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La “evaluación educativa” desde una mirada panorámica

Jhon Rodríguez Buenahora. Cod. 2170542

Definir el concepto de evaluación es una tarea compleja, tal vez, como preparar una buena
evaluación que responda a los propósitos y fines de un proceso educativo. Pero ¿que significa
evaluar? ¿Qué es una evaluación? Según Stufflebeam y Shinkfield (1985) El Joint Committee on
Standards for Educational Evaluation afirma que "la evaluación es el enjuiciamiento sistemático
de la validez o mérito de un objeto" (p. 19). Pero a su vez señalan que esa definición “se centra en
el término valor e implica que la evaluación siempre supone juicio” (Stufflebeam y Shinkfield,
1985, p. 19). Entonces de acuerdo con esa perspectiva Stufflebeam y Shinkfield resaltan que la
evaluación está ligada a la valorización, determinar el valor de algo que está siendo enjuiciado. En
su libro estos teóricos resaltan que algunos autores se oponen a las definiciones dadas
anteriormente, porque consideran “la evaluación es, demasiado a menudo, una fuerza negativa y,
en general, mala psicología”. De esa afirmación solo cabe rescatar que las evaluaciones no son
determinantes, sino que la evaluación sirve al desarrollo de un proceso. La evaluación es y debe
ser un regulador en el proceso de aprendizaje.
Stufflebeam y Shinkfield (1985) afirman que “inevitablemente, la valoración debe desempeñar
un papel. Y sirve al progreso y se utiliza para identificar los puntos débiles y fuertes, y para tender
hacia una mejora, puede ser una fuerza positiva” (20). De está manera se entiende entonces que la
evaluación es una valoración que responde a la identificación de los logros y los problemas en un
proceso de aprendizaje, a unos propósitos bien definidos, la evaluación debe ser el indicador y la
guía de desarrollo de este. Pero esto no es todo sobre el concepto de evaluación, como se mencionó
al principio es mucho más complejo. Si se retoma la definición de El Joint Committee Standards
for Educational Evaluation "la evaluación es el enjuiciamiento sistemático de la validez o mérito
de un objeto” (19) ¿Qué es la validez y el mérito? Y es más ¿Cuál es el objeto en sí? Como se ha
mencionado el objeto es el desarrollo del proceso de aprendizaje, pero a ¿Qué fin responde ese
proceso? Ahora bien, si se centra la atención a la validez y al mérito se tiene que estos términos se
refieren más al concepto de evaluación propiamente dicho que a su definición, entenderlos ayuda
a profundizar más en el concepto de evaluación y esclarecer su alcance. Es meritorio si ese algo
cumple con un desarrollo óptimo, pero puede no ser válido si ese algo ya no es útil para el contexto
donde está. Stufflebeam y Shinkfield (1985) señalan que “aunque un programa meritorio puede
no ser válido, debemos indicar que un programa que no sea meritorio no pueda ser válido” (p. 21).
Entonces estos criterios deben ir de la mano para ejercer la evaluación que sea válido y meritorio.
En ese orden de ideas y sobre esa discusión se debe tener en cuenta tres criterios.
1. Las distintas expectativas de los clientes
2. El merito y excelencia del servicio en cuestión
3. Hasta qué punto el servicio es necesario (su válidez potencial)
Según Stufflebeam y Shinkfield (1985) es necesario agregar dos criterios más la viabilidad y la
equidad, pero en este trabajo no se abordará estos dos términos ya que responde a los contextos en
los que se use la evaluación.
En síntesis la evaluación debe ser sistemática y siempre supone juicio de valor, pero este debe estar
centrado en encontrar las debilidades y fortalezas del proceso de aprendizaje, para que sirva como
indicador y guía del propósito de dicho proceso, referente a esto González y Ayarza 1996) afirma
que “la evaluación educativa, se puede considerar como un instrumento para sensibilizar el
quehacer académico y facilitar la innovación.

Vistazo a la historia de la evaluación


De acuerdo con Ana Isabel Mora (2004) “los períodos de la evaluación se ubican en cuatro
generaciones: medición, descriptiva, juicio y constructivista” (p. 6). Así mismo, Stufflebeam y
Shinkfield (1985) reconoce cinco periodos los cuales Mora une en su trabajo. Estos periodos son:
1. Generación de la mediación: esta generación responde al periodo pre-tyleriano según Mora
(2004, p. 6) Y Stufflebeam y Shinkfield (1985, p. 33) “se centra la atención de la calidad
de la educación en el rendimiento de los estudiantes, medición que se realiza mediante tests
o pruebas” la evaluación funciona por medio de test o pruebas de medición de la
información.
2. Generación descriptiva: esta generación responde al periodo Tyleriano (primeros años de
la década de los 30 del siglo pasado), según Mora (2004, p. 6) Y Stufflebeam y Shinkfield
(1985, p. 36) “se pone énfasis en la selección y organización del contenido, así como en las
estrategias para transmitir la información y evaluar el logro de los objetivos”.
3. Generación de juicio: esta generación responde a dos periodos planteados por Stufflebeam
y Shinkfield el periodo de la inocencia (en la década de los 40 del siglo pasado) donde
según estos teóricos se incrementa la evaluación por la expansión de ofertas educacionales
en EE. UU., pero la evaluación está regida por los preceptos del periodo tyleriano, centrado
en la medición de los resultados. El otro periodo es el del realismo (años 60 del siglo
pasado) que consiste según Stufflebeam y Shinkfield en la profesionalización de la
evaluación y donde se comienza a través de esta crear proyectos para mejorar el curriculum,
sobre todo en ciencias y matemáticas. Esta generación según Mora que cita a Dobles, 1996,
(p. 81) responde a “los esfuerzos para enriquecer los juicios, en donde el evaluador asume
el papel de juez, aunque mantiene el de técnico, así como también las funciones
descriptivas…” (Mora 2004, p. 7).
4. Generación constructivista: responde a dos periodos al periodo profesional (a partir de la
década del 70 del siglo pasado) según Mora quien cita Rama, 1989, González y Ayarza,
1997 “a partir de la década del 70, la evaluación empieza a tomar auge como una profesión
que relaciona la evaluación con la investigación y el control (Mora 2004, p. 7). Y por ultimo
el periodo de autoevaluación que según Mora que cita a Hernández, 1999 “la evaluación se
concibe como orientadora y formativa del proceso; de tal manera que, se convierte en uno
de los mejores procedimientos del control de la calidad de la educación” (Mora 2004, p. 7).
En este sentido se ha tratado el concepto de evaluación desde la teoría de Stufflebeam y Shinkfield
y se ha hecho un recorrido histórico, solo resaltando como funcionaba la evaluación en esos
periodos. De esta manera se plantea la importancia de la evaluación en el contexto educativo. No
se debe desligar la evolución de la evaluación como forma de evolución de la educación, ya que es
un paso en pro de una mejor educación.

Referencias bibliográficas
Mora Vargas, A. La evaluación educativa: Concepto, períodos y modelos. Revista Electrónica
Actualidades Investigativas en Educación, 4, 2. 2004 pp 1-28
Stufflebeam, D. y Shinkfield, A. (1985) Evaluación sistemática guía teórica y práctica.
Barcelona, España. Ediciones Paidós

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