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The Wessex School Concepción.

Depto. Lenguaje y comunicaciones.

“Ensayo sobre el amor”.

Hecho por Simón Seguel


El otro día me preguntaron, si alguna vez había amado a alguien. No sé si fue una indirecta
o si deseaban abrir en mí una interrogante del tamaño de la inflación en Venezuela.

Cada vez que yo mismo me preguntaba que era el amor, se venían a mi mente una lluvia de
ideas inconexas: ¿alguna vez he amado?, ¿me han amado? o más aún, ¿realmente existe el
amor?

El amor es un concepto muy utilizado y quizás sea una de los más usados tanto en las
canciones como en el cine y en los libros. Hay quienes lo describen en términos químicos y
hay otros que lo hacen poesía. El diccionario lo define como un "sentimiento intenso del ser
humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con
otro ser".

Resulta curioso darse cuenta de que cada vez que nos cuestionamos sobre el amor y sus
formas de expresión, cada persona tiene su propia opinión y percepción sobre este concepto
y sin dudarlo, asegura que su forma de amar es la correcta.

El amor no es un sentimiento propio que tenemos al nacer. Tampoco disponemos de una


definición clara ni de un manual que indique una serie de pasos de como expresarlo de buena
manera, ya que al ser el amor un conjunto de acciones, experiencias y prácticas, este puede
ser representado de distintas maneras. El amor, es una experiencia, una conducta, una
práctica. Por ejemplo, experimentamos el amor maternal, amor familiar, amor de amistad o
amor romántico, entre otros.

Al ser el amor un sentimiento inherente al ser humano, que se expresa por el simple hecho
de ser novios, hermanos, hijos o madres, en una serie de acciones en beneficio de otros. Es
decir, uno no nace siendo amoroso, sino uno actúa de cierta forma que lo hace ser una
persona amorosa en palabras de Platón, una persona virtuosa.

Para Platón, el amor sublime no se basa en intereses, sino que está basado en la virtud, quien
durante el Diálogo de Protágoras o de los Sofistas, afirma “…no es posible ser virtuoso, es
decir, perseverar siempre en este estado; pero es posible hacerse o devenir virtuoso, como
es posible devenir vicioso”. (Platón, 427-347 a. C., Diálogos 22).
En Occidente, cuando se habla del amor se relaciona con emociones positivas como el afecto,
el apego o la compasión. Sin embargo, dependiendo de las expresiones del amor
determinadas por las diferentes culturas, puede expresarse de diversas maneras. Por
ejemplo, en la sociedad latina o hispana es muy bien valorado expresar amor a través de
gestos, palabras afectuosas o caricias. En este contexto, las parejas suelen besarse o andar
de la mano, así como los integrantes de una familia suelen abrazarse o besarse, si verse
enjuiciados de una mala manera. Sin embargo, en Japón o algunos países de Europa el
hecho de demostrar el amor físicamente no es muy bienvenido y las personas suelen
reservarse la posibilidad de hacerlo.

Lo anterior, debido a que el amor puede expresare de más de una manera, llegando incluso
a prestarse para confusiones y malas interpretaciones de parte de otra persona. Es decir, un
niño que se cría en una familia en donde sus padres se agreden verbal y físicamente, creerá
que el amor se lleva a cabo de una manera agresiva, llevando así esta práctica consigo para
un posible futuro, en donde efectuará el amor como el llevar a cabo una relación tóxica.
Mientras que un niño que es criado de un entorno sumamente cariñoso tenderá a entender
el amor como acciones bondadosas o acciones de bien para el prójimo.

Lo importante es darse cuenta de que no importa el tipo de amor que sintamos hacia otra
persona, lo importante es tener claridad en que nuestra experiencia con el amor viene de
nuestros aprendizajes en la infancia y de los modelos que tuvimos al lado y tendemos a
repetir.

Pero... ¿qué importancia tiene al amor?

Desde el ámbito de la psicología y según Stenberg (1986), “el amor es una experiencia
afectiva conformada por un conjunto de variables muy concretas: necesidad de vincularnos a
alguien, necesidades de intimidad, pasión, compromiso” (p.9). En cambio, el término intimidad
habla del mero vínculo, la aceptación y confianza entre los individuos. La pasión, es el deseo
que no necesariamente es físico o sexual y se expresa mediante la admiración del otro, donde
surge la necesidad de estar cerca de la persona amada, generando así una simbiosis. Por
último, el concepto compromiso, se define como la determinación de estar con otra persona.

