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POSICIÓN DEL ESTADO FRENTE A LAS OPORTUNIDADES QUE OFRECE

UNA CIUDAD
Vida y muerte de las grandes ciudades
Jane Jacobs
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Existen muchas definiciones respecto al término de ciudad, intentar definirla debe involucrar
aspectos complejos que conjugados entre si hará lo que se denomina una buena ciudad, por
dar una definición la cual permita una visión más amplia según el sociólogo Lous Wirth se
entiende como ciudad “el asentamiento relativamente grande, denso y permanente de
individuos socialmente diferentes. En ella se produce mecánica y espontáneamente
heterogeneidad, división del trabajo y un modo de vida diferente, opuesto al que se da en las
comunidades rurales pequeñas” (Bernardi, 2009)

Para el desarrollo de buenas ciudades es indispensable que exista regulación por medio de
un sistema de gobierno estable y fuerte, el cual basado en factores determinantes que incluyan
la población, recursos disponibles, actividades económicas y aspectos culturales y sociales
se desarrollaran normas que los ciudadanos deberán cumplir, teniendo en cuenta que si hacen
caso omiso deberán asumir las consecuencias. Ahora bien es importante resaltar que el estado
deberá velar por la integridad de los habitantes que residan en la ciudad que tengan a su cargo,
y esto incluye todos los ambientes que integren una ciudad.

Resulta un tanto complicado tener control sobre cada uno de los espacios que integran una
ciudad debido a que las dinámicas que ocurren al interior de estos se ven altamente
influenciados por los sucesos diarios, a esto se le suma que es aún más laborioso incluso
podría decirse que imposible tener control preciso sobre las personas ajenas a la ciudad que
puedan visitar o ingresar a tal lugar.

Las alternativas que propone actualmente el estado para ejercer algún tipo de control sobre
la situación en cuestión resultan ineficientes ante las dinámicas poblacionales y sociales, por
dar un ejemplo, es evidente que un censo solo otorga un aproximado pero jamás un dato
exacto, a esto se le debe sumar que la serie de años en la cual se realizan son lejanas una de
la otra lo que aumenta la incertidumbre frente a los datos reportados.

A partir de lo planteado y a pesar de que existan muchos baches en el cómo debería funcionar
una ciudad de manera correcta para garantizar estabilidad y bienestar a la población en su
totalidad, el estado ha buscado alternativas las cuales subsanen de cierto modo los impactos
negativos y a su vez logren ejercer control que es finalmente su mayor objetivo; a partir de
esto se podría responder al interrogatorio ¿son eficientes las alternativas que impulsa el
estado para garantizar el bienestar integral de sus habitantes residentes?

Ahora bien, ya se mencionaron algunos de los factores que dificulta la labor del estado ante
la organización de buenas ciudades, ahora se incluirán algunos de los escenarios que
representan posibilidades pero de igual forma ponen en cuestión su efectividad debido a los
efectos adversos que traen consigo.

El estado por medio de sus gobernantes buscan alternativas con base a las características
propias de sus ciudadanos y la extensión territorial, un claro ejemplo son los parques los
cuales además de aportar al embellecimiento del paisaje fortalecen las dinámicas sociales
entre sus habitantes, planteándolo desde esta perspectiva podrían sobrevalorarse y porque no
aumentar el número de parques en los vecindarios, aterrizando esto a la realidad social actual
y relacionándolo con el número de eventos sucedidos en lo que respecta a temas de
inseguridad presenciados en grandes ciudades, los parques se convierten en un panorama
propicio para el escenario riesgoso ya que generalmente en la noche sus alrededores son poco
concurridos; por el contrario es un buen espacio para la comercialización de productos
ilegales ya que al ser un lugar altamente transitado cualquier encuentro entre desconocidos
no alarmara a sus visitantes.

