con esa maldición y pídale a Dios la bendición de sus finanzas!
3) El Robarle a Dios
Muchos creen que sí pueden ser bendecidos
financieramente, pero aún así ignoran el principio del diezmo. Fácilmente encontramos a personas que usan todo tipo de argumentos contra el diezmo, pero nunca he visto a la gente que le da a Dios tener un problema con ello. Así que, en cierto modo, es una medida de la condición del corazón. Dejemos a un lado la teología y vamos al grano de este escenario. Si usted le preguntara a Dios, “¿debería darte el diezmo?” ¿Qué cree que diría? Y si usted le preguntara a Satanás, “¿debería darle el diezmo a Dios?” ¿Qué cree que le diría? La pregunta es, ¿con quién está poniéndose usted de acuerdo? En Malaquías 3:8 and 9, Dios dice: “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado…” ¿Quiere saber qué pasa cuando sí diezma? Es muy bueno, pero le dejo a usted el leerlo (Pista: es el verso 10).
4) No Entender el Principio de la Siembra y la
Cosecha
En la sociedad de hoy, a menudo escuchamos
personas usar la palabra “karma” cuando se refieren a el hecho de que las personas reciben como pago bien por hacer el bien y mal por hacer el mal. Aunque el concepto de karma- de que pagamos en esta vida la maldad de vidas pasadas, es completamente antibíblico (como lo es el concepto de la reencarnación que es parte de esta creencia –vea Hebreos 9:27), el concepto de recibir bien por bien y mal por mal es un concepto bíblico llamado el principio de la siembra y la cosecha. “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” (Gal 6:7) Cuando usted le da a otros (en adición a su diezmo), usted está sembrando una semilla que Dios mismo cuidará para que produzca una cosecha financiera. No sólo eso, sino que la medida de su bendición financiera está directamente relacionada con el nivel de su generosidad financiera. Jesús dijo: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. ” (Lucas 6:38)
¿Está listo para remover los obstáculos que lo han
alejado de las bendiciones financieras de Dios? Si lo está, ¡prepárese para entrar en una temporada de bendición financiera y prosperidad!