Desde la neurobiología, la antropóloga y bióloga Helen Fisher define el amor como un


poderoso sistema de motivación, un impulso básico que nos permite satisfacer una serie de
necesidades, siendo el impulso sexual una de ellas. Fisher puso principal énfasis en el
detectar las partes cerebrales y mecanismos que actuaban al verse estimulados por el amor.
Su descubrimiento más importante, fue la actividad del núcleo caudado ubicado en una región
extensa, en forma de “C”, que se encuentra muy cerca del centro de nuestro cerebro. El
neurotransmisor por excelencia es la dopamina, aunque la acompaña la norepinefrina y una
disminución de la serotonina. Las áreas que son funcionales a este sistema son: el área
tegmental ventral, la ínsula, la corteza cingulada anterior y el hipocampo.

Los resultados de su investigación mostraron que existen partes del cuerpo del núcleo
caudado que se vuelven especialmente activas cuando un sujeto mira la foto de la persona
amada.

Este fenómeno es un arma extremadamente poderosa, pero esta puede ser de doble filo a
veces. El amor nos hace creer; Dante Alighieri escribió hacia 1300 la Divina Comedia,
majestuosa obra poética consagrada al objeto de su amor platónico, Beatrice Portinari (ya
fallecida) y con la que nunca llegó a cruzar ni una palabra pese a haberse desvivido
escribiendo esa obra para ella. En su obra, Dante atraviesa el Infierno y el Purgatorio
buscando a su amada muchas veces solemos sentir que todo está perdido, o creemos estar
inmersos en una rutina sin fin, pero ahí está esta hermosa y horrenda sensación la cual nos
mantiene vivos y nos hace mantenernos en pie para saber que nos depara el futuro. El amor
nos hace ser mejores; todos sabemos que cuando se trata de algo que amamos nos
esforzamos para dar lo mejor de cada uno, olvidando barreras que solían ser inquebrantables.
El amor nos une; cuando se habla de este tema, no necesariamente se hace énfasis a el
amor interpersonal. El mundo se mantiene unido gracias a el amor, el amor a religiones, a
deportes, a celebridades y por sobre todo al dinero. Todos bien recordamos cuando nos
abrazábamos con extraños, mientras seguíamos celebrando el triunfo de la primera copa
américa de Chile, todo por mero amor a la camiseta chilena. El amor nos hace estar vivos;
a que vinimos a este mundo si no es a amar, una vez el hombre nace busca motivos para
amar, amamos a nuestras madres, nos amamos a nosotros mismos o incluso amamos a la
tierra y a nuestras futuras generaciones, gestando así los enormes movimientos verdes que
cada vez toman más fuerza. Un estudio realizado por la cadena de supermercados Sainsbury
reveló que el 91% de los residentes del Reino Unido están reduciendo activamente su
consumo de carne por salud, por razones éticas y ambientales. El cambio climático es una
de las motivaciones más frecuentes. (Fuente: livekindly.co).

Dentro del amplio término del amor, existen un sinnúmero de prejuicios de todo tipo, ¿quiénes
pueden amar? Se dice que un niño o adolescente es muy joven e inmaduro para amar, pero
que el ser un anciano o un hombre soltero por sobre los 40 es ridículo al introducirse al mundo
del amor. ¿Quién debe amar a quién?, la percepción histórica del ser humano es del amor
bien visto es aquel que un hombre ama a una mujer y así viceversa. En sí, la homosexualidad
está tan limitada como la heterosexualidad: lo ideal sería ser capaz de amar a una mujer o a
un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u obligación. (Simone De
Beauvoir). El hombre lo único que hace es hacer daño a otros y a el mismo, estableciendo
cuál es el modo correcto de querer y desear, y con ello cercenamos el amor en todas sus
maneras, formas y expresiones.
“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No
se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no
se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta.” (Corintios,13:4-8,60 d.C)

¿Qué sería la vida sin amor? Sería aburrido y menos emocionante. Después de todo, donde
hay amor, hay vida. Y el amor nos hace mejores personas.

Es difícil que la pasión desaparezca como cualquier otro impulso (hambre, sed, etc.), además
de que es complicado de controlar. A diferencia de las emociones que van y vienen. El ser
amante es como ser ludópata, muchas veces tendremos rachas en las que nos sintamos a la
par con el cielo, pero al momento de la caída, veremos como todo se desmorona y como
basamos parte de nuestra vida en un término bastante ambiguo. Finalmente, cada persona
lo define a su criterio de acuerdo con cómo lo haya experimentado. Osho quien argumentaba
que “El amor es una experiencia. Se ha de experimentar, como el sabor. Si no has probado
la sal no hay forma de explicar a qué sabe”.
Linkografía:
https://www.neostuff.net/ensayo-sobre-el-amor/
https://www.aboutespanol.com/ensayo-sobre-el-amor-corto-2879577
https://es.scribd.com/doc/268866488/Sternberg-Robert-El-Triangulo-Del-Amor-PDF
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/platon.htm

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