Adicional a esto y hablando propiamente de ciudades pequeñas, el exceso de parques también


concierne en una situación problemática con lo cual se hará evidente la mala utilización del
espacio, se puede establecer una relación proporcional ante este fenómeno, a menor cantidad
de residentes menor será el número de personas que visite el parque. Y sí, es cierto que existe
algo denominado como población flotante pero dado el caso que se está tratando de una
pequeña ciudad muy seguramente la demanda al sitio no aumentara en un porcentaje
considerable.
Según el informe sobre el comercio mundial publicado en el año 2006 existe “subvención”
cada vez que un programa público beneficia a operadores del sector privado, son
transferencias o concesiones fiscales que se otorgan a los consumidores para que construyen
una vivienda (OMC, 2006), esta puede ser otra alternativa impulsada por el gobierno para
subsanar lo que se refiere a problemáticas asociadas a la ocupación de residencia, incluso se
ha rediseñado el programa el cual no aplica para la compra de vivienda sino por el contrario
para el alquiler de casas subvencionadas, evidentemente el monto a pagar mensualmente será
acorde a la capacidad de pago del consumidor.

Las ciudades modernas han cambiado siguiendo el modelo de diseño y construcción de


alternativas como esta, es común observar este tipo de unidades habitacionales donde se
busca suplir la necesidad de vivienda del máximo de habitantes posible, y si bien es cierto
que a pesar de que estos representen facilidad y accesibilidad, aun hoy día existan ciudadanos
marginados por el hecho de no encajar entre el prototipo de habitantes de la ciudad común;
esta es la realidad de habitantes de calle y presos los cuales mientras estén retenidos de algún
u otra manera suplen a necesidad de vivienda pero dado el caso de la libertad quedan
desamparados y expuestos a una ciudad desigual donde las oportunidades son para unos
tantos.

Esto no es una crítica ante las injusticias sociales de ningún modo, personalmente considero
que el hecho de vivir en una ciudad donde las oportunidades sean justas e iguales para cada
uno de los ciudadanos podría incluso a llegar a ser considerado como una utopía, el hecho es
demostrar que a pesar de que el estado ponga sus esfuerzos en programas que respondan a
las situaciones críticas de los ciudadanos resulta muy complicado tener control en su
totalidad, los fenómenos sociales y culturales son mucho más complicados de abordar cuando
existe una aceptación a los mismo, por ejemplo, no es extraño observar como sitios que
deberían ser usados con fines de esparcimiento y recreativos únicamente se han convertido
en el lugar de descanso de personas de la calle, es una realidad y por mas disgusto que genere
en la comunidad es casi seguro que toque vivir con ello, de alguna u otra manera esto hace
parte de la diversidad que caracteriza a la ciudad. Con esto queda en evidencia como
interaccionan los espacios de la ciudad y como suplen necesidades pero a su vez traen consigo
problemáticas asociadas a su misma existencia.
Para concluir y con base a lo planteado, considero que son parcialmente efectivas las
alternativas que el estado ha impulsado para salvaguardar el bienestar de sus habitantes, uso
la palabra parcialmente porque a pesar de que representen beneficios para la comunidad y se
esté cumpliendo el objetivo para el que fueron diseñadas, en el caso concreto de los parques
recreacional y embellecer el entorno y respecto a la vivienda subvencionada resguardar bajo
lo que podría ser un hogar a cientos de ciudadanos.

Estos resultan ser espacios que a su vez generan problemáticas que a mi parecer son más
efectivos de abordar desde el componente social lo que complica la situación un tanto. El
hecho de modificar conductas es mucho más complicado que construir una torre de edificios
o bueno por lo menos el éxito de la construcción esta esquematizado y se tiene certeza de
como deberá ser el producto esperado, situación contraria a la modificación de prácticas
culturales y sociales.

BIBLIOGRAFÍA

Bernardi, R. B. (2009). LA CIUDAD Y LA URBANIZACIÓN. Obtenido de


http://www.estudioshistoricos.org/edicion_2/rosario_bottino.pdf
OMC. (2006). Obtenido de https://www.wto.org/spanish/res_s/booksp_s/anrep_s/wtr06-
2b_s.pdf
Jacobs, J. (1961). Muerte y vida de las grandes ciudades.